Hombre preso que mira a su hijo (fragmento)

botija aunque tengas pocos años
creo que hay que decirte la verdad
para que no la olvides

por eso no te oculto que me dieron
picana
que casi me revientan los riñones

todas estas llagas hinchazones y
heridas
que tus ojos redondos
miran hipnotizados
son durísimos golpes
son botas en la cara
demasiado dolor para que te lo oculte
demasiado suplicio para que se me
borre

pero también es bueno que conozcas
que tu viejo calló
o puteó como un loco
que es una linda forma de callar

que tu viejo olvidó todos los números
(por eso no podría ayudarte en las
tablas)
y por lo tanto todos los teléfonos

y las calles y el color de los ojos
y los cabellos y las cicatrices
y en qué esquina
en qué bar
qué parada
qué casa
y acordarse de vos
de tu carita
lo ayudaba a callar
una cosa es morirse de dolor
y otra cosa morirse de vergüenza

por eso ahora
me podés preguntar y sobre todo
puedo yo responder

uno no siempre hace lo que quiere
pero tiene el derecho de no hacer
lo que no quiere

llorá nomás botija
son macanas
que los hombres no lloran
aquí lloramos todos

gritamos berreamos moqueamos
chillamos
maldecimos
porque es mejor llorar que traicionar
porque es mejor llorar que traicionarse

llorá
pero no olvides.


Pasión por los Diablos

La mañana del 1 de julio del 2020 fue una de las más dolorosas en la historia del beisbol mexicano. Los dueños de los equipos y la LMB tomaron la decisión de cancelar su temporada, por primera vez en 95 años de vida.

El Rey de los Deportes no se pudo escapar de los efectos negativos que ha causado la pandemia de COVID-19 en México, a pesar de un intento por rescatar, al menos, una fracción del calendario originalmente establecido para iniciar el 6 de abril.

El corazón de la familia beisbolera se rompió con el comunicado que explicaba que, derivado de las reuniones sostenidas con las autoridades de salud federales, los 16 equipos, junto con el circuito, no encontraron condiciones favorables para iniciar la campaña.

Especialmente para los Diablos Rojos del México, la cancelación de la temporada resultó sumamente dolorosa, tomando en cuenta la serie de eventos que se tenían contemplados para festejar el 80 aniversario de la organización, la segunda más añeja de la LMB.

Con mucha tristeza, pero al mismo tiempo con un gran valor, la Pandilla Roja comprendió que no era el momento de bajar la cortina y era importante pensar en el 2021. La afición necesitaba a su equipo y viceversa. Era la hora se ser más fuertes y estar más cerca del llamado “Universo Escarlata”.

Así nació el programa Pasión por los Diablos, una producción hecha en casa y desde casa que, durante 50 minutos mantendrá una ventana en vivo con los seguidores del equipo. En este programa, transmitido cada sábado, los seguidores reciben noticias, cápsulas históricas, entrevistas y reportajes, además del toque humorístico de nuestra querida mascota, Rocco.

Pasión por los Diablos es el primer programa que se atreve a generar contendidos inéditos, a pesar de la pandemia, poniendo el ejemplo de que en los tiempos más complicados es cuando el ingenio, el talento y el corazón se deben conectar para salir adelante.

Pasión por los Diablos nace fuerte, gracias a la sinergia que se logró con la Fundación Alfredo Harp Helú, el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano y la Academia de Beisbol Alfredo Harp Helú.

https://www.facebook.com/DiablosRojosMX/videos/607692999944288/

https://www.facebook.com/DiablosRojosMX/videos/2789712841250501/?so=permalink&rv=related_videos


El hogar siempre estuvo aquí

La identidad de un equipo reside, en gran parte, en su pasado histórico . La memoria colectiva que enriquece y engrandece la historia de un club, atesora instantes reales y, en muchas ocasiones, ficticios, que abonan al halo mítico que moldea la personalidad de una institución.

La historia de una organización que, sin saberlo, estuvo en búsqueda de casa por más de 70 años, ha permeado en el desarrollo de la liga nacional más importante de beisbol en México. Es curioso cómo un equipo, que bateó todos esos años en búsqueda de diamantes, que ansiaban como casa, fuesen nómadas y, a la vez, sedentarios, al menos en el imaginario de sus seguidores. Haciendo trascender el sentido de pertenencia que tienen los fanáticos a su equipo, —el mismo que tiene el equipo hacía la ciudad que los cobija—, simplemente no se podría concebir una Ciudad de México sin sus Diablos ni unos Diablos sin su ciudad capital.

Ya sea en el legendario Parque Delta, o bajo la comunión que otorgaba el Estadio Fray Nano entre jugadores y aficionados, los Diablos Rojos supieron encontrar refugio en diamantes, que tarde o temprano, les dejarían de pertenecer. Fueron capítulos en su historia que ha marcado con alegrías y hazañas el pasado idílico de una afición que se ha encargado de inundar, con pasión, la ciudad de color rojo escarlata. Para quien diga que el beisbol es un deporte en el olvido, al menos en el contexto capitalino, no cuenta con la perspectiva que le permite observar a una afición ávida por la pelota caliente en un tenor predominantemente opacado por otras actividades deportivas y de entretenimiento.

Los Diablos nunca estuvieron en búsqueda de un hogar, sino de una casa, de un espacio que fungiera como escenario definitivo de sus batallas; de muros que, acompañados de arte e historia concentraran y relucieran los capítulos de su pasado; de gradas que permitieran hacer latir los corazones presentes al unísono y de un proyecto que, en conjunto, simbolizara el futuro que se ha de alcanzar con la entrega de cada uno de sus integrantes. Así, el Estadio Alfredo Harp Helú mantiene viva la llama de la pasión, haciendo de ella un incendio de emociones y experiencias que logran conectar el nuevo paraíso de los Diablos Rojos con su siempre hogar: la Ciudad de México.


El beisbol y su habilidad de adaptarse al cambio

Nos da miedo cambiar porque le tememos a lo desconocido y muchas veces no nos atrevemos a salir de nuestra zona de comodidad, que es una forma de sentirnos seguros. El escenario actual del mundo nos está obligando a cambiar y adaptarnos a las nuevas circunstancias, a evolucionar para sobrevivir. Esta adaptación implica estudiar, trabajar e incluso entrenar a distancia. Los jóvenes prospectos de la Academia Alfredo Harp Helú se están adaptando a la situación. Entre las actividades que realizan se encuentran los ejercicios de reflexión, que les ayudan a adaptarse a la “nueva normalidad”. A continuación, compartimos parte de los pensamientos de los jóvenes:

El cambio es un proceso que debemos llevar a cabo nosotros, como deportistas, para alcanzar lo más alto, el éxito. Pero, ¿cómo alcanzar la cúspide en este camino tan difícil? Desde tiempos in- memorables, los más grandes de la historia del mundo han tenido que enfrentarse a diversos momentos que marcan su vida, al instante que marca la pauta y que trastoca la mentalidad del individuo al grado que lo motiva a ser mejor cada día, a tratar de cambiar al mundo de una manera significativa, buscando dejar su huella e iniciar un legado que perdurará por mucho tiempo. ¿Y cómo relacionar esto con nuestra vida de deportistas? Es muy fácil pensar que la vida de un deportista es de lo más sencilla, la mayoría de las personas solo ven lo superficial de nuestro trabajo, ellos no saben que todos los días son de una ardua lucha por salir adelante. Todo héroe necesita pasar por un desierto para alcanzar la cúspide y, me atrevo a decir, nosotros lo afrontamos en el momento en que dejamos nuestros hogares y nos alejamos de nuestras familias para perseguir nuestros sueños; con el tiempo vamos asimilando que es lo mejor para nosotros y que ese mismo sufrimiento es el impulso para tratar de llegar a cumplir todo lo que nos proponemos. Por último, quiero enfatizar la manera en que debemos ver este proceso, que es la clave para estar en armonía en mente, cuerpo y alma, estas son las piezas claves en este rompecabezas llamado vida.

Carlos Espina, cácher, Oaxaca.

El cambio es normal, sucede en todo momento y es algo que nos tiene que pasar. Pero hay cambios que no queremos que pasen o que nos cuesta trabajo afrontar. Un ejemplo puede ser cuando te enojas rápido, y que esa actitud trae muchos problemas, ya que al estar enojado tus comentarios están fuera de lugar; entonces intentas hacer un cambio; pero existe el miedo de no saber qué puede pasar, y por eso la gente tiene miedo al cambio, porque se siente bien en donde está y no quiere salir de su zona de comodidad. El cambio no solo se centra en el comportamiento, sino también en lo académico, en lo deportivo, en el amor. A veces no quieres cambiar porque esa actitud te ha llevado hasta donde estás, te ha dado lo que tienes ahora, pero cuando las cosas no resultan no puedes seguir ahí, el cambio es necesario aunque no sea fácil o no nos guste, tenemos que afrontarlo, a veces se tienen que soltar cosas, amistades, personas importantes, incluso vicios o entretenimientos, pero el resultado de cada sacrificio trae recompensas. La forma en que yo afronto los cambios es viéndolos como algo positivo, algo que, si llevo a cabo, me va a ayudar demasiado. Y cuando las cosas no van bien, o cuando parece que el cambio no ayuda, tengo que ver qué he estado haciendo para modificarlo y así sabré si en realidad estoy actuando, o si solo estoy huyendo de la verdad.

Román Casanova, pícher izquierdo, Ciudad del Carmen.

En nuestra vida siempre tenemos una u otra forma de cambios, ya sea positivo o negativo, incluso físicamente. Por lo regular, siempre habrá miedo a cambiar algo a lo que ya estábamos acostumbrados, pero, en algunas situaciones, uno tiene que afrontar la novedad que la vida nos pone o que nosotros mismos nos ponemos ¿Y cómo sería eso? Mentalizándote lo que quieres, aceptando el cambio y aplicándolo. Muchas veces eso resulta difícil porque lo primero en que pensamos es en las cosas negativas y eso nos impide realizar lo que queremos, incluso si se nos presenta algún obstáculo, ya sea por algo que no está a nuestro alcance o fuera de nuestras manos, tendemos a bajar la guardia, y tendría que ser todo lo contrario: a pesar de las crisis y tempestades, uno tiene que seguir luchando por lo que más quiere hasta lograrlo. En caso de no lograrlo por obra del destino, como en mi situación, es cuando vuelve a entrar el cambio: trázate nuevas metas e ideas, tenemos que seguir luchando para sobrepasar nuestras barreras y límites ¿Y cómo se logra eso? Tratando de ver siempre el lado positivo a pesar de las circunstancias en las que te encuentres, y encaminándote a lo que quieres lograr.

David Osuna, pícher derecho, Mulege, B.C.S.

Los cambios que están pasando en el mundo nos han obligado a salir de nuestra zona de comodidad, esto nos está ayudando a crecer como personas. Debemos quedarnos con las experiencias buenas de todo lo que nos pasa y, en lugar de verlo como una desgracia, aprender a sacar el máximo rendimiento, como los jóvenes de la Academia que ya se encuentran adaptándose a la nueva normalidad.


La promoción de la lectura se transforma para acompañar a la comunidad durante la pandemia

El COVID-19, virus contagioso y sin vacuna o medicamento que lo frene, nos obligó, de manera global, al aislamiento social. Por esto, las bibliotecas, al igual que la mayoría de las actividades no esenciales cerraron sus puertas en este confinamiento. Esto implicó una transformación, como menciona Michèle Petit, en El arte de la lectura en tiempos de crisis; las crisis pueden hacer que las personas se angustien, sufran y se vean sin futuro, pero al mismo tiempo, estas crisis pueden estimular la creatividad e inventiva de las personas. Esto pasa con los bibliotecarios, quienes se han visto en la necesidad de ser creativos y migrar a las plataformas digitales para continuar con su labor.

El personal de la Biblioteca BS Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, se enfrentó a este cambio: el acercamiento y acompañamiento con los lectores y seguidores de la Biblioteca debía continuar y la mejor manera de hacerlo era utilizando las diferentes plataformas digitales.

Las actividades de promoción de la lectura migraron a una forma virtual. A través de su página de Facebook, la Biblioteca comparte reseñas y recomendaciones de libros, además de biografías de personajes literarios y culturales. En el canal de YouTube se transmiten videos en el apartado de booktubers y Cuenta Cuentos, materiales que se comparten en todas nuestras redes sociales.

En la página de Instagram se muestran fotografías de los libros que se tienen en el acervo de la Biblioteca, con la finalidad de recomendar literatura infantil y juvenil, ofreciendo una breve sinopsis de cada libro. En la página de Twitter se muestran todos los materiales de las diferentes redes sociales.

El Club de lectura de adultos, así como los infantiles, se llevan a cabo a través de la plataforma Zoom, para tener un contacto más cercano al compartir las experiencias de lectura de determinado libro. Y se acaba de crear un Podcast para subir la voz de todos los cuentos que se han compartido en diferentes formatos.

La lectura hace que se vivan diferentes vidas y se conozcan diferentes mundos; es una oportunidad de salir un poco de la realidad y viajar entre letras e historias, y que puede hacer más reconfortantes los momentos que se viven actualmente en el país. De ahí la importancia de encontrar formas, herramientas y plataformas para continuar en contacto con la comunidad. Todos estos cambios en la promoción de la lectura llegaron para quedarse en nuestra nueva realidad.


Sobre arte, agua y otras formas de espejos

Como se sabe, la mirada humana es un artefacto histórico, contingente y funcional, así que probablemente, el mundo que trae a colación esté tejido de historias que son simulacros y reflejos.1 Quizá por eso, en la Antigüedad, el augur delimitaba con su bastón un espacio que llenaba con agua para observar el paso de las aves o de las estrellas, ese espacio se designaba como Templum —de donde proviene la palabra contemplar— y se le consideraba como un lugar sagrado, pues ahí se practicaba la observación del cielo buscando tener acceso a lo que los dioses o la naturaleza no dicen. Y quizá también por ello, la mirada revela una falta primordial humana: tener acceso a lo que no puede observarse ni decirse o pensarse; acceder a una conjunción que nos revela y nos abarca.2

El deseo de dejar aparecer la mâya, no la ilusión y la apariencia que observamos, sino el tejido del que está hecho eso que llamamos realidad, mantiene una doble relación con el mundo, al mismo tiempo visual y metafísica. Ese deseo parece estar asociado a lograr una especie de poder frente al mundo.3 En el antiguo Egipto tenían dos formas de sabiduría, una basada en la apariencia de lo que se observa y la otra, que estudiaba la naturaleza de los fenómenos para tener acceso a la forma en que pensaban los dioses. La mirada humana, sus reflejos y signos, oscilan entre la relación con lo tangible y un vínculo con lo que no tiene cuerpo.4

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Primera imagen reflejada: El agua, siendo vehículo de una voluntad sutil e infinita, trae a colación la conciencia de transición inherente a la experiencia humana, y quizá también a la experiencia cuando deja de ser humana. Y funcionando como espejo trae a colación la posibilidad de darnos acceso a la mente y al mundo en el momento justo en que se convierten a sí mismos en deseo y en vida.

En 1993, Gabriel Orozco tomó una fotografía de una azotea inundada de agua, congeló el momento en que unas nubes se reflejan a sí mismas y, quizá, toman conciencia de que son agua y de que agua es nube. La fotografía de Gabriel Orozco fija y sostiene esas nubes estacionadas observándose a sí mismas en una metáfora de la mente y del mundo pensándose a sí mismos. Dar cuenta de que el mundo está en esa condición de autoconstrucción apunta también al deseo humano de acceder a la maquinaria que lo pone en marcha, a la conciencia que lo piensa.

En 2006, Anish Kapoor instaló, en el Millennium Park de Chicago, un objeto extraño de diez metros de altura y veinte metros de largo titulado Cloud Gate. Parecida a una gota de agua, o de mercurio, esta escultura distorsiona la imagen de los edificios del contexto urbano, el reflejo de las nubes y de las personas que se acercan, y quizá también distorsiona el paso del viento, el flujo del mundo y sus ideas, de lo visible y de lo no visible. Metáfora de un espejo que pudiera tomar consciencia de su función, esta obra podría considerarse un no-lugar que busca revelar la naturaleza de artificio que hay en la mirada humana y en la comprensión en general.

Distorsionar un reflejo para revelar una forma de mirar inesperada, buscando tener acceso a lo que normalmente no se observa, implica un riesgo, pues, como se sabe, el mundo de lo invisible es peligroso, pululante de seres; presencias y no presencias que se adhieren como el salitre a la experiencia y al mundo.

Entre 2010 y 2011 se instaló, en la costa del Mar de Barents, Noruega, una obra realizada en colaboración entre Louise Bourgeois y Peter Zumthor; un memorial en homenaje a las 91 mujeres que fueron perseguidas y sentenciadas por brujería, en juicios del siglo XVII. Esta obra consiste en un extenso pasillo de 122 metros de largo, construido dentro de una especie de capullo de seda, de fibra de vidrio, suspendido dentro de un andamiaje de madera. Dentro de ese pasillo es posible leer cédulas que narran la historia de cada una de las mujeres quemadas en la hoguera.

Al salir de ese pasillo se encuentra la obra de Louise Bourgeois: Los condenados, los poseídos, los amados; una construcción de acero y vidrio, en cuyo interior hay una flama eterna en una silla rodeada de espejos enormes. El visitante se observa en el reflejo entre fuego, y este se refleja a sí mismo como metáfora de la violencia y la agresión que implica el juicio y la diferenciación entre los seres humanos.

Quizá sea posible ver hasta dónde el mundo deja de ser visto, pero aún mira, y pierde toda esperanza de ver algo.5 En la construcción del Centro de las Artes de San Agustín, Etla, Oaxaca; el maestro Francisco Toledo dispuso varios espacios donde el agua funciona como espejo. En esos espacios, el paso del agua parece transcurrir como metáfora de transición, como un signo que se refiere a las formas que puede adoptar el continuo flujo que va configurándose en presencia y en vida, pasando antes por la aparición de un deseo productor de su propio objeto.

De ese flujo, el agua es una imagen. En la cultura zapoteca se vinculaba a Cocijo con el rayo, con la lluvia, con el transcurrir que se identificaba con cada una de las cuatro divisiones de 65 días del calendario, y con cada uno de los cinco puntos cardinales: oriente, poniente, norte, sur, cenit.6 El fenómeno al que alude Cocijo puede señalar también el movimiento del agua y de la vida, la emergencia del espacio y de la presencia, y referirse a lo que transcurre y acaba para iniciar de otra manera.

Se ha descubierto que a 600 km de profundidad, el agua separa sus moléculas para adherirse a cristales de algunas rocas, ahí el agua se vuelve sólida, pero no hielo sino mineral. Así continúa su vida, aunque ya no sea agua, sino tierra y minerales.

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Segunda imagen reflejada: El agua, siendo vehículo de una voluntad sutil e infinita, trae a colación la conciencia de transición inherente a la experiencia humana y, quizá, también a la experiencia cuando deja de ser humana. Funcionando como espejo, trae a colación la posibilidad de darnos acceso a la mente y al mundo en el momento justo en que se convierten a sí mismos en deseo y en vida.

En un claustro, un techo, un parque, un memorial, en un espejo de agua, en cualquier charco, en las múltiples maneras en que se generan los reflejos, se revela que el mundo y la mente parecen ser la sensación que queda después de leer un libro, o de narrar una historia.7

(1) Calasso, Roberto. (2016). Ardor. Barcelona: Anagrama.
(2) Deleuze, Gilles y Guattari, Félix. (1985). El Anti Edipo. Capitalismo y Esquizofrenia. Barcelona: Paidós.
(3) “El arte delimita un área y está definido solo en relación con el mundo, solo existe en el espacio del que se diferencia. El arte le confiere una identidad al mundo”. Walter Benjamin, 1917, Arte, signos y marcas
(4) Los caldeos decían que todos los seres divinos son incorpóreos, pero adoptan cuerpos por causa de los humanos, pues no podemos ver incorpóreos debido a la situación corporal en la que estamos los seres humanos. Y Proclo decía que todo dios es sin forma.
(5) Jabés, Edmond. (2006). El libro de las preguntas. Madrid: Siruela.
(6) Whitecotton, Joseph W. (2006). Los Zapotecos. Príncipes, sacerdotes y campesinos. México: Fondo de Cultura Económica.
(7) Calasso, Roberto. (1999). Ka. Barcelona: Anagrama.


Antiguas celebraciones de Oaxaca para combatir las enfermedades y los sismos

Cuando pensamos en festividades nos vienen a la mente celebraciones llenas del color y que resaltan la alegría de los habitantes. Este año, muchas de ellas han sido canceladas o pospuestas, acaso por primera vez desde que fueron instauradas, incluso, las que desde hace siglos se impulsaron como medidas “protectoras” de la comunidad ante emergencias, como enfermedades y desastres naturales, de acuerdo con las antiguas creencias.

Tal es el caso de la festividad de San Sebastián, por la que, desde el año 1654, se instauró un altar en la iglesia de San Pedro ad Vincula, para detener el avance de una peste que asolaba Italia; ante su reconocida intercesión, las reliquias del santo fueron trasladas de Roma. También en los siglos XIV y XV, la salud de la población europea fue puesta bajo resguardo del santo ante nuevos brotes de peste y, desde muy temprano, su devoción se trasladó a la Nueva España.

En la ciudad de Oaxaca, san Sebastián tuvo un altar en la Catedral, así como en la ermita al poniente de la ciudad (hoy, templo de la Virgen de la Soledad) donde se congregaba la feligresía en la fiesta del santo (el 20 de enero) en búsqueda de la intercesión y el alivio de las enfermedades, tal como relata el dominico Francisco de Burgoa en 1674: “Está también en esta iglesia un retablo del glorioso San Sebastián, patrón de la peste, y su día se celebra muy solemne, con todo concurso de gente, así españoles como indios, con misa y sermón”.

Así, el aparato ritual de la ciudad sustenta las relaciones sociales en torno a las festividades con las que pretendían dar certeza, en lo espiritual y lo temporal, a la comunidad. Es por esta razón que san Marcial, antiguo obispo de Limoges, fue nombrado patrón fundador de la ciudad de Oaxaca y protector de sus habitantes contra los frecuentes sismos de la región. En la Catedral tenía un altar desde el siglo XVI, junto a san Sebastián: “En la nave colateral del lado del Evangelio están dos altares: el uno con un retablo de San Sebastián y el otro de San Marcial; son pintados al óleo y bien acabados” y, durante el periodo colonial, su festividad (el 30 de junio) era encabezada por los cabildos, religioso y civil, quienes sacaban el pendón real en procesión desde el Ayuntamiento hasta la antigua ermita del santo, hoy templo de La Merced.

Muchos años después, en 1698, san Bartolomé fue nombrado segundo patrón de Oaxaca para apoyar el auxilio de san Marcial, pues se creía que el apóstol había intercedido en el eclipse de sol de 1691, impidiendo que se dañaran las cosechas de maíz, así como en el terremoto de 1696, ocurrido, precisamente, en las vísperas de su festividad (el 24 de agosto). Por esto, el cabildo civil y el eclesiástico ponían a la comunidad de Oaxaca bajo su protección y para aplacar las manifestaciones de la ira de Dios: “[…] libre a esta ciudad de inundaciones, esterilidades y ruinas que continuamente le amenazan, con los frecuentes terremotos que padece”. Con una dote perpetua otorgada por el Ayuntamiento, la festividad debía celebrarse con vísperas y procesión: “Con la imagen de dicho santo apóstol que ande por dentro del cementerio de esta dicha santa iglesia [Catedral]”; así como con misa y sermón.

En 1727, san José habría de reforzar la protección urbana al ser jurado patrón especial de la ciudad por el obispo Ángel Maldonado (1702-1728), luego de los temblores ocurridos en la víspera de la festividad del santo (el 19 de marzo) de aquel año, hermanándose con el fundador san Marcial y san Bartolomé, con una festividad en honor de su templo y convento de capuchinas españolas (hoy Facultad de Bellas Artes de la UABJO), que en los años siguientes fueron erigidos para brindar a la ciudad un refuerzo: “[P]or las oraciones de las religiosas y su santa vida los libraría la divina misericordia de muchos trabajos, y especialmente de los terremotos, temblores que continuamente padece aquella ciudad y su distrito”.

Estos son tan solo unos ejemplos del sentido religioso (con un fuerte trasfondo político) que tuvieron las festividades religiosas en la sociedad virreinal en Oaxaca; varias de ellas han quedado en desuso o se han transformado, tal como hoy en día, se ha hecho necesario reinventarnos para que la forma de relacionarnos, en el ritual de la convivencia, siga vigente.


Capilla de San Marcial, Catedral de Oaxaca.

Cada uno de nosotros es historia: Entrevista a María Isabel Grañén Porrúa

María Isabel Grañén Porrúa es una mujer singular, una historiadora de arte, una bibliotecaria a quien la vida le ha abierto muchos caminos, el de mamá lectora que enseña a otras madres de familia a leer a sus hijos, el de maestra, el de historiadora protectora de incunables y raras ediciones, heredera de la librería Grañén Porrúa en el centro de Oaxaca, ama de casa, su vocación de servicio llega tan lejos que comparte su experiencia con muchos para quienes conocerla es adquirir la certeza de que pueden hacer de su vida algo más pleno y humano. Madre de dos hijos —uno universitario y una niña gimnasta de 11 años— que son, como ella misma dice, “una luz en mi camino”.

María Isabel Grañén Porrúa: Es muy importante, Elena, entender que la historia no es solo la de los libros de texto, sino la que va escribiendo cada uno de nosotros. Tú eres historia, yo soy historia. Nuestras familias también son historia; nuestros hijos, cuando escriben su primera carta, hacen historia y es digna de conservarse. La foto del abuelo, la carta de amor de la tía soltera, la agenda, la de los mensajitos, la de teléfonos, todo forma parte de nuestra memoria, refleja lo que hemos sido a lo largo de la vida. Es muy importante que la gente no tire sus papeles. Lo que es sinónimo de viejo, de antiguo, tiene un significado que debemos valorar. Una de las cosas más tristes es ver en un basurero un álbum de familia, porque las fotos son testimonio de vida. Poder ver a un abuelo que no conocimos, cuya mirada expresa tantas cosas, trasciende el tiempo y se vuelve un objeto que yo llamaría sagrado. Ese vínculo con el pasado adquiere una relevancia muy significativa, porque estos papeles no solo tienen letras: ahí están las voces de nuestros antepasados.

Sería también importante hacer saber a las familias que no tiren sus papeles, que pueden llevarlos a un archivo. Recuerdo que una vez el Centro de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia hizo un concurso de cartas de amor extraordinarias. Ya hay fotos en la Fototeca, pero hay otras que no deberían perderse. Las fotos de 1900 reflejan cómo se transformaron edificios, coches, nuestras calles, la vida de toda una ciudad. Es muy valioso conservar estos testimonios gráficos históricos familiares, que nos hacen ver que la historia no es solo de grandes héroes.

Elena Poniatowska: ¿Consideras que en México hemos sabido respetar, proteger y cuidar nuestro pasado?

MIGP: Creo que el patrimonio de México es inmenso y somos muy afortunados, pero también creo que hace mucha falta protegerlo, porque es el que nos hace ser diferentes y llenarnos de cultura.

EP: Nuestro patrimonio es lo que nos distingue… ¿Cómo preservas archivos históricos?

MIGP: El destino me hizo llegar a una biblioteca maravillosa que es el acervo de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, y hace 25 años, con el maestro Toledo —preocupado por esa biblioteca— empecé su organización. Sin que yo fuera una experta ni nada, y solo porque tenía una sensibilidad hacia los libros, llegué a mi destino: proteger esa memoria, los libros que leían los frailes dominicos, agustinos, jesuitas…

EP: ¿En esos años surgieron bibliotecas en nuestro país?

MIGP: En la época de la Reforma crecieron las bibliotecas y empezaron las públicas. A partir de la fundación del Instituto de Ciencias y Artes del estado de Oaxaca se hicieron más bibliotecas, se compraron libros para estudiantes y otros al servicio de los lectores.

EP: ¿Y los libros antiguos? ¿La Fundación Harp Helú formó una asociación civil para resguardarlos?

MIGP: Todo ese material que estuvo abandonado, trabajamos para levantarlo del suelo, rescatarlo, tenerlo organizado en un edificio precioso que es Santo Domingo…

EP: ¿No había libreros?

MIGP: Se hizo la estantería adecuada y hoy el acervo luce precioso. Después de ese proyecto formamos una asociación civil que abarca no solo a Oaxaca sino a toda la república mexicana, desde Sonora hasta Quintana Roo, Chihuahua, Durango, Zacatecas, Puebla, Morelos, todos los estados del país. Se llama Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas en México, Adabi.

EP: De esos estados ¿cuál es el que mejor conserva su tesoro?

MIGP: Depende. A veces las autoridades están muy receptivas, muy abiertas, y aprovechamos su interés. Donde más hemos trabajado ha sido en Puebla, por supuesto que en Oaxaca, en la Ciudad de México y sus alrededores.

EP: Cuando estuve en Oaxaca contigo, recuerdo a chavitos y chavitas muy respetuosos, muy silenciosos con una actitud casi monacal. Ni siquiera levantaban los ojos a nuestro paso. ¿Cómo se logra esa atmósfera de retraimiento frente al mundo exterior?

MIGP: Adabi es una escuela. Cada quien tiene una misión en la vida y uno de los objetivos de la Fundación Harp es rescatar la memoria de México. Nosotros no compramos libros ni documentos, buscamos que los que tenemos no salgan del país, que se protejan y estén en las mejores condiciones. Hemos ido capacitando al personal con una mística de trabajo, porque quienes laboran con nosotros tienen esta vocación de servir a México.

EP: ¿Es una pasión?

MIGP: Sí, porque creo que el trabajo que hace Adabi es de puritito amor. Con paciencia enorme, los cuidadores van cepillando hoja por hoja, una montaña de papeles que en un momento fue puro tiradero, y se dan a la tarea de limpiar, de aspirar, de organizar el material de manera cronológica y temática.

EP: Personalmente, ¿tú viste el desastre de papeles abandonados?

MIGP: Sí, pero el desorden se hizo orden al cabo de los años. Es cierto, este trabajo es muy silencioso, muy calladito, no se ve ni se nota, pero al cabo del tiempo surge una transformación y se siente uno muy orgulloso de ver que hay un catálogo, un inventario y que los investigadores pueden hacer uso de esos documentos, abrir uno de esos libros. Está puesta la mesa para que la gente venga a leer, a escuchar la voz de nuestros antepasados registrada en esos papeles.

EP: Utilizas la palabra “misión”, término religioso, María Isabel…

MIGP: Creo que hay una mística, una vocación de servicio al cuidar nuestro patrimonio, porque es algo que no nos nace. Nos sentimos muy tristes cuando vemos que nuestra historia, nuestro patrimonio, nuestra ciudad, se empieza a resquebrajar y no hacemos nada, o cuando vemos que un árbol está muriendo y no lo regamos. Tenemos que aprender a amar a nuestro país en los detalles más pequeñitos, y creo que ese amor tiene que ver con una mística y con un espíritu de servicio con el que se nace.

EP: ¿Cuántos se han presentado a la Escuela Nacional de Conservación Restauración y Museografía en Churubusco?

MIGP: Esta escuela del INAH es la mejor que existe en México. Los mejores restauradores de nuestro país salen de ella, trabajan tiempo completo, mañana, tarde y noche. Los maestros son buenísimos. Les he dicho muchas veces que está muy bien que reciban una formación increíble, pero no para poner un taller en Las Lomas y restaurar un biombo chino, sino para lanzarse a las comunidades de México a trabajar con el patrimonio de nuestra nación, que es inmenso y maravilloso…

EP: Son más apetecibles Las Lomas que un pueblo perdido…

MIGP: A lo mejor ganan menos, pero le de- vuelven al país mucho de lo que nos ha dado. No hay manos suficientes para la cantidad de patrimonio que tiene México. Por eso Adabi ha sido una gran escuela. Algunos jóvenes que trabajan con nosotros son ahora jefes de proyectos, restauradores de carrera, gente profesional que trabaja con nosotros, pero al mismo tiempo formamos cuadros jóvenes que van a tener que manejar el patrimonio porque no hay suficientes hombres y mujeres en la Escuela Nacional de Conservación. Por eso damos cursos y explicamos cómo tomar una brocha, una goma, cómo borrar, cómo eliminar los hongos y quitar los clips para que no se oxide el papel, y por qué es importante no usar fólders sino papel antiácido, para que los documentos no se deterioren.

EP. ¡Todo un aprendizaje!… En la mayoría de las casas de México es fácil escuchar a una ama de casa decir que va a tirar papeles y otros cachivaches…

MIGP: Sí, y por eso es importante la labor de los restauradores. El tiempo, la humedad, los hongos, un incendio, un temblor, un desastre, pueden significar la pérdida de un patrimonio, pero hay algo todavía peor: el robo de documentos y su venta en el extranjero, una catástrofe que equivale a prender un cerillo al tesoro nacional.

Cada uno de nosotros es historia. (26/07/2020). Recuperado de https://www.jornada.com.mx/ultimas/ cultura/2020/07/26/cada-uno-de-nosotros-es-histo- ria-elena-poniatowska-3909.html


Más que un regalo, un símbolo

Me remonto a 1990, hace exactamente treinta años. En ese entonces era la directora de la Biblioteca Eusebio Dávalos, del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Las instalaciones de la Biblioteca en el Museo Nacional de Antropología le otorgan un carácter distintivo. Ese año tuvo lugar la visita del papa Juan Pablo II a México, quien trajo consigo no un regalo, sino un símbolo. Un documento histórico mexicano de la mayor importancia: el Códice de la Cruz-Badiano, que formaba parte de los riquísimos acervos de la Biblioteca Vaticana.

El resguardo de una obra de tanta importancia ofrecía, al mismo tiempo, la oportunidad de que fuera exhibida para el público interesado que asiste en multitud al Museo. El director del INAH era a la sazón Roberto García Moll, y el asunto nos planteaba varios temas sobre los que había que decidir con premura, pues era del mayor interés para el propio presidente de la república, el Lic. Carlos Salinas de Gortari.

Desde que trabajé en el Archivo General de la Nación, en el equipo de la Dra. Alejandra Moreno Toscano, en la Biblioteca del INAH y, desde el 2003, como directora de ADABI de México (Fundación Alfredo Harp Helú) he tenido en mis manos verdaderas joyas del patrimonio documental y bibliográfico de México. Pero acaso ese códice maravilloso, De la Cruz-Badiano, tiene una fuerza especial, no solo es su belleza o su importancia, sino precisamente su carácter simbólico y la circunstancia excepcional de que regresara, después de cientos de años, a nuestro país.

Fue un gran privilegio recibirlo. Decidimos exhibir la edición facsimilar. No hubiéramos dormido tranquilos de otra forma. El documento original fue directamente a la bóveda de la Biblioteca, donde se conserva perdurablemente.

Esta nueva edición del Códice de la Cruz-Badiano me emociona pues articula, en cierta forma, distintas etapas de mi vida dedicada a la protección y el estudio del patrimonio histórico de México. Felicito a la Dra. Alejandra Moreno Toscano y al Dr. Baltazar Brito por la extraordinaria iniciativa de editar tan bellamente esta joya mexicana, un símbolo de importancia innegable.

https://codicecruz-badiano.com/index.html#codex


Hazaña cultural

El Códice de la Cruz-Badiano es el libro medicinal más antiguo que se haya elaborado en América. Es fuente de primera mano para conocer el funcionamiento de aquello que podríamos llamar “medicina prehispánica”, disciplina colmada de simbolismo y, sobre todo, de religiosidad. Sus autores, testigos y actores de dos épocas, la prehispánica y la novohispana, se convirtieron en el crisol perfecto donde se fusionó la idiosincrasia médica nahua con la occidental, especialmente la derivada a partir de autores grecolatinos como Dioscórides y Plinio. Es también una muestra del conocimiento ancestral de los pobladores americanos y prueba del aporte cultural de México hacia el mundo.

Baltazar Brito

En 1990, el Códice de la Cruz-Badiano regresó a tierras mexicanas, después de viajar en el tiempo más de cuatro siglos. Su importancia y su belleza lo hacían presente y quienes han estado en el Hospital de La Raza han admirado –acaso sin tener noticia de su origen documental–, en una pintura mural de Diego Rivera, un repertorio herbolario que repite con maestría aquella obra suprema de la erudición, la sabiduría ancestral y la representación artística de un tesoro mexicano. Para honrar ese acontecimiento de importancia mayor, el gobierno de la república —el Fondo de Cultura Económica y el Instituto Mexicano del Seguro Social— realizó una hermosa edición facsimilar. El valiosísimo documento quedó bajo resguardo de la Biblioteca del Instituto Nacional de Antropología.

En plena pandemia del COVID-19 no todas son noticias desastrosas. Una luz poderosa, antigua y de inmenso valor cultural se enciende con la novedad de un proyecto singular: articular un registro histórico superior con la vida actual y futura; reconocer la permanencia en el campo mexicano de la sabiduría antigua, milenaria, e imaginar una conversación entre la siembra, la historia, la medicina, los códices vivos y su inagotable depósito de noticias útiles. La Dra. Alejandra Moreno Toscano y el Dr. Baltazar Brito han realizado una hazaña cultural de primer orden: despertar el manuscrito de Martín de la Cruz y de Juan Badiano con una nueva edición y un acercamiento a los jardínes etnobotánicos. Al abrir esa caja de maravillas, hacen una contribución inestimable, hoy en día en que lo ominoso y lo nublado parecieran negar sentido a lo más común, a lo cotidiano. Con un documento de extraordinario valor hacen memoria y agitan ideas, posibilidades, recursos y ponen en circulación un repertorio cuyo alto significado histórico resulta conmovedor por su potencial vivo, permanente.

La presentación de la Dra. Alejandra Moreno Toscano da cuenta pormenorizada de las circunstancias en las que se realiza esta magnífica aportación y, gracias a un portal muy logrado, puede verse en línea el documento, leerse el magnífico estudio introductorio del Dr. Baltazar Brito y admirarse con la belleza y el arte mayor de este documento esencial en nuestra historia. Recomiendo también ver el video de la presentación del Códice, disponible en https://codicecruz-badiano.com/index.html#codex. La invitación merece atenderse: asomarse al Códice de la Cruz-Badiano es una oportunidad única para el estudio, el disfrute intelectual, la contemplación de una obra de arte mayor, la reflexión acerca del conocimiento y el vínculo que otorga a la sabiduría ancestral no solo vigencia, pues no requiere certificación, sino sobre todo, una luz que en los días que corren resulta fundamental bálsamo y una estupenda inspiración.


Conocimiento herbolario de los indígenas del Valle de Anáhuac

El año 2020, memorable por ser el año en que la realidad nos obligó a recluirnos y repensar retos que nos depara el futuro en un mundo global y complejo, con nuevas posibilidades de cooperación internacional, compartí –con un equipo de entusiastas e insistentes coeditores– la satisfacción de completar las gestiones para realizar la edición facsimilar del Códice de la Cruz-Badiano.

Agradezco el apoyo de la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, del Instituto Nacional de Antropología e Historia y de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia que nos impulsaron a alcanzar este propósito.

En el marco de la Jornada de Diplomacia Cultural: “Códices Vivos”, convocada para llevarse a cabo en Berlín 2020, mientras cumplía el encargo de convocar a expertos participantes, por circunstancias más propias del azar que de la reflexión previa, modifiqué el enfoque de conservación del patrimonio cultural que había sido mi punto de partida.

El estudio explicativo de las insólitas circunstancias por las cuales un librito –precioso— dedicado al Emperador Carlos V, donde se reunía el conocimiento herbolario de los indígenas del Valle del Anáhuac había retornado repatriado, hace 25 años, procedente de los tesoros vaticanos a la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, escrito con amena erudición por el doctor Baltazar Brito, etnohistoriador — especialista en códices mexicanos— contribuye a explicar por qué, al retomar retrospectivamente la historia de un documento excepcional, cambió de raíz el enfoque de recuperación de la memoria histórica y del patrimonio cultural.

El más antiguo herbolario del continente americano sería publicado en facsímil con un propósito de uso actual.

Recopilado en 1552, en el Colegio de Santa Cruz de Santiago Tlatelolco por los médicos nahuatlatos Martín de la Cruz y Juan Badiano para preservar el conocimiento originado siete mil años atrás sobre el cultivo de las plantas y flores nativas mesoamericanas. Su reedición facsimilar se dedicaría al trabajo campesino que ha mantenido, sin interrupción, el cultivo de esas mismas plantas nativas en sus tierras de sembradura o en jardines etnobotánicos. Esa labor milenaria ha mantenido vivo ese conocimiento y ha contribuido a preservar la diversidad evolutiva y la riqueza cultural de México. El Códice debería ahora ser devuelto a sus creadores y en conjunto con láminas de mayor tamaño, donde se reuniera la información sobre las plantas emblemáticas y se imprimirán en una carpeta adicional para su exhibición en los espacios públicos.

Esa reflexión sobre los lazos profundos que unen al conocimiento conservado en libros o códices depositados en bibliotecas o en los jardines etnobotánicos, verdaderos repositorios derivados de la reproducción de las plantas y los saberes ancestrales: herbolarios, medicinales, gastronómicos, de utilización de fibras para textiles, colorantes, edulcorantes, cosméticos y demás conocimientos científicos y aplicados al desarrollo de las comunidades campesinas y de la sociedad, que preservan la diversidad del mundo natural y su diversidad cultural.

De ese juego de simultaneidad donde el pasado y el presente se encuentran surge la base de un desarrollo sustentable verdadero.

La estrategia efectiva de recuperación de la memoria histórica va más allá de la publicación del Códice, pues está vinculada con la labor campesina que en jardínes etnobotánicos –Códices Vivos– conservan nuestra naturaleza y cultura.


El peregrinar de una farmacopea mexicana

Una vez cumplido su cometido, el Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis se convirtió en una curiosidad, en una farmacopea más entre las muchas otras resguardadas en la biblioteca del Escorial. No obstante, la belleza de su encuadernación y la delicadeza de sus miniaturas y caligrafía continuaron llamando la atención de importantes personajes que anhelaban incluirlo en su colección particular. Las marcas de propiedad de algunos de ellos siguen impresas en el códice como mudos testigos de sus poseedores y de los derroteros que este manuscrito emprendió a lo largo de poco más de cinco centurias.

Sabemos que, por lo menos, tuvo tres propietarios antes de ingresar a la Biblioteca Apostólica Vaticana en 1902. Fue Diego de Cortavila y Sanabria, farmacéutico de corte y boticario real de Felipe IV, el primero de ellos. Vivió en Madrid hasta mediados del siglo XVII y osó colocar, justo en medio de la portada del manuscrito, un crismón acompañado por la leyenda “exlibris didaci Cortavila”. El segundo fue el cardenal Francisco Berberini, sobrino del papa Urbano VIII y dueño de una biblioteca conformada por más de 60 000 volúmenes, quien es muy probable que haya adquirido el herbario entre 1625 y 1626, años en que permaneció en España como Legado Apostólico. Cassiano del Pozzo es el nombre del tercer posible propietario, o quien al menos por un momento logró conservarlo junto a él. Como miembro de la Academia de Lincei era un ferviente aficionado de la flora americana y un gran coleccionista. Asesoró al cardenal Berberini en la adquisición de piezas bibliográficas y, bajo este antecedente, es muy probable que lo hubiese ayudado en la obtención del Libellus de Medicinalibus, no sin antes mandar hacer una copia, misma que fue encontrada en Inglaterra, en la biblioteca del castillo de Windsor y señalada con el escudo de armas del mismo Pozzo.

Tres siglos transcurrieron para que el códice despertara nuevamente el interés de alguien tras ser redescubierto, azarosa y casi simultáneamente, en 1929 por tres investigadores: los doctores Charles Upson Clark, Lynd Thorndike y Giuseppe Gabrieli. El primero de ellos comunicó su feliz hallazgo a un grupo de investigadores interesados en la historia de la medicina que trabajaba en la Universidad Johns Hopkins, a cuya cabeza se encontraba William H. Welch, quien manifestó su deseo de que el manuscrito se publicase lo más pronto posible.


Tabla de contenido

• Curación de la Cabeza. Furúnculos. Caspa o alopecia. Tiña, Caída del pelo. Descalabradura o fractura de la cabeza.
• Cuidado de los ojos. Calor. Ojos inyectados de sangre. Glaucoma. Entorpecimiento de las cejas, o mejor dicho de los párpados. Hinchazón de los ojos. Inducción al sueño. Modo de evitar la somnolencia.
• Purulencia de los oídos, sordera y obstrucción.
• Catarro. Medicina que ha de instilarse en la nariz. Hierba sanguinaria.
• Limpiador de dientes o dentífrico. Curación de encías inflamadas y purulentas. Dolor y putrefacción de los dientes. Fuerte calor, tumor o supuración de la garganta. Anginas. Medicina con que se mitiga el dolor de garganta. Para des- echar la saliva reseca. Para acabar con el esputo sanguinolento. Para calmar la tos. Para quitar el aliento fétido y repugnante. El hipo.
• Refrigerio para la boca inflamada por el calor. Remedio para el que no puede bostezar por el dolor. Sarna de la cara. Sarna de la boca. Estruma o escrófula del cuello. Agua subcutánea. Debilidad de las manos.
• Opresión molesta del pecho. Dolor en el corazón. Calor. Dolor de costado. Medicina que mata lombrices y animalejos que se alojan en el vientre del hombre. Antídoto. Inflamación del estómago. Dolor de vientre. Disentería o cólicos. Ruidos del vientre. Frialdad. Diarrea.
• Curación de la región púbica. Hierba inguinaria. Hierba para la vejiga o halicacabo. Disuria o extranguria. Mal de asentaderas. Podagra. Dolor poplíteo. Contracción incipiente de la rodilla. Remedio de las grietas en la planta de los pies. Lesión de los pies. Contra la fatiga. Árboles y flores contra el cansancio del que administra la República y desempeña un cargo público.
• Remedio contra la sangre negra, fiebre, lepra, hemorroides, condiloma, calor excesivo, cuerpo maltratado, liquen o mentagra, fiebres intermitentes, sarna, heridas, enfermedad de las articulaciones, psora, pus agusanado, quemaduras del cuerpo, digestión difícil, venas inflamadas por la incisión de la sangría. Del fulminado por el rayo.
• De la enfermedad caduca o comicial. Remedio contra el miedo o poquedad de ánimo. Mende de Abdera. Vejados por el torbellino o el ventarrón. Verrugas. Fetidez de los enfermos. Mal olor de las axilas. Enfermedad del piojo y piojos en la cabeza. Para el que pasa rio o agua. Para el viajero.
• Remedio para la parturienta y para la menstruación. Lavado del vientre de la puérpera. Tumor mamario. Medicina para provocar leche.
• De la sarna o quemadura de los niños. Para cuando el niño ya no quiere mamar por algún dolor.


Escribir en la pandemia desde la mirada infantil: Decamerón 2020

El mundo puede existir porque todavía hay niños, o porque hay infancia. El mundo es un infante. El día que el mundo deje de ser un infante, desaparecerá. Yo diría que la infancia es la sangre de la existencia y creo que una vida en la que no hay infancia no tiene sentido, ni es buena para nadie. La infancia es la esencia del mundo y de la naturaleza.

Infancia sin fin, Fernando Pessoa

Desde el inicio del confinamiento, empezamos a vivir una realidad que estaba muy lejos del imaginario colectivo, lo que nos llevó a generar contenidos pensando en los diferentes públicos que nos acompañan en la red de bibliotecas BS. Gracias a la virtualidad, nuestros corazones han permanecido cercanos con los usuarios. Pensábamos en las infancias y en cómo estarían viviendo esta pandemia desde sus hogares. Fue así como María Isabel Grañén, presidenta de la Fundación Alfredo Harp Helú, junto con Claudia Madrazo, directora de la editorial La Vaca Independiente A. C., unieron sus súper poderes y pusieron la semilla que originó el concurso de cuento infantil y juvenil Decamerón contado por niñas y niños mexicanos, 2020, en el que niñas, niños y jóvenes abrieron la puerta de la imaginación y escribieron sus propios relatos.

El concurso nació en circunstancias que pudieran parecer adversas, pero ellos y ellas—los participantes— las convirtieron en una oportunidad de creación. Escribían a partir de sus propias vivencias durante la pandemia, cada uno con su propio punto de vista y ofreciendo soluciones; teniendo como aliados a la imaginación, al mismo confinamiento y, por supuesto, al lápiz y al papel.

En los primeros días, los correos llegaron tímidamente, poco a poco fueron tomando confianza hasta convertirse en ríos de palabras que viajaban a través del mundo virtual. Recibimos más de seiscientos trabajos de varios estados de la república, desde Chihuahua, pasando por Guanajuato, Querétaro, hasta llegar a Quintana Roo y Yucatán, incluso llegaron de países tan lejanos como Líbano y Holanda.

La imaginación no tiene límites, las y los niños nos demostraron que no necesitaban salir de sus casas para realizar grandes viajes y tener aventuras. La felicidad se encuentra en cosas tan diminutas, como cortar manzanas, escuchar las historias de los abuelos o imaginar que una piedra es mágica… todo eso nos han enseñado los niños y jóvenes concursantes. Y qué decir de las ilustraciones llenas de colores, trazos, personajes…

La aventura todavía no termina y creemos que seguiremos hablando de ella por mucho tiempo. Este hermoso proyecto permitió reunir a niñas, niños y jóvenes de diferentes regiones geográficas, así como al niño de la vida rural con el de la vida urbana. Los textos que integrarán el libro conmemorativo se convertirán en un invaluable registro social del pensamiento infantil y juvenil a raíz de la pandemia del año 2020.

…Los premios viajan a sus destinos, el libro se encuentra en manos de las magas de la edición, la pandemia sigue, la esperanza nos acompaña, la infancia duerme y sueña con historias maravillosas…


Entre ajustes y resistencias frente al COVID-19

Había incertidumbre y preocupación durante los primeros meses de la pandemia. Los pronósticos no favorecían el retorno a las actividades y el pánico y la desinformación no se hicieron esperar en las redes sociales, atiborrándonos de teorías conspirativas y referidas al “nuevo orden mundial”.

Cuando todo parecía mejorar, la gráfica de contagios ascendió y la disponibilidad de camas para pacientes con esa dichosa enfermedad, se vio agotada. Sin embargo ¿qué aprendizaje no está dejando este mal sabor de boca? Los conceptos más acertados respecto a todo ese asunto serían: adaptación y resiliencia. Se volvieron a plantear los mecanismos de trabajo y, sobre todo, el no rendirse en tiempos complicados, aprender y continuar el camino. En la BS Biblioteca Infantil de Oaxaca, se han llevado a cabo diversos talleres, desde análisis literarios hasta los de tipo inclusivo, como el de sistema braille y la Lengua de Señas Mexicana (LSM), todos de manera presencial.

Por más de siete años consecutivos se ha ofrecido, de manera puntual, el taller de Lengua de Señas Mexicana (LSM) que la BS ha impulsado, en un principio con la asociación civil CORA. Se trata de un taller presencial en el que el movimiento y la velocidad de la mano, la expresión facial como la boca, las cejas y los ojos, además del cuerpo, componen los elementos lingüísticos de comunicación de una idea o palabra que muy difícilmente se puede aprender con solo libros y tutoriales en línea. No quiero decir, estimado lector, que no se pueda, pero hay maneras de encontrar espacios dedicados a la enseñanza profesional de esa materia.

Luego de estos siete años de arduo trabajo ininterrumpido, como respuesta a las medidas y protocolos de seguridad, la gran BS decidió suspender todas las actividades en las sedes, de manera abrupta, sin posibilidad de continuar los talleres. La sorpresa invadió los rostros de los usuarios y solo quedaba la pregunta: ¿Cuándo volveremos a vernos?, sin saber que esas últimas señas que entrelazaban las manos de los estudiantes eran una amarga despedida.

Como se mencionó anteriormente, no podíamos quedarnos de brazos cruzados y mantener las condiciones aisladas de cualquier visita, recorrido o taller. Cada integrante del equipo debía pensar, desde su trinchera, cómo transitar a esa nueva condición social: no se dudó en acudir al ya conocido home office, así como a transmitir actividades en línea. Respecto a la enseñanza de la Lengua de Señas, fue complicado tratar esa área, pues lanzar solo videos, sin tener un seguimiento u orientación comunicativa adecuados, no iba a funcionar; entonces se desechó la idea. Sin embargo, mientras las condiciones permanezcan así, se optará por continuar las clases en línea. Estos ajustes atienden, con responsabilidad, el llamado de nuestra profesión.

Adaptándonos a la situación actual, y respondiendo a las necesidades que se presentan, la más reciente convocatoria para la continuidad del taller fue diferente: el formulario para la inscripción resaltó que las clases serían a través de la plataforma Zoom; el cupo se llenó al instante, no esperábamos una respuesta tan favorable, con más de 150 aspirantes al curso, lamentablemente, aunque quisiéramos que todos formaran parte de esa gran experiencia, las condiciones no lo permiten. Por eso les invito a no dejar de explorar y a no perder las esperanzas por aprender algo nuevo. ¿Podremos ajustarnos a esas características de la nueva normalidad? Yo digo que sí.

http://www.conapred.org.mx/documentos_cedoc/DiccioSenas_ManosVoz_ACCSS.pdf


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