Editorial

El presente está solo. La memoria
erige el tiempo. Sucesión y engaño
es la rutina del reloj. El año
no es menos vano que la vana historia.
Jorge Luis Borges

Hace ya un año que la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, con el ánimo de ser responsable ante la pandemia por Covid-19 y no propiciar contagios masivos, cerró sus puertas al público. Dejamos de presentar conciertos y actividades, cerramos las exposiciones, dejamos de escuchar las risas de chicas y chicos al visitar nuestras bibliotecas y museos, clausuramos congresos y conferencias y dejamos de tener contacto directo con la comunidad, pero no por ello dejamos de trabajar para ella, al contrario. Hemos aprovechado el tiempo para llevar a cabo la enorme tarea de limpiar, organizar y catalogar los acervos y colecciones de la Fundación —ya sean bibliográficos, filatélicos, numismáticos, de textiles o documentos— con la finalidad de conservarlos y mantenerlos en buen estado. También estamos en el proceso de crear plataformas digitales que den acceso a estos acervos y colecciones y que difundan sus contenidos. De la misma forma, hemos establecido un proceso de reflexión e integración hacia el interior de las diferentes instituciones que conforman la familia FAHHO para realizar proyectos educativos en común, proyectos que buscan abrir espacios de diálogo con nuestro público. Este proceso de pensamiento y cocreación, guiado por el Instituto DIA (Desarrollo de la Inteligencia a través del Arte) y La Vaca Independiente, nos ha servido para encontrarnos y constatar que nuestro corazón sigue con ustedes, que tenemos toda la fuerza y energía para desarrollar múltiples actividades que nos permitan estar cerca, brindar opciones diferentes de aprendizaje y adaptarnos a esta nueva realidad.

Diferentes programas de la FAHHO, por sus características de emergencia y con extremas medidas de precaución sanitaria, como el Programa de apoyo a hospitales y servicios de salud, el Programa de restauración de viviendas y monumentos afectados por los sismos, el Programa de reforestación social y el Programa de apoyo a los artesanos, todos ellos continúan con su labor. Este número del boletín está dedicado a presentar las diferentes actividades que hemos desempeñado a lo largo de este año, que se ha extendido más de lo que cualquiera hubiese imaginado o deseado. Las circunstancias nos obligan a estar a puerta cerrada, pero seguimos pensando y trabajando para la comunidad oaxaqueña.


Trabajo interinstitucional

Dos preocupaciones importantes para la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca se han presentado dadas las limitantes impuestas por la pandemia del COVID-19, y estas han sido: saber aprovechar este tiempo, combinando el trabajo en casa con el trabajo presencial, alternando los días y los horarios; la capacitación mixta vía Zoom y prácticas in situ con apoyos extraordinarios para proyectos también extraordinarios, los cuales han venido a plantearnos nuevas circunstancias y se han ido resolviendo de forma diversa. La segunda preocupación es la búsqueda de actividades para el personal de servicio al público, servicios generales y de vigilancia, tanto de museos, como de las bibliotecas, con dos finalidades: capacitar a este personal con un mayor conocimiento sobre otros centros de trabajo y con actividades nuevas a realizar.

De esta interacción entre el personal de otras áreas con las actividades nuevas, se podrán desprender múltiples beneficios, tanto para el centro de trabajo –abrir sus entrañas a neófitos en la materia– como al personal, descubriendo aptitudes y vocaciones inexploradas.

De la interacción entre filiales correspondió a Adabi replantear proyectos y actividades de naturaleza interna de todas las instituciones que custodian acervos. El replanteamiento fue dirigido a obtener el inventario total de las colecciones que se resguardan en la FAHHO hasta el momento presente, como una activad extraordinaria con personal propio y externo, con los apoyos de material requerido, la asesoría y capacitación por parte de Adabi.

Esta situación solo podía darse en las actuales circunstancias, con los centros culturales cerrados al público y sin actividades presenciales que impidieran realizar tareas básicas hacia adentro, por ejemplo, el inventario de lo que se tiene y de lo que se va adquiriendo.

Para quien esto escribe fue una verdadera sorpresa encontrar tanta riqueza documental, bibliográfica y fotográfica que resguarda la FAHHO en los museos y bibliotecas, así como el conocimiento que sus directores tienen de sus contenidos, valores y necesidades.

Si esta actividad se ha rezagado, sin duda ha sido debido a la demanda programática y constante de las actividades culturales que se realizan día a día. Ponernos de acuerdo para la realización de cada proyecto fue un verdadero intercambio de riqueza interpersonal en el que pudimos valorar el trabajo y compromiso de nuestros colegas de la FAHHO.

Una vez de acuerdo, tuvimos la aprobación de nuestra presidenta de Adabi y de la Fundación, Dra. María Isabel Grañén Porrúa, principal interesada en obtener un instrumento no solo de control de las colecciones, sino para ponerlo a disposición de los interesados y estudiosos de la materia. En la medida de lo posible, se iniciaron los trabajos en diciembre de 2020.

Adabi, por mediación de sus coordinaciones, diseñó el proyecto específico de cada área: documental y fotográfico del Museo Textil de Oaxaca e iniciaron la capacitación en uno de los diversos procesos a seguir. El Mufi inició también un proyecto muy ambicioso, diseñado por ellos e integrado al paquete de Adabi; requería de mayor personal y material muy especializado en cantidades mayores, pues su acervo es inmenso. La Biblioteca Henestrosa se sumó con dos proyectos: inició el de limpieza de cada libro y, en febrero, comenzaron las actividades preparatorias para la catalogación de su fondo reservado. Hay que hacer notar que en estos trabajos de la Biblioteca Henestrosa interviene personal calificado de la propia Fundación, cuya adscripción corresponde a la Biblioteca Francisco de Burgoa y al equipo Adabi-Oaxaca, quienes coordinarán y supervisarán los trabajos a seguir. Por último, se encuentra la catalogación de la colección documental Luis Castañeda Guzmán por el grupo Adabi-Oaxaca, en colaboración con la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova.

Los avances logrados a dos meses de su inicio son alentadores, a pesar de que no es fácil ponerse de acuerdo entre directivos y personal operativo, o apoyando actividades desconocidas y centros de trabajo disímiles al propio, en coordinación con un tercero, en este caso Adabi. Asesorar proyectos a distancia, a pesar de tener los involucrados la mejor disposición en la colaboración conjunta, solo se logra con un mismo objetivo, servir a México.

Sin duda, esta rotación de personal y los acuerdos entre directores de las filiales de la Fundación en Oaxaca y Adabi, no solo nos retroalimentará, sino que también afianzará la confianza en el desempeño e integrará a todos en un solo equipo que será de excelencia.

Una experiencia única y sin precedente alguno, que ilusiona y señala caminos nuevos: tiempos difíciles con enseñanzas nuevas.


Nuevas formas de trabajo

Una función sustantiva de las bibliotecas es hacer comunidad. El crear las condiciones para provocar que los niños, jóvenes y adultos lean, implica el encuentro personal, la interacción cara a cara con el otro. En tiempos de pandemia dicha interacción se detiene, porque la única forma de combatir el contagio es evitando el contacto humano. Este nuevo año, ya sabemos que , incluso vacunados, tendremos que continuar con las medidas de seguridad.

Las bibliotecas llevan un año con las puertas cerradas y el trato personal con sus públicos suspendido; el préstamo de libros, los talleres, las conferencias, los conciertos, las proyecciones y un sinfín de actividades esperan un mejor momento para reactivarse. Mientras tanto, las bibliotecas replantean sus prioridades.

En la Biblioteca Henestrosa el equipo revisa y termina el inventario de sus colecciones hasta dejarlo a punto, revisa el estado físico de los libros y los prepara para su mejor conservación y restauración; se pone énfasis en el proceso de clasificación y catalogación de las colecciones con el fin de avanzar en la construcción de bancos de datos bibliográficos disponibles para el público, tanto de forma física como en la red, procesos que se realizan con los apoyos de los equipos de Adabi, la BIJC, entre otros, a través de seguimiento presencial, combinado con talleres y reuniones vía Zoom. Se preparan los acervos para que, más adelante, puedan ser digitalizados y se abra su acceso virtual al público.

Los equipos de trabajo migran de sus espacios para unirse a otros equipos y apoyar sus proyectos. De este modo, los bibliotecarios y animadores de lectura de la Henestrosa y la Red de Bibliotecas Infantiles BS se unen a los equipos del MTO, del Mufi y de la BIJC para afianzar los procesos de organización de sus colecciones y acervos, al tiempo que hacen lo propio con las suyas.

Al ingresar a un espacio nuevo y con compañeros casi desconocidos, la resistencia normal al cambio se ve reflejada al inicio de las colaboraciones entre los equipos; influye esa sensación de incertidumbre y acecho al que nos somete la pandemia y el desconocimiento de las dinámicas particulares de cada área y equipo de trabajo. Cada miembro de los equipos ha tenido una experiencia cercana con el COVID-19 y el entorno de peligro permea la actividad cotidiana. Cada institución tiene sus propios proyectos y los equipos se van integrando a labores técnicas principalmente, pero también ellos mismos integran otro equipo. Coordinado por el Instituto DIA (Desarrollo de la Inteligencia a través del Arte), este nuevo grupo se enfoca en la formación de profesionales interesados en la innovación pedagógica, y se prepara y organiza para que todas las instituciones y espacios de la Fundación generen contenidos educativos para ser transmitidos a través de las redes.

Hay múltiples experiencias y cada una tiene, a su vez, diferentes capas: desde las nuevas experiencias laborales de rutina, el conocimiento y aplicación de técnicas y nuevas tecnologías de almacenamiento y difusión de la información, hasta los “descubrimientos”, tanto de las riquezas y potencialidades de los diferentes proyectos de la Fundación, como de las personas que las construyen e integran, que dan pie a la retroalimentación y al establecimiento de nuevas relaciones profesionales y personales.

Termino subrayando la idea que subyace en esta nueva forma de trabajo: debemos estar preparados para continuar sirviendo a la comunidad y dar la oportunidad para que surjan nuevas ideas y proyectos de esa mezcla y retroalimentación de los equipos de trabajo.


La formación humana en el confinamiento

En el mes de octubre pasado, la Coordinación de Proyectos Educativos de la FAHHO, en colaboración con la Universidad La Salle Oaxaca, el Colegio la Salle Oaxaca y el Colegio Benavente Puebla, dieron inicio a dos diplomados: Cultura, Arte y Ciencia en la Primera Infancia y Promoción y Estrategias Lectoras. Ambos se dirigen a lectores voluntarios, padres de familia y maestros de La Salle. Los 105 alumnos que conforman los tres grupos, uno de Puebla y dos de Oaxaca, han enriquecido sus conocimientos a lo largo de 78 sesiones, celebradas desde octubre de 2020 hasta finales de enero de 2021.

La virtualidad acorta las distancias. Los ponentes que guían las sesiones de diplomado no solo son de México, sino que nos han acompañado desde otros países como España, Colombia y Chile. Esto viene a diversificar las ideas y a realizar un intercambio cultural que nos permite ver la promoción de la lectura desde otros contextos y desde otras latitudes. Si bien la virtualidad ha facilitado la comunicación, también nos ha motivado a reaprender estrategias para llevar a cabo la promoción lectora, así, los ponentes del diplomado comparten sus conocimientos y experiencias que permitirán a los alumnos diseñar nuevas formas de llevar la lectura a los diferentes públicos a los que decidan dirigirse. Sin duda, un gran reto para los alumnos de los diplomados es trabajar en el diseño de sus proyectos a distancia, encaminados a acercar la lectura en estos tiempos en que las historias se vuelven tan importantes, siendo un aliciente para el alma y para sobrellevar esta nueva realidad que cambió de una forma tan vertiginosa. Afortunadamente, el compromiso de cada alumno es alto y lo sabemos porque los niveles de deserción han sido muy bajos; quienes continúan se esmeran por aprender y propiciar espacios para la lectura y la discusión proactiva.

En las ediciones pasadas de los diplomados se buscaba que los alumnos interactuaran con escritores para poder conocer más sobre los libros que usan como puentes con sus escuchas, y este 28 de enero hubo una gran sorpresa, tanto para los becarios como para el público en general: se realizó un conversatorio con el gran escritor e ilustrador de literatura infantil, Jairo Buitrago, desde Armenia, Colombia, quien nos contó sobre su descubrimiento como autor que mira y escucha al otro y que decide qué historias deben quedar escritas para no ser olvidadas, de manera que otros podamos encontrarnos en ellas.

Con más de cien asistentes a la charla, que se llevó a cabo por Zoom, Buitrago respondió a cada duda, inquietud y agradeció las felicitaciones de cada uno de los participantes de esta plática tan fortalecedora.

Los diplomados se han realizado desde la virtualidad y seguirán así hasta que las instancias correspondientes nos indiquen que ya es posible realizar reuniones presenciales, porque lo más importarte es seguir cuidándonos todos. El entusiasmo de los estudiantes y el compromiso de los docentes nos animan a continuar esta labor de formación de promotores de lectura: es una tarea por la que nos sentimos felices y soñamos con que en el mes de junio de 2021 tendremos una nueva generación de promotores culturales que, gracias a todo lo aprendido, atenderán y acercarán los libros a los bebés, niños, adolescentes y adultos, porque la literatura es para todos, no excluye, por el contrario, tiende puentes que nos permiten mirarnos en el otro y entendernos.


El eco del acervo

Y cada mañana, aquel conjunto de obras reposa ahí mientras trabajas, te habla, más el murmullo del público que está en las salas y la risa de las niñas y los niños que recorren el espacio emocionados porque enviarán una carta en un antiguo buzón, te contagia y distrae tu atención, justo en ese instante silencioso cuando comenzabas a percibir aquel eco o quizá el canto de las primaveras que posan en las ramas de un viejo árbol del jardín cautivó tus sentidos y en su búsqueda, miraste a otro lado olvidando aquel estante que extraña el vaivén de las piezas que se alistan para la exposición. Ha pasado ya un largo tiempo desde que las enormes hojas de cedro se unieron para aislar un mundo. Adentro, entre los gruesos muros de cantera y adobe, el eco de aquellas piezas trasciende, más allá de los tiempos sombríos y agitados, preservándose para siempre…

A casi un año del cierre de los espacios culturales de la FAHHO, derivado por el periodo de confinamiento por la pandemia de COVID-19, también quedó pausado el contacto con los distintos públicos en los museos y con los usuarios asiduos de las bibliotecas. El ritmo de trabajo cambió, de la modalidad presencial al home office, y muchas actividades se han vuelto a la virtualidad. Sin embargo, en esta complejidad, no todas las tareas se vieron afectadas por estos cambios, el Mufi ha continuado con el desarrollo de sus colecciones.

Esta pausa ha permitido retomar procesos que, muchas veces, por el dinamismo propio del museo se realizaban a un tiempo pausado e incluso se tornaban interminables, por ejemplo, la clasificación de estampillas postales y la constante actualización de inventarios.

Para desarrollar estos procesos en el acervo del Mufi y en la Biblioteca José Lorenzo Cossío y Cosío, desde el mes de noviembre se generó un proyecto colaborativo con dos filiales: el Museo Infantil de Oaxaca y la BS Biblioteca Infantil y Juvenil de Oaxaca.

En el área del acervo se ha contado con la colaboración de cuatro integrantes del MIO y se les otorgó una colección por país, Estados Unidos, Francia y Hungría para clasificar y actualizar el inventario. En los últimos tres meses, el avance en dicha clasificación ha sido considerable, ya que se trata de los países con mayor cantidad de piezas filatélicas con que se cuenta. Por poner un ejemplo, en la colección de Estados Unidos se cuenta con material filatélico muy variado, como son timbres, planillas, sobres de primer día de emisión, hojillas filatélicas, booklets, álbumes temáticos, tarjetas postales y folletos. En este proyecto solo se desarrolla la clasificación de estampillas postales según el año en que fueron emitidos: la cantidad estimada es de 15,000 piezas. En la colección de Malasia, por tratarse de una colección con menos de mil piezas filatélicas, ya se ha concluido con la clasificación de estampillas.

Generar un inventario de timbres sería sencillo si solo se tratara de contar piezas, sin embargo, para generar un inventario es indispensable la clasificación, un proceso que implica, ante todo, observación y paciencia, mucha paciencia.

Para los colaboradores del MIO uno de los aprendizajes obtenidos ha sido el conocer una forma distinta de organizar las colecciones al contar con un catálogo que permita consultar la información de cada uno de los timbres, sus variedades de perforación, color, papel (grueso, delgado, cuadrillé), marca de agua y valor actual, si se trata de un timbre nuevo o usado. Es asombroso cuando descubren un motivo en un timbre que es de su interés y lo comentan entre ellos. Es importante mencionar que el personal del MIO dedica el mayor tiempo posible a esta tarea específica y que también participa en talleres que benefician a los distintos quehaceres que desempeñan en su recinto y actividades encaminadas al área educativa, en conjunto con colegas de las demás filiales de la FAHHO.

A la Biblioteca José Lorenzo Cossío y Cosío se integraron dos colaboradores de la BS para realizar el inventario de la Colección Mufi y parte de la clasificación de los materiales correspondientes al Fondo Cossío. Algo que les resultó interesante fue conocer los diferentes materiales que conforman la colección, como los catálogos especializados de timbres postales, catálogos de subastas y exposiciones filatélicas internacionales, los folletos de clubes y asociaciones de coleccionismo y la literatura filatélica. Lo más sorprendente para ellos ha sido encontrar un documento en un catálogo de una importante casa de subastas de timbres postales publicado en 1975. En la correspondencia destinada a la señora Gabucio, viuda de Cossío, cuyo remitente es un coleccionista experto en subastas, se lee un pésame tardío por el fallecimiento del filatelista José Lorenzo Cossío y Cosío, un amplio conocedor de los timbres postales mexicanos, y quien se distinguía por las famosas colecciones que había logrado. Antes de las líneas de despedida, el remitente pone a disposición el servicio de subasta filatélica, claro, con el debido respeto, comentando que quizá no es un buen momento, pero que en caso de que tuviera a bien, ella o sus hijos, ofrecerla, él está a sus órdenes. Se despide no sin antes mencionar que ha adjuntado el catálogo para la próxima subasta, un ejemplo del anuncio que aparecerá en los diarios y reitera que están a sus órdenes para el servicio de subasta filatélica.

Un reto para los compañeros de la BS fue identificar los materiales para su clasificación y traducir algunas palabras, del alemán o del francés, para registrar la información en los campos correspondientes. Sin embargo, el interés y la disposición de aprender por parte de quienes participan han sido vitales para cumplir los objetivos establecidos de este proyecto.

Por parte del equipo del Museo de Filatelia resulta satisfactorio compartir el cúmulo de conocimientos que implica el coleccionismo filatélico, así como la experiencia adquirida en la preservación de un acervo tan peculiar. Los integrantes de ambas sedes hermanas sin duda conforman un gran equipo de trabajo.


Proyecto de la primera universidad en Oaxaca

En 2001, la familia de Jorge Fernando Iturribarría donó a la Biblioteca Francisco de Burgoa la colección de este político, académico y escritor oaxaqueño que vivió de 1902 a 1981. En enero de 2020, el equipo de la Biblioteca Burgoa, encabezado por la maestra Elvia Acosta, del Departamento bibliográfico y de atención a usuarios, inició la catalogación del Fondo Iturribarría, conformado por alrededor de 2,609 ejemplares.

Conforme ha avanzado el proceso catalográfico de este enorme acervo se han descubierto materiales muy llamativos. Uno de ellos es Sobre la erección de universidad de Oaxaca, libro de Jacobo Dalevuelta, publicado en 1934. Cabe señalar que Dalevuelta era el seudónimo utilizado por el periodista oaxaqueño Fernando Ramírez de Aguilar, quien había estudiado en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca. Radicado en la Ciudad de México, Ramírez de Aguilar publicó en varios diarios, entre ellos El Universal, del que fue jefe de información; además, fue corresponsal de guerra durante la revolución. Interesado por la historia, Dalevuelta publicó, entre otros, Oaxaca: de sus historias y sus leyendas, La odisea de los restos de nuestros libertadores y Nicolás Romero: un año de su vida.

En su obra, Ramírez narra que, en el siglo XVIII, más específicamente en 1746, el originario de Burgos, España, Felipe Gómez de Angulo, quien desde 1745 era obispo de Antequera del Valle de Oaxaca, pretendió crear la primera universidad de la diócesis, pues, hasta ese momento, la única institución de estudios superiores en la urbe sureña era el Seminario de la Santa Cruz. Sin embargo, el proyecto se vio frustrado por la falta de apoyo del rector de la Real y Pontificia Universidad de México, quien consideró que una nueva universidad disminuiría la matrícula de la universidad que él representaba.

Ahora bien, el libro de Ramírez nos remite a otro fondo de la Biblioteca Burgoa, se trata de la Colección Biblioteca Estudiantil, inaugurada en 1941, y que recibió el nombre del obispo Felipe Gómez de Angulo. Sin duda, se trataba de un homenaje al obispo Gómez de Angulo, pero también de una forma de manifestar que seguía vivo el anhelo por contar con una universidad en Oaxaca. Dicha empresa no se logró sino hasta 1955, cuando el Instituto de Ciencias y Artes del estado de Oaxaca fue convertido en la Universidad “Benito Juárez” de Oaxaca.

Es de notar que los libros de la Colección Estudiantil Felipe Gómez de Angulo para estudiantes fueron sellados para su adecuada identificación. Para ello no se eligió solo el nombre del obispo, sino que se escogió el escudo de armas del prelado Gómez de Angulo, conformado por cuatro cuarteles en los que se distinguen torres, un árbol y un león. ¿Quién decidió utilizar el escudo? No lo sabemos, pero es evidente que conocía la imagen heráldica del obispo. No es improbable que conociera el retrato de Angulo que se conserva en la catedral de Oaxaca, lienzo en el que también aparecen las armas del mitrado antequerano o el propio escudo que a pesar de los años se conserva en la biblioteca central de la Facultad de Derecho, edificio que se localiza en la actual calle de Independencia.

Así, el trabajo de catalogación nos permite no solo conocer una colección, sino comprenderla mejor e incluso establecer vínculos entre los diversos fondos. Finalmente, también nos ofrece la posibilidad de descubrir publicaciones poco conocidas, como esta de Jacobo Dalevuelta.


Guerreros y sus 25 años en Oaxaca

Oaxaca es un estado que se caracteriza por su cultura, su gastronomía, su arte, su gente y por ser uno de los lugares más cómodos y espectaculares para visitar. Y desde el año 1996, llegó el amor al beisbol a Oaxaca, y es que, el C.P. Alfredo Harp Helú, adquiría la franquicia de los Charros de Jalisco, quienes ya no continuarían en la Liga Mexicana de Beisbol. La noticia causó revuelo con la afición y los medios de comunicación, ya que, por primera vez en la historia, Oaxaca sería sede de un equipo profesional de beisbol y con esto llegaría, por fin, la oportunidad de presenciar pelota de calidad en un estado que es meramente beisbolero.

El 6 de marzo de 1996, la organización de los Guerreros de Oaxaca hacía oficial su llegada, frente a un gran número de medios de comunicación que era testigo del nacimiento de esta franquicia.

El año de debut fue difícil para un equipo nuevo en la LMB, pero muy halagador para una afición que añoraba tener beisbol profesional en su estado. Pero la adaptación llegó rápido y en 1998, teniendo a Nelson Barrera Romellón como dirigente, Guerreros logró el primer paso, que era clasificar a la postemporada, y después llegar a la gran final por primera ocasión en su historia. Una de las finales atípicas en el verano entre Acereros de Monclova y Guerreros de Oaxaca inició en el estadio Monclova, donde Oaxaca, con una de las grandes motivaciones después de vencer a dos equipos tan importantes en el circuito como Diablos Rojos del México y Sultanes de Monterrey, terminaba por ganar los dos primeros juegos como visitante. Después el objetivo sería coronarse en su estadio y con su afición.

Llegó el 3 de septiembre de 1998, cuando en el juego 4, y con la serie 3-0 a favor de Oaxaca, un hit remolcador, de Ramón Esquer, por todo el jardín central hacía que el Estadio Eduardo Vasconcelos se convirtiera en una fiesta para todo los oaxaqueños; esto le daba otra cara a nuestro estado.

Han sido temporadas de grandes emociones y también momentos duros o amargos, pero es de reconocer que la afición oaxaqueña ha estado junto al equipo en todo momento. Durante estos años, también la organización ha contado con grandes estrellas que, incluso, una vez retirados los números, ningún jugador los podrá utilizar nuevamente. El número 16 de “el Almirante” Nelson Barrera, fue retirado después de que perdiera la vida en un desafortunado accidente en su casa.

Hasta el momento, Barrera ha sido el ícono más importante del club. De igual forma el número 47 de Adolfo “Tribilín” Cabrera está retirado de la organización, ya que fue un personaje muy querido por la afición, jugadores y cuerpo técnico, siempre con ese carisma para el equipo y con la sabiduría de llevar a los jóvenes a tener buen desempeño en el terreno. Y recientemente, el emblemático número 10 del oaxaqueño Jaime Brena, quien militó por 21 años en la LMB con un total de 5 guantes de oro, 1,531 imparables, 553 carreras producidas y un porcentaje de bateo de .305, dejando una carrera impecable como pelotero profesional.

En su historia, Guerreros ha tenido un total de 18 dirigentes, destacando personajes como Alfredo “Zurdo” Ortíz, Nelson Barrera, Alfonso “Houston” Jiménez, Homar Rojas, Eddy Diaz, Enrique “Che” Reyes, José Luis “Borrego” Sandoval, Joe Álvarez y Sergio Omar Gastelum. Cabe destacar que la organización bélica ha impulsado el talento mexicano en la dirigencia, tanto así que en su historia ha debutado a un total de 5 mánagers, y, para el 2021, Erik Rodríguez se convertirá en el sexto en iniciarse con un equipo profesional en la Liga Mexicana de Beisbol.

Hoy, los Guerreros de Oaxaca cuentan con un campeonato de la LMB (1998), 2 campeonatos de Zona Sur (1998 y 2018), 1,277 juegos ganados, 26,839 hits, 2,115 cuadrangulares y con 138 juegos de play offs donde han ganado 68 encuentros.

Durante 25 años, la FAHHO y los Guerreros de Oaxaca han unido fuerzas para apoyar a instituciones mexicanas que destacan en su trayectoria y compromiso social a favor de quienes más lo necesitan en el estado con el programa Home Runs Citibanamex; este año, el monto total de los donativos es de $7.5 millones de pesos, los cuales se destinarán a 87 entidades públicas y privadas, seleccionadas por el alcance de sus proyectos ante la emergencia por el COVID-19.

Este 2021, Guerreros cumple 25 años de brindar a todos los oaxaqueños felicidad y emociones cada vez que la tribu bélica disputa un juego: los Guerreros buscan que el aficionado tenga su mejor experiencia cuando están en el “templo bélico”.

¡Felicidades Guerreros! Que sean 25 y muchos años más de vivir la pasión por el rey de los deportes, sigamos demostrando que en Oaxaca ¡Todos somos Guerreros!


Los Diablos vuelven a sus raíces

En septiembre se cumplirán siete años del campeonato más reciente de los Diablos Rojos del México, el menos esperado por su afición y, tal vez, el más especial, debido a que llegó junto con la renovación de talento joven y mexicano. A siete años de distancia, el equipo escarlata mantiene en su roster a varios de los héroes de aquella jubilosa despedida del Foro Sol, incluido el nuevo piloto, Miguel Ojeda.

Febrero inició con el anuncio de que la Pandilla Roja encarará la campaña 2021 con una restructuración que incluye el regreso de Ojeda al terreno de juego en su tercera etapa como mánager, un regreso que coloca a los dieciséis veces campeones de vuelta en sus raíces. Así como en 2013, cuando debutó como estratega, esta vez Miguel Ojeda también habló fuerte en la conferencia donde se anunció su nuevo encargo, y para felicidad de los seguidores de los Diablos, con la promesa de que la meta es ganar otro título, al que nombró claramente como “la Misión 17”.

Miguel no estará solo en este nuevo encargo; sin mencionar nombres, en cuanto al tema de sus coaches e instructores declaró que llegará acompañado de figuras relacionadas con el equipo y sus páginas de gloria.

Pero los Diablos Rojos no pretenden que la búsqueda del gallardete de la Liga Mexicana sea su único desafío para la próxima temporada, también contemplan que el club vuelva a tener entre sus filas a un “Novato del año”, algo que no sucede desde que Carlos Figueroa se ganara esa distinción hace siete años; la máquina del tiempo nos transporta nuevamente al mágico año de 2014. Ese fue el reto que lanzó el licenciado Jorge del Valle, quien se estrenó como gerente deportivo en la misma reunión donde el equipo detalló los planes de su nueva configuración.

Pensar que el equipo rojo vuelva a tener al mejor novato es una apuesta grande, pero nada alejada de la realidad. Entre los muchos retos que llegara a presentar el 2021, los jugadores jóvenes pueden hacer la gran diferencia en la Liga Mexicana y, en ese renglón, ya tuvimos una probadita de lo que pueden hacer los chamacos que no hace mucho estaban en la Academia de Beisbol Alfredo Harp Helú, en San Bartolo, Coyotepec. Lo que vimos en la Copa Juntos por México fue simplemente sensacional.

Así están los Diablos y sus planes para este año: renovados y enfocados en proyectar un rojo más intenso.


La Vaca Independiente-Instituto DIA-FAHHO: una colaboración de experiencia y entusiasmo

En diciembre de 2020, las diferentes instancias de la FAHHO iniciaron una travesía guiada por expertos y de la Vaca Independiente con su metodología DIA. Se trata de un proyecto que llegó gracias al humanismo y solidaridad de los presidentes de la Fundación, conscientes de la situación, pérdidas y emociones por las que atraviesa el país a causa del aislamiento por la pandemia y por las diferentes manifestaciones naturales que se enfrentan a causa del abuso y la explotación de nuestro entorno. Esta situación es motivo para sacar nuevamente lo mejor de nosotros, para explorar y explotar nuestras posibilidades, opiniones y conocimientos como un gran equipo.

Es necesario reeducarnos, reflexionar y ser críticos, de manera individual y colectiva, de la nueva realidad que atravesamos. La educación, tendrá que replantearse para ser incluyente con la riqueza lingüística que poseemos; deberá ser comprendida para crear nuevos materiales acordes a las posibilidades y medios que existen en nuestras comunidades.

Conocer nuestras habilidades, conocimientos, capacidades y el compromiso de cada instancia de la FAHHO nos ha ayudado a comprender la riqueza que ofrece la colaboración, y a comprometernos a entregar un mensaje, proyectos y materiales que nos hagan mirar la importancia de sembrar un árbol, cuidar la fauna, entender las transformaciones que han tenido nuestras ciudades, saber la importancia de nuestras lenguas, las vivencias que guardan nuestras fotografías y documentos, la belleza de nuestra ciudad y de las tradiciones y fiestas de nuestro pueblos.

En este trayecto, durante los meses de enero y parte de febrero, el Taller de Restauración de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, en colaboración con las áreas de Comunicación, el Centro Cultural San Pablo y la Biblioteca Infantil BS Canteras, crearon un video informativo sobre un procedimiento antiguo, pero capaz de continuar usándose para la impermeabilización de los techos de nuestras casas, iglesias y otros edificios. Se trata del uso de la piedra alumbre y del jabón de pasta, que son parte de una técnica tradicional y de fácil aplicación, además de ser de bajo impacto ambiental.

Esta técnica es aplicada al conjunto del templo y casa de visitas de San Miguel Adéquez, en Nochixtlán, y es explicada por el maestro Jesús Juárez Mateos, quien la conoce por su experiencia como trabajador de la construcción. Este material muestra a detalle el proceso a seguir para evitar la acumulación de humedad y las filtraciones de agua en nuestros techos. También se trata de una oportunidad para que, a partir de la riqueza visual del video, valoremos nuestras casas y templos mediante su cuidado adecuado.

Los invitamos a poner en práctica esta técnica heredada por nuestros antepasados; pueden apreciar cada detalle del proceso en el video que te presentamos.


Documentos y monumentos: una propuesta educativa de la FAHHO

Una pieza artística puede revelarnos los significados de su contexto y, a su vez, un documento histórico puede despertarnos emociones y sentimientos. Todo depende de la manera en que nos vinculamos con ellos, de las preguntas que les hacemos y de lo que nos enseñan de sí mismos.

Durante años, las bibliotecas, colecciones y acervos de la FAHHO han funcionado como esos vehículos de diálogo y conocimiento bajo una filosofía educativa muy clara: educar para construir un mundo mejor. Y eso se ha volcado en generar interés por el conocimiento y la comprensión del mundo, a fomentar la conciencia y el respeto hacia la diversidad –cultural, lingüística y biológica–, propiciar la apropiación de valores, el uso de la imaginación y creatividad, así como la expresión de los sentimientos a partir de diferentes lenguajes.

En esta etapa en que nuestras puertas físicas han permanecido cerradas por casi un año, y que la relación directa, cara a cara, se ha detenido, la búsqueda de medios, actividades y aliados para mantener el diálogo entre nosotros y los públicos nos ha movido a desarrollar estrategias educativas que permitan difundir nuestros acervos a la distancia. Para ello, desde diciembre de 2020, nos hemos vinculado con el Instituto DIA y La Vaca Independiente, que tienen una amplia experiencia educativa y de recursos a distancia, y cuyos objetivos son afines a los nuestros: generar un proceso de formación y acompañamiento sensible, intencional y reflexivo, orientado a desarrollar la inteligencia integral y las capacidades cognitivas, físicas, afectivas, comunicativas y sociales del ser humano mediante el arte y la cocreación. De esta manera, un nutrido grupo de trabajadores de la FAHHO y del Instituto DIA hemos iniciado un proceso formativo y cocreativo que nos permitirá, mediante nuevas estrategias educativas, romper la brecha espacial generada por la pandemia. En este proceso hemos podido formar grupos interdisciplinarios en torno a cinco ejes de trabajo definidos por los materiales y actividades de nuestras filiales:

• Patrimonio cultural y natural
• Pensamiento, lenguaje y lectura
• Arte
• Deporte y salud
• Diversidad, lenguas e inclusión

El objetivo principal de este proyecto, y al mismo tiempo el gran reto, es mantener vivo el diálogo creativo y empático que siempre hemos tenido con nuestro público, para mantener viva la curiosidad, la sorpresa y el deseo de conocer cosas nuevas pues, hoy en día, tanta falta nos hace.


La colección numismática llega al Mufi

Las monedas están presentes en todos los rincones de nuestra vida, ya sea para pagar el periódico, cuando compramos algo en la tienda de la esquina o incluso para dar propina al “viene, viene”. A pesar de la existencia de otros medios de pago, el uso de las monedas está muy arraigado en nuestro país, ya sea por costumbre, o bien, por sus ventajas prácticas.

Además de su valor de cambio, las monedas antiguas y modernas poseen otro valor: son útiles para explicar gustos, tendencias y eventos históricos; a través de ellas podemos conocer más sobre algunos aspectos de las tradiciones, las costumbres y los vaivenes políticos del país que las emite. Hay muchas personas que, fascinadas por la historia y la belleza de las piezas, deciden coleccionarlas y estudiarlas.

Al estudio de las monedas, medallas, billetes y otras piezas similares que han servido como medios de pago a lo largo del tiempo se le conoce como numismática. La numismática tiene muchas características en común con la filatelia, ambas se dedican al estudio, la investigación y la difusión de monedas y estampillas. A menudo, el gusto por la numismática comienza por la herencia de un familiar (padres, tíos, abuelos) que lega diversas monedas o estampillas a sus hijos o parientes, las cuales, en una primera instancia, pueden ser interpretadas tan solo como un bien material. Sin embargo, para un numismático o filatelista esta herencia puede ser vista como una forma de transmitir la historia familiar que narran dichas piezas. Las monedas o estampillas “del abuelo” pueden ser desde monedas “del kilo” hasta timbres de una serie permanente, pero en ningún momento dejan de ser la colección, tesoro o herencia de una persona que desearía heredar a sus hijos o nietos para que puedan conservar una pieza de la historia familiar, y, a su vez, poder formar un vínculo con él, aunque ya no se encuentre físicamente.

Recientemente, el Museo de la Filatelia de Oaxaca ha recibido para su clasificación, investigación y resguardo la colección numismática de don Alfredo Harp Helú. Esta invaluable colección, compuesta principalmente por monedas nacionales, ha permitido que el museo amplíe sus conocimientos sobre esta disciplina. Como antecedente, podemos enumerar la exposición sobre numismática y filatelia realizada en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca en 1996 y múltiples exposiciones donde se ha mostrado material numismático, lo que nos ha permitido conocer el interés del público sobre el tema y la necesidad de tener mayor información.

La fase inicial de nuestra investigación (en la que trabajamos actualmente) ha consistido en una cuidadosa catalogación de las monedas. A partir del estudio y reconocimiento de cada pieza hemos podido obtener información muy valiosa, pues la mayoría de las piezas tienen grabada la fecha, el lugar en que fueron acuñadas y las iniciales de los responsables del proceso en la ceca: los grabadores, los impresores, los ensayadores, etcétera, lo que nos permite clasificarlas con base en determinadas jerarquías.

Por otro lado, la información procedente de archivos, libros y gacetas nos ha permitido aproximarnos a conocer el uso de los materiales empleados en su acuñación y el motivo de producción de cada una de ellas. Hasta el momento, hemos identificado algunas piezas de la etapa virreinal, monedas de plata que durante el siglo XVIII fueron conocidas como “columnarios” o “de mundos y mares” debido a que en su reverso tienen dos hemisferios sobre ondas de mar unidos por una corona, entre dos columnas también coronadas; alrededor la leyenda VTRAQUE VNUM, “ambos son uno”. Las monedas de este periodo son quizá las piezas virreinales más afortunadas en cuanto a su diseño, pues además de la buena ley (composición y pureza de la plata), se añadió su magnífica hechura y la belleza de su diseño, de modo que estas monedas, en esa época, se ratificaron como el principal medio de pago en transacciones internacionales.

A su vez, hemos podido encontrar monedas del Segundo Imperio, también conocidas como “arras Maximiliano” que destacan por su bella factura. En el anverso ostentan el perfil del emperador con la leyenda “MAXIMILIANO EMPERADOR”, y en el reverso el escudo imperial y la leyenda “IMPERIO MEXICANO”, la denominación y el año. Cuando el monarca Fernando Maximiliano José María de Habsburgo-Lorena fue proclamado emperador de México, en 1864, una de sus primeras acciones fue acuñar una moneda bajo el sistema decimal, fue entonces cuando se produjeron las primeras monedas de “un peso” en México.

Por otro lado, hemos catalogado también monedas del siglo XX clasificadas por la leyenda “Estados Unidos Mexicanos” y en las que destacan piezas de 10, 20 y 50 centavos, de las primeras décadas del siglo. De años posteriores están las bellas y relativamente escasas monedas de dos pesos, “Victoria”, y dos onzas troy, acuñadas en plata .999, además de monedas conmemorativas de 5, 10, 25 y 100 pesos.

Sin lugar a duda, el manejo de la colección ha sido un trabajo arduo pero estimulante, desde el desembalaje hasta el registro en la base de datos, el inventario y la catalogación. A medida que la investigación avanza, se va adquiriendo experiencia en el manejo y la comprensión de las piezas. El equipo del Mufi sabe que una catalogación correcta, que permita adscribir una moneda o un timbre a un personaje preciso y a una cronología concreta, es imprescindible para alcanzar una valoración lo más ajustada posible de la pieza en sí misma, del momento histórico en que se inserta y del valor cultural que poseen.

A lo largo de estos 22 años, el acervo del Mufi ha crecido día con día gracias a las frecuentes donaciones y a las amables personas que han confiado en que el Museo de la Filatelia de Oaxaca es el mejor lugar para resguardarlas y darlas a conocer al gran público.


Herramientas educativas y acceso a la información: ejes de trabajo 2021

Uno de los ejes de trabajo para 2021 en la Casa de la Ciudad inició en 2020. Se trata de un catálogo de acceso público en línea que concentrará todos los acervos de las filiales de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca. De la mano de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova iniciamos el proceso de capacitación para el uso del software integral de gestión de bibliotecas Koha. De esta manera, el acervo de la Casa de la Ciudad, especializado en urbanismo y patrimonio edificado, formará parte de este gran catálogo de bibliotecas de la FAHHO.

El objetivo, además de la generación de dicho catálogo, es optimizar los servicios de consulta. Sistematizar la información de los acervos facilita el acceso a la información contenida en las colecciones que durante años hemos seleccionado e integrado a nuestro espacio para beneficio de investigadores, profesionistas, estudiantes y de la comunidad en general, y para las personas interesadas en profundizar en temas como la arquitectura, el urbanismo, la historia de la ciudad de Oaxaca y la conservación del patrimonio edificado.

El ordenamiento y control, auxiliados por los softwares abiertos, permiten el acceso a múltiples recursos de información. Estas herramientas digitales nos brindan nuevas posibilidades de seguir cumpliendo con una de nuestras misiones, además de ser un foro para el análisis del desarrollo urbano de las ciudades, ser un punto de búsqueda y encuentro de información que incentive los estudios en materia de urbanismo y conservación del patrimonio.

Para sumar a este proceso de catalogación, ya en desarrollo, continuamos con la adquisición periódica de nuevos elementos de consulta que permitan tener un acervo actualizado de acuerdo con las teorías contemporáneas y estudios recientes. Se espera que estas adquisiciones sean útiles en los procesos de análisis de la urbe y que este espacio dentro de la Casa de la Ciudad aporte a las investigaciones en torno al fenómeno urbano y el patrimonio arquitectónico. Algunas de las adquisiciones más recientes son:

La producción del espacio, de Henri Lefebvre, 2016.
La cultura de las ciudades, de Lewis Mumford, 2018.
Los no lugares, de Marc Augé, 2017.
The City of Tomorrow, de Carlo Ratti, 2016.
Urbanización y su relación con el desarrollosustentable, de Badi Zabeh, 2018.
Supercities, la inteligencia del territorio, de Alfonso Vergara, 2016.
Movilidad en las metrópolis, de Clara Vadillo Quesada, 2019.
Ciudad abierta y sustentable, de Marina Robles García, 2019.
Vivienda popular en la metrópoli, de Carolina Pedrotti, 2019.
La crisis del agua y la metrópoli, de Manuel Perló Cohen, 2018.
El modo atemporal de construir, de Cristopher Alexander, 2019.
El lenguaje de las ciudades, de Deyan Sudkic, 2017.

El segundo eje de trabajo visualizado para 2021 consiste en una capacitación impartida por el Instituto DIA, un centro de educación superior enfocado en la formación profesional para la innovación pedagógica. El objetivo de este curso es desarrollar material educativo partiendo de los campos temáticos de estudio de la Casa de la Ciudad y haciendo uso de herramientas acordes a la realidad educativa actual, de esta forma contribuiremos a los procesos de aprendizaje y formación de las y los estudiantes en México.

Bajo este esquema, y con la necesidad de fomentar la formación de seres humanos autónomos, libres, comprometidos y capaces de contribuir con su talento y voluntad al bienestar de sí mismos y de su comunidad, se han desarrollado, en una primera etapa (del 25 de enero al 17 de febrero) diferentes actividades didácticas con personal que actualmente labora en distintos departamentos de las diversas instancias de la FAHHO. Dichas sesiones iniciaron con la proyección de un estímulo (fotografías, pinturas, música, textos a manera de cuentos y libros ilustrados) y a partir de ello se ha dado pie a una serie de lecturas e interpretaciones que nos aproximan a un diálogo significativo y a la construcción colectiva de conocimiento. Así, el alumno observa, imagina, reflexiona, cuestiona, comparte ideas, despierta su curiosidad, escucha activamente, participa y opina; desarrollando habilidades de interacción a través del diálogo con los demás, es decir, habilidades comunicativas, afectivas y sociales, para construir de manera colectiva el conocimiento. Además, todas las opiniones y experiencias compartidas son válidas.

¿Cómo implementar este modelo didáctico en el diario quehacer y a partir del compromiso de la Casa de la Ciudad? Buscamos que, a manera de retos creativos, se desarrollen propuestas didácticas que promuevan, trasciendan, conserven y preserven la riqueza cultural, social, ecológica, urbana y patrimonial de Oaxaca. Para esto es necesario el diseño y ejecución de proyectos que tengan un impacto social directo en las distintas comunidades del estado de Oaxaca que armonicen dos ejes esenciales para la Casa de la Ciudad: el cuidado del patrimonio edificado con la construcción de ciudades más humanas que procuren la calidad de vida de sus habitantes.


Mirar hacia adentro

Tu visión devendrá más clara
solamente cuando mires dentro
de tu corazón…
Aquel que mira afuera, sueña.
Quién mira en su interior,
despierta.

Carl Gustav Jung

Mucho se ha discutido sobre los severos efectos negativos desatados por la persistente contingencia sanitaria, pero poco se ha explorado al respecto de las diversas áreas de oportunidad que una pausa de tal naturaleza revela. Por consiguiente, en esta ocasión será inspirador compartir cómo la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca se apoderó de este espacio y lo convirtió en un momento de reflexión que sirvió para reconfigurar objetivos, alcances y acervos que, por medio de sus filiales y programas, la mantienen en constante colaboración por México.

En este sentido, la adopción de la mejor de las caras ante esta pandemia convirtió este confinamiento en una coyuntura que, sin precedente, consintió el emprendimiento de una transición que responde a la demanda de evolución que exige esta nueva normalidad, y que también permitirá asegurar el establecimiento de elementos necesarios para crear un contexto adecuado con los requisitos de esta nueva era.

En esta línea y en respuesta a uno de los más grandes desafíos, la Fundación inicia un proceso de trasformación que, dirigido fundamentalmente al fortalecimiento interno de toda su estructura, buscará de forma preponderante que sus repercusiones lleguen cada vez más lejos. Por ende, esta etapa promocionará más que nunca la capacitación del personal para romper los límites del aislamiento y, por medio de la adecuada preparación, generar todos los espacios potenciales para continuar con la inquebrantable labor que realiza en materia de rescate del patrimonio cultural y natural de la nación.

Sin embargo, cada proceso de transformación también implica un análisis retrospectivo y profundo; en el caso específico de la FAHHO, se destacó la inexorable atención que demandan los diversos objetivos, aplazados por la imponente carga de trabajo cotidiana. Por lo tanto, encausamos el esfuerzo para lograr por medio de una colaboración interinstitucional la resolución del rezago en materia de registro, documentación y conservación de los fondos y colecciones propias. Desde finales del año 2020, el Museo Textil de Oaxaca junto con la Coordinación de Conservación de Fuentes Fotográficas de Adabi de México A.C. se complementaron para llevar a cabo una sinergia que tiene el objeto de completar el registro, identificación, descripción, organización, limpieza y estabilización de aproximadamente 80 127 ejemplares fotográficos y 2 080 expedientes documentales.

Los alcances de este proyecto repercutirán directamente en la permanencia, acceso y difusión de todos los ejemplares en custodia del Museo Textil, lo cual, a su vez, permitirá robustecer la oferta cultural de la FAHHO en relación con su activa participación en la conservación del patrimonio cultural de México y la integración del personal de otras áreas de trabajo conllevará sin duda, a la transformación de numerosas vidas.

TESTIMONIOS

Hasta hace unos meses, Pedro Ramírez trabajaba en el Centro Cultural San Pablo, específicamente en el área de mantenimiento, donde realizaba trabajos de pintura, electricidad, plomería y albañilería. Aprendió todo lo que sabe en Estados Unidos, país al que emigró desde que tenía 16 años y donde se desempeñó en la industria de la construcción, por lo que tuvo la oportunidad de estar en grandes ciudades como Los Ángeles, Miami, Carolina del Norte y del Sur, Atlanta y Kentucky. Pedro, siempre entusiasta por aprender algo nuevo, ahora realiza tareas de limpieza y estabilización de ejemplares fotográficos a cargo del Museo Textil, comprende la importancia que representan las medidas de conservación preventiva y la delicadeza que esta labor implica. Actualmente, disfruta mucho de su nuevo trabajo pues a través de cada una de las imágenes que llegan sus manos para su cuidado y atención, tiene la oportunidad de conocer por primera vez muchos lugares de su propio país.

Antes de la contingencia, Edson Carriedo se desempeñaba como custodio en el Centro Cultural San Pablo. En su caso, las graves consecuencias generadas por la ignorancia y falta de empatía, lastimosamente registradas en esta pandemia, han hecho para él este tiempo particularmente difícil, pues tan solo en su familia se presentaron cinco casos de COVID-19, uno de ellos fue su esposa, quien se mantuvo muy grave, lo cual significó un tiempo doloroso para Edson quien, acostumbrado al contacto fraterno y siendo una persona muy afectuosa, tuvo que enfrentar la impotencia de no poder abrazar incluso a sus hermanos, los únicos que lo ayudaron para proveerle alimentos cuando sus vecinos lo discriminaron junto a toda su familia. La situación lo afectó de forma profunda, sin embargo, la experiencia le sirvió para enfrentar esta etapa con decisión por lo que su inserción al proyecto de conservación de materiales fotográficos del Museo Textil se convirtió en una nueva oportunidad, en específico a través de los cursos a distancia, que para él no solo han significado nuevos conocimientos, pues las condiciones han generado muchas reflexiones respecto a la importancia del trabajo colectivo y la suma de esfuerzos.

Con estos testimonios se pretende incentivar el sentimiento de colectividad, el cual hará que cualquier esfuerzo adquiera mayor fuerza, pues también bajo esta línea existe una enorme posibilidad de hacer de cualquier camino, un recorrido más fácil de transitar. Por ende, ante esta pandemia, solo queda superar el dolor y la incertidumbre que ha trastocado sin distinción a cada nación, y enfrentar con la frente en alto el porvenir. Con esta reflexión se extiende una invitación para aprovechar esta extraordinaria oportunidad de celebrar como nunca antes el presente, y considerar cada momento como un espacio propicio para cerrar los ojos, mirar hacia adentro y, desde el interior, encontrar la vía más natural para reconfigurarnos.

De esta manera, los próximos andares irán con paso firme pues, unidos en la distancia, lograremos mitigar el aislamiento con la construcción de nuevas rutas que, en la medida en que colaboremos, compartamos y aprendamos, formaremos caminos que día con día se irán fortaleciendo en respuesta a un periodo de reconexión. Por lo tanto, en lealtad a esta constante capacidad de adaptabilidad de la Fundación, y en el afán de seguir perpetuando a través de múltiples líneas de acción el patrimonio cultural y natural del país, funcionaremos como una raíz que, por debajo de la tierra, en silencio y casi de manera imperceptible, irá conectando a todos con lo esencial para ir armando, poco a poco, el tejido que dará sustento a una enorme red de apoyo que seguirá funcionado por México.


Precio y valor: dos caras de la moneda

¿Es acaso sensato poner precio a un bien patrimonial irrecuperable? ¿Cómo reflejar el valor de un libro antiguo o documentos en un precio? ¿Cómo poner, en cualquier moneda corriente del momento, la habilidad de un impresor o de un escribano o de un grabador, o de un papel de trapo hecho a mano hace centurias o inclusive hace un decenio? ¿Es posible que los referentes actuales puedan reflejar el costo de algo realizado hace siglos? Estas podrían ser algunas preguntas que se hacen alrededor de la práctica de la tasación de un documento o de un libro, desde los contemporáneos hasta los antiguos o históricos.

En las noticias figuran subastas y ventas de todo tipo de documentos, fotografías, mapas, diarios, libros que se convirtieron en los más vendidos o libros clásicos de ediciones raras o exquisitas; incluso la oferta de estos ejemplares ha salido de las casas subastadoras y ahora ya se puede acceder, desde cualquier terminal de internet, a sitios dedicados a la venta de cualquier tipo de artículo necesario y deseado, sitios que ofrecen también documentos centenarios y ediciones de colección. ¿En qué basan sus precios?, ¿en un capricho, en una necesidad o en el mercado? Contestemos con un ejemplo conocido: si el interés es comprar un auto de determinada marca y modelo, el interesado revisará todos los precios a su alcance para comparar en dónde puede adquirir el producto más barato, con las características deseadas. Ahora bien, si lo que quiere es un auto “clásico” seguramente la oferta se reduce mucho más y los precios variarán según el estado de conservación, las características propias del automóvil, los kilómetros recorridos, adaptaciones y otras cualidades, inclusive, si modelos semejantes han salido a subasta, en cuánto se han vendido y cuál fue el precio inicial, todo ello, toda esta información va creando una valoración del auto deseado, incluyendo un precio en el mercado nacional y tal vez extranjero, dependiendo de la rareza o la acuciosidad del comprador, sin olvidar que un vendedor también acudirá a los mismos recursos para darse una idea estimada del valor del bien a negociar.

Algo similar pasa con libros y documentos. No es posible determinar, por ejemplo, un “precio razonable” para el acta de independencia de un país, porque simplemente no está en venta, pero si se exhibe en una exposición, será necesario un seguro que de alguna manera cubra algún daño que pudiera darse por un imponderable. El valor de esa acta reside en lo que representa culturalmente para la nación, su saga histórica y la lucha por su libertad, los personajes que la firmaron, el precio estimado para el seguro no puede establecerse sin pensar en todo ello y todavía así podría resultar meramente simbólico.

Vayamos a un caso más puntual: un ejemplar de la Imitación de Cristo de Tomás de Kempis, uno de los libros de devociones más conocidos y editados desde que apareció en 1441. Se entiende que la primera edición sería la más valiosa y posiblemente no haya ninguna a la venta en el mercado “oficial”. Para tasar un ejemplar posterior, sería necesario revisar si hay otros ejemplares en el mercado de la misma edición del que se desea establecer un precio, además de considerar el estado de conservación y otros elementos propios del ejemplar. Quien desee comprar un impreso determinado pagará seguramente, si está a su alcance, lo que el vendedor desee, aunque su valor comercial sea otro muy distinto, como ocurre en las subastas.

Ni hablar de la complejidad de valorar y tasar una biblioteca que, además de que se multiplica la dificultad debido al número de ejemplares y la existencia de fondos reservados y literatura “gris”, todavía hay que revisar las variables del valor de los títulos para establecer un precio que se aleje del capricho y sea más cercano a lo objetivo, aunque en materia de tasación en grandes volúmenes hay muchas posturas que podrían resultar hasta encontradas, pero son igual de válidas.

Tasaciones como las realizadas para la colección de cartillas de alfabetización ahora en la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, o la que está en proceso sobre las colecciones de la Biblioteca Henestrosa representan todo un reto de trabajo, cada uno con sus propias condiciones y variables que Adabi ha asumido como un gran objetivo que alcanzar en conjunto con la FAHHO.


Integrando esfuerzos por el bien de los documentos

La empresa de organizar archivos en Oaxaca ha tenido varias etapas, y en esta última, y de la cual formo parte, ha tenido sus frutos en los municipios y parroquias. De no haber pandemia, seguramente, en estos momentos estaríamos en algún lugar del estado organizando documentos. Sin embargo, las circunstancias cambiaron radicalmente en el trabajo de campo y, en vez de salir, nos hemos encauzado en un estudio de lo propio.

A la Fundación se le presenta, desde sus audiencias y públicos, la necesidad palpable de visita y consulta. El equipo de Adabi Oaxaca, enfocado en el rescate de los archivos históricos, tiene la oportunidad de colaborar con la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, una filial que resguarda, entre otras riquezas, colecciones y fondos documentales de gran interés e importancia en diversos temas. Una de las primeras colecciones que ha tenido bajo su custodia, y que contiene información muy importante sobre la historia de Oaxaca, es la que albergó un personaje, en sí mismo símbolo y referencia del amor por la historia y defensa de esta, a través del rescate de documentos y que lo llevó a tener una colección que hoy lleva su nombre, Luis Castañeda Guzmán.

Hasta hace poco, esta colección contaba con el instrumento de consulta básico: el inventario, el cual permite conocer las dimensiones de un fondo y su contenido de manera general. El proceso de elaboración del inventario no es sencillo, ya que para lograrlo se necesita revisar la totalidad del acervo y clasificarlo por secciones y series, contar los expedientes, identificar las fechas y ordenar de manera alfabética y cronológica. Este primer instrumento sienta las bases de los instrumentos más detallados, como la guía y el catálogo. Este último es el instrumento más codiciado por los investigadores porque en él se describe detalladamente cada expediente, haciendo referencia a su contenido. Para fortuna de aquellos interesados en esta colección, y que necesariamente debían consultarlo en la sala de la Biblioteca, ya está en proceso de catalogación.

Para lograrlo, los conocimientos y voluntades deben integrarse. Se nos capacitó para usar el sistema Koha, software en línea que refiere a una estructura y campos específicos para dar adecuada disposición a la información. Sabiendo esto, es necesario realizar un análisis documental y esto implica la revisión y lectura de los registros: se dan detalles de cada expediente, como la cantidad de fojas, las medidas, el año o años a los que refiere, el idioma, palabras clave para la recuperación de información y notas sobre su estado de conservación y limpieza. Sin duda lo más sobresaliente es la descripción de contenido, el cual puede variar en extensión según su conformación. Este proceso no es tan sencillo cuando nos enfrentamos a las letras del español antiguo: lograr descifrar las abreviaturas de los escribanos de siglos pasados requiere de una práctica paleográfica, así como de tiempo y adiestramiento del ojo ante las diversas letras que se encuentran en cada documento.

Una de las actividades primordiales para la conservación de los archivos, vinculada a la prevención del deterioro, es poseer un conocimiento preciso sobre cómo debe manipularse, limpiarse y guardarse adecuadamente. Estos sencillos pero importantes conocimientos harán la diferencia en la conservación, de ahí que conocer la técnica para su limpieza y tener la práctica para realizarla fuera nuestra primera aportación al proyecto.

Durante seis meses de trabajo constante en la lectura, descripción, el uso del sistema y la interacción diaria con el fondo, con la participación del equipo de la BIJC, Adabi Oaxaca y, en últimas fechas, del personal de las Bibliotecas Infantiles se terminará la catalogación de este valioso archivo, en el cual se ha avanzado más de 75%. Las fichas se encuentran disponibles en la página de la Biblioteca y puede accederse a él desde el buscador del catálogo.

Es importante describir lo que sucede tras bambalinas en estos meses de internamiento, pues la disposición de la información no se habría logrado en circunstancias en las que la atención al público fuera la prioridad, ni con las salidas constantes a los municipios y parroquias.

El llamado de la FAHHO ahora es a la unidad, a trabajar conjuntamente alineándonos a proyectos internos en los que deberá permear la creatividad, la innovación, el consenso y el profundo deseo de continuar caminando de una forma distinta pero siempre hacia adelante.


Al calor de nuestro segundo aniversario

Dos años han pasado desde aquel 23 de marzo de 2019, fecha en que la Ciudad de México acrecentó su valor patrimonial, social y turístico con la inauguración de un nuevo estadio de estándares internacionales, a la altura de la historia y tradición del dieciséis veces campeón de la Liga Mexicana de Beisbol: los Diablos Rojos del México.

Más de tres años de construcción en un espacio proyectado por y para el deporte, como es la Ciudad Deportiva Magdalena Mixihuca, dio la bienvenida al que sería el primer estadio profesional en construirse en los últimos cincuenta años en la capital del país. Un proyecto que sumó el esfuerzo de alrededor de 250 empresas, que se tradujo en la creación de más de nueve mil empleos directos.

Con 730 días de operación, y siendo escenario de encuentros de la Liga Mexicana de Beisbol, la edición 87 del Juego de Estrellas de LMB, finales de la Olimpiada Comunitaria de la Ciudad de México y la Copa Juntos por México, además de preparativos para recibir su primer evento internacional en una serie de temporada regular de la Major League Baseball con los encuentros entre Padres de San Diego y Diamondbacks de Arizona; el aún joven Estadio Alfredo Harp Helú ha logrado estar presente en significativos momentos en la historia de la institución escarlata y del beisbol mexicano.

La historia del Diamante de Fuego comienza tiempo atrás a la construcción del estadio, siendo los 78 años previos a su inauguración las bases que permitieron su verdadera materialización. El Estadio Alfredo Harp Helú es heredero de hazañas y sentimientos que no podrían comprenderse sin la nostalgia que desprende el Parque Delta (1940-1954), sin el legado de los campeonatos obtenidos en el Parque Deportivo del Seguro Social (1955 2000), sin la ostensible enormidad del Foro Sol (2000-2014); y por supuesto, en lo acogedor y familiar que resultaba el Estadio Fray Nano (2015-2018).

La edificación de este proyecto se sustenta de raíz con un sueño convertido en promesa, y, a su vez, de un esfuerzo guiado hacía una visión por hacerlo realidad. Los muros, gradas, pasto y arcilla que conforman y dan identidad a este inmueble, son el reconocimiento a una afición con más de 80 años de legado y a un equipo que ha sabido encontrar la victoria aun cuando los pronósticos estén en su contra.

Por todo lo anterior, la celebración de aniversario por la inauguración del Estadio Alfredo Harp Helú no solo conmemora la fecha en que este inmueble fue abierto al público para hacerlo propio, sino que permite, en cada una de sus butacas, reafirmar la tradición de portar la franela escarlata, el orgullo de pertenecer a una familia más allá de los lazos consanguíneos y la felicidad de visitar el parque de pelota como si fuera la primera vez. En palabras del C.P. Alfredo Harp Helú, en aquella tarde del 23 de marzo de 2019: “¡Bienvenidos al paraíso de los Diablos Rojos del México!”.


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