Casa de Visita San Miguel Tixá

La comunidad de San Miguel Tixa, agencia de San Pedro y San Pablo Teposcolula, cuenta con un templo, sacristía, capilla y una casa de visita del siglo XVI. En la parte oriente del conjunto eclesiástico se encuentra un edificio conformado por una capilla abierta, una casa de visita y un salón. Este conjunto presenta tres etapas que se diferencian por su sistema constructivo.

La primera etapa comprende los cimientos del edificio y los vestigios, compuestos por una estructura de piedra vijarro, de una posible capilla abierta de 5.58 metros de ancho por 6.34 de largo.

La segunda etapa comprende el edificio de la casa de visita, compuesta por una estructura de piedra vijarro que abarca dos celdas de 6.73 m de ancho por 10.34 m de largo con ventanas que dan hacia el oriente; así como una celda de 9.52 m de largo por 6.37 m de ancho y 4.13 m de altura con una ventana hacia el oriente. El muro norte cuenta con un acceso a esta celda.

La tercera etapa comprende un salón de 28.78m de largo por 6.37m de ancho y 4.47m de altura, compuesto por una estructura de piedra endeque, y cubierta por una losa de concreto armado.

En el 2013 se pudo dar inicio con la primera etapa de restauración, y durante estos diez últimos años se lograron cinco etapas de intervención, siempre con el objetivo de conservar y recuperar la forma integral del edificio.

Las diferentes etapas de restauración, consistieron en la liberación de losas, cadenas, trabes y castillos de concreto, así como de los aplanados y firmes de cemento. Los muros fueron consolidados con piedra endeque y vijarro de la zona. Una vez teniendo estable la estructura se integró viguería de pino por medio de arrastre, vigas de carga y tabla previamente tratadas contra parásitos. Se integraron también capas de compresión y enladrillados con media tabla cocado en disposición de petatillo en las cubiertas. Asimismo, en los interiores se colocaron firmes de cal y, como acabado final, enladrillado con ladrillo cuadrado en disposición de cartabón. En la quinta y última etapa de intervención, que corresponde al salón, se aplanaron dos muros con mezcla de cal y pintura a la cal, se integraron carpinterías en ventanas y puertas, así como la instalación eléctrica.

Después de diez años de la suma de esfuerzos entre la comunidad de San Miguel Tixá, el municipio de San Pedro y San Pablo Teposcolula y la Fundación Alfredo Harp Helú, el pasado 7 de octubre del 2023 se inauguró la biblioteca que lleva el nombre de Mira Grañen Porrúa, así como la exposición “Rostros de Arte y Color” por el Museo Infantil de Oaxaca (MIO), para que los niños y pobladores de la comunidad, así como de las poblaciones vecinas puedan disfrutar de este bellísimo espacio.


Remontan las Bibliotecas Móviles: cautivan en cinco regiones de Oaxaca

De no ser por la pandemia, el programa Bibliotecas Móviles (BM) rurales de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca estaría cumpliendo 17 años; por fortuna remontamos y hay nuevas historias. Son diez almas, parecidas al grafeno, resistentes y ligeras, las que fluyen por los caminos del estado de Oaxaca hacia cinco de sus regiones: Sierra Juárez, Istmo, Mixteca, Mixe y Triqui.

Regresar implicó convencer nuevamente a las autoridades de las comunidades y a las instancias educativas, desde nuestra misión y filosofía de trabajo: leer y escribir libremente para crear lectores autónomos. A partir del préstamo mediante una credencial, más de 5 000 libros se han puesto a disposición de las comunidades para ser leídos en voz alta con el objetivo de crear círculos de lectura y charlas literarias. Principalmente, los textos que conforman las colecciones son infantiles y juveniles (LIJ) y entre estos podemos hallar temas científicos; géneros como la novela y la poesía; así como algunas obras en lenguas originarias.

Comunalidad
Cada lugar que tocan las BM se transforma en una fiesta lectora: las imágenes que publican los promotores conmueven y convencen acerca de esta labor como una gota que nutre y refresca las vidas de los participantes; los testimonios se extienden desde los recién nacidos hasta los abuelos. Algunos niños de la Sierra Juárez, donde empezamos hace 17 años, hoy ya son profesionistas que migraron a otros estados para estudiar; otros son padres y madres de familia que van con sus hijos a la BM. Podríamos decir que ya somos parte del paisaje y de ciertas costumbres. Cada instancia que nos recibe suministra los alimentos y un lugar donde pernoctar: nos abren sus corazones al brindarnos las facilidades para laborar.

Para consolidar este programa ha sido vital valorar y respetar los saberes y las costumbres de las poblaciones, ya que el objetivo es diseñar actividades contextualizadas, pertinentes y novedosas mes con mes: lecturas en voz alta y en sitio; talleres diversos: escritura creativa, reciclaje, randa, títeres, libros artesanales, papiroflexia, pintura, máscaras, entre otros; cine al aire libre; uso de telescopio y microscopio; y hasta sesiones de activación física con el kit facilitado por la Fundación Harp para el
Deporte.

Sistematización del proceso
Los promotores, comprometidos con su labor, registran en su bitácora diaria lo que observan, lo que manifiestan las familias, van conociendo los comportamientos lectores de sus rutas y poblaciones. Asimismo, detectan factores externos que afectan el desarrollo de las tareas: como la migración (pocos niños en algunas comunidades); la inseguridad (a cierta hora ni los niños ni las familias acuden a las BM); las altas y bajas temperaturas (los cambios climáticos); los problemas políticos (condiciones adversas para acudir a ciertas poblaciones). Las reuniones de trabajo para evaluar la ruta y poner en perspectiva todas las aristas y los componentes son indispensables. El diálogo, la reflexión y la camaradería están siempre presentes entre los promotores, quienes se han convertido en verdaderos conocedores de las comunidades que visitan.

Esencia social
Los promotores, mediadores, choferes, camaradas, “todo terreno” y más… dejan su casa, sus comodidades, sus dietas, para adentrarse y entregarse a esta labor de bibliotecarios móviles, algunos con un kilometraje de más de 6 años de aventuras: si su pasión es sorprendente, su convicción lo es más. Pozo Conejo en Yalalag es una muestra de ello, pues llevamos más de diez años, con mochila al hombro, caminando tres horas para atender a los niños mes con mes.

Vínculos afectivos, encuentros humanos
Cuando los promotores empiezan a hablar de sus vivencias “la luz en sus ojos es otra”: viven un trabajo con propósito. Detectan en niños y jóvenes las transformaciones al encontrarse cada quien con sus textos, y también al reencontrarse con ellos cada mes. Ese vínculo es un nutriente para los promotores, quienes se toman el tiempo para pensar y seleccionar los textos que ofrecerán a sus amigos lectores en el próximo encuentro.

Componente formativo
Es vital tejer y destejer, intercambiar experiencias, procesos, aprendizajes y desaprendizajes, por eso confiamos y le apostamos a la formación continua. En este momento, seis de los diez promotores estudian el Diplomado Internacional en Promoción de la Literatura, Infantil y Juvenil, y los otros cuatro ya lo estudiaron en alguna edición anterior. Además, se ofrecen capacitaciones puntualmente para temas del proceso, para lo cual hemos contado con la participación de Cirianni, Yepes, Diez, entre otros, y también hemos trabajado colaborativamente con los compañeros de las BM urbanas que trabajan con la BS infantil.

A continuación, presentamos algunos comentarios precisos en voz de los promotores de cada ruta:

BM MIXE: André Sánchez y Edgar Olmedo
A veces es gravoso para los comités de padres de familia costear nuestros alimentos, y es comprensible, son comunidades muy marginadas, son las que más merecen ser atendidas.

Los albergues indígenas son lugares muy valiosos, en especial el BIC 16 en Santo Domingo Tepuxtepec y el albergue de la niñez indígena Niños Héroes de Llano Crucero Tepuxtepec.

Representa un reto prestar los libros, pues temen pagarlos si llegaran a perderlos: buscamos que el gusto por leer sea mayor que el miedo a perderlos. Después de once meses, tenemos clara la gran dimensión territorial, por ahora nos concentramos en la región Mixe alta, algunas comunidades de la media y ninguna de la baja. Muchas de estas localidades están trabajando en el mejoramiento de sus caminos y soñamos con atenderlas cuando el acceso a ellas sea seguro.

BM TRIQUI: Araceli López y Víctor Fuentes
Estamos muy emocionados, los escuchas, principalmente niños, nos esperan con ilusión, celebran la presencia de la BM, y estamos logrando incrementar la participación de los adultos. Gracias a la FAHHO y a la Fundación Steiner, que desde Estados Unidos ha colaborado para hacer posible esta nueva ruta.

Es muy difícil la credencialización para prestar libros, así que optamos por tener de avales a los profesores de grupo, ya que los padres de familia desconfían de todas las instituciones y piensan que sus datos se usarán para otros fines.

Intercambiar e ir a otra ruta nos favoreció: conocimos nuevas estrategias lectoras, también cómo gestionar mejor con las autoridades. Tenemos desafíos interesantes, y eso nos gusta.

BM SIERRA NORTE: Amparo Valdivieso y Sofía Díaz
Ha sido un año muy productivo. En junio, estuvimos de fiesta con las presentaciones de Xolita en el templo mayor en las comunidades de Capulálpam de Méndez y Santa María Yavesía, con muy buena respuesta. También la gira de Alejandro Molina con sus marionetas logró atender todas las rutas. ¡Qué gran regalo, gracias!

BM ISTMO: Giovanni Camarillo y Gladys Contreras
Se vive y se siente un esfuerzo colaborativo entre actores locales: padres de familia, directivos, docentes, autoridades de agencias y municipales, así como personas civiles. Después del terremoto, la ciudadanía solidaria tiene más presencia.

Al terminar la pandemia, se logró construir nuevamente una ruta de trabajo en la región del Istmo, la cual se encuentra en consolidación.

A la gente le gusta poder explorar los libros de nuestro acervo, ya que no cuentan con el acceso a este tipo de materiales.

De abril a septiembre se sintieron unas olas de calor fuera de lo normal, lo que implicó hacer ajustes en nuestra metodología de trabajo.

Nos sentimos muy contentos y orgullosos de los alcances obtenidos en este 2023 y de contribuir a la gran labor que realiza la FAHHO por medio de las BM.

BM MIXTECA: Ángel Cosmes y Neftalí Jerónimo
Logramos el acercamiento directo con la biblioteca “La Casa de la Cacica” en San Pedro y San Pablo Teposcolula.

Nuestra visita al penal de máxima seguridad del estado, en Miahuatlán, nos causó un cúmulo de emociones. Con solo una docena de libros, computadora y proyector cruzamos con cierto nerviosismo la aduana del penal, pero con la certeza de que nuestra planeación abarcaba aspectos que serían de provecho para los internos. Se trabajó con alrededor de 210 personas privadas de su libertad y, por las 6 horas al día que estuvimos con ellos, ese espacio se convirtió en un lugar ajeno a la prisión: se exploró con el juego, el canto, el dibujo y la papiroflexia. Por unas horas los internos se olvidaron de su pena, de su encierro y por ratos volvieron a su niñez: las historias brotaban como caudal de río. La participación nos recargó de energía para muchos meses más de labor en la Mixteca.


EnTren bebés 2023:Jornada para la primera infancia en las Bebetecas BS

Fotografías: Acervo de Bibliotecas Infantiles BS

El bebé canguro duerme en la bolsa de su madre.
Y, antes de dormir, siempre da un beso a su mamá”.

Teresa Tellechea

Las bebetecas BS albergan un acervo en vanguardia de libros dedicados a la primera infancia. Pero uno de los aspectos más importante de estos espacios es que todos los días son habitados por familias que están cambiando las narrativas alrededor de la crianza. Ya que, por medio de las sesiones de lectura “Entre abrazos historias”, se valen de libros y experiencias para acompañar el desarrollo integral de sus bebés.

Es por eso que, desde el 2019, se realizan las “Jornadas para la primera infancia EnTren Bebés. Programa de actividades literarias, reflexivas e informativas”, dirigidas a familias con bebés de 0 a 2 años de edad. El pasado 1, 2 y 3 de diciembre de 2023 se llevó a cabo la tercera edición de las Jornadas en la BS Ferrocarril, con diez actividades donde el punto de partida fue el fomento a la lectura y la estimulación musical. A estas se le sumaron las acciones dirigidas a los cuidadores: fueron tres charlas informativas sobre salud mental, estimulación temprana y salud bucal en bebés.

Un punto angular de “EnTren bebés” son las actividades reflexivas dirigidas a los cuidadores, y los mejores ponentes para construir una charla de este tipo son los papás y mamás que participan activamente en el proyecto permanente “Entre abrazos historias”. En esta edición la voz la tuvieron las mamás en un foro donde se desarrollaron temas cruciales y significativos para las personas que maternan: responsabilidad, conflictos emocionales alrededor de la crianza y proyectos personales y profesionales. Durante esta charla se sumaron aportes realizados por las mamás que asistieron presencialmente y las que se conectaron vía online mediante nuestros videos en vivo.

Fotografías: Acervo de Bibliotecas Infantiles BS

Para el desarrollo de estas actividades ha sido indispensable tener una mirada respetuosa de todos los participantes, mirar a las y los cuidadores. Principalmente a las mamás en cuyas palabras resuena: “la culpa de no poder cumplir todas las expectativas agobia, cansa y señala”. Sin embargo, compartir ese malestar en comunidad abre una brecha para cultivar maternidades e infancias más conscientes, sanas y motivadas a seguir regando la semillas de futuros lectores.

Al término de la jornada pudimos contabilizar un total de 240 asistentes. Esto nos exige continuar haciendo intervenciones documentadas contextualizadas y de calidad para nuestros prelectores en las bebetecas. El hecho de tener resultados favorables refuerza la responsabilidad de continuar haciendo crecer la comunidad de bebés lectores en Oaxaca.


Adabi presente en la Reunión de cronistas poblanos

El pasado 16 y 17 de diciembre de 2023 se llevó a cabo la reunión anual del Consejo de la Crónica del Estado de Puebla, organizada por el jefe de departamento Pedro Mauro Vázquez Ramos.

En el auditorio de la Biblioteca Central, Licenciado Miguel de la Madrid, se reunieron cerca de cien cronistas poblanos, provenientes, en su mayoría, de la región de la Sierra Norte, Centro, Angelópolis y Mixteca poblana. Por parte de Adabi asistió Elisa Garzón Balbuena, coordinadora del proyecto de rescate de archivos en el estado de Puebla, quien también es cronista del municipio de Acatlán de Osorio.

Entre las actividades que se desarrollaron están la presentación de diferentes trabajos y publicaciones de los cronistas, el reconocimiento a los fundadores del consejo, así como la proyección de la ponencia de Areli González Flores sobre la relación del Consejo de la Crónica y Adabi en Puebla.

Como resultado de esta proyección, se abordó el tema de los apoyos que brinda la asociación en materia de rescate y organización de archivos históricos, aprovechando también la presencia de cronistas de nuevo ingreso, en quienes surgió gran interés por esta labor.

Específicamente se atendió a Gina Tochimani, cronista de San Andrés Cholula, quien solicitó información acerca de inventarios de haciendas publicados por Adabi; así como a Alma Delia Flores de San Felipe Teotlalcingo, quien solicitó apoyo para la restauración de un mapa de su comunidad.

Con Rodolfo Castillo de Juan N. Méndez se abordó la posibilidad de gestionar una cita con la presidenta municipal de Coyotepec para continuar con la organización del archivo parroquial y gestionar el del municipio. Cabe mencionar que dicho cronista presentó un avance de su investigación acerca de un personaje importante para la historia de la región mixteca: el general Joaquín Osorio, a quien se debe el nombre de ciudad de Acatlán de Osorio. Al consultar el archivo parroquial de San Vicente Coyotepec, el cronista pidió el apoyo de su servidora para cotejar algunos datos dela partida de bautismo del general, la cual podría dar fe de su origen y su verdadero nombre, Mariano Osorio. Sin embargo, Castillo señaló estar abierto a un debate debido a las controversias suscitadas con otros cronistas de la mixteca quienes han hecho investigación en otros archivos organizados en esta zona por ADABI.

Por otro lado, el cronista de Tehuacán expuso un acercamiento a la realización del diagnóstico del archivo municipal de la citada población, mientras la cronista de Xicotepec habló acerca de la solicitud del Inventario del Archivo Parroquial de Santiago Apóstol Pahuatlán como una iniciativa para emprender el rescate del archivo parroquial de su comunidad.

Por último, en pláticas con el doctor Emmanuel Rodríguez, cronista de Ixtacamaxtitlán y profesor del Colegio de Historia de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, se abordaron las visitas a los archivos históricos cercanos a la capital poblana por parte de sus alumnos para emprender las debidas gestiones.

Finalmente, se entregaron los reconocimientos y se tomó la foto oficial.


El rescate de los archivos históricos en Oaxaca y Puebla: Un recuento

Para cerrar las actividades del vigésimo aniversario de Adabi en Oaxaca, en los postreros días del mes de noviembre, se desarrollaron cuatro mesas temáticas en torno al patrimonio documental tanto del estado de Oaxaca como a nivel regional conjuntando la labor de su vecina Puebla, con sede en las instalaciones de la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa de la UABJO. El primer día se realizó un recorrido por la memoria del rescate de archivos en los estados antes mencionados, de manera que en la primera mesa se presentaron cuatro testimonios esenciales sobre recuperación, registro e inventariado de los archivos de Oaxaca entre 1970 y 2000 a partir de la participación de Ronald Spores, María de los Ángeles Romero, Rosalba Montiel y Stella María González Cicero, directora de Adabi. Todos ellos revelaron una parte de sus experiencias en esos primeros rescates de archivos tan importantes como Tlaxiaco, Cuicatlán o Teposcolula, referencias necesarias dentro de la historia de la conservación del patrimonio documental de los municipios oaxaqueños. De igual manera, los exponentes hicieron alusión a todas aquellas instituciones locales, estatales y nacionales que, a través de ellos o con su apoyo, consiguieron dar visibilidad a los archivos históricos municipales, así como a otros de carácter estatal como el del Tribunal Superior de Justicia del Estado. Estas experiencias hicieron patente el trabajo de rescate y la capacitación impartida como parte de la concientización respecto de las buenas prácticas para la gestión y la conservación documental. Video: https://fb.watch/ptnJE9gvXO/

En la segunda mesa de este primer día se presentaron los testimonios “contemporáneos” del rescate y organización de los archivos oaxaqueños y poblanos en las voces de cuatro integrantes de los equipos de la Coordinación de Archivos Civiles y Eclesiásticos: María Areli González Flores, Elisa Garzón Balbuena, Isabel Martínez Ramírez y Salvador López Martínez. Los ponentes abordaron diversas temáticas, entre ellas: la consideración de cuatro fondos que pueden localizarse en los municipios, pero no necesariamente en los archivos municipales, ya que pertenecen a otra jurisdicción (jefaturas políticas, Registro Civil, Juzgado Menor y Ministerio Público); las acciones de conservación preventiva ejecutadas en distintos municipios; las extracciones de libros de zonas riesgosas; así como el proyecto de rescate y organización llevado a cabo en el entonces Archivo General del Poder Ejecutivo del Estado de Oaxaca, hoy Archivo General del Estado de Oaxaca y, más recientemente, en el archivo de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca. Las narraciones de los ponentes hicieron patente la gran experiencia adquirida a través de los múltiples rescates de archivos municipales y parroquiales. Video: https://fb.watch/ptnatsk52W/

En la primera mesa del segundo día de actividades se presentó el Inventario del fondo documental del Instituto de Ciencias y Artes del Estado de Oaxaca con la participación de Stella María González Cicero, directora de Adabi, María Oropeza Orea, encargada del proyecto y titular de Adabi Oaxaca, así como de Ana Luz Ramírez, Onán Aragón Fabián López y Jorge Galdamez. Las temáticas abarcaron la historia del rescate y organización de este fondo, la experiencia de la reconfiguración del mismo, así como una rápida vista a las secciones que lo conforman: Gobierno, Academia, Administrativa y Fomento científico y cultural. El preludio consistió en señalar la importancia de reivindicar a los inventarios como instrumentos de consulta que permiten conocer el universo completo de la documentación. https://
www.facebook.com/BiblioBurgoa/videos/1578286186313453/

Para conocer el panorama de la vida cotidiana del Instituto de Ciencias y Artes del Estado de Oaxaca se escucharon las voces de Francisco José Ruiz Cervantes, Héctor Porras Fernández y Miguel Ángel Ortega Mata, egresados de dicha institución, todos ellos rememoraron su estancia y posterior relación tanto con su alma mater como con sus compañeros y amigos universitarios desde diferentes ángulos. https://fb.watch/pLz-3ZG8Ov/

La presidenta de Adabi, María Isabel Grañén Porrúa, estuvo presente en las diferentes mesas resaltando la importancia de los trabajos de rescate y ordenación del patrimonio documental oaxaqueño y poblano; la pasión del trabajo emprendido y finalizado; la vocación social y de servicio de los participantes haciendo énfasis en el hecho de que este tipo de proyectos cambian vidas y tocan a las personas, ya que permiten hacer conciencia del valor que los archivos tienen.


Pichanchas de barro

Fotografías: Acervo de Andares del Arte Popular

La alfarería, una de las principales actividades de los pueblos mesoamericanos y de gran importancia en la cocina mexicana hasta la actualidad, ha sobrevivido gracias al extendido uso que se le ha dado: tanto los utensilios para la preparación de alimentos, como los recipientes para almacenar granos han sido utilizados durante generaciones.

Las pichanchas de barro (ollas coladores) han sido usadas en la cocina oaxaqueña desde hace muchos años. Este tipo de piezas, que están elaboradas en forma de ollas con pequeñas perforaciones, se utilizan para lavar el maíz cocido o nixtamal, como se le conoce comúnmente. Al lavar el nixtamal en las pichanchas se facilita la extracción de la piel del maíz, así como la eliminación de la cal que se añade al maíz durante el proceso de cocción para después llevarlo al metate y convertirlo en masa.

Los diferentes tipos de pichanchas que se conocen en Oaxaca, presentan formas y tamaños diversos. Algunas comunidades en donde hoy en día se siguen elaborando y utilizando son: San Bartolo Coyotepec, San Marcos Tlapazola y Santa María Atzompa.

En la comunidad de San Bartolo Coyotepec, el maestro José López Aragón sigue fabricando las tradicionales pichanchas; nos comenta que es una olla la cual se perfora con la punta del cuerno de venado, ya que el uso principal de esta pieza es el de lavar el nixtamal o el cuanextle (maíz) para elaborar el tejate, el cual se cocina con ceniza para que quede totalmente limpio. Como la pichancha es un objeto utilitario, se producen en dos tamaños dependiendo de los kilos de maíz que se van a cocinar

Además, para elaborar una pichancha la olla debe tener una boca grande, ya que las cocineras tienen que introducir la mano para poder lavar el maíz. Al hornear la pichancha es necesario cocerla con dos tipos de madera: el huizache y el encino; para que las piezas estén cien por ciento cocidas deben estar en el horno durante doce horas, de donde salen con un tono gris platinado.

Al ser productos solicitados en las viviendas, hace ya varios años se comercializaban en los mercados de Zaachila, Ocotlán y Tlacolula. Cuando las piezas no se vendían se realizaban trueques, que consistían en intercambiar las pichanchas por otros productos que se necesitaban en el hogar, como frijol, maíz, canastos de carrizo, entre otros. Hoy en día ya no es tan común ver las pichanchas en los mercados, pero aún se solicita su elaboración para su uso en algunos hogares oaxaqueños.

No podemos olvidar el uso real de estas obras, ya que para las comunidades fueron y serán herramientas de la cocina oaxaqueña. Te invitamos conocer estas piezas en las salas de Andares del Arte Popular, en Avenida Independencia 1003, Centro, Oaxaca.


24 impresiones por los 25 años del Mufi

Fotografías: Acervo del Museo de la Filatelia de Oaxaca

El Museo de la Filatelia de Oaxaca cumplió 25 años el pasado 9 de julio, sin embargo, decidimos celebrarlo no solo en el día de su aniversario, sino antes y después, durante todo el año. ¿Y cómo se podría festejar medio siglo de vida si no es con invitados especiales? Es por eso que tuvimos la ambiciosa y grandiosa idea de realizar múltiples actividades en cada mes del pasado 2023, acompañados siempre de grandes artistas y talentos increíbles. Una de estas actividades fue la impresión de una serie de postales de autor coleccionables. El plan fue el siguiente: se invitaron a doce artistas diferentes, cada uno de los cuales diseñó una postal exclusiva con los elementos visuales que encontraron dentro del propio Museo, para que al final de cada mes se imprimiera la postal respectiva y ¡el resultado fue grandioso! Estas mentes creativas nos regalaron diseños increíbles inspirados en los buzones, en las cartas, en las exposiciones e incluso en las pitahayas que se encuentran en las instalaciones del MUFI. Un mes nuevo, un artista nuevo. Bajo esta lógica se invitó también a la comunidad para que, en el día señalado, asistieran a imprimir el diseño exclusivo del mes correspondiente. Berza Remes, Polvoh Press, Monturqueza, Lapiztola, entre otros enormes talentos, estuvieron presentes el día respectivo a la emisión de su diseño para firmar cada una de las postales que los visitantes estampaban.

En total fueron doce postales de doce artistas diferentes para cada uno de los doce meses: irrepetibles y de colección, pues cada uno de los diseños no se volverá a imprimir.

Por si fuera poco, se tomó la decisión de no solo realizar postales a lo largo del 2023, pues teníamos más en mente, y entre todas esas ideas sobresalió otra igual de ambiciosa y genial: doce impresiones en serigrafía, seis en paliacates y seis en morrales. Cada soporte alternando un mes, enero paliacate, febrero morral, y así consecutivamente. En estas ocasiones contamos con el invaluable apoyo de Brezck Díaz y Michitaller en las labores de impresión. Los diseños de las bolsas y paliacates fueron dedicados a timbres postales del mundo con alusión al mes en que se imprimían; por ejemplo, en febrero, el mes del amor, se utilizó un timbre emitido por Estados Unidos en 2020, cuyo diseño consistía en un corazón grande hecho por más corazones pequeños, o el de octubre, en donde elegimos un timbre mexicano, emitido en 1963, en el que se muestran las calacas de José Guadalupe Posada.

Fotografías: Acervo del Museo de la Filatelia de Oaxaca

En cada impresión veíamos con gusto cómo el Museo se abarrotaba, eran filas enormes de visitantes que querían llevarse un pequeño recuerdo de los 25 años del MUFI, pero también estaban los coleccionistas duros que habían venido mes tras mes, sin falta, para adquirir la pieza correspondiente. Si viniste, ya sea por un recuerdo o para completar tu colección, te damos las gracias por estar con nosotros, por celebrar estas actividades planeadas para ti y por haber sido parte de este inolvidable 25 aniversario del Museo de la Filatelia de Oaxaca. ¿Te gustarían más actividades parecidas? ¡Espera las que tenemos planeadas para este 2024!


La cueva de las maravillas

A veces la imaginación nos lleva a creer que conocemos un sitio porque lo hemos visitado varias veces, o porque pasamos ahí mucho tiempo…, hasta que sucede algo y notamos la muesca en las ventanas o en las paredes, en las plantas o el techo, y nos maravillamos. Quizás pensemos que conocemos a nuestras amigas o a nuestra familia, hasta que sucede algo que les hace actuar de una forma que jamás hubiéramos pensado. Y nos seguimos maravillando. En las librerías pasa mucho: siempre suceden cosas, y quienes tienen los ojos abiertos pueden notarlo.

¿Escucharon ese chiste que dice “Quiero ir al tianguis a pensar cosas”? Pues a veces vamos a las librerías a eso, a pensar cosas, y a no pensarlas también; nos ponemos en piloto automático mientras caminamos entre los estantes y paseamos la mirada por lomos de colores y tipografías diversas. Quizás un título nos saque de ese estado, tal vez una baldosa suelta nos sobresalte y de pronto veamos el letrero de “Ofertas en este librero”, o encontremos el título que no andamos buscando pero que necesitamos… También es probable que no salgamos del modo pensativo y así mismo volvamos a la calle, pero siempre un poco más ligeros, livianos.

En la Librería Grañén Porrúa suceden tantas historias, y aunque parece que todos los días vemos los mismos estantes y sacudimos los mismos libros, a diario somos testigos de encuentros amorosos, de profundas pláticas en la Sala Infantil y de búsquedas implacables, de decepciones y pequeñas maravillas. Por ejemplo: quienes caminan por el andador y a la altura de las ventanas de la librería avistan un ejemplar —que no buscaban, pero que descubren que necesitaban—, gritan de emoción y alegría: entran corriendo y acarician el libro, preguntan los precios, miran los lomos, vuelven a gritar de emoción… A veces el encuentro se queda en eso, en un alegre momento; también sucede que apartan el libro y vuelven a la quincena siguiente. En ocasiones, nos piden un descuento, ruegan a sus mamás o papás y buscan en lo más recóndito de sus bolsas. Así, confirmamos que, aunque parezca un día común, uno más amontonándose sobre otro, estos detalles nos sacan también a nosotros del piloto automático.

No solo se trata de vender libros, de decir: “Sí, lo tenemos, cuesta tanto”. Quienes permanecen en esta librería, detrás del mostrador, haciendo el aseo, organizando y contando libros —Rolando, Francisco, Juan, doña Vicky, Ramón, Alejandro— saben que con su diaria labor hacen mucho más que eso: dan boletos de viaje a otros mundos, regalan ventanas al apacible jardín de alguien más, ofrecen fábulas, mitos, cuentos de terror o de amor, historias de vida…

Total, nos maravillamos…


Editorial

Damos la bienvenida a este 2024 y, de igual manera, a ustedes, los lectores del Boletín FAHHO. Abrimos esta edición con una reseña sobre la inauguración de la muestra del Sabinosaurio, un ejemplar de enormes dimensiones que habitó la Tierra hace setenta millones de años y que ha causado gran sensación entre los visitantes asiduos al Centro Cultural San Pablo. El Museo Textil de Oaxaca presenta una bella crónica acerca de la llegada de una finísima colección de textiles japoneses, una muestra que no deben perderse, además de la narración que Alejandro de Ávila hace sobre un proyecto de rescate de tejidos con pluma que realiza en colaboración con el tejedor de San Mateo del Mar, Noé Pinzón. Siguiendo con los espacios museísticos, por parte del Museo de Filatelia tenemos un texto que describe y explica la relevancia de la nueva serie postal “México: Arte Textil” la cual se exhibe en el Palacio Postal de la Ciudad de México. Con el Museo Infantil aprendemos sobre la historia del maíz en Oaxaca y la importancia del juego para comprender su relevancia durante la infancia. Directamente relacionado con la cultura del maíz, se encuentra el texto para la exposición “Comales: ceniza + polvo + agua” donde las mujeres se convierten en agentes de la cultura artesanal y alimentaria. Para el Museo Diablos Rojos del México, Veka Duncan une los hilos del arte y el deporte logrando tejer un excelente panorama de los tesoros que este espacio contiene.

Por otro lado, la Red de Bibliotecas Infantiles nos adelanta una reflexión en torno al comportamiento lector de sus usuarios, mientras que Andares nos deleita con una historia más de artesanos, en esta ocasión de los textiles de Santo Tomás Jalieza. La Biblioteca de Investigación Juan de Córdova nos acerca a la experiencia de conformación, organización y mejora de las bibliotecas comunitarias, así como a los redescubrimientos en el Archivo Histórico de Notarías de Oaxaca. Asimismo, Yunitza Vásquez comparte un texto en zapoteco de Yalálag sobre los avances en la creación del repositorio de cartillas en Lenguas Indígenas para la alfabetización. Desde la Biblioteca Henestrosa se desprende una emocionante reseña sobre la edición y publicación facsimilar de un mecanoescrito del entonces preparatoriano Efraín Huerta: Las tendencias sociales de Diego Rivera. Por su parte, Adabi nos comparte un texto sobre el Catálogo razonado de demonios, monstruos, seres fantásticos y prodigios, elaborado por la Dra. Ángela Matilde Fernández Pérez con base en las crónicas franciscanas que se expresan en torno a estos fenómenos en la Nueva España de los siglos XVI y XVII.

En cuanto al desarrollo del deporte y la cultura física, la Fundación AHH para el Deporte nos permite acercarnos al trabajo que, desde esta área, se llevó a cabo durante el 2023 a partir de la promoción de la salud y la paz. En correspondencia, Diablos Rojos del México relata la llegada del nuevo mánager del equipo, Lorenzo Bundy, así como su trayectoria dentro del beisbol mexicano. Otro de los proyectos con impacto social, específicamente en las juventudes oaxaqueñas, es el taller de “Introducción a la ópera para jóvenes”, cuya semblanza es presentada por la Fonoteca Juan León Mariscal y Seguimos Leyendo.

Finalmente debemos mencionar dos colaboraciones más, derivadas de la necesidad de pensar y resolver problemáticas urgentes de la sociedad oaxaqueña. Por un lado, tenemos la nota de Casa de la Ciudad: una introducción a la conformación de los asentamientos humanos irregulares como resultado de la inequidad que provoca la centralización en las ciudades. Desde el área de Medio Ambiente, a partir de una contextualización histórica de los árboles del Zócalo y la Alameda de León, se nos convoca a reflexionar acerca del impacto que nuestras actividades cotidianas en la ciudad tienen sobre los árboles, pero, especialmente, sobre la importancia de estos seres para la posibilidad de nuestra existencia.

Deseamos que disfruten cada uno de los textos que conforman este número del Boletín y que alguno de nuestros contenidos sea fructuoso para arrancar con ánimo, provecho y bienaventuranza este 2024.


Embajador de la paleontología en el Centro Cultural San Pablo

El embajador de la paleontología mexicana ha llegado a Oaxaca y estará en el atrio del Centro Cultural San Pablo para compartir con las infancias, adolescencias y familias oaxaqueñas la historia de los dinosaurios en México. Se trata del “Sabinosaurio” —nombre con el que se le bautizó de manera coloquial—, una réplica natural del fósil de un hadrosaurio encontrado de manera fortuita en 2001 por el ingeniero Juan Pablo García en Sabinas, Coahuila, al norte de México; esta parte del territorio nacional es conocida por la gran cantidad de hallazgos de fósiles de dinosaurios de diferentes familias como los tiranosauridos, los ceratópsidos, los ornitomímidos, los ankilosaurios y los hadrosaurios.

La maestra Felisa Aguilar, bióloga y paleontóloga que acompañó al embajador en este su primer viaje al sur del país, nos cuenta que el “Sabinosaurio” habitó por esas regiones de México durante el Cretácico tardío, es decir, hace aproximadamente 70 millones de años, y forma parte de los dinosaurios conocidos como “pico de pato” por la forma en que termina su mandíbula.

Aunque en el atrio de San Pablo podremos apreciar el esqueleto completo, la maestra Felisa Aguilar cuenta que al momento de su hallazgo el “Sabinosaurio” solo conservaba entre el 60 y el 70 % de su composición ósea, por lo que paleontólogos especialistas tuvieron que reconstruir las partes faltantes tomando como referencia otros restos fósiles similares a los de esta especie.

Gracias a que se determinó la longitud del fémur recuperado —1.3 metros—, se sabe que este dinosaurio pudo alcanzar una talla de hasta 11 metros de largo por casi 3 de alto, lo que lo convierte en uno de los más grandes hadrosaurios conocidos en Norteamérica.

Para la maestra Aguilar, la presencia del “Sabinosaurio” en la ciudad es de gran importancia, ya que nos ayuda a comprender la historia de nuestro planeta y de los seres que lo habitaron hace millones de años, pero también porque es una muestra de la relevancia de la paleontología mexicana. Por ejemplo, en Oaxaca hay evidencias de vida marina —restos de trilobites, caracoles, almejas e incluso plumeros de mar— proveniente de un mar que existió hace 360 o 300 millones de años, siendo este el registro más antiguo de fósiles en el estado.

También se tiene información de ecosistemas marinos y terrestres tanto del Jurásico como del Cretácico, fósiles de plantas, reptiles marinos, ammonites e incluso dinosaurios, quienes dejaron los rastros de su caminar.

Para conocer más datos sobre este imponente dinosaurio, pueden visitar a este embajador de la paleontología mexicana durante los dos meses que habitará el atrio del Centro Cultural San Pablo.


Japón en Oaxaca

Terry Welch es un diseñador de jardines con más de 50 años de trayectoria. Originario de la costa oeste de Estados Unidos, desde 1971 ha viajado a Japón, de cuya cultura y arte se ha nutrido para el desarrollo de su carrera profesional. En 1973 visitó México por vez primera y, desde entonces, ha vuelto cada que tiene oportunidad. Terry se deleita con estos dos países debido al dinamismo cultural que en ellos aprecia, así como del sentido de la belleza que han desarrollado los distintos pueblos que habitan ambos territorios.

El 19 de abril de 2019, mientras el Museo Textil de Oaxaca cumplía un aniversario más, Terry nos escribió un correo presentándose. En este, nos contaba sobre sus visitas a Oaxaca, en particular a nuestro querido Museo: un espacio que le inyectaba de gozo y deleite. Debido a sus visitas asiduas al Museo Textil de Oaxaca, nos ofrecía poco más de 30 textiles japoneses en donación. Su generoso ofrecimiento nos emocionó y, poco a poco, fuimos recibiendo fotografías de las distintas piezas que tenía en su acervo; fotografías que compartimos con Yoshiko Wada, amiga artista y especialista en textiles teñidos en distintas técnicas de reserva (shibori), particularmente, aquellos procedentes de Japón. El comentario que recibimos de su parte fue contundente: “¡Qué extraordinaria oferta para el Museo Textil de Oaxaca!”.

Las semanas pasaron y comenzamos las conversaciones en torno al traslado de las piezas a México, pues se encontraban en la isla Vashon, en el estado de Washington, cerca de Seattle. El entusiasmo de Terry crecía y, con él, el número de piezas en la donación: pronto teníamos cincuenta textiles enlistados y, con los meses, llegaríamos a poco más de cien. La mayor parte de la colección se conforma de textiles empleados por comunidades rurales en Japón, en donde predominan las telas de fibra vegetal (como algodón, ramio y cáñamo) teñidas con añil. No solamente contábamos con un amplio espectro de las distintas categorías de prendas empleadas en aquella isla, sino que también conocíamos textiles de uso en el hogar: cortinas divisorias, edredones y cubiertas para futón, por nombrar algunos ejemplos.

Alejandro de Ávila tuvo la oportunidad de visitar a Terry en Vashon hacia finales de 2019, y quedó maravillado por la colección. Luego de esa visita iniciaron los preparativos para el transporte de las piezas a Oaxaca. También comenzamos a planear una exposición para los últimos meses de 2021. Nadie imaginaba que la Covid-19 tendría otros planes. Los cierres provocados por la pandemia y un tortuoso camino para importar las piezas a México nos llevaron hasta el verano de 2023, año en que el Museo Textil de Oaxaca celebró sus primeros 15 años de vida. Era más que pertinente presentar una exposición alrededor de esta generosa donación como parte de los festejos y así, desde noviembre pasado y hasta marzo de 2024, 36 piezas de la colección Welch-Shanaman se exhiben en la planta baja del MTO.

Sin que lo supiéramos, la primera comunicación de 2019 se dio poco antes de que falleciera Stephen Shanaman, esposo de Terry durante 27 años. Juntos viajaron y coleccionaron los textiles que ahora presentamos en Oaxaca; juntos conformaron distintas colecciones de tejidos que fueron donando al Museo de Arte de Portland, Oregon, al Museo de Arte de Honolulu, en Hawaii, y ahora, al Museo Textil de Oaxaca, espacio que visitaron juntos en numerosas ocasiones. Terry recuerda que Steve amaba Oaxaca y deseaba que el destino de la colección fuera en este museo: “¡Se le cumplió su deseo!”. La exposición, conformada por tan solo un primer derivado de esta generosa donación, celebra así las vidas de Stephen Shanaman y Terry Welch. Gracias por brindarnos la posibilidad de admirar y aprender de las artes textiles creadas y preservadas por las personas que habitan las islas de Japón.


El arbolado urbano del Zócalo y Alameda de León de la ciudad de Oaxaca

Plaza de Armas, 1875. Fotografías de Teobert Maler. Acervo de Casa de la Ciudad.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, los árboles urbanos desempeñan un papel importante en el aumento de la biodiversidad urbana, proporcionando hábitat, alimentos y protección favorables a aves y animales pequeños. En las ciudades con altos niveles de contaminación, los árboles pueden mejorar la calidad del aire, haciendo que sean lugares más saludables para vivir, ya que son excelentes filtros para contaminantes urbanos y partículas finas como el polvo, la suciedad o el humo del aire, atrapándolos en las hojas y la corteza. Por tal razón, la ubicación estratégica de los árboles en las ciudades puede ayudar a enfriar el aire entre dos y ocho grados centígrados a la sombra.

Los espacios públicos en ciudades y asentamientos conurbados cuentan con jardines, alamedas y parques con plantaciones de arbolado de diversas especies (muchas de ellas exóticas o introducidas), que fueron plantados en diversas épocas y momentos históricos de los asentamientos urbanos. Tal es el caso del arbolado de la ciudad de Oaxaca, cuya finalidad es de carácter estético, pues consiste en el embellecimiento escénico de uno de los espacios más emblemáticos y de mayor afluencia de la ciudadanía.

El diseño del zócalo de la ciudad de Oaxaca de Juárez está enraizado en lo más profundo de la historia de Oaxaca, fue trazado en 1529 por Juan Peláez de Berrio, el primer alcalde de la ciudad. A su austera traza original se fueron integrando los portales y en 1739 se colocó una fuente de mármol, indispensable para la vida en la plaza.

La idea de plantar árboles surgió en septiembre de 1824, cuando el Honorable Congreso del Estado “mandó hermosear la plaza de esta ciudad”, pero la plantación se llevó a cabo hasta el año de 1868. Al mismo tiempo, se propusieron los fresnos y las higueras como especies a sembrar.1

Plaza de Armas, 1875. Fotografías de Teobert Maler. Acervo de Casa de la Ciudad

Según Carlos Lira Vásquez, desde 1868, los espacios del primer cuadro de la ciudad, entre ellos la Plaza de Armas, guardaban la costumbre de plantar árboles. En 1881 el gobernador Meixueiro encargó un nuevo diseño de la Plaza al ingeniero Emilio Brachetti y, de acuerdo con la moda del momento, se sustituyó la fuente por un gran zócalo en cuyo centro fue levantado un quiosco. También siguiendo el gusto de la época o quizás debido al cambio climático o la deforestación de las montañas que rodean el valle, como apunta Lira Vásquez, las plazuelas de la ciudad se transformaron en jardines.2

Así, el jardín de la Plaza de Armas sufrió diversos cambios a lo largo del porfiriato. En 1889, en el Periódico Oficial se señaló el “nuevo adorno del zócalo”, el cual fue caracterizado como “elegante” y parejo “en gusto y en lujos con el adoquinado”, pero al llegar al zócalo nos damos cuenta de que han sido los árboles y la arquitectura los que le otorgan su magnificencia.3

En 1901 se colocó el quiosco actual con tendencias art nouveau, en el que todas las noches se presentaban espectáculos musicales y, además, el zócalo se vestía de fiesta —como ahora— durante las celebraciones de la Noche de Rábanos (23 de diciembre), Nochebuena (24 de diciembre) y el Grito de Independencia (15 de septiembre), fechas en las que se celebraban animadas verbenas.4

Con el paso de los años, se realizaron diversas actividades de mejoras estéticas a las inmediaciones del zócalo; no así para el arbolado, que se mantuvo con mínimas atenciones en cuanto a su manejo y saneamiento.

Así surge el esfuerzo conjunto de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, la iniciativa Techo Verde y el municipio de Oaxaca de Juárez, al tomar en cuenta que muchos árboles del Centro Histórico son muy longevos y su plantación data de hace 130 años. Por tal motivo, es importante realizar un manejo adecuado, con sentido de pertinencia social y ambiental.

El objetivo de esta colaboración es implementar un plan de manejo para el mantenimiento del arbolado y evitar riesgos de caída y otras contingencias. Para tal efecto se inició con un diagnóstico integral del arbolado, aplicando tomografías sónicas en los ejemplares más longevos o que manifiesten algún daño o enfermedad. Posteriormente, se implementó un programa de nutrición basado en la aplicación de abonos orgánicos, así como un esquema de podas que permitan vigorizar las copas de los árboles, además de un sistema de saneamiento para controlar las plagas y enfermedades que provocan el deterioro del arbolado. Finalmente, se pondrá en marcha un calendario de riego y nutrición.

Con este proyecto se dio inicio a la implementación de un mecanismo de intervención para contar con áreas verdes sanas que den vida a los espacios públicos —cuyo cuidado es obligación de toda la ciudadanía—, además de contribuir en la mitigación de los efectos del cambio climático.

1 Calderón Martínez. Danivia. “Un recorrido por la historia del Zócalo de Oaxaca”. La Gaceta del Instituto del Patrimonio Cultural, Año1, Núm. 2, 2005, pp. 9-10.

2 Lira Vásquez, Carlos. 2008. Arquitectura y sociedad Oaxaca rumbo a la modernidad 1790-1910. Universidad Autónoma Metropolitana, pp. 125-160.

3 Rito Salinas, César. 2022. “Quiosco del zócalo de Oaxaca, jardín que data de finales del siglo XIX”. https://sucedioenoaxaca.com/2022/06/26/quiosco-del-zocalo-de-oaxaca-jardin-que-data-de-finales-del-siglo-xix/#_ftnref3

4 https://www.cultura.gob.mx/turismocultural/destino_mes/oaxaca/monumentos.html


Archivo Histórico de Notarías de Oaxaca: Redescubrimientos notariales (1607-1872)

Colección: Archivo Histórico de Notarías Oaxaca. “Testamento de Juan Nicolás”,
Repositorio Filológico Mesoamericano.

El Archivo Histórico de Notarías de Oaxaca —cuya documentación abarca un periodo que va de 1681 hasta 1935— se resguarda y puede ser consultado en las instalaciones de la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa, en el interior del Centro Cultural Santo Domingo. Este archivo se conforma por libros de escribanos, jueces receptores y notarios públicos del estado de Oaxaca. Contiene documentos relacionados con hipotecas, arrendamientos, testamentos, venta de esclavos, casas, haciendas y trapiches dentro del estado. Debido a que los jueces receptores en las cabeceras distritales cumplían las funciones de notarios públicos podemos consultar expedientes que provienen de los distritos de Etla, Teposcolula, Villa Alta, Miahuatlán, entre otros.

La procedencia, temporalidad y tipo de documentos fue la razón que nos llevó a comenzar una búsqueda exhaustiva dentro de este acervo, tratando de localizar documentos escritos en lenguas mesoamericanas que pudieran incorporarse al Repositorio Filológico Mesoamericano en línea que la BIJC construye en colaboración con el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM (http://www.iifilologicas.unam.mx/satnu/).

Al iniciar esta tarea no teníamos idea de la cantidad de textos que estábamos por encontrar. En el año 2022 se inició la revisión de expedientes de notarios, y en 2023 se continuó la revisión de los documentos que albergaban los jueces receptores. Este trabajo de revisión permitió la localización de 130 textos adicionales a aquellos incluidos en los inventarios existentes.

De entre los textos identificados hasta el momento, 109 están escritos en zapoteco, once en mixteco, nueve en náhuatl de Oaxaca y —sorprendentemente— uno en purépecha. Estos acompañan o forman parte de diligencias relacionadas con la división de bienes, juicios por herencias y compraventa de casas, haciendas o terrenos para cultivo, de modo que los documentos localizados corresponden a testamentos, cartas de compraventa y escrituras.

Algunas de las comunidades de las cuales provienen estos textos son Villa Alta, Yalalag, Yatzachi el Alto, Mixistlán, Santa María Temaxcalapa, Santo Domingo Tonalá, Miahuatlán, Santo Domingo Etla, entre otras. El documento más temprano está fechado en 1607 y el más tardío en 1872, ambos escritos en zapoteco. Toda la información localizada ha sido una grata sorpresa para el proyecto Filología de las Lenguas Otomangues y Vecinas (FILOV), pues no se tenía un registro previo de la importante cantidad de este tipo de textos que resguarda el Archivo.

Estos documentos ya se pueden consultar en el Repositorio Filológico Mesoamericano SATNU, en donde, además de los textos del Archivo Histórico de Notarías de Oaxaca, también hay documentos pertenecientes a otros archivos institucionales. Es importante mencionar que este sitio se actualiza constantemente, por lo que invitamos a todas las personas interesadas en esta clase de información a volver a visitar el sitio web de vez en cuando.


XI Feria de la Agrodiversidad: aprender a través del juego

Oaxaca ocupa un sitio destacado a nivel nacional en agrobiodiversidad. Después de todo, 35 de las 64 variedades de maíz existentes en México pertenecen a esta entidad, lo que representa el 54 % de las razas reportadas en todo el país.1 Además, es una de las áreas vinculadas al origen y domesticación de diversas especies de importancia agrícola: calabaza, chile, maíz y frijol.

Un testimonio de esto se encuentra en San Pablo Villa de Mitla, donde se ubica Guilá Naquitz, una de las cuevas prehistóricas que recibieron, en 2010, la categoría de Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.

En esta cueva, se encontraron muestras de actividad agrícola experimental con calabaza y maíz. Fechaciones recientes permitieron estimar que la edad de los olotes descubiertos en Guilá Naquitz era de aproximadamente 6 229 años,2 lo que constituye uno de los restos más tempranos de plantas domesticadas descubiertos en el continente americano. Este hallazgo fue de suma importancia para comprender el origen de la agricultura y la domesticación de las plantas base de nuestra alimentación.

Con un trasfondo cultural e histórico tan importante y único como el de nuestro estado, es un compromiso constante sensibilizar sobre la importancia de conservar la riqueza genética de los alimentos, especialmente entre las niñas y los niños que heredarán este patrimonio.

En ese sentido, desde la inauguración de la tercera exposición didáctica infantil, “Un pueblo llamado Milpa”, el MIO ha diversificado sus actividades para que, mediante el juego, se difunda y transmita la valorización, así como el cuidado de nuestra riqueza natural.

En el marco de la XI Feria Estatal de Agrobiodiversidad, evento que reunió talleres, ponencias, exposiciones, actividades culturales y el reconocimiento a productoras y productores locales, al pie de las antiguas cuevas del Valle de Mitla, participamos en actividades que nos permitieron llegar a más niños y niñas.

“Guardianes de semillas” fue una actividad especialmente diseñada para esta ocasión. Esta consistió en explicar a niños, niñas y curiosos, las diferentes especies de semillas de maíz, frijol y calabaza que podemos encontrar en el muestrario de semillas del museo. A partir de la curiosidad, explicamos el proceso de germinado y crecimiento de cada una de ellas.

Nuestro objetivo con esta actividad fue que, partiendo del juego simbólico que representa la adopción de una semilla, los niños se comprometieran a cuidar la diversidad de maíces y otras especies que crecen en la milpa. ¡Cuántos “Guardianes” y amigos conocimos ese día!

Se trata de jugar. No basta con explicar qué es el maíz o por qué es importante. Es necesaria la creación de estrategias que acerquen y hagan disfrutable este momento de aprendizaje.

El juego es natural en la infancia. Desde correr o saltar, hasta desgranar el elote mientras contamos historias o hacemos tortillas de colores: todo puede ser un juego. Cuando los niños y niñas juegan, se vuelven protagonistas de su experiencia, dotan de sentido su realidad y, por ende, construyen su aprendizaje. Sigamos entendiendo el juego como el camino para construir aprendizajes. Cultivemos estas semillas.

1 Rendón Aguilar, B. (2015). Diversidad de maíz en la sierra sur de Oaxaca, México: conocimiento y manejo tradicional.

2 Vielle-Calzada, J. (2014). Geopantología en la cueva de San Marcos y su contribución al entendimiento del origen del maíz.


Lorenzo Bundy: un feliz reencuentro

Desde el pasado 13 de noviembre, Lorenzo Bundy es el nuevo mánager de los Diablos Rojos del México, el cuarto timonel que llevará las riendas del equipo escarlata en la era del Estadio Alfredo Harp Helú.

Pasaron treinta y cinco años para que el originario de Filadelfia regresara al México, que fue su único equipo en la Liga Mexicana de Beisbol, donde se ganó a pulso un lugar entre los mejores primeras bases ofensivos en la historia de la Pandilla Escarlata. Basta mencionar que es uno de los cuatro cañoneros que han logrado volarse la barda cuarenta o más veces en una misma temporada.

El nombramiento de Bundy seguramente sacudió los recuerdos de quienes lo vieron con la franela roja de 1985 a 1988, haciendo una poderosa dupla de ensueño con Nelson Barrera: cuando dispararon cuadrangulares y empujaron carreras para que los Rojos conquistaran tres campeonatos bajo la batuta de Benjamín “Cananea” Reyes.

Además de sus brillantes momentos como jugador, Lorenzo Bundy cuenta con un palmarés envidiable como mánager, coach e instructor en diferentes ligas, incluyendo las Grandes Ligas con Rockies de Colorado, Diamondbacks de Arizona, Dodgers de Los Ángeles y Marlines de Miami. Es muy oportuno indicar que en 1989 declinó regresar a jugar con los Diablos para iniciar su carrera como staff con los Expos de Montreal, equipo que en algún momento lo consideró para debutar en las Ligas Mayores.

Como director, Bundy ya probó la gloria al lograr tres campeonatos en la Liga Mexicana del Pacífico, mientras que en la pelota de primavera ha estado al frente de Pericos de Puebla y Generales de Durango.

Con 64 años, Lorenzo Bundy comentó —durante su presentación oficial— que siempre estuvo pendiente de los Diablos Rojos, por lo que tiene una idea bastante amplia de los ajustes que se necesitan para cristalizar los objetivos perseguidos por el club.

Mientras se colocaba su nueva camisola, el nuevo mánager de “los pingos” explicó que nunca perdió la esperanza de volver a la Ciudad de México y consideró que la oportunidad había llegado en un momento inmejorable, pues tiene hambre de volver a ganar un título, algo poco prioritario para las ligas en desarrollo de Estados Unidos.

Así, entre recuerdos y la promesa de que los Rojos no dejarán pasar un solo inning sin dar batalla, inicia el camino rumbo al festejo del quinto aniversario del Diamante de Fuego.


Comales: ceniza + polvo + agua

El comal transforma el maíz y otros productos en alimento, por eso es empleado cotidianamente en la cocina como parte de la cultura material y simbólica de las comunidades: durante muchos años, ha mantenido la tradición que vincula el fuego y el alimento a las mujeres que los elaboran. Es por esta razón que el Centro Cultural San Pablo y Andares del Arte Popular unieron esfuerzos para traer la exposición “Ceniza + polvo + agua”.

El uso dado al comal consiste en el proceso de transmutación de la materia cruda a través de la cocción. Un buen comal debe poseer las siguientes características: alcanzar en su diámetro los dos extremos del fogón, de tal manera que se sostenga y no caiga dentro del mismo; tener una ligera curva cóncava que lo atraviese de lado a lado; así como una textura lisa en la superficie, pero rugosa en la cara que da al fuego.

La elaboración de comales de barro, generalmente, es resultado de un legado transmitido de madres a hijas. Sus experimentadas manos conocen el barro con solo tocarlo, casi intuitivamente saben qué cantidad ocuparán para modelar cada comal. Curtidas e incansables, esas manos siguen amasando el barro con paciencia y delicadeza durante años; persisten en la elaboración de comales y se resisten a olvidar la enseñanza de las mujeres antiguas.

Mujeres que hacen comales

La alfarera busca un lugar fresco, protegido del viento y el sol, para esparcir ceniza de manera uniforme sobre una superficie plana de metal. Luego, moja ligeramente sus manos y coloca una cantidad de barro que extiende poco a poco, como si fuera una tortilla, mientras gira la base.

En seguida, como si sus manos estuvieran pegadas al círculo de barro que ha formado, lo levanta rápidamente y lo pasa al molde que utilizará para terminar de darle forma. Sus dedos se deslizan sobre el barro suavemente y, con la ayuda de un jomate (trozo de jícara), lo va alisando hasta darle el tamaño deseado.

Después hace una lonja (tira larga de barro) para ponerle orilla al comal: lo adelgaza con sus dedos y va recogiendo el barro sobrante, hasta que queda unido todo el material. Este borde servirá para amortiguar el comal en el fogón.

Es un trabajo de tacto, pues la artesana rectifica el grosor del barro presionando con sus dedos la superficie del comal para sentir su uniformidad y su resistencia. Una vez que ha retirado el exceso de barro y el comal queda liso, la artesana lo saca al sol para, después de varios días, meterlo al horno.

Comales que cocieron alimento

Las mujeres que hacen tortillas pasan su vida entre los granos del maíz, el calor del fogón y el aroma de la tortilla cuando se transforma al contacto con el fuego.

Para hacer tortillas, el comal se coloca sobre tres o cuatro piedras, debajo de las cuales se mete la leña para encender el fuego. Las llamas calientan el comal para cocer los discos de masa de maíz que se colocan sobre su superficie y, cuando estos están cocidos, tanto en su interior como en su exterior, se inflan indicando que es momento de voltearlos. Aunque hay quienes dicen que se esponjan porque los comensales ya tienen hambre.

Así, el comal alimenta con la ayuda de las mujeres que tortean la masa; y es sabido por todos que en comal de barro las tortillas se cuecen más bonito.


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