Seis cervatillos esponjados

Dechado completo.
Fotografías tomadas por Geovanni Martínez Guerra, JEBOax, 2018

Cinco números previos del Boletín dan cuenta del proyecto que emprendimos hace nueve años Noé Pinzón Palafox y yo en el seno del Museo Textil de Oaxaca, gracias al apoyo de la Fundación Alfredo Harp Helú. Noé es un joven tejedor sumamente diestro y talentoso, quien nació y creció en la comunidad ikoots de San Mateo del Mar, en el Istmo de Tehuantepec. Él y yo hemos recreado diversas técnicas textiles que florecieron antiguamente en Oaxaca y en otras regiones de México, pero se perdieron en los siglos XIX y XX. En el Boletín de septiembre-octubre pasado describimos un huipil emplumado labrado con grecas, que tejimos a finales de 2017 y principios de 2018, en preparación para la entrega de la distinción “Memoria del Mundo” a la Biblioteca Francisco de Burgoa. Revivimos así un arte perdido, pues las prendas adornadas con plumón torcido, que son una exclusividad mexicana, habían dejado de hacerse en el siglo XVIII, según la evidencia documental que conocemos.

Una vez terminado el huipil de grecas, Noé tejió en tan solo dos meses, de marzo a abril de 2018, un lienzo corto a manera de muestrario, empleando una técnica novedosa para él. Se conoce como “tejido de urdimbre traspuesta” y aparece en algunas prendas peruanas prehispánicas de lana de alpaca. Nuestras colegas chilenas del pueblo mapuche, quienes nos han visitado repetidamente en el MTO, reconocieron de inmediato la estructura y nos comentaron que se usa tradicionalmente en sus comunidades de origen para tejer caronas: las mantillas que protegen al lomo del caballo de las rozaduras que provocaría la silla de montar. En el noreste de México la misma técnica servía antiguamente para tejer cintas y gabanes. En 1978 tuve la fortuna de entrevistar a doña Romana Ordaz en la comunidad de Atotonilco, municipio de Ciudad Fernández, San Luis Potosí, quien me explicó a detalle cómo urdía y tramaba ella en su juventud este tejido, que llamaba “del gigante”.

Al preguntarle a doña Romana por qué se nombraba así a una labor textil de dimensiones reducidas, me explicó que “gigante” es una planta. Entendí entonces que se refería al arbusto que en otras regiones de México se conoce como “tabaquillo” o “yerba del zopilote”. Se trata de Nicotiana glauca, un arbusto originario del norte de Argentina y sur de Bolivia, pariente en efecto del tabaco, que se ha extendido recientemente hacia el norte como especie invasora: se propaga como maleza y crece a la orilla de caminos y terrenos baldíos. En Oaxaca la encontramos con frecuencia coronando las paredes de adobe en las casas abandonadas. Las flores tubulares amarillas son polinizadas por colibríes y los alcaloides de las hojas han encontrado un lugar en la medicina tradicional de nuestro país, como en su región de origen: se recomiendan para aliviar dolores de cabeza y de muelas, inflamaciones reumáticas y aflicciones de la piel, entre otras.

Cuando intenté recrear el tejido siguiendo las indicaciones de doña Romana, quien había perdido la vista, ella recalcó que yo debía manipular los hilos para formar un diseño de rombos alargados, como las hojas del gigante. En esas fechas no pude avanzar mucho en mi pequeño telar porque la ceguera de mi anciana maestra no le permitía corregir mis errores, pero tiempo después observé que algunas cintas que adquirí en el centro y sur de San Luis Potosí habían sido tejidas justo en la forma como ella me decía. Al urdir la tela, se alternaban siempre cuatro hilos de color (en este caso, lana hilada a mano, teñida con grana importada de Oaxaca) con cuatro hilos blancos (en las cintas potosinas, hilaza industrial de algodón). Al insertar la trama, la tejedora había cambiado la posición de los hilos de la urdimbre, moviendo pares de hilos blancos hacia ambos lados y colocando en su lugar los dos pares adyacentes de hilos de color. Se forman así ojillos blancos con puntos de color al centro. Si la manipulación inicia con los hilos de lana, los ojillos de color llevan puntos blancos al centro. En ambos casos se traspone a los hilos de la urdimbre de su posición original, para retornarlos después al mismo sitio, un par de tramas más adelante. El desplazamiento temporal de los hilos explica el nombre de este tejido de urdimbre “traspuesta”.

En 2007 doné al MTO la colección de textiles que reuní en el noreste de México en los años 1970. Al reexaminar en la bodega del Museo las cintas referidas, ya echado en marcha el proyecto con Noé, me di cuenta que es factible crear diseños complejos con esta técnica, al desplegar figuras compuestas de ojillos blancos sobre un fondo de ojillos de color, o viceversa. Le propuse a Noé tejer un lienzo demostrativo, idea que él acogió con el entusiasmo que lo caracteriza, y pusimos manos a la obra. Urdimos un lienzo corto y angosto con hilo de seda criolla, criada, hilada y teñida por Moisés Martínez Velasco y su familia en San Pedro Cajonos, comunidad zapoteca de la Sierra Juárez. La lustrosa fibra sin desgomar fue hilada con malacate y teñida después con grana, añil y zacatlaxcal (plantas parásitas sin clorofila del género Cuscuta). Como trama usamos hilo de seda de la misma procedencia, sin teñir.

Al urdir, alternamos siempre grupos de cuatro hilos: la secuencia de colores fue blanco-azul-amarillo-rojo-blanco-verdeamarillo-magenta, reiniciando la secuencia a partir de allí. El azul fue teñido con añil, el amarillo con zacatlaxcal, y el rojo y el magenta con grana, modificando en este caso el pH del baño para alcanzar la tonalidad deseada. El verde se logró combinando añil y zacatlaxcal. Terminada la urdimbre, Noé armó su telar con un solo lizo, comenzando el lienzo en ligamento sencillo y pepenando después los hilos con los dedos para formar los diseños. Antes de empezar, tracé en papel milimétrico la figura simplificada de un venado pequeño sin cornamenta, para que le sirviera de guía a Noé. Una vez avanzado el diseño, decidimos incorporarle puntos de pluma esponjada para resaltar las manchas sobre el lomo de los cervatillos, que en la naturaleza ofrecen camuflaje a los venaditos recién nacidos: su respuesta instintiva a un depredador es permanecer inmóviles sobre la hojarasca, donde el sol filtrado por la copa de los árboles confunde su silueta a ojos del puma. Para esponjar los puntos sobre el lienzo, usamos como trama suplementaria un torzal de hilo fino de algodón, con plumón de ganso torcido entre ambos cabos. Román Gutiérrez Ruiz, gran tintorero y tejedor de Teotitlán del Valle, tiñó la pluma con grana y zacatlaxcal, y preparó en seguida el torzal, procedimiento sumamente laborioso y molesto porque las fibrillas vuelan por todo el taller. Aunque todavía no iniciaba la pandemia del Covid, Román ya usaba cubrebocas desde entonces, para evitar ahogarse con la pluma.

Terminado el tejido en el telar de cintu ra de Noé, decidimos entrelazar los cabos de la urdimbre en ambos extremos del lienzo, para formar un trenzado plano, estructura análoga a los tejidos de palma de Oaxaca, como los petates y los tenates. Para ello separamos los colores de la urdimbre, logrando así franjas anchas que se entrecruzan en diagonal. Se trata de un acabado tradicional para los rebozos de bolita, las servilletas, las fajas y los ceñidores en distintas regiones del país. Concebido como un muestrario del tejido y del trenzado, nombramos a este lienzo el “Dechado de Gamitos”. En 2015 habíamos montado una exposición en el MTO dedicada precisamente a los muestrarios textiles, titulada “Dechados de virtud y entereza”, acompañada de un catálogo impreso en esta ciudad. Esa exhibición dio pie a muestras hermanadas de dechados antiguos en el Museo Franz Mayer en la Ciudad de México y en el Museo de Historia Mexicana en Monterrey. Por otro lado, en nuestra experiencia de investigación en el norte de Oaxaca, la designación de “gamitos” se refiere específicamente a los temazates, venados pequeños y hermosos del género Mazama que habitan en los bosques tropicales de México, Centro y Sudamérica. Se trata de un linaje de mamíferos artiodáctilos que vincula a nuestra fauna con la biota del Neotrópico, la más rica del planeta. Lo mismo podemos decir de la planta que me señalaba doña Romana.

Al mostrarle el lienzo terminado a Hector Meneses, director del MTO, nos pareció a él y a mí que la técnica se presta para tejer un rebozo, porque los cervatillos difuminados evocan el efecto del jaspe o íkat, el teñido de reserva anudada sobre la urdimbre, técnica de mucho prestigio que encarna una historia compleja y fascinante de intercambio cultural transatlántico. No nos parece una casualidad que la prenda icónica del nacionalismo mexicano sea precisamente un rebozo jaspeado. Recrear un ejemplo del “tejido del gigante”, que aproximara las dimensiones del chal con su rapacejo, serviría de contrapunto a esa epopeya ultramarina. Noé y yo tenemos así una encomienda más por delante…


La causalidad de una serie de eventos afortunados

En el mundo editorial es bien sabido que la elaboración de un libro implica alma y disciplina, además de una labor en equipo que debe estar en comunicación y entendimiento constante. Pero antes del trabajo editorial, se encuentra una historia que involucra a un autor y su creatividad, años de formación y un amor por aquel conocimiento que busca compartir.

Sin embargo, en esta breve nota cabe la historia de un tercer involucrado que se une a la trama de un proyecto en específico: la edición y publicación de un trabajo inédito de El Gran Cocodrilo, Efraín Huerta Romo; un mecanoescrito de la época de estudiante del poeta mexicano.

Se dice que las casualidades no existen, se trata, más bien, de un cúmulo de eventos que nos encaminan a una causalidad, decisiones que escriben nuestra historia de vida. Por algo los antiguos griegos tenían como sentencia máxima que nadie huye de su destino: incluso las decisiones que podían llegar a tomar intentando huir de él eran las que justamente los llevaban a cumplirlo. Designio de los dioses que guiaban los pasos. Pero la historia del tercer involucrado en esta serie de eventos muy afortunados, tiene que ver con el acto de hojear del aficionado lector, la visión del editor con experiencia y los lazos de amistad que se forman con el pasar de los años.

Hace 92 años, un joven preparatoriano entregaría como trabajo final un ensayo crítico a la obra del entonces ya famoso muralista Diego Rivera. Lo llama Las tendencias sociales de Diego Rivera, y aquí cabe una observación que resuena en cada uno de los que conocen (o llegan a conocer) la anécdota: ¿cómo es que un joven de 17 años contaba ya con esa capacidad crítica, que se reflejaba desde el título, para realizar un trabajo escolar de esa talla? Claro, este breve apunte suena pesimista, pero tomando en cuenta la constante desilusión que vivimos en fechas actuales sobre las mentes jóvenes (grupo en el que por supuesto me incluyo), no es extraña la impresión que nos causa un texto de este nivel; quizá otra reacción sería “Por supuesto, era de esperarse”, pues sabemos que el entonces joven autor de ese ensayo escolar se convertiría en uno de los más importantes escritores representantes de las letras mexicanas.

Ahora, la anécdota de una afortunada causalidad que comienza en la Escuela Preparatoria Nacional con Efraín Huerta siendo alumno de Agustín Loera y Chávez (formador de muchos otros importantes intelectuales del siglo pasado en nuestro país), quien, a su vez, era el tío abuelo de la actual editora en jefe de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, Verónica Loera y Chávez Castro. Dicho cúmulo de eventos que une intelectualmente a un estudiante, un profesor y una nieta editora se revelan luego de un encuentro fortuito —aquí aprovecharé el título que el prologuista de esta publicación usa para nombrar su estudio introductorio— de ciertos papeles en el armario.

Haré un pequeño paréntesis para hablar sobre el nombre que lleva el estudio realizado por Emiliano Delgadillo Martínez, investigador y profesor invitado por el mismísimo David Huerta para que hiciera una presentación a la obra inédita de su padre en este proyecto editorial. Delgadillo cuenta que cuando se encontraba terminando la licenciatura, David lo animó a hacer su tesis de grado sobre la obra de Efraín, propuesta que aceptó gustoso y que lo llevó a la consulta de documentos hallados en un armario, entre los que se encontraba aquello que usaría como objeto de estudio para titularse. Cierro paréntesis. Cuando leí por primera vez ese título, “Papeles en el armario” (de nuevo una acotación; ahora para presentarme, porque de alguna manera me siento ya involucrada en esta serie de eventos: soy asistente editorial de la nieta del profesor de Efraín Huerta), lo primero que recordé fue la anécdota que unos meses antes Verónica me había contado: en la mudanza de libros que hizo hace varios años a la
ciudad de Oaxaca encontró, dentro de Absoluto amor del mismo Efraín Huerta, un cuadernillo que contenía un trabajo escolar del entonces adolescente Efraín. Dichos libros eran una herencia recibida por parte de su tío abuelo, que ella misma había pedido tomar para atesorarla.

Papeles en el armario, ¡claro!, suena a cuando curioseas en los roperos de tus abuelos, en los que encuentras ropa que te pruebas, fotografías viejísimas de gente que no reconoces, joyas —o brillantes centenarios, como fue mi caso cuando hurgaba en el armario de mi abuela materna—, objetos que considerarías reliquias… papeles, papeles viejos también: una nota, una lista del mercado, algunas cartas de parientes lejanos… y, quizá, ese hallazgo de tesoros en un armario quepa en la metáfora que refiere, en realidad, a los papeles que una nieta puede encontrar en la biblioteca y archivo que heredó de su abuelo. Verónica Loera y Chávez curioseaba entre los libros que algún día pasaron por los ojos y las manos de su abuelo, las hojas que le sirvieron para impartir cátedras a generaciones de jóvenes que se convertirían en los intelectuales que sostendrían México durante el siglo pasado, y que ahora leemos con tanta impresión y criterio, apertura y cariño. ¡Así de importante ese acto de ojear y curiosear!

Publicar un libro conlleva muchos elementos. Desde fuera puede verse como un proceso lineal: un autor entrega su manuscrito a un editor, el editor lo revisa, hace correcciones, le muestra al autor, quien las aprueba o rechaza, ida y vuelta las veces necesarias, pero siempre en la misma recta… finalmente, se aprueba, se diseña, se vuelven creativos y eligen tipografías, colores, fotografías o imágenes, se hacen pruebas, se rechazan, se corrigen, se aceptan, entra a imprenta, sale, se presenta. Sin embargo, esta pequeña historia de una nieta editora y curiosa es un ejemplo de que dicho proceso no siempre es lineal, y que involucra, en realidad, muchas manos más y diversas líneas como actos que iniciaron mucho tiempo antes del momento justo en el que se decide hacer una publicación de un ensayo escolar como homenaje a dos grandes poetas, a un abuelo profesor y a una biblioteca que resguarda entre sus estantes el cuadernillo original que ahora une a tantas personas.

El día 5 de diciembre de 2023 se llevó a cabo la presentación, en el magnífico patio de la Biblioteca Andrés Henestrosa, de la edición facsimilar del ensayo escolar Las tendencias sociales de Diego Rivera. En la mesa estuvieron la nieta editora, Verónica Loera y Chávez; la Dra. María Isabel Grañén Porrúa y el especialista en la obra de Efraín y David Huerta, Emiliano Delgadillo. Las dos primeras contaron anécdotas alrededor de este trabajo que hicieron conmover a los asistentes, mientras que el tercero se dedicó a dar una charla sobre el contexto histórico, artístico y literario que contiene tan impresionante trabajo escolar. Si eres un lector de la poesía de Efraín o David Huerta, un curioso lector que busca cálidas recomendaciones de lectura, un profesor, un estudiante, un editor, un bibliotecario… este proyecto que ahora es un libro muy bello es para ti.


¡Viva la ópera! Un derecho para las juventudes

Cuando nos preguntamos qué tipo de música escuchan hoy las juventudes, nos abordan muchas respuestas, bombardeo que se acompaña de múltiples y contrastantes estilos y ritmos sonoros: gozan del pleno derecho para acercarse a su género preferido.

La Fonoteca León Mariscal tiene un acervo interesante de música variada, principalmente clásica, que, en sinergia institucional con la Coordinación de Programas Educativos de la Fundación Alfredo Harp Helú, permitió diseñar un programa vivo, dinámico para jóvenes de 15 a 20 años, el cual tuvo como objetivo cultivar la apreciación de un género musical: la ópera. El taller de “Introducción a la ópera para jóvenes” constó de diez sesiones, de julio a diciembre, seguido de la apreciación de una ópera en vivo: Bastián y Bastiana, de Mozart, presentada el 7 de diciembre en las instalaciones de la misma Fundación.

Las reuniones del taller iniciaron con una introducción histórica a la ópera, desde los orígenes a partir del teatro en la Grecia Antigua hasta nuestros días. Fue un viaje en el tiempo a través de las ideas propuestas por la Camerata Florentina (representada por el compositor Jacopo Peri), el nacimiento de la ópera en la época barroca (Claudio Monteverdi, Henry Purcell, Antonio Vivaldi, Georg Friedrich Händel), su transformación en la época clásica (Christoph Willibald Glück, Wolfgang Amadeus Mozart), su auge en la época romántica (con los titanes Richard Wagner y Giuseppe Verdi) para terminar en los tiempos más cercanos al nuestro (Giacomo Puccini). En este recorrido no pudo faltar la historia de la ópera mexicana, desde La Parténope de Manuel de Sumaya (1711), hasta Daniel Catán y su Florencia en el Amazonas (1996), la cual fue presentada el día 9 de diciembre en el Teatro Macedonio Alcalá vía remota desde la Metropolitan Opera de Nueva York. Los jóvenes gozaron de boletos de cortesía para asistir y poder disfrutar también de otras óperas de esta temporada, como Dead Man Walking, La vida y época de Malcolm X, Nabucco y Carmen.

En otro momento, los participantes conocieron la estructura de la ópera con sus elementos: la obertura, los actos y escenas, las arias, los recitativos y coros. Asimismo, percibieron la ópera como un lugar donde convergen las distintas artes: música, literatura, coreografía, baile, arquitectura, escenografía, maquillaje, iluminación, acústica, etc. La magia que envuelve a este género siempre los sorprendía y su interés parecía aumentar con cada sesión. Entonces llegó el tiempo de conocer a los protagonistas, así, los jóvenes tuvieron el lujo de disfrutar de manera presencial a grandes voces como la de la soprano Ana Rosalía Ramos, la mezzosoprano Rosa Muñoz, el tenor Mario Beller y el bajo Felipe Espinoza. Los maestros comentaron sobre sus tesituras, revelaron algunas técnicas vocales y presentaron pequeñas muestras del gran repertorio operístico. Para acercarse al funcionamiento de una orquesta se realizó un ensayo abierto con Camerata Oaxaca bajo la dirección del maestro Eric García.

Finalmente fueron presentadas, por medio de fotos y videos, las principales casas de ópera en el mundo: MET de Nueva York, Royal Opera House de Londres, La Scala de Milán, San Carlos de Nápoles, El Liceu de Barcelona, el Teatro Bolshói de Moscú, el Teatro Colón de Buenos Aires, las óperas de París, Sídney, Viena, Praga, Budapest y Varsovia. Y como la cereza del pastel, los talleristas tuvieron la oportunidad de hacer un recorrido sublime por nuestro querido Teatro Macedonio Alcalá, donde el personal del recinto les habló sobre su historia y muy amablemente les permitió conocer los espacios en su totalidad. Al lanzar la convocatoria, la curiosidad y la incertidumbre se hicieron presentes en el ambiente institucional. Sin embargo, el sonido del teléfono para las inscripciones fue un suspiro de alivio: casi treinta muchachos estaban interesados y se inscribieron a las sesiones quincenales por las tardes de los viernes. El día de la clausura y entrega de diplomas todos los participantes y sus familiares, de manera afectiva, agradecieron a la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca esta oportunidad de vida, de aprendizajes y de viajar por medio de la ópera.

Esperamos repetir esta experiencia en 2024 y recibir otra generación de jóvenes apasionados por la música.


Después de 18 años Correos de Méxicoemite una nueva serie permanente dedicada al arte textil de México

Fue en 1950 cuando en México se imprimió la primera serie postal permanente moderna con el tema ”Arquitectura y Arqueología”, que se mantuvo vigente desde 1950 hasta 1976; por mucho, la serie con mayor tiempo en circulación en nuestro país. La segunda, quizá la más reconocida y estudiada, fue “México Exporta”, cuya vigencia alcanzó los dieciocho años con la mayor cantidad de estampillas reimpresos e incluyó la emisión del timbre con mayor valor facial en la historia postal de México, nos referimos al timbre de Cine de $7,200. Posteriormente se emitieron “México Turístico 1993-2001” y “México Conserva 2002-2005”; este par de series siguen siendo poco estudiadas, quizá debido al corto plazo en el que estuvieron en circulación, ya que entre ambas suman apenas once años. En 2005 se anuncia la creación de la serie permanente “México Creación Popular”, la cual incluyó un timbre con la imagen de un cántaro de barro negro, perteneciente a la localidad de San Bartolo Coyotepec, Oaxaca. Sin duda esta serie permanente contribuyó a la difusión y valoración de las artes tradicionales y populares de nuestro país.

Tuvieron que pasar dieciocho años para que los Talleres de Impresión de Estampillas y Valores, pertenecientes al Gobierno Federal, imprimieran una nueva serie permanente: “México: Arte Textil”, que se presentó en el emblemático Palacio Postal de la Ciudad de México, el pasado 13 de octubre del presente año, dando lugar a un hecho histórico en la filatelia mexicana. “México: Arte Textil” contribuye al reconocimiento mundial del arte textil de los pueblos indígenas como patrimonio intelectual y creación estética viva, cuyo valor forma parte de la riqueza cultural de nuestro país. Así
mismo, refrenda la importancia de las estampillas postales como embajadoras culturales de nuestro país.

El Museo de la Filatelia de Oaxaca no podía dejar pasar tan importante acontecimiento, por ello, la tarde-noche del viernes 24 de noviembre, se realizó la ceremonia de la réplica de cancelación de la nueva serie “México: Arte Textil”. Esta se conforma de trece timbres postales con diseños originales de artesanos y artesanas de trece estados de la República: Nayarit, Durango, Puebla, Oaxaca, Estado de México, Tlaxcala, Yucatán, Michoacán, San Luis Potosí, Sonora, Guerro, Chihuahua y Chiapas. Los valores faciales de los timbres van desde los 50 centavos hasta los $30.50, y los textiles originales forman parte del Acervo de Arte Indígena del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas.

Una vez más Oaxaca está presente en una serie permanente. El tejido oaxaqueño que aparece en el timbre postal de $2.00 es un pozahuanco, enredo de gala procedente de Pinotepa de Don Luis: los autores pertenencen a la mixteca; la técnica utilizada es labrado de urdimbre en telar de cintura a partir de algodón teñido con añil y caracol púrpura, así como seda teñida con grana cochinilla; y su tamaño es de 114 x 172 cm.

Como dato curioso podemos decir que es la primera vez en la historia de las series permanentes que, junto a los trece timbres individuales, se emite un tríptico (carpeta) que contiene las fichas técnicas de cada estampilla. Así mismo, se imprimieron hojas recuerdo que incluyen, en una misma pieza, los trece timbres que conforman la serie. Indudablemente, una hermosa pieza digna de coleccionar.

Nadie sabe cuánto durará esta nueva serie, pero lo que sí sabemos —y nos llena de orgullo— es que cada estampilla con su singular belleza y simbolismo podrá viajar por los más de 190 países que conforman la Unión Postal Universal. Enhorabuena por la filatelia mexicana.


Segunda fase del proyecto de cartillas en Lenguas Indígenas con la Universidad Estatal de San Diego

Yiz nhí xlatje nzí Biblioteca Juan de Córdova nha yoo waseden nzí Universidad Estatal de San Diego
gukze´aklhe ka yich´ka bzog benhe´ka bzí Instituto Lingüístico de Verano kan bzed´ake dill wlhall´ka dé zíten nha batup´aken enchanha kuaga lhawe nha gunh´ake xlatje lue dan zí Internet enchanha wak lelhe yoyte benhe llakzedlhe, benhe dzed nha benhe yenlle gunbié dill wlhall´ka niog lhao yich´ki.

Kan bzulhawa blhaga lhawe yich´ki nha benha llín nhí chop kuenlhue. Bzulhawa beo chone nha bayull beo chí nha blaga lhawe ka du gay gayua yich ki.

Xullken yelh gulkhe ke yoo waseden nzí Universidad Estatal de San Diego Dan, bazulhao yeto kuen llín nhí.

Kat wayull llín nhí nhuteze wak wayilg, gulh nha gunhen llín yich ki. Llaketo da blhaon gunbiéllo ka llín nhí benhe bene´ki bnén Instituto Lingüístico de Verano kanhake ben´ake banez bzog´ake xtillo ka de zíten, nhente da ba ba lhan nalla. Kanake llío naollo shlhuello xtillo´ki wak gunhenllo llín ka da kí bkuan´ake. Da zan wak guyallo nha gunhenllo llín ke yich´ki.

Ka du yoyzen niog nbalhas nha bayilg´- lall´ake ka gullen´aken.

Yich ki llaxoxgen gaklhe guzog´ake xtillo´ka, bi dé lhao lhallsho´ka, gaklhe gapchí´ake enchnha bi´gak´ake ka yillwé ka got´kanha, nha xtill bedao.

Bal´aken ba shez kanhake batnhaten bzog´aken, lhaose dan niog da zaken nhallen dé kuag´ake lhawe nha wayo chao´aken nha gap chí´aken, benhe ka llun llín lue Biblioteca de Córdova.

Llbexto wayull ye to kuen llín nhí beon nell yizen zallo´nha, nhatelle wak wayilgllon lue dan nhe internet enchanha wak gunhenllo llín.

(Versión zapoteca de Yalálag)

Durante este año, la Biblioteca Juan de Córdova en conjuto con la Universidad Estatal de San Diego llevaron a cabo el proyecto de digitalización de las cartillas elaboradas por el Instituto Lingüístico de Verano durante su estancia en México, esto con el objetivo de crear un repositorio que estuviera al alcance de todos.

El proceso de digitalización inició el mes de marzo y finalizó en agosto y gracias a un financiamiento de la Universidad Estatal de San Diego una segunda fase del proyecto inició en octubre.

Al término del proyecto el material estará disponible en las plataformas digitales de la biblioteca y la Universidad de San Diego para su consulta debido a su importancia ya que estas cartillas están escritas en diversas lenguas indígenas de México, algunas ya extinguidas.

Nos parece que la digitalización de estos documentos es muy útil para aquellos que enseñamos alguna lengua indígena porque nos servirán de guía para crear materiales pedagógicos de apoyo. Por otro lado, la escritura y la ilustración de estas cartillas son creativas y dignas de admirar, pues están escritas a máquina e ilustradas a mano.

Debido a que las hojas de estas cartillas son frágiles, y que algunas de ellas incluso están rotas, se debe tener mayor cuidado durante el proceso de escaneado. Es por ello que, al terminar este proceso las cartillas permanecerán en la Biblioteca para su conservación. Planeamos que este proyecto finalice para este mes de enero y, posteriormente, se podrá consultar en línea.
https://bijc.pages.fahho.mx/


Comportamiento lector: reto de exploración en la Red de Bibliotecas Infantiles BS

Cuando se trabaja en bibliotecas, o en otros campos donde la lectura es el eje principal de la cotidianidad, una pregunta que puede resultar obvia es: ¿Qué leen las personas?, seguida de ¿por qué leen? Estos cuestionamientos, en términos generales, se refieren al comportamiento lector.

Como muchas áreas que requieren investigación, hay instancias (en este caso nacionales e internacionales) que buscan respuestas, pero, como con todo lo investigable, recurren a formas muy particulares de adquirir información y reflexionar sobre lo encontrado. Por eso existe la Metodología común para explorar y medir el comportamiento lector, del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, o el Módulo sobre Lectura del INEGI, en el ámbito nacional.

La Red de Bibliotecas BS, como lugar en donde la lectura fluye de maneras variadas y constantes, puede generar sus propias respuestas sobre qué y por qué se lee. Pero, a diferencia de las instituciones antes mencionadas, nos alejamos de las justificaciones numéricas —esas que funcionan mucho más para dar rumbo a las empresas editoriales y sus tirajes o a las intenciones gubernamentales relacionadas a los programas de fomento a la lectura—, para acercarnos a las razones más emotivas de la lectura, nos centramos en los siguientes cuestionamientos: ¿Qué les gusta leer?, ¿con quiénes se lee?, ¿cuáles son las razones de esas lecturas?, ¿qué se anhela leer? Asimismo, buscamos reflexionar las respuestas para interpretar cómo define esto el carácter de una biblioteca.

Lejos de replicar en este espacio toda la parafernalia metodológica, el instrumento, su aplicación y la obtención de datos,1 podemos, si se nos permite, compartir las primeras impresiones de este análisis.

Los lectores de la BS son, en su mayoría, jóvenes: los rangos abarcan de los 2 hasta los 82 años, el 31.1 % se encuentra entre los 11 y 19 años. Mientras que el 63.3 % de quienes asisten a la biblioteca son mujeres.

La cuarta parte de los encuestados tienen a la lectura como actividad fundamental en la biblioteca, considerando que el resto se complementa con las actividades ofrecidas por la biblioteca (talleres, presentaciones, etc.) y el uso del espacio para estudiar, hacer tarea o jugar.

El 81 % de los usuarios acude acompañado. Es decir, la Biblioteca BS, a diferencia de la idea general de una biblioteca, es un lugar para estar y leer en compañía. El 61.5 % prefiere ir con su familia.

El espacio y la tranquilidad, en referencia a la sede Xochimilco, son las razones que atraen a los usuarios. Esto revela que, en efecto, se asocia al espacio con el ambiente de lectura predominante.

Hablando en términos del significado subjetivo que los usuarios le dan a la relación lectura-espacio, se consideraron cuatro categorías de asociación simbólica: racional (C1), aspiracional (C2), emocional (C3) y de desarrollo (C4). No queriendo explicar cada una, diremos que hay conceptos asociados, por ejemplo, “aprender” en la C1, “viajar” en la C2, “alegría” en la C3 o “nutrirse o enriquecerse” en la C4; así como conceptos afines dentro de cada categoría con una fuerte inclinación a concebir la lectura como un aspecto racional, fundamentalmente.

Aún falta más por analizar y es necesario replicar esta exploración con nuevos usuarios. Lo que queríamos mostrar en este resumen es el carácter que los usuarios han dado a esta biblioteca, desde un punto de vista más cualitativo, que, creemos, enriquece mucho más la posibilidad de acción y de toma de decisiones sobre el porvenir de la Red de Bibliotecas Infantiles BS.

1 Resúmase en un cuestionario semiestructurado de 23 reactivos aplicados a un total de 1082 usuarios visitantes de la biblioteca con rangos de edad estratificados en niños de primaria, adolescentes, jóvenes adultos, adultos y adultos mayores hasta los 82 años, que fue el extremo de edad más alto a quien se le aplicó el instrumento.


Textiles con historia

La comunidad de Santo Tomás Jalieza es una importante población, ya que resguarda dos grandes tesoros: el primero son los vestigios arqueológicos que se encuentran a sus alrededores, los cuales denotan la antigua presencia de los Binnigula´sa´o zapotecos. El segundo tesoro que protege la comunidad, y en el que nos enfocaremos, es el tejido en telar de cintura. Leobardo Navarro Aragón nos cuenta que a la edad de 7 años comenzó a familiarizarse con el tejido: recuerda que, para todo niño, las primeras experiencias con el telar de cintura comienzan como un juego que, con el paso del tiempo, le permite desarrollar las habilidades esenciales para realizar tejidos muy elaborados y diversos.

Leobardo es la cuarta generación que resguarda esta tradición; sus abuelos le contaban que antes se tejía con lana de borrego, a partir de la cual solo se producían las fajas tradicionales utilizadas por las mismas familias y que se teñían con tintes naturales. Posteriormente, la lana fue sustituida por hilo de algodón, de manera que hoy en día son pocas las personas que aún utilizan la lana.

Antes de que existiera su mercado, para la comunidad era muy difícil vender sus productos, ya que ellos esperaban que algún extranjero llegara a la comunidad y así los maestros podían ofrecer sus productos.No nos podemos olvidar de la gran destreza que tienen los maestros de Jalieza para plasmar animales, Leobardo menciona que, desde un principio, en los tejidos se diseñaban animales —como venados, perritos, conejos, guajolotes, búhos, gallos— y también danzantes.

Hoy en día, las nuevas generaciones están perdiendo el interés por tejer y preservar este tesoro. Los jóvenes están enfocados en las nuevas oportunidades que les ofrece el mundo para salir de sus comunidades y dejar a un lado su raíz. Pero también hay familias que a sus hijos, desde pequeños, les siguen enseñando a tejer y, al mismo tiempo, también les dan la oportunidad para estudiar y salir adelante tanto con el tejido como con el estudio.

Los invitamos a conocer este hermoso trabajo textil que se encuentra en nuestras salas y sigamos recorriendo cada rincón de Oaxaca para preservar sus tradiciones.


Servicios multiculturales

En el año 2008, la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas, en conjunto con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura presentaron un manifiesto sobre la “biblioteca multicultural”.1 En dicho documento se expone un conjunto de principios o acciones que las unidades de información, inmersas en contextos con una comunidad lingüística y culturalmente diversa, deberían considerar para la implementación de servicios.

Las bibliotecas son pilares fundamentales en el aprendizaje y facilitan el acceso a toda una gama de recursos culturales y lingüísticos que abren horizontes a distintas experiencias. Por consiguiente, las bibliotecas deben responder a las necesidades y los intereses diversos de las comunidades a las que sirven, en particular de los grupos marginados o minoritarios. En este manifiesto se exponen la misión y las actividades esenciales de estos espacios en una sociedad dotada de diversidad cultural.

La Biblioteca de Investigación Juan de Córdova se ha basado en el principio de que la diversidad es un valor fundamental en virtud de la población a la que atiende, a sus objetivos y a sus colecciones, a través de los cuales pretende mostrar la diversidad cultural y lingüística —y su profundidad temporal— en el estado de Oaxaca; por lo que aspira a reflejar por medio de sus colecciones la composición multicultural de México, así como a fomentar la comprensión de la diversidad cultural.

En este sentido, y atendiendo el manifiesto IFLA/UNESCO, la BIJC ofrece entre sus actividades varios servicios bibliotecarios y asesorías especializadas. Unos están encaminados a apoyar los procesos de creación, organización y mejora de las bibliotecas comunitarias localizadas en las diferentes regiones del estado, servicios que se ofrecen de forma gratuita, siempre y cuando las instituciones lo soliciten, y se comprometan a trabajarlo en conjunto con el personal de la biblioteca y a darle seguimiento. Otros responden a las solicitudes por parte de personal de educación, de museos comunitarios u otras organizaciones culturales para asesorías pedagógicas, museográficas o de conservación. En este breve espacio solo podemos dar unos pocos ejemplos de las múltiples actividades llevadas a cabo fuera de la ciudad de Oaxaca.

En el primer rubro, contamos con los siguientes servicios:

Asesorías bibliotecológicas.
Un ejemplo de esta actividad es el proceso de creación de la Biblioteca Comunitaria Rizalaj Xhnëzaru, de Santa María Yaviche. Desde la BIJC acompañamos el proceso de planeación y puesta en marcha de la biblioteca, y actualmente seguimos asesorando el proyecto.

Apoyo a procesos de mejora.
Un ejemplo de este servicio es el que ofrecimos en la Biblioteca Comunitaria de Totontepec, Villa de Morelos, Mixe. Posterior a un diagnóstico, acudimos a la biblioteca a apoyar en el proceso de limpieza y descarte de materiales que se encontraban en malas condiciones, así como con el reacomodo de estantería y libros. Adicionalmente, se dio asesoría sobre los procesos a seguir para mantener en mejores condiciones el espacio de trabajo.

Cursos-talleres de alfabetización informacional.
Durante el mes de septiembre (2023), se llevó por primera vez este curso a una comunidad. Personal de servicios de la biblioteca se trasladó a la comunidad de Santa María Tlahuitoltepec, Mixe, y compartió este taller con alumnos del Bachillerato Integral Comunitario Ayuujk Polivalente (BICAP). Con una duración de un poco más de 8 horas, 105 alumnos del tercer semestre del centro educativo se beneficiaron de este proceso de alfabetización informacional.

Colecta y donación de libros.
Durante el 2023, cinco bibliotecas comunitarias se beneficiaron con este servicio.

En el segundo rubro, las solicitudes son muy diversas y daremos solo un ejemplo. A solicitud de la Coordinación Lingüística de la Jefatura 09 de Educación Indígena, a cargo de la profesora Leticia Guendulay, se impartieron dos talleres para los profesores adscritos a esa instancia, para orientar metodológicamente su práctica docente en la enseñanza de la lengua mixteca y chocholteca. Estos talleres estaban a cargo de la Mtra. Elodia Ramírez Pérez por su experiencia en el tema. La Jefatura 09 se ubica en el distrito de Asunción Nochixtlán y aglutina a profesores de Educación Indígena que trabajan en comunidades mixtecas (variante Alta) y chocholtecas.

El primer taller se desarrolló el 27 de octubre, y se conformó de tres clases muestra basadas en el enfoque comunicativo y contenidos comunitarios para la enseñanza del mixteco como segunda lengua. Asistieron cincuenta profesores que trabajan en comunidades mixtecas y diez que trabajan en comunidades chocholtecas. El segundo taller se desarrolló el 24 de noviembre, donde se compartieron estrategias para la enseñanza del mixteco como primera lengua, con contenidos comunitarios. Participaron sesenta profesores hablantes de la lengua mixteca.

El desarrollo de estos talleres contribuye a concientizar sobre la importancia de enseñar y transmitir las lenguas nativas por medio de saberes comunitarios, ya que guardan todo un conjunto de conocimientos lingüísticos y culturales de cada comunidad, permitiendo reforzar la identidad y ejercer los derechos lingüísticos de los alumnos y alumnas. Esta concientización se reflejó en las secuencias de actividades escritas en mixteco y en la presentación bilingüe que los maestros y maestras realizaron, las cuales serán desarrolladas con sus estudiantes en las diferentes escuelas a que se adscriben.

1 https://repository.ifla.org/bitstream/123456789/737/1/multicultural_library_manifesto-es.pdf


Programas y estrategias con impacto social en la población

La Fundación Alfredo Harp Helú para el Deporte tiene un compromiso con México: su misión es apoyar y promover proyectos que contribuyan al desarrollo del deporte y la cultura física entre las y los mexicanos. Con su programa insignia “Semáforo Deportivo”, acerca actividades deportivas en diferentes entornos sociales, buscando ser un referente nacional de apoyo incluyente y eficaz para las causas que promueven la activación y cultura física, mejorando la salud y contribuyendo a la paz de la sociedad mexicana.

Este programa desarrolla actividades de acuerdo con el significado de cada uno de sus colores: el rojo es un alto a las adicciones, el amarillo atiende al fomento de una cultura del autocuidado de la salud y el verde busca generar una cultura cívica de la paz y la protección del medio ambiente.

Los tres ejes que componen el programa para su funcionamiento son: los Promotores Deportivos a través de la Unidad Deportiva Móvil, quienes son el conducto para acercar las activaciones físicas y distribuir el material deportivo que se utiliza en las actividades y se entrega en las visitas (balones de fútbol, voleibol y basquetbol, además de medallas, silbatos, conos, casacas, playeras y ropa deportiva); junto a todo lo necesario para articular los programas con niñas, niños, adolescentes, jóvenes y población en general, llegando a escuelas, colonias, barrios, unidades habitacionales, espacios públicos y privados, comunidades, municipios, alcaldías y estados.

En 2023, la Fundación AHH para el Deporte llevó a cabo diferentes acciones como la realizada el 6 de abril en la celebración del Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz 2023. A un año de la obtención del Premio Internacional “Peace and Sport”, se diseñaron una playera y una máscara conmemorativas (como símbolo de identidad nacional de México para el mundo), las cuales fueron portadas por los Embajadores de Paz. El concepto se complementó con eventos de activación durante los seis días previos a la conmemoración, realizando 75 actividades con la estrategia “6 rumbo al 6”, así como 75 concentraciones en diferentes “sitios emblemáticos de México”, logrando cubrir nueve estados en México y uno en Estados Unidos. Desde estos lugares se envió un mensaje de paz al mundo con mujeres y hombres que portaron la playera y la máscara conmemorativas, y levantaron la “tarjeta blanca” (white card) como símbolo de unión, igualdad y paz en la sociedad.

De entre los programas realizados por la Fundación AHH para el Deporte, también destaca el Planeador de Activación Física PLUS, estrategia digital que cuenta con el apoyo de Grupo Martí y Sport City, cuyo objetivo es fomentar, durante catorce semanas, un cambio de hábitos hacia estilos de vida más saludables a partir de la activación física. La Fundación ha trabajado de manera intensa en diferentes actividades con miles de niñas, niños, jóvenes y población en general, en escuelas, colonias, barrios y unidades habitacionales de la Ciudad de México, entre las que destaca el “Semáforo deportivo en tu colonia”, con diferentes acciones como: Activación rítmica, Ritmo con pelota, Ritmo con cuerda y Ritmo acuático, las cuales han impactado, gracias a la labor de los promotores deportivos y voluntarios, a más de 250000 personas.

Así mismo, otra de las actividades importantes llevadas a cabo fue el concurso de fotografía Foto Paz Actívate, en esta ocasión dedicado al fomento de la paz en la sociedad, con la colaboración de 146 personas de veintinueve estados de la República y 364 fotografías presentadas a concurso. Esto derivó en la realización de una exposición itinerante que incluye las fotografías de los ganadores del concurso, así como las treinta menciones honoríficas, y que recorrió los clubes de Sport City en Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, además de diversos planteles escolares.

Como parte del trabajo en conjunto, cabe señalar la colaboración entre la Fundación AHH para el Deporte, Grupo Martí y Sport City, destacando la entrega de juguetes, material deportivo y caminadoras a fundaciones, casas hogar y Fundación Teletón, lo cual ha permitido beneficiar en sus actividades y rehabilitación a miles de niñas y niños, además de llevarles un poco de felicidad junto con su familia.

El trabajo que se hizo a lo largo de este año por la Fundación AHH para el Deporte, cierra con la obtención del Premio Estatal del Deporte de la Ciudad de México 2023, que otorga el Instituto del Deporte de la Ciudad de México. Para ello, se evaluaron los programas y estrategias que realizó la Fundación en el 2023, los cuales atienden de manera transversal la promoción del deporte y la cultura física.


La nostalgia de las ciudades

La ciudad puede definirse como una concentración de oportunidades en donde los habitantes tienen como principal objetivo mejorar su calidad de vida gracias a la oferta de empleos, vivienda, servicios de salud, educación, comercio, movilidad, recreación, etc. Estas son algunas de las razones por las que las ciudades en México y todo el mundo empezaron a tener un apogeo importante en la segunda mitad del siglo XX. Los movimientos migratorios del campo a la ciudad crecieron a un ritmo acelerado, exigiendo suelos para vivienda, comercio y equipamiento urbano con el fin de garantizar calidad de vida, pero, conforme la ciudad crecía horizontalmente, los asentamientos humanos irregulares empezaban a surgir dando lugar a las periferias de los núcleos urbanos. Esto, debido al bajo costo del suelo y su relativa cercanía al centro de la ciudad, rebasando los alcances de los planes de desarrollo urbano de los municipios, donde se empezó a ver una notable desigualdad.

No hemos alcanzado la construcción de una ciudad equitativa porque nuestro crecimiento económico, social y cultural ha enfocado su atención y desarrollo en el centro de la Zona Metropolitana de Oaxaca, que se ha convertido en el protagonista del espectáculo por encima de las periferias crecientes y huérfanas de atención. Municipios conurbados que carecen de aquello que el centro goza. La degradación de la ciudad hacia las periferias ha convertido en dormitorios las viviendas de quienes diariamente se trasladan hacia el centro para llegar a sus trabajos, abrumados por el tráfico de la ciudad y un transporte público que difícilmente cumple con los tiempos y la seguridad adecuada para los usuarios.

Pensar en la habitabilidad no debe ser un privilegio centralizado, de lo contrario, la ciudad perdería sentido y carácter. Pasará de ser una concentración de oportunidades a un instrumento más que nos permita medir, percibir y sentir la pobreza, la contaminación, la violencia y la discriminación. El centro cuenta con todo lo necesario para garantizar la calidad de vida, mientras en las periferias, donde regularmente habita la mano de obra del centro, el urbanismo recibe una escasa e injusta atención.

Casa de la Ciudad se preocupa y busca que el derecho a una ciudad de calidad pueda ser accesible para todos. Por ello, desde hace veinte años trabaja haciendo comunidad, convocando a agentes de acción, habitantes de la ciudad, tomadores de decisiones, académicos, expertos, investigadores y público en general para encontrar juntos la solución a los complejos problemas de la ciudad. Es indispensable trabajar comunitariamente para el desarrollo de propuestas y equipos de trabajo enfocados en la solución de problemáticas locales para alcanzar el desarrollo de nuestra ciudad en conjunto, más allá de su centro. Si concedemos la atención necesaria a las periferias, tendremos ciudades equitativas y seguras.


Catálogo razonado de demonios, monstruos, seres fantásticos y prodigios

Las historias de fantasmas, aparecidos, monstruos y fenómenos sobrenaturales, en general, son atemporales. Hay fantasmas de las navidades pasadas y futuras, extraterrestres todo el año, milagros y portentos tampoco se escapan del calendario cotidiano, y qué decir de las fechas alrededor de la celebración del Día de Muertos o de los Fieles Difuntos, en donde más acendradamente se manifiesta el carácter de misterio que se le confieren a estos seres y eventos, aunque siempre son motivo de curiosidad. Y pese a que se hayan resuelto algunos misterios por medio de una explicación científica, la imaginación colectiva siempre los tendrá presentes como un enigma más allá de cualquier razonamiento.

Los frailes franciscanos del siglo XVI y XVII tampoco se pudieron sustraer al misterio de las leyendas locales del Nuevo Mundo, y, al igual que consignaron la vida cotidiana de los nativos mesoamericanos en diferentes territorios, también hicieron registro de aquello que salía de lo común. Es por ello que Adabi invitó a la doctora Ángela Matilde Fernández Pérez para que hablara sobre su Catálogo razonado de demonios, monstruos, seres fantásticos y prodigios, trabajo de postdoctorado basado en las crónicas que los frailes franciscanos contaban en la Nueva España y territorios adyacentes durante los siglos XVI y XVII. En esta investigación se indaga, inicialmente, sobre el concepto de lo “imaginario”, deslindado de la idea de “imaginación”, clarificando que se trata del estudio y uso de las imágenes.

Durante la tertulia se abordaron los referentes creados por estos cronistas que se vieron enfrentados a realidades desconocidas por ellos en experiencias previas, así como a la explicación de las mismas por medio de su propia vivencia. El criterio de selección de los relatos estudiados consiste en su clasificación como expresiones del “Nuevo Mundo”.

La doctora Fernández analizó un total de dieciocho crónicas provenientes de las provincias franciscanas de San José de Yucatán, la del Santo Evangelio de México, San Diego de México, San Pedro y San Pablo de Michoacán, Santiago de Xalisco, San Francisco de Zacatecas y el Dulce Nombre de Jesús de Guatemala. De entre todas estas miles de líneas dedicadas a numerosos temas se detectaron ocho categorías distintas de fenómenos y seres que fueron clasificados en: animales naturales con características o funciones fantásticas; animales fantásticos; prodigios y maravillas; seres antropomorfos monstruosos; fantasmas, apariciones y muertos reanimados; seres celestiales; demonios y, finalmente, magia y hechicería.

A partir del análisis de dichas fuentes, la ponente desarrolló una ficha en la que se consignan la categoría del ser o evento, lugar y fecha del avistamiento, fecha en la que se redacta la fuente, la referencia completa, la descripción del ser o evento, bibliografía complementaria y observaciones, con lo que la investigadora propuso una serie de ejemplos concretos como la serpiente, el llamado Monstruo de Zapotitlán, la levitación, entre otros fenómenos. El Catálogo, a su vez, cuenta con un índice alfabético y otro temático que permiten al interesado obtener información específica de manera rápida, a la vez que muestran la riqueza de la misma.

Como colofón de la tertulia, la doctora Fernández dio ejemplos particulares sobre la diferencia que los cronistas tratan de establecer entre fenómenos o entes que les eran familiares culturalmente, en contraposición de lo que percibían y registraban en el Nuevo Mundo y, con ello, haciendo a un lado la idea de que nadie puede sustraerse a su propia experiencia al enfrentarse a un nuevo conocimiento.
https://www.youtube.com/watch?v
=4a0N4DgyE60


Arte y deporte unidos en el infierno

Cuando aquellos cuatro adolescentes franceses entraron en 1940 a una cueva en Dordoña, Francia, a buscar a su perro, jamás imaginaron que harían uno de los hallazgos de arte prehistórico más trascendentes de la historia. Tampoco sabían que encontrarían la representación más antigua de un deporte, pues entre las muy famosas representaciones de toros, venados y otros cuadrúpedos, hallaron también luchadores y corredores. El descubrimiento, que hoy conocemos como la Cueva de Lascaux y data del periodo Paleolítico, ha demostrado que la práctica deportiva ha estado presente en nuestra historia desde el inicio de la humanidad y, así también, que ha sido indisoluble de la artística.

En la historia del arte, quizá el periodo que más relacionamos con el deporte sea la Antigüedad Clásica. Resulta bien sabido que los griegos fueron muy aficionados a ejercitarse y crearon los Juegos Olímpicos; su interés permanece tangible a través de murales y vasijas. Pero también existen antecedentes mexicanos importantes. Ya desde tiempos prehispánicos aparecen tanto representaciones del juego de pelota, así como las propias estructuras utilizadas para practicar este deporte ritual a lo largo y ancho de Mesoamérica. Existen, además, ejemplos notables de artistas que tomaron el deporte como referencia en el siglo XX mexicano, entre los que destaca Ángel Zárraga, con sus múltiples obras de futbol femenil, inspiradas por su esposa, Jeannette Ivanoff, una de las primeras mujeres que patearon un balón. En nuestro país, los Juegos Olímpicos recobraron su sentido cultural cuando, en 1968, Mathias Goeritz sugirió que se llevara a cabo un programa artístico en paralelo al deportivo, del cual pervive como testimonio la Ruta de la Amistad.

A pesar de este vínculo histórico y de su profunda raigambre en nuestro país, en algún momento comenzamos a asumir que el arte pertenece a un mundo muy distante al deporte. Hoy, un espacio de reciente inauguración en la Ciudad de México recuerda la larga hermandad que existe entre ambos: el Estadio Alfredo Harp Helú y su Museo de los Diablos Rojos, equipo de beisbol que carga una larga historia.

Desde que los visitantes se acercan a la entrada, dentro de la Ciudad Deportiva Magdalena Mixhuca, son recibidos por una pieza de arte de gran envergadura, tanto por sus dimensiones como por su autor. Se trata de la reja que rodea todo el complejo deportivo, creada ex profeso por Francisco Toledo con un diseño inspirado en bates y pelotas. El artista plástico destaca entre los creadores cuya obra se encuentra dentro de este recinto, por su vocación compartida con el dueño de los Diablos Rojos, Alfredo Harp Helú, en torno a impulsar el arte oaxaqueño; además forjaron una gran amistad. Muy pocos sabrán que, así como el amor al arte, los unió también el amor al beisbol, deporte que el propio Toledo disfrutó durante sus visitas infantiles a Juchitán. Así, además de realizar la reja para el estadio, la colección Harp Helú cuenta con piezas inspiradas en este deporte, que el artista regaló a don Alfredo o que él le comisionó. Estas han formado parte del programa expositivo del Museo Diablos.

La relación con los artistas de Oaxaca convierte al estadio y su museo en una extensión del trabajo de la Fundación Harp Helú. En esta labor, la doctora María Isabel Grañén y Santiago Harp Grañén, esposa e hijo de don Alfredo, han jugado un papel central. Ellos lideran la selección de los artistas comprendidos en las exposiciones temporales y también encabezan las publicaciones que forman parte tanto del proyecto del estadio como de su museo. Este trabajo colaborativo ha dado como fruto un espacio sui generis tanto para el deporte como para el arte. Francisco Ramos, director general del Estadio Harp Helú, lo describe como parte del “ADN del proyecto desde mucho tiempo atrás”. En entrevista para El Cultural añade que “desde el acta constitutiva, el proyecto dice que va a ser un espacio donde convivan un museo, un parque de beisbol y espacios de fomento tanto al deporte como a la cultura”. También enfatiza que “no existe un solo esfuerzo del grupo que deje de lado el interés social, deportivo, cultural y ambiental”.

Murales y esculturas dominan el Estadio. No se trata de elementos decorativos, sino que el programa arquitectónico se desarrolló planteando la intervención de artistas. El complejo deportivo evoca una de las corrientes más fascinantes del arte mexicano: la integración plástica. Desarrollada en la segunda mitad del siglo XX, implicó la plena incorporación del arte a la arquitectura, en especial a partir del muralismo, quizá el movimiento artístico más significativo en los últimos cien años de México. El estadio hace un guiño a esa tradición desde una visión contemporánea, con obra de creadores actuales destacados de origen oaxaqueño: Demián Flores, Sergio Hernández, Amador Montes y José Luis García —todos ellos inspirados en el beisbol, desde luego.

La arquitectura, proyecto de Taller ADG y FGP Atelier, también habla de la cultura de nuestro país, pues representa nuestro pasado y presente. En las pirámides que dan forma a tienda y oficinas vemos estructuras inspiradas en la arquitectura prehispánica, mientras encontramos evocaciones al Virreinato en los pisos de tezontle rojo, material predilecto de los más destacados arquitectos coloniales, como Lorenzo Rodríguez, Francisco de Guerrero y Torres, Pedro de Arrieta. Por otro lado, las innovaciones hablan de nuestra actualidad, con soluciones contemporáneas, pero sin perder un profundo sentido simbólico. Destaca en este sentido la techumbre de las gradas, la cual forma una M y, a la vez, un trinche, lo que representa a los Diablos Rojos de México, aunque cumple también con una solución de vanguardia: permite una visibilidad total del campo, sin columnas que bloqueen la vista, al mismo tiempo que da sombra.

Innovación, tradición y cultura se unen en otro espacio del Estadio: el Museo Diablos, que al mismo tiempo narra la historia de este equipo mientras difunde la labor de creadores mexicanos. En el vestíbulo, dos guerreros dan la bienvenida: obra de Sabino Guisu, quien retoma la figura del umpire, con su máscara y pechera, reinterpretada a la manera de un samurái y un guerrero mexica. La impactante instalación se complementa con bates intervenidos a manera de armas de ambas culturas, la japonesa y la prehispánica. A lo largo del recorrido es evidente cómo este personaje interesa a los artistas, pues también lo encontramos en los murales del estadio.

Entre las comisiones creadas específicamente para el Museo Diablos está No hay mejor campo de pelota para jugar, instalación de Víctor Vázquez, artista que trabaja el barro precocido. Esta es una de las piezas más sorprendentes del recorrido. La sala emula el campo en plena jugada, con ampáyer, cácher, pícher y bateador, todos moldeados en barro. “Se aprecia que Vázquez tiene muy bien estudiada la figura humana y, sobre todo, a los propios jugadores, con la fuerza de su cuerpo y las posiciones que adoptan,” explica Xiadani Morales, del equipo de Museo Diablos, en entrevista con El Cultural. “A primera vista parecen como figuras relajadas, pero al verlas con atención notamos el estudio anatómico que hizo el artista”, señala. Las piezas remiten tanto a las figuras de barro de los pueblos del México antiguo como a la tradición artesanal que aún encontramos en comunidades originarias del país.

Por otro lado, la sala temporal actualmente presenta la exposición “Segundo inning. La fiesta del beisbol”, que celebra la primera serie de temporada regular de Ligas Mayores en la Ciudad de México y los 25 años del Museo de la Filatelia, institución museal de Oaxaca. La muestra presenta trabajos de Alejandro Vera, Amador Montes, Víctor Vázquez, Francisco Toledo, Alberto Ibáñez, Mariana Grapain, Cristina Kahlo, Sabino Guisu, Eduardo Roca y Demián Flores, entre otros. Sobre las muestras temporales, el director general ahonda: “Se tiene planeado renovar periódicamente el acervo artístico del Museo Diablos. La vocación de la familia Harp de difundir el arte mexicano sin duda continuará, así como las colaboraciones con varias generaciones de artistas provenientes de distintas zonas del país; es el sentido de las dos salas de exposiciones temporales”. Sobre los creadores que se exhiben tanto en las salas permanentes como en la temporal, Xiadani Morales señala: “Muchos de estos artistas son prácticamente de casa, realizan muchas de las exposiciones en los recintos de Oaxaca para la Fundación y ahora, a través del Museo Diablos, se ha comenzado a difundir su obra en la Ciudad de México”.

Además de las salas dedicadas a exhibir obra plástica, el Museo Diablos dedica la mayor parte de su exposición permanente a la historia del propio equipo, lo que brinda una experiencia museográfica bien lograda que contagia la pasión por el beisbol. Asimismo, destaca la importancia de este juego y de los Diablos Rojos para la cultura mexicana, más allá de las fronteras de lo deportivo. Entre objetos históricos y espacios inmersivos entramos en contacto con episodios luminosos del Rey de los Deportes, como el cálido recibimiento que dio nuestro país a las llamadas Ligas Negras, es decir, jugadores afrodescendientes que ante la discriminación y segregación en Estados Unidos vinieron a hacer carrera en México, ganándose al público. “El concepto del museo viene con la frase que acompaña su nombre: una historia incomparable,” explica Francisco Ramos sobre la exposición permanente del museo. “Es un equipo que tiene una gran historia en la Liga Mexicana de Beisbol, que ha batallado por sus campeonatos, que ha buscado siempre fomentar el beisbol”. Par él, otra motivación para contar esta historia dentro del mismo estadio se debe a su arraigo en la capital del país, su casa: “No hay un equipo en México que haya tenido la presencia que ha tenido Diablos Rojos en un solo lugar”, apunta.

Uno de los elementos que han dado forma a la historia tan singular de los Diablos Rojos nos lleva de regreso al arte, pues también ahí encontramos colaboraciones que la organización deportiva ha realizado con distintos creadores. Destacan, por ejemplo, uniformes con diseños del Dr. Lakra, que se encuentran exhibidos con sus bocetos originales en la sala dedicada a la indumentaria del club y también forman parte de las colecciones que se venden en la tienda. Por otro lado, el guion histórico se complementa con trofeos comisionados a los artistas con los que trabaja la Fundación Harp Helú, una ingeniosa solución a los vacíos propios de cualquier acervo.

Finalmente cabe destacar que, de acuerdo con información dada por el INEGI, el Museo Diablos es el único en la alcaldía Iztacalco. Esto le brinda un papel muy significativo en el panorama cultural de la Ciudad de México, porque la cercanía con el público ha sido una inquietud central. “La vinculación que buscamos promover tiene varias aristas, desde recorridos con estudiantes y académicos de diversas instituciones educativas de la ciudad y el área metropolitana, hasta recibir a integrantes de ligas de beisbol infantiles, como la Liga Maya, la Liga Olmeca y la Liga Anáhuac, entre otras”, explica su director general.

Cuando en el Estadio Alfredo Harp Helú y el Museo Diablos hablan de ser incluyentes, no sólo se refieren a la accesibilidad. Es un lugar para todos, para amantes de los deportes, desde luego, pero también del arte y la historia. Así, un nuevo centro para la cultura se abre paso en la Ciudad de México y es de celebrar que sea uno con una vocación multidisciplinaria, pero, sobre todo, que apuesta por la descentralización de la oferta cultural, en una capital que necesita voltear hacia otros horizontes, sobre todo cuando de museos se trata.

La Sala de Trofeos combina historia y arte con reconocimientos antiguos del equipo, así como piezas comisionadas a artistas contemporáneos. El visitante se encuentra con una instalación de guerreros inspirados en las culturas mexica y japonesa, del artista oaxaqueño Sabino Guisu.

Publicado en “El Cultural” de La Razón, 24 de noviembre 2023. CONSULTA:

https://www.razon.com.
mx/el-cultural/arte-deporte-unidos-infierno-554568


EDITORIAL

Comenzamos a despedirnos de este 2023 y a prepararnos para la llegada del 2024. A estas alturas, podemos ver en retrospectiva los logros de cada filial, aunque sin duda resulta mejor visualizarlos en las actividades con que cierran el año y dan lugar a las reseñas incluidas en este Boletín Digital.

El broche de oro lo ostentan los dos reconocimientos otorgados a don Alfredo Harp Helú: el doctorado Honoris causa, por parte del Instituto Politécnico Nacional, y la entronización en el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano. Su discurso de aceptación del primero y la narración de Agustín Castillo sobre el evento del segundo, nos dan la bienvenida a las páginas de este Boletín.

Para dar continuidad de las celebraciones, la Librería Grañén Porrúa festeja el XX Aniversario de la Biblioteca Henestrosa por medio de una reflexión sobre la relación entre una biblioteca y una librería, con la intención de hablar de algunos de los libros más atesorados por don Andrés Henestrosa. Además, Adabi hace un recuento del evento que tuvo lugar en el mes de octubre con motivo de sus 20 años coadyuvando en el rescate del patrimonio documental y bibliográfico de México. De igual manera, la Henestrosa nos comparte una reseña sobre la colección Los Presentes, publicaciones a cargo del escritor Juan José Arreola que se encuentran en los estantes de este espacio. También, el equipo de Seguimos Leyendo nos habla de su primera muerteada de cuentos, así como de la trayectoria de los diplomados que por diez años se han impartido en pos de la literatura infantil y juvenil.

En los dos textos de la Biblioteca Juan de Córdova se nos narran dos hallazgos que aportan al conocimiento y estudio de la historia oaxaqueña: la supuesta existencia de un telegrama misterioso y los documentos que describen la fundación de Santa María Ixcotel. Por su parte, el equipo de Adabi Oaxaca describe un conjunto de cuadernillos que registran información sobre la hacienda Buenavista, datos que abonan a la historiografía regional de Oaxaca. En la misma línea de importancia documental, desde la Biblioteca Burgoa nos cuentan sobre la experiencia de organización del Fondo documental del Instituto de Ciencias y Artes del Estado de Oaxaca.

Por otro lado, los diferentes museos de la Fundación (el Textil, el de Filatelia y el Centro Cultural San Pablo) nos hacen partícipes de las exposiciones y presentaciones que han tenido lugar en sus espacios durante los dos últimos meses del año: Malintzin y sus huipiles; las postales derivadas de la obra de Juan Rulfo, además de la unión entre cacao y filatelia; y, finalmente, los mundos posibles surgidos a partir de la novela Xolita en el Templo Mayor. Con respecto a las creaciones artesanales, Andares del Arte Popular y el Museo Infantil nos hablan del trabajo detallado y admirable de dos artistas: Eloy Sosa Vicente, con la elaboración de tapetes, y Luis Pablo Mendoza, quien se dedica a la creación de alebrijes.

Por último, pero no por eso menos relevante, Guerreros de Oaxaca comparte la historia de dos hermanos talentosos unidos por la sangre y el beisbol, mientras la Academia de Beisbol Alfredo Harp Helú nos pone al tanto de los logros obtenidos este año.

En espera de que disfruten de estos cálidos textos, deseamos unas felices fiestas a todos nuestros lectores, así como alegría y cercanía con sus seres queridos para que, al igual que todo el equipo de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, cierren con broche de oro las andanzas de este año.


Discurso de aceptación del Doctorado Honoris Causa Instituto Politécnico Nacional

Sucedió hace más de 13 800 millones de años, en el centro del diamante hubo un gran batazo y con él una explosión, millones de partículas se dispersaron como jonrones en todas las direcciones y formaron más de cien mil millones de galaxias que contienen billones de estrellas y planetas. Así, en el campo de pelota fue surgiendo nuestro sistema solar hace más de 4 000 millones de años y la Tierra, uno de los incontables planetas del Universo, gira todavía con el swing del bat. En ese transcurrir surgió la vida y en estos últimos segundos de la evolución del Universo tuve el privilegio de nacer en México. Sí, “entre tantos siglos y tantos mundos” —como bien dice la canción— aquí estoy, coincidiendo con ustedes en el milagroso juego de la existencia.

Amante de los deportes, de niño acompañaba a mis amigos y vecinos de la colonia Roma a sus partidos de futbol americano, ellos representaban el equipo del Poli y yo me sentía profundamente orgulloso de esta institución. La Tierra giraba más despacio que una pelota de beisbol, su movimiento era paciente. Después de algunas vueltas al sol, tuve el privilegio de compartir mi vida profesional con varios colegas contadores públicos egresados del IPN y me sorprendía por lo bien preparados que eran en temas como auditoría e impuestos, asimismo destacaban en el Instituto y Colegio de Contadores Públicos. Reiteré entonces que el IPN no solo era un ícono por excelencia en el deporte mexicano, sino también una fuente de formación, innovación y pensamiento para los jóvenes mexicanos.

Me siento profundamente honrado y agradecido con el Instituto Politécnico Nacional por conferirme el día de hoy el grado de doctor Honoris Causa. Es para mí un orgullo recibir esta distinción de una institución de tanto prestigio y con una vocación de servicio a México.

Es cierto, soy un micro ser que vive en un diminuto planeta que forma parte del gran juego de pelota y admiro la armonía con que funciona hasta el más pequeño de los seres existentes, desde las partículas de un átomo, una bacteria o la hoja de un árbol. El campo en el que me ha tocado jugar está en México y mi entrenamiento ha sido arduo y exitoso, especialmente en mi vida empresarial, lo que me permitió crear una fundación para retribuir a mi país lo mucho que he recibido de él. Mi tiempo de juego es corto, por eso lo vivo intensamente y deseo cumplir un compromiso conmigo mismo, nunca rendirme y dar lo mejor de mí en mis turnos al bat.

Amo profundamente a México, admiro su cultura, su geografía, la comida, la música, las tradiciones, pero lo que más emoción me produce es su gente. Por eso quisiera que en México hubiera mayores oportunidades para mejorar las condiciones de vida de muchos mexicanos. Mi deseo no solo es un sueño, he decidido actuar y, como apasionado del beisbol, sé que para lograrlo hay que jugar en equipo por medio de alianzas con instituciones como el Instituto Politécnico Nacional, que comparte conmigo el sentido de responsabilidad social y la apuesta por el talento mexicano. Así que decidimos unir esfuerzos para que entre la suma de quienes caminamos bajo esta ruta logremos el mismo objetivo que
no es otro más que el bienestar por México.

Nuestro país requiere del fortalecimiento de la educación de calidad y una de mis mayores aportaciones a los jóvenes mexicanos han sido las más de 21 000 becas que mi Fundación ha otorgado a través del IPN, lo que fomenta el desarrollo social, científico, tecnológico y económico de México.

Ningún mexicano que aspire a la educación superior debe quedar excluido y, sin duda, la educación a distancia es una herramienta muy adecuada para ofrecer excelencia académica a los estudiantes que no pueden asistir a los campus universitarios. La Fundación que lleva mi nombre ha compartido con el Politécnico —cuyo lema es “La Técnica al Servicio de la Patria”— el impulso al desarrollo de carreras técnicas, o bien cursos, conferencias, diplomados, licenciaturas, maestrías, doctorados y otras ofertas académicas.

Si la educación es prioridad, los proyectos en zonas más necesitadas son, para mí, los más atractivos. El IPN tiene una capacidad enorme para servir a México y, en esta fecha tan importante para mí, reitero mi agrado por los programas de brigadas de salud con vehículos especiales para brindar atención en cientos de municipios, así como las unidades móviles que llegan a lugares lejanos para fortalecer la educación y hacer uso de la tecnología.

No es ningún secreto que la práctica del deporte es un complemento para mejorar la salud, la cuestión emocional y para alejarse de los vicios. De ahí mi compromiso por ofrecer apoyos para considerar a la educación deportiva como un hábito. Mi Fundación y el IPN han hecho mancuerna para concretar diversos proyectos de fomento al deporte que han beneficiado a tantos jóvenes mexicanos.

La educación en México no solo debe ser fortalecida desde el punto de vista académico. Grandes esfuerzos se requieren para alimentar el espíritu a través de la cultura, el deporte, las actividades productivas, el beneficio social y la salud. Por eso, con el IPN hemos apoyado numerosos talleres y actividades en las artes plásticas, danza, música, creación literaria y teatro.

Mi interés por la astronomía me llevó a visitar constantemente el Planetario Luis Enrique Erro y, fascinado, decidí otorgar un donativo para mejorar su infraestructura, así como apoyar a diversos proyectos para atraer a los niños y jóvenes hacia el apasionante tema del Universo. Y debo decir que me siento muy honrado de compartir la silla con la Dra. Julieta Fierro, a quien el IPN otorga también el doctorado Honoris Causa por su trayectoria académica y su amplio interés por la divulgación científica. Ella, mejor que nadie, sabe que todos somos polvo de estrellas y que el planetario es una cobija para sumergirnos en los apasionantes misterios del cosmos.

Hoy, la pizarra de la Naturaleza nos hace un llamado, los outs y las derrotas nos indican que debemos cambiar las estrategias del juego, el calentamiento global es una realidad y el estado de Guerrero, después del huracán Otis, nos indica que es momento de actuar y que todos los mexicanos debemos trabajar unidos por nuestros hermanos que nos necesitan. Confío en el IPN para implementar programas de investigación y proyectos claves que mejoren el medio ambiente. Hoy, a los jóvenes de esta institución los invito a sumarse a esta tarea y a trabajar por los demás, confío en que podremos darnos muchos pases, anotaremos touchdown, pegaremos jonrones para promover un México más digno y más humano y entonaremos juntos:

¡Huélum, Huélum! ¡Gloria! A la cachi cachi porra; a la cachi cachi porra; pim pom porra, pim pom porra; Politécnico, Politécnico ¡Gloria!

Ciudad de México,
6 de noviembre de 2023


El diablo más diablo: un inmortal incansable

C.P. Alfredo Harp Helú, en compañía de su familia, durante su ingreso al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano.

Con veintinueve años como directivo y ahora seleccionado de manera unánime y directa, el C.P. Alfredo Harp Helú es, desde el pasado 9 de noviembre, uno de los doscientos dieciséis personajes inmortalizados en el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano.

Junto con glorias de la pelota nacional como Tomás Herrera, Jesús Moreno, Alejo Ahumada, Juan Gabriel Castro, Noé Muñoz, Javier Robles, Roberto Vizcarra y Luis Arredondo, el máximo impulsor del Rey de los Deportes durante los últimos años redondeó la Clase del 2023, la tercera que se entroniza en el recinto que el propio don Alfredo construyó y patrocina desde el 2019.

Innumerables son los méritos que motivaron al Comité Elector del Salón de la Fama para colocar entre los más grandes de todos los tiempos al respetado filántropo mexicano, quien desde 1994 no ha dejado de conectar cuadrangulares inolvidables, de esos que no van a la pizarra, pero que le han cambiado la vida a cientos de personas.

Cuenta con seis campeonatos conquistados por sus equipos en la Liga Mexicana —cinco con los Diablos Rojos y otro con los Guerreros de Oaxaca—, además de diez años consecutivos con presencia en la Serie Final del circuito, récord que difícilmente caerá. El legado de don Alfredo Harp va más allá de logros deportivos, destacando los temas sociales, educativos y humanos.

Y es que hablar del principal promotor de la pelota mexicana en las últimas tres décadas es referirnos a una figura diferente, única en el beisbol de nuestro país e irrepetible en el deporte nacional, algo que se pudo percibir durante su mensaje a los presentes en la Plaza Exterior del Salón de la Fama y a quienes siguieron la transmisión por televisión y vía streaming.

De todos los discursos pronunciados por quienes han alcanzado la inmortalidad en el nuevo recinto, el de Alfredo Harp Helú es el único en donde las añoranzas y los agradecimientos no fueron el tema principal, al contrario, nos trasladó a esos primeros minutos de cada uno de sus días que inician a las cinco de la mañana, cuando se pregunta qué más puede hacer por el beisbol.

Lleno de orgullo, el vigésimo cuarto directivo que alcanza la eternidad habló del Programa Home Runs Citibanamex que nació en 1996 y que, hasta la fecha, convierte las victorias y los grandes batazos de los Diablos Rojos y de los Guerreros en ayuda para las comunidades más necesitadas del Valle de México y de Oaxaca.

Se refirió también con mucha seriedad al Fondo de Apoyo para Jugadores Retirados de sus dos equipos, motivando al resto de los propietarios y a las ligas profesionales a replicar ese modelo para permitir que los jugadores de excelencia logren vivir como se merecen cuando acaban sus carreras.

Al hablar de la Academia que lleva su nombre, ubicada en San Bartolo Coyotepec, Oaxaca, el contador público explicó que las condiciones actuales de la Liga Mexicana no son favorables para el jugador nacional, esto debido al aumento de peloteros importados, pero fue contundente al señalar que continúa creyendo en el talento nacional teniendo como referencia la cantidad de elementos que se han convertido en profesionales en nuestro país y en diferentes circuitos internacionales. Por ello, no dejará de impulsar a los jóvenes promesa que lleguen a la institución con la determinación de triunfar.

El cuarto tema neurálgico de su discurso fue su sociedad con los Padres de San Diego, equipo que le abrió las puertas de las Grandes Ligas y su deseo de que muy pronto ese vínculo pueda beneficiar a jugadores y aficionados mexicanos.

De forma cálida y espontánea, los asistentes adelantaron aplausos y una ovación para don Alfredo, quien, observando amorosamente a su familia, cerró su participación en el micrófono revelando la intención de escribir la segunda parte de su autobiografía Vivir y Morir Jugando Beisbol, una obra que es tan esperada como el inicio de una nueva temporada.


De Malintzin y sus huipiles…

Diciembre de 2022. En el Centro Cultural San Pablo, al interior del aula Nicolás de Rojas, nos reunimos un grupo de personas hermanadas por los hilos. Algunas de ellas no pueden estar físicamente y entonces se enlazan a través de Zoom desde Chiapas, Guerrero, Sochiapan e Inglaterra. Aún hay quienes no pueden acompañarnos durante esa sesión; entonces, la grabamos para que después se pueda ver y repasar. Comenzamos con los saludos en español, pero inmediatamente se continúa con las presentaciones en mixe de Ayutla y de Cotzocón, mazateco de Huautla de Jiménez, triqui de Chicahuaxtla, zapoteco de Yalálag y náhuatl. Hay problemas en las conexiones de internet y los micrófonos, pero gracias a la pantalla vemos a compañeras hablantes de chinanteco de Sochiapan, amuzgo de Xochistlahuaca y tsotsil de San Bartolomé de los Llanos. Después, la grabación se escucharía por participantes que hablan ombëayiuts de San Mateo del Mar y amuzgo de San Pedro. De inicio: un universo lingüístico que halla eco en los conocimientos textiles que cada tradición resguarda y recrea.

Federico Navarrete, historiador y antropólogo antirracista, nos cuenta aspectos de la llamada “conquista de México”: una guerra en contra del pueblo mexica por parte de un ejército compuesto por distintas naciones, la española solo una de ellas. Nos habla de los hechos que le tocaron vivir a Malintzin y cómo, de pronto, se encontró a sí misma en una posición central para facilitar el diálogo entre distintos pueblos mesoamericanos y los recién llegados de Europa. Yásnaya A. Gil, lingüista, nos comparte su visión de Malintzin como mujer de un pueblo indígena: lejos de denostarla, como numerosos pensadores lo han hecho, reconoce el esfuerzo que hizo por sobrevivir en un mundo que cambiaba a velocidad vertiginosa. Malintzin no traicionó a México, pues “México” —como país— aún no existía… y tampoco le debía nada a los mexicas.

Como parte del Museo Textil de Oaxaca, Alejandro de Ávila y un servidor platicamos sobre el tipo de huipiles que ella pudo haber usado en esa etapa de su vida: hacemos referencia a sus dimensiones, materiales, técnicas y diseños. Primero nos apoyamos en imágenes de distintos códices del siglo XVI para después pasar a pinturas del XVII y dos textiles extraordinarios. El huipil de “la Malinche” (en realidad fechado a finales de los años 1600) que resguarda el Museo Nacional de Antropología, y el tlāmachte:ntli de Madeline, que es un fragmento de un huipil conservado en el MTO gracias a la intervención y donación del maestro Francisco Toledo. Este último sí está físicamente presente y todas, todos, nos acercamos a verlo con fascinación, curiosidad y respeto. Comienza la labor y, para mantener una comunicación abierta con cada familia y equipo de trabajo, establecemos chats grupales en WhatsApp. “Malintzin visita Yalálag”, “Malintzin en San Bartolomé”, “Malintzin llega a Chica” …, así se van nombrando las distintas salas. Aunque en un inicio eran diez chats grupales, situaciones familiares nos orillan a que queden ocho; no es una cancelación, tan solo es una pausa para esos dos huipiles que no pueden terminarse en esta ocasión. Los chats comienzan a mostrar mensajes en palabras de ida y vuelta, pero también hay fotos de dibujos en papel con las ideas iniciales, de los procesos de teñido, tejido y bordado, de los hilos que se emplean, incluso se comparten pequeños videos descriptivos de las distintas fases de experimentación y elaboración. Lo que más abunda en estos chats: preguntas… preguntas sobre qué hacer, cómo hacerlo, cómo se vería mejor, qué tamaño debería de tener el huipil final, cuánto tiempo hay disponible para crear un huipil extraordinario para una mujer extraordinaria.

Los meses pasan y los huipiles, terminados, comienzan a llegar al MTO. Algunos son traídos directamente por sus creadoras y creadores. Otros más llegan por paquetería desde tierras lejanas. En cualquier caso, organizamos entrevistas para conocer más acerca de las historias contenidas en cada huipil. Cada entrevista (tanto las presenciales, como las virtuales) se graba para formar un claro recuerdo de las múltiples vivencias de los meses transcurridos durante este proceso de creación. En cada ocasión, no solamente se habla de los materiales y técnicas empleadas, sino que se relatan las razones detrás de las decisiones tomadas: los diseños no son meramente decorativos, transmiten mensajes. Cada huipil es un texto, solo que cada texto se elabora en un alfabeto distinto al que estamos acostumbrados a leer. Así nos lo hacen ver Silvia de la Cruz Marcial, Eutimia Salinas López y Yecenia López de Jesús, de la Cooperativa Tejedoras Flores de la Llanura, de Xochistlahuaca; Francisca Palafox Herrán y sus hijas, Jazmín Azucena Pinzón Palafox y Liliana Paola Pinzón Palafox, de San Mateo del Mar; Candelaria Eloísa Ramírez Velázquez, también acompañada de sus hijas: Ana Luisa Mendoza Ramírez y Guadalupe Mendoza Ramírez, de San Bartolomé de los Llanos; Francisca Díaz Ortega, de San Juan Cotzocón; Rosa Rosas González, Dominga Pascuala González, Rosa Martínez Rojas, Yatahli Otilia Rosas Sandoval y Victoria Otilia Sandoval Cruz, de San Andrés Chicahuaxtla; Alicia Molina Vásquez y Silvia Vera Bollo, de Yalálag; Melina Ildefonso Martínez acompañada de su hermana, Adriana Ildefonso Martínez, y su hijo, Boris de Jesús García Ildefonso, de Huautla de Jiménez; y, finalmente, Odilón Merino Morales, quien tejió un huipil con su tía, Ofelia Regina Victoria, en San Pedro Amuzgos.

Octubre 2023. Los nuevos huipiles para Malintzin se despliegan en la Sala Ixtle del MTO. No solamente se acompañan del tlāmachte:ntli, sino de otros dos fantásticos huipiles creados por Alejandro de Ávila y Noé Pinzón Palafox. Uno de ellos fue tejido para la Dra. María Isabel Grañén Porrúa, quien lo portó en abril de 2018 al recibir la distinción “Memoria del Mundo”, otorgada por la UNESCO a la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa. El segundo fue tejido entre 2019 y 2020 y su diseño de jaguares resguardando al maíz se concibió en honor al maestro Toledo.

La inauguración de la exposición “Huipiles contemporáneos para Malintzin. Diálogos textiles desde Mesoamérica” el día 24 de octubre de 2023, da inicio en el claustro del Centro Cultural San Pablo con una presentación de Federico Navarrete en la que nos lee y comenta una sentida carta dirigida a Malintzin (disponible en: https://youtu.be/cmlpyJVsPrM?si=Zmu6Jw93koY1UdEk). Después, en el patio principal del Museo, cada participante de la exposición nos comenta de viva voz sus experiencias y mensajes plasmados en los huipiles que crearon. La sala nos recibe con un texto escrito por Yásnaya A. Gil, quien hiló finamente con fibras obtenidas en cada chat grupal y entrevista, para lograr un hilo resistente que captura la multiplicidad de ideas que convergen en este proyecto.

Tras una noche inolvidable, nos volvemos a reunir con las autoras y autores de estos huipiles; esta vez, en la Capilla del Rosario. El proyecto comenzó como un concurso en el que habría tres huipiles ocupando el primer lugar. Yásnaya, María Isabel, Federico, Alejandro y un servidor habíamos conversado frente a los huipiles recién creados. Nos resultaba imposible seleccionar y clasificar tan bellas prendas. Estos huipiles no están hechos para una venta común, sino que se pensaron para una mujer excepcional y, por lo tanto, nadie más que ella podría vestirlos. Todos los huipiles, además, se crearon en colectivo: cada uno es resultado de una suma de ideas, historias y presencias. Así pues, es la Dra. María Isabel quien comunica este mensaje al grupo y otorga un reconocimiento de palabra y económico a los ocho huipiles de la exposición; reconocimiento también otorgado por don Alfredo Harp Helú. Los huipiles se integran al acervo del MTO para que viajen a las comunidades que los vieron nacer. Así, el proyecto no termina: se irá enriqueciendo, porque la figura de Malintzin, como lo muestran numerosas danzas en distintos pueblos, sigue presente. Con esta acción queremos reivindicar la vida de una mujer que ha sido vilipendiada por la historia oficial de este país. Al mismo tiempo, aplaudimos el talento y la inventiva inagotable de las personas que resguardan, transmiten y recrean los conocimientos y prácticas textiles de Mesoamérica.


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