Editorial

Al visualizar la recta final de este año podemos comenzar a constatar que el 2023 ha sido fructífero para todas y todos en la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca. Las actividades y proyectos continúan y este Boletín tiene como objetivo recabar cada experiencia, recomendación, reflexión, hallazgo, resultado y recuento que nuestros colaboradores quieren compartir con los lectores.

El equipo de Medio Ambiente nos invita a recordar los orígenes de la milpa y del Museo Infantil nos comparten la experiencia de volver a San Miguel Tixá con una sorpresa para los más pequeños. En tono igualmente festivo, el Museo Diablos y Guerreros de Oaxaca detallan las hazañas conseguidas por jugadores y artistas del cuadro escarlata y bélico.

Además, desde el Centro Cultural San Pablo nos regalan una nota en la que se describe la importancia de las rejas como metáforas de límite, ya que la actual exposición presenta una colección de estos elementos. Por su parte, el Museo de la Filatelia y el Museo Textil rinden un homenaje a los rostros y nombres de las mujeres de diferentes regiones del estado de Oaxaca. En esta misma línea, Andares del Arte Popular hace lo propio al narrarnos el trabajo artesanal detrás de la elaboración de una florera bordada de perlas en San Bartolo Coyotepec.

Por otro lado, la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova dedica tres notas para hablar del origen del alcahuete —ese instrumento para agitar ciertas bebidas—, de los frutos obtenidos en el Taller de Cuantificación de Lenguas Naturales que realizan año con año y, finalmente, un sentido homenaje al profesor Juan Vásquez Guzmán, figura importante en la defensa de la lengua y cultura triqui. Un logro más es el que nos comparte Adabi luego de hacer entrega del Fondo Personal Margarita Peña Muñoz, destacada investigadora de la UNAM, cuyos documentos fueron organizados por la asociación.

Sin dejar de mencionar lo hecho por Seguimos Leyendo en materia de promoción de la lectura entre los jóvenes, pero ahora con la integración de los medios digitales y la importancia de la ecología digital. Además de una síntesis de una conferencia sobre ex libris llevada a cabo en la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa.

Les invitamos a que disfruten cada nota y nos compartan sus opiniones respecto a los proyectos que aquí les mostramos. También les dejamos este enlace a la Agenda FAHHO, animándoles a revisar las actividades y a compartirlo con sus amistades.


La milpa en la actualidad

Fotografía de Archivos compartidos Tres Ríos.

La milpa es una práctica agrícola cuyos cultivares están basados, principalmente, en las especies de maíz, frijol y calabaza y que en diversas regiones son complementadas con chile, papa y una amplia variedad de quelites.

El origen de este sistema —actividad que realizaban, sobre todo, mujeres y niños— se remonta a los pueblos mesoamericanos precolombinos, quienes iniciaron con la domesticación del teocintle1 hace aproximadamente 7 000 años; en ese momento también se originó la diversidad lingüística, la vestimenta, cosmovisión, alimentación y, en general, el caminar de los hombres y mujeres del maíz. En este sentido, la milpa engloba no solo un sistema de producción agrícola, sino que pone de manifiesto la cosmovisión, representa la economía, las tradiciones y las prácticas bioculturales de los pueblos originarios.

Al tratarse de un cultivo cuya producción se destina, sobre todo, al autoconsumo, su desarrollo agronómico cobra importancia desde un enfoque agroecológico, ya que la revolución verde de la década de los sesenta se enfocó, en gran medida, en los monocultivos de alto rendimiento, contrario a un sistema que genera una gran diversidad de especies y cultivares que conjugan los conocimientos y saberes del entorno donde se cultivan.

En el contexto oaxaqueño, la milpa es la columna vertebral de los pueblos que habitan las ocho regiones del estado, con 35 razas de maíz nativo que constituyen el 70 % de la diversidad en México y que conforman, junto con el frijol, el 75 % de la ingesta diaria de los campesinos y habitantes del medio rural en la entidad. Dicho consumo es un mosaico de saberes y sabores que van desde alimentos como las tortillas, tostadas, tlayudas, totopos, tamales, empanadas, tetelas, a las bebidas como el atole o el tejate, o ciertos fermentos para uso medicinal y de carácter ritual.

Fotografía de Archivos compartidos Tres Ríos.

Paradójicamente, a pesar de que la milpa es un sistema de cultivo con alto valor biocultural, nos encontramos con un escenario complejo por parte de quienes habitan y conviven día a día con ella, pues se trata de comunidades con altos índices de pobreza, migración y desempleo. Aunado
a que la milpa es el sustento de comunidades enteras cuyas condiciones fisiográficas son las serranías y laderas, también hay que considerar que las mismas poblaciones realizan prácticas ancestrales que impactan significativamente en la erosión y degradación de suelos, como la roza, tumba y quema (RTQ) y la roturación por medio de yunta y otras herramientas manuales. Por otra parte, el uso intensivo de agroquímicos para el control de arvenses, plagas y enfermedades han generado un desequilibrio en la diversidad agrobiológica, además de la contaminación de manantiales, arroyos y ríos.

Lo anterior deriva, en su conjunto, en cambios de uso de suelo: apertura de nuevas parcelas agrícolas, fragmentación de cobertura vegetal y reducción de conectividad del paisaje; disminución de polinizadores, de microorganismos y la fertilidad del suelo; disminución en la retención de agua, incremento de la transpiración y recrudecimiento del estiaje, incremento de sequía y desertificación de áreas agrícolas.

Es importante señalar que entre otros impactos sociales adversos se encuentran los rendimientos decrecientes que no superan las 2.00 Ton/Ha, que a su vez ocasionan la pérdida de semillas nativas, la reducción de la base nutricional de la familia y la comunidad, la pérdida de la soberanía alimentaria por el incremento de los costos de producción y la dependencia del abasto de maíz externo, ya que la producción familiar no satisface la necesidad alimentaria de quienes cultivan y viven de la milpa.

Fotografía de Archivos compartidos Tres Ríos.

Por esta razón, desde la Coordinación de Medio Ambiente de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca sabemos que es importante sumar esfuerzos con diversos espacios para que los saberes y prácticas campesinas del sistema de la milpa se fortalezcan por medio de la implementación de un manejo adaptativo como estrategia y respuesta al cambio climático, basado fundamentalmente en el aspecto ambiental, económico y cultural, como la agricultura de conservación, siembra de árboles frutales en curvas de nivel, producción de abonos orgánicos, conservación de microorganismos del suelo, rotación y asociación de cultivos, conservación de granos y la selección de semillas nativas como elemento de resiliencia, entre muchas acciones más.

1 El teocintle es una planta gramínea considerada como el antecesor directo del maíz que fue domesticado como cultivo por lo antiguos habitantes de Mesoamérica. Los teocintles tienen varios tallos ramificados, numerosas “mazorquitas” en diferentes ramas con solo dos hileras de granos envueltos en una estructura muy endurecida. Por su parte, el maíz tiene un tallo robusto, con una o pocas mazorcas en la parte central de la planta; la mazorca es grande y sus granos están expuestos en numerosas hileras. Las diferencias en el maíz, principalmente el alto desarrollo de la mazorca, son producto del proceso de domesticación (Iltis 1993; Randolph 1976; Wilkes 2004).


Rostros, nombre y memorias

Doña Carmen Castillo Pedro. Fotografía del Archivo Anita Jones.

“¿Qué hay en un nombre?” es el título de la exposición que actualmente presenta el Museo Textil de Oaxaca en el refectorio del Centro Cultural San Pablo. La muestra consta de una selección de fotografías de personas de distintas comunidades de Oaxaca y Chiapas; estas tomas provienen de los archivos fotográficos de Anita Jones y de Madeline Humm, ambos resguardados y disponibles para su consulta en el MTO.1

La selección de las imágenes responde a dos criterios. Por un lado, las fotografías tenían que vincularse con la exposición central que celebra los quince años del MTO, “Huīpīlli, kushma y phyang: prendas análogas de tres continentes”. Por otra parte, la documentación de las imágenes debía incluir los nombres de las personas retratadas por Jones y Humm, pues esta no es una exposición que se centre exclusivamente en los hilos, telares o huipiles, sino que también contempla a las personas que crearon y/o usaron estas prendas a lo largo de su vida. De entre miles y miles de imágenes resguardadas en el Museo, tan solo un puñado cuenta con esta información y, en ocasiones, de manera incompleta. El proceso de investigación para realizar esta exposición, así como las experiencias vividas después de la apertura de la muestra, han permitido conocer más a fondo a las personas que dotaron de energía a los textiles que solemos admirar y estudiar.

Uno de los casos más especiales se relaciona con la presencia de una mujer de San Felipe Usila, Oaxaca. Anita Jones estuvo con ella en la primavera de 1965, y aunque aparece en varias imágenes y en sus notas, únicamente lo hace bajo el nombre de “Doña Carmen”. El diario de campo de Anita menciona cómo viajó con ella a distintos lugares, a veces a pie y otras en balsa. Para ello, doña Carmen se hizo acompañar de su ahijado, Marcelino H. Isidro, a quien Anita compró una atarraya teñida por el mismo Marcelino en color azul. Curioso que el nombre de él sí aparece completo, pero no el de la señora Carmen.

La imagen que acompaña a estas líneas muestra a doña Carmen portando un paño de cabeza. Nuevamente resultan útiles las anotaciones de Anita, pues ahí se menciona que ese paño no le pertenecía a doña Carmen, sino que fue comprado por Frances Bistrol y prestado a la señora Carmen para posar para la foto. Frances fue una viajera y coleccionista que acompañó a Anita en numerosos viajes y que donó su colección al Museo de Antropología Logan, en Wisconsin. Años atrás, durante la primera edición del Encuentro de Textiles Mesoamericanos, conocimos a Nicolette Meister, entonces curadora y ahora directora del Museo Logan. Así pues, nos comunicamos con ella para saber si las notas de Frances incluían el nombre completo de la señora Carmen. Nicolette respondió inmediatamente, pero la noticia no era buena: Frances también la registró únicamente como “Doña Carmen”.

Conscientes de esta limitante, decidimos hacerla patente en la exposición. Afortunadamente, poco tiempo después, las redes sociales mostrarían una vez más su potente alcance: al publicar las imágenes en la cuenta de Facebook del MTO, recibimos un comentario de Blandina Lucas, quien escribió: “Ella se llamaba Carmen Castillo Pedro, su esposo: Adalberto González Carrera. Ellos recibían a mucha gente de fuera porque vivían cerca del palacio municipal y porque eran muy hospitalarios y a unos metros de su casa estaba el río donde actualmente está el auditorio municipal. Es mi bisabuela”. Tras comunicarnos con ella e invitarla a la exposición, nos dijo que apreciaba que las fotos de su bisabuela se conservaran en algún lugar. En realidad, el Museo es quien le extiende un agradecimiento especial a Blandina, pues su testimonio es clave para encajar las piezas que observábamos a partir de las imágenes y las notas de Anita, donde se ve a doña Carmen involucrada con su comunidad, atenta y generosa. Basta verla en plena faena, en otra de las imágenes incluidas en esta muestra, preparando un “caldo de playa” en el río.

Les invitamos a visitar la exposición que permanecerá abierta al público hasta el 20 de noviembre de 2023.

1 Para conocer más sobre ellas pueden visitar las exposiciones en línea del MTO: https://g.co/arts/LaUtEZMnRu6foVbVA y https://g.co/arts/k2xGaPMaq9fX1Van7


Rejas, espacio urbano y otras metáforas de límite

Las rejas señalan un límite. Normalmente separan el espacio público del espacio privado o delimitan un lugar donde ocurre cierta experiencia; de hierro forjado u otros materiales, antiguas o modernas, las rejas dejan ver lo que hay más allá de ellas.

En Oaxaca, las casas coloniales tenían rejas en las puertas, ventanas y balcones; algunas todavía se conservan, pero otras ya no existen o han sido reubicadas. Para dar cuenta de ello, los libros Hierros de Oaxaca (1950) y Fuego Vivo (2013) reúnen un inventario de rejas de nuestra ciudad y muestran el aprecio por ellas que ya forman parte del patrimonio histórico de Oaxaca.

Las rejas que se encuentran en la entrada del Centro Cultural San Pablo fueron diseñadas por el maestro Francisco Toledo. Son esculturas que dan acceso a un espacio abierto y sereno, y una muestra de que el arte puede formar parte de la vida cotidiana.

Así, la exposición que presentamos incluye una instalación con rejas que forman parte de la historia del propio edificio, las maquetas que fueron diseñadas por el maestro Toledo y obras de otros artistas que modifican el significado de las rejas como objetos y signos.

En esta muestra también podemos observar cómo el artista belga Francis Alÿs camina con una baqueta golpeando la reja del parque Fitzroy, en Londres, convirtiéndola en un instrumento fijo para producir ruido y otorgándole un uso diferente al habitual. Ese mínimo gesto estético nos recuerda que todos los límites de significado y uso son funcionales y contingentes.

Por otro lado, el artista francés Pierre Huyghe aborda los límites del uso del espacio urbano mediante un video en el que narra las dificultades que tuvo el arquitecto Le Carbousier para construir el Centro Carpenter en Harvard, así como la importancia de proteger y hacer buen uso de los edificios dedicados a promover las artes y la cultura en una ciudad.

En el espacio urbano las rejas son metáfora del límite. Funcionan como protección de los hábitos de uso adecuado señalan el espacio permitido para cierta actividad. En la tradición védica, lo que limita al pensamiento es también una especie de reja, muy densamente elaborada, que deja ver, solo de forma parcial, algo incognoscible; a esa reja, que es el tejido del que está hecho el mundo, le llaman mâya y equivale a ‘realidad’.


De los aquahuitl a los yag gai Utensilios decorados para las bebidas de cacao

Sara García Santiago en su taller de Santa Cecilia Jalieza.
Fotografías: Demián Ortiz, 2023.

En el amplio abanico de bebidas mesoamericanas de cacao y maíz existen varias cuyo componente líquido se complementa con abundante espuma o contienen sólidos parcialmente disueltos; este tipo de preparaciones se sirven generalmente en ocasiones ceremoniales y colectivas como bodas, mayordomías, rezos y funerales.

En algún momento de la milenaria trayectoria cultural de este tipo de bebidas fueron concebidos utensilios para mezclar, agitar o consumir las porciones servidas a cada persona; a lo largo del tiempo, estos han recibido diferentes nombres en lenguas locales y en castellano. Se trata de instrumentos generalmente planos, alargados y elaborados de madera que, por su carácter ceremonial, suelen embellecerse con figuras talladas en el mango, con decoraciones pictóricas e, incluso, empleando materiales preciosos.

Un ejemplo relativamente conocido es el de los alcahuetes que se utilizan en los Valles Centrales para mezclar el chocolateatole, llamados yag gai ‘palo de gallo’ en zapoteco por la figura que adorna su empuñadura. Parecía ser un tipo de utensilios reciente y restringido a esta región oaxaqueña, pero nuestras investigaciones han permitido ubicar precedentes al menos desde el siglo XVI, cuando las élites mexicas (y quizá también las mixtecas) empleaban preciados aquahuitl de madera o caparazón de tortuga para mezclar sus bebidas de cacao, según podemos conocer en los códices Florentino y Texúpan, en testamentos, procesos inquisitoriales y otros documentos de la época.

Bebiendo chocolateatole durante una boda en Jalieza.
Fotografía: Elena Marini, 2023.

La investigación bibliográfica y de campo nos ha permitido conocer tradiciones similares que existieron o aún perviven en otras partes de Oaxaca, como la Chinantla, los Chimalapas y la región ikoots, así como entre los maya-chontales de Tabasco. También nos hemos acercado al trabajo de los artesanos de Santa Cecilia Jalieza, pueblo dedicado a la talla de madera que durante décadas ha surtido de alcahuetes y otros utensilios a las fiestas y a las cocinas vallistas.

En conjunto, la información reunida nos permite afirmar que este tipo de utensilios ha sido un aspecto integral de la cultura material asociada a las bebidas de cacao y, por otro lado, advertir que su manufactura y uso, si bien subsisten en algunos lugares, en otros han desaparecido, de ahí la importancia de su estudio y valoración.

A partir de finales de octubre presentaremos en el Centro Cultural San Pablo una exposición que, mediante recursos audiovisuales, ejemplares físicos y materiales bibliográficos, dará cuenta de la relación entre estas pequeñas esculturas utilitarias y las ricas tradiciones gastronómicas y festivas de nuestra región. Esperamos el año próximo poder llevarla a algunas de las comunidades involucradas
en esta deliciosa indagación.


SOBRE LA PALABRA ALCAHUETE EN EL ESPAÑOL DE OAXACA

Todos conocemos el significado común de la palabra alcahuete. Según la Real Academia de la Lengua Española es la “persona que concierta, encubre o facilita una relación amorosa, generalmente ilícita”. Viene del árabe andalusí alqawwád ‘el mensajero [esp. de amor]’, y pasó al español antes del siglo XIII.

En los Valles Centrales de Oaxaca, la misma palabra también se usa para designar el palito con el que removemos el chocolateatole. Y aunque hoy en día el uso de este utensilio ya no es tan común y los alcahuetes se han convertido más bien en “separadores de libros” para los turistas —de una forma más delgada y con el animalito en su cima pintado de colores— siguen elaborándose en cantidades limitadas por artesanos y artesanas de Santa Ceclia Jalieza para bodas y otras ocasiones tradicionales en los pueblos de esta región.

Pero ¿qué tiene que ver el primer significado con el segundo? ¡Pues nada! Se trata, efectivamente, de la misma palabra, aunque con dos raíces muy distintas, ambas no-ibéricas. En el caso de nuestra varita, las personas hablantes del español de Oaxaca tomaron prestado del náhuatl la palabra alquahuitl ‘el palito para [remover] bebidas’ (con retención de la l del absolutivo, común en Oaxaca). Sonidos casi idénticos con significados y orígenes diferentes.

Fiesta de la Natividad en Teotitlán del Valle.
Fotografía: Elena Marini, 2016.

Entre otros autores, el fraile Bernardino de Sahagún lo registró en su enciclopedia de la cultura náhuatl del siglo XVI. En la versión en español, dice: “Luego venian, los que siruian de cacaos: y ponian a cada vno, vna xicara de cacao, y a cada vno le ponian su palillo, que llaman aquavitl” (en este caso sin retención de la l). Pero un detalle: como préstamo con este segundo significado existe solo en los Valles Centrales de Oaxaca.


La Literatura Infantil y Juvenil en la ecología digital: Un camino por andar

En esta era virtual, las nuevas generaciones encuentran amplias y diversas ecologías digitales, con una oferta cultural muy dinámica y de amplia especialización. Los hábitos de consumo dentro de las nuevas industrias culturales han provocado una evolución y han hecho surgir a los “prosumidores”, es decir, los públicos que no solo consumen contenidos, sino que también se hacen creadores, sobre todo gracias a una tecnología que se ha vuelto mucho más amigable y accesible.

Este fenómeno ha provocado disrupciones importantes en la manera de entender la comunicación digital, pero, al mismo tiempo, abre puertas y nuevas oportunidades para que proyectos con objetivos claros permitan interactuar de formas mucho más precisas con la comunidad. En ese mismo contexto, el Programa Seguimos Leyendo de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, en colaboración con el canal de divulgación digital FenomenalMente, desarrollaron el proyecto #SoyBooktuber, que tuvo una respuesta importante en la comunidad juvenil.

El objetivo de este taller fue generar un espacio para la formación de jóvenes divulgadores digitales de la literatura y fomentar sus habilidades de escritura, redacción, locución y conducción para crear contenido de valor, es decir, materiales audiovisuales que se compartirán próximamente en las redes sociales del programa —Facebook, Twitter, WhatsApp— y en la página web de Seguimos Leyendo.

La idea de este proyecto surgió del deseo de que un grupo de chicos y chicas puedan contagiar a sus similares el hábito de la lectura por medio de sus interesantes y amenas recomendaciones, utilizando mensajes creados por ellos mismos y surgidos de su propia experiencia lectora. El producto final son ocho videos diseñados específicamente para redes sociales, en donde Leonardo, Nataly, Ariadna, Mayrin, Ángel, Clara Fernanda, Sofía y Zayetzi, integrantes del taller, nos comparten una reseña de la obra que han leído, así como los nombres de los autores; sobre todo, nos hablan de la emoción que les provocó dar lectura a esos libros.

La experiencia fue muy enriquecedora, ya que quienes participaron pudieron entender el proceso de creación de los contenidos digitales y lograron valorar el trabajo que hay detrás de un proyecto de esta naturaleza; asimismo, la emoción de participar en la creación de mensajes para las redes sociales, con un fin realmente social, representó una alegría extra para ellos. Para cerrar esta primera fase se realizará la presentación de estos materiales en un evento formal al que puedan asistir las familias de los participantes, invitados especiales cercanos a la Literatura Infantil y Juvenil y los medios de comunicación local.

Finalmente, se buscará que más jóvenes se unan al proyecto en un futuro próximo y que, poco a poco, la comunidad lectora de estas edades del estado interactúe de manera más activa, pues todos los que participamos en esta labor soñamos con que cada día más personas disfruten de la lectura y se permitan entender el mundo de una mejor forma, llenándose de las virtudes que solo los libros son capaces de regalarnos.


El Fondo Personal Margarita Peña Muñoz

El pasado 4 de septiembre, Federico Campbell Peña entregó en donación a la Biblioteca Nacional el Fondo Personal Margarita Peña. En la UNAM, este fondo quedará a disposición de los interesados en la vida y obra de la doctora Peña. Los documentos fueron organizados e inventariados por Adabi entre 2020-2021, por lo que el acto de entrega se llevó a cabo en las instalaciones de la asociación.

Los documentos generados a lo largo de la vida de un individuo, organizados archivísticamente y dispuestos para su consulta, ofrecen la oportunidad de adentrarse en su carrera y en los elementos más distintivos de su personalidad. En este contexto, el Fondo Personal Margarita Peña nos permite acercarnos a la vida y obra de esta notable académica, investigadora y escritora mexicana.

Una sucesión de viajes y estancias académicas, años dedicados al estudio de la literatura mexicana, la escritura creativa, la crónica periodística y la poesía; más de 50 años de la vida de una mujer consagrados a la investigación, a hilar, atar y soltar cabos de temas —tan diversos como interesantes— en archivos y bibliotecas de México y el extranjero; la vocación de una maestra verdaderamente comprometida con la formación de sus alumnos, en el aula y fuera de ella: esto es lo que el Fondo Personal Margarita Peña resguarda.

En 2021 llegaron a las instalaciones de Adabi, junto con muchas cajas, las maletas de la Dra. Peña; esas mismas maletas que la acompañaron en sus innumerables travesías, pero no contenían ropa ni los artículos personales que suelen acompañar a los viajeros. Dentro venían documentos que la doctora produjo durante su vida, en el desarrollo de sus actividades. Los papeles corresponden a 81 años de su trayectoria personal y profesional y es esta historia de vida la que da origen a las secciones y series que integran el fondo.

En la Sección Personal se clasificaron los documentos relativos a las actividades particulares de la Dra. Peña. Su contenido lo podemos conocer por el nombre de sus series: Afiliaciones, Correspondencia, Crítica, Documentos personales, Entrevistas, Escritos, Estudios, Eventos y Homenajes póstumos.

La siguiente sección documental se llama “Docencia”. En este apartado se conservan los documentos producidos a partir de la vocación de la doctora por la enseñanza en el país y en el extranjero. Por casi 50 años fue docente de la UNAM, desde sus inicios en el Centro de Estudios Literarios, hasta los años en la Facultad de Filosofía y Letras, actividad que la llevó a recibir el título de profesora emérita en 2017.

La sección denominada “Investigación” revela en su extenso volumen esta actividad desarrollada en México y en el extranjero, que nutrió y fundamentó las otras dos facetas de su trabajo: la docencia y la escritura.

La última sección es Obra, la cual se divide en series documentales según su título; así, tenemos expedientes alrededor de las publicaciones más importantes de la doctora. Entre estos se encuentran los trabajos dedicados a Juan Ruiz de Alarcón, de quien fue una especialista y sin duda una de las mejores biógrafas del dramaturgo taxqueño. Otros expedientes hablan de publicaciones sobre literatura novohispana y del Siglo de Oro, desde los autores consagrados, hasta los escritores “de ocasión” y poco estudiados, de quienes tan solo tenemos noticia gracias a documentos rescatados de archivos y bibliotecas.

Por último, el fondo personal cuenta con cuatro anexos y material que no constituye propiamente documentación de archivo, no obstante, ayuda a entender su contexto y aporta información adicional al contenido.

El primer anexo es la Biblioteca adjunta en la que se conserva reunida la obra editada de la Dra. Peña. El segundo anexo es Publicaciones periódicas, que contiene textos publicados en periódicos y revistas. Otro anexo es Bibliografía especializada, este apartado reúne material que no es de la autoría de la doctora, pero que usó para sus investigaciones y textos: literatura, rescate documental, teatro, etcétera.

El último anexo es uno de los grandes valores que resguarda el Fondo Personal Margarita Peña, se trata de la Colección Documental, integrada por microfilmes y copias de documentos recolectados durante sus múltiples viajes en diferentes bibliotecas y archivos de México y el extranjero.

Esta colección es una fuente documental importante para quien siga los pasos de la doctora Peña en su esfuerzo por recuperar expresiones literarias acalladas en el pasado, mediante el estudio y difusión de autores y obras desconocidas.

Si bien físicamente la doctora nos hace falta desde 2018, creemos que, mediante su Fondo Personal es posible mantener viva la memoria de la escritora, la investigadora y la maestra. En la medida en que los documentos de su archivo personal se estudien y profundicen, y que sus hallazgos sigan inspirando a otros a investigar y a dar a conocer expresiones literarias, Margarita Peña permanecerá entre nosotros.


Reflejos del Istmo: Mujeres en filatelia y arte

Tarjeta postal, Mural de Bárbara Mejer, 1999, México. Colección: Mufi.

¡Qué belleza irradias!
La de los ojos negros, la de la piel morena
rodeada de flores

Continuando con la conmemoración de su vigésimo quinto aniversario, el Museo de la Filatelia de Oaxaca tiene el placer de presentar la exposición “Reflejos del Istmo: Mujeres en filatelia y arte”, un homenaje a las mujeres del Istmo de Tehuantepec. No es coincidencia que el timbre de dos centavos de la emisión regular con la imagen de una tehuana —emitido entre 1934 y 1950— sea el emblema del Museo.

Este timbre forma parte de una serie de 15 estampillas postales realizadas en grabado que muestran imágenes representativas del México posrevolucionario.

Las mujeres oaxaqueñas han desempeñado papeles fundamentales en la cultura, la economía y las tradiciones, lo que las ha convertido en uno de los símbolos distintivos de la sociedad de este estado. La región del Istmo de Tehuantepec, por ejemplo, es reconocida por su rica cultura y tradiciones y, en particular, por sus mujeres, quienes han sido el centro de atención debido a su belleza, fuerza y resiliencia. En una zona donde se entrelazan las culturas huaves, mixes, zapotecas, zoques y chontales, las mujeres han desempeñado un papel esencial en la preservación y promoción de las costumbres y tradiciones de su comunidad.

Estas mujeres son célebres por su destreza en la confección de huipiles, enaguas y blusas bordadas. De igual manera son reconocidas por su visión empresarial y su activismo político, además de su contribución a la música, la danza, la poesía, el cine y las artes plásticas. De igual manera, las mujeres de esta región han liderado la lucha por la igualdad de género y la defensa de sus derechos, desafiando los roles tradicionales de género y trabajando por la igualdad en el hogar y en la sociedad.

La exposición “Reflejos del Istmo: Mujeres en filatelia y arte” establece un diálogo entre elementos filatélicos, como timbres, planillas, sobres y postales, y las obras de arte de destacados artistas que han plasmado la imagen de la mujer istmeña en su obra. Estas representaciones nos muestran a la mujer del Istmo en diversas facetas, desde lo exótico y místico hasta lo local y nacional, sirviendo como símbolo y estereotipo, siendo un tema y una fuente de inspiración. También profundiza en las oportunidades que el arte ofrece para explorar la belleza y los discursos que han moldeado la imagen de las mujeres de esta región, dando pie a perspectivas plásticas vigentes e innovadoras que enriquecen y generan nuevas y amplias miradas, alejadas de las aproximaciones del pasado que perpetraron las formas de colonización y violencia.

Tarjeta postal, Nativa tehuana – Cd. Ixtepec, Oax., s/f. Colección: Mufi.

Las piezas de Ana Hernández, Demian Flores, Francisco Toledo, Shinzaburo Takeda, Graciela Iturbide, Francisco Ramos, Sótera Cruz y Argelia Matus que integran la muestra, nacen de la tierra y las raíces alimentadas por los sueños y reflejan la estética de la vida ritual y cotidiana. Las y los artistas se inspiran en la memoria y la sabiduría ancestral, manteniendo un enfoque y significado profundamente contemporáneos.

Al compás cadencioso de La Sandunga y La Paulina, entre el laberinto de flores bordadas y figuras de cadenilla, las istmeñas se reúnen en el Mufi. Esperamos que, al apreciar cada pieza, cada detalle, encuentres las poderosas historias que celebran la diversidad, la belleza y la fortaleza arraigadas en las experiencias de estas mujeres.

Extendemos nuestro agradecimiento a cada artista que forma parte de esta exposición y al Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca por su valiosa colaboración en su realización: su contribución ha enriquecido enormemente la experiencia que compartimos con nuestros visitantes.


La pasión colectiva por el beisbol

Fotografía: Enrique Gutiérrez.

El Museo Diablos se anotó otro home run en el 2023 con la exposición “Segundo inning, la fiesta del beisbol”, localizada en la sala temporal A, misma que durante el primer año de vida del recinto escarlata alojó una gran parte de la colección beisbolera del maestro oaxaqueño Francisco Toledo.

Con un roster de 26 extraordinarios artistas mexicanos, la renovación de la sala cumplió con el propósito de mantener el aroma del Rey de los Deportes en cada centímetro de sus paredes, pero sin descuidar la intención de maravillar a los visitantes con la magia de cada uno de los participantes en la muestra.

“Segundo inning, la fiesta del beisbol” nació como una oportunidad de demostrar, local e internacionalmente, que el deporte y el arte van de la mano, y que en el Estadio Alfredo Harp Helú conviven de manera única en el mundo. El Museo Diablos no podía ser ajeno a la celebración de la LMB, Mexico City Series 2023, donde se enfrentaron los Gigantes de San Francisco a los Padres de San Diego el sábado 29 y domingo 30 del pasado mes de abril, encuentro que atrajo a un gran número de aficionados de diferentes partes de nuestro país, Estados Unidos y Canadá, siendo la primera vez que la Ciudad de México era sede de juegos oficiales de las Grandes Ligas, un evento que había sido esperado desde hacía muchos años.

Nuestro line up de lujo no falló y cada artista puso su mayor esfuerzo para llevarse la victoria. A continuación, se narran algunos de los mejores momentos del encuentro. Para recibirnos está nuestro Gran Pitcher, obra inédita del maestro Amador Montes, quien desde una lomita de pelotas le hace un lanzamiento a nuestro Bateador con máscara de diablo, pieza de Víctor Vázquez hecha de barro precocido de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca. Como testigo de esta jugada se encuentra el Juego de Pelota, de Demián Flores, que conjunta este juego mesoamericano con el contemporáneo en una magnífica obra realizada con hoja de oro y plata.

A unos pasos podemos encontrar, mirando desde lo alto, una pequeña parte de la gran colección Diablos, de Alejandro Vera, que nos transporta a las fiestas patronales de Juxtlahuaca, donde los Diablos pueden tomar cualquier forma y escala porque, en palabras del autor, “Al diablo nadie lo conoce”.

Una parte vital de esta fiesta es el “Grand Slam del Arte Beisbol Filatélico”. Desde que el Museo de la Filatelia de Oaxaca abrió sus puertas —en 1998—, con el propósito de conservar, exhibir y difundir el coleccionismo de estampillas postales, y en la búsqueda constante de preservar la filatelia en nuestros días mediante exposiciones permanentes, temporales e itinerantes, ha generado proyectos en conjunto con prestigiosas instituciones académicas y culturales. También ha logrado sinergias con pequeños grupos, colectivos y, por supuesto, destacados filatelistas y asociaciones filatélicas nacionales e internacionales que ven en el Mufi el espacio ideal para exhibir sus obras y colecciones dirigidas a distintos públicos. “Grand Slam” es una exposición que surgió como un proyecto colaborativo entre los Diablos Rojos del México, los Guerreros de Oaxaca y la Academia de Beisbol Alfredo Harp Helú.

La idea de este proyecto surgió al observar que los bates y las pelotas, que se encontraban en desuso debido al desgaste, eran objetos olvidados por los jugadores de los Diablos Rojos, los Guerreros de Oaxaca y los alumnos de la Academia. Lo anterior dio pie a la idea de que merecían ser recuperados y reutilizados, aunque ya no para el juego, sino como soportes para ser intervenidos por artistas visuales. La geometría de un cuadrangular, representado en un diseño sobrio de un timbre postal, impreso en negro y en papel de algodón, además del bate y la pelota, fueron proporcionados a cada artista para que intervinieran el gráfico y los objetos con técnica libre, enfatizando el tema beisbolero y el arte postal.

Nuestro gran cierre es “No existen los quizás en el beisbol”, una muestra del amor que siente Demián Flores por el beisbol y el arte, junto a uno de los cómplices que ha encontrado en el camino: Eduardo Roca Salazar, Choco, con quien trabaja una serie llamada “Al alimón”, en la que casi podemos escuchar el golpe al bat de las jugadas plasmadas. También se exhiben serigrafías, ilustraciones, gorras bordadas con frases icónicas de Pedro el mago Septién y una maravillosa colección de bats ingeniosamente intervenidos con la que, mediante luces y sombras, se puede soñar con las infinitas posibilidades que pueden existir en un diamante.

Finalmente, tenemos la pieza con la que inició la relación de Flores con la familia Harp Grañén. Se trata de una postal donde el maestro Francisco Toledo recomienda a su pupilo para ser incluido en el libro Vivir y morir jugando beisbol, de don Alfredo Harp.

Aunque en el beisbol no hay nada escrito, esperamos estar haciendo historia al ser el primer museo que cuenta con una exhibición tan rica en técnicas, perspectivas y sentires de distintos artistas con los que nos une la pasión por los Diablos Rojos del México y el beisbol.


EN MEMORIA DEL PROFESOR JUAN VÁSQUEZ GUZMÁN (TRIQUI DE CHICAHUAXTLA)

El jueves 31 de agosto nos despedimos del profesor Juan Vásquez Guzmán (1962- 2023), originario de San Andrés Chicahuaxtla. Su infancia no fue fácil, pero gracias a su tenacidad obtuvo su licenciatura y se convirtió en maestro, ingresando al magisterio en 1980. Antes de jubilarse, hace una década, fue director de la escuela primaria de su comunidad. Paralelamente a esta carrera, cumplió con todos sus cargos comunitarios llegando a ser reconocido como parte de “los caracterizados” de Chicahuaxtla, siendo agente municipal en el año 2004; hasta el momento de su deceso, ostentaba un lugar en el equipo del Comisariado de Bienes Comunales.

También fue una figura importante en la defensa de la lengua y cultura triqui. Desde su ingreso al magisterio participó en actividades culturales y lingüísticas; junto con el profesor Fausto Sandoval Cruz hizo aportaciones para los contenidos de los libros de texto en triqui impresos en 1993, así como en la creación de videos para el cuidado del medio ambiente y la salud en el mismo año.

En 2007, estando comisionado en la zona escolar impulsó, junto con otros maestros, la estandarización de la ortografía triqui, ya que los escritores usaban diferentes formas de escritura. Por ejemplo, algunos de ellos para escribir la palabra sol usaban la diéresis en la “u” (güi), como en español; otros evitaban su uso (gui) y algunos más utilizaban la “w” (wi). En 2008 impulsó también un taller para la creación de neologismos, y participacipó en el doblaje del documental Una verdad incómoda, una película que habla sobre el cambio climático. Como pensador y autoridad, le tocó hacer el doblaje de Al Gore (proyecto con la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca). Fue asesor de otras iniciativas de la FAHHO, como la exposición “Hilarión, memorias de un héroe triqui” (proyecto de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova), de trabajos de tesis y de documentación lingüística. A diferencia de tantos otros activistas lingüísticos, él dio el ejemplo en su propia casa, asegurándose de que el triqui fuera la primera lengua de sus hijos.

También fue músico, y al ser docente de profesión utilizó este arte como un medio para promover la lengua triqui. Tocaba la guitarra con la afinación triqui, que involucra múltiples primeras cuerdas. Escribió varias melodías en su lengua y las dio a conocer, siendo vocalista del grupo musical Montaña Triqui. El profesor Juan Vásquez fue un ejemplo para su familia, pueblo y compañeros de vivir en comunidad.


Rostros de arte y color: ¡El MIO llega a la Mixteca!

Han pasado ya once años desde que, de la mano de autoridades y ciudadanos, la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca emprendió un proyecto extraordinario: la restauración de la antigua casa de visita de San Miguel Tixá. Dicho inmueble forma parte de un conjunto arquitectónico del siglo XVI que exhibía un grado muy severo de deterioro después de décadas de abandono. A pesar de que Tixá, como tantos otros pueblos de la Mixteca oaxaqueña, es una pequeña villa, resguarda también en sus espacios un elocuente testimonio de varios siglos de vida comunitaria, así como de un capítulo irremplazable de la historia de la evangelización en Oaxaca.

Es natural, entonces, que nos cause tanta alegría entregar a San Miguel Tixá otra sección plenamente rehabilitada de su casa de visita. En esta etapa del proyecto se consolidaron muros, se liberaron agregados, se abrieron vanos tapiados, se colocaron nuevos pisos y se recuperó el sistema original de la cubierta. Por primera vez en mucho tiempo, la comunidad podrá habitar y mostrar con orgullo este elemento tan importante de su patrimonio edificado. Sin embargo, el trabajo apenas comienza.

Una dimensión crucial —aunque frecuentemente desatendida— de todo proyecto integral de puesta en valor del patrimonio, es la apropiación comunitaria. Solo hace falta detenernos a observar casi cualquier edificio histórico en estado ruinoso para notar que, antes del deterioro de sus elementos materiales, acaeció un deterioro en su función social. Poco importan las cualidades o significados que se le atribuyan al inmueble. Salvo contadas excepciones, los únicos edificios que logran mantenerse en buen estado a lo largo del tiempo son aquellos que resultan significativos para las personas en el presente.

Dotar a la casa de visita de un uso que los habitantes encuentren relevante y provechoso es la única vía para garantizar su conservación a largo plazo. No obstante, tampoco basta con destinarla a la atención de cualquier necesidad comunitaria. A fin de cuentas, por tratarse de un espacio de carácter patrimonial es necesario buscar que su nuevo uso fortalezca, en quienes lo habiten, la capacidad de evocar preguntas sobre su identidad, memoria, presente y proyectos a futuro. En eso que conocemos como “apropiación comunitaria del espacio” consiste el siguiente desafío en el que la FAHHO acompañará a las personas de San Miguel Tixá.

“Rostros de arte y color” es la exposición didáctica del Museo Infantil de Oaxaca en Tixá. Como en ocasiones anteriores, recurriremos a la inspiración de los grandes maestros de la plástica oaxaqueña para propiciar encuentros significativos entre la niñez y el patrimonio. En esta ocasión, la única diferencia es que el MIO saldrá de la estación y llevará sus piezas, talleres y experiencias hasta donde se encuentran las niñas y niños de la Mixteca.

Pretendemos que la exposición sirva de puente entre la realidad cotidiana de cada visitante y las historias de vida de tres artistas destacados de nuestro estado: Rodolfo Morales, Rufino Tamayo y Rodolfo Nieto. Nuestra intención es que las infancias descubran, por medio de las personas e historias que inspiraron a estos artistas, el potencial de las artes plásticas como un medio para su propia expresión, tanto individual como colectiva. Es por ello que cada uno de los tres espacios de la exposición conjuga elementos museográficos tradicionales con estaciones interactivas de pintura, collage y grabado.

Gracias a “Rostros de arte y color”, las niñas y niños de Tixá disfrutarán de su primera exposición didáctica. Por su parte, sus madres, padres y abuelos también participarán del primer museo infantil en la historia de su pueblo. Después de todo, un principio rector de la exposición fue propiciar desde su diseño el desarrollo de capacidades al interior de la comunidad misma.

Este esquema de colaboración se manifiesta claramente en la distribución de tareas. Así, el Museo se hará cargo de la producción y de la impartición de los talleres mensuales, mientras que la agencia municipal aportará el trabajo de dos mediadores de sala, vecinos de Tixá, que ayudarán a cada visitante a realizar las actividades y a entender, desde su propio contexto, la vida de cada uno de los personajes.

Este es el camino que hemos trazado para acompañar a los habitantes de San Miguel Tixá en la recuperación de sus espacios patrimoniales. El inmueble está listo. Ahora, será el empeño y la creatividad de sus habitantes los que consigan restaurar su sitio en la vida comunitaria, y de esta manera abrirlo para que las infancias lo conozcan, transformen y cuiden.


Historias más allá de las palabras

En los libros hay mensajes e historias que no están codificados con signos alfabéticos. Los libros tienen su propia memoria y su trayectoria queda registrada de diversas maneras: algunas veces encontramos una flor, un separador, un sello, un pedazo de tela, la envoltura de alguna golosina, dibujos, una encuadernación peculiar, marcas en sus cantos, y muchas otras cosas extrañas que son huellas de sus antiguos poseedores y testigos de su circulación.

Los ex libris en estampa son de los testimonios más interesantes, algunos tan personales que muestran en pocos centímetros la ideología o intereses de sus propietarios. Cargados de simbolismo o con mensajes explícitos los hallamos, frecuentemente, compartiendo espacio con otros: a veces padres, hijos y nietos conviviendo en la misma guarda, la misma lectura.

El artista Francisco Quintanar, originario de la Ciudad de México, ha elegido el grabado como una de sus formas predilectas de expresión y ha dedicado una parte de su obra a los ex libris, mismos que ha elaborado en técnicas como la xilografía, el grabado en metal, el aguafuerte y la aguatinta. Quintanar nos brindó una conferencia relacionada con este tema en la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa, además de hacer una donación de setenta y cinco ex libris de su autoría para que formen parte de la colección.


Kyle Martin, el rey de cuadrangulares 2023 en la LMB

Kyle Martin en el Estadio de Beisbol Alfredo Harp Helú. Fotografía: Enrique Gutiérrez.

La temporada 2023 trajo otro récord importante para los Guerreros de Oaxaca: por primera vez en la historia del club se hizo acreedor al galardón de líder de cuadrangulares en todo el circuito veraniego, siendo el norteamericano Kyle Martin quien lo consiguió al conectar un total de 26 vuelacercas. Martin, quien disputó su segundo año con el equipo bélico y en la Liga Mexicana de Beisbol, se consagró como el pelotero con más cuadrangulares conectados este 2023. Para ser el primer jugador en la organización bélica en alcanzarlo, necesitó un total de 26 jugadas, logrando conectar el definitorio en su último turno al bat del año frente a los Tigres de Quintana Roo en el estadio Eduardo Vasconcelos, con lo que consiguió romper el empate en el liderato que mantenía con Aderlin Rodríguez, bateador dominicano que jugó para los Toros de Tijuana.

El equipo bélico fue el primer club donde Kyle Martin militó en la LMB, al haber llegado en 2022, siendo ese año una de sus mejores temporadas como pelotero profesional. Tan solo en 39 encuentros conectó un total de 18 cuadrangulares, 44 hits y produjo 47 compañeros a home plate, contando con un promedio de bateo de .364.

Este gran inicio de Martin hizo que Padres de San Diego lo firmara y llevara para militar en sucursales de ese club. En los últimos años, Guerreros ha contado con diferentes peloteros como líderes en varios departamentos, un ejemplo de ello se registra en 2021, cuando el joven Juan Carlos Camacho se consagró como Novato del Año, rango que, de la misma forma, conseguía por primera vez un pelotero de Guerreros.

En su historia, el equipo bélico también ha tenido a los siguientes peloteros como líderes en diferentes rubros:

Campeones de bateo:
2007 – Carlos Rivera .410
2011 – Bárbaro Cañizares .393

Carreras anotadas:
2002 – Lino Conell 102
2018.2 – Dustin Geiger 48
2019 – Alonzo Harris 131
Hits:
2000 – Óscar Azocar 185
2002 – Lino Conell 163
2018.2 – Yuniesky Betancourt 91
Hits dobles:
2002 – Lino Conell 45
2004 – Pedro Santana 29
2012 – Bárbaro Cañizares 36
2018.2 – Yuniesky Betancourt 22
Hits triples:
2010 – Eloy Gutiérrez 9
2014 – Alan Sánchez 8
Jonrones:
2023 – Kyle Martin 26
Carreras producidas:
1998 – Nelson Barrera 110


Florera bordada de perlas

Al sur de la ciudad de Oaxaca se encuentra Zaapeche, comunidad cuyo nombre significa ‘Nube donde se esconde el jaguar’ en la lengua originaria de los binnigula’sa’, ancestros zapotecos, hoy mejor conocida como San Bartolo Coyotepec. Este pueblo es reconocido a nivel internacional por la elaboración de alfarería de color negro, a la que se dedican sus habitantes desde hace cientos de años. En esta ocasión les hablaremos del trabajo del maestro del arte popular de Oaxaca José López Aragón quien, junto con su esposa, han creado la “Florera bordada de perlas”.

Para darle vida a la florera se recorre el siguiente camino: una vez que se ha extraído el barro, el maestro lo amasa de manera uniforme, lo que permitirá que tenga una buena consistencia a la hora de modelar la pieza. Lo primero que elabora con el barro son tiras que va colocando en un torno manual de madera, que previamente ha cubierto con barro en polvo para que la pieza no se pegue; luego, al tener “levantada la pieza” se forma la boca con un pedazo de cuero de res, detalle que ayuda a que esta parte de la florera sea lo más delgada posible. Para que la pieza gane consistencia se deja secar por un día. Posteriormente se procede a rasparla, por dentro y por fuera, con un pedazo de jícara, esto es para adelgazarla y estilizarla con más facilidad, si este procedimiento se hiciera desde el comienzo, no soportaría el peso y se caería.

Cuando la florera está delgada se comienza a bruñir con un cuarzo para que adquiera su característico acabado brilloso; cuando ya se ha bruñido toda la pieza, el maestro la perfora con un carrizo, después se concentra en los acabados y, finalmente, la cubre con un plástico para que se seque por completo y finalmente se procede a hornearla.

Quien se encarga de hacer las “perlas” es la maestra Modesta Gonzáles Ruiz. Con gran habilidad las elabora huecas y, al estar oreadas, las bruñe una por una. Por más de veinte días se elaboran entre 500 y 525 perlas que luego serán horneadas durante 12 horas. Cuando están listas se “bordan” en la florera con hilo negro: el resultado final es una pieza que tan solo con verla deseamos tener en nuestros hogares.

Al apreciar las grandes habilidades de las y los maestros comprobamos que, con el paso del tiempo, sus manos se han convertido en las principales herramientas con las que dan vida a sus piezas, en donde plasman sus años de aprendizaje y su legado como una herencia para las nuevas generaciones.

Te invitamos a conocer estas floreras bordadas de perlas en las salas de Andares del Arte Popular, ubicada en Avenida Independencia 1003, Oaxaca, Centro.


Curso-Taller de Cuantificación en Lenguas Naturales

Los hablantes de una lengua solemos decir cosas sobre individuos particulares (personas, cosas o lugares), pero también —muy frecuentemente— hacemos afirmaciones generales. Cuando decimos “algunas ardillas muerden” o “todas las ardillas viven en árboles”, no estamos diciendo algo sobre un individuo en específico, sino que aseveramos generalidades sobre el conjunto de las ardillas. A esto le llamamos cuantificar, y aunque el nombre suene a determinar la cantidad de cosas que cumplen con una propiedad, la cuantificación se puede entender como la manera en la que modulamos nuestras generalizaciones —pues no es lo mismo decir que algunas ardillas muerden a afirmar que todas lo hacen.

Todas las lenguas tienen expresiones especiales para modular sus generalizaciones. A estas, como “todos”, “alguna”, “varios” o “ninguno” en español, les llamamos “cuantificadores”. En lingüística, y particularmente en semántica, los cuantificadores han sido objeto de intenso estudio y se ha desarrollado toda un área de investigación en torno a sus características en lenguas bien conocidas, como el inglés. Pero en las que llamamos “subrepresentadas” —como las lenguas indígenas habladas en México o la Lengua de Señas Mexicana— estas nociones se han estudiado poco o casi nada. Y hay mucho que preguntarnos, por ejemplo: ¿Todas las lenguas tienen expresiones equivalentes para cuantificar? ¿Todas las lenguas tienen un cuantificador universal como “todos”? ¿Todas las lenguas pueden expresar cantidades numéricas (uno, dos, cien..)? ¿Todas las lenguas distinguen cantidades grandes (p.ej. muchos) de cantidades pequeñas (p. ej, poquitos) en su léxico?

Para contestar estas preguntas se requiere cierto entrenamiento y formación teórica. Así, del 26 de junio al 1 de julio de 2023, el Seminario de Semántica Descriptiva, en colaboración con la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova de la FAHHO y la Unidad de Extensión Académica de la UNAM en Oaxaca llevaron a cabo el Curso-Taller de Cuantificación en Lenguas Naturales. El curso fue impartido por tres profesores reconocidos en el área: Patricia Cabredo-Hofherr, del Centre National de la Recherche Scientifique (Francia), Scott AnderBois, de la Universidad Brown (EUA) y Justin Royer, de la Universidad de Berkeley (EUA). Además de los cursos impartidos por los profesores invitados, las y los participantes trabajaron diariamente en un taller en el que se buscaron y analizaron datos de distintas lenguas con base en lo aprendido en los cursos diarios.

Este curso contó con 41 participantes, considerando 3 profesores invitados, 8 organizadores y 30 estudiantes de lingüística —de licenciatura y posgrado—, la mayoría especializada en el estudio de alguna lengua indígena, y siete de ellos hablantes nativos de sus lenguas de estudio. En total, se analizaron los cuantificadores de 24 lenguas, que incluyen una o más variantes de amuzgo, chinanteco, cuicateco, ch’ol, matlatzinca, mazahua, mazateco, mixe, mixteco, nahuatl, otomí, purépecha, totonaco, triqui, wixárika, zoque y Lengua de Señas Mexicana (LSM). En las discusiones del taller fuimos viendo que no todas las lenguas expresan los mismos significados en sus cuantificadores, que algunas tienen cuantificadores especializados en la materia que cuantifican (por ejemplo, si son entidades líquidas), que otras usan la misma palabra para el universal todos y para expresar la cantidad muchos, y que diversas de estas lenguas marcan operaciones como la distribución directamente en sus numerales (como “de a uno / de a dos”, etc).

Como muestra de lo que se aprendió en este taller, los participantes preparan un documento que compila sus hallazgos y que se irá presentando en las sesiones mensuales del Seminario de Semántica Descriptiva organizado por investigadores de la UNAM (el Instituto de Investigaciones Filológicas, el de Investigaciones Antropológicas y la Facultad de Filosofía y Letras) y El Colegio de México. Este Curso Taller se realizó con el financiamiento del CONAHCYT (Ciencia de Frontera 11313) y el apoyo de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, de la Unidad de Extensión Académica de la UNAM en Oaxaca, el Posgrado en Lingüística de la UNAM y la Dirección General de Asuntos del Personal Académico de la UNAM.


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