Boletín FAHHO Digital No. 31 (Oct 2023)

Rostros de arte y color: ¡El MIO llega a la Mixteca!

Arturo Saavedra

Han pasado ya once años desde que, de la mano de autoridades y ciudadanos, la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca emprendió un proyecto extraordinario: la restauración de la antigua casa de visita de San Miguel Tixá. Dicho inmueble forma parte de un conjunto arquitectónico del siglo XVI que exhibía un grado muy severo de deterioro después de décadas de abandono. A pesar de que Tixá, como tantos otros pueblos de la Mixteca oaxaqueña, es una pequeña villa, resguarda también en sus espacios un elocuente testimonio de varios siglos de vida comunitaria, así como de un capítulo irremplazable de la historia de la evangelización en Oaxaca.

Es natural, entonces, que nos cause tanta alegría entregar a San Miguel Tixá otra sección plenamente rehabilitada de su casa de visita. En esta etapa del proyecto se consolidaron muros, se liberaron agregados, se abrieron vanos tapiados, se colocaron nuevos pisos y se recuperó el sistema original de la cubierta. Por primera vez en mucho tiempo, la comunidad podrá habitar y mostrar con orgullo este elemento tan importante de su patrimonio edificado. Sin embargo, el trabajo apenas comienza.

Una dimensión crucial —aunque frecuentemente desatendida— de todo proyecto integral de puesta en valor del patrimonio, es la apropiación comunitaria. Solo hace falta detenernos a observar casi cualquier edificio histórico en estado ruinoso para notar que, antes del deterioro de sus elementos materiales, acaeció un deterioro en su función social. Poco importan las cualidades o significados que se le atribuyan al inmueble. Salvo contadas excepciones, los únicos edificios que logran mantenerse en buen estado a lo largo del tiempo son aquellos que resultan significativos para las personas en el presente.

Dotar a la casa de visita de un uso que los habitantes encuentren relevante y provechoso es la única vía para garantizar su conservación a largo plazo. No obstante, tampoco basta con destinarla a la atención de cualquier necesidad comunitaria. A fin de cuentas, por tratarse de un espacio de carácter patrimonial es necesario buscar que su nuevo uso fortalezca, en quienes lo habiten, la capacidad de evocar preguntas sobre su identidad, memoria, presente y proyectos a futuro. En eso que conocemos como “apropiación comunitaria del espacio” consiste el siguiente desafío en el que la FAHHO acompañará a las personas de San Miguel Tixá.

“Rostros de arte y color” es la exposición didáctica del Museo Infantil de Oaxaca en Tixá. Como en ocasiones anteriores, recurriremos a la inspiración de los grandes maestros de la plástica oaxaqueña para propiciar encuentros significativos entre la niñez y el patrimonio. En esta ocasión, la única diferencia es que el MIO saldrá de la estación y llevará sus piezas, talleres y experiencias hasta donde se encuentran las niñas y niños de la Mixteca.

Pretendemos que la exposición sirva de puente entre la realidad cotidiana de cada visitante y las historias de vida de tres artistas destacados de nuestro estado: Rodolfo Morales, Rufino Tamayo y Rodolfo Nieto. Nuestra intención es que las infancias descubran, por medio de las personas e historias que inspiraron a estos artistas, el potencial de las artes plásticas como un medio para su propia expresión, tanto individual como colectiva. Es por ello que cada uno de los tres espacios de la exposición conjuga elementos museográficos tradicionales con estaciones interactivas de pintura, collage y grabado.

Gracias a “Rostros de arte y color”, las niñas y niños de Tixá disfrutarán de su primera exposición didáctica. Por su parte, sus madres, padres y abuelos también participarán del primer museo infantil en la historia de su pueblo. Después de todo, un principio rector de la exposición fue propiciar desde su diseño el desarrollo de capacidades al interior de la comunidad misma.

Este esquema de colaboración se manifiesta claramente en la distribución de tareas. Así, el Museo se hará cargo de la producción y de la impartición de los talleres mensuales, mientras que la agencia municipal aportará el trabajo de dos mediadores de sala, vecinos de Tixá, que ayudarán a cada visitante a realizar las actividades y a entender, desde su propio contexto, la vida de cada uno de los personajes.

Este es el camino que hemos trazado para acompañar a los habitantes de San Miguel Tixá en la recuperación de sus espacios patrimoniales. El inmueble está listo. Ahora, será el empeño y la creatividad de sus habitantes los que consigan restaurar su sitio en la vida comunitaria, y de esta manera abrirlo para que las infancias lo conozcan, transformen y cuiden.


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