“Dulces son los frutos de la perseverancia y la constancia”. Esta frase se les menciona constantemente a los jóvenes prospectos de la Academia AHH; ellos saben que el trabajo es la base de la escalera que los llevará al éxito y lo ponen en práctica en su día a día, iniciando sus sesiones de entrenamientos, todos los días, a las seis de la mañana.
El pasado mes de noviembre, después de muchos meses de trabajar a distancia, más de 100 de nuestros egresados tuvieron la gran oportunidad de participar en la Copa Juntos por México, realizada en el paraíso de los Diablos Rojos del México, el majestuoso estadio Alfredo Harp Helú. El complejo, lugar en donde han visto jugar a sus ídolos, cuenta con instalaciones de primer nivel que brindan mayor motivación para que los chicos den lo mejor de sí en cada partido. El objetivo era el mismo, el campeonato. Durante un mes nos demostraron excelentes jugadas, partidos muy interesantes en los que todos tuvieron la oportunidad de lucir su talento, además fueron supervisados por scouts de grandes ligas que estuvieron pendientes de su desempeño.
Podemos destacar a tres bateadores:
• Ichiro Cano, de 15 años, originario de Los Cabos, BCS. Durante su estancia en la Academia, además de entrenar y asistir a la escuela, siempre se mostró como un joven serio y enfocado en su desarrollo.
• Omar Zeleny, 17 años, originario de Veracruz. Desde su estancia en el paraíso beisbolero se notaba su gran habilidad con el bat; fue escalando rápidamente y de forma segura, respondiendo siempre que se le presentaba la oportunidad de subir al siguiente nivel.
• David Hernández, 17 años, originario de Mérida, Yucatán. Sus entrenadores pudieron notar su gran talento desde el inicio, conocido por ser un veloz corredor de bases y un bateador seguro.
Hablando de los lanzadores:
• Víctor Buelna. Siempre trabajando, en ocasiones realizando trabajo extra que no le ponían sus instructores. Ha tenido la oportunidad de estar presente en la pretemporada de Diablos Rojos del México, además, es campeón mundial con la Sub 23.
• Jesús Navarro, originario de Guaymas, Sonora. Es un joven serio, muy dedicado a su preparación y mostrándose siempre concentrado en su trabajo.
• Armando Angüis. Desde que llegó a la Academia de Beisbol AHH, mostró su espíritu luchador: a pesar de haber tropezado, ha sabido reponerse y seguir luchando por sus sueños.
Y la lista podría continuar. En el paraíso beisbolero estamos muy orgullosos de los logros, tanto individuales como grupales, de todos nuestros egresados que participaron en la Copa, y les agradecemos que nos ayudaran a mantener la esperanza en épocas tan difíciles para todos en el mundo. Gracias por recordarnos que siempre hay una luz al final del camino, estamos listos para recibirlos de regreso, cuando la situación lo permita, para seguir trabajando con pasión por México.
El 3 de marzo de este año se cumple el aniversario número 14 de inaugurarse la sede de las Bibliotecas Infantiles BS en Xochimilco, y 4 de existir en la Antigua Estación del Ferrocarril Mexicano del Sur. El 13 de este mismo mes se cumple un año desde que se cerraron todas las instalaciones de la Red de Bibliotecas BS. Sobre todo, se cumple un año sin la presencia de nuestros amados lectores: niños, jóvenes y adultos de muchas personalidades y con múltiples ideas. Sirva este texto para festejar sendos aniversarios de las mencionadas sedes de la Red de Bibliotecas BS, pero también para plasmar las reflexiones que han surgido, así como sus consecuencias en la acción, durante este tiempo sin ruido por la ausencia de los usuarios.
Durante el último año, quienes integramos el equipo de las bibliotecas hemos aprendido a explorar nuevas formas de aproximarnos a las personas, con la única finalidad de no quitar el dedo del renglón en el servicio que se ha prestado desde hace tantos años, apegándonos a las modalidades necesarias para proteger la salud de todos.
La valoración y reflexión que hemos hecho desde dentro es que merecemos atender a nuestro público (así es, desde dentro decimos “merecemos”) porque, definitivamente, los espacios vacíos, sin dejar de ser aptos y arquitectónicamente armoniosos, no existen sin público que los habite cotidianamente. Entendemos que la razón fundamental de estos espacios es que se conviertan en esferas de confluencia, sitios en donde las dudas de sus visitantes, así como sus inquietudes y curiosidades, eran el combustible del motor que emocionaba estas paredes y estantes: talleres, actividades, programaciones y demás eran inspirados por los usuarios. Siempre fue una motivación de afuera hacia adentro, de los visitantes hacia los animadores y bibliotecarios, no al revés.
¿Qué se queda en nuestra experiencia? Cada consulta, cada taller virtual, cada tutorial, cuento, narración, material de apoyo, archivo compartido, llamada telefónica, correo, mensaje por alguna de las redes sociales, acervo adquirido en espera de ser leído, todo lo que la distancia dejó, ¡todo! Esto va a quedarse como herramienta y nueva modalidad de servicio. No como una que sustituya el contacto, sino como una que se aproveche, un área de oportunidad para ampliar el servicio a nuevos horizontes, más allá de las comunidades a las que estábamos dispuestos a servir: una comunidad global.
Quizás dar el brinco de manera forzada no fue lo mejor que pudimos hacer, pero darlo, al fin y al cabo, fue una de las mejores decisiones que hemos tomado como equipo. Bibliotecas en la red, de manera presencial y virtual; a partir de ahora, nuestras oportunidades de llevar lecturas y aprendizaje se expande. El medio que tenemos, por ahora, es el internet, por esto, hoy más que nunca los invitamos a visitarnos en nuestras redes sociales, mismas que pueden ser consultadas próximamente en la página web de la FAHHO, y de esta manera reconectarse con las bibliotecas y sus actividades. Tenemos la esperanza de ver de nuevo al público que ya nos conocía y nos emocionamos por conocer a quienes están por venir, ¡serán todos bienvenidos a las Bibliotecas Infantiles!
En números anteriores hablamos de manera general acerca de nuestro Programa de Apoyo. En esta ocasión compartiremos algunos detalles de su operación y actividades realizadas a puerta cerrada, y a la distancia, para el proceso de adquisición de piezas de arte popular. Esta superó los diez millones de pesos y operó en 16 estados de la república, sumando un total de 32 104 piezas, compra que benefició a más de 1 000 familias. Para la ejecución del programa cada pieza tuvo que pasar por el debido proceso administrativo para su registro, el primer paso para la correcta operación y liberación de los recursos. A continuación, compartimos algunos de los procesos y retos a los que nos enfrentamos para llegar a las familias beneficiadas.
1. Directorio artesanal
En la primera parte del programa integramos una base de datos para organizar a las familias por técnicas artesanales y materiales. Este registro fue enriquecido con información de contacto de los talleres con los que habíamos colaborado en diferentes momentos.
En la segunda etapa se abrió la posibilidad de invitar a talleres con los que no se tenía contacto ni relación comercial, tanto de Oaxaca como de otros estados. Con el fin de apoyar directamente a las familias de artesanos, colaboramos con aliados y amigos en distintos estados de la república para llegar a más y a nuevos talleres. Esto implicó un gran reto de comunicación y nos llevó a procesar una gran cantidad de información.
2. Contacto y creación de expediente
El primer contacto con todas las familias fue con una llamada telefónica. Sondeamos cómo estaba siendo afectado su taller por la contingencia y si estaban interesados en formar parte del programa de compras.
Para cada apoyo creamos un expediente administrativo, uno por cada familia que recibió un pago; dicho expediente se integra de la información de contacto, método de pago y forma de facturación del pedido.
Más de 80% de las familias requirieron apoyo para facturación a través de terceros, facilidad otorgada por el SAT; nuestro equipo acompañó a los artesanos en la creación de estos comprobantes fiscales. En algunas ocasiones este proceso tomó hasta dos meses para concretarse, entre otras razones, por el difícil acceso que tenía el beneficiario para crear una cuenta de banco o para conseguir algún documento para su expediente.
3. Selección de piezas y solicitud de compra
Una vez que teníamos clara la ruta de pago y el proceso administrativo en orden, pasamos a la selección de piezas. En aquellos casos en los que ya existía una relación comercial previa se desarrollaron productos nuevos. Si no se había colaborado anteriormente, se solicitó un catálogo o imágenes de piezas y precios y con estos elementos se elaboraron solicitudes de compa, agregando comentarios y sugerencias que nuestro Laboratorio de Diseño compartía. Cada solicitud contiene la información del taller, monto de compra, cantidad y descripción de las piezas solicitadas con imágenes, anotaciones y costos.
El pedido final fue compartido con cada representante del taller, quien daba su visto bueno para la realización. En el 90% de los casos se requirió un anticipo del 50% para iniciar la producción.
4. Monitoreo y seguimiento
Una vez iniciado el proceso, se mantuvo la comunicación constante y abierta con todos los artesanos beneficiados, de esta manera se aclaraban dudas, solicitaban apoyo o asesoría y, sobre todo, conocíamos el avance en la producción.
Se solicitaron fotografías de los artesanos trabajando, del proceso de elaboración y de las piezas terminadas, estas imágenes formaron parte de la campaña “Andares en Casa” mediante la que compartíamos cómo se realizaba el trabajo artesanal en este tiempo de resguardo.
Durante el proceso de producción, algunas materias primas dejaron de estar disponibles dadas las condiciones implantadas por la pandemia, lo que nos llevó a realizar ajustes y tener tiempos de producción mayores a los normales.
5. Recolección y envío de piezas
Una vez terminada la producción de las piezas, se convinieron las condiciones para la entrega, siempre apegados a los lineamientos por parte de las instancias de salud y de las comunidades mismas.
Realizamos algunas visitas a los talleres, solicitando que los artesanos tuvieran previamente las piezas empacadas y listas para su recolección.
Para los talleres que se encuentran más lejos de la zona de recolección, se gestionaron envíos con empresas de logística locales que conectan a la ciudad con diferentes comunidades del estado. En el caso de la recolección en otros estados de la república, contamos con el apoyo invaluable de aliados que fungieron como centros de acopio para las familias beneficiadas de su estado, para consolidar todos los pedidos y hacer una sola recolección.
6. Control de calidad y pagos
A la distancia tratamos de resolver la mayor cantidad de detalles sobre el control de calidad: solicitamos que cada pieza estuviera acabada y lista para ser recibida. Sin embargo, el último filtro se aplicó en la recepción e inspección física de cada pieza, tomando en cuenta los diferentes aspectos de la técnica, evaluando que no tuviera alguna afectación considerable. Si hubiera, se presentaba al artesano y se evaluaba si era un detalle que podía ser corregido o si existían las condiciones para reemplazar la pieza.
El Programa es un proyecto que busca impactar en los talleres que vieron detenidas sus producciones y pedidos por las condiciones de la pandemia, y maneja las compras en dos pagos: un anticipo, que fue entregado con el pedido previamente autorizado y aprobado tambien por el artesano, y el finiquito, al terminar las piezas.
7. Recepción y sistema de inventarios
La recepción de piezas conlleva un control estricto del inventario en nuestro sistema digital, el cual debe ser alimentado con los comprobantes fiscales de compra y las existencias físicas. Para cada familia se genera un código de identificación por pieza que contiene la información de elaboración, origen, costos e impuestos. Una vez enriquecido este sistema, emite etiquetas que se ponen a mano a cada una de las piezas para su identificación y exhibición. Asimismo, generamos un criterio de inventario por material y técnica para su localización.
En tiempos de pandemia, y a puerta cerrada, nos mantenemos ocupados con la operación de este programa que beneficia a muchas familias en el país, y continuamos con la labor de clasificación y catalogación de este inventario lleno de tesoros. Nos llena de felicidad y orgullo formar parte de este gran programa que apoya a artesanos y colaborar con los equipos de trabajo de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, como el Museo Textil de Oaxaca y demás compañeros que fueron claves para llegar a muchas familias.
En próximas semanas compartiremos nuevos catálogos e imágenes de estas piezas en nuestras redes sociales y tienda en línea. Invitamos a los lectores a darse la oportunidad de admirar y adquirir piezas hechas por manos mexicanas.
También los árboles, en primavera, escriben poesías. Y los bobos piensan que son flores. Donato Di Poce
La ciudad es como un poema y cada habitante lo vive desde sus experiencias y percepciones. Está basado en el vínculo entre las personas y el espacio reconocido como público, con todo lo que este abarca: su estructura física y la gente que lo habita.
Este vínculo se forma de múltiples sensaciones y, desde esta perspectiva, el paisaje de la ciudad es un elemento dinámico al que se le ve con diferentes luces, colores, sonidos, olores y con protagonistas que cambian en el tiempo, estructurando la narrativa urbana. Kevin Lynch lo describe desde la experiencia, reconociendo que nada se experimenta en sí mismo, sino siempre en relación con sus contornos, con las secuencias de acontecimientos que llevan a ello, con el recuerdo de vivencias anteriores. Considerando que este escenario urbano tiene entre sus múltiples funciones la de ordenar la percepción del contexto que ha de verse, recordarse y causar deleite, por medio del cual no solo se perciben los mensajes que proporciona el medio ambiente, sino que se es capaz de estructurar aquellos componentes que le son significativos y que proporcionan la formación de una imagen colectiva del espacio o lo que en las personas llamaríamos la “personalidad”. En esta relación, el árbol es un recurso estructurante del paisaje, ya que establece nexos entre la percepción y la cognición, esto es, entre el estímulo sensorial (colores, olores, texturas, etc.) y lo que esto provoca en el recuerdo y memoria de sus habitantes (el paseo con los abuelos, las reuniones familiares, eventos religiosos, algún hecho histórico de la ciudad, entre otros muchos). Esto conlleva a la construcción de la memoria colectiva y a fortalecer a los árboles como símbolos de identidad urbana, cambiando constantemente la fisonomía y coloración de su paisaje, convirtiéndolos en espacios memorables, tanto para los habitantes como para los visitantes.
Indiscutiblemente, su importancia en el ecosistema es invaluable e imprescindible en las ciudades, pero también en los procesos culturales. Por su permanencia a través del tiempo, los árboles tienen un significado social en cuanto a la memoria histórica del lugar, la identidad, su función como estructuradores del espacio urbano, generadores de mensajes mediante sus ritmos y cambios estacionales. Estas propiedades establecen, necesariamente, diversos vínculos con determinadas zonas, otorgándoles significados sociales y culturales que estructuran y dotan de afectos urbanos a dichos espacios, incitando una participación mayor en la vida pública. Estos valores aprovechados de variadas formas lo convierten en un elemento esencial del paisaje urbano.
Si el concepto de poesía refiere a la cualidad de lo ideal que produce un profundo sentimiento de belleza que puede o no expresarse con el lenguaje, la hermosura que imprimen los arboles en el paisaje es, sin duda, poesía. Como diría Rabindranath Tagore: “Los árboles son un esfuerzo sin fin de la tierra para hablar con un cielo que escucha”.
La pandemia por COVID-19 es una de las mayores emergencias de salud que México y el mundo han enfrentado en más de un siglo. Ha impactado en todos los aspectos de la vida social, desde la economía y la cultura, hasta el deporte y la educación. México, como otros países, ha entendido que lo digital es claramente parte de la solución para superar los problemas de comunicación causados por la pandemia. Por ello, la educación nacional ha adoptado el aprendizaje a distancia para continuar el curso escolar en estas extraordinarias circunstancias. Sin embargo, en regiones donde la conectividad a internet y la señal de televisión son limitadas, costosas o inexistentes, muchos maestros y comunidades están realizando esfuerzos importantes y creativos para apoyar el aprendizaje. En varias comunidades rurales de Oaxaca, los maestros utilizan aplicaciones de mensajería instantánea para enviar tareas y materiales de apoyo a los niños. En otras, los maestros distribuyen fotocopias y recogen las tareas escritas a mano. En algunos casos ha sido posible que las autoridades comunitarias habiliten espacios seguros para acceso a computadoras e internet, de manera que los estudiantes puedan tener más herramientas para su educación. Así, la pandemia ha puesto de relieve la enorme brecha digital en México.
Para ayudar en esta urgente situación, la FAHHO ha acoplado dos de sus actividades primordiales: Home Runs Citibanamex y Endless Oaxaca Multilingüe.
Home Runs Citibanamex es un programa de la FAHHO que desde hace 24 años impulsa y apoya iniciativas de la sociedad civil y comunitarias relacionadas con la cultura, bienestar social, fomento al deporte, ecología, proyectos productivos, salud y plataformas educativas. Desde 1996 a la fecha, este programa ha apoyado más de 3 362 proyectos y ha distribuido más de 338 millones de pesos en el Valle de México y el estado de Oaxaca. En 2020, año en el que inició la pandemia en México, la FAHHO y Fomento Social Banamex determinaron enfocar la convocatoria de Home Runs a proyectos que enfrenten la contingencia y le asignaron una bolsa de $7,500,000.00.
Como parte de la categoría de “Plataforma educativa” de Home Runs, en 2020, se realizó una alianza con el Endless Oaxaca Multilingüe (EOM), un proyecto de la FAHHO en colaboración con la Endless OS Foundation. El objetivo de este proyecto, que opera desde 2019, es mejorar los problemas resultantes de la mala conectividad en las zonas rurales de Oaxaca mediante el uso efectivo del Sistema Operativo Endless (Endless OS). Esto se hace por medio de la distribución de computadoras compactas con el sistema operativo Endless, la capacitación de los participantes oaxaqueños y la creación de nuevos contenidos que toman en consideración las situaciones culturales y sociolingüísticas locales.
Gracias a esta alianza, aquellas comunidades que tomaron la iniciativa de crear centros comunitarios de aprendizaje que promuevan el acceso a los medios digitales en espacios públicos, pueden tener computadoras Endless, lo que tiene tres ventajas. Primera: los costos de las computadoras compactas de Endless permiten ofrecer más computadoras para cada comunidad; segunda: estas computadoras llegaron con un sistema operativo que funciona incluso si no se cuenta con servicio estable de internet, y tercera: las comunidades pueden beneficiarse de la capacitación continua, así como de los nuevos contenidos del proyecto EOM. La alianza entre Home Runs Citibanamex y el proyecto EOM apoyó 18 municipios de Oaxaca con un total de 174 computadoras con Endless OS para bibliotecas y centros de cómputo comunitarios. Esto significa que, en dos años, el proyecto EOM ha distribuido 1 100 computadoras a 33 comunidades, beneficiando principalmente a estudiantes de primaria y secundaria. En esta tarea, el proyecto EOM también ha contado con el apoyo y la coordinación local de otros dos proyectos de la FAHHO: Seguimos Leyendo y el Museo Infantil de Oaxaca.
Además de las 174 computadoras compactas con Endless OS, el programa de Home Runs 2020 donó 190 computadoras HP con licencia antivirus a otros 26 municipios que cuentan con mejor conectividad. Así, el programa apoyó un total de 44 municipios bajo el rubro de “Plataforma educativa”.
Adecir de Abdías Gerardo Paz García, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Ferrocarrileros de la Republica Mexicana, Sección 22, la historia documentada del trabajador ferrocarrilero en Oaxaca puede dividirse en dos momentos: el primero registra la parte administrativa de sus labores, es decir, documentos que muestran el diario quehacer de la Estación del Ferrocarril Mexicano del Sur, terminal Oaxaca, y el segundo es aquel que registró su conducta dentro de la empresa ferroviaria. Este último en particular se diferencia del primero, principalmente, porque sobre él recaía la defensa del trabajador. Hablar de los derechos laborales en el ferrocarril es hablar de diversas organizaciones sindicales en México en los años 30, entre ellas, la Unión de Mecánicos, una de las más importantes, porque a partir de ella surge uno de los primeros sindicatos en Latinoamérica: el ferrocarrilero.
En México, este sindicato nace en 1933, pero no es sino hasta 1952, en la actual calle de Crespo, entre Independencia y Morelos, en la ciudad de Oaxaca, que comienza la construcción de un edificio de tres plantas destinado a la operación de esta organización conformada en su delegación estatal por afanadoras, secretarias, tesoreros y pagadores, por mencionar algunos. La construcción de este edificio, culminada en 1953, fue posible en gran medida con la aportación de un día de salario de cada trabajador, por ello se dice que este edificio es producto del sudor de los trabajadores ferrocarrileros, porque la mayor aportación provino de ellos, hablamos de poco más de mil trabajadores.
Con esta organización comenzó la defensa laboral y se terminó un periodo de explotación que afectaba, principalmente, a los departamentos más vulnerables, en especial a los de vías y talleres, que eran los que concentraban a un mayor número de trabajadores. Era claro suponer que en algunos estados habría gente más aguerrida y dispuesta a luchar por sus derechos que en otros; sobresalían Aguascalientes, Veracruz y, por supuesto, Oaxaca, con la presencia de Matías Romero. Esta resistencia, y a su vez pertenencia, con la empresa de Ferrocarriles se daba porque para muchos trabajar entre las vías y los vagones era un orgullo, en palabras de más de uno, “era lo máximo”, porque desde su experiencia, se vestía, se comía y se vivía mejor, por supuesto, con sudor y sangre.
Con el surgimiento del sindicato cambiaron hasta las condiciones laborales más simples, como el hecho de proveer al trabajador de un uniforme para ejercer sus labores: sí, aquel singular pantalón peto, yompa de mezclilla, gorra azul y el tradicional paliacate. Esta organización comenzó a generar una historia documentada con investigaciones sobre los trabajadores para preparar su defensa por faltas que pudieran o no haber cometido. Era un largo camino el que tenía que atravesar la empresa ferroviaria para comprobar la falta de un trabajador, ya que en el medio estaban los representantes y asesores que, de entrada, conocían a la perfección el contrato colectivo y los estatutos del trabajador. Fue así como con cada falta se generó un archivo de suma importancia para comprender los procedimientos básicos del contrato colectivo de trabajo de un ferrocarrilero.
En esta documentación, ahora Archivo del Sindicato, se encuentran las investigaciones disciplinarias y, sobre todo, información de los derechos que tenían los trabajadores en pleno funcionamiento del ferrocarril en Oaxaca.
Desde 2017, con la inauguración del Museo Infantil de Oaxaca, situado en la Antigua Estación del Ferrocarril Mexicano del Sur, comenzaron los trabajos de rescate de la documentación ferroviaria con diversos miembros y amigos de la comunidad ferrocarrilera y, por supuesto, del Sindicato Ferrocarrilero de la entidad. Fue así como, con la participación del equipo de Adabi Oaxaca, comenzó el rescate de este invaluable archivo albergado en un edificio histórico en el centro de la ciudad, y transportado al MIO para su intervención y posterior resguardo. Derivado de esto se generó una colaboración entre la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, el Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros, Sección 22 y el Archivo General del Estado de Oaxaca, con la firme intención de conservar y difundir la memoria de este archivo compuesto por 1 498 legajos y 60 documentos generales entre los que destacan actas, circulares, correspondencia, defunciones, puestos, reglamentos, testamentos, vacantes, entre otros.
No sabe usted, apreciable lector, cómo extrañamos tener la biblioteca abierta, con personas usando los materiales de nuestras colecciones para indagar en temas de la historia de Oaxaca, para saber más de alguna lengua o de algún códice, usar la conexión de internet para hacer una tarea, leer sobre el arte textil de Oaxaca, sentirse inspirados. Por supuesto, el alma de la existencia de una biblioteca es su servicio y sin los usuarios, los espacios se sienten raros, como una fiesta sin invitados o un restaurante sin comensales, donde los manjares se exhiben sin que haya quien pueda disfrutar de ellos.
Habiendo dicho esto, el cierre obligatorio por el virus que nos acecha todos los días desde su invisibilidad, no significa que la biblioteca se haya abandonado. Al igual que la fiesta o el restaurante, una biblioteca profesional necesita de mucho trabajo tras bambalinas, o en la cocina, para que lo que se le ofrezca a los invitados sea procesado, ordenado y bien presentado. Por lo mismo, el personal de la biblioteca ha trabajado durante todos estos meses en prepararla para el tiempo después de la pandemia: muchas manos trabajan en clasificar, limpiar, inventariar y catalogar las diversas colecciones especiales de la biblioteca. Una vez abierta, será posible consultar, con la ayuda de instrumentos de búsqueda, varias colecciones de documentos y fotografías históricas de Oaxaca. Esta preparación significa mucho trabajo manual y, por fortuna, personas de otras áreas de la FAHHO reforzaron el equipo de la BIJC. Agradecemos al personal de Adabi Oaxaca, de la Biblioteca Henestrosa y del Centro Cultural San Pablo que nos apoya en las tareas. Sobre todo, agradecemos al Archivo General del Estado que nos echó la mano con la conservación, limpieza e inventario del archivo de la familia Castillo (tres generaciones de abogados notarios de Oaxaca) y de los libros de la legendaria ferretería El Gallo.
A la vez, la pandemia en que estamos nos hace ver que el desarrollo de instrumentos digitales para acceder a la información es cada vez más importante. ¿Qué hay de las universidades con las bibliotecas cerradas? ¿Qué pasa con los archivos con la consulta cancelada? ¿Y cuáles de ellos estaban preparados para la pandemia? Pues, nosotros tampoco. Afortunadamente, la BIJC, junto con el Museo de Filatelia y la Biblioteca Francisco de Burgoa de la UABJO, ya habían iniciado hace tiempo un proyecto para crear una plataforma de consulta en línea. En los últimos meses, el trabajo con esta plataforma se aceleró de manera importante e involucra ahora a más instituciones de la FAHHO. Trabajamos también con la Biblioteca Henestrosa y con la Casa de la Ciudad en integrar sus catálogos en la plataforma. Los libros y manuscritos se catalogan en el sistema Koha y las imágenes digitalizadas se albergan en el repositorio digital D-Space. Nos coordinamos también con el Museo Textil, que escogió el sistema Collective Access para sus colecciones en línea. Asignar la correcta información (los llamados metadatos) a cada pieza de información digital es muy importante para después no ahogarse en un océano de datos digitales sin orden. Sin embargo, todo esto requiere de muchas manos, sobre todo, porque se hace en casa –hecho en Oaxaca–, con programas de código abierto que evitan que se gasten grandes sumas de dinero y que empresas controlen los datos. En este momento, contamos con el apoyo de diseñadores gráficos de las bibliotecas BS/ Henestrosa en el diseño de páginas web, logos y gráficos para el sistema de información de la FAHHO. Agradecemos el apoyo de todas las personas de la Fundación que se sumaron al proyecto de la plataforma digital que pronto estrenaremos. Por supuesto, también se sigue trabajando en otros proyectos de la BIJC, como son el sitio Satnu.mx, creado en colaboración con el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, en el que se reúnen de manera digital documentos virreinales escritos en lenguas indígenas en varias lenguas originarias de México (zapoteco, mixteco, chocholteco, náhuatl de Oaxaca, chontal de Oaxaca, nahuatl de Michoacán, purhépecha, matlatzinca y otomí). Actualmente, ya pueden consultarse más de mil documentos en línea. En los próximos números de este boletín hablaremos, además, sobre los proyectos de investigación y algunas remodelaciones sorprendentes en la biblioteca. Resumimos en seguida parte del trabajo hecho específicamente en coordinación y colaboración con otras partes de la FAHHO.
Junto con personal del Archivo General del Estado de Oaxaca, de Adabi Oaxaca y del Centro Cultural San Pablo, se lleva a cabo el proyecto Desinsectación, limpieza y estabilización de los fondos documentales Castillo y el Gallo. Aunque las colecciones llegaron a la biblioteca hace varios años, el estado precario de la documentación ocasionó que no se ofreciera para consulta. La colección de las tres generaciones Castillo es rica en datos sobre fincas cafetaleras, haciendas y otras propiedades, diligencias por tierras, inventarios de colecciones arqueológicas, casas comerciales, el Instituto de Ciencias y Artes del Estado, etc. Actualmente se tiene un avance de 10% de los materiales estabilizados y 100% desinsectados y limpios.
El proyecto Digitalización e inventario de la colección fotográfica del arqueólogo John Paddock (1918-1998), con un especial enfoque sobre la arqueología oaxaqueña de su tiempo, se realiza en colaboración con el personal de las bibliotecas Henestrosa y BS. Actualmente se cuenta con 3 267 imágenes digitalizadas. Paddock fue pionero de los estudios arqueológicos en el estado y su legado es un valioso testimonio de los proyectos arqueológicos llevados a cabo en múltiples sitios. Desde el mes de agosto, en colaboración con el equipo de Adabi Oaxaca, Bibliotecas BS/Henestrosa, se lleva a cabo el proyecto Catalogación y Documentación del Fondo Documental de Castañeda Guzmán. Esta colección de documentos que don Luis reunió a lo largo de su vida –en una época en que aún no se valoraba la documentación histórica como lo hacemos hoy–, es especialmente importante para la historia oaxaqueña y fue consultado en su tiempo por numerosos especialistas y autores. Se cuenta ya con un avance del 80%. En coordinación con el mismo equipo se realizó el inventario de 1986 materiales de la colección hemerográfica de Irmgard Weitlaner Johnson, en vida una de las mayores autoridades en textiles, cuyas notas y fotos constituyen un legado de enorme importancia para conocer las tradiciones de México. También se ha continuado con el proceso de catalogación de fotografías del fondo de Irmgard Weitlaner Johnson. Se cuenta actualmente con 484 imágenes procesadas.
En colaboración con el personal de Seguimos Leyendo estamos haciendo un cotejo de inventarios de la colección bibliográfica de Castañeda Guzmán, avanzado ya en un 30%. Esta tarea tiene la finalidad de crear un instrumento de consulta. Entre los impresos de la colección de don Luis destacan los múltiples impresos locales de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX que de otra manera serían muy difíciles de encontrar. Se catalogaron también 113 diseños de la colección Tort i Ràfols. Esta colección de planos de proyectos, muchos de los años del porfiriato, es un testimonio del desarrollo industrial de los estados de Oaxaca y Chiapas. Hay proyectos para la construcción de fábricas de textil, mercados, fábricas de azúcar y aguardiente, hidroeléctricas, casas en el centro de Oaxaca, etc. También ya se catalogaron y digitalizaron 511 fotografías del álbum de Charles Hamilton, quien, en los primeros años del siglo XX, registró la actividad industrial y de la sociedad de Oaxaca. Finalmente, se catalogaron y digitalizaron 279 documentos del fondo documental de don Benjamín Ladrón de Guevara de Cuicatlán; 29 expedientes (998 páginas) del fondo documental de la familia Castro de Tezoatlán y 330 documentos del fondo Ventura-Conde de Yatzachi el Alto, tres colecciones locales de documentos que nos permiten conocer la dinámica histórica en las regiones fuera de la ciudad.
En resumen, con la participación activa de muchas personas de la FAHHO, la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova avanza rápidamente en mejorar la conservación y el acceso a las colecciones, tanto de manera física –para cuando la pandemia termine– como de manera digital. Por supuesto, en todo esto, la seguridad del personal esta primero, por lo que instrumentamos protocolos, medidas sanitarias y controles en todas las áreas de trabajo, también ofrecemos servicio de transporte para el personal. Tratamos de mantener el ánimo elevado, aprovechamos el tiempo, la disposición de trabajo del personal y construimos una nueva manera de trabajar que se sostiene en la confianza de que todos nos cuidamos y cuidamos al prójimo. Estimado lector, esperamos que nos veamos de nuevo, en un futuro no muy lejano, en las instalaciones de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova. Mientras tanto: cuídese mucho.
Cipriano Ramírez Guzmán, primer ganador del Premio Emiliano Cruz.
Hace un año se anunció una nueva colaboración entre el Centro de las Artes San Agustín y la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca. Estos dos equipos trabajaron juntos para hacer un premio para que reconociera y apoyara a personas o colectivos que, fuera de cualquier actividad institucional, emprendieran iniciativas innovadoras para promover sus lenguas. Detrás de este premio está el reconocimiento de que, a menudo, los esfuerzos más creativos o impactantes para las lenguas de México se realiza fuera de los programas institucionales y la actividad remunerada. Este nuevo reconocimiento, denominado el Premio “Emiliano Cruz”, se suma a la importante serie de premios a la creación literaria en lenguas oaxaqueñas denominada Premios CaSA.
Hace una década, en 2011, el maestro Francisco Toledo fundó los Premios CaSA organizados por el Centro de las Artes de San Agustín (CaSA), la asociación civil Amigos del IAGO y el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo. Estos premios han ido creciendo a lo largo de los años y hoy representan una de las series de premios más innovadoras y coherentes para las lenguas indígenas. El nuevo premio lleva el nombre de Emiliano Cruz Santiago, un joven de San Bartolomé Loxicha, quien, desde los 19 años hasta su muerte repentina a los 29 años, dedicó su vida a la documentación, descripción y promoción de su lengua materna, el dí’zdéh (zapoteco miahuateco).
Para evaluar las nominaciones para el premio, se conformó un comité independiente compuesto por Fausto Sandoval, Víctor Cata y Rosemary Beam, que seleccionó a Cipriano Ramírez Guzmán, quien fue nominado por la OSC “Diversidad Lingüística y Cultural”. Don Cipriano es uno de los pocos hablantes de ixcateco. El comité quedó impresionado con sus esfuerzos por enseñar esta lengua a las generaciones futuras; en particular, los miembros del comité elogiaron sus años de docencia, trabajo realizado sin remuneración ni nombramiento institucional. La ceremonia de premiación de los Premios CaSA 2020 se realizó en línea el 21 de febrero de 2021, Día Internacional de la Lengua Materna. Durante este acto, la presidenta de la FAHHO, Dra. María Isabel Grañén Porrúa, anunció oficialmente a Cipriano Ramírez Guzmán como primer ganador del Premio Emiliano Cruz.
Te compartimos una breve semblanza de Emiliano Cruz Santiago y la invitación al Premio que lleva su nombre:
Huipil de San Juan Guichicovi, Oaxaca, último cuarto de siglo XX, Col. Madeline Humm, donación de Francisco Toledo al Museo Textil de Oaxaca
Originalmente los rompecabezas se crearon para aprender de forma didáctica geografía, pero después se volvieron un juego muy popular para encontrar otras formas. Algunos textiles parecen rompecabezas que se forman a partir de otros tejidos y se van uniendo o armando entre sí con la finalidad de tener un diseño lleno de colores, patrones intrincados o efectos ópticos.
Te invitamos a armar los rompecabezas de estas piezas.
Da click en la imagen para ir al rompecabezasCaracol in black and white, 2013. Hecho por Bill Stecher, Juana Caballero Sánchez y Pedro Montesino Caballero. Col. de Mary Stecher