SOBRE LA PALABRA ALCAHUETE EN EL ESPAÑOL DE OAXACA

Todos conocemos el significado común de la palabra alcahuete. Según la Real Academia de la Lengua Española es la “persona que concierta, encubre o facilita una relación amorosa, generalmente ilícita”. Viene del árabe andalusí alqawwád ‘el mensajero [esp. de amor]’, y pasó al español antes del siglo XIII.

En los Valles Centrales de Oaxaca, la misma palabra también se usa para designar el palito con el que removemos el chocolateatole. Y aunque hoy en día el uso de este utensilio ya no es tan común y los alcahuetes se han convertido más bien en “separadores de libros” para los turistas —de una forma más delgada y con el animalito en su cima pintado de colores— siguen elaborándose en cantidades limitadas por artesanos y artesanas de Santa Ceclia Jalieza para bodas y otras ocasiones tradicionales en los pueblos de esta región.

Pero ¿qué tiene que ver el primer significado con el segundo? ¡Pues nada! Se trata, efectivamente, de la misma palabra, aunque con dos raíces muy distintas, ambas no-ibéricas. En el caso de nuestra varita, las personas hablantes del español de Oaxaca tomaron prestado del náhuatl la palabra alquahuitl ‘el palito para [remover] bebidas’ (con retención de la l del absolutivo, común en Oaxaca). Sonidos casi idénticos con significados y orígenes diferentes.

Fiesta de la Natividad en Teotitlán del Valle.
Fotografía: Elena Marini, 2016.

Entre otros autores, el fraile Bernardino de Sahagún lo registró en su enciclopedia de la cultura náhuatl del siglo XVI. En la versión en español, dice: “Luego venian, los que siruian de cacaos: y ponian a cada vno, vna xicara de cacao, y a cada vno le ponian su palillo, que llaman aquavitl” (en este caso sin retención de la l). Pero un detalle: como préstamo con este segundo significado existe solo en los Valles Centrales de Oaxaca.


La Literatura Infantil y Juvenil en la ecología digital: Un camino por andar

En esta era virtual, las nuevas generaciones encuentran amplias y diversas ecologías digitales, con una oferta cultural muy dinámica y de amplia especialización. Los hábitos de consumo dentro de las nuevas industrias culturales han provocado una evolución y han hecho surgir a los “prosumidores”, es decir, los públicos que no solo consumen contenidos, sino que también se hacen creadores, sobre todo gracias a una tecnología que se ha vuelto mucho más amigable y accesible.

Este fenómeno ha provocado disrupciones importantes en la manera de entender la comunicación digital, pero, al mismo tiempo, abre puertas y nuevas oportunidades para que proyectos con objetivos claros permitan interactuar de formas mucho más precisas con la comunidad. En ese mismo contexto, el Programa Seguimos Leyendo de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, en colaboración con el canal de divulgación digital FenomenalMente, desarrollaron el proyecto #SoyBooktuber, que tuvo una respuesta importante en la comunidad juvenil.

El objetivo de este taller fue generar un espacio para la formación de jóvenes divulgadores digitales de la literatura y fomentar sus habilidades de escritura, redacción, locución y conducción para crear contenido de valor, es decir, materiales audiovisuales que se compartirán próximamente en las redes sociales del programa —Facebook, Twitter, WhatsApp— y en la página web de Seguimos Leyendo.

La idea de este proyecto surgió del deseo de que un grupo de chicos y chicas puedan contagiar a sus similares el hábito de la lectura por medio de sus interesantes y amenas recomendaciones, utilizando mensajes creados por ellos mismos y surgidos de su propia experiencia lectora. El producto final son ocho videos diseñados específicamente para redes sociales, en donde Leonardo, Nataly, Ariadna, Mayrin, Ángel, Clara Fernanda, Sofía y Zayetzi, integrantes del taller, nos comparten una reseña de la obra que han leído, así como los nombres de los autores; sobre todo, nos hablan de la emoción que les provocó dar lectura a esos libros.

La experiencia fue muy enriquecedora, ya que quienes participaron pudieron entender el proceso de creación de los contenidos digitales y lograron valorar el trabajo que hay detrás de un proyecto de esta naturaleza; asimismo, la emoción de participar en la creación de mensajes para las redes sociales, con un fin realmente social, representó una alegría extra para ellos. Para cerrar esta primera fase se realizará la presentación de estos materiales en un evento formal al que puedan asistir las familias de los participantes, invitados especiales cercanos a la Literatura Infantil y Juvenil y los medios de comunicación local.

Finalmente, se buscará que más jóvenes se unan al proyecto en un futuro próximo y que, poco a poco, la comunidad lectora de estas edades del estado interactúe de manera más activa, pues todos los que participamos en esta labor soñamos con que cada día más personas disfruten de la lectura y se permitan entender el mundo de una mejor forma, llenándose de las virtudes que solo los libros son capaces de regalarnos.


El Fondo Personal Margarita Peña Muñoz

El pasado 4 de septiembre, Federico Campbell Peña entregó en donación a la Biblioteca Nacional el Fondo Personal Margarita Peña. En la UNAM, este fondo quedará a disposición de los interesados en la vida y obra de la doctora Peña. Los documentos fueron organizados e inventariados por Adabi entre 2020-2021, por lo que el acto de entrega se llevó a cabo en las instalaciones de la asociación.

Los documentos generados a lo largo de la vida de un individuo, organizados archivísticamente y dispuestos para su consulta, ofrecen la oportunidad de adentrarse en su carrera y en los elementos más distintivos de su personalidad. En este contexto, el Fondo Personal Margarita Peña nos permite acercarnos a la vida y obra de esta notable académica, investigadora y escritora mexicana.

Una sucesión de viajes y estancias académicas, años dedicados al estudio de la literatura mexicana, la escritura creativa, la crónica periodística y la poesía; más de 50 años de la vida de una mujer consagrados a la investigación, a hilar, atar y soltar cabos de temas —tan diversos como interesantes— en archivos y bibliotecas de México y el extranjero; la vocación de una maestra verdaderamente comprometida con la formación de sus alumnos, en el aula y fuera de ella: esto es lo que el Fondo Personal Margarita Peña resguarda.

En 2021 llegaron a las instalaciones de Adabi, junto con muchas cajas, las maletas de la Dra. Peña; esas mismas maletas que la acompañaron en sus innumerables travesías, pero no contenían ropa ni los artículos personales que suelen acompañar a los viajeros. Dentro venían documentos que la doctora produjo durante su vida, en el desarrollo de sus actividades. Los papeles corresponden a 81 años de su trayectoria personal y profesional y es esta historia de vida la que da origen a las secciones y series que integran el fondo.

En la Sección Personal se clasificaron los documentos relativos a las actividades particulares de la Dra. Peña. Su contenido lo podemos conocer por el nombre de sus series: Afiliaciones, Correspondencia, Crítica, Documentos personales, Entrevistas, Escritos, Estudios, Eventos y Homenajes póstumos.

La siguiente sección documental se llama “Docencia”. En este apartado se conservan los documentos producidos a partir de la vocación de la doctora por la enseñanza en el país y en el extranjero. Por casi 50 años fue docente de la UNAM, desde sus inicios en el Centro de Estudios Literarios, hasta los años en la Facultad de Filosofía y Letras, actividad que la llevó a recibir el título de profesora emérita en 2017.

La sección denominada “Investigación” revela en su extenso volumen esta actividad desarrollada en México y en el extranjero, que nutrió y fundamentó las otras dos facetas de su trabajo: la docencia y la escritura.

La última sección es Obra, la cual se divide en series documentales según su título; así, tenemos expedientes alrededor de las publicaciones más importantes de la doctora. Entre estos se encuentran los trabajos dedicados a Juan Ruiz de Alarcón, de quien fue una especialista y sin duda una de las mejores biógrafas del dramaturgo taxqueño. Otros expedientes hablan de publicaciones sobre literatura novohispana y del Siglo de Oro, desde los autores consagrados, hasta los escritores “de ocasión” y poco estudiados, de quienes tan solo tenemos noticia gracias a documentos rescatados de archivos y bibliotecas.

Por último, el fondo personal cuenta con cuatro anexos y material que no constituye propiamente documentación de archivo, no obstante, ayuda a entender su contexto y aporta información adicional al contenido.

El primer anexo es la Biblioteca adjunta en la que se conserva reunida la obra editada de la Dra. Peña. El segundo anexo es Publicaciones periódicas, que contiene textos publicados en periódicos y revistas. Otro anexo es Bibliografía especializada, este apartado reúne material que no es de la autoría de la doctora, pero que usó para sus investigaciones y textos: literatura, rescate documental, teatro, etcétera.

El último anexo es uno de los grandes valores que resguarda el Fondo Personal Margarita Peña, se trata de la Colección Documental, integrada por microfilmes y copias de documentos recolectados durante sus múltiples viajes en diferentes bibliotecas y archivos de México y el extranjero.

Esta colección es una fuente documental importante para quien siga los pasos de la doctora Peña en su esfuerzo por recuperar expresiones literarias acalladas en el pasado, mediante el estudio y difusión de autores y obras desconocidas.

Si bien físicamente la doctora nos hace falta desde 2018, creemos que, mediante su Fondo Personal es posible mantener viva la memoria de la escritora, la investigadora y la maestra. En la medida en que los documentos de su archivo personal se estudien y profundicen, y que sus hallazgos sigan inspirando a otros a investigar y a dar a conocer expresiones literarias, Margarita Peña permanecerá entre nosotros.


Reflejos del Istmo: Mujeres en filatelia y arte

Tarjeta postal, Mural de Bárbara Mejer, 1999, México. Colección: Mufi.

¡Qué belleza irradias!
La de los ojos negros, la de la piel morena
rodeada de flores

Continuando con la conmemoración de su vigésimo quinto aniversario, el Museo de la Filatelia de Oaxaca tiene el placer de presentar la exposición “Reflejos del Istmo: Mujeres en filatelia y arte”, un homenaje a las mujeres del Istmo de Tehuantepec. No es coincidencia que el timbre de dos centavos de la emisión regular con la imagen de una tehuana —emitido entre 1934 y 1950— sea el emblema del Museo.

Este timbre forma parte de una serie de 15 estampillas postales realizadas en grabado que muestran imágenes representativas del México posrevolucionario.

Las mujeres oaxaqueñas han desempeñado papeles fundamentales en la cultura, la economía y las tradiciones, lo que las ha convertido en uno de los símbolos distintivos de la sociedad de este estado. La región del Istmo de Tehuantepec, por ejemplo, es reconocida por su rica cultura y tradiciones y, en particular, por sus mujeres, quienes han sido el centro de atención debido a su belleza, fuerza y resiliencia. En una zona donde se entrelazan las culturas huaves, mixes, zapotecas, zoques y chontales, las mujeres han desempeñado un papel esencial en la preservación y promoción de las costumbres y tradiciones de su comunidad.

Estas mujeres son célebres por su destreza en la confección de huipiles, enaguas y blusas bordadas. De igual manera son reconocidas por su visión empresarial y su activismo político, además de su contribución a la música, la danza, la poesía, el cine y las artes plásticas. De igual manera, las mujeres de esta región han liderado la lucha por la igualdad de género y la defensa de sus derechos, desafiando los roles tradicionales de género y trabajando por la igualdad en el hogar y en la sociedad.

La exposición “Reflejos del Istmo: Mujeres en filatelia y arte” establece un diálogo entre elementos filatélicos, como timbres, planillas, sobres y postales, y las obras de arte de destacados artistas que han plasmado la imagen de la mujer istmeña en su obra. Estas representaciones nos muestran a la mujer del Istmo en diversas facetas, desde lo exótico y místico hasta lo local y nacional, sirviendo como símbolo y estereotipo, siendo un tema y una fuente de inspiración. También profundiza en las oportunidades que el arte ofrece para explorar la belleza y los discursos que han moldeado la imagen de las mujeres de esta región, dando pie a perspectivas plásticas vigentes e innovadoras que enriquecen y generan nuevas y amplias miradas, alejadas de las aproximaciones del pasado que perpetraron las formas de colonización y violencia.

Tarjeta postal, Nativa tehuana – Cd. Ixtepec, Oax., s/f. Colección: Mufi.

Las piezas de Ana Hernández, Demian Flores, Francisco Toledo, Shinzaburo Takeda, Graciela Iturbide, Francisco Ramos, Sótera Cruz y Argelia Matus que integran la muestra, nacen de la tierra y las raíces alimentadas por los sueños y reflejan la estética de la vida ritual y cotidiana. Las y los artistas se inspiran en la memoria y la sabiduría ancestral, manteniendo un enfoque y significado profundamente contemporáneos.

Al compás cadencioso de La Sandunga y La Paulina, entre el laberinto de flores bordadas y figuras de cadenilla, las istmeñas se reúnen en el Mufi. Esperamos que, al apreciar cada pieza, cada detalle, encuentres las poderosas historias que celebran la diversidad, la belleza y la fortaleza arraigadas en las experiencias de estas mujeres.

Extendemos nuestro agradecimiento a cada artista que forma parte de esta exposición y al Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca por su valiosa colaboración en su realización: su contribución ha enriquecido enormemente la experiencia que compartimos con nuestros visitantes.


La pasión colectiva por el beisbol

Fotografía: Enrique Gutiérrez.

El Museo Diablos se anotó otro home run en el 2023 con la exposición “Segundo inning, la fiesta del beisbol”, localizada en la sala temporal A, misma que durante el primer año de vida del recinto escarlata alojó una gran parte de la colección beisbolera del maestro oaxaqueño Francisco Toledo.

Con un roster de 26 extraordinarios artistas mexicanos, la renovación de la sala cumplió con el propósito de mantener el aroma del Rey de los Deportes en cada centímetro de sus paredes, pero sin descuidar la intención de maravillar a los visitantes con la magia de cada uno de los participantes en la muestra.

“Segundo inning, la fiesta del beisbol” nació como una oportunidad de demostrar, local e internacionalmente, que el deporte y el arte van de la mano, y que en el Estadio Alfredo Harp Helú conviven de manera única en el mundo. El Museo Diablos no podía ser ajeno a la celebración de la LMB, Mexico City Series 2023, donde se enfrentaron los Gigantes de San Francisco a los Padres de San Diego el sábado 29 y domingo 30 del pasado mes de abril, encuentro que atrajo a un gran número de aficionados de diferentes partes de nuestro país, Estados Unidos y Canadá, siendo la primera vez que la Ciudad de México era sede de juegos oficiales de las Grandes Ligas, un evento que había sido esperado desde hacía muchos años.

Nuestro line up de lujo no falló y cada artista puso su mayor esfuerzo para llevarse la victoria. A continuación, se narran algunos de los mejores momentos del encuentro. Para recibirnos está nuestro Gran Pitcher, obra inédita del maestro Amador Montes, quien desde una lomita de pelotas le hace un lanzamiento a nuestro Bateador con máscara de diablo, pieza de Víctor Vázquez hecha de barro precocido de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca. Como testigo de esta jugada se encuentra el Juego de Pelota, de Demián Flores, que conjunta este juego mesoamericano con el contemporáneo en una magnífica obra realizada con hoja de oro y plata.

A unos pasos podemos encontrar, mirando desde lo alto, una pequeña parte de la gran colección Diablos, de Alejandro Vera, que nos transporta a las fiestas patronales de Juxtlahuaca, donde los Diablos pueden tomar cualquier forma y escala porque, en palabras del autor, “Al diablo nadie lo conoce”.

Una parte vital de esta fiesta es el “Grand Slam del Arte Beisbol Filatélico”. Desde que el Museo de la Filatelia de Oaxaca abrió sus puertas —en 1998—, con el propósito de conservar, exhibir y difundir el coleccionismo de estampillas postales, y en la búsqueda constante de preservar la filatelia en nuestros días mediante exposiciones permanentes, temporales e itinerantes, ha generado proyectos en conjunto con prestigiosas instituciones académicas y culturales. También ha logrado sinergias con pequeños grupos, colectivos y, por supuesto, destacados filatelistas y asociaciones filatélicas nacionales e internacionales que ven en el Mufi el espacio ideal para exhibir sus obras y colecciones dirigidas a distintos públicos. “Grand Slam” es una exposición que surgió como un proyecto colaborativo entre los Diablos Rojos del México, los Guerreros de Oaxaca y la Academia de Beisbol Alfredo Harp Helú.

La idea de este proyecto surgió al observar que los bates y las pelotas, que se encontraban en desuso debido al desgaste, eran objetos olvidados por los jugadores de los Diablos Rojos, los Guerreros de Oaxaca y los alumnos de la Academia. Lo anterior dio pie a la idea de que merecían ser recuperados y reutilizados, aunque ya no para el juego, sino como soportes para ser intervenidos por artistas visuales. La geometría de un cuadrangular, representado en un diseño sobrio de un timbre postal, impreso en negro y en papel de algodón, además del bate y la pelota, fueron proporcionados a cada artista para que intervinieran el gráfico y los objetos con técnica libre, enfatizando el tema beisbolero y el arte postal.

Nuestro gran cierre es “No existen los quizás en el beisbol”, una muestra del amor que siente Demián Flores por el beisbol y el arte, junto a uno de los cómplices que ha encontrado en el camino: Eduardo Roca Salazar, Choco, con quien trabaja una serie llamada “Al alimón”, en la que casi podemos escuchar el golpe al bat de las jugadas plasmadas. También se exhiben serigrafías, ilustraciones, gorras bordadas con frases icónicas de Pedro el mago Septién y una maravillosa colección de bats ingeniosamente intervenidos con la que, mediante luces y sombras, se puede soñar con las infinitas posibilidades que pueden existir en un diamante.

Finalmente, tenemos la pieza con la que inició la relación de Flores con la familia Harp Grañén. Se trata de una postal donde el maestro Francisco Toledo recomienda a su pupilo para ser incluido en el libro Vivir y morir jugando beisbol, de don Alfredo Harp.

Aunque en el beisbol no hay nada escrito, esperamos estar haciendo historia al ser el primer museo que cuenta con una exhibición tan rica en técnicas, perspectivas y sentires de distintos artistas con los que nos une la pasión por los Diablos Rojos del México y el beisbol.


EN MEMORIA DEL PROFESOR JUAN VÁSQUEZ GUZMÁN (TRIQUI DE CHICAHUAXTLA)

El jueves 31 de agosto nos despedimos del profesor Juan Vásquez Guzmán (1962- 2023), originario de San Andrés Chicahuaxtla. Su infancia no fue fácil, pero gracias a su tenacidad obtuvo su licenciatura y se convirtió en maestro, ingresando al magisterio en 1980. Antes de jubilarse, hace una década, fue director de la escuela primaria de su comunidad. Paralelamente a esta carrera, cumplió con todos sus cargos comunitarios llegando a ser reconocido como parte de “los caracterizados” de Chicahuaxtla, siendo agente municipal en el año 2004; hasta el momento de su deceso, ostentaba un lugar en el equipo del Comisariado de Bienes Comunales.

También fue una figura importante en la defensa de la lengua y cultura triqui. Desde su ingreso al magisterio participó en actividades culturales y lingüísticas; junto con el profesor Fausto Sandoval Cruz hizo aportaciones para los contenidos de los libros de texto en triqui impresos en 1993, así como en la creación de videos para el cuidado del medio ambiente y la salud en el mismo año.

En 2007, estando comisionado en la zona escolar impulsó, junto con otros maestros, la estandarización de la ortografía triqui, ya que los escritores usaban diferentes formas de escritura. Por ejemplo, algunos de ellos para escribir la palabra sol usaban la diéresis en la “u” (güi), como en español; otros evitaban su uso (gui) y algunos más utilizaban la “w” (wi). En 2008 impulsó también un taller para la creación de neologismos, y participacipó en el doblaje del documental Una verdad incómoda, una película que habla sobre el cambio climático. Como pensador y autoridad, le tocó hacer el doblaje de Al Gore (proyecto con la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca). Fue asesor de otras iniciativas de la FAHHO, como la exposición “Hilarión, memorias de un héroe triqui” (proyecto de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova), de trabajos de tesis y de documentación lingüística. A diferencia de tantos otros activistas lingüísticos, él dio el ejemplo en su propia casa, asegurándose de que el triqui fuera la primera lengua de sus hijos.

También fue músico, y al ser docente de profesión utilizó este arte como un medio para promover la lengua triqui. Tocaba la guitarra con la afinación triqui, que involucra múltiples primeras cuerdas. Escribió varias melodías en su lengua y las dio a conocer, siendo vocalista del grupo musical Montaña Triqui. El profesor Juan Vásquez fue un ejemplo para su familia, pueblo y compañeros de vivir en comunidad.


Rostros de arte y color: ¡El MIO llega a la Mixteca!

Han pasado ya once años desde que, de la mano de autoridades y ciudadanos, la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca emprendió un proyecto extraordinario: la restauración de la antigua casa de visita de San Miguel Tixá. Dicho inmueble forma parte de un conjunto arquitectónico del siglo XVI que exhibía un grado muy severo de deterioro después de décadas de abandono. A pesar de que Tixá, como tantos otros pueblos de la Mixteca oaxaqueña, es una pequeña villa, resguarda también en sus espacios un elocuente testimonio de varios siglos de vida comunitaria, así como de un capítulo irremplazable de la historia de la evangelización en Oaxaca.

Es natural, entonces, que nos cause tanta alegría entregar a San Miguel Tixá otra sección plenamente rehabilitada de su casa de visita. En esta etapa del proyecto se consolidaron muros, se liberaron agregados, se abrieron vanos tapiados, se colocaron nuevos pisos y se recuperó el sistema original de la cubierta. Por primera vez en mucho tiempo, la comunidad podrá habitar y mostrar con orgullo este elemento tan importante de su patrimonio edificado. Sin embargo, el trabajo apenas comienza.

Una dimensión crucial —aunque frecuentemente desatendida— de todo proyecto integral de puesta en valor del patrimonio, es la apropiación comunitaria. Solo hace falta detenernos a observar casi cualquier edificio histórico en estado ruinoso para notar que, antes del deterioro de sus elementos materiales, acaeció un deterioro en su función social. Poco importan las cualidades o significados que se le atribuyan al inmueble. Salvo contadas excepciones, los únicos edificios que logran mantenerse en buen estado a lo largo del tiempo son aquellos que resultan significativos para las personas en el presente.

Dotar a la casa de visita de un uso que los habitantes encuentren relevante y provechoso es la única vía para garantizar su conservación a largo plazo. No obstante, tampoco basta con destinarla a la atención de cualquier necesidad comunitaria. A fin de cuentas, por tratarse de un espacio de carácter patrimonial es necesario buscar que su nuevo uso fortalezca, en quienes lo habiten, la capacidad de evocar preguntas sobre su identidad, memoria, presente y proyectos a futuro. En eso que conocemos como “apropiación comunitaria del espacio” consiste el siguiente desafío en el que la FAHHO acompañará a las personas de San Miguel Tixá.

“Rostros de arte y color” es la exposición didáctica del Museo Infantil de Oaxaca en Tixá. Como en ocasiones anteriores, recurriremos a la inspiración de los grandes maestros de la plástica oaxaqueña para propiciar encuentros significativos entre la niñez y el patrimonio. En esta ocasión, la única diferencia es que el MIO saldrá de la estación y llevará sus piezas, talleres y experiencias hasta donde se encuentran las niñas y niños de la Mixteca.

Pretendemos que la exposición sirva de puente entre la realidad cotidiana de cada visitante y las historias de vida de tres artistas destacados de nuestro estado: Rodolfo Morales, Rufino Tamayo y Rodolfo Nieto. Nuestra intención es que las infancias descubran, por medio de las personas e historias que inspiraron a estos artistas, el potencial de las artes plásticas como un medio para su propia expresión, tanto individual como colectiva. Es por ello que cada uno de los tres espacios de la exposición conjuga elementos museográficos tradicionales con estaciones interactivas de pintura, collage y grabado.

Gracias a “Rostros de arte y color”, las niñas y niños de Tixá disfrutarán de su primera exposición didáctica. Por su parte, sus madres, padres y abuelos también participarán del primer museo infantil en la historia de su pueblo. Después de todo, un principio rector de la exposición fue propiciar desde su diseño el desarrollo de capacidades al interior de la comunidad misma.

Este esquema de colaboración se manifiesta claramente en la distribución de tareas. Así, el Museo se hará cargo de la producción y de la impartición de los talleres mensuales, mientras que la agencia municipal aportará el trabajo de dos mediadores de sala, vecinos de Tixá, que ayudarán a cada visitante a realizar las actividades y a entender, desde su propio contexto, la vida de cada uno de los personajes.

Este es el camino que hemos trazado para acompañar a los habitantes de San Miguel Tixá en la recuperación de sus espacios patrimoniales. El inmueble está listo. Ahora, será el empeño y la creatividad de sus habitantes los que consigan restaurar su sitio en la vida comunitaria, y de esta manera abrirlo para que las infancias lo conozcan, transformen y cuiden.


Historias más allá de las palabras

En los libros hay mensajes e historias que no están codificados con signos alfabéticos. Los libros tienen su propia memoria y su trayectoria queda registrada de diversas maneras: algunas veces encontramos una flor, un separador, un sello, un pedazo de tela, la envoltura de alguna golosina, dibujos, una encuadernación peculiar, marcas en sus cantos, y muchas otras cosas extrañas que son huellas de sus antiguos poseedores y testigos de su circulación.

Los ex libris en estampa son de los testimonios más interesantes, algunos tan personales que muestran en pocos centímetros la ideología o intereses de sus propietarios. Cargados de simbolismo o con mensajes explícitos los hallamos, frecuentemente, compartiendo espacio con otros: a veces padres, hijos y nietos conviviendo en la misma guarda, la misma lectura.

El artista Francisco Quintanar, originario de la Ciudad de México, ha elegido el grabado como una de sus formas predilectas de expresión y ha dedicado una parte de su obra a los ex libris, mismos que ha elaborado en técnicas como la xilografía, el grabado en metal, el aguafuerte y la aguatinta. Quintanar nos brindó una conferencia relacionada con este tema en la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa, además de hacer una donación de setenta y cinco ex libris de su autoría para que formen parte de la colección.


Kyle Martin, el rey de cuadrangulares 2023 en la LMB

Kyle Martin en el Estadio de Beisbol Alfredo Harp Helú. Fotografía: Enrique Gutiérrez.

La temporada 2023 trajo otro récord importante para los Guerreros de Oaxaca: por primera vez en la historia del club se hizo acreedor al galardón de líder de cuadrangulares en todo el circuito veraniego, siendo el norteamericano Kyle Martin quien lo consiguió al conectar un total de 26 vuelacercas. Martin, quien disputó su segundo año con el equipo bélico y en la Liga Mexicana de Beisbol, se consagró como el pelotero con más cuadrangulares conectados este 2023. Para ser el primer jugador en la organización bélica en alcanzarlo, necesitó un total de 26 jugadas, logrando conectar el definitorio en su último turno al bat del año frente a los Tigres de Quintana Roo en el estadio Eduardo Vasconcelos, con lo que consiguió romper el empate en el liderato que mantenía con Aderlin Rodríguez, bateador dominicano que jugó para los Toros de Tijuana.

El equipo bélico fue el primer club donde Kyle Martin militó en la LMB, al haber llegado en 2022, siendo ese año una de sus mejores temporadas como pelotero profesional. Tan solo en 39 encuentros conectó un total de 18 cuadrangulares, 44 hits y produjo 47 compañeros a home plate, contando con un promedio de bateo de .364.

Este gran inicio de Martin hizo que Padres de San Diego lo firmara y llevara para militar en sucursales de ese club. En los últimos años, Guerreros ha contado con diferentes peloteros como líderes en varios departamentos, un ejemplo de ello se registra en 2021, cuando el joven Juan Carlos Camacho se consagró como Novato del Año, rango que, de la misma forma, conseguía por primera vez un pelotero de Guerreros.

En su historia, el equipo bélico también ha tenido a los siguientes peloteros como líderes en diferentes rubros:

Campeones de bateo:
2007 – Carlos Rivera .410
2011 – Bárbaro Cañizares .393

Carreras anotadas:
2002 – Lino Conell 102
2018.2 – Dustin Geiger 48
2019 – Alonzo Harris 131
Hits:
2000 – Óscar Azocar 185
2002 – Lino Conell 163
2018.2 – Yuniesky Betancourt 91
Hits dobles:
2002 – Lino Conell 45
2004 – Pedro Santana 29
2012 – Bárbaro Cañizares 36
2018.2 – Yuniesky Betancourt 22
Hits triples:
2010 – Eloy Gutiérrez 9
2014 – Alan Sánchez 8
Jonrones:
2023 – Kyle Martin 26
Carreras producidas:
1998 – Nelson Barrera 110


Florera bordada de perlas

Al sur de la ciudad de Oaxaca se encuentra Zaapeche, comunidad cuyo nombre significa ‘Nube donde se esconde el jaguar’ en la lengua originaria de los binnigula’sa’, ancestros zapotecos, hoy mejor conocida como San Bartolo Coyotepec. Este pueblo es reconocido a nivel internacional por la elaboración de alfarería de color negro, a la que se dedican sus habitantes desde hace cientos de años. En esta ocasión les hablaremos del trabajo del maestro del arte popular de Oaxaca José López Aragón quien, junto con su esposa, han creado la “Florera bordada de perlas”.

Para darle vida a la florera se recorre el siguiente camino: una vez que se ha extraído el barro, el maestro lo amasa de manera uniforme, lo que permitirá que tenga una buena consistencia a la hora de modelar la pieza. Lo primero que elabora con el barro son tiras que va colocando en un torno manual de madera, que previamente ha cubierto con barro en polvo para que la pieza no se pegue; luego, al tener “levantada la pieza” se forma la boca con un pedazo de cuero de res, detalle que ayuda a que esta parte de la florera sea lo más delgada posible. Para que la pieza gane consistencia se deja secar por un día. Posteriormente se procede a rasparla, por dentro y por fuera, con un pedazo de jícara, esto es para adelgazarla y estilizarla con más facilidad, si este procedimiento se hiciera desde el comienzo, no soportaría el peso y se caería.

Cuando la florera está delgada se comienza a bruñir con un cuarzo para que adquiera su característico acabado brilloso; cuando ya se ha bruñido toda la pieza, el maestro la perfora con un carrizo, después se concentra en los acabados y, finalmente, la cubre con un plástico para que se seque por completo y finalmente se procede a hornearla.

Quien se encarga de hacer las “perlas” es la maestra Modesta Gonzáles Ruiz. Con gran habilidad las elabora huecas y, al estar oreadas, las bruñe una por una. Por más de veinte días se elaboran entre 500 y 525 perlas que luego serán horneadas durante 12 horas. Cuando están listas se “bordan” en la florera con hilo negro: el resultado final es una pieza que tan solo con verla deseamos tener en nuestros hogares.

Al apreciar las grandes habilidades de las y los maestros comprobamos que, con el paso del tiempo, sus manos se han convertido en las principales herramientas con las que dan vida a sus piezas, en donde plasman sus años de aprendizaje y su legado como una herencia para las nuevas generaciones.

Te invitamos a conocer estas floreras bordadas de perlas en las salas de Andares del Arte Popular, ubicada en Avenida Independencia 1003, Oaxaca, Centro.


Curso-Taller de Cuantificación en Lenguas Naturales

Los hablantes de una lengua solemos decir cosas sobre individuos particulares (personas, cosas o lugares), pero también —muy frecuentemente— hacemos afirmaciones generales. Cuando decimos “algunas ardillas muerden” o “todas las ardillas viven en árboles”, no estamos diciendo algo sobre un individuo en específico, sino que aseveramos generalidades sobre el conjunto de las ardillas. A esto le llamamos cuantificar, y aunque el nombre suene a determinar la cantidad de cosas que cumplen con una propiedad, la cuantificación se puede entender como la manera en la que modulamos nuestras generalizaciones —pues no es lo mismo decir que algunas ardillas muerden a afirmar que todas lo hacen.

Todas las lenguas tienen expresiones especiales para modular sus generalizaciones. A estas, como “todos”, “alguna”, “varios” o “ninguno” en español, les llamamos “cuantificadores”. En lingüística, y particularmente en semántica, los cuantificadores han sido objeto de intenso estudio y se ha desarrollado toda un área de investigación en torno a sus características en lenguas bien conocidas, como el inglés. Pero en las que llamamos “subrepresentadas” —como las lenguas indígenas habladas en México o la Lengua de Señas Mexicana— estas nociones se han estudiado poco o casi nada. Y hay mucho que preguntarnos, por ejemplo: ¿Todas las lenguas tienen expresiones equivalentes para cuantificar? ¿Todas las lenguas tienen un cuantificador universal como “todos”? ¿Todas las lenguas pueden expresar cantidades numéricas (uno, dos, cien..)? ¿Todas las lenguas distinguen cantidades grandes (p.ej. muchos) de cantidades pequeñas (p. ej, poquitos) en su léxico?

Para contestar estas preguntas se requiere cierto entrenamiento y formación teórica. Así, del 26 de junio al 1 de julio de 2023, el Seminario de Semántica Descriptiva, en colaboración con la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova de la FAHHO y la Unidad de Extensión Académica de la UNAM en Oaxaca llevaron a cabo el Curso-Taller de Cuantificación en Lenguas Naturales. El curso fue impartido por tres profesores reconocidos en el área: Patricia Cabredo-Hofherr, del Centre National de la Recherche Scientifique (Francia), Scott AnderBois, de la Universidad Brown (EUA) y Justin Royer, de la Universidad de Berkeley (EUA). Además de los cursos impartidos por los profesores invitados, las y los participantes trabajaron diariamente en un taller en el que se buscaron y analizaron datos de distintas lenguas con base en lo aprendido en los cursos diarios.

Este curso contó con 41 participantes, considerando 3 profesores invitados, 8 organizadores y 30 estudiantes de lingüística —de licenciatura y posgrado—, la mayoría especializada en el estudio de alguna lengua indígena, y siete de ellos hablantes nativos de sus lenguas de estudio. En total, se analizaron los cuantificadores de 24 lenguas, que incluyen una o más variantes de amuzgo, chinanteco, cuicateco, ch’ol, matlatzinca, mazahua, mazateco, mixe, mixteco, nahuatl, otomí, purépecha, totonaco, triqui, wixárika, zoque y Lengua de Señas Mexicana (LSM). En las discusiones del taller fuimos viendo que no todas las lenguas expresan los mismos significados en sus cuantificadores, que algunas tienen cuantificadores especializados en la materia que cuantifican (por ejemplo, si son entidades líquidas), que otras usan la misma palabra para el universal todos y para expresar la cantidad muchos, y que diversas de estas lenguas marcan operaciones como la distribución directamente en sus numerales (como “de a uno / de a dos”, etc).

Como muestra de lo que se aprendió en este taller, los participantes preparan un documento que compila sus hallazgos y que se irá presentando en las sesiones mensuales del Seminario de Semántica Descriptiva organizado por investigadores de la UNAM (el Instituto de Investigaciones Filológicas, el de Investigaciones Antropológicas y la Facultad de Filosofía y Letras) y El Colegio de México. Este Curso Taller se realizó con el financiamiento del CONAHCYT (Ciencia de Frontera 11313) y el apoyo de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, de la Unidad de Extensión Académica de la UNAM en Oaxaca, el Posgrado en Lingüística de la UNAM y la Dirección General de Asuntos del Personal Académico de la UNAM.


EDITORIAL

En este número del Boletín Digital FAHHO compartimos con ustedes una nota de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova en la que Sebastián van Doesburg nos habla de la traducción de un interesante testamento originario del siglo XVI escrito en mixteco. Por su parte, Fabiola Monroy, de Adabi, nos reseña el Coloquio Internacional “La Importancia de los Archivos Judiciales como Fuentes Históricas”: les invitamos a leer y apreciar los documentos que acompañan esta nota.

Presentamos dos notas del Museo Textil de Oaxaca: la primera es de la autoría de Alejandro de Ávila y da continuidad a un conjunto de textos que se han convertido en una sección muy esperada: Arte Plumaria; la otra es de Hector Meneses, quien comenta la experiencia de las primeras emisiones de su ciclo de charlas “Con h de huipil”.

Elisa Garzón, desde Adabi Puebla, habla sobre el rescate y la organización de los archivos civiles y eclesiásticos de Pahuatlán. En otro punto, dos promotores culturales triquis, pertenecientes al Programa Seguimos Leyendo, nos hablan de su experiencia compartiendo, con muchas personas de su comunidad, lecturas y charlas en su lengua materna.

Jessica Santiago nos habla de la instalación “Trama de Luz”, de Fernando Aceves, en el Centro Cultural San Pablo, y Agustín Castillo, de los Diablos Rojos del México, dedica unas palabras sobre “Los uniformes artísticos” de los Guerreros de Oaxaca y los Diablos Rojos del México.

Del Museo de la Filatelia de Oaxaca compartimos dos notas: en una de ellas, María Fernández Harp nos describe ampliamente una colección de timbres muy particular y con un trasfondo histórico importante; mientras que, en la otra, Berza Remes, calígrafo, nos habla de las bondades de la escritura a mano y del impacto que esta ha tenido en su vida. Publicamos un texto de Aisha Cruz en el que reflexiona sobre las posibilidades de una mano que no aplaude sola y otro de Jessica Wozny sobre “Paliativo: Ahora que estás en perfecto streamline”, exposiciones de la Biblioteca Henestrosa.

Esperamos que disfruten nuestro trigésimo número digital y lo compartan con sus amistades. También les invitamos a consultar la Agenda FAHHO.


El Taller Lengua y Cultura Mixteca

Desde 1570, aproximadamente, las comunidades de la Mixteca Alta y Baja (pero, al parecer, no las de la Costa) comenzaron a usar las letras para escribir todo tipo de documentos en mixteco. A lo largo de dos siglos y medio los escribanos comunitarios produjeron miles —si no es que decenas de miles— de textos jurídico-administrativos, traducciones y cartas de correspondencia en su lengua.

La mayoría fue desechada, como suele ser el destino de la documentación administrativa en todo el mundo, sin embargo, una fracción de estos textos —alrededor de 400— quedó conservada en expedientes de archivos comunitarios, de los juzgados locales, de notarios de Oaxaca y del Archivo de la Audiencia Real (hoy Archivo General de la Nación). Al consumarse la independencia de México, esta tradición se interrumpió y la costumbre de escribir en mixteco se perdió.1

Aunque podemos identificar la publicación de la Doctrina christiana en lengva mixteca en 1567 y 1568 en las variedades del mixteco de Achiutla y Teposcolula, obra de fray Benito Hernández y su grupo de nobles conversos, como el inicio de esta tradición, muy pronto las letras y la ortografía desarrollada salieron del ámbito religioso y fueron usadas por los escribanos comunitarios para llevar la nueva administración comunitaria. Entre los documentos escritos en mixteco destacan los testamentos, pero también hay inventarios, actas de acuerdos, investigaciones, traducciones de mandamientos reales, libros de cuentas y varios tipos más.

Desde hace algunos años, la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, en colaboración con el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, trabaja en la localización, digitalización y el acceso digital de toda la documentación en el sitio Satnu: Repositorio Filológico Mesoamericano, próximamente disponible en un nuevo URL. A la vez, desde hace un tiempo, Michael Swanton y el autor de estas líneas trabajamos con un grupo de hablantes de mixteco de distintas comunidades en el análisis y la traducción de ciertos textos que destacan entre los demás.2

Antes de la pandemia, este grupo —bajo el nombre de Ñayevui yonanducu tnuhu sanaha— publicó el análisis y traducción de una averiguación previa escrita en mixteco, en 1602, acerca del caso de un anciano de Tamazulapan encontrado muerto en un temazcal.3

Entre los documentos más antiguos que sobreviven está el testamento que don Felipe de Saavedra dejó al morir en 1573. Está conservado en el Archivo Histórico del Poder Judicial de Oaxaca y es parte de los documentos virreinales en lenguas oaxaqueñas declarados Memoria del Mundo por UNESCO México en 2018. Por el lado de su abuela, don Felipe era el heredero del importante linaje gobernante de Tlaxiaco y Achiutla, y por el de su abuelo estaba emparentado con los gobernantes de Jaltepec. Don Felipe de Saavedra formaba parte de esa generación de señores y señoras mixtecos que vivió la dramática y profunda transformación en la vida mixteca que siguió a la invasión española. Así, a sus 29 años vio llegar a fray Benito Hernández, quien dio inicio a la presencia dominica en Tlaxiaco y, seis años más tarde, en 1558, en Achiutla. Esta fue una época de mucha violencia y destrucción cultural, pero también de grandes adaptaciones que permitieron a los mixtecos encontrar un nuevo camino en el contexto colonial. Entre la cantidad de novedades que llegaron estaban las letras, y así, al testar en 1573, don Felipe escribió su propio testamento en mixteco. Aparte de las fórmulas típicas de los testamentos de la época, don Felipe enumera algunos de los bienes muebles e inmuebles del señorío. El listado no está completo y solo menciona aquello sobre lo que pudiera existir alguna duda: terrenos obtenidos por trueque, algo de ganado y, muy interesante, una colección de joyas. Entre las piezas hay algunas de hechura tradicional, como un collar con tortuguitas —similar a los dos que están expuestos en la Sala de la Tumba 7 de Monte Albán— y otros que ya representan la nueva época, como las que tienen forma de un San Miguel y el escudo del emperador realizado en plata. También tenía libros, una caja de escribanía y unos anteojos; dejó todo a su hija.

La traducción de estos documentos es todo un desafío. No solamente porque la lengua mixteca y cada una de sus variedades han cambiado a lo largo de los últimos cuatro siglos y medio, sino también por las peculiaridades de la ortografía de la época y, aún más, por los grandes cambios en el léxico causado por la transformación en la sociedad mixteca. Para dar un solo ejemplo: los términos para la joyería de tipo prehispánico, que tanta fama les dio a los mixtecos antiguos tras el descubrimiento de la Tumba 7, se han perdido en su mayoría en el mixteco actual.

Traducir los textos de esos tiempos tan antiguos requiere de cierta preparación y conocimiento de los procesos históricos, tanto sociales, como lingüísticos, y un cierto grado de reconstrucción de la lengua antigua. Aunque, en realidad, esto no es tan distinto a lo que se requiere para leer un texto antiguo en español, como el Cantar de Mio Cid (sin la ortografía modernizada) o, mucho peor, del Beowulf en inglés antiguo.

Durante el taller de agosto de 2022 a junio de 2023 se transcribió, analizó y tradujo el testamento y en grupo se discutieron los distintos aspectos del texto. Algunos participantes de este taller dieron una ponencia sobre su trabajo en el noveno Congreso sobre Lenguas Otomangues y Vecinas el pasado abril. Posteriormente, se redactaron las partes contextuales: la lengua mixteca utilizada en el testamento, los antecedentes de don Felipe, datos de su vida y usos posteriores del testamento en ciertos conflictos por la tierra en la región de Tlaxiaco. Esperemos que pronto podamos dar a la imprenta esta segunda aportación del grupo Ñayevui yonanducu tnuhu sanaha, para abrir poco a poco esta herencia histórica y lingüística mixteca a los interesados en general y a los hablantes actuales del mixteco en particular.

1 Va más allá de este texto hablar de la causa de esta pérdida o de los actuales intentos de volver a escribir en mixteco, incluyendo la reciente publicación de la norma de escritura del mixteco (2022).

2 El grupo 2022-2023 estuvo integrado por (orden arbitrario) José Carlos Jiménez Hernández de San Antonio Nduayaco, Apoala; Ofelia Pineda Ortiz de El Jicaral, Coicoyán de las Flores; Juana Mendoza Ruiz de Alcozauca de Guerrero; Benito Sandoval Vásquez de San Esteban Atatlahuca; Alicia Guzmán Ortiz de San Miguel Progreso, Tlaxiaco; Cristian Omar Ortiz López de Guadalupe Buenavista, Yucuhiti, Tlaxiaco; Luz María Martínez Nicolás de Santiago Tetepec, Jamiltepec; Yaretzi Sagrario Marroquín Bautista de San Juan Mixtepec; Reynaldo López de la Paz de Santiago Jamiltepec; Antonia Cruz Salvador y Rosalba Pérez Bautista de Santa María Zacatepec; Elodia Ramírez Pérez de Santa María Peñoles (encargada de la logística de las reuniones); Hilarino Pérez López de Santiago Amoltepec y Marcela Rivera García, encargada del sitio Satnu.

3 Ñayevui yonanducu tnuhu sanaha [lit. ‘Personas que buscan las palabras antiguas’ en la extinta variedad de Teposcolula], “Una muerte en el temazcal: análisis y traducción de una averiguación de 1602 escrita en mixteco de Tamazaulapan”. En Filología mixteca. Estudios sobre textos virreinales (M. W. Swanton, coord.), pp. 127-186. UNAM, 2021.




Una mirada a la historia del delito a través de los archivos históricos judiciales

Los días 23, 24 y 25 de agosto se llevó a cabo, de manera digital, el Coloquio Internacional “La Importancia de los Archivos Judiciales como Fuentes Históricas”. En seis mesas de diálogo, los ponentes presentaron un abanico de posibilidades de aquellos temas que pueden ser rastreados en este tipo de expedientes resguardados en repositorios que van desde los archivos de las Casas Jurídicas hasta los archivos comunales.

Los participantes, provenientes de Baja California, Aguascalientes, Colima, Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Puebla, Querétaro y Yucatán, así como de países sudamericanos como Argentina, Brasil, Bolivia y Ecuador, presentaron información propia de los expedientes locales e internacionales, en algunos casos mostraban delitos que a veces eran cometidos en dos países distintos.

La directora de Adabi de México, la doctora Stella María González Cicero, hizo una introducción al tema, mientras que la presidenta de la asociación, la doctora María Isabel Grañén Porrúa, habló sobre los diversos archivos judiciales históricos apoyados por la asociación. La Dra. Grañén también mencionó que tanto Adabi como los investigadores eran los “abogados” y la memoria de los archivos, ya que aquellos los defienden del olvido y la incuria. Hizo énfasis sobre los documentos judiciales que se encuentran en lenguas nativas y que extienden la riqueza de la información hacia comunidades no occidentales, además de constituir una ventana de oportunidad para su estudio que debe ser abierta con más frecuencia.

El Coloquio inició con una mesa sobre el tratamiento propio de los archivos judiciales históricos y fue extendiendo sus temáticas hacia las mujeres, la solicitación, la propiedad, la situación de las cárceles, llegando al contrabando, los bandidos, la esclavitud y la represión.

Se hizo hincapié en los involucrados en los procesos judiciales, tanto en aquellos que cometieron el crimen, como en los jueces y magistrados, autoridades locales y nacionales, y en aquellos que resguardan una sección judicial en los archivos comunitarios, acervos que ciertamente se encuentran casi siempre en las sombras para los investigadores.

A lo largo de estas charlas se hicieron patentes las circunstancias en las que se cometieron los delitos, la acción de la justicia y el cumplimiento de los veredictos. Si bien la temática no es fácil de enfrentar, los investigadores de estos archivos tienen el deber de “poner el dedo en la llaga” para dar a conocer esta parte oscura de la humanidad y dar luz sobre las transformaciones que se han dado no únicamente en materia de jurisprudencia, sino también de derechos humanos.

Al mismo tiempo, se puso a disposición del público una serie de “cápsulas enigmáticas” llamada “Consideraciones sobre la novela detectivesca”, hecha por la doctora Cathy Fourez, especialista en el tema, como una forma de reflejar la esperanza de que los crímenes casi siempre se resuelven. Estos breves videos están organizados por temas para ser consultados más ágilmente, ya sea por separado o en serie: https://bitly.ws/TBCv

Estas cuestiones históricas representan una gran ventana que muestra la riqueza de los archivos judiciales y que ofrecen al espectador, gracias a las ponencias presentadas, las diversas facetas por las que pueden ser abordadas; de igual manera, ofrecen una fuente de inspiración para aquellos que deseen investigar en diferentes formatos, ya sea en un artículo científico o una tesis, o el guion de un documental o de una película de ficción. El Coloquio puede ser visto por los interesados en el tema en la siguiente dirección: https://bitly.ws/TBCz


El MIO se renueva: ¡Un pueblo llamado Milpa!

El acto de sembrar revela —siempre— una profunda fe en el futuro. Implica tomar una semilla, algo que quizá nos hubiese brindado sustento inmediato, y lanzarla de vuelta al mundo con la esperanza valiente de que el tiempo y el trabajo nos la devolverán retacada de virtudes. Todo aquel que siembra y guarda semillas no solo confía en la promesa de un nuevo mañana, sino que sacrifica un poco de su presente para alimentar a otros.

Sembrar también demuestra, desde luego, una sensibilidad inmensa por el pasado. En todo momento, el campesino escucha las enseñanzas de quienes le precedieron: evoca a su padre y piensa en cada una de las indicaciones de sus abuelos. Por medio de los recuerdos, de la práctica de su cultura y de la relación con el territorio que habita, asume un lugar propio en una cadena interminable que lo conecta con las primeras personas que se empeñaron en transformar esta tierra.

Ese es precisamente el afán que motiva todo lo que hacemos en la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca. ¿Por qué invertir en arte, libros, árboles, música y deporte si los mayores frutos de nuestra labor tardarán décadas en ser evidentes? ¿Por qué mirar siempre hacia atrás? ¿Por qué escuchar con tanta atención los saberes de los abuelos? Porque creemos que Oaxaca y todos quienes aquí vivimos tenemos derecho al futuro y al pasado, al porvenir y a la memoria. No es de sorprender, entonces, que para su tercera exposición didáctica, el Museo Infantil de Oaxaca se convierta en un espacio para celebrar y difundir la agricultura tradicional oaxaqueña.

A través de los juegos, talleres y experiencias que siempre han caracterizado al MIO, las niñas y niños de Oaxaca podrán explorar los secretos de la milpa, preparar nixtamal, escuchar relatos increíbles, hacer sus propias tortillas, pintar con los tonos del campo y maravillarse por todos los colores, formas y usos de los maíces nativos oaxaqueños.

“Un pueblo llamado Milpa” es nuestra apuesta por un futuro más amable, justo y humano. Es una carta de amor a los campesinos y cocineras oaxaqueñas. También es, por supuesto, un regalo para las infancias de Oaxaca, a quienes invitamos a aprender y divertirse con nosotros todos los días, de martes a domingo, entre 11 y 18:30 horas. Consulta nuestra cartelera en redes sociales y entérate de todos los talleres y eventos especiales que acompañarán la exposición durante este año.


Un huipil emplumado y la distinción Memoria del Mundo

En cuatro números previos del Boletín FAHHO —anteriores a las ediciones especiales de aniversario— comencé a describir nuestro trabajo con Noé Pinzón Palafox, joven tejedor sumamente talentoso, quien nació y creció en la comunidad ikoots de San Mateo del Mar, en el distrito de Tehuantepec. Él y yo hemos recreado diversas técnicas textiles que se conocían antiguamente en Oaxaca y en otras regiones de México, pero se perdieron durante los siglos XIX y XX. El proyecto sigue en marcha con el apoyo generoso de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca. En el Boletín de septiembre de 2022 nos referimos a “Herir al sol”, una tilma de seda criolla con diseño de triángulos puntiagudos que buscan evocar a la antigua imagen del flechador del cielo. Esa pieza requirió diez meses de trabajo, que concluyeron en octubre de 2017.

De noviembre de 2017 a marzo de 2018, en tan solo cuatro meses, Noé tejió un delicado huipil con urdimbre y trama de hilo de algodón calibre 60/2. En la gradación convencional de las hilaturas industriales, el número 60 indica las veces que fue estirado el haz de fibra en la máquina, para adelgazar más y más la hebra, mientras que el número 2 especifica que se trata de un hilo de dos cabos, para darle mayor resistencia. Como tramas suplementarias empleamos seda criada e hilada a mano con malacate por la familia de Moisés Martínez Velasco en San Pedro Cajonos, comunidad zapoteca del distrito de Villa Alta. Las tramas de seda fueron teñidas con grana, añil y zacatlaxcalli (planta parásita de color amarillo). Utilizamos también pequeños toques de trama suplementaria emplumada, preparada por Román Gutiérrez Ruiz en Teotitlán del Valle, comunidad zapoteca del distrito de Tlacolula. Román tiñó primero el plumón de ganso con los mismos colorantes básicos usados en la seda, para después sujetarlo entre dos hilos de algodón torcidos al unísono, un proceso sumamente laborioso y agobiante porque los finos filamentos de la pluma vuelan por todos lados. Román ideó y afinó todo el proceso, con resultados espectaculares.

Con estos materiales a la mano, Noé y yo elegimos como estructura decorativa la variante de brocado donde las tramas suplementarias de color siguen la misma secuencia de entrelazamiento con la urdimbre que la trama blanca de base. Se trata de la misma técnica utilizada en los huipiles tradicionales de San Mateo del Mar, con hilo teñido antiguamente con caracol púrpura. Al comenzar el tejido en el telar de cintura, decidimos adornar los lienzos con grecas escalonadas, que nos remiten a Mitla y a la observación perspicaz que hizo el novelista inglés Aldous Huxley en su diario de viaje a México a principios de los años 1930:

Mitla es extrañamente distinta de los otros restos precolombinos de México y Guatemala. Los muros de los templos —si es que son templos— están cubiertos por dentro y por fuera por decoraciones de dibujos geométricos de un tipo tal como no se encuentra en ningún otro lugar de Centroamérica, que yo sepa. Lo más curioso de estos dibujos es esto: todos ellos están manifiestamente inspirados y basados en dibujos textiles. Las formas en un paño burdamente tejido poseen exactamente esos bordes escalonados, característicos de las decoraciones murales de Mitla. A menudo se han reproducido en piedra las técnicas de la construcción y el tallado en madera. Pero tejido petrificado… esto es, ciertamente, extremadamente raro.*

Con gran habilidad, Noé labró grecas escalonadas multicolores en ambos extremos de los tres lienzos que componen al huipil, de tal forma que al coser lado a lado las tres “piernas” de tela, su esmero dio como resultado una bella cenefa a lo largo de toda la orilla inferior de la prenda. Cada uno de los tres lienzos muestra cuatro orillos; es decir, que no hay un solo hilo cortado en las orillas de la urdimbre y la trama, lo cual requiere mucho esfuerzo y destreza en el manejo del telar.

En el lienzo central, Noé repitió las grecas escalonadas a la misma escala dentro de un rectángulo bajo el cuello, canon de diseño que vemos en las representaciones de los huipiles que vestían las mujeres de la élite precortesiana en Oaxaca y en el centro de México, como podemos constatar en numerosos códices, títulos primordiales y otros documentos del siglo XVI. Un ejemplo bien conocido son las prendas que luce la señora Malintzin en el Lienzo de Tlaxcala. Para enmarcar el rectángulo, que es “la madre del huipil” en el sentir de algunas tejedoras hoy día, decidimos retomar un rasgo que observé en los pocos ponchos rarámuris que se conservan del siglo XIX, todos ellos en museos norteamericanos: una línea de enlazado de trama que se convierte en enlazado de urdimbre, para regresar después a su vocación horizontal de inicio. Fue un reto técnico que Noé captó y ejecutó magistralmente una y otra vez, pues el rectángulo se repite sobre la espalda de la prenda. Además de enmarcar las grecas, el enlazado refuerza el punto más vulnerable de la prenda: los extremos del cuello (tejido en forma de ranura, separando la trama en dos partes), donde la presión de la cabeza al pasar por el hueco de la tela puede rasgarla.

A los lados del cuello, siguiendo el canon de diseño de los huipiles ilustrados en los códices, alineamos las grecas escalonadas en hileras sesgadas para crear una retícula. Como en la cenefa y el rectángulo, primero tracé las figuras geométricas en papel, para ajustar la escala y calcular las cuentas de los hilos de la urdimbre junto con Noé. En las secciones blancas de los tres lienzos, carentes de brocado, propuse tejer puntos de pluma blanca espaciados en tresbolillo. El resultado nos agradó. La Dra. María Isabel Grañén Porrúa vistió este huipil para recibir la distinción Memoria del Mundo, otorgada por la UNESCO a la Biblioteca Francisco de Burgoa el 8 de abril de 2018. Fue una grata satisfacción para Noé y para mí ver las pequeñas grecas rojas, azules y amarillas bajo una hermosa sonrisa en todas las fotografías que registraron un evento tan significativo para la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca

* Huxley, 1934, Beyond the Mexique Bay: 267-268; traducción de Alejandro de Ávila


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