Fotografía: Acervo del Salón de la Fama del Beisbol
El pasado 7 de noviembre, con la integración de siete nuevos inmortales, el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano llegó a 223 personajes que han alcanzado el reconocimiento más grande al que pueden aspirar jugadores, ampáyers, directivos y cronistas del Rey de los Deportes en el ámbito nacional.
La Clase 2024 del Recinto de los Inmortales incluyó a los lanzadores Ricardo Sandate, Cecilio Ruiz y Yovani Gallardo; a los jugadores de cuadro Miguel Flores y Ramón Orantes; además del ampáyer Luis Alberto Ramírez, quienes fueron seleccionados ocho meses antes por el Comité Elector, presidido por Antonio de Valdés.
La ceremonia celebrada en la plazuela del Salón de la Fama contó con un sentido homenaje a Fernando Valenzuela, fallecido en los últimos días de octubre, quien fue entronizado en el 2019.
Con 28 votos, Juan Manuel Palafox alcanzó la eternidad con una carrera donde destacó como serpentinero de los Tigres de México, los Algodoneros de Unión Laguna, los Mayos de Navojoa y los Venados de Mazatlán. En la Liga Mexicana de Beisbol, Palafox es uno de los 14 lanzadores que cuenta con al menos 200 triunfos. El ampáyer internacional Luis Alberto Ramírez logró su lugar en el Salón de la Fama al sumar 26 votos, después de una carrera durante la que fue convocado a los eventos deportivos más importantes: Juegos Olímpicos, Campeonatos Panamericanos, Serie del Caribe y Clásico Mundial.
Originario de La Paz, Baja California Sur, Ramón Orantes se desempeñó como un sólido jugador de cuadro, que lo mismo podía cubrir la tercera base como la primera colchoneta, siempre de manera eficaz, además de contar con una poderosa ofensiva. Fue así como Orantes acumuló 25 votos para garantizar su ingreso al precioso edificio enclavado en el Parque Fundidora.
Fotografía: Acervo del Salón de la Fama del Beisbol
En la categoría de Mexicanos en Grandes Ligas, Yovani Gallardo fue seleccionado con 23 votos, rubricando una trayectoria impecable como lanzador, principalmente con los Cerveceros de Milwaukee, donde también tuvo la oportunidad de sobresalir como un bateador que superó al resto de los pitchers.
Cecilio Ruiz, originario de Balancán, Tabasco, recibió 20 votos para ser exaltado en el Salón de la Fama, debido a su espectacular recorrido por los dos circuitos mexicanos más importantes como un temible lanzador zurdo que llegó a ganar la Triple Corona en la Liga del Pacífico.
Miguel Flores, nacido en Monterrey, un elemento icónico de los Sultanes de Monterrey, garantizó su nicho entre los inmortales de la pelota nacional con 19 votos, luego de una carrera llena de campeonatos y logros individuales como extraordinario segunda base, peligrosísimo bateador y buen robador de bases. En el beisbol invernal sobresalió con la camisola de los Naranjeros de Hermosillo.
En la categoría de Veteranos, Ricardo Sandate alcanzó la eternidad deportiva a los 75 años, sumando 18 votos. El nativo de Corpus Christi, Texas, será recordado por poseer un brazo de oro, capaz de lanzar juegos de 17 o 19 entradas, además de una gran capacidad para retirar oponentes por la vía del ponche. Durante cincuenta años fue uno de los tres dueños del récord de 18 chocolates en un encuentro de 9 entradas.
La Clase 2025 del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano se conocerá en el primer semestre del año que está por comenzar.
Antes y después de la organización de los Fondos Personales Sosa. Fotografías: Acervo de Adabi México
La labor de Adabi en materia de apoyo en la conservación de la memoria documental depositada en archivos históricos públicos y privados en nuestro país continúa. En la Ciudad de México, sede de la asociación, se emprendió el proyecto de rescate y organización de los fondos personales Abraham Sosa Barragán y Manuel Luis Sosa Lobato, padre e hijo respectivamente, originarios de Zacapoaxtla, Puebla. Esta labor ejemplifica la importancia de los fondos personales para conocer la vida y obra de sus productores, asimismo, señalar el valor de las fuentes primarias para la investigación, en tanto respaldo de las oficiales.
Fue la nieta de Manuel, la señora Alicia de la Rosa Sosa, quien estableció contacto con Adabi, en julio de 2023, para dar el adecuado tratamiento archivístico a los documentos de su familia. Ella, con la convicción del significado y trascendencia de los documentos, los guardó en su domicilio: por momentos dio lectura y ordenó algunas cartas, sin embargo, el trabajo archivístico la superaba.
Fue la Coordinación de Archivos Civiles y Eclesiásticos de Adabi, en la persona de María Areli González, la que dio el seguimiento que derivó en la realización de los diagnósticos de ambos fondos con la finalidad de determinar los recursos necesarios para emprender el proyecto. Las acciones desempeñadas fueron la identificación, estabilización, organización a partir de un cuadro de clasificación y descripción a nivel de inventario. En dichas tareas participó Claudia Ballesteros como analista, además de ser quien elaboró las guardas para las fotografías.
Durante la ejecución del proyecto, la Coordinación de Fuentes Fotográficas identificó un ejemplar muy particular por su proceso fotográfico, un panotipo que simula una diminuta pintura al óleo, cuya elaboración se infiere data de la segunda mitad del siglo XIX. También el Centro de Conservación, Restauración y Encuadernación se sumó a la tarea para desinfectar unos documentos que fueron entregados a la señora Alicia meses después de iniciado el proyecto, pero que estaban dañados por hongos. Luego de la fumigación, estos fueron incorporados a su fondo correspondiente.
Después del trabajo archivístico y de conservación, el Fondo Personal Abraham Sosa Barragán fue resguardado en ocho cajas que cubren una temporalidad de 1845 a 1943, más dos cajas de la colección documental. Por su parte, el Fondo Personal Manuel Luis Sosa reúne 11 cajas que cubren un periodo de 1888 a 1956, más dos de la colección documental. Tanto los documentos como las fotografías intervenidas son evidencia de la vida personal, familiar y profesional de cada uno, dentro de un contexto histórico del cual también los documentos informan.
Abraham Sosa Barragán fue poeta, periodista, cronista, militar y funcionario público originario de Zacapoaxtla, Puebla, territorio que, durante el siglo XIX, después de la Independencia, fue disputado por conservadores y liberales. Sosa fue testigo y participante de la defensa de la población durante la intervención francesa en 1863, que marcó el inicio de su vida militar y del momento inmediato a la batalla del 2 de abril de 1867 en la ciudad de Puebla. Manuel Luis Sosa Lobato siguió los pasos de su padre en el gusto por las letras, la poesía y la historia. En 1938 publicó su libro Crónica y el borrador Recuerdos y nombres que años más adelante publicaría su nieta Alicia. Ambos libros abordan la historia de Zacapoaxtla.
Como parte de las acciones de difusión del proyecto, el 14 de noviembre en la Biblioteca José Lorenzo Cossío y Cosío se llevó a cabo la presentación de ambos fondos a la que asistieron familiares, amigos y conocidos de la señora Alicia de la Rosa, residentes en la capital y de Zacapoaxtla.
Entre ellos, los integrantes del grupo Zacapoaxtla Histórico; el licenciado Jairo Aldair Gómez Teotan, director de Cultura en representación del ayuntamiento de Zacapoaxtla, y Donají Toral, representante del Museo Alberto Toral Solís de Zacapoaxtla.
La presentación fue complementada con una exposición de facsímiles de documentos del Fondo Personal Abraham Sosa Barragán: el pasaporte de 1887; el poema “Las campanas de mi tierra” de 1906; el nombramiento de subinspector de monumentos de 1921; el discurso sobre la llegada de los automóviles a Nauzontla de 1923; el artículo “Lo que vi el 2 abril”; el panotipo que es el retrato de José María y José de Jesús, hermanos de Abraham; así como ejemplares de la obra de Manuel Luis Sosa.
Con el trabajo realizado, estos fondos personales ahora pueden ser consultados por los interesados en la investigación histórica, fotográfica, literaria y de la vida cotidiana de Zacapoaxtla de mediados del siglo XIX y principios del XX.
El pasado 4 de noviembre fue un día importante para el estado de Oaxaca, ya que oficialmente se hizo el anuncio y colocación de la primera piedra de lo que será la nueva casa de los Guerreros de Oaxaca. Asimismo, en conferencia de prensa y con la presencia del gobernador constitucional del estado, Salomón Jara Cruz, se anunció sobre la Ciudad de los Deportes, una iniciativa para dar más espacio e impulso al deporte en el estado de Oaxaca.
Con la participación del Ing. Salomón Jara Cruz, gobernador constitucional del estado de Oaxaca; el C. P. Alfredo Harp Helú, presidente vitalicio de la Fundación Alfredo Harp Helú; la Dra. María Isabel Grañén Porrúa, presidenta de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca; el C. P. Cristian Eder Carreño López, rector de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca; el Mtro. Guillermo Spíndola Morales, presidente ejecutivo del club de beisbol Guerreros de Oaxaca y el C. P. Francisco Martínez Neri, presidente municipal de Oaxaca de Juárez, se dieron a conocer los pormenores de lo que será la Ciudad de los Deportes y la nueva casa de los Guerreros.
Fotografías: Acervo de Comunicación FAHHO
“La nueva casa de los bélicos tendrá un aforo de ocho mil aficionados, además de dieciocho palcos que ofrecerán una experiencia única a nuestros seguidores; pero lo más destacado es el campo de beisbol, construido con materiales sintéticos de primera calidad, que no solo mejorará el rendimiento del juego, sino que también contribuirá a la sostenibilidad al reducir el consumo de agua. Las instalaciones deportivas de los equipos cumplirán con los estándares más altos a nivel de la Liga Mexicana y las Grandes Ligas, asegurando un ambiente profesional y competitivo para nuestros jugadores”, mencionó Guillermo Spíndola.
El estadio estará equipado con tecnología de última generación: iluminación, sonido y pantallas que elevarán la experiencia para todos los asistentes, permitiendo que cada juego sea un evento inolvidable.
Además, se contará con cisternas para la recuperación de agua pluvial y un sistema de tratamiento para su uso en riego, así como sistemas de iluminación de bajo consumo eléctrico, reafirmando nuestro compromiso con el medio ambiente. Estas características garantizan que este sea el primer estadio cien por ciento sustentable en la República mexicana.
Fotografía: Acervo de Comunicación FAHHO
“Estoy muy contento de poder dar a conocer este proyecto, es algo que merecen todos los oaxaqueños, ya que son una afición fiel a los Guerreros; necesitamos tener lo mejor para Oaxaca y este estadio es una maravilla e ideal para la ciudad oaxaqueña; seguiremos apoyando a más deportes y está en claro que el mejor complemento de la educación es el deporte”; señaló don Alfredo Harp Helú.
La Dra. María Isabel Grañén Porrúa se dijo muy contenta por la nueva casa del equipo bélico. “Es una maravilla, será un lugar donde se podrá venir a disfrutar del beisbol con toda la familia; sin duda, es un sueño más para la familia Harp Helú el tener esta casa para los Guerreros de Oaxaca”.
Al final, los invitados especiales y la prensa fueron a revelar la primera piedra y a conocer el proyecto de lo que será el nuevo hogar de los Guerreros de Oaxaca.
Ciudad de México. – El Banco Nacional de México, a través de Fomento Social Citibanamex, la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca y la Fundación Alfredo Harp Helú, entregaron 15 millones de pesos a 169 instituciones de la Ciudad de México, Estado de México y Oaxaca, como parte del Programa Home Runs 2024.
Esta edición del programa denominado “Un Batazo de Unidad para Servir a México”, tiene como objetivo apoyar a organizaciones que promueven la alimentación, el bienestar social, el fomento a la cultura y al deporte, el cuidado al medio ambiente, la empleabilidad, la educación, la salud y los proyectos productivos a grupos en situación de vulnerabilidad debido a su origen étnico, edad, género, discapacidad o ingreso.
El programa Home Runs Citibanamex 2024 invitó a 339 instituciones de la Ciudad de México y del Estado de México a participar, recibiendo 181 propuestas, de las cuales se seleccionaron 60, distribuyendo entre estas el monto de $7.5 millones de pesos en donativos, con los cuales se reconoció su destacada labor y trayectoria.
Asimismo, los donativos otorgados en el estado de Oaxaca fueron por un total de $7.5 millones de pesos, los cuales se distribuyeron entre las 109 entidades públicas y privadas, seleccionadas por el alcance de los proyectos que presentaron.
Andrés Albo Márquez, director de Compromiso Social Citibanamex, destacó que “los resultados de este gran programa son posibles gracias a la suma de esfuerzos. Celebramos la alianza del Banco Nacional de México con Don Alfredo Harp y las Fundaciones que llevan su nombre en la Ciudad de México y Oaxaca. También reconocemos y felicitamos a cada una de las 169 instituciones ganadoras, pues los resultados de su trabajo se convierten en logros compartidos.”
El Banco Nacional de México reitera su compromiso para trabajar en generar más oportunidades para personas y comunidades que viven con carencias sociales, su compromiso social con el desarrollo, la prosperidad y el bienestar de las comunidades donde está presente.
28 años del programa Home Runs Citibanamex
Home Runs Citibanamex nació hace 28 años con la idea de Don Alfredo Harp Helú de unir su pasión por el béisbol con su espíritu de compromiso social, y con ello festejar los triunfos de los deportistas con el trabajo de organizaciones sociales.
El programa tiene como objetivo apoyar a instituciones no lucrativas que destacan en su labor de promover la alimentación, el bienestar social, el fomento a la cultura y al deporte, el cuidado al medio ambiente, la empleabilidad, la educación, la salud y los proyectos productivos, en la Ciudad de México y el Estado de México, así como en el estado de Oaxaca.
Desde 1996, la iniciativa ha apoyado a 700 instituciones, a través de 4,167 donativos, destinado más de 526 millones de pesos a valor presente, en beneficio de organizaciones de la sociedad civil que atienden a sectores de la población en situación de vulnerabilidad de la Ciudad de México, el Estado de México y Oaxaca.
Las organizaciones apoyadas en 2024
En el estado de Oaxaca:
ALBERGUE INFANTIL JOSEFINO, A.C.
AMIGOS DEL INSTITUTO DE ARTES GRÁFICAS DE OAXACA Y DEL CENTRO FOTOGRÁFICO MANUEL ÁLVAREZ BRAVO, A.C.
AMIGOS DEL TEATRO MACEDONIO ALCALÁ, A.C.
ASOCIACIÓN CULTURAL ANTEQUERA, A.C.
CANICA CENTRO DE APOYO AL NIÑO DE LA CALLE DE OAXACA, A.C.
CASA HOGAR “ACEPTAME COMO SOY” A.C.
CENTRO DE CAPACITACIÓN MUSICAL Y DESARROLLO DE LA CULTURA MIXE “CECAMDEC”, A.C.
CENTRO DE ESPERANZA INFANTIL, A.C.
CENTRO DE SERVICIOS SOCIALES EDUCATIVOS Y CULTURALES TINUJEY, A.C.
CLÍNICA HOSPITAL DEL PUEBLO ANNA SEETHALER, A.C.
COLECTIVO OAXACA CULTURAL, A.C.
CONSEJO CIVIL MEXICANO PARA LA SILVICULTURA SOSTENIBLE, A.C.
CUIDANDO ÁNGELES, A.C.
DESARROLLO INTEGRAL DE LA JUVENTUD OAXAQUEÑA, A.C.
DROGADICTOS ANÓNIMOS, A.C.
EDUCACIÓN COMUNITARIA GUIEGOLANI, A.C.
ESCUELA DE FORMACIÓN DEPORTIVA SOCIAL LUDENS, A.C.
FONDO GUADALUPE MUSALEM, A.C.
FRANCISCO TOLEDO, A.C.
FUNDACIÓN PADRE ÁNGEL VASCONCELOS A.C.
FUNDACIÓN TE QUEREMOS AYUDAR, A.C.
GRUPO DE RECUPERACIÓN TOTAL RETO OAXACA, A.C.
INSTITUTO DE PROTECCIÓN PARA EL NIÑO DESVALIDO MIGUEL ALEMÁN, A.C.
INSTITUTO DEL DEPORTE
LIBROS PARA PUEBLOS, A.C.
MC CASA DE LUZ Y DESCANSO PARA NIÑOS CON CÁNCER, A.C.
MUNDO CEIBA, A.C.
MUNICIPIO DE VILLA DE SOLA DE VEGA
MUNICIPIO DE ANIMAS TRUJANO
MUNICIPIO DE ASUNCIÓN NOCHIXTLÁN
MUNICIPIO DE CAPULALAPÁN DE MÉNDEZ
MUNICIPIO DE CHAHUITES
MUNICIPIO DE ELOXOCHITLÁN DE FLORES MAGÓN
MUNICIPIO DE HEROICA CIUDAD DE TLAXIACO
MUNICIPIO DE MAGDALENA APASCO
MUNICIPIO DE MAGDALENA TEQUISISTLAN
MUNICIPIO DE MAGDALENA YODOCONO DE PORFÍRIO DÍAZ
MUNICIPIO DE PUTLA DE GUERRO
MUNICIPIO DE ROJAS DE CUAUHTÉMOC
MUNICIPIO DE SAN AGUSTÍN ATENANGO
MUNICIPIO DE SAN AGUSTÍN ETLA
MUNICIPIO DE SAN AGUSTÍN LOXICHA
MUNICIPIO DE SAN AGUSTÍN YATARENI
MUNICIPIO DE SAN ANTONINO EL ALTO
MUNICIPIO DE SAN BARTOLO COYOTEPEC
MUNICIPIO DE SAN BARTOLOMÉ ZOOGOCHO
MUNICIPIO DE SAN DIONISIO OCOTLÁN
MUNICIPIO DE SAN FRANCISCO CHINDÚA
MUNICIPIO DE SAN FRANCISCO HUEHUETLÁN
MUNICIPIO DE SAN GABRIEL MIXTEPEC
MUNICIPIO DE SAN JERÓNIMO SILACAYOAPILLA
MUNICIPIO DE SAN JOSÉ DEL PROGRESO
MUNICIPIO DE SAN JUAN BAUTISTA CUICATLÁN
MUNICIPIO DE SAN JUAN BAUTISTA JAYACATLÁN
MUNICIPIO DE SAN JUAN MIXTEPEC
MUNICIPIO DE SAN JUAN ÑUMI
MUNICIPIO DE SAN JUAN SAYULTEPEC
MUNICIPIO DE SAN LUCAS ZOQUIAPAN
MUNICIPIO DE SAN MATEO SINDIHUI
MUNICIPIO DE SAN MATEO YOLOXOCHITLÁN
MUNICIPIO DE SAN MIGUEL PIEDRAS
MUNICIPIO DE SAN MIGUEL TENANGO
MUNICIPIO DE SAN MIGUEL TEQUIXTEPEC
MUNICIPIO DE SAN MIGUEL TLACOTEPEC
MUNICIPIO DE SAN PABLO TIJALTEPEC
MUNICIPIO DE SAN PABLO VILLA DE MITLA
MUNICIPIO DE SAN PEDRO COMITANCILLO
MUNICIPIO DE SAN PEDRO IXTLAHUACA
MUNICIPIO DE SAN PEDRO JUCHATENGO
MUNICIPIO DE SAN SEBASTÍAN COATLÁN
MUNICIPIO DE SAN SEBASTIÁN TEITIPAC
MUNICIPIO DE SAN VICENETE LACHIXIO
MUNICIPIO DE SANTA CATARINA LACHATAO
MUNICIPIO DE SANTA CATARINA MINAS
MUNICIPIO DE SANTA CRUZ ACATEPEC
MUNICIPIO DE SANTA LUCÍA OCOTLÁN
MUNICIPIO DE SANTA MARÍA ATZOMPA
MUNICIPIO DE SANTA MARÍA CHACHOAPAM
MUNICIPIO DE SANTA MARÍA JALTIANGUIS
MUNICIPIO DE SANTA MARÍA TATALTEPEC
MUNICIPIO DE SANTA MARÍA TEOPOXCO
MUNICIPIO DE SANTA MARÍA TOTOLAPILLA
MUNICIPIO DE SANTIAGO AMOLTEPEC
MUNICIPIO DE SANTIAGO ASTATA
MUNICIPIO DE SANTIAGO IXTAYUTLA
MUNICIPIO DE SANTIAGO LACHIGUIRI
MUNICIPIO DE SANTIAGO SUCHILQUITONGO
MUNICIPIO DE SANTIAGO TAMAZOLA
MUNICIPIO DE SANTIAGO TEXTITLÁN
MUNICIPIO DE SANTIAGO XANICA
MUNICIPIO DE SANTIAGO XIACUI
MUNICIPIO DE SANTO DOMINGO CHIHUITÁN
MUNICIPIO DE SANTO DOMINGO PETAPA
MUNICIPIO DE SANTO DOMINGO TEPUXTEPEC
MUNICIPIO DE SANTO DOMINGO ZANATEPEC
MUNICIPIO DE SANTO TOMÁS JALIETZA
MUNICIPIO DE TLACOTEPEC PLUMAS
MUNICIPIO DE VILLA DE ZAACHILA
MUNICIPIO DE YUTANDUCHI DE GUERRERO
MUNICIPIO SAN DIONISIO DEL MAR
MUNICIPIO SAN JUAN CHILATECA
MUNICIPIO VILLA DE TUTUTEPEC
ORGANIZACIÓN DE BENEFICENCIA EUGENIA, A.C.
PUENTE A LA SALUD COMUNITARIA, A.C.
SISTEMA PARA EL DESARROLLO INTEGRAL DE LA FAMILIA DEL ESTADO DE OAXACA “DIF”
UABJO/BIBLIOTECA JUAN FRANCISCO DE BURGOA
UN NUEVO AMANECER EN PRO DEL DISCAPACITADO, A.C.
VIDA Y FAMILIA DE OAXACA, A.C.
VISIÓN Y ALMA COMUNITARIA, A.C.
En la Ciudad de México y Estado de México:
ACCIÓN CONTRA EL ALCOHOLISMO, A.C.
AFEECI, A.C.
ANHELOS DEL CORAZÓN, A.C.
APAC, I.A.P. ASOCIACIÓN PRO PERSONAS CON PARÁLISIS CEREBRAL.
Oaxaca, de Juárez, 7 de noviembre 2024.- Reynaldo López, originario de Santiago Jamiltepec, Oaxaca, ha sido reconocido con el premio FAHHO-CaSa Emiliano Cruz en su quinta edición. Este promotor de la lengua tu’ùn savi (mixteco de la costa) ha dedicado sus esfuerzos a capacitar al personal médico del Hospital Rural #35 de Santiago Jamiltepec para que puedan atender a sus pacientes en su lengua materna.
“Me siento muy agradecido con las personas que han creído en mi proyecto por el Tu’ùn savi. Este reconocimiento es una gran motivación para seguir trabajando en la difusión, revitalización y conservación de la lengua”, comentó López de la Paz.
Los talleres de tu’ùn savi impartidos por López en el hospital rural no solo promueven la lengua, sino que también fomentan la inclusión y una comunicación más efectiva con los pacientes, quienes en su mayoría son monolingües. Al permitir diagnósticos más precisos y un trato digno, estos talleres contribuyen a mejorar la calidad de la atención médica.
Desde 2018, López ha impartido talleres de lectoescritura en tu’un savi y, en 2021, publicó el libro “Sá’an Tu’ùn Savi ñuù Càsàndó’ò” (Lengua mixteca de Jamiltepec), el primer libro de gramáticas pedagógicas de esta lengua. Este recurso ha sido fundamental para quienes desean aprender a hablar y escribir en tu’ùn savi.
El Premio FAHHO-CaSa Emiliano Cruz fue creado en memoria de Emiliano Cruz Santiago, un joven de San Bartolomé Loxicha que, desde los 19 años, hasta su muerte repentina a los 29 años, se dedicó a la documentación, descripción y promoción de su lengua materna, el dí’zdéh’ (zapoteco miahuateco). El premio busca reconocer a personas que, como Cruz Santiago, promuevan sus lenguas de manera individual o colectiva por iniciativa propia.
Michael Swanton, miembro del consejo directivo de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, mencionó “muchas veces hemos visto que las iniciativas más creativas, con mayor impacto a favor de la diversidad lingüística provienen de personas que lo hacen por un compromiso personal o comunitario, a éstas personas está destinado el premio Emiliano Cruz
“Me da mucho gusto que éste año hemos tenido otro ganador de este premio, en reconocimiento a estos esfuerzos que hace fuera de sus actividades laborales, enhorabuena”, expresó.
Para evaluar las nominaciones a este premio, se conformó un jurado, compuesto por Rosemary Beam, Ana Cely Palma y Tomás López Sarabia, activistas en lenguas originarias. En esta quinta edición, se recibieron nominaciones de todo el país. Beam de Azcona, quien fue colaboradora cercana de Cruz Santiago, comentó “Emiliano Cruz fue una de las personas más inteligentes que he conocido pero lo que más me impresionó fue la pasión que tenía por su lengua y la motivación que tenía para defenderla y promoverla, y facilitar que sus hablantes la usaran en diversos contextos. Me da mucho gusto que su legado siga sirviendo como inspiración para otras personas”.
“Todos los ganadores del premio Emiliano Cruz me han impresionado año tras año con sus labores. En esta ocasión, el ganador de 2024 me recordó a Emiliano, por su habilidad de hacer conexiones entre diversas personas hablantes de lenguas Savi. El trabajo del ganador, resaltó por el hecho de que, al igual que la Dra. Lourdes Martínez, ganadora en 2022, se está esforzando para ayudar a que hablantes de lenguas originarias reciban una mejor atención médica en sus propias lenguas”, destacó.
Daniel Brena, director del CaSa, comentó: “este reconocimiento es un testimonio del compromiso de Reynaldo López de la Paz por mejorar la calidad de vida de los hablantes de tu’ùn savi. Al facilitar el acceso a servicios de salud en su lengua materna, ha contribuido a una mayor equidad, bienestar social y al fortalecimiento del tu’un savi. Agradezco a la Fundación Alfredo Harp Helú por hacer este premio posible”.
Desde 2020, la convocatoria al Premio FAHHO-CaSa Emiliano Cruz es emitida por el Centro de las Artes de San Agustín, en colaboración con la Fundación Alfredo Harp Helú de Oaxaca, a través de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova y la Asociación Francisco Toledo A.C., otorgando un premio monetario de $30,000.00 (treinta mil pesos mexicanos), una obra gráfica donada por el artista juchiteco José Ángel Santiago y un reconocimiento.
La ceremonia de premiación se llevará a cabo el mes de diciembre.
La Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca celebra el inicio del penúltimo mes del año compartiendo con los lectores y visitantes de los espacios de la FAHHO las noticias que cada filial tiene para anunciar.
Comenzamos con el tema deportivo: La Academia de Beisbol Alfredo Harp Helú se encuentra de fiesta, ya que cumple quince años desde su creación, tres lustros en los que ha dado al deporte rey grandes talentos. También hablamos de aquellos triunfos individuales que se logran en equipo, como el reconocimiento que la LMB le ha otorgado a Santiago Harp Grañén como Ejecutivo del Año, gracias al increíble desempeño de los Diablos Rojos del México en esta última temporada. De la misma forma, los Guerreros de Oaxaca dedican unas líneas para reconocer el gran trabajo del Ninja Alexi Amarista.
Por otro lado, la Biblioteca Juan de Córdova comparte un texto acerca de una colección etnográfica de la sierra mazateca que se encuentra resguardada en el Museo Etnológico de Berlín y, al mismo tiempo, se narra la experiencia de una de las colaboradoras en el inventario de dicha colección. También les mostramos una nota acerca de un libro y unos diarios de campo que resguarda la Biblioteca, los cuales contienen el registro de algunos relatos en yaqui (Sonora).
Como una pequeña luz, Andares del Arte Popular nos acerca a la labor de Viviana Alavez, quien es custodia de la tradicional elaboración de velas de concha en Teotitlán del Valle, una actividad muy significativa para las fechas de Día de Muertos.
En esta ocasión, Seguimos Leyendo y el Museo Textil de Oaxaca comparten la experiencia que se vive en la realización de dos de sus diplomados. Además, el trabajo de Adabi de México, Adabi Oaxaca y el recientemente creado Centro Cultural Itinerante nos habla, respectivamente, de su retribución social con la restauración de un mapa de siglo XVIII, la organización de un archivo municipal y la difusión extra muros de las actividades de la Fundación a aquellos que no pueden asistir a las diferentes instalaciones.
Por último, pero no por eso menos importante, el Instituto Cultural Libanés nos cuenta acerca de sus orígenes, mientras el Centro Cultural San Pablo y el Museo de la Filatelia nos hablan sobre sus exposiciones más recientes.
Además, la Biblioteca Henestrosa narra una conmovedora anécdota sobre la donación de la biblioteca personal de la poeta Yamilé Paz Paredes.
Esperamos que disfruten la lectura de estas notas, y que les inviten a seguir visitando nuestros espacios y participando de las actividades que cada filial de la Fundación tiene para todos ustedes.
Fotografías: Acervo de la Academia de Beisbol Alfredo Harp Helú
La Academia de Beisbol Alfredo Harp Helú celebra con orgullo su 15° aniversario, posicionándose como un espacio integral que ha formado a más de mil beisbolistas a lo largo de su trayectoria. Desde su fundación, ha destacado no solo por su enfoque en el deporte, sino por su compromiso con la educación integral de los jóvenes.
Durante estos años, el paraíso beisbolero ha logrado un impresionante récord de 11 debuts en el mejor beisbol del mundo. En total, se han concretado 104 firmas con equipos de Grandes Ligas y actualmente hay 47 egresados de su sistema de desarrollo en los diferentes equipos. Un número que resalta la calidad y dedicación de los que conforman el staff.
Fotografías: Acervo de la Academia de Beisbol Alfredo Harp Helú
El año 2024 ha sido especialmente notable, con 14 debuts en la Liga Mexicana de Beisbol, específicamente en Diablos Rojos del México y Guerreros de Oaxaca. Asimismo, la final de la Zona Sur fue un emocionante encuentro entre ambos equipos, en los cuales participaron egresados de nuestra Academia.
La Academia también se preocupa por la educación integral de los jóvenes, de modo que busca formar jugadores y ciudadanos responsables: fomenta valores como la puntualidad, la disciplina y el respeto, e invita a sus integrantes a no abandonar sus estudios. Cuenta con convenios con dos de las universidades más importantes del estado. Y, al mismo tiempo, el hecho de impulsar el desarrollo profesional de los jóvenes de Oaxaca ha contribuido al crecimiento de la Academia como institución.
Fotografías: Acervo de la Academia de Beisbol Alfredo Harp Helú
Con 15 años de logros, la Academia continúa siendo un pilar en el desarrollo del deporte rey en Oaxaca y México, logrando que sus integrantes cumplan sus sueños de pertenecer a equipos profesionales de beisbol.
Fotografías: Acervo de la Academia de Beisbol Alfredo Harp Helú
El pasado 4 de octubre, la Liga Mexicana de Beisbol anunció que premiará a Santiago Harp Grañén, vicepresidente del Consejo Administrativo de Diablos Rojos del México, como Ejecutivo del Año (galardón que se entrega año con año desde 1965) por la impresionante campaña 2024 que llevó a los Diablos Rojos a alzarse con la Copa Zaachila por décimo séptima ocasión. Hace diez años fue galardonado don Alfredo Harp Helú (por segunda ocasión), y la distinción de Santiago solo reafirma el compromiso y la pasión que, como familia, tienen los Harp con el deporte rey.
¿Qué reconoce este premio? Pensaríamos en primera instancia en la trayectoria que respalda a los ganadores, y Santiago tiene 24 años de experiencia en este ámbito. El haber crecido rodeado de inspiración deportiva –desde muy pequeño tomó el bat y ha comentado que por mero gusto se aprendía de memoria las estadísticas de jugadores legendarios de las Ligas Negras– le dio a Santiago la pauta para trazar su camino. Ahora que lo vemos no lo imaginamos dedicándose a otra actividad.
El joven Harp Grañén es un claro ejemplo de que una profesión no te limita a conjuntar otras pasiones que tengas: la herencia creativa recibida por parte materna la despliega en el grandioso Museo Diablos, así como en el hecho de apostar sin miedo a la innovación, por ejemplo, al crear una sinergia entre cultura pop (el gran ejemplo este año fue el May the 4th be with you) y un deporte con siglos de tradición.
Sin duda, tiene muy claro que este deporte se disfruta en familia, con amigos y todos aquellos que comparten una misma pasión, algo que en definitiva aprendió de su padre, de quien ha dicho en entrevistas es el mejor manager en su vida. El aumento de asistencia al Estadio de los Diablos esta temporada deja en evidencia lo anteriormente dicho: niños, jóvenes, adultos y adultos mayores acuden a este recinto para ver jugar a un equipo legendario y, además, a disfrutar del gran ambiente lleno de alegría y esperanza que se crea en torno al Diamante.
¡Muchas felicidades a Santiago Harp Grañén por tan merecido logro, y que continúen los triunfos para todo el equipo escarlata!
Alexi Amarista. Fotografía: Acervo de Guerreros de Oaxaca
Uno de los peloteros que llegó al equipo bélico para darle otra cara con su dinamismo, ofensiva y también defensiva fue el venezolano exgrandes ligas Alexi Amarista, quien, este año, se convirtió en el primer pelotero dentro de la organización oaxaqueña en ser nombrado por la Liga Mexicana de Beisbol como el “Retorno del Año” en su temporada 2024.
La temporada 2023 fue muy complicada para el Ninja, ya que, desafortunadamente, se perdió todo el año debido a una lesión fuerte en una de sus rodillas, cuando todavía pertenecía a la organización de El Águila de Veracruz, razón por la que tuvo que someterse a una operación a principios de ese año.
La recuperación fue efectiva, lo que le dio la oportunidad de jugar en el invierno con el equipo Tigres de Aragua, en su natal Venezuela. En ese lapso, la directiva zapoteca hizo el movimiento necesario para convencer al conjunto jarocho y poder contar con el talento de Alexi este año; durante el cambio, los derechos del dominicano Gustavo Núñez fueron cedidos por completo a Veracruz y los de Amarista a Oaxaca.
El pelotero de 35 años tuvo una temporada regular impresionante, incluso siendo su mejor año desde que llegó a México, bateando un .361 de porcentaje con 133 imparables, 25 dobles, 5 triples, 15 jonrones y 57 compañeros enviados al plato, con lo que logró colocarse en el Top 5 dentro del club bélico en este 2024.
En la post temporada, Amarista se convirtió en la bujía clave para Oaxaca, esto con 31 imparables, 10 dobles, 4 jonrones y 13 carreras producidas en 18 juegos donde vio acción, además de culminar los playoffs con un porcentaje de bateo de .373.
Alexi Amarista –a la defensiva y jugando todos sus partidos en la intermedia– fue importante, ya que, en un total de 261 asistencias, únicamente cometió un error, lo que le permitió pelear por el Guante de Oro como segunda base en su temporada 2024 en toda la LMB.
Por lo anterior, el venezolano se convirtió en el primer jugador en la historia de los Guerreros de Oaxaca en ser nombrado Retorno del Año en la LMB.
Fotografía: Acervo de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova
Durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX los museos europeos buscaban formar colecciones representativas de las culturas de las Américas. El Gobierno que entonces se había establecido en México promovió, desde 1890, aproximadamente, una imagen identitaria nacional basada en el pasado indígena. La prominente participación de México en la “Exposición Histórico-Americana” de 1892 en Madrid y en el Congreso Internacional de Americanistas de 1895 en México colocaron con firmeza a las culturas antiguas en el panorama internacional. Como resultado se intensificó la comercialización de piezas arqueológicas, documentos pictográficos, pero también de los impresos coloniales en lenguas indígenas. Aunque el Estado hizo algunos esfuerzos para frenar la exportación, en este proceso participaron también de manera activa muchos de los intelectuales mexicanos de la época.
Al igual que hoy, las culturas indígenas todavía existentes se consideraban de menor relevancia, sin embargo, en esos mismos años podemos situar el nacimiento de la antropología etnográfica enfocada en los pueblos mesoamericanos, con los trabajos de Franz Boas, Manuel Gamio, Frederick Starr y otros. En un primer momento, la etnografía se había centrado en conocer las distintas culturas, así como sus lenguas, que existían en el territorio nacional, el cual –por fin– había sido definido hacia mediados del siglo XIX, y fue hasta las primeras décadas del siglo XX que se observó un notable interés por describir y estudiar las culturas vivas.
Es en este contexto que encontramos al alemán Guillermo (Wilhelm) Bauer-Thoma, nacido cerca de Frankfurt (Höchsta. M.), sobre cuya vida en México (1898-1912) sabemos muy poco. Desde su casa en Tacubaya se dedicó a reunir colecciones arqueológicas y etnográficas para el mercado museístico de Estados Unidos y Europa. Hoy podemos ver una extraordinaria selección de sus piezas arqueológicas en el Humboldt Forum de Berlín, aunque otros museos también adquirieron piezas reunidas por él. Menos sabido es que también coleccionó objetos etnográficos y materiales lingüísticos (vocabularios, grabaciones y transcripciones con traducción) durante sus viajes por la Sierra Norte y la región mixe en 1902, y por la región mazateca en 1903.1 Ambas visitas resultaron en artículos con observaciones interesantes, publicados respectivamente en 1915 y 1908. La mayor parte de los objetos mazatecos, entre ellos todo lo relacionado con la producción textil, numerosos tejidos, ropa y huaraches, objetos rituales, contenedores de todo tipo, redes y bolsas, instrumentos musicales y juguetes, fue adquirida por el Museo Etnológico de Berlín, aunque otros materiales terminaron en el Museo de Etnografía de Hungría. La colección –guardada en los depósitos del museo– es poco conocida. Además, en varias ocasiones, Bauer había anotado el término mazateco en las fichas que acompañaban los objetos; sin embargo, hacía falta, mayormente, información sobre el contexto de uso y el significado cultural.
En 2022, la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova propuso al Museo Etnológico de Berlín levantar un nuevo inventario de la colección etnográfica mazateca de Bauer. Como resultado, el museo, representado por la Dra. Ute Schüren, curadora de la sección de las Américas, concedió una beca de investigación a Gabriela García García, bibliotecaria de la BIJC y originaria de la Sierra Mazateca, para junio de 2024. Durante este tiempo Gabriela trabajó de cerca con Carolina Bayer, estudiante de maestría proveniente de Brasil, con estudios en patrimonio cultural, quien, durante el año anterior, ya había identificado, fotografiado y ordenado la colección dispersa por los múltiples estantes. El objetivo fue reconectar los aproximadamente 475 objetos con su contexto cultural, con la lengua mazateca, y seleccionar materiales para incluir en una futura exposición fotográfica para la región mazateca.
La dirección de la BIJC, en la persona de Sebastián van Doesburg, participó durante semana y media en el estudio contextual de la colección gracias a una invitación del museo. Adicionalmente, durante los primeros días del proyecto contamos con la visita de Alejandro de Ávila, quien había participado en el Festival de Historia del Arte en Fontainebleau a finales de mayo y alcanzó a Gabriela y Sebastián en el Museo Etnológico. Durante dos días, los tres examinaron los textiles mazatecos sobresalientes de la colección Bauer, junto con Ute y Carolina. El trabajo ágil en grupo permitió revisar, fotografiar y grabar comentarios acerca de cada pieza, más de cincuenta en total. El equipo de microscopía del museo, y especialmente un pequeño cuentahilos de bolsillo, hicieron posible observar de qué fibras (algodón, lana, seda criolla, seda importada, ixtle y fibras vegetales desconocidas) se compone cada pieza, en qué dirección (S o Z) fue hilada y mediante cuál técnica fue tejida. En varios ejemplos pudo constatarse el uso de colorantes sintéticos, mientras que otras piezas parecen haber sido teñidas con grana (insecto parásito del nopal), añil y probablemente otros tintes naturales.
Como era de esperarse, la colección Bauer incluye huipiles muy hermosos, tejidos con algodón hilado a mano con malacate y bordados con hilo industrial de algodón, teñido con añil o con un colorante rojo sintético. Algunos de ellos lucen listones de seda cosidos sobre el tejido, como observamos en las prendas mazatecas hoy día, pero la mayoría de los ejemplos en Berlín carecen de esos adornos, como están ausentes también en ellos los encajes alrededor del cuello y en los huecos para los brazos. La colección Bauer atestigua con estos ejemplos cómo, durante el porfiriato, buena parte de las mujeres del norte de Oaxaca todavía se vestían a sí mismas con materiales locales, sin necesidad de insumos externos. Es así como estos bellos textiles hablan de la autosuficiencia de los pueblos originarios, antes de la expansión industrial del país promovida por las políticas económicas liberales de las últimas décadas del siglo XIX.
Junto con los huipiles, el grupo de trabajo examinó varias faldas de enredo, tejidas también con algodón en telar de cintura y bordadas con lana hilada a mano, que al parecer combina grana con un colorante rojo sintético fugaz que se desangró para teñir la tela blanca, efecto que por lo visto gustaba a las bordadoras. A diferencia de sus contrapartes elaboradas décadas más tarde –como diversos ejemplos que se encuentran en el acervo del MTO–, en estas faldas los diseños de greca se ejecutaron minuciosamente para cubrir toda la cenefa inferior del lienzo. Algunas piezas conservadas en Berlín remiten, para un observador moderno, directamente a los frisos de Mitla. Entre las faldas que adquirió Bauer apareció una que es totalmente distinta de las demás y que representa una técnica y un estilo que no habían sido documentados previamente. Se trata de un lienzo de algodón con un patrón geométrico de rombos, brocados con trama suplementaria de lana. Es decir, que el diseño fue labrado a la hora de tejer la tela de base. Las figuras pequeñas repetitivas invariables hacen pensar que el diseño fue controlado mediante lizos adicionales en el telar, innovación ingeniosa de las tejedoras en diversas latitudes del mundo que antecede el desarrollo de las computadoras milenios más tarde.
Más sorprendente que los huipiles y las faldas de enredo fue encontrar en Berlín una serie de bolsas, servilletas, ceñidores y paños de cabeza, tejidos que, hasta donde se sabe, ya nadie elabora en las comunidades mazatecas en la actualidad. Una de las talegas muestra el diseño que la investigadora pionera Irmgard Weitlaner Johnson documentó en Ayautla en la década de 1950 con el nombre de ‘flor de eloxóchitl’, una bella magnolia de suave aroma, mientras que otra bolsa luce la ‘flor de cacao’ y evoca la celebración decembrina patrocinada por la FAHHO desde hace algunos años. En uno de los ceñidores y en dos paños de cabeza adquiridos por Bauer es evidente el uso de seda criada en la región de Huautla, teñida probablemente con grana para lograr un rojo vino de soberbia saturación.
El grupo de trabajo brincó de emoción al identificar en la colección un retazo de papel cubierto de huevecillos de seda, pues este hallazgo abre la posibilidad de estudiar el ADN (la molécula de la herencia) de los gusanos que se criaban anteriormente en la Sierra Mazateca, y que al parecer fueron exterminados por ignorancia burocrática durante las campañas de fumigación para erradicar el paludismo, a mediados del siglo pasado. Cotejar el ADN de la seda mazateca con las cepas que se conservan hasta hoy en la región de Cajonos en la Sierra Juárez, al igual que en San Mateo Peñasco en la Mixteca Alta, probablemente permita detallar la compleja historia de adopción cultural y acriollamiento genético de la cría de seda en Oaxaca, la única región en el hemisferio occidental donde prosperó una vieja amistad entre insectos y humanos que inició hace seis mil años en China.
Fotografías: Acervo de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova
La mayor sorpresa del viaje a Berlín fue encontrar un fragmento textil que a primera vista parecía insignificante, pues estaba rasgado, manchado y percudido. Con el buen ojo que lo caracteriza, Sebastián advirtió en el catálogo de la colección que una foto pequeña de este tejido parecía evidenciar un diseño sutil. Al examinarlo de cerca, Alejandro constató que se trata de un tejido extraordinario, que formó parte de lo que debe haber sido el traje de hombre más fino, complejo y espectacular en Mesoamérica en el siglo XIX, y que pudo haber marcado a un estamento de prestigio al interior de la comunidad, como resultado del tiempo que requirió su manufactura.
Bauer consiguió lo que ya debe haber sido una antigüedad en su época: la parte inferior de un calzón tejido con algodón hilado a mano, adornado con tres labores distintas que combinan el ligamento de gasa con tramas discontinuas y con trama envolvente, un verdadero alarde del arte del telar que parece representar una técnica exclusiva de México desde la época prehispánica. Es evidente que el fragmento fue parte de un calzón, ya que, al mismo tiempo que Bauer, Zelia Nuttall2 adquirió una prenda completa que envió a Berkeley sin registrar su procedencia. Gracias al meticuloso viajero alemán, ahora sabemos de dónde procedían ambos ejemplos; gracias a la buena disposición de Ute y de Carolina ahora podremos recrear el tejido en Oaxaca, en colaboración con el talentoso artista textil Noé Pinzón Palafox y con el apoyo de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca. Al apreciar la elegancia que debió haber distinguido al traje de gala de los tatarabuelos mazatecos, Gabriela expresó emocionada su admiración por sus antepasadas, quienes fueron capaces de crear algo tan insospechadamente bello. A continuación, damos paso al recuento de Gabriela en su primer viaje al extranjero:
Como se mencionó antes, viajé de la ciudad de Oaxaca a Berlín, a inicios del mes de junio. Entre correr, formarse, trasbordar y perder alguno que otro vuelo logré llegar al lugar donde viví casi un mes, mientras trabajaba en el proyecto. A pocos días de haber llegado aprendí un poco sobre las formas de vida en Europa, por ejemplo, acostumbrarme al horario en esta temporada del año, donde oscurece a las 10 de la noche y los pájaros cantan a las 3 de la mañana. Fue difícil al principio: con mi reloj biológico de México injertado en mí, pasé varios días con sueño, pero la idea de descubrir y encontrarme con los objetos mazatecos ¡me mantenía súper despierta! Aprendí a moverme en la ciudad, cómo, dónde y qué tren debía tomar para llegar al depósito del Museo o al Museo mismo. Así también con la comida: ahora que regresé a México, cuando me preguntan cómo me fue en ese tema, precisamente, respondo que muy bien, pero que extrañé mis tortillas y mi comida oaxaqueña.
Estuvimos trabajando en el depósito del Museo durante varios días. Me llevé muchas impresiones, fueron días llenos de emociones. Además de descubrir los objetos, los textiles, las tarjetas de notas de Bauer pude realizar un viaje al pasado y darme cuenta de todo lo que significaba para mí estar frente a frente con una parte de mi cultura. Pude imaginar a Bauer dialogando con mis abuelos mazatecos hace 100 años. A decir de los objetos en la colección, se ve que algunos claramente fueron encargados, pero otros estaban en uso: pude observar una olla, de esas que han cumplido alguna misión, por ejemplo, la cocción de quelites para la preparación del atole que se le da a los bebés. Pude imaginar a una hermana mazateca diciendo “ya no hay que usarla, está rota, le falta un pedazo” y a la abuela con voz tranquila decir “sí sirve” y proceder a poner la cal en piedra, mientras observa cómo erupciona el material dentro de la olla, para comenzar una nueva historia, como un testigo mudo junto al fogón, testigo de muchas historias que se cuecen ahí, que se hablan y platican en alguna cocina mazateca. Esa misma olla que viajó a Alemania, con todo y el resto de la cal; sin duda, largo fue el viaje, quizá en la espalda de algún hermano mazateco, quizá sobre un mulo hasta ser embalado para viajar por el mar y llegar a un país lejano. Después de tanto tiempo esperando en el depósito del Museo, junto con otros objetos para seguir contando historias, y juntarse de nuevo con las historias vivas que por este lado del mar aún estamos haciendo los mazatecos. No solo es la olla, son otros 474 objetos más. También los bultos sagrados, que en su interior contienen cacaos, plumas de faisán, un huevo de gallina o de guajolota, papel amate, tabaco y en algunos casos el copal. Estos objetos, previo a ser envueltos en hojas de totomoxtle o platanillos, el sabio les da una encomienda por medio de la lectura del maíz. Cada una de las partes tiene un significado y una labor que cumplir dentro de la espiritualidad mazateca y el comportamiento de la cultura ante la divinidad. Ya que el sabio Feliciano Severiano les encomendó ir a Ndoba Isien para llevar algún mensaje al dador de la vida, puedo imaginar también qué decían entre ellos al llegar a otro lugar en donde ya no escucharon más el mazateco, sino otras lenguas, las voces de otras personas.3 Hasta que fueron puestas en mi mano, y recordaron en su lejana memoria que era el lenguaje del sabio el que nuevamente oían. También vi la cama de caña: me recordó las pláticas con mi madre, cuando ella me contaba que las mujeres daban a luz sobre estas. Ni qué decir de los huipiles, que cuando los miré lo primero que recordé fueron las letras del Flor de Naranjo. Eso y miles de cosas más invadieron mi mente con cada uno de los objetos resguardados en el depósito del Museo. Esta vez, por todos estos pensamientos y sentimientos, agradecí a Bauer por haber venido a mi región y a las personas que han valorado nuestras culturas; podría escribir una historia con cada uno, realmente significó mucho para mí. Además, varios de estos objetos han quedado en desuso o, peor aún, ya no existen en las comunidades, pero descubrí que aún viven en mi memoria gracias a las historias que mis abuelos y mi madre me contaban. Eso es lo que quiero compartir con mi nación mazateca: despertar en ellos estos sentimientos, y con este aporte quizá mi hermano mazateco, que es artesano y experto en elaborar ollas y comales, logre hacer conciencia para enseñar a sus hijos esta labor. Asimismo, tal vez mis hermanas sigan contando historias para no dejar de hablar la lengua a sus pequeños. Puedo pensar ahora en qué rumbo tomará el proyecto que hemos comenzado. Sin duda, despertará algunos sentimientos y recuerdos, en el mejor de los casos nos enseñará a valorar más, a revitalizar lo que es de nosotros.
Fotografía: Acervo de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova
A pocos días de culminar mi estancia en Berlín, la doctora Ute Schüren, Carolina Bauer –con el apoyo de la doctora Ulrike Mühlschlegel del Instituto Iberoamericano como intérprete del español-alemán y viceversa– y yo ofrecimos un conversatorio dentro de las instalaciones de Foro Humboldt, donde dimos a conocer la cronología del proyecto colaborativo frente a decenas de personas interesadas, entre ellas Christine von Heinz, amiga del Museo y pariente de Alexander von Humboldt que, por cierto, también me recibió y me dio una visita guiada por varios sitios emblemáticos en Berlín. Por coincidencias de la vida, también estuvo presente la escritora Cristina Rivera Garza, quien se mostró muy contenta y también realizó algunas preguntas. El conversatorio fue un éxito; resonó el mazateco de diferentes formas dentro del recinto y entre los presentes, muchas personas se interesaron en el proyecto y en los diversos ámbitos de la vida de los mazatecos. Y esa era la idea: que las personas en Berlín se dieran cuenta de que la nuestra es una cultura viva, que no solo somos parte de la historia: las culturas, las lenguas, las formas de vida de las comunidades originarias en México no se acabaron con la conquista.
1 En Arena, 30(2), p. 1129, él escribe que su último viaje, con su esposa, fue en 1910. 2 El nombre de esta investigadora y coleccionista quedó vinculado con la historia del famoso códice mixteco, quizá el documento histórico más bello que se conserva del México antiguo. 3 El nombre del sabio Feliciano Severiano aparece en las notas escritas por Bauer que también forman parte de la colección, así como en su artículo de 1908. Al parecer fue el principal informante de Bauer en su viaje por la región, donde visitó los pueblos de Huautla, Huehuetlán, San Mateo, San Lucas, San Jerónimo y Ayautla. Ndoba isén – lugar en el cielo de donde procede la vida.
Traducción “Cuando los pescadores quieren matar pescados, cinco o seis de ellos se juntan y se reparten la cáscara del árbol de San Juanico. Entonces lo machacan y lo llevan al mar, y en un pozo donde hay pescados, lo tiran. Se emborrachan los pescados, y así los pueden matar”. Del uso de la cáscara de San Juanico Relato yaqui
El relato anterior fue narrado por el profesor Ignacio Mendoza al antropólogo Jean Bassett Johnson, cuando este, en compañía de su esposa, la antropóloga y especialista en el análisis textil, Irmgard Weitlaner, realizaban una investigación sobre la lengua yaqui en Vicam Estación, Valle del Río Yaqui, Sonora. Desconocemos la fecha exacta, pero sabemos que fue recopilado entre octubre-diciembre de 1939 y febrero-abril de 1940, y dado a conocer en el libro titulado El idioma yaqui, publicado póstumamente en el año de 1962 por el Instituto Nacional de Antropología e Historia en México; casi veinte años después de que Bassett muriera en Túnez, durante la Segunda Guerra Mundial.
Yaqui es el nombre atribuido a un grupo indígena y a la lengua que hablan (que pertenece a la familia lingüística yutonahua). Existen actualmente ocho pueblos asentados cerca del río Yaqui en Sonora y una comunidad habitando una reserva en Arizona, Estados Unidos, los cuales, a pesar de los intentos de exterminio y despojo que han sufrido durante años, han sobrevivido y están en constante lucha por conservar su territorio, su identidad, su lengua, sus formas de organización y gobierno para evitar el saqueo de sus recursos. Además, se encuentran en permanente lucha por conservar su agua.
En este sentido, la obra de Jean, junto con los diarios de campo que aún se conservan, se vuelven relevantes, no solo porque la información fue recopilada en una época en la que, tras muchos años de lucha, un nuevo gobierno les devolvió y reconoció su territorio (aunque poco tiempo después volvieron los conflictos), sino porque por medio de estos materiales, el autor contribuye a la documentación y preservación de la lengua. En consecuencia, estos recursos constituyen una fuente de referencia obligada para quienes investigan sobre el tema, ya que además es uno de los primeros estudios no solo lingüístico, sino etnográfico, que se realizan al respecto.
También se conservan algunos registros sonoros “únicos”, que el autor hizo durante su investigación en la zona Yaqui, los cuales fueron realizados en discos instantáneos de acetato de 7 pulgadas, color negro, de la marca Silverstone, grabados a 78 rpm, por ambos lados, con una duración de 1:38 minutos por lado. Estos contienen, además del relato del uso de la cáscara de San Juanico, que aquí puedes escuchar, tres cuentos más:
Los cazadores de venado
ʔótamkáwi o hueso cerro
Yúku – Lluvia o cuento del maíz
Son tres discos en los que se registra la versión en Yaqui. En el libro se pueden encontrar las transcripciones y sus traducciones al español.
Los discos se encuentran resguardados en la Fonoteca Juan León Mariscal. El libro y los diarios de campo se conservan en la bóveda de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, ambos de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca y están disponibles para su consulta.
El rico aroma a cera de abeja, dulce y terroso, invade el taller de Viviana Alavez en la comunidad de Teotitlán del Valle. Viviana custodia la tradicional elaboración de velas de concha; vierte cada vela a mano capa tras capa, como lo hacían sus ancestros. Sus velas representan cientos de años de técnicas y habilidades transmitidas de generación en generación. Hoy en día, su hijo y sus nueras llevan a cabo perfectamente este proceso.
La elaboración de velas requiere paciencia: consiste en darle baños de cera a los pabilos que cuelgan de una estructura de metal y madera; con una jícara se recoge la cera líquida de una cubeta, misma que se vierte con delicadeza desde arriba del pabilo para ir cayendo, capa por capa, hasta conseguir el grosor y tamaño adecuados: una vela puede llegar a requerir de doscientas a trescientas capas de cera. Para decorarlas se utiliza la cera de abeja derretida en un apaxtle, donde la artesana introduce delicadamente sus moldes de madera o barro haciéndolos girar, para después sumergirlos en un recipiente con agua fría y, entonces, desprender la cera del molde; como resultado se obtiene una forma que doblará o recortará para armar flores, pétalo por pétalo.
Las velas son parte indispensable en la vida cotidiana de esta comunidad. La mayoría de sus costumbres están relacionadas con estos preciados objetos, que se encuentran presentes en ceremonias religiosas, desde el nacimiento hasta la muerte. También guardan un gran significado y simbolismo en fechas importantes como el Día de Muertos, donde no solo iluminan los altares dedicados a los seres queridos fallecidos, sino que también simbolizan la fe, la esperanza y la guía para las almas en su viaje al mundo terrenal. Es por ello que, para esas fechas, se acostumbra a poner velas blancas y lisas con la finalidad de darles la bienvenida a quienes se han ido, pero que regresan al hogar de quienes los recuerdan con amor.
Para hablar de nuestro presente es vital mirar y narrar el pasado, las raíces, los orígenes. Hoy, el Diplomado Internacional en Promoción de la Literatura Infantil y Juvenil es un programa icónico de formación de usuarios y promotores de la cultura escrita, quienes conviven con poblaciones de todas las edades y condiciones.
Hace trece años los inquietos voluntarios del programa Seguimos Leyendo, docentes de primaria y secundaria, así como algunos bibliotecarios se sumaban a las filas de dos diplomados pioneros, los cuales fueron organizados por la UNAM en coordinación con la UABJO y la FAHHO. Eran tiempos de la educación a distancia: durante 3 horas, reunidos en un salón, recibíamos la señal desde Ciudad Universitaria en enlace con Chiapas y Michoacán, para aprender de los mejores especialistas en LIJ. Fue una gran experiencia y la génesis de los diplomados internacionales de la FAHHO. Hablamos con las coordinadoras Anel Pérez y Eva Janovitz, quienes no dudaron en asesorarnos para arrancar de manera presencial el pilar de nuestro proyecto formativo: “Estrategias lectoras”.
El decidido apoyo de la Dra. María Isabel Grañén Porrúa, presidenta de la FAHHO, se reflejó en el otorgamiento de becas del 100 % para iniciar las sesiones presenciales. Al principio los alumnos eran estrictamente voluntarios del programa Seguimos Leyendo, después lo abrimos para dar respuesta a las solicitudes e inquietudes de interesados en la lectura y la escritura desde el aula, colectivos, clubes, salas de lectura, entre otras instancias. Todos han sido siempre bienvenidos, somos un programa incluyente e innovador. La Dra. María Isabel percibió la necesidad de invitar a los padres y madres de familia del Colegio La Salle, pero también a los abuelos y tutores en general, quienes gozaban de esta experiencia encontrando respuestas a sus dudas, creando sus proyectos lectores y convirtiéndose en voluntarios del referido programa.
En 2020 la pandemia nos invitó a virar el timón, y para dar continuidad a lo presencial migramos a la virtualidad que, por cierto, nos permitió aceptar a estudiantes de más de dieciocho estados de la República. Sin embargo, el impulso no se detuvo ahí, pues hoy los proyectos de intervención a partir de la LIJ se atomizan en más de ocho países de habla hispana.
Asimismo, tenemos más de novecientos egresados de los diferentes programas académicos que derivaron del proyecto inicial: Diplomado en promoción de la LIJ; Diplomado en ciencia, arte y cultura para la primera infancia; Diplomado en cultura escrita y adolescencia; y el Diplomado en cultura de paz y literatura en el aula. Desde el origen de cada uno de estos proyectos hemos tenido un gran aliado: la Universidad La Salle Oaxaca, y en el trayecto se nos unieron La Salle Puebla, el Colegio Benavente y, hace tres años, la Confederación Nacional de Escuelas Particulares.
Hoy, el Diplomado en promoción de la LIJ es un programa internacional, ya que los docentes y los estudiantes que participan cuentan con perfiles cada vez más ricos y diversos. En la convocatoria para la décima primera edición aplicaron más de 180 aspirantes:1 33 % de la ciudad de Oaxaca; 20 % del estado de Oaxaca; 26 % de estados como Chiapas, Guerrero, Estado de México, Querétaro, Yucatán, Quintana Roo, Veracruz, Morelos, Colima, Ciudad de México; y 21 % de otros países como Colombia, Perú, Honduras, Ecuador, Chile, Cuba, España, Uruguay. Por otro lado, los docentes, altamente capacitados y comprometidos con este proyecto, al proceder de distintos países México, Chile, Colombia, Venezuela, Cuba, Bolivia, Argentina y España–, enriquecen las experiencias de los estudiantes haciendo palpable que la diversidad y la diferencia pueden descansar en la coincidencia y el encuentro.
La estructura académica y de gestión es innovadora, cada año se revisan los enfoques, los alcances y las temáticas. Un factor diferenciador de otros programas formativos –aparte de la beca completa– es la oportunidad de contar con un metodólogo que acompaña los proyectos de intervención que los becarios ejecutan durante el diplomado, y que son evaluados por académicos expertos. Los participantes defienden públicamente sus acciones, intervenciones, retos y logros como parte fundamental de su experiencia de formación.
Uno de los principales objetivos del diplomado es que los proyectos sostenidos por los participantes extiendan su vida más allá de las sesiones de los viernes y los sábados, de modo que los propios estudiantes buscan incidir principalmente en los grupos vulnerabilizados y marginados, como personas con discapacidad, migrantes o privadas de la libertad. El foco son siempre las infancias y las juventudes, para quienes se pretende activar o reactivar la lectura y la escritura como espacios posibles y amables para habitar el mundo, para hacer comunidad.
1 Del total fueron aceptados 76 aspirantes distribuidos en dos grupos, uno de 37 y otro de 39, que sesionan los viernes y los sábados, respectivamente.
Cuando conocemos a una persona que se dedica al diseño textil, podemos pensar que cursó esa carrera en alguna institución educativa, durante al menos cuatro años, para obtener un título. En algunos casos, esa misma persona podría haber optado por alguna especialidad y, con ello, sumar uno o dos años a su carrera educativa. Aunado a lo anterior, gracias a su título, podría tener acceso a una mayor oferta educativa a nivel posgrado, sea o no en el ámbito textil.
Ahora bien, cuando conocemos a una persona que se dedica al tejido en telar de cintura, ¿son iguales nuestras suposiciones que cuando hablamos de alguien que viene desde el diseño textil? ¿Asociamos el tejido en telar de cintura con una carrera educativa? ¿Tomamos fácilmente las décadas dedicadas al telar como un equivalente a una serie de posgrados? Hay que recordar que no se trata solamente de una persona de 40 años que haya comenzado a tejer a los 4 o 6 años de edad: se trata de la transmisión de conocimiento de una generación a otra, un conocimiento que se resguarda, se enriquece y se honra con el tiempo. ¿Por qué, entonces, no asociamos los títulos de licenciatura, maestría o doctorado a tejedores que llevan 10, 30 o 50 años en el telar de cintura?
Estas son algunas de las reflexiones que compartimos Elvira Espejo Ayca y un servidor hace seis años, durante el encuentro de El Museo Reimaginado. Elvira es artista visual, tejedora, poeta y directora del Museo Nacional de Etnografía y Folklore en La Paz, Bolivia. ¿Cómo dar un título a las tejedoras?, nos preguntábamos. Una segunda pregunta brotaba de forma automática: ¿Qué institución educativa estaría abierta a validar el conocimiento intergeneracional que existe entre tejedoras y tejedores de pueblos indígenas? Y aun si la validara, ¿sería posible otorgar un título a una persona que quizá no cuenta con una carrera académica? Para obtener un posgrado, se requiere contar con un grado. Si nos asomamos a las estadísticas del INEGI, veremos que el promedio nacional de escolaridad en nuestro país llega poco más allá del tercer año de secundaria.1 ¿Cómo, entonces, brincar de la secundaria a un (pos)grado?
Durante los últimos cuatro años, la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, por medio del Museo Textil de Oaxaca, en coordinación con la Universidad La Salle Oaxaca, la Universidad Nacional Autónoma de México mediante la Facultad de Filosofía y Letras, y el Centro Ayuujk-UNAM, nos sentamos a conversar sobre esta problemática. Debíamos superar el requisito de contar con un título universitario para tener acceso a un diplomado, pues una de las razones para impulsar un diplomado dirigido a tejedoras era justamente atajar la falta de acceso a oportunidades educativas. Elvira Espejo tomó la batuta para trazar los ejes temáticos que se abordarían durante las 120 horas de programa. A ella se sumaron cinco tejedores de amplia experiencia: Yatahli Rosas Sandoval, de San Andrés Chicahuaxtla; Yecenia López de Jesús, de Xochistlahuaca (Guerrero); Loreto Millalén Iturriaga, del territorio de Wallmapu (territorio ancestral mapuche en el extremo sur de nuestro continente); Moisés Martínez Velasco, de San Pedro Cajonos, e Hilán Cruz Cruz, de Tlacomulco (Puebla). Además, contaríamos con las participaciones especiales de Román Gutiérrez Ruiz, de Teotitlán del Valle, y Lynda Teller Pete, tejedora y educadora diné (navajo). Con un cuerpo coordinador de estas características, donde confluyen distintos territorios e idiomas, lo natural era que el diplomado estuviera abierto igualmente a una gran diversidad de territorios e idiomas.
Fotografía: Acervo del Museo Textil de Oaxaca
El inicio de este 2024 vio la publicación de la convocatoria para este programa. Debido a su amplia cobertura geográfica, optamos por llevar 90 horas en modalidad virtual y 30 horas en modo presencial. Sabíamos que el aspecto virtual podía ser un obstáculo para varias personas, pero fue la manera que hallamos para cumplir de forma regular el número de horas que se nos solicitaba. ¿El resultado? Se seleccionaron a 19 personas procedentes de distintas localidades ubicadas en Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, México y Perú. El español sería el idioma puente para todo el grupo, pero a lo largo del programa se haría especial énfasis en recurrir a las lenguas habladas en las comunidades representadas para acercarse al estudio de las propias tradiciones y prácticas textiles. En esta ocasión, en el grupo existía un total de 15 idiomas hablados, sin contar el español.
El diplomado arrancó, y los meses de abril a septiembre se escurrieron entre reuniones por Zoom, mensajes de texto, audio y video por WhatsApp, así como mediante la elaboración de bolsas viajeras (nuestro equivalente a un portafolio de evidencia de trabajo). Las bolsas se mantenían en la virtualidad gracias a la plataforma que nos proporcionó la ULSA Oaxaca. En ellas, el grupo de participantes iba guardando sus reflexiones, anotaciones, esquemas, lecturas complementarias, entre otros. La semana de actividades presenciales se llevó a cabo en la localidad de San Pedro y San Pablo Ayutla, gracias al invaluable apoyo de Yásnaya A. Gil y su vinculación con la UNAM. Nueve de los diecinueve participantes lograron llegar a Oaxaca y, en la sierra, realizaron intercambios y establecieron vínculos importantes. Se llevaron a cabo prácticas de hilado de distintas fibras con ayuda de malacates/torteras: lana de oveja, pelo de llama y de alpaca, seda. Hubo una demostración de teñido con tintes naturales, completa novedad para algunos de los participantes. Al concluir las prácticas de preparación de los hilos, cada participante mostró su telar: cómo está conformado y su funcionamiento, desde un enfoque propio a partir de los idiomas hablados por cada uno. Como mencionó la Dra. María Isabel Grañén: “Este evento refuerza uno de los propósitos principales de la FAHHO: desdibujar las fronteras entre los pueblos, países y personas para tejer una forma de vida constructiva a través del arte, la educación, la reflexión y, en este caso, la complejidad que brota de los hilos”.
El diplomado titulado “Saberes intergeneracionales e interculturales sobre la elaboración de textiles hechos en telar” terminó con una ceremonia de clausura en el Auditorio de Estelas de la ULSA Oaxaca gracias a la apertura de su rector, el Dr. Luis Salgado Fernández. Esta ha sido una gran lección para todas las personas e instituciones que estuvimos involucradas y, sin duda, tendremos oportunidad de mirar hacia atrás, evaluar y ajustar contenidos y dinámicas para una próxima edición.
Desde el 12 de abril al mes de septiembre de 2024, Casa de la Ciudad albergó la exposición “Ser y estar con lo que nos rodea”, una muestra que materializó, por medio de fotografías, maquetas, láminas, proyecciones, esculturas y texturas, el trabajo de 30 de años del arquitecto Juan José Santibáñez y los arquitectos artesanos que le han acompañado a lo largo de un camino constructivo inspirado en la arquitectura vernácula y los pueblos de la mixteca.
Esta muestra permitió reunir cada semana, mediante múltiples recorridos, charlas, conferencias y presentaciones de libros a estudiantes de arquitectura para que pudieran conocer la exposición. Sin embargo, más allá de eso, el objetivo era despertar su interés en las tradiciones constructivas de Oaxaca y sus valores subyacentes: funcionalidad, uso eficiente de los recursos disponibles, identidad cultural y sabiduría ancestral.
Recordemos que la arquitectura vernácula es el resultado de muchos años de adaptación y de perfeccionamiento de técnicas constructivas que las distintas comunidades humanas han desarrollado a modo de soluciones y como respuesta a las condiciones del entorno. Estos saberes se han transmitido de generación en generación, dando como resultado un conocimiento acumulado que encierra la sensibilidad, la observación y la sabiduría de un pueblo en específico. Este tipo de conocimiento ha sido la piedra angular de la arquitectura de Santibáñez.
Fotografías: Comunicación FAHHO
La exposición también realizó una fuerte crítica a la conceptualización de la arquitectura contemporánea:
Están naciendo arquitecturas novedosas para las fotografías de Instagram y concurso, a mi parecer, vacías de contenidos reales que pronto se sumarán a la lista de elefantes blancos, porque solo nacieron como una bonita idea y no como una necesidad real en un plan de comunidad en la ciudad […] No guardamos ningún respeto a la herencia que nos dejaron. Ningún respeto a las normas básicas del urbanismo, a ningún plan de desarrollo… no respetamos el suelo, el cielo, el río, por consiguiente, a la tierra, al aire y al agua (Santibáñez, 2024).
Además, promovió conversaciones en torno a la nueva arquitectura, la arquitectura tradicional y los valores que reconocemos, o ignoramos, al momento de construir. Esto en consonancia con los valores que Casa de la Ciudad difunde desde que se fundó, hace 20 años: la arquitectura centrada en las personas y sus necesidades particulares y colectivas, así como en su identidad cultural. Una arquitectura que busca el bienestar físico, emocional y social de las personas.
Esta exposición unió estos dos enfoques de la arquitectura y nos permitió difundir sus valores: contribuir, por medio de la arquitectura, a la creación de entornos más humanos y saludables que abonen al bienestar de la comunidad.
Retrato de Yamilé hecho por A. Bartra. Fotografía: Acervo de la Biblioteca Henestrosa
Margarita Camacho Baquedano, escritora, periodista, docente y poeta, originaria de Guanajuato, estudió Periodismo en la Universidad Obrera Vicente Lombardo Toledano. Al casarse, tomó el apellido de su esposo –también poeta–, el hondureño Rafael Paz Paredes, con quien procreó a sus hijos Yamilé, Sylvia, Lorena y Andrés Sigfrido. Mantuvo amistad literaria muy intensa –en palabras de su hija Lorena– con Nicolás Guillén, Pablo Neruda y Pedro Garfias y cultivó entrañable amistad con su paisano Efraín Huerta, con Juan de la Cabada, Juan Rulfo, Elías Nandino, entre otros. Rompió paradigmas femeninos sumándose a los afanes de Concha Urquiza, Pita Amor, Margarita Michelena, Rosario Castellanos y Carmen de la Fuente.
En este entorno creció Yamilé, quien también estudió Literatura en la UNAM y se dedicó a la creación poética. Su hijo Yurik la recuerda escribiendo o leyendo sentada frente a su secreter de cortina con los obligados café y Delicados sin filtro a un lado, y la compañía de su perro Zapote y de su gata la Boya. Escribía a mano, por lo que dejó infinidad de libretas de notas. Leía con frecuencia a Julio Cortázar, Arthur Rimbaud, Charles Bukowski, Roberto Bolaño y, especialmente, al poeta emeritense Félix Grande; César Vallejo y Miguel Hernández también eran sus héroes. Dio clases en la UNAM y en la UAM. Fue Premio Latinoamericano de Poesía Plural por su Alquimista de inmenso. Colaboró para los diarios El Nacional, Factor, La Brújula en el Bolsillo, Los Universitarios, Plural, El Gallo Ilustrado, Sábado, entre otros. De naturaleza rebelde y justa, durante el movimiento estudiantil del 68 formó parte activa del Comité de Lucha y, junto a su madre, participó en diversas brigadas, experiencias que plasmó en su obra El libro rojo del 68. Quienes la conocieron coinciden en mencionar su invariable actitud solidaria por la justicia, además de su inconmensurable amor por la vida.
La biblioteca de la poeta Yamilé, previo a la labor de desempacar. Fotografía: Acervo de la BS Canteras
Conocí a Yamilé cuando visitaba a Yurik, amigo ya avecindado en Oaxaca; solo había que dar vuelta al pasillo del edificio para ir a tomar un mezcal con ellos y platicar. Su trato cálido, gentil y sincero despertaban la simpatía inmediata y el correspondiente afecto. Conoció las bibliotecas BS Xochimilco y BS Canteras, a donde Yurik la llevó para que conociera los muebles que nos había hecho para los espacios. Solo tuvo palabras de admiración y aliento para las bibliotecas y en una de sus visitas planteó –tan sencilla y directa como era– su deseo de regalarnos la suya. Compartir y pensar en el otro eran uno de los caminos por los que siempre transitó.
Yurik ha cumplido la voluntad de Yamilé. Se ha encargado de clasificar y empacar los libros de su madre y dejarlos listos para su periplo a Oaxaca. Ciento cuarenta y tres cajas, con ocho mil libros aproximadamente, han viajado los 460 km que separan a la Ciudad de México de Oaxaca, y se encuentran ya con nosotros, involucrados en la labor de desempacar y catalogar, con la emoción de ser testigos y receptores de un trabajo de amor que ha llevado toda una vida para que sea compartida hoy. Muchas gracias querida Yamilé, muchas gracias querido Yurik.