Boletín FAHHO Digital No. 4 (Mar-Abr 2021)

Mirar hacia adentro

Berenice Hernández Rochín / Jesús Aguilar / Nicholas Johnson

Tu visión devendrá más clara
solamente cuando mires dentro
de tu corazón…
Aquel que mira afuera, sueña.
Quién mira en su interior,
despierta.

Carl Gustav Jung

Mucho se ha discutido sobre los severos efectos negativos desatados por la persistente contingencia sanitaria, pero poco se ha explorado al respecto de las diversas áreas de oportunidad que una pausa de tal naturaleza revela. Por consiguiente, en esta ocasión será inspirador compartir cómo la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca se apoderó de este espacio y lo convirtió en un momento de reflexión que sirvió para reconfigurar objetivos, alcances y acervos que, por medio de sus filiales y programas, la mantienen en constante colaboración por México.

En este sentido, la adopción de la mejor de las caras ante esta pandemia convirtió este confinamiento en una coyuntura que, sin precedente, consintió el emprendimiento de una transición que responde a la demanda de evolución que exige esta nueva normalidad, y que también permitirá asegurar el establecimiento de elementos necesarios para crear un contexto adecuado con los requisitos de esta nueva era.

En esta línea y en respuesta a uno de los más grandes desafíos, la Fundación inicia un proceso de trasformación que, dirigido fundamentalmente al fortalecimiento interno de toda su estructura, buscará de forma preponderante que sus repercusiones lleguen cada vez más lejos. Por ende, esta etapa promocionará más que nunca la capacitación del personal para romper los límites del aislamiento y, por medio de la adecuada preparación, generar todos los espacios potenciales para continuar con la inquebrantable labor que realiza en materia de rescate del patrimonio cultural y natural de la nación.

Sin embargo, cada proceso de transformación también implica un análisis retrospectivo y profundo; en el caso específico de la FAHHO, se destacó la inexorable atención que demandan los diversos objetivos, aplazados por la imponente carga de trabajo cotidiana. Por lo tanto, encausamos el esfuerzo para lograr por medio de una colaboración interinstitucional la resolución del rezago en materia de registro, documentación y conservación de los fondos y colecciones propias. Desde finales del año 2020, el Museo Textil de Oaxaca junto con la Coordinación de Conservación de Fuentes Fotográficas de Adabi de México A.C. se complementaron para llevar a cabo una sinergia que tiene el objeto de completar el registro, identificación, descripción, organización, limpieza y estabilización de aproximadamente 80 127 ejemplares fotográficos y 2 080 expedientes documentales.

Los alcances de este proyecto repercutirán directamente en la permanencia, acceso y difusión de todos los ejemplares en custodia del Museo Textil, lo cual, a su vez, permitirá robustecer la oferta cultural de la FAHHO en relación con su activa participación en la conservación del patrimonio cultural de México y la integración del personal de otras áreas de trabajo conllevará sin duda, a la transformación de numerosas vidas.

TESTIMONIOS

Hasta hace unos meses, Pedro Ramírez trabajaba en el Centro Cultural San Pablo, específicamente en el área de mantenimiento, donde realizaba trabajos de pintura, electricidad, plomería y albañilería. Aprendió todo lo que sabe en Estados Unidos, país al que emigró desde que tenía 16 años y donde se desempeñó en la industria de la construcción, por lo que tuvo la oportunidad de estar en grandes ciudades como Los Ángeles, Miami, Carolina del Norte y del Sur, Atlanta y Kentucky. Pedro, siempre entusiasta por aprender algo nuevo, ahora realiza tareas de limpieza y estabilización de ejemplares fotográficos a cargo del Museo Textil, comprende la importancia que representan las medidas de conservación preventiva y la delicadeza que esta labor implica. Actualmente, disfruta mucho de su nuevo trabajo pues a través de cada una de las imágenes que llegan sus manos para su cuidado y atención, tiene la oportunidad de conocer por primera vez muchos lugares de su propio país.

Antes de la contingencia, Edson Carriedo se desempeñaba como custodio en el Centro Cultural San Pablo. En su caso, las graves consecuencias generadas por la ignorancia y falta de empatía, lastimosamente registradas en esta pandemia, han hecho para él este tiempo particularmente difícil, pues tan solo en su familia se presentaron cinco casos de COVID-19, uno de ellos fue su esposa, quien se mantuvo muy grave, lo cual significó un tiempo doloroso para Edson quien, acostumbrado al contacto fraterno y siendo una persona muy afectuosa, tuvo que enfrentar la impotencia de no poder abrazar incluso a sus hermanos, los únicos que lo ayudaron para proveerle alimentos cuando sus vecinos lo discriminaron junto a toda su familia. La situación lo afectó de forma profunda, sin embargo, la experiencia le sirvió para enfrentar esta etapa con decisión por lo que su inserción al proyecto de conservación de materiales fotográficos del Museo Textil se convirtió en una nueva oportunidad, en específico a través de los cursos a distancia, que para él no solo han significado nuevos conocimientos, pues las condiciones han generado muchas reflexiones respecto a la importancia del trabajo colectivo y la suma de esfuerzos.

Con estos testimonios se pretende incentivar el sentimiento de colectividad, el cual hará que cualquier esfuerzo adquiera mayor fuerza, pues también bajo esta línea existe una enorme posibilidad de hacer de cualquier camino, un recorrido más fácil de transitar. Por ende, ante esta pandemia, solo queda superar el dolor y la incertidumbre que ha trastocado sin distinción a cada nación, y enfrentar con la frente en alto el porvenir. Con esta reflexión se extiende una invitación para aprovechar esta extraordinaria oportunidad de celebrar como nunca antes el presente, y considerar cada momento como un espacio propicio para cerrar los ojos, mirar hacia adentro y, desde el interior, encontrar la vía más natural para reconfigurarnos.

De esta manera, los próximos andares irán con paso firme pues, unidos en la distancia, lograremos mitigar el aislamiento con la construcción de nuevas rutas que, en la medida en que colaboremos, compartamos y aprendamos, formaremos caminos que día con día se irán fortaleciendo en respuesta a un periodo de reconexión. Por lo tanto, en lealtad a esta constante capacidad de adaptabilidad de la Fundación, y en el afán de seguir perpetuando a través de múltiples líneas de acción el patrimonio cultural y natural del país, funcionaremos como una raíz que, por debajo de la tierra, en silencio y casi de manera imperceptible, irá conectando a todos con lo esencial para ir armando, poco a poco, el tejido que dará sustento a una enorme red de apoyo que seguirá funcionado por México.


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