PORQUE TODOS TENEMOS ALGO QUE CONTAR

Septiembre fue un mes que nos movió a muchos. Dos días después del primer sismo organizamos funciones solidarias para recaudar fondos que ayudaran en algo a los damnificados en el Istmo sin sospechar que en breve le tocaría a la Ciudad de México vivir momentos difíciles.

Para ambas causas allí estuvimos con nuestro granito de arena. Nuestro equipo no tuvo un impacto cuantificable, no representó los millones de pesos que se necesitarían para reconstruir lo perdido y tampoco devolvió las cosas, por arte de magia, a su estado original. Nuestra labor estuvo destinada a los más jóvenes, los que tomarán en un futuro la estafeta de este país.

En la Ciudad de México nuestra ayuda consistió en narrar cuentos por radio para llevar algo de tranquilidad a la gente que se quedó en sus casas. Muchas de esas personas no tuvieron pérdidas materiales o de seres queridos, pero no por ello dejaron de verse afectadas por el terremoto del 19 de septiembre. Una vez más, a través de nuestras historias, fuimos una válvula de escape para la sociedad.

Eventos como estos nos hacen caer en cuenta de que nadie tiene la vida comprada. Por lo tanto, a todos nos toca agradecerle a la vida por lo que tenemos, bueno o malo. A final de cuentas, lo importante de estar aquí es que estemos cumpliendo nuestra misión en la vida.

De septiembre habrá que quedarse con esa consciencia colectiva que impulsó a muchos a olvidarse de sí mismos como individuos para contribuir a sacar adelante a los demás como un todo. Es importante no olvidar que es momento para que cada uno deje de lado el bienestar personal y busque el colectivo, que a la larga será lo que nos saque adelante como nación.

Por lo pronto, nosotros seguimos aquí enfocados en este proyecto llamado Festival de Cuentos, buscando alternativas para mantenerlo vigente y luchando para que la semilla del sueño del primer festival plantada hace diez años siga floreciendo y extendiendo sus ramas para abrazar otros sueños. Seguiremos narrando nuestras historias para que nuestro público siga asistiendo a los eventos de cuentos y nos complemente en este arte efímero que vive intensamente en la imaginación de quienes nos escuchan.

ARTESANÍA Y DISEÑO

Uno de los objetivos del Laboratorio de Diseño en Andares es apoyar la comercialización de los productos hechos con técnicas tradicionales. Para ello hemos creado vínculos con diversos talleres con los que colaboramos de diferentes maneras.

Tenemos la misión de construir métodos de trabajo que abracen los valores tradicionales y que propongan nuevos diseños. Queremos fomentar en el público el respeto por la labor del artesano y propiciar en el artesano el dominio de la técnica con el fin de comercializar con mayor facilidad sus piezas. La unión de conocimientos propicia que la producción se dirija a nuevos mercados y que las técnicas se transmitan a nuevas generaciones. Un ejemplo de ello es la colaboración generada con don José Hernández en el taller Casa Viviana. Con un esfuerzo común, tratamos de solucionar el problema de la resistencia de sus velas al calor del ambiente. Propusimos aumentar el grueso de la base para elevar su resistencia y reducir su altura para evitar que el peso doblara la cera. El resultado fue exitoso: una vela funcional y diferente. Además, durante las sesiones de trabajo, resolvimos conjuntamente la creación de una nueva vela que evitara la posibilidad de ser reproducida por otros talleres inmediatamente, problemática planteada desde las primeras pláticas.

Hemos encontrado que muchos acercamientos con los artesanos no tienen que ver con la intervención en la técnica, sino con el uso de materiales de mejor calidad o con el manejo de colores pensados en las tendencias y en el mercado al que Andares llega. El único propósito es aumentar las posibilidades de comercialización de los productos.

Otro acercamiento del Laboratorio fue con Nayeli Toribio, una tejedora de San Juan Cotzcocón que siempre ha tenido mucho interés en desarrollar nuevos productos y abrir las posibilidades para ella y su familia. Nayeli nos presentó un modelo genérico de ruanas y capas que ya vendía. Le propusimos trabajar con nuevos hilos y nuevas mezclas de colores. Al principio temía usar nuevos materiales, pues sentía seguro su mercado. Después de varias pláticas, se animó. El resultado fue una pieza visiblemente de mejor calidad que ha tenido buenas reacciones con los clientes.

De esta forma medimos el impacto que tenemos con los diferentes talleres y la manera de replicar los casos o establecer guías de trabajo para poder alcanzar a artesanos de regiones más alejadas.

La diversidad de técnicas y actividades, así como la arraigada tradición de su labor, complica la colaboración con los artesanos, pero a medida que nos acercamos es posible entendernos y generar proyectos conjuntos con el fin de lograr mejores resultados que respeten el trabajo de todos. Seguiremos acercándonos a los talleres para continuar aprendiendo y creando.

UNA LUZ PARA MÉXICO

México atraviesa por un mal momento. Las causas son innumerables; algunas provocadas por nosotros mismos, otras impuestas desde el extranjero. Nuestro país tiene que encontrar soluciones y los habitantes tenemos que trabajar juntos por ellas. No podemos seguir esperando a que el remedio nos caiga del cielo; cada mexicano tiene que hacer lo que le corresponde y encontrar rumbos ajenos a la violencia que nos hermanen como sociedad.

Hoy más que nunca necesitamos que los intereses del país estén por encima de los personales. México es un país plural, abierto, lleno de posibilidades de crecimiento y es hora de que potencialicemos nuestras virtudes. El futuro depende de nosotros. Asumamos que México es una potencia en muchos sentidos; basta con abrir una ventana para sentir el poder de su cultura, las riquezas naturales, las bellezas que producen nuestros artesanos, la eficiente mano de obra calificada, valiosos empresarios comprometidos con la competitividad internacional y la extraordinaria gastronomía que nos define. México cuenta con millones de talentos que viven anónimamente y que conforman nuestro gran país, todos juntos somos la solución. Saquemos lo mejor que tenemos dentro, construyamos y creamos en nosotros mismos.

De poco sirven las palabras si no se actúa, así que redoblaré mis esfuerzos en beneficio de México, principalmente a través de la fundación que lleva mi nombre, en rubros como la educación, la cultura, la salud, el cuidado del medio ambiente y el deporte. Además, me comprometo a colaborar con diversos sectores para que juntos propongamos planes que beneficien a México; que abran fuentes de trabajo en proyectos constructivos y necesarios para el país. Los retos que tenemos son enormes, pero nos motivan porque hay mucho por hacer.

Es momento de actuar, de darnos la mano, de ayudarnos unos a otros. La crisis puede contrarrestarse con la voluntad y el actuar de los mexicanos. Cada quien en su ámbito puede aportar algo por el bien común. Con las decisiones pequeñas que se toman día a día se puede evitar la corrupción, el daño al planeta y el deterioro de nuestra sociedad.

TEJIDO HUMANO

Sin duda alguna, el 2017 nos ha sacudido a todos. Veo los escenarios local, nacional y mundial, y recuerdo a mis profesores haciéndonos valorar la importancia de la historia pues, de lo contrario, viviríamos los mismos errores que en el pasado. Basta echar un vistazo a cualquier lugar del mundo para darnos cuenta de que muchas cosas que nos ocasionan problemas hoy, o que están sembrando problemas que probablemente se cosecharán mañana, no son temas nuevos.

En mi caso, aunado a esto, algunas complicaciones familiares me tenían un poco preocupado. Sin embargo, el pasado 24 de diciembre recibimos una llamada muy alentadora en torno a ello y, al tiempo que veía en nuestros rostros cómo la preocupación disminuía, mi cabeza daba vueltas y vueltas sobre la incuantificable resistencia humana para luchar contra la adversidad… La fantástica inventiva humana para hallar (o construir) un camino para vencer los obstáculos que se presentan.

Valoro especialmente al textil (enamorado de las fibras, qué otra cosa puedo decir) no sólo por su belleza, sino por la carga emocional que cada hilo contiene. Recuerdo a Lorena Román, mi mentora, en el primer día de clases: “Los textiles siempre están con nosotros: desde que nacemos hasta que nos vamos de este mundo”. Con el paso de los años, mi experiencia en el museo —las conversaciones con quienes crean este arte, las valiosas enseñanzas que día a día he adquirido— me ha convencido firmemente de que la tela es, literalmente, el lazo más fuerte de la humanidad.

Los seres humanos compartimos emociones y momentos importantes en la vida: celebramos un nacimiento o alguna unión entre personas que se aman, y también conmemoramos la vida que llevó alguien que se nos va. Todos son hitos y momentos que acompañamos con algún textil… más o menos comercial, más o menos único, más o menos elaborado, pero siempre con la misma intención: marcar nuestros pasos en esta vida tratando de encontrarle algún sentido. ¿Cómo es posible que se alimente el separatismo, se justifique el racismo, se menosprecie a quien está a nuestro lado, si todos compartimos un legado universal? Las telas nos lo demuestran: somos miembros de una misma especie, habitamos un mismo planeta. Estoy convencido de que las actividades que realizamos nos ayudan a identificarnos y a entendernos unos con otros: los textiles nos hermanan y nos muestran qué tan similares somos entre nosotros.

El Museo Textil de Oaxaca se establece no sólo como un remanso de paz en un mundo turbulento, sino como un espacio donde es posible intercambiar experiencias, conocer otros modos de apreciar la vida, visualizar —de un modo un poco más tangible— nuestras semejanzas, pues aún en nuestras diferencias, encontramos un punto en común: la vida. Más allá de simplemente “tolerar” las diferencias, considero que las ideas, los significados, las emociones, los deseos, incluso los miedos que se vierten en las telas, son una muestra para enfatizar el común denominador de nuestra especie y poner de manifiesto el respeto que debe existir entre las culturas que habitamos esta tierra compartida. En el MTO no caben el egoísmo ni los prejuicios ni la indiferencia; éste es un espacio de solidaridad, de empatía, de pluralidad, de acción, de creación.

Cuando compartí estas ideas con Alejandro de Ávila, me dijo que es importante alimentar decididamente la esperanza entre nosotros ante el panorama que se cierne. Ésta es la intención de este mensaje: utilizar este espacio como medio de reflexión, animarnos a mirar hacia el frente y trabajar como equipo, pues sólo mediante la suma de esfuerzos podremos seguir avanzando.

X FESTIVAL DE CUENTOS PARA NIÑOS

El proyecto del Festival de Cuentos para Niños comenzó como todos nuestros proyectos: con una idea clara de lo que buscábamos y las ganas de llevarlo tan lejos como fuera posible. Definitivamente, uno no sabe qué rumbos tomarán las propuestas emprendidas pues hay muchos factores que intervienen para moldear el camino que se ha de seguir. El Festival de Cuentos para Niños tuvo la suerte de ser bien recibido por el público de Oaxaca antes de su llegada oficial.

Este festival tuvo su primera edición en la Ciudad de México. Fue una labor agotadora colocar las nueve funciones que lo conformaron pues, al igual que pasa con muchas actividades culturales, nuestra propuesta se ahogó en el mar de actividades culturales que suceden a diario en la ciudad más grande del país. Sin embargo, la experiencia fue buena y las ganas de organizar la segunda edición estaban presentes.

Pocos saben que en la BS Biblioteca Infantil de Oaxaca surgió la idea de llevar el festival a Oaxaca. Era julio de 2008 cuando tuvimos la fortuna de presentar un espectáculo de cuentos en este recinto ante un público abierto a escuchar historias. Fue tal el entusiasmo de la gente que visitó ese día la BS que empezamos a trabajar en un nuevo formato para el festival.

El Jardín Conzatti fue el espacio que recibió por primera vez al Festival de Cuentos para Niños. Esa primera función del 21 de abril de 2009 se nos quedó muy grabada en la memoria y el segundo festival fue una experiencia que abrió el camino para que hoy estemos viviendo los resultados de un proyecto consolidado que ha tomado los rumbos más insólitos que, a su manera, cambió la forma de ver la lectura, la literatura y la tradición oral. Al respecto, es claro que hay un antes y un después del festival. Hoy los maestros incorporan los cuentos en el aula y todos quieren contar cuentos. La tarea más fácil está hecha: contagiamos la energía de la palabra hablada; falta hacer conciencia en que narrar cuentos no es tan sencillo como los narradores lo hacemos ver en el escenario.

En poco tiempo nuestro proyecto llegó a oídos de los narradores de México. Gracias a las transmisiones de CORTV, muchas zonas del estado de Oaxaca pudieron disfrutar del festival. Los narradores de otros países comenzaron a preguntarnos cómo podían participar en el festival. Nuestro trabajo tuvo eco en los cinco continentes. Se habla de él en polaco, en inglés y en francés; en Iberoamérica no pasa desapercibido. Esto nos ha obligado a cuidar más y más la calidad del elenco.

El Festival de Cuentos para Niños es fácil de realizar (en comparación con festivales de otras disciplinas) y aporta beneficios sociales y culturales tangibles: las bibliotecas y salas de lectura por las que pasa el festival se vuelven lugares más amables para el público; se fomenta la sana convivencia y los valores a través de la palabra; se muestran nuevos mundos a los escuchas y se les deja la cosquilla de conocer más a través de la lectura. De manera inconsciente la gente encuentra respuestas a sus preguntas e inquietudes a través de los relatos; todos aprendemos a apreciar, respetar y querer a los que nos son diferentes… porque es fácil hacerlo con los que nos son iguales, pero con alguien diferente es muy difícil y los cuentos, al menos, ayudan a entenderlo. A pesar de esto, cada año se afrontan dificultades para conseguir los recursos económicos que sostienen al proyecto. Actualmente contamos con el apoyo incondicional de la FAHHO pues se ha creado un vínculo muy poderoso gracias a la buena voluntad de sus colaboradores y a la calidad de nuestra propuesta. Pero aún falta mucho trabajo para convencer a las instituciones públicas del valor del proyecto, en parte debido a los cambios administrativos que ocurren frecuentemente.

Es curioso, los años con mayores dificultades son los que han aportado más al crecimiento de Cuentos Grandes para Calcetines Pequeños. Las complicaciones nos han obligado a ser creativos y de las soluciones han surgido nuevos proyectos. Este 2017 estamos celebrando la décima edición de un proyecto que siguió un camino sinuoso. Las negativas a continuar nos hicieron cambiar de senderos y encontrarnos con amigos que han fortalecido nuestras propuestas. Hoy contamos con aliados con quienes las relaciones de confianza son mutuas y donde colaboramos unos con otros para salir adelante. CLEAC en Oaxaca, ex diseño en Ciudad de México, Veleta Roja en España, la Escuela de NeiJing en París, Manos que Cuentan en Perú y las Hilanderas Solidarias en Ciudad de México son algunos de ellos, que mencionamos (sin un orden en particular) por su continua presencia. Sin embargo, el aliado más importante que hemos tenido desde esa primera función en el Jardín Conzatti es y seguirá siendo el público incondicional de este festival que se volvió parte importante de la ciudad de Oaxaca.

Por ahora, no sólo tenemos el reto de continuar con el festival otros 10 años más (o 15, o quizá 40) sino de crecer los otros proyectos que surgieron en el andar: La Comunidad del Buen Comer y El Hogar de la Memoria son los dos pilares que darán vida a nuevos proyectos que irán de la mano con lo ya consolidado. Y también tenemos por delante la tarea de seguir difundiendo el arte y la cultura que, a final de cuentas y en colaboración con otras entidades, será la única manera de sacar a la comunidad, al país y al mundo de todos sus problemas.

BIBLIOTECA EL GRAN COCODRILO EN MONTOYA

La lucha de la gente para vivir en un mundo mejor fue motivo de desvelos para el poeta mexicano Efraín Huerta y esta preocupación ha quedado en su obra poética para la posteridad.

El fraccionamiento Montoya pertenece al área territorial que comprende la agencia municipal de Montoya y se fundó hace aproximadamente 35 años. Cuenta con una superficie terrestre de 224 192.98 m2 y se encuentra ubicada al noroeste de la capital a cuatro kilómetros de distancia, muy cerca de Plaza Bella. Colinda con las colonias Jardines de las Lomas, fraccionamiento Álamos I.V.O., fraccionamiento Villas Monte Albán, la colonia Azucenas y La Joya. Según datos del INEGI 2010, el Fraccionamiento Montoya tiene una población total de 3 394 habitantes y 881 viviendas.

Su oferta educativa se compone de tres escuelas: un preescolar, una escuela primaria y una telesecundaria que diariamente atienden a niños y adolescentes provenientes de las diferentes colonias de esta zona geográfica.

Desde su fundación, el fraccionamiento Montoya ha contado con autonomía; su organización política recae en un Comité de Vida Vecinal (Comvive) que se nombra por medio de una asamblea, éste se encarga de realizar las actividades administrativas que requiere la colonia y sus habitantes durante dos años, tiempo que dura su administración.

Desde hace unos años, el tejido social de la colonia se ha visto afectado principalmente por la violencia y la delincuencia que imperan en la zona, según datos de la Dirección de Prevención al Delito y Participación Ciudadana de Oaxaca presentados en 2014. Esto ha generado que sobre todo los jóvenes formen parte de dichos problemas sociales, por lo cual sus actividades académicas se ven inconclusas, dando como resultado un alto índice de deserción escolar, principalmente en la telesecundaria perteneciente a dicha colonia.

Tomarse tan en serio los asuntos de la sociedad influyó en la escritura de Efraín Huerta. Una gran cantidad de sus poemas tienen como tema las luchas que libra la gente para vivir en un mundo mejor. A nuestro poeta no le gustaba mucho que las cosas estuvieran tan mal; no le simpatizaban, por ejemplo, las personas que hacen esos clubes que llaman “de rotarios” o “de leones” que más bien sirven para levantar muros entre las personas. En una ocasión, en una fiesta, anunció que, para oponerse a esas organizaciones, él fundaría el Club de los Cocodrilos, del cual sería el presidente perpetuo. De ahí le vino su apodo que, como puede verse, él mismo se inventó.

El año 2014 fue el centenario de su nacimiento, que coincidió con el acercamiento del Comvive Montoya a la Fundación Alfredo Harp Helú, para solicitar apoyo para su proyecto de biblioteca y el inicio de los trabajos para compartir este espacio con los niños, jóvenes y adultos de toda la comunidad de Montoya y vecinas, cosa que a Efraín le habría encantado. El pequeño espacio fue inaugurado el 3 de diciembre de 2016. La comunidad de Montoya, por medio de su Comvive y un grupo de jóvenes entusiastas, aportan el edificio, su mantenimiento y los servicios de biblioteca pública; la BS Biblioteca Infantil de Oaxaca, con fondos cedidos por la Dra. María Isabel Grañén Porrúa, diseñó los muebles, seleccionó y adquirió los libros que se han entregado para integrar el fondo de inicio y brinda acompañamiento al proyecto manteniendo contacto constante con miembros del Comvive y los jóvenes voluntarios, al mismo tiempo que ofrece compartir sus talleres y otras actividades a la comunidad de Montoya.

Tender puentes, hacer comunidad, colaborar con los proyectos que abren oportunidades para los niños y jóvenes son vocaciones de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca que coinciden con las preocupaciones del poeta por lo que, a solicitud de los miembros del Comvive Montoya, sugerimos homenajearlo poniéndole su apodo.

Hoy El Gran Cocodrilo es una realidad visible en un pequeño pero luminoso espacio que recibe diariamente a pequeños y adultos de Montoya y a localidades vecinas para compartir lecturas y actividades. La comunidad del fraccionamiento Montoya cree firmemente que este espacio será punta de lanza para la ejecución de múltiples actividades artísticas y culturales, que ayuden a su desarrollo humano, además de que contribuyan con la reflexión y el análisis del mundo en el que vivimos.

RESTAURACIÓN DE LA ANTIGUA ESTACIÓN DEL FERROCARRIL DE OAXACA

A principios de 2012, la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca realizó un estudio histórico y un análisis urbano-arquitectónico del conjunto de la antigua estación del ferrocarril de Oaxaca, los cuales culminaron en un proyecto ejecutivo de restauración que fue donado al ayuntamiento de Oaxaca de Juárez. Posteriormente, el Taller de Restauración FAHHO, en colaboración con el Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, gestionó los recursos económicos para llevar a cabo la obra. El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (hoy Secretaría de Cultura) a través del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes aportó $26,707,116.20.

El 15 de noviembre de 2013 inició la primera etapa de restauración de este conjunto que concluyó en mayo de 2016 en la cual el ayuntamiento administró los recursos y la FAHHO supervisó las labores de rehabilitación. Los trabajos consistieron en la restauración del antiguo edificio de la estación, la bodega y la barda, recuperando con ello la unidad formal arquitectónica de las estructuras históricas.

Paralelo a la ejecución de la primera etapa, el Taller de Restauración FAHHO elaboró el proyecto ejecutivo de la segunda etapa de restauración llamada “Rehabilitación y Equipamiento del Museo Infantil de Oaxaca” y realizó nuevamente la gestión para los recursos económicos en colaboración con el ayuntamiento. Esta vez se obtuvo de forma tripartita por parte del gobierno federal a través del Programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados (PAICE) con $12,000,000.00; del municipio de Oaxaca de Juárez, con $5,392,463.82 y de la FAHHO, con $5,392,463.82, más la supervisión de la obra y la donación de libros; sumando una inversión total de $22,784,927.65. La segunda etapa de trabajos inició en octubre de 2016 y consistió en la restauración de tres vagones destinados para actividades y talleres infantiles, la creación de áreas de juegos, la instalación de mobiliario para el Museo del Ferrocarril Mexicano del Sur y del Museo Infantil de Oaxaca (MIO), la restauración de las vías férreas y las áreas exteriores. Estas labores de rehabilitación y restauración se llevaron a cabo en el área propiedad del municipio de Oaxaca de Juárez. Se trataba de habilitar un espacio para albergar las actividades del Museo del Ferrocarril Mexicano del Sur, el cual exhibirá en sus galerías una exposición permanente reflejo de la historia y riqueza del ferrocarril en México y se destinará un espacio para exposiciones temporales cuyos temas vinculen las diversas manifestaciones del arte contemporáneo con la historia y la misión del Ferrocarril Mexicano del Sur.

Este espacio también albergará al Museo Infantil de Oaxaca, cuyo eje de actividades sustantivas se basará en la vida, obra y logros de personajes destacados de la cultura oaxaqueña, cuyo ejemplo de vida se difunda entre la población con el objetivo de nutrir la capacidad de valorar el patrimonio cultural y natural heredado, con miras a preservar toda expresión creada por las personas y por la naturaleza, así como la promoción de la lectura.

Convocatoria de Apoyo a la Creación de Textiles Artesanales del Distrito de Jamiltepec en el Estado de Oaxaca 2017-2018

Chaa sakoto taon chava kaku iin tuu ndee ini chi’in tand+’+ ñay+v+ satiñu chi’in yu’uva tichi xini ñuu kasando’o maa nunduva 2017-2018

Ésta es la segunda vez que la Secretaría de Cultura federal, a través del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca unen esfuerzos para operar esta convocatoria, ahora dirigida a Jamiltepec, por ser el distrito con mayor número de artesanos textiles en el estado de Oaxaca, de acuerdo con censos estatales.

Se otorgarán 12 estímulos hasta por 12 meses a proyectos de textiles artesanales. La convocatoria será para el distrito de Jamiltepec, en la región de la Costa de Oaxaca. Los aspirantes podrán inscribir su proyecto hasta el 31 de marzo. La convocatoria contará con una traducción a una variante del mixteco de la Costa.

Algunos de los requisitos que tendrán que cumplir los proyectos de textiles artesanales son: contar con al menos cinco integrantes y demostrar dos años de trayectoria como mínimo. En el mes de abril el jurado dictaminador viajará al distrito de Jamiltepec para conocer de viva voz los proyectos de los aspirantes que hayan cumplido con los requisitos de participación.

La coordinación de Arte Popular de la FAHHO y el Museo Textil de Oaxaca darán seguimiento a los talleres que los 12 proyectos ganadores obtendrán como parte del estímulo otorgado. Los talleres abarcarán temas de organización grupal, administración de recursos, diseño de productos, presentación, empaque y retribución social a lo largo de los 12 meses de la beca.

Con esta iniciativa se espera brindar apoyos a la producción de tradiciones artesanales en el estado de Oaxaca, con el plan de acompañamiento se pretende crear nuevos productos que puedan tener mayor aceptación en nuevos mercados.

Esta acción corresponde a la identificación de necesidades que presentan los artesanos textiles en este distrito, una acción que busca impulsar la producción por medio del factor de innovación. La beca iniciará en agosto de 2017 y culminará en julio de 2018 con una presentación de resultados y venta de productos en el Centro Cultural San Pablo de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca.

EL DERECHO A LA CIUDAD

Las ciudades y su diseño fueron creados por el ser humano y responden a sus necesidades y deseos más profundos. Sin embargo, no todas las personas pensamos y deseamos lo mismo, y esta condición las vuelve territorios en constante negociación. Su organización política y económica es capaz de generar acciones en beneficio de los habitantes de las ciudades, pero también de construir desigualdades en sus modelos de desarrollo urbano.

En este contexto, y ante la tendencia de crecimiento acelerado de las ciudades, surge desde la sociedad civil organizada una motivación por generar conciencia en este tema e involucrar a los distintos niveles de gobierno, organismos nacionales e internacionales y a la ciudadanía en general; en asegurar una vida digna para todos los habitantes de las ciudades. Esta nueva perspectiva surge bajo el concepto de “Derecho a la Ciudad”, que si bien fue abordado por primera vez por el filósofo francés Henri Lefebvre en los años 60, posteriormente amplió sus definiciones y campo ideológico. La Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad, promulgada en 2005, lo define como “el usufructo equitativo de las ciudades dentro de los principios de sustentabilidad, democracia, equidad y justicia social. Es un derecho colectivo de los habitantes de las ciudades, en especial de los grupos vulnerables y desfavorecidos, que les confiere legitimidad de acción y de organización, basado en sus usos y costumbres, con el objetivo de alcanzar el pleno ejercicio del derecho a la libre autodeterminación y un nivel de vida adecuado”.

En palabras del geógrafo y sociólogo urbano David Harvey, es

el derecho de toda persona a crear ciudades que respondan a las necesidades humanas. El derecho a la ciudad no es simplemente el derecho a lo que ya está en la ciudad, sino el derecho a transformar la ciudad en algo radicalmente distinto.

Cabe mencionar que el Derecho a la Ciudad fue reconocido recientemente como uno de los pilares dentro de la Nueva Agenda Urbana, durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible Hábitat III, celebrada en Quito, Ecuador, en el año 2016, la cual orienta los esfuerzos en materia de desarrollo de las ciudades para los próximos 20 años.

Este 2017, la Casa de la Ciudad llevará a cabo una serie de actividades para promover una reflexión en torno a este concepto y a los retos que enfrentan las ciudades en la actualidad para lograr ofrecer condiciones y oportunidades de equidad para todos sus habitantes. Los invitamos a participar activamente con nosotros y a ejercer su derecho a construir la ciudad que desean. Como dice Harvey, “si nuestro mundo urbano ha sido imaginado y luego hecho, puede ser re-imaginado y re-hecho”.

PERSONAS DE HILO: LA FIGURA HUMANA EN EL TEXTIL

Algunos dechados (muestrarios de diseño) y otros bordados mexicanos de la época de Benito Juárez y Porfirio Díaz muestran a un soldado con su uniforme, su fusil y su quepí. Por lo visto, está listo para la guerra. El militar aparece como contraparte o interlocutor de una dama elegante, vestida a la moda de entonces. Todo indica que la dama y el soldado encarnaban a una pareja ideal para la persona que bordó el dechado.

Muy distintas son las figuras humanas que encontramos en los bordados de diferentes regiones del país después de la Revolución de 1910. Las faldas de china poblana, las colchas de lana y otros textiles muestran a civiles, no a militares, y se hace hincapié en los rasgos mexicanos del hombre (quien porta sombrero y sarape) y de la mujer (vestida con rebozo y enagua). Las figuras humanas ideales se vuelven así fuertemente nacionalistas.

La exhibición que ahora presentamos marca éste y otros contrastes en la manera como son representadas mujeres y hombres, civiles y militares, grandes y chicos, propios y extraños, para invitarnos a pensar en la forma como nos imaginamos a nosotros mismos. Creemos que esta reflexión les es particularmente afín a los niños y por eso hemos intentado esta vez hacer más accesibles a ellos los diseños de los textiles.

El 18 de mayo celebramos el Día Internacional de los Museos. Este año el tema en todo el mundo son las historias controvertidas: cómo decir lo indecible. Cómo aceptar un conflicto doloroso para entonces poder concebir un futuro compartido después de reconciliarnos. La conmemoración busca poner a los museos en la mira del público como agentes que propiciamos las relaciones de paz entre los pueblos mediante la comprensión mutua. En esa misma línea, esperamos que nuestros visitantes se lleven de esta exposición imágenes de ánimo y convivencia, como la hilera de niños tomados de la mano en una faja boliviana.

En estos tiempos de incertidumbre y tensión, la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, que sostiene al Museo Textil de Oaxaca, apuesta por el humanismo. No tomamos al hombre como la medida de todas las cosas, pero consideramos que los valores humanos deben prevalecer siempre sobre los intereses económicos, políticos o ideológicos. En los textiles mexicanos, al igual que en otras regiones del mundo, la figura humana es rara vez el diseño dominante. Aparece con frecuencia como un elemento discreto dentro de una composición mayor, junto con otros animales, plantas y diseños geométricos. Estamos convencidos de que así debemos visualizar nuestro papel en el planeta: como un integrante más del paisaje, no como su centro.

HILANDO UN ESPACIO

Érase una vez un museo donde se encontraban muchos artistas —grandes y pequeños— que sabían utilizar los telares, las agujas, los hilos y los tintes. Además de estos personajes se podían admirar y contemplar piezas textiles suspendidas como fantasmas que narraban las historias de los pueblos de muchas comunidades de Oaxaca, México y el mundo. Un día llegó una extraña niebla a la ciudad; abrazaba las casas, las calles, los árboles y todo lo que a su paso podía tocar. De repente, varios duendes amigos del museo, y de todo lo que en él habitaba, decidieron utilizar sus poderes mágicos para sorprender a todos los niños y niñas que pasaban indiferentes por delante de aquel museo. En un abrir y cerrar de ojos, como por arte de magia, desaparecieron los textiles, los personajes, las mesas y las sillas… y apareció el Espacio Infantil: un lugar nuevo ubicado en medio de un patio.

¡Manos a la obra!

Con las herramientas y materiales de los artistas, sus hilos, los telares, tintes y fibras, el Museo Textil de Oaxaca inició los trabajos para integrar los elementos en este lugar. Hubo que forrar, pintar, decorar, construir y explicar cada aspecto que conforma este espacio para crear un ambiente de convivencia y comunicación entre los niños y niñas que lo visitan. Por medio del juego se invita a participar activamente y crear conciencia del valor cultural de los textiles, sus orígenes, colores, formas y texturas.

El Espacio Infantil muestra el uso de las fibras e hilado; explora el uso de los tintes; presenta distintas técnicas de tejido, así como prendas diversas. La interacción con ellos puede lograr despertar la inquietud de la niñez por el rescate, cuidado, conocimiento y gusto por el arte textil. Sabemos que la niñez está abierta y acostumbrada a preguntar todo lo que observa en el entorno que la rodea, por lo que la introducción del público infantil al universo textil crea una esperanza para desarrollar una futura pasión que puede durar toda su vida.

ENTRE ONDAS HERTZIANAS…

He decidido darle un giro inesperado a uno de los momentos más simples y ordinarios de mi día. No hablo del momento de vestirme ni mucho menos de los 15 minutos que corro todos los días para intentar hacer un poco de ejercicio. Me refiero más bien a ese trayecto que va del trabajo hacia mi hogar al terminar la jornada. Y es que, de un tiempo para acá, dejó de ser esa rutina impertinente, ese cansancio lastimoso que buscaba recompensa con un buen baño de agua caliente para olvidarme de tensiones y pendientes. Simplemente tuve la ocurrencia de sintonizar la radio, sólo para detener un poco el sonido de los cláxones, sincronizados con el ritmo acelerado de esta bella ciudad, que en algún momento, no sé cómo, se llenó de inercias y de estrés. Y entre tanto nervio colectivo, elevé el volumen justo cuando comenzó el relato, una historia, más bien, una especie de cuento, de un hombre ciego y sabio que vivía con su hermana en una cabaña junto al bosque, y en ese instante, como de la nada, ese bosque comenzó a vislumbrarse en mi cabeza, así de inmenso, repleto de vida, de frutos de colores y de formas cada vez más detalladas. Era un paisaje nuevo, lleno de árboles de pino y cedro. Una sucesión de imágenes iluminando mi cabeza, dando un paseo inesperado por no sé qué parte del planeta ni en qué tiempo ni en qué espacio. Con especial calma, mi visión se completó de aromas, de músicas de viento, de voces que contaban un relato que detuvo los minutos, transportándome de pronto a mis recuerdos. Ya no era sólo el cuento, ahora, yo estaba sentado en el regazo de mi abuelo, pidiéndole otra historia de las que solía contarme. Se mezclaron mis recuerdos con la fantasía que escuchaba en las bocinas de mi auto. Me aferré a la emoción que provocaba, me reclamé por no saber cuándo dejé de disfrutar de un historia, me sentí culpable por todos esos libros que ya no había leído y más por los favoritos que nunca volví a abrir. Llegué a casa y apagué el motor, pues seguía escuchando cientos de sonidos que salían de golpe seduciendo mis oídos. Me esperé hasta el desenlace, me detuve hasta asegurarme que la historia había concluido. Una idea se apoderó de mí: tenía que volver a experimentarlo. Al día siguiente busqué el pretexto para salir un poco antes y estar más preparado en el momento exacto para volver a encender la radio pública, y ahí estaba, una nueva historia, una que mi empolvada imaginación agradecía. Primero fue “La moza tejedora”, luego “Sopa de clavo”, siguió “Frederick”, de ahí “Las plumas del dragón”, “Strega nona”, “Los tres hermanos”, “El adivino” y no sé cuántas historias más. Le avisé a cuantos pude; les conté a mis sobrinos y a mis amigos para que hicieran lo mismo. ¿En qué momento dejamos de alimentar nuestros oídos? Cuándo fue que dejamos de escuchar, de respirar, de imaginar, de leer… ¡Qué enriquecedor resulta escuchar de voz de un cazacuentos y una historia hecha para mis oídos, para los oídos de cualquiera que esté dispuesto a soñar despierto! Si tan sólo más niños, más jóvenes, más adultos o más ancianos se lo permitieran, seguramente algo muy bueno saldría del sencillo hecho de cerrar los ojos y volar como niños ansiosos dispuestos a sonreír sin detenernos. Un libro debe estar siempre al alcance de cualquiera y si no lo está, hay formas más aventuradas, como la que nace entre las ondas hertzianas del programa Cazacuentos. Habrá que aficionarse a la pasión con la que muchos lectores voluntarios entregan su talento; habrá que reconocer que hacen falta más espacios para difundir el arte de leer. Sin embargo, también habrá que seguir disfrutando de la radio en sincronía de más proyectos, como el de Seguimos Leyendo de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca y CORTV Radio.

TELAR DE SAN PEDRO DEL RÍO

PALABRAS QUE TEJEN

Actualmente, las comunidades chatinas que tejen en el telar de cintura son muy escasas. En la cabecera del municipio de Zenzontepec, las mujeres han dejado de usar el huipil y blusas bordadas, y han preferido el uso de blusas elaboradas de manta o tela industrial decoradas con aplicaciones comerciales, relegando al olvido el tejido en telar de cintura. En la agencia municipal de San Pedro del Río había —por lo menos— tres señoras que se dedicaban a elaborar bolsas para tortillas y morrales listados tejidos en el telar de cintura, aunque lamentablemente una de ellas falleció el año pasado. Estos morrales y bolsas son característicos de los pueblos chatinos y, hoy en día, estos tejidos son elaborados con estambre de diversos colores vivos, a diferencia de la tradición en el pasado, la cual consistía en el uso de algodón para formar rayas blancas intercaladas con listas color café de algodón coyuchi o bien, con hilos de algodón teñidos con colorantes sintéticos. Gracias a estas tejedoras se pudieron registrar los términos en chatino asociados al telar, léxico que estaba a punto de desaparecer en la comunidad. Agradecemos a Francisca Pérez Palacios, quien nos contactó con las señoras de San Pedro del Río.

Vale la pena mencionar que en esta comunidad todavía existen hombres que producen y tejen morrales finos de ixtle con la técnica de engasado en figura de 8, técnica de tejido anterior a la invención del telar de cintura.

A continuación presentamos algunos de los términos del telar de cintura en chatino del occidente alto.

LAS OBRAS OLVIDADAS DE MACEDONIO ALCALÁ

El “Tío Macedas”, “el Emblemático compositor oaxaqueño”, “el Bohemio”, “el Músico excelso”, “el laureado Artista” y “el talento brillante de la música mexicana” son solamente algunas de las expresiones con las cuales acostumbramos mencionar a Macedonio Alcalá Prieto (1831-1869), autor del célebre vals Dios nunca muere. Todos conocemos esta melodía que es muy amada por los oaxaqueños y que, de facto, se convirtió en su himno. No hay duda que ésta es la obra que le dio la inmortalidad a su autor. Sin embargo, algo extraño está sucediendo, porque nadie ha oído otras obras de este compositor.

Es algo incomprensible que entre los 130 participantes de una encuesta (entre otros los asistentes de conciertos, los usuarios de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, los alumnos de las escuelas de música y los estudiantes de la licenciatura en música) sólo la mitad sabía mencionar alguna composición de Macedonio Alcalá, que naturalmente era Dios nunca muere, pero nadie pudo nombrar cualquier otra de su autoría. Hay que hacerse una pregunta: ¿Será Dios nunca muere la única composición de Macedonio Alcalá? La respuesta parece ser obvia: él no habría sido un gran compositor escribiendo una sola pieza, pues vivía de tocar y componer música. Vienen entonces unas preguntas inevitables: ¿Cuáles son sus otras obras?, ¿dónde se encuentran? y ¿por qué no se ejecutan? En diversas biografías de este artista se mencionan los títulos de algunas de sus composiciones, como Marcha fúnebre, Sólo Dios en el cielo, Ave María, Cielo y tierra, Isabel, Quiéreme así, Se casaron, Crepúsculo. También la Sociedad de Autores y Compositores de México indica entre sus registros otras dos de sus piezas: Decídete y Acuérdate de mí (aparte de Dios nunca muere). Tal vez son obras conocidas solamente por su título las que están mencionadas en las fuentes documentales o algunos cuentos y anécdotas, pero sus partituras se perdieron en el transcurso del tiempo. Para averiguar la verdad, la Fonoteca Juan León Mariscal emprendió una investigación y dirigió sus primeros pasos a la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, donde se encuentra una colección de documentos y objetos personales donada por los nietos del compositor hace unos 60 años. Bastó abrir una vitrina, en la cual se encuentra el violín del compositor, para encontrar una grata sorpresa. Junto al violín está depositada un acta notarial de la donación y… dos composiciones de Macedonio Alcalá: una danza y un vals. Las obras son del mismo año de 1866, la primera tiene fecha 9 de marzo y la segunda 7 de junio. Además, el vals está “dedicado al Señor Don Roberto Maqueo en el día de su cumpleaños”. Esta dedicación no sorprende, porque Roberto era hermano del compadre de Macedonio, el flautista José Maqueo. Las composiciones no son de gran tamaño, más bien son dos miniaturas, pero su valor radica en el hecho de que al final es posible familiarizarse con la obra de Alcalá en términos un poco más amplios. Aunque la danza, por los errores hechos por el copista, necesita un análisis musical más profundo antes de que se empiece a tocar, el vals entró al repertorio de conciertos presentados en el Cetro Cultural San Pablo y ya fue interpretado en dos ocasiones por el pianista Miguel Ángel Rivera Bustamante.

Actualmente, la Fonoteca Juan León Mariscal, en colaboración con la Biblioteca Francisco de Burgoa, está ordenando el archivo musical de la Facultad de Bellas Artes con la esperanza de que pronto se encuentren otras obras olvidadas de Macedonio Alcalá.

2.º FESTIVAL DE LA 1.ª INFANCIA

Para conseguir grandes cosas, debemos no sólo actuar, sino también soñar, no sólo planear, sino también creer.
Anatole France

Hace muchos años, cuando por primera vez tuve la experiencia de reunir a un pequeño grupo de bebés con sus papás alrededor de una canasta con libros, pude ver el efecto que causó en grandes y chicos. Decidí entonces dedicar una parte importante de mi vida profesional a los más pequeños. Como todo inicio, no fue fácil: solían verme con incredulidad y me preguntaban ¿cómo leer con los más pequeños? Yo en cambio nunca dudé y pronto descubrí un camino largo, lleno de alegrías y satisfacciones, pues ofrecerles a los bebés espacios de encuentro para compartir los libros y la palabra es algo realmente importante para ellos y marca una profunda diferencia en el vínculo entre los pequeños y los adultos.

Así continué por muchos años, con mi canasta en la mano dando talleres y formando adultos que abrieran nuevos espacios. A pesar de que no fue fácil, esperé con paciencia y mucha confianza. El tiempo pasó y me invitaron a coordinar el Primer Diplomado de Primera Infancia y Lectura en la UNAM; en esta experiencia conocí a la FAHHO, hace siete años. En ese entonces no me imaginaba que muy poco tiempo después haríamos un diplomado similar en Oaxaca y, por si fuera poco, propusimos terminarlo con el primer Festival para la Primera Infancia Oaxaca 2016, donde unimos esfuerzos e hicimos un excelente trabajo con la Coordinación Nacional de Desarrollo Cultural Infantil y la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca.

Pronto se empezó a organizar todo y, unos días antes del festival, con mucho asombro y emoción, nos dimos cuenta de que todas nuestras actividades habían sido muy bien recibidas y en una ordenada preinscripción que realizó la Fundación estaban llenos los 36 talleres y dos espectáculos. Guardo entre mis mejores recuerdos ese proceso de trabajo en Oaxaca y la Ciudad de México y, por supuesto, las caras de alegría de los niños y adultos que asistieron a San Pablo el 27 y 28 de febrero de 2016. Apenas estábamos terminando las actividades cuando muchas personas nos preguntaron: ¿cuándo vuelven? Y volvimos a soñar con el segundo festival que, por fortuna, se celebrará en el Museo Infantil de Oaxaca, los días 1 y 2 de abril de 2017. Con mucha emoción vamos deshojando el calendario para volver a estar con los oaxaqueños más pequeños.

REMEMBRANZAS DE DICIEMBRE

En fechas decembrinas se siente un aire frío con un aroma a pascle. Los lectores voluntarios esperamos emocionados esas fechas, porque festejamos con una posada en la compañía de familiares, amigos y seres queridos. Año con año, el Centro Cultural San Pablo organiza nuestra Posada Literaria. En esta ocasión fui invitada para la elaboración de la piñata del equipo, con la cual participamos en el concurso convocado por la familia Harp Grañén.

Discutimos largo y tendido sobre el diseño de nuestra piñata, y llegamos a la conclusión de que El Principito sobre un cráter sería nuestro personaje. Hicimos un buen trabajo en equipo: lista de materiales, compras, distribución de tareas, etcétera, y ¡manos a la obra! Respectivo mandil y la faena inició: preparar el engrudo, recortar papel, empapelar el globo… Trabajamos varios días comentando ideas entre café y empanadas, hasta que obtuvimos la piñata de forma rústica; al final, pintura y detalles. Nuestro piloto estaba listo y guapo.

Todos juntos, en la posada que organizó la FAHHO para sus trabajadores, bien abrigados por si el frío quería espantarnos, las emociones eran diversas: mezcla de alegría, nervios y preocupación. Creo que lo de menos era ganar o perder: habíamos ganado aprendiendo juntos el arte de elaborar piñatas entre amigos. Los concursantes nos saludamos deseándonos las mejores vibras. Los jueces comenzaron a calificar cada piñata. La verdad es que todas tenían su encanto, pero “panadero no habla mal de su pan”, porque el Principito me había robado el corazón. Finalmente ganaron otras piñatas. Nos queda la esperanza de seguir participando y tal vez ganar el próximo año.

Una semana después, el programa Seguimos Leyendo nos invitó a la tradicional Posada Literaria. Tuvimos una hermosa bienvenida al iniciar el convivio. Conforme íbamos entrando nos obsequiaron un libro y un disco con las voces de algunos compañeros lectores compartiendo en la novela de Fahrenheit 451 y las cinco temporadas de la serie Cazacuentos. Tuvimos la gracia de que nos acompañara nuestra piñata de El principito. Verlo en persona causó gran revuelo, ya que en las redes sociales ya era famoso; los que acudimos no dejábamos de tomarnos fotos personales y grupales. Esa noche hubo lecturas en voz alta de historias relacionadas con la Navidad y los buenos deseos. Antes de retirarnos nos invitaron deliciosos tamales y ponche, aunque las risas y emociones de mis compañeros fueron el mejor regalo de Navidad.

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