EDITORIAL

Como gran aficionado al Rey de los Deportes, don Alfredo Harp Helú ha sido testigo de la evolución de los Diablos Rojos del México, algo que lo llevó, como miles de aficionados también, a seguirles la pista en los cuatro parques previos al actual estadio que ahora es el hogar de los escarlata. “Vivir y morir jugando beisbol” es la frase con la que Alfredo Harp define su amor por el juego de las inteligencias y, en definitiva, es gracias a esa pasión que en febrero y marzo dos de los recintos más emblemáticos del beisbol mexicano cumplieron su primer lustro de existencia: el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano en Monterrey, Nuevo león, y el Estadio Alfredo Harp Helú en la Ciudad de México, respectivamente.

Las hazañas que se cuentan en los textos de este especial del Boletín Digital FAHHO contienen historias que reflejan con claridad el trabajo en equipo, la visión de un objetivo y, sobre todo, la pasión por un deporte tan maravilloso como el beisbol. “La revolución del beisbol mexicano” o la “materialización de un sueño” es como se le define a la construcción del Estadio Alfredo Harp y a la concreción del proyecto del Salón de la Fama, pero la edificación de este último, interrumpida en varias ocasiones, se llevaría a cabo hasta la “toma de estafeta” por parte de don Alfredo.

Y como toda historia, las de ambos espacios no carecen de vivencias, aprendizajes y ciertos retos que han sido sorteados con gran ánimo. Leer acerca de la planeación casi milimétrica y la construcción de dos monumentos dignos de llamarse obras de arte, el esfuerzo que, a la fecha, se refleja en la gran asistencia de aficionados, o sobre los recintos que albergan (la Biblioteca BS Salón de la Fama y el Museo Diablos), nos devela que la intención es brindarles a los mexicanos y a los visitantes de otros países un par de espacios que conjuntan deporte, cultura y arte. Más que un trabajo, se trata de una vocación que conduce a todo el personal del Salón de la Fama y del Estadio Alfredo Harp a desempeñarse con excelencia, de tal forma que los mejores resultados se reflejan en que cada aficionado a este deporte pueda llamar “hogar” a estos magnos recintos.

En esta ocasión compartimos con ustedes estos textos festivos en torno al Estadio Alfredo Harp Helú y el Salón de la Fama, con el afán de mostrar otros logros de la Fundación Alfredo Harp Helú para seguir difundiendo e infundiendo en la sociedad mexicana el amor por el deporte y la pasión por el beisbol.


La flama de la inmortalidad sigue encendida

Fotografías: Acervo del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano

Uno de los sucesos más importantes de los últimos años en el mundo del beisbol en México fue la inauguración del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, acontecida el 20 de febrero de 2019, dentro de las instalaciones del Parque Fundidora en la ciudad de Monterrey, Nuevo León.

Este proyecto dio continuidad a la institución del Salón de la Fama del Beisbol en México, idea de Alejandro Aguilar Reyes Fray Nano, surgida en 1939 e implementada el 10 de marzo de 1973, gracias al apoyo de don Eugenio Garza Sada para construir un edificio y patrocinar su funcionamiento durante cuarenta años, mismo que llegó a su fin el 13 de junio de 2013, día en que cerraron sus puertas.

Sin duda alguna, eran malas noticias para el beisbol mexicano: así desaparecía el recinto donde se había reconocido la trayectoria de los grandes ídolos del diamante, incluyendo a directivos, cronistas y ampáyeres que hicieron historia en el Rey del Deporte en México. Además, terminaba la época del referente histórico, el prestigiado recinto, el lugar obligado para visitar, no solo para los amantes del beisbol, sino para los turistas nacionales y extranjeros que se encargaron de difundirlo de manera contundente.

Parecía que el destino del Salón de la Fama llegaba a su fin, aunque hubo la intención de llevarlo a Culiacán, donde incluso el gobernador del estado trató de darle continuidad con la adecuación de un edificio para tal efecto. Sin embargo, los directivos de la Liga Mexicana de Beisbol, encabezados por su presidente, el C. P. Plinio Escalante Bolio, hicieron lo posible por que el Salón de la Fama permaneciera en Monterrey. Fue entonces que surgió la figura de don Alfredo Harp Helú, quien con mucha determinación tomó la estafeta para hacerse cargo del recinto y así evitar que saliera de la Sultana del Norte.

Fotografías: Acervo del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano

Ya con la disposición de apoyar al recinto, él bien pudo habérselo llevado a Oaxaca o a la Ciudad de México, pero prefirió dejarlo en Monterrey por dos razones: primero, “por respeto a la memoria de don Eugenio Garza Sada, quien patrocinó la construcción y operación del anterior Salón de la Fama durante 40 años”, declaró textualmente don Alfredo Harp en su mensaje durante la firma del convenio con las autoridades del estado, el 30 de noviembre de 2015, en el Salón Sopladores del Parque Fundidora. Y, segundo, por ser Monterrey la ciudad que había obtenido la sede permanente del Salón de la Fama por unanimidad, otorgada por la Asociación de Ligas Profesionales de Beisbol de la República mexicana el 20 de mayo de 1971. Don Alfredo proporcionó el apoyo incondicional para patrocinar la construcción monumental del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano y la operación de este. La obra estuvo a cargo del arquitectoDaniel López Salgado, quien realizó el diseño arquitectónico, y de la mano de la Constructora Maiz Mier, presidida por José Maiz García, construyó un edificio espectacular que obtuvo tres galardones en el Gran Premio Obras CEMEX 2021: el primer lugar internacional en Innovación a la Construcción, el primer lugar nacional en Innovación a la Construcción y el tercer lugar en Espacios Colectivos, convirtiéndose en la obra cumbre del beisbol mexicano.

La magna construcción está erigida con ladrillo rojo estructural para unir el inmueble a la tradición de los edificios industriales icónicos de Monterrey, como la misma Cervecería y la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey. La variedad de formas de las bóvedas en la construcción está inspirada en la geografía característica de la ciudad de Monterrey y rinde homenaje al perfil de las montañas de la Sierra Madre Oriental que enmarcan y embellecen la ciudad.

Fotografías: Acervo del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano.

Gracias al impulso y al apoyo incondicional de don Alfredo, el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano se yergue altivo y monumental a un costado del Paseo Santa Lucía, albergando las placas y las piezas que pertenecieron a los inmortales del beisbol nacional. Al mismo tiempo, el imponente edificio es uno de los destinos turísticos más atractivos y de mayor reconocimiento en la Sultana del Norte. De esta manera, ¡la flama de la inmortalidad en el beisbol mexicano sigue encendida!


El primer hogar propio de los Diablos Rojos

Fotografía: Acervo del Estadio Alfredo Harp Helú

El sueño compartido por miles de aficionados, aquel que por años acompañó sus noches haciéndolos suspirar, hoy cumple un lustro de existencia: el Estadio Alfredo Harp Helú se levantó en 2019 para cambiar la forma de ver y vivir el beisbol en la Ciudad de México. Los viejos fanáticos, los que llevan algunos años y los nuevos aficionados, hoy están uno al lado del otro compartiendo un mismo hogar: la casa del beisbol, que es mucho más que un estadio.

Con dieciséis títulos y 79 años de exitosa existencia, los Diablos Rojos del México finalmente cumplieron uno de los más grandes sueños de su fiel y noble fanaticada, así como el de uno de los más grandes aficionados al beisbol, cuando el 23 de marzo de 2019 se abrieron las puertas del Estadio Alfredo Harp Helú, que se convirtió en el primer estadio de beisbol propio del equipo.

Años de planeación, esfuerzo y trabajo incansable del C. P. Alfredo Harp Helú finalmente se hicieron realidad ese sábado, cuando el México recibió a un equipo de prospectos de los Padres de San Diego para inaugurar oficialmente el sueño que don Alfredo materializó.

Y como todos los proyectos encabezados por el contador público, el Diamante de Fuego se convirtió en una obra magnífica en todos los sentidos, que, de acuerdo con el arquitecto encargado de crear este sitio, desarrolló su propia personalidad.

“Se convirtió en un espacio íntimo: una de las intenciones con las que se creó fue hacer sentir a los fans que estaban en casa, en la casa de los Diablos”, explicó Francisco González Pulido. “Es un estadio transparente, no un contenedor donde todo está encerrado. Desde ahí puedes ver la ciudad, los rascacielos, los volcanes y la Magdalena Mixiuhca. Aquí se funden elementos de la cultura prehispánica con la modernidad, pero una modernidad sobre el futuro de México de una manera reinterpretada, con elementos que nos recuerdan al país, pero que a su vez nos transportan a un México nuevo, y creo que eso fue muy importante”.

Fotografía: Acervo del Estadio Alfredo Harp Helú

De inmediato, los aficionados del equipo y del beisbol encontraron su nuevo hogar, del mismo modo en que lo hicieron los Diablos, por eso el creador de esta obra también aseguró que el parque de pelota empezó a definir su perfil, su personalidad, su esencia, luego de que la misma afición lo acogió y lo hizo suyo.

“Cuando se presentó la obra, se trataba de un evento privado, pero afuera había fans del equipo. En cuanto acabó la presentación les permitieron entrar y empezaron a tomarse fotos con la maqueta; eso definitivamente me movió, porque como arquitecto puedes sentir muchas cosas, pero cuando ves la emoción que una obra puede provocar en los demás sin haberla visto construida, sino por el simple hecho de saber que iba a ser su casa, todo cambia.

Después viene la inauguración, donde te das cuenta de que todo lo que se pensó tiene sentido y no solo para ti, sino para los fans. La gente lo ha abrazado muy bien, es un espacio íntimo, porque una de las intenciones era hacer sentir a los fans como en casa”, comentó González Pulido.

Teniendo claro lo anterior, es importante señalar la integración de un elemento clave: permitir que el fan se moviera cómodamente por el lugar sin perderse lo más importante, el juego. Así, como si estuviera en su casa.

“Hay estadios en Estados Unidos que son emblemáticos, históricos, pero que se quedaron estacionados en algún lugar del tiempo, que es parte de la historia y tiene un sabor único, y por ello también rompen con parte de la experiencia del beisbol. Aquí se tiene ese espacio donde el fan puede moverse para disfrutar otros aspectos de la vivencia de ir a un estadio, como ir por comida sin perderse lo que pasa en el campo. No es necesario estar en el mismo lugar, ya que existe la posibilidad de moverse sin perder la conexión con el juego: eso fue una pieza clave al momento de hacer el diseño.

Queríamos que esa experiencia no se perdiera, que cuando se gritara algo pudieran dar unos pasos para acercarse a ver lo que estaba sucediendo”, prosiguió el arquitecto.

Y sin que nadie lo supiera, sin que nadie lo imaginara siquiera, un año después el Estadio Alfredo Harp Helú enfrentó la prueba más grande cuando tuvo que cerrar sus puertas por 661 días debido a la pandemia, ya que de septiembre de 2019 (último juego de la temporada 2019 de la Liga Mexicana) a mayo de 2021 (primer encuentro de la campaña LMB) tuvo que mantenerse cerrado al público.

Fotografía: Acervo del Estadio Alfredo Harp Helú

Y fueron justo esos largos meses los que mostraron que el estadio “heredó” la fortaleza del encargado de hacerlo realidad, don Alfredo Harp Helú, al mostrar una resiliencia que lo hizo una obra más monumental.

“El inmueble mostró que estaba listo para volver, para tener gente otra vez, y ahí se juntan dos factores que hacen de la obra algo más que un edificio. El cliente (don Alfredo Harp Helú) y el estadio mostraron una resiliencia muy grande antes y durante su construcción, así como en la pandemia, un factor totalmente extraordinario que se suma a la fuerza que tiene el lugar”, sentenció González Pulido.

Y con ese mágico perfil es como esta magnífica obra llega a cinco años de vida durante los cuales se convirtió en la casa de los Diablos Rojos del México, en la casa de todos los aficionados escarlatas que viven la pasión del Rey de los Deportes.


El rescate

Fotografías: Acervo del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano

El Salón de la Fama del Beisbol Mexicano es el lugar donde se rinde homenaje a todos aquellos que han hecho del beisbol el Rey de los Deportes en México. Esto incluye a jugadores, representantes, ampáyeres, directivos y cronistas de este deporte.

Fue en 1939 cuando Alejandro Aguilar Reyes Fray Nano concibió la idea de que México tuviera su propio Salón de la Fama del beisbol, como el que se inauguró el 12 de junio del mismo año en Cooperstown, Nueva York, Estados Unidos.

El reconocido periodista capitalino llevó a cabo un concurso mediante cupones aparecidos en el diario La Afición —el cual había fundado en 1930—, para elegir a los primeros cinco inmortales del beisbol mexicano.

Fue hasta 1964 que se eligieron seis inmortales más, esta vez por medio de la Asociación de Cronistas de la Ciudad de México. Y desde ese año hasta la fecha se han honrado a 216 grandes del beisbol mexicano.

En 1971, mediante un comité encabezado por Antonio Ramírez Muro, presidente de la Liga Mexicana de Beisbol y de la Asociación de Ligas Profesionales de Beisbol, se otorgó la sede vitalicia a la ciudad de Monterrey gracias al apoyo de la Cervecería Cuauhtémoc, que se comprometió a albergar al Salón de la Fama y patrocinar su funcionamiento.

Lamentablemente, el 13 de junio de 2013 el Salón de la Fama cerró sus puertas.

Ante este acontecimiento, don Alfredo Harp Helú tomó la estafeta con entusiasmo y decidió patrocinar la construcción de un nuevo espacio al costado del canal Santa Lucía, cedido por el Parque Fundidora.

Fotografías: Acervo del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano

La fábrica del edificio consiste, principalmente, en ladrillo rojo, tanto en muros como en la techumbre configurada por bóvedas. Por un lado, el uso predominante del ladrillo es un homenaje a los edificios históricos de la antigua fundidora de Monterrey, mientras que la variedad de formas en las bóvedas es una manera de aludir y honrar al perfil del Cerro de las Mitras.

El edificio consta de varias opciones para los visitantes, como el Recinto de los Inmortales, sitio donde están colocadas las placas de los consagrados del Rey de los Deportes; una amplia área de exhibición permanente que presenta una línea del tiempo del beisbol mexicano; así como espacios para la exhibición de otros temas afines a este deporte.

Al mismo tiempo que se inauguró el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, también se abrió la Biblioteca BS Salón de la Fama perteneciente a la Red de Bibliotecas Infantiles BS de la Fundación Alfredo Harp Helú. Asimismo, el Salón resguarda el acervo que donó el periodista venezolano Juan Vené, recinto que lleva su nombre y cuyo contenido comprende una colección que documenta la historia mundial del beisbol. Además, cuenta con un auditorio para ciento cincuenta personas, un pequeño diamante de beisbol con gradas, jaulas de bateo, zona de juegos interactivos, tienda de recuerdos y una explanada para la celebración de las entronizaciones.

La impresionante vista del edificio desde el Canal Santa Lucía lo hace ver como una obra monumental, que honra a este deporte como parte importante de la historia de México.

Fotografías: Acervo del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano

Un sueño cumplido

Fotografías: Acervo del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano

Durante 34 años laboré en Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma y uno de mis sueños al momento de jubilarme era ser director del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano.

Afortunadamente, el sueño se hizo realidad gracias a la recomendación de Edmundo Rodarte Valdés, director de Relaciones Institucionales de la empresa cervecera —que ya en ese momento se llamaba Heineken México—, así como a Plinio Escalante Bolio, entonces presidente de la Liga Mexicana de Beisbol, quien tenía la encomienda de conseguir a la persona para dirigir el Salón de la Fama y así dar continuidad a la importante institución. Por supuesto, también tengo que agradecer a don Alfredo Harp Helú, quien tuvo a bien confiar en mí para hacerme cargo de la administración del nuevo recinto.

Eso aconteció el 29 de junio del 2013, tiempo en que cerrara sus puertas el Recinto de Inmortales ubicado en los jardines de la empresa cervecera y comenzara a configurarse la nueva historia del Salón de la Fama.

Han pasado más de diez años desde entonces, tiempo en el que hemos estado inmersos en infinidad de situaciones. Desde aquella primera foto tomada en septiembre del 2013, cundo hicimos el primer recorrido por el terreno al lado de Plinio Escalante, Daniel López Salgado —arquitecto responsable del diseño arquitectónico y del proyecto—, Horacio Ibarra Álvarez —quien se convertiría en el historiador del sagrado recinto— y autoridades del Parque Fundidora, quienes nos acompañaron para recorrer el terreno ofrecido y platicar sobre lo que significaría esta obra tan importante.

Ese fue el inicio de las negociaciones o acuerdos para la construcción del Salón de la Fama, que en la actualidad es motivo de orgullo nacional dadas sus características y lo imponente de su arquitectura, que lo han convertido en una obra icónica del beisbol mexicano.

En mi mente aflora el recuerdo de aquellas visitas que se hicieran al lugar donde actualmente se erige la magnífica construcción, las cuales fueron al lado de Plinio, luego, de Lorenzo Peón Escalante como consejero delegado del proyecto, el Ing. José Maiz García, presidente de la Constructora Maiz Mier que se encargó de erigir la obra, y el arquitecto Daniel López Salgado, encargado del proyecto. Es un recorrido cronológico mental que me satisface y me llena de orgullo.

Desde entonces hemos tenido el privilegio de vivir grandes experiencias en este gran proyecto, como cada una de las etapas de la construcción: por ejemplo, la excavación del subsuelo para romper las montañas petrificadas que se formaron por la acumulación de la escoria de fierro, subproducto de la elaboración del acero en la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey empresa pionera impulsora del desarrollo industrial de México ubicada en los terrenos del ahora Parque Fundidora.

Con la observación de esa escoria de fierro petrificada de tonalidades y formas impactantes, nos nació la idea —la propuse y se aceptó— de elaborar con este material la escultura del Pitcher de Hierro, ubicada junto a la entrada del Salón de la Fama, como un homenaje que hace este deporte a la historia de la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey.

Otra gran vivencia fue cuando tuve en mis manos piezas pertenecientes al inmortal Epitacio la Mala Torres, gran ídolo de mis padres. Siendo yo un niño, ellos me platicaban de sus hazañas, de su tremendo brazo, de sus tiros desde el fondo del jardín derecho que ponían out en tercera base o en home a los corredores que trataban de ganar una base extra. Recuerdo que me emocioné al palpar el guante, al tocar el bate, el uniforme y los trofeos del gran ídolo de Monterrey. Eso fue algo que me conmovió muchísimo, ya que vino a mí el recuerdo de mis padres, quienes me transmitieron su amor por el beisbol con mucho cariño.

Otra de mis grandes experiencias ha sido la oportunidad de conocer personalmente a grandes jugadores inmortales del beisbol mexicano, a los cuales vi jugar y admiré siendo un niño; ahora tengo el privilegio de contar con la amistad de Alfredo el Zurdo Ortiz, Ronnie Camacho, Moi Camacho, Felipe Clipper Montemayor, José Peluche Peña, Pedro Charrascas Ramírez y Rudy Sandoval. También con William Berzunza, Marcelo Juárez y Jaime Corella, quienes se nos adelantaron recientemente.

De igual manera puedo añadir la gran experiencia de conversar con todos los inmortales en nuestro programa Pláticas de Beisbol, transmitido semanalmente en vivo por las redes sociales del Salón de la Fama.

Disfruto al recordar mis vivencias en las tres Ceremonias de Entronización (2019, 2022 y 2023), donde compartimos momentos agradables y emotivos con grandes personajes del beisbol mexicano como Fernando Valenzuela, Daniel Fernández, Vinicio Castilla, Matías Carrillo, Isidro Márquez y en la más reciente con Luis Arredondo, Roberto Vizcarra, Juan Gabriel Castro y don Alfredo Harp Helú, el pasado mes de noviembre.

Quiero agradecer primeramente a Dios por permitirme el privilegio de vivir mi sueño, luego a todo el equipo de trabajo del Salón de la Fama por su compromiso, entusiasmo y apoyo en este gran proyecto. Mi eterno agradecimiento a las personas que me apoyaron para cumplir este sueño, a mi amigo Edmundo Rodarte, quien me recomendó con Plinio Escalante; al mismo Plinio, por creer en mí y darme su confianza; a Lorenzo Peón por su guía durante la construcción del Salón de la Fama y por su amistad; a José Ortiz Izquierdo, por su ayuda y orientación en el arranque de la operación del Salón; al Lic. Carlos Levy Covarrubias por su confianza y liderazgo.

Y, de manera muy especial, a don Alfredo Harp Helú, por darme la oportunidad de realizar mi sueño de dirigir el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano.

¡¡Muchas gracias a todos por su compromiso ahora y siempre!!


Misión y visión del Salón de la Fama

Misión: Reconocer y honrar a los mejores exponentes del beisbol mexicano a través de su inmortalidad.

Objetivos:
·Recopilar, preservar y exhibir objetos históricos destacados del beisbol mexicano.
·Difundir los récords más importantes del
beisbol mexicano.
·Promover el beisbol con los niños y jóvenes fomentando la práctica de este deporte.

·Acercar a los niños y jóvenes a la cultura por medio de la lectura en la Biblioteca BS
del Salón de la Fama.
·Enlazar generaciones a través del beisbol.
·Trascender en la sociedad como un agente desarrollador de la cultura deportiva de
los niños y jóvenes.

Visión a cinco años:
Consolidar al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano como el museo del deporte más importante de América Latina.


Joyas de colección

Fotografías: Acervo del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano

Adicionalmente a las placas de inmortales y, por supuesto, a su icónica construcción, algo que distingue al Salón de la Fama es su importante memorabilia conformada por más de 700 piezas históricas pertenecientes a los inmortales del beisbol mexicano, donadas por ellos o sus familias.

Se trata del acervo beisbolero del Templo de Inmortales mejor conocido como “Joyas de colección”, el cual es sumamente amplio y variado en su contenido, donde destacan piezas importantes que los visitantes pueden admirar, como el Bat de Plata de Beto Ávila, obtenido en 1954 con los Indios de Cleveland al ganar el título de bateo de la Liga Americana, así como los uniformes de Fernando Valenzuela con los Dodgers de Los Ángeles, de Teodoro Higuera con los Cerveceros de Milwaukee y de Vinicio Castilla con los Rockies de Colorado.

Otras joyas consideradas de suma importancia y dignas de admirar son los uniformes de Héctor Espino y Benjamín Cananea Reyes, utilizados con los Sultanes de Monterrey y Naranjeros de Hermosillo, respectivamente, así como la réplica del uniforme utilizado por Baldomero Melo Almada con los Medias Rojas de Boston, el primer jugador mexicano en las Grandes Ligas. En los diferentes paneles y vitrinas del área de exhibición, también podemos encontrar camisolas de figuras legendarias de enorme categoría, como las de Horacio Piña, Ángel Moreno, Alfredo Ortiz, Jesús Chito Ríos, Salomé Barojas, Alfred Pinkston, Enrique Aguilar, Juan Navarrete, Nelson Barrera, Mercedes Esquer y muchas otras.

En un recorrido por las distintas salas se pueden admirar más piezas históricas, como la máquina de escribir de Alejandro Aguilar Reyes Fray Nano, creador de la idea de fundar el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, así como la camisola, gorra y chamarra de Ernesto Carmona, fundador de la Liga Mexicana de Beisbol en 1925 junto con Alejandro Aguilar.

De enorme valía son las camisolas de Roy Campanella, Monte Irvin y Joshua Gibson y Ramón Bragaña todos ellos inmortalizados también en el Salón de la Fama de Cooperstown, de igual manera se encuentra el Guante de Plata de Guillermo Huevito Álvarez. Entre las obras realizadas para honrar a los Inmortales del beisbol más importantes se hallan los bustos de figuras legendarias como Jorge Pasquel, el importante directivo de los Azules del Veracruz de los años cuarenta; Lázaro Salazar, el mejor mánager de todos los tiempos en la Liga Mexicana de Beisbol; Epitacio la Mala Torres, el máximo ídolo en la historia de los Sultanes de Monterrey y Lázaro Penagos, notable directivo de los Cafeteros de Córdoba de la década de los 30.

Además, los visitantes pueden admirar objetos correspondientes a Héctor Espino, el mejor bateador del beisbol mexicano, así como pelotas conmemorativas de sus grandes hazañas, libros sobre su trayectoria y camisolas utilizadas en su carrera triunfal. Aquí se encuentran también vitrinas con piezas de Epitacio la Mala Torres, Pedro Charrascas Ramírez y Francisco Paquín Estrada.

Igualmente se muestran trofeos de distintas épocas, placas, reconocimientos, bates y pelotas históricas de los grandes ídolos del diamante, considerados todos ellos como “Joyas de colección”, debido a su importancia por haber pertenecido a los Inmortales que conforman el Salón de la Fama.

Exposiciones temporales
Por otra parte, el Salón de la Fama cuenta con un espacio muy importante en el cual se llevan a cabo las exposiciones temporales del recinto con tres muestras que han tenido mucho éxito. La primera de ellas fue “Grand Slam del Arte, Beisbol Filatélico” de don Alfredo Harp Helú, la siguiente fue la exposición del Dr. Arturo Arellano hijo (de Hermosillo, Sonora) sobre pelotas y tarjetas firmadas por jugadores mexicanos en Grandes Ligas y la tercera es “Amor por el beisbol” de Roberto Sedas Kleen, la cual se encuentra actualmente en exhibición.


Cinco años de lecturas, libros y actividades para formar una comunidad encendida

Fotografías: Acervo de la Biblioteca BS Salón de la Fama

Hace cinco años la Red de Bibliotecas Infantiles de Oaxaca se expandió llegando a la ciudad de Monterrey, Nuevo León para brindar a la comunidad regiomontana un espacio especializado para lectores infantiles y juveniles. La Biblioteca BS fue fundada por la doctora María Isabel Grañén Porrúa y don Alfredo Harp Helú, de manera que abrió sus puertas el 20 de febrero del 2019 dentro del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano para recibir a los lectores. La primera BS fuera de la ciudad de Oaxaca: una biblioteca diferente en una ciudad industrial, un espacio distinto a lo acostumbrado, un lugar en el cual las familias pueden disfrutar de la convivencia y fomentar la lectura en sus integrantes.

Dentro de las pocas bibliotecas existentes en la ciudad, los servicios que ofrece la BS Salón de la Fama la convierten en un lugar poco común: Por un lado, la ludoteca invita a los visitantes a jugar y, al mismo tiempo, a aprender mediante el juego con los materiales didácticos. Por otra parte, los bebés cuentan con una bebeteca, donde pueden escuchar los cuentos que se les lee en voz alta.

El acervo para niñas, niños y jóvenes está especializado en Literatura Infantil y Juvenil, esto lo hace único en estas tierras regias debido a que no existen muchos espacios con este tipo de material, el que, además, pueden llevarse a casa en calidad de préstamo. Esto es algo que la comunidad ha aprovechado muy bien y el incremento de nuestras credenciales indica que más lectores han descubierto el espacio y hacen uso del acervo.

Adicionalmente, los jóvenes encuentran un espacio con Wi-Fi donde pueden trabajar, realizar tareas de manera individual o en equipo, además de disfrutar de los juegos de mesa. Un lugar en el cual se sienten cómodos y regresan constantemente.

Los talleres y cuentacuentos que se realizan están planeados para que toda la familia encuentre actividades que generen interés en la lectura, la cultura y el medio ambiente. Asimismo, la comunidad tiene la posibilidad de asistir a presentaciones de libros y exposiciones de los productos de los talleres que se llevan a cabo en la biblioteca. Los fines de semana se invita a los usuarios a disfrutar de proyecciones de películas infantiles ya sea basadas en libros o sobre beisbol las que pueden disfrutar en familia de manera gratuita.

Fotografías: Acervo de la Biblioteca BS Salón de la Fama

Cada mes ofrecemos a nuestros lectores una sección con recomendaciones de lectura para conocer más el material de la biblioteca, así como un espacio para las nuevas adquisiciones, cuyo material vuela a las casas de los lectores.

También, recibimos visitas escolares y de grupos especiales que pasan un tiempo en la biblioteca: explorándola, realizando actividades y conociendo los servicios que se brindan, otorgando a los visitantes una experiencia enriquecedora que los invita a volver y seguir leyendo. La promoción de la lectura no se queda dentro de las cuatro paredes del edificio, ya que con el “Ventanal de letras” buscamos acercar a los paseantes del Parque Fundidora a la poesía, mostrando fragmentos de poemas y haikus que se pueden admirar desde el canal del Paseo Santa Lucía.

El Salón de la Fama del Beisbol Mexicano fue invitado a participar en el Festival Internacional Santa Lucía en el espacio de Museos Positivos, es aquí donde la Biblioteca colabora desde 2021, asimismo, a partir del 2022 participamos en el día del Patrimonio de Nuevo León con un buen recibimiento de nuestras actividades por parte de los lectores.

Las redes sociales son parte fundamental en la visibilidad de la Biblioteca, ya que trabajamos diariamente para promover los talleres, efemérides, biografías, recomendación de libros, proyecciones de películas, el Boletín FAHHO, la Revista Casiopea, tutoriales, videos de difusión del material y de los espacios que se encuentran en la Biblioteca, todo ello a través de las diversas cuentas de la BS (que puedes encontrar como Biblioteca BS Salón de la Fama).

Fotografías: Acervo de la Biblioteca BS Salón de la Fama

Dentro de las instalaciones de la BS Salón de la Fama, los lectores encontrarán un acervo especializado de beisbol con más de 6697 ejemplares entre libros, biografías, estadísticas, anuarios, guías, periódicos y revistas deportivas donados por el cronista venezolano Juan Vené al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano. Este acervo especializado se promociona por medio de las redes sociales en la sección Conociendo la Biblioteca Juan Vené, en la cual se comparten fotografías y sinopsis de los materiales bibliográficos que contiene. El catálogo se puede consultar en la página web del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano que puedes visitar en el siguiente enlace:

https://www.salondelafamadelbeisbolmexicano.com/acervo-juan-vene

Aún falta mucho por hacer para formar una comunidad mayor y que cada vez más personas del área metropolitana de Monterrey conozcan la Biblioteca BS Salón de la Fama, es por ello que seguimos trabajando con gusto y pasión por la lectura.

¡Muchas felicidades Biblioteca BS Salón de la Fama del Beisbol Mexicano por estos cinco años! Que vengan muchas más celebraciones acercando a los regiomontanos a la lectura y la cultura.


La ceremonia de entronización: Tres eventos, veinte inmortales ¡un éxito!

Recientemente, el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano llevó a cabo su tercera Ceremonia de Entronización, el evento cumbre del beisbol mexicano que honra y hace trascender eternamente la memoria de los personajes inmortalizados. Este es el momento cúspide para cada uno de ellos.

Año con año, el Salón de la Fama lleva a cabo este evento de manera especial, un momento único, incomparable, el más esperado en la carrera de los beisbolistas y demás personajes involucradas en el mágico mundo del Rey de los Deportes. Se trata del premio a sus logros obtenidos gracias a sus capacidades, habilidades, constancia, actitud y disposición: en pocas palabras, es el más grande reconocimiento al que pueden aspirar, luego de una trayectoria exitosa en el mundo de la pelota.

En la actualidad, el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano alberga 216 placas de cristal, con la imagen y semblanza de los beisbolistas, representantes, ampáyeres, directivos y cronistas más reconocidos en casi cien años de beisbol profesional en suelo mexicano.

Es precisamente la exaltación de grandes celebridades a la inmortalidad, lo que crea un ambiente de admiración, respeto y reconocimiento entre los asistentes a la importante ceremonia, donde los inmortales y sus familias disfrutan plenamente por su ingreso al sagrado recinto.

Viene a nuestra mente el recuerdo de la significativa —y más reciente— Ceremonia de Entronización encabezada por don Alfredo Harp Helú, el importante directivo, propietario de los Diablos Rojos del México y Guerreros de Oaxaca, patrocinador de la Academia de Beisbol, que lleva su nombre, ubicada en San Bartolo Coyotepec, en el estado de Oaxaca, así como del estadio de los Diablos Rojos del México y, por supuesto, del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano.

En la Entronización de 2023 ingresaron, además de don Alfredo Harp Helú, otros personajes famosos como Luis Arredondo, Roberto Vizcarra, Javier Robles, Noé Muñoz, Juan Gabriel Castro, Alejo Ahumada, Jesús Moreno y Tomás Herrera. Anteriormente, en el 2022, habían ingresado importantes figuras de la talla de Matías Carrillo, Vinicio Castilla, Isidro Márquez, José Luis Borrego Sandoval, Eduardo Jiménez, William Serrell y Jorge Menéndez Torre. Mientras que en 2019 se integraron Fernando Valenzuela, Daniel Fernández, Ricardo Sáenz y Cuauhtémoc Rodríguez.

La Ceremonia de Entronización es, indudablemente, la gran fiesta del beisbol y todo mundo quiere ser parte de ella, reúne a varios cientos de personas, pues así como los familiares de los nuevos inmortales del beisbol, también acuden algunas de sus amistades, asimismo entronizados de antaño, directivos de los equipos de las dos Ligas Profesionales de Beisbol, miembros del Comité Elector y medios de comunicación, dando como resultado un gran ambiente de convivencia y cordialidad.


Visitantes distinguidos

En los primeros cinco años de actividad del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, sus espacios han sido recorridos por miles de visitantes de todos los estados de la República mexicana, así como de veinte países del continente americano y de treinta y ocho del resto del mundo.

Todas esas personas han disfrutado de las magníficas instalaciones, su vasta museografía, el mini estadio, la biblioteca, las áreas interactivas y, por supuesto, del recinto donde se encuentran ubicadas las placas de los Inmortales, es decir, del corazón del recinto, dada su importancia.

Entre los visitantes del Salón de la Fama se encuentran beisbolistas famosos, personajes importantes de la industria e incluso de la política, como los cónsules de Estados Unidos en Monterrey: William H. Duncan, quien estuvo de visita el 20 de marzo de 2019 y Roger C. Rigaud, quien disfrutó del recorrido el día 19 de noviembre de 2021.

Asimismo, el embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, visitó las instalaciones el 14 de noviembre de 2019 con la guía de don Alfredo Harp Helú, en un recorrido donde también estuvieron presentes José Maiz García, Ángel Macías, Carlos Levy, José Ortiz(†), Santiago Harp, Francisco A. González y Francisco Padilla Dávila, director del recinto. El notable personaje disfrutó del recorrido y se dio tiempo para interactuar en el minicampo e incluso se tomó la foto del recuerdo con un equipo de Ligas Pequeñas.


El arte de construir

Fotografías: Acervo del Estadio Alfredo Harp Helú, Enrique Gutiérrez / Gabriel Roux

Desde su creación conceptual, el Diamante de Fuego fue planeado y edificado a partir de una visión que como objetivo consideró ser el repositorio de una tradición con más de ochenta años de memoria, así como un espacio para escribir la nueva historia y el futuro del equipo más ganador de la Liga Mexicana de Beisbol.

El Estadio Alfredo Harp Helú es un recinto que fusiona de manera virtuosa el beisbol, el arte, la historia, la cultura y la pasión por México; es precisamente en sintonía con esta fusión que los arquitectos Alonso De Garay y Francisco González Pulido, orgullosamente mexicanos, diseñaron el inmueble.

“El señor don Alfredo Harp, a quien estoy muy agradecido por haberme confiado el diseño del recinto, me pidió imaginar el estadio del futuro. Es así como empezó la planeación del Estadio a finales del 2014”, comenta Alonso De Garay.

Desde luego, con la venia de don Alfredo Harp Helú, la invitación a participar en este proyecto llegó para Francisco González Pulido por medio de su amigo Alonso De Garay y, desde la primera conversación telefónica, acordaron unir fuerzas.

Además del uso de materiales y tecnologías modernas, los arquitectos quisieron que el estadio reflejara la esencia de México en un diseño creado para mejorar la interacción social dentro y fuera del inmueble.

Fotografías: Acervo del Estadio Alfredo Harp Helú, Enrique Gutiérrez / Gabriel Roux

En palabras de ambos arquitectos: “el diseño surge de la realización de una gran arena pública, donde el espacio abierto es tan importante como el espacio construido, este es un concepto importante dentro de la cultura mexicana. Los espacios exitosos en México agregan y conforman un fuerte compromiso social, incorporan las tradiciones y respetan las condiciones naturales existentes”.

La estructura contrasta elementos del México prehispánico y moderno, estableciendo incluso una analogía entre el juego de pelota de los pueblos originarios de Mesoamérica y el contemporáneo, es decir, el beisbol.

“En Taller ADG propusimos el uso de referencias prehispánicas en el diseño del basamento piramidal pétreo, mientras que, en contraste, Francisco González Pulido de FGP Atelier se inspiró en la ligereza y la tecnología integrada para el diseño de la techumbre y la estructura híbrida de acero, prefabricados y concreto, que se perciben en los puentes que conectan las pirámides a la tribuna y los palcos”, menciona De Garay.

Por la manera en que está construida, la cubierta da la impresión de “flotar” con la forma de un tridente apuntando con fuerza y determinación desde el monumental acceso hasta los jardines del recinto.

Taller ADG fue también el principal encargado del diseño del paisaje y de las plazas públicas que rodean parte del estadio, además del interior del recinto deportivo.

“Una de las ideas más innovadoras y transformadoras detrás del proyecto fue la ‘transparencia’, expresada en la creación de un edificio completamente conectado con su entorno, abierto, democrático y acogedor, aun en su monumentalidad. A diferencia de todos los estadios que investigamos —no solamente de beisbol— y que son considerados íconos o referentes en el mundo, el estadio de los Diablos Rojos no es un contenedor. Es, en oposición, un objeto visualmente transparente, desde donde podemos abrazar el entorno y sentir que estamos en México”, dice González Pulido.

Fotografías: Acervo del Estadio Alfredo Harp Helú, Enrique Gutiérrez / Gabriel Roux

El Estadio Alfredo Harp Helú tuvo retos muy grandes en su ejecución, relacionadas con el tiempo de construcción, el tipo de suelo, la fabricación y el montaje de las cubiertas, hasta la materialización fiel de ideas abstractas en realidades concretas.

“El Diamante de Fuego ejemplifica perfectamente el resultado exitoso en la creación de un espacio urbano y un edificio de trascendencia global con identidad nacional. Esto se refleja no solamente en su arquitectura, sino en la posibilidad de crear una experiencia deportiva integradora de componentes culturales, culinarios, sociales y artísticos”.

“El estadio de los Diablos Rojos representa para mí ese espacio a donde regreso para reencontrarme con el esfuerzo y la creatividad que exige llevar al límite un proyecto a través de la ruptura de paradigmas. Es un ejemplo de cómo un edificio es capaz de transformar un lugar y a su gente”, afirma González Pulido.

Un parteaguas en la edificación de escenarios dedicados al deporte profesional en México es lo que representa el Estadio Alfredo Harp Helú, tanto así que en sus primeros cinco años de existencia ha sido merecedor de varios premios nacionales e internacionales, además de un ícono en el paisaje urbano de la capital del país.

Frases destacadas:
“Al plantearnos el diseño del Estadio Alfredo Harp Helú, el reto consistió, por un lado, en desarrollar una estructura lo suficientemente inteligente y equipada para albergar un evento masivo con más de veinte mil personas a la vez; y por otro, en generar un espacio público de encuentro y pertenencia para los habitantes de la Ciudad de México”, señaló Alonso De Garay.

“Hoy, la cubierta en forma de tridente se ha vuelto uno de los símbolos representativos de los Diablos Rojos; la asistencia ha aumentado significativamente en comparación con los estadios anteriores; y la Ciudad de México ha abrazado el edificio como parte de su iconografía contemporánea”, concluyó Francisco González Pulido.


Materialización de una promesa: El Diamante de Fuego

Fotografías: Acervo del Estadio Alfredo Harp Helú, Enrique Gutiérrez / Gabriel Roux

Nuestro estadio es la materialización de la promesa realizada por don Alfredo Harp Helú de construir una casa propia para los Diablos Rojos del México y su afición; adicionalmente, es una gran contribución para la Ciudad de México y el país. El verdadero valor de este “diamante” y nuestro activo más importante es intangible: son más de ochenta años de hazañas y pasión.

Después de poco más de cincuenta años, el 23 de marzo de 2019, la Ciudad de México volvió a ver la inauguración de un estadio para eventos deportivos profesionales —Ciudad de los Deportes (1946), Olímpico Universitario (1952), Estadio Azteca (1966)— y, específicamente, uno dedicado al beisbol.

Como responsable de la operación y administración de este inmueble, con capacidad para 20 000 personas, tengo el privilegio de encabezar un equipo multidisciplinario que tiene como objetivo ofrecer la mejor experiencia a nuestros visitantes, así como mantener en las mejores condiciones posibles las instalaciones para la práctica del beisbol.

A cinco años de haberse inaugurado, hemos tenido diversos retos que han sido resueltos en equipo: la novedad propia del primer año de operación; la pandemia y las restricciones por salud; el regreso a la “nueva normalidad”; llenos totales en clásicos; los juegos de la MLB Mexico City Series; dar cabida a la selección mexicana de beisbol; la participación en la Fórmula 1 y ser la cara del Teletón, entre muchos otros.

Es precisamente en este marco de celebración del Diamante de Fuego que este inmueble recibe a los New York Yankees, el equipo más ganador, emblemático y popular de las Grandes Ligas del Beisbol (MLB).

Fotografías: Acervo del Estadio Alfredo Harp Helú, Enrique Gutiérrez / Gabriel Roux

Después de 56 años, el 24 y 25 de marzo del presente año, esta novena regresa a la Ciudad de México para disputar juegos de exhibición contra los Diablos Rojos del México. Son parte del trabajo diario la planeación a corto, mediano y largo plazo; la adaptación al cambio; la toma de decisiones ágiles y acertadas; la exigencia en infraestructura y servicios al estar en un estadio con nivel de Grandes Ligas para tener a punto la casa de un equipo grande como los Diablos Rojos.

Operar y administrar el Diamante de Fuego es un trabajo único, pues no solo hablamos de un escenario estrictamente deportivo, ya que, como nuevo hogar de los escarlatas, comprende componentes tan importantes como el histórico, el social y el artístico.

· Histórico, al ser heredero de la tradición de más de ochenta años de los Diablos Rojos del México, que jugaron previamente en el Parque Delta, Parque del Seguro Social, Foro Sol y Estadio Fray Nano.

·Social, debido a una propuesta de espacios sanos para la convivencia, la recreación y la integración al pensar en la promoción del deporte como catalizador del desarrollo individual y colectivo de las personas. Los mismos juegos de beisbol son vistos como crisol de emociones capaces de vincular familias, amistades y nuevos conocidos, todos al unísono ¡Beisbol! ¡Diablos! ¡México!

·Artístico, a partir de la colaboración de importantes artistas mexicanos con trayectorias, causas y obras con profundas raíces en su país y, además, con reconocimiento internacional. Francisco Toledo, Sergio Hernández, Amador Montes, Demián Flores y José Luis García, quienes dejaron, por medio de rejas, esculturas y murales, un legado indeleble de identidad, simbolismo y sentido de pertenencia para los visitantes.

El mismo diseño arquitectónico del estadio determina su personalidad, como muestra del talento mexicano y su alcance, para lograr identificar al proyecto como el más moderno de América Latina al nivel de otros inmuebles de las Grandes Ligas en Estados Unidos y Canadá.

Fotografías: Acervo del Estadio Alfredo Harp Helú, Enrique Gutiérrez / Gabriel Roux

En 2022 se nos presentó la oportunidad de responder al gran voto de confianza que otorgó el Consejo de Administración de Diablos Rojos y del Estadio para que, entre ambas organizaciones lideradas para este proyecto por Santiago Harp Grañén, se hiciera realidad la puesta en marcha del Museo Diablos Rojos, el cual, en dos años, ha recibido alrededor de siete mil visitantes.

Al igual que en su momento el Estadio Alfredo Harp Helú, el Museo de los Diablos recibió el apoyo de todas las organizaciones que complementan el gran círculo virtuoso logrado por don Alfredo y su familia. Es así como gracias a la Fundación Alfredo Harp Helú, el Museo de la Filatelia de Oaxaca, el Centro Cultural San Pablo, el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, la Academia de Beisbol de Oaxaca, entre otras instituciones, se llevó a término este proyecto con lo mejor de México para alcanzar una calidad de clase mundial.

Dentro de las novedades, nos dará mucho gusto recibir en 2025 al equipo femenil de los Diablos Rojos (softbol), ampliando así la oferta deportiva que tenemos en el inmueble.

Somos conscientes de que para mantener al Diamante de Fuego como un estadio de vanguardia a través del tiempo, se requiere del trabajo diario, la capacidad resolutiva, el compromiso con la excelencia y la vocación por el oficio que cada integrante del equipo desempeña.

Nos sentimos privilegiados y estamos muy agradecidos por la oportunidad y la confianza que nos otorgan, pues nuestra misión es estar a la altura que la nación escarlata y nuestro país merecen.


La revolución del beisbol

Fotografías: Acervo del Estadio Alfredo Harp Helú, Enrique Gutiérrez / Gabriel Roux

En el beisbol de México se han presentado muchos momentos que han marcado al Rey de los Deportes y el Estadio Alfredo Harp Helú es uno de los hechos que han causado una revolución en el beisbol desde el inicio de su construcción en 2014.

Hablar de este espacio es sin duda una de esas cosas que cambian tu vida, de esas que puedes contarles a tus nietos. Llegamos al autódromo Hermanos Rodríguez y vimos los campos de futbol, así como la pista de hockey sobre patines de ruedas que había en estos espacios, los cuales se convirtieron en esta obra monumental que la gente disfruta cuando viene a un juego de los Diablos Rojos. Eso es algo mágico, porque son cosas que no cualquiera puede vivir, son cosas que pasan una vez y muy pocos pueden experimentar.

Hay muchas anécdotas que narran grandes alegrías, pero también muchísimas otras que cuentan enormes preocupaciones. De inicio se estableció que el proyecto duraría un año y medio, sin embargo, fue muy distinto a otras obras y el trabajo se prolongó más de tres años. Desde el tema del cruce de la pista, ya que todavía no estaba el puente que hoy todos conocemos, hasta el increíblemente milimétrico trabajo de colocar los módulos del techo, hicieron de esta una labor compleja día con día.

Uno de los momentos relevantes de la construcción fue el techo. Se convirtió en una de las preocupaciones más grandes porque era algo que no se había hecho antes. Y el tema de la distancia entre la grúa que estaba en el centro del campo y el sitio donde se tenían que colocar los módulos provocó que cada una de las piezas requiriera una labor que necesitó muchas horas para realizarse con exactitud.

El terremoto de 2017 fue algo que complicó y provocó que el tiempo de construcción se alargara más de lo pensado, ya que si bien no hubo ningún tipo de daño a la estructura, sí repercutió en el ritmo de trabajo.

Y después de muchos momentos de esfuerzo, presión, estrés y análisis, don Alfredo Harp Helú dijo que ya no había más tiempo de espera y que la fecha para inaugurar el estadio sería el 23 de marzo de 2019.

Como sucede en un juego de beisbol, fue en el cierre de la obra cuando se vio el gran trabajo que hizoel equipo en todas sus áreas, una increíble labor colaborativa donde los constructores, la empresa que administraba y los Diablos trabajamos a marchas forzadas para tener todo listo, y así cumplir el sueño de don Alfredo y de miles de aficionados.

Ese día definitivamente tuve que pellizcarme para asegurarme de que lo que veía era realidad, porque fueron más de tres años de espera que culminaron en una obra monumental, la cual nos llevó a dar el siguiente paso: llenar el estadio. Llegó así el reto de operar el equipo, de crecer la afición, de cambiar todo lo que de alguna manera veíamos como áreas de oportunidad para poder llegar de la mejor manera a ese 2019.

Fotografías: Acervo del Estadio Alfredo Harp Helú, Enrique Gutiérrez / Gabriel Roux

Tras esa experiencia, el trabajo se enfocó en la operación de la nueva casa de los Diablos. Teníamos la misión de convertir esta hermosa obra en un hogar que pudiéramos llamar nuestro, y desde el juego con los Padres de San Diego empezó la revolución del beisbol.

Mucha gente dice que los resultados del Clásico Mundial fueron clave en el desarrollo de este deporte, pero tengo la certeza —que podría platicarla y debatirla— de que la verdadera razón por la que el fenómeno del beisbol mexicano detonó, fue este maravilloso estadio.

Llegó el momento de que el estadio tomara vida propia. Una vez que abrió sus puertas el reto fue otro, ahora debíamos lograr que los aficionados asistieran y para ello había que ofrecerles una experiencia que no solo se quedara en una primera visita, sino en sembrarles el deseo de querer regresar.

Este trabajo lo iniciamos desde el Estadio Fray Nano, pues, al llegar el equipo, la primera misión que don Alfredo Harp me dio fue llenar el recinto, ya que realmente el público era escaso. Y a pesar de que aún nos falta, logramos subir nuestro promedio de asistencia a 11000 personas por juego a más de 600000 en toda la temporada 2023.

El problema principal radicaba en cómo darle vitalidad a la infraestructura. Los arquitectos ya habían hecho su parte, ahora había que enfocarse en la afición. A principios de 2019 el estadio no era como lo conocemos ahora, para llegar a ello tuvimos que ir entendiéndolo a partir de todas las ventajas que la estructura nos ofrecía.

Actualmente contamos con un sistema de audio a la altura de los foros que ofrecen grandes conciertos; además, están las pantallas que nos permiten interactuar con el público a la vez que cumplimos con los socios comerciales; nuestra oferta culinaria es extraordinaria y combina de excelente forma con un equipo ganador. Así nos dimos cuenta de que teníamos como base toda una estructura para generar experiencias, que ha permitido que hoy por hoy la gente se refiera al Estadio Alfredo Harp Helú como uno de los lugares en donde mejor se disfruta de un juego.

Ahora que este parque cumple cinco años de vida, entendemos que la revolución que ha provocado Diablos Rojos para el beisbol en la Ciudad de México, sucedió después de que entendimos que la verdadera competencia no era con el futbol, el basquetbol o algún otro deporte, sino que nuestro objetivo era hacer que nuestros aficionados eligieran venir al estadio en lugar de ir al cine, quedarse en casa a ver una serie o salir a un centro comercial. Después de realizar y revisar varios estudios de mercado, comprendimos que la competencia eran los restaurantes, ya que los alimentos y las bebidas son un elemento crucial, por ello ideamos cómo combinar la experiencia deportiva con la culinaria.

Al día de hoy la gran variedad de opciones que tenemos permiten que los aficionados puedan decidir qué alimentos van a consumir, qué se les antoja. Por ejemplo, si decides ir a un restaurante italiano, la única opción que tienes es comida italiana, pero en el estadio los asistentes tienen un amplio abanico de posibilidades. Aquí todos pueden consumir el tipo de alimento que deseen y a veces lo difícil es elegir.

Fotografías: Acervo del Estadio Alfredo Harp Helú, Enrique Gutiérrez / Gabriel Roux

La experiencia Diablos también incluye el excelente entretenimiento proporcionado por un gran equipo encabezado por Eric Cruz, quien está a cargo de coordinar la operación de la pantalla, la música y la interacción con el público. Eric logró identificar lo que la gente estaba buscando como entretenimiento. Alguien me decía que es fácil hacer una playlist para un estadio, pero ninguna como la que se escucha durante los juegos de los Diablos Rojos; si a eso le sumamos la interacción, la emoción de la gente viéndose en las pantallas y la bienvenida que le dan a los jugadores, entonces se crea un gran espectáculo. Es como estar en Jurassic Park; al momento de llegar no imaginas lo que verás dentro.

Así es como el gran trabajo del equipo encabezado por don Alfredo Harp Helú y su hijo Santiago Harp Grañén, volvió realidad una obra monumental que llegó para transformar el significado de un espectáculo deportivo de primer nivel, en donde todo el público vive una gran experiencia desde su llegada, a lo largo de su estancia y hasta el momento en que salen del estadio.

El Estadio Alfredo Harp Helú y el equipo han vivido constantes adaptaciones y cambios gracias al trabajo de Santiago Harp Grañén, quien aporta la visión fresca de un joven que ama y sabe de beisbol. El tema de los uniformes y de las redes sociales se suman a esta experiencia, que se ha vuelto un fenómeno extraordinario para los fanáticos, el equipo de marketing, la prensa e incluso para aquellas personas que ni siquiera tienen gusto por el deporte, y que muchas veces llegan aquí para experimentar y disfrutar todo lo que este espacio les ofrece.

Si verbalizamos el efecto que han causado el Estadio Alfredo Harp Helú y los Diablos Rojos del México, puedo decir que hemos beisbolizado a los habitantes de la gran Ciudad de México, los hemos evangelizado en el beisbol y, les aseguro, sin temor a equivocarme, que más de la mitad de quienes ahora vienen al estadio son personas que hace cinco años decían que no iban al beisbol porque era muy aburrido. Hubo épocas en las que se regalaban boletos para que asistieran, y ahora hemos hecho una revolución que va por buen camino para seguir atrayendo a mucha más afición.


Juegos para recordar

De los cientos de juegos que se han celebrado en el Estadio Alfredo Harp Helú durante su primer lustro de historia, rescatamos algunos que ocupan un sitio especial en la memoria de la nueva catedral del Rey de los Deportes en México. El recuento se hace por orden cronológico.

23 de marzo del 2019
El Paraíso de los Diablos Rojos abrió sus puertas con el primero de dos encuentros entre los mejores prospectos de los Padres de San Diego y el equipo escarlata. Los visitantes se quedaron con el triunfo con pizarra de 11-2, timbrando cuatro veces en el cuarto inning.

Los escarlatas tuvieron el privilegio de anotar la primera carrera en los spikes de Armando Araiza, quien timbró con elevado sacrificio del cubano Adonis García. Arturo López fue el pícher encargado de abrir el choque inaugural, como lo hiciera cuatro años antes en el Estadio Fray Nano.

Con los prospectos de San Diego hicieron el viaje ocho jugadores mexicanos: Brandon Valenzuela, Gilberto Vizcarra, Esteban Quiroz, Tirso Ornelas, Agustín Ruiz, Adrián Martínez, Andrés Muñoz y Efraín Contreras.

3 de abril del 2019
En el primer juego oficial de los Diablos Rojos del México en el Estadio Alfredo Harp Helú el club rojo consiguió su primera victoria superando 14-8 a los Tigres de Quintana Roo en la jornada inaugural de la temporada 2019.

Japhet Amador y Oswaldo Arcia provocaron la euforia de los seguidores escarlatas en la primera entrada al conectar cuadrangulares espalda con espalda y borrar una ventaja tempranera del equipo felino.

Tanto Amador como Arcia culminaron esa jornada con un par de home runs cada uno. Relevando a Matt Gage, Octavio Acosta se apuntó el triunfo en un encuentro que duró tres horas con 54 minutos. 20062 aficionados fueron testigos de ese éxito de la Pandilla Escarlata.

16 de junio del 2019
Ante el nacimiento del majestuoso Paraíso de los Diablos Rojos, la Liga Mexicana no podía perder la oportunidad de otorgar la sede del Juego de Estrellas a la Ciudad de México por primera vez en 18 años.

Ramiro Peña se proclamó como el “jugador más valioso” al batear 3 de 3 con una carrera impulsada en el triunfo de la Zona Norte 11-6 ante la Zona Sur.

La edición 87 del Clásico de media temporada sirvió como homenaje para el lanzador sonorense Francisco Campos, quien puso fin a su carrera con su décima quinta nominación al juego estelar y su décima apertura. El encuentro también sirvió para reconocer la trayectoria del umpire Humberto Lobito Saiz por cuatro décadas de servicio en la LMB.

10 de septiembre del 2019
En su primera serie de postemporada en su nuevo hogar, los Diablos Rojos estuvieron a tres outs de quedar eliminados a manos de los Tigres de Quintana Roo, pero con tres outs de vida provocaron el festejo más estruendoso que se ha registrado hasta ahora en el Diamante de Fuego.

En el sexto juego del primer playoff el equipo felino atacó temprano con un par de carreras y agregó otras dos en la segunda para llevar una delantera de 4 a 1 en el último inning.

Con una fe inquebrantable y ejecutan do un plan de ataque prácticamente perfecto, los Rojos se fueron acercando poco a poco hasta colocarse a una carrera de diferencia. Bases por bolas a Juan Carlos Gamboa y a Brandon Phillips, así como un sencillo productor de dos anotaciones de Jesús Fabela llevaron a home a Carlos Figueroa para su cita con la historia.

Fabela representaba el empate, la pizarra marcaba dos outs y Figueroa no esperó más: conectó el primer lanzamiento de Juan Noriega desatando la locura. La pelota cayó lentamente con gran colocación entre el jardín central y el derecho, dando tiempo para que Chuyito completara su carrera hasta el pentágono desde la primera colchoneta con la igualada; presionado por la velocidad de Figui, el jardinero central visitante no pudo levantar la pelota con limpieza y su tiro al plato fue impreciso, lo que Figueroa aprovechó para completar la vuelta al cuadro en tiempo récord, con la carrera de uno de los triunfos más sorprendentes de todos los tiempos.

La victoria igualó el compromiso y el México volvió a vencer al día siguiente para colocarse en la final de la Zona Sur.

12 de diciembre del 2020
La pandemia que paralizó al mundo en el 2020 atacó severamente a la Liga Mexicana de Beisbol, obligando a suspender la temporada por primera vez en 95 años, aunque para los Diablos Rojos del México y Guerreros de Oaxaca se convirtió en la oportunidad para que los alumnos de la Academia Alfredo Harp Helú continuaran con su desarrollo.

Con la integración de cuatro equipos y las más rigurosas medidas de seguridad, los jóvenes prospectos mostraron sus habilidades durante un mes jugando a puertas cerradas, pero realizando transmisiones vía streaming de cada uno de sus encuentros.

En el duelo final, el equipo Nelson Barrera logró imponerse a la novena Alfredo Ortiz, cerrando una competencia que evitó que el 2020 se quedara sin actividad en el Diamante.

Los conjuntos Daniel Fernández y José Luis Borrego Sandoval completaron la plantilla de equipos participantes. Ambas novenas fueron dirigidas por el personaje que representaban.

19 y 20 de junio del 2021
Con dos juegos amistosos ante República Dominicana y Venezuela, la Selección Preolímpica cerró su preparación en territorio nacional rumbo a su participación en Tokio 2020.

En la búsqueda por definir el roster definitivo, el Estadio Alfredo Harp Helú brindó toda clase de facilidades al equipo mexicano, empezando por su concentración para la primera aparición de un equipo tricolor representante en los Juegos Olímpicos.

México fue superado por República Dominicana 15-4 en el primer duelo, mientras que en el segundo superó a Venezuela 4-3, en un choque muy emocionante.

29 y 30 de abril del 2023
La Ciudad de México vivió por primera vez la experiencia de las Grandes Ligas con la visita de los Padres de San Diego y los Gigantes de San Francisco en un fin de semana inolvidable en el Estadio Alfredo Harp Helú.

Con la presencia de los dos equipos californianos, la capital del país se unió a Monterrey como las únicas dos ciudades que han recibido juegos oficiales de beisbol en territorio mexicano.

Ante 19611 espectadores, ambos clubes provocaron la locura en el Paraíso de los Diablos con una ofensiva de once home runs, seis de ellos provenientes de la artillería de los Frailes, que actuaron como el equipo de casa, llevándose el triunfo 16 a 11.

Para el segundo choque, el picheo apareció y los Padres se despidieron con una victoria de 6-4 para obtener la marca de quince juegos ganados y catorce perdidos en la temporada.

Ambos juegos convocaron una asistencia de 39 244 aficionados en el Diamante de Fuego, garantizando una nueva visita de las Ligas Mayores para este 2024.


Archivo Histórico del Beisbol: preservando la memoria

Acervo del Estadio Alfredo Harp Helú.

Establecido originalmente con el carácter de Histórico, el Archivo del Beisbol nació en abril del 2004, por iniciativa del C. P. Alfredo Harp Helú, quien encomendó a Adabi de México la responsabilidad de estabilizar y conservar gran parte de la memoria visual en el ámbito deportivo nacional e internacional, dentro del rubro beisbolero. Su acervo, conformado por una extensa colección de imágenes en diversos soportes procedentes de distintas donaciones, representa una fuente de información invaluable e inagotable para investigadores, aficionados y público interesado en el también conocido como Rey de los Deportes.

Para la conformación del Archivo se ha convocado a especialistas y profesionales con el fin de ofrecer uno de los espacios en pro de la cultura y salvaguarda del patrimonio histórico-deportivo único en su tipo.

El Archivo está en vías de ser un espacio abierto a la consulta pública, cuenta con aproximadamente 228 507 imágenes, ciento veinte mil negativos, así como un acervo material, bibliográfico, hemerográfico y audiovisual que ha sido solicitado para uso ilustrativo por parte de la Liga Mexicana de Beisbol, la Organización Club Diablos Rojos del México, medios de comunicación y otros autores.

El objetivo es difundir la memoria visual y documental del beisbol mexicano y el de las Grandes Ligas, principalmente en México, a partir de una perspectiva que consiste en realizar un recorrido desde el material más antiguo, con imágenes y documentos que datan de 1884 y hablan acerca de peloteros legendarios, cronistas, porras, artistas, cómicos e instantes inmortales, que hacen referencia al también llamado Deporte de las Inteligencias.

La historia comenzó en 2004, cuando, en cajas de cartón y en un estado de conservación inapropiado, el material fotográfico ingresó a la primera sede del Archivo, situada en Avenida Cuauhtémoc 451, despacho 108, colonia Narvarte.

A esto se añade que el equipo dispuesto para la estabilización de la eventual colección inicialmente no contaba con el mobiliario adecuado para un desempeño óptimo. Así que, desde el piso del despacho 108, inició la limpieza y separación de las fotografías, la cual condujo a la configuración de un cuadro de clasificación conforme se fueron definiendo las subseries que establecerían las secciones que integran hasta ahora la parte medular del Archivo, es decir, el acervo fotográfico.

El proceso de estabilización consistió en limpiar cada una de las imágenes para, en seguida, asignarles un número consecutivo al reverso y posteriormente introducirlas en guardas de polipropileno, a las cuales se les colocaba una etiqueta con su identificación de acuerdo con la serie y subserie correspondiente.

Luego de tres años y medio en la señalada primera sede, la necesidad de un nuevo espacio demandado por el desarrollo de la primera etapa —es decir, el proceso de estabilización y la conformación de la Colección Fotográfica del Beisbol Alfredo Harp Helú—, el material fue trasladado en junio del 2007 al inmueble ubicado en Cerro Juvencia núm. 49, colonia Campestre Churubusco, donde permaneció hasta el año 2015. Posteriormente, se llevarían a cabo tres mudanzas más: una hacia la sede de Avenida Plutarco Elías Calles núm. 981, colonia Iztaccíhuatl; después, en 2017, se trasladaría al inmueble situado en la calle Praga núm. 19, colonia Juárez; finalmente, llegaría al Estadio Alfredo Harp Helú en el mes de junio de 2022, como repositorio y complemento del Museo Diablos, donde se expone lo más representativo de la historia del equipo escarlata.

Actualmente, la Colección Fotográfica del Beisbol cuenta no solo con un acervo bibliográfico, sino también con publicaciones diversas entre las que podemos encontrar, por mencionar algunas, calendarios y postales que dan forma y enriquecen esa historia.

Se trata de un acervo que comprende una de las compilaciones más representativas de la pelota mexicana, con el firme propósito de difundir dicho legado, cuyo objetivo es fungir como guía al público para conocer la historia y actualidad de nuestro deporte rey, siendo referencia obligada para cualquier fanático e investigador ávido de noticias sobre beisbol nacional e internacional.


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