Datos desconocidos sobre la fundación de Santa María Ixcotel
No sabemos mucho sobre los orígenes de las comunidades indígenas establecidas inmediatamente alrededor de la ciudad española de Antequera. Santa María Oaxaca (El Marquesado) fue establecida, al parecer, en 1529 por los nahuas que fueron expulsados de donde se fundó la villa española. La primera mención que conozco de los barrios de Suchimilco y México (¿Mexicapan?) es de 1531, desconociéndose el año de su fundación, que, posiblemente, llevaron a cabo nahuas que vinieron en las campañas de los hermanos Alvarado hacia Guatemala.1 Los orígenes de Jalatlaco, barrio multiétnico, son desconocidos, aunque existen leyendas posteriores. Otros pueblos ya estaban establecidos hacia mediados del siglo XVI, entre ellos Chapultepec, Quauhtengo (San Luis Beltrán), Xoxocoyoltengo (San Felipe el Agua), Huayapan, Istepetlapan (Yatareni) y San Francisco Tutla.2 El pueblo de Xoxocotlán tiene, al parecer, otro origen, ya que fue fundado, cerca de las ruinas del Cuilapan prehispánico, por mixtecos en parte provenientes de Mexicatepec el o cerrito entre la URSE y San Antonio de la Cal, cuando fueron expulsados de allí en fechas muy tempranas por los dominicos al establecer su hacienda del Rosario.3 Otras comunidades surgieron todavía más tarde, entre ellas Santa Lucía del Camino en el camino real a Tehuantepec. Todos estos pueblos, con la excepción de Jalatlaco, eran parte del Marquesado de Hernán Cortés. De esta manera, la ciudad española se vio rodeada de comunidades de otra jurisdicción.
Aquí me enfoco en el origen de otro pueblo fundado aún más tarde, a saber, Santa María Ixcotel, donde hoy se encuentra el Archivo General del Estado. Esto a raíz de la exposición “Ixcotel, Memoria, Comunidad y Tradición” realizada por el archivo con la participación de la comunidad de Ixcotel y abierta desde el 20 de octubre y hasta diciembre. Al parecer, el pueblo de Santa María Ixcotel fue fundado alrededor de 1660 sobre una loma conocida como Las Peñuelas, en los límites de la ciudad de Antequera. Cerca de aquí estaba un mogote o cerrito de peñas blancas, las que probablemente dieron el nombre al pueblo, ya que ixcotetl significa ‘frente a la piedra’. En lo alto de estas peñas estaba esculpida, desde años anteriores, una cruz que marcó la división entre la ciudad y Santa Lucía, esta última perteneciente al Marquesado de Cortés. La cruz era conocida como el límite de la ciudad, ya que se veía desde el camino hacia el Istmo que pasaba justo al sur del cerrito.4
Existen indicios de la importancia de este lugar liminar. Cuando en 1661 los zapotecos, mixes y chontales se sublevaron en una gran rebelión y expulsaron a los españoles de sus territorios, el intercambio de rehenes se dio sobre Las Peñuelas. Por ejemplo, el intérprete Martín López de Villa Alta y su compadre Gregorio Álvarez fueron arrestados durante su huída de Villa Alta, en el pueblo de San Francisco Cajonos. Un fraile estacionado allí convenció a los rebeldes de salvarles la vida y entregarlos en Oaxaca. Los dos españoles, junto con un esclavo negro, fueron conducidos por los caminos hasta llegar “al sitio de Las Peñuelas, un cuarto de legua de la ciudad, [donde] le[s] quitaron los presos con que volvieron los indios que los llevaban, a sus pueblos, donde hicieron diferentes juntas en orden a continuar con sus libertades y desafueros”.5
Encontramos más información en el expediente de un recorrido por los límites de la ciudad y del marquesado de 1686. Cito la parte relevante, cuando la comitiva va llegando a Un pueblo pequeño que [tiene] hasta veinte casados que se llama Santa María Yxcotetl. Y actualmente están fabricando y alevantando hermita de su advocación. Y preguntando a dichos naturales vecinos de él si tenía en él alcalde y oficiales de república respondió mediante el dicho intérprete uno de ellos llamado Juan Francisco no tenerlo y que estan sujeto al barrio de Xalatlaco de indios mexicanos, arrabal de la dicha ciudad de Antequera, y los naturales del dicho pueblo de Santa Lucía dijeron que habrá tiempo de veinte y seis años que se agregaron por terrazgueros del dicho de Santa Lucía y han querido fundar su pueblo y separarse y que pedían a Su Merced que el presente escribano fuese a dar fe de un rótulo que está en la puerta de la dicha hermita que está acabada; que habiendolo visto y registrado, dice así en números castellanos ‘1660 años’ lo cual certifico en debida forma. Y que estando presentes Antonio Hernández [y] Juan Francisco vecinos de dicho pueblo de Yxcotetl dijeron mediante el dicho intérprete que tienen por costumbre pagar cada vecino de él a la ciudad de Antequera cuatro reales cada año a sus regidores de ella por vía de terrazgo.6
En estos años aún no se menciona la explotación de la piedra de cantera. Los primeros bancos de cantera estaban más cerca de la ciudad, por el rumbo de Jalatlaco. En un informe de 1579 sobre Antequera, dirigido al rey de España, se declaró que:
Hay, a un tiro de piedra della, una cantera de donde se saca la piedra franca, es una piedra blanca, blanda y fácil de labrar, en la cual se pueden sacar todas las molduras y figuras que en ella se quisieren hacer. Sacan las piezas y pedazos del tamaño que quieren. Sirve esta piedra de hacer pilares, portadas, y de adornar las esquinas de los edificios y casas.7
Era poca piedra la que se explotaba, ya que la mayoría de las construcciones era de adobe. Pero durante el siglo XVIII, el lucrativo negocio de la grana cochinilla, mayoritariamente en manos de la Iglesia, produjo un verdadero boom de reconstrucciones de templos y casas en cantera, transformando el pueblo de adobe en la Verde Antequera.
La demanda de esta piedra era grande y se comenzó a explotar en Ixcotel. Llegando a 1777, se informó:
En este pueblo están las canteras de donde se saca toda la piedra que se gasta en las fábricas de casas y templos de la ciudad de Antequera, de las cuales está apoderada dicha ciudad, y los indios del pueblo son los barreteros e cortan y sacan dicha piedra, la cual es de un color azufrado. También hay otra calidad de piedra blanca y blanda de la cual hacen famosas imágenes y portadas, como son las de las iglesias de Santo Domingo y Nuestra Señora de la Soledad de Oaxaca y la de Xalatlaco.8
Esta era la situación hasta mediados del siglo XX, cuando, poco a poco, la explotación de cantera fue disminuyendo hasta extinguirse y el pueblo se fue integrando a la gran mancha de la ciudad.
1 Doesburg, Sebastián van. 2022. Conquista y colonización en Oaxaca. El juicio de residencia de Juan Peláez de Berrio (1531-1534). Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, p. 465.
2 Estos son los pueblos mencionados en 1579-1580 en las Relaciones Geográficas de Cuilapan y Teozapotlán (Zaachila), véase Acuña, René. 1984. Relaciones Geográficas Siglo XVI: Antequera, tomo 1 y 2. Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM.
3 Doesburg, Sebastián van (Edición / Introducción, transcripción y notas). 2009. Levanto, fray Leonardo. Protocolo y razón sumaria del archivo de este convento de Nuestro Padre Santo Domingo (1709), p. 54 – 55 Secretaría de Cultura de Oaxaca / Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca.
4 Archivo General de la Nación, Hospital de Jesús, vol. 163, exp. 6. 1686. Recorrido por los límites del Marquesado y la ciudad de Antequera (publicado en Doesburg, 475 años de la fundación de Oaxaca, vol. 1: 102-109).
5 Torres, Juan de. 1662. Relación de lo svcedido en las provincias de Nexapa, Yztepex, y la Villa Alta. Inqvietvdes de los indios svs natvrales. Castigos en ellos hechos. Y satisfacion qve se dio a la jvsticia, redvciendolos a la paz, qvietvd, y obediencia devida a sv magestad, y a svs reales ministros. En la imprenta de Juan Ruiz, México, f. 21r.
6 Véase referencia en la nota 4.
7 Acuña René. Relaciones Geográficas Siglo XVI: Antequera, tomo 1, p. 37, Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM. Hasta los primeros años del siglo XX operaba en Jalatlaco la Cantera Antigua o la Cantera de Tepeaca. En un mapa de Jalatlaco de 1907 (Mapoteca Orozco y Berra, 3407-CGE-7272-A) se señalan todavía tres “canteras” en este barrio. Todas fueron rellenadas en años posteriores.
8 Esperza, Manuel. 1994. Relaciones geográficas de Oaxaca, 1777-1778. CIESAS, p. 406.