Recomendaciones de los promotores de lectura

Snunit, Mijal
El pájaro del alma
Ilustraciones de Francisco Nava Bouchain
México, Fondo de Cultura Económica, 1993

*Edad recomendada: 8 años en adelante 

Hondo, muy hondo, dentro del cuerpo habita el alma. Nadie la ha visto nunca, pero todos saben que existe. Y no solo esto, sino que saben también lo que hay en su interior. 

No se trata únicamente de un cuento, El pájaro del alma es una descripción del pájaro que habita en el interior del alma y de lo que hace. Es curioso pero cierto, lo que nosotros hacemos y sentimos afecta al pájaro del alma, y al revés, lo que él hace nos afecta también a nosotros. Esta es una hermosa historia que nos habla de la relación que tiene el ser humano con su propia alma; en definitiva, es una invitación a reflexionar sobre nuestros propios sentimientos y a descubrir nuestra identidad. 

Este libro álbum contiene imágenes llamativas y coloridas de Francisco Nava Bouchaín. 

Mijal Snunit nació en Israel en 1940. Estudió en Tel Aviv y vivió en un kibutz (comuna), haciendo tareas agrícolas y educando niños. Además de ser autora de libros para niños, se dedica al periodismo. 

Amparo Cruz Valdivieso 

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Wadell, Martín
Las Lechucitas
Ilustraciones de Patrick Benson
México, Loqueleo, 2018

Edad recomendada: 5 años en adelante 

Uno de los textos ilustrados más famosos de la literatura infantil moderna es Lechucitas, escrito por Martín Wadell, autor irlandés que ha sido galardonado con la Medalla Hans Christian Andersen en 2004, e ilustrado por el inglés Patrick Benson, quien ha recibido el premio Mother Goose en 1984.

La trama de Lechucitas nos sitúa en un nido de lechuzas: la madre sale del mismo para conseguir comida así que tiene que dejar por un rato a sus crías: Sara, Perci y Guille. Sara proyecta confianza, Perci solidaridad y Guille, solo quiere volver a ver a su madre. El tiempo pasa mucho más de lo esperado y las lechuzas se muestran con actitudes diferentes cada vez, finalmente la angustia se hace presente, ¿serán capaces de esperar por más tiempo? El texto es simple, sin embargo, corresponde a una lectura ágil, concreta, con un ritmo cadencioso que permite al lector avanzar a zancadas, no por ello es un texto vacío, su potencial radica en generar confianza, solidaridad y amor. 

Las ilustraciones de gran calidad, sumergen al lector de inmediato en la trama, las imágenes nos sitúan en un ambiente real, retomando aspectos de la naturaleza y de la fauna nocturna del bosque; el colorido de las mismas, así como de los trazos, obedecen a un conocimiento profundo de las aves, en específico de las lechuzas, y aunado a ello, el texto, que por momentos también provee datos importantes sobre la especie, es más ficcional que informativo, lo que lo impregna de un toque muy especial. 

Miguel Sifuentes Soriano 

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Bellatin, Mario,
La mirada del pájaro transparente
Ilustraciones de Daniel Blanco Pantoja
Santiago de Chile, Pehuén, 2011
 

*Edad recomendada: 13 años en adelante 

Mario Bellatín nos traslada hasta Egipto y, a través de la voz de un niño, narra una complicada parábola familiar, llena de metáforas. No es fácil entender el mensaje, cada lector puede interpretarlo de manera diferente y eso la enriquece, pero solo existe un mensaje certero. Todos los elementos que maneja el escritor van dando las pistas para descifrarlo. 

Son los pájaros los protagonistas silenciosos de esta historia, es su mirada la encargada de transmitir certezas a la familia, y no es fácil comunicarse así. ¿Por qué complicar las cosas, si se puede ser claro? Tal vez porque, para que la verdad se haga evidente en nuestras vidas, tenemos que descubrirla por nuestra cuenta. 

En estos tiempos, se hacen imprescindibles lecturas como esta, que alertan sobre el peligro de la ignorancia y sus terribles consecuencias, pero, sobre todo, que invitan a la reflexión sobre el valor del conocimiento y la importancia de la mirada para construirlo. 

Ilustraciones surrealistas acompañan al texto, obra del ilustrador, músico, diseñador y editor autodidacta, Daniel Blanco Pantoja, nacido en Chile. 

Mario Bellatin ha sido finalista del Premio Médicis 2000 a la mejor novela extranjera publicada en Francia, y ha recibido los premios Xavier Villaurrutia por su novela Flores, en el año 2000, y el premio Mazatlán de Literatura el año 2008 por su novela El gran vidrio. Actualmente es director de la Escuela Dinámica de Escritores, creada en la Ciudad de México en 2001. 

Edgar Adrián Olmedo Méndez 

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Suárez Caamal, Ramón Iván
Huellas de pájaros
lustraciones de Mauricio Gómez Morin
México, Fondo del Cultura Económica, 2011
 

Edad recomendada: 6 años en adelante 

Huellas de pájaros es un poemario escrito por Ramón Iván Suárez Caamal, que estudió Lengua y Literatura Españolas en la Escuela Normal Superior de México. Actualmente es profesor de Lengua y Literaturas Españolas, coordinador de talleres de poesía y cuento para niños y adolescentes; director de A Duras Páginas y ganador de múltiples distinciones. 

Esta obra es ganadora del Premio Hispanoamericano de Poesía para niños 2010, y fue publicada en 2011 para uso del Programa Nacional Salas de Lectura de CONACULTA. Se observa en edición de pasta dura, ilustrado por Mauricio Gómez Morín, quien estudió grabado y pintura en La Esmeralda. Durante diez años fue docente en la Licenciatura de Diseño Gráfico en la Universidad Autónoma Metropolitana en las materias de dibujo, serigrafía, ilustración y grabado. Desde hace más de 25 años es considerado uno de los ilustradores mexicanos más importantes, pero también un sobresaliente artista plástico, director de arte de libros infantiles y juveniles y formador de nuevos talentos. 

Digno de compartir en familia o en lecturas individuales, se presta para contemplar las imágenes que nos lleva por un canto magnífico a la imaginación de nuevos paisajes. 

Cinthya Martínez Santos 

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Heine, Helme,
Ricardo
México, Fondo de Cultura Económica, 2014
 

*Edad recomendada: 6 años en adelante 

La mayoría de los libros de esta artista siempre muestran animales, y sus temáticas son, frecuentemente, la convivencia y la amistad. 

Ricardo, aunque es un cuento infantil, toca el tema de las luchas personales. Ricardo era el cuervo más fuerte del mundo y todo el tiempo probaba su fuerza, y de tanto que luchó con todos, al final ya nadie quiso luchar con él: los cuervos lo abandonaron y se quedó solo. Triste y solo, le pide un consejo a un cuervo viejo, que le dice: “Aquél que logre vencerte será tu amigo”. Así, el cuervo enfrentó una gran pelea consigo mismo, todo un día y una noche contra sí mismo; hasta que finalmente se rindió, agotado, y puso su maltratada ala sobre el hombro del viejo, y desde entonces, tuvo muchos amigos. 

Pedro Obed Robles Juárez 

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Montecino, Sonia y Catalina Infante
Aventuras y orígenes de los pájaros: Lectura de mitos chilenos para niños, niñas y jóvenes
Ilustraciones de Alejandra Acosta
Santiago de Chile, Catalonia, 2015 

*Edad recomendada: 12 años en adelante 

Los pájaros han sido la evocación de un sueño de libertad. La majestuosidad con la que extienden sus alas y se funden con el paisaje ha fascinado la mirada del ser humano. Y de esa fascinación no escaparon los pueblos chilenos Aymara, Mapuche, Rapanui, Selkman, entre otros, quienes se dejaron atrapar por el vuelo que habita el mundo desde hace muchos años. 

¿Por qué contamos mitos? Las voces de nuestros ancestros se hacen presentes a través de ellos, historias de pueblos originarios y de su cosmovisión pasan de boca en boca para darle sentido a nuestra condición humana. Aventuras y orígenes de los pájaros es un claro ejemplo del poder que tiene la voz antigua, es como escuchar a los abuelos contar una historia sobre el porqué de las cosas. 

A través de relatos cortos y con un lenguaje simple, miramos a las aves como usualmente no lo hacemos: se nos presentan a la imaginación en sus dos pies o en su facultad para volar, se manifiestan como seres sentipensantes que aman, envidian, que son heroicos y capaces del sacrificio. También somos testigos de la hermandad que se genera entre los diferentes tipos de aves y la estrecha relación que entablaron con los seres humanos. 

Las autoras dividieron este libro en tres secciones: los mitos, lo que anuncian las aves y un glosario. Sus letras están bien acompañadas con ilustraciones de Alejandra Acosta, que utilizó tonos marrones, rojizos y amarillos, que evocan la calidez de la tierra. En contraposición, también encontramos tonos azules, que nos remiten a la inmensidad del mar y del cielo. 

Hay que leer cada página con el corazón abierto, porque las aves y sus cantos siempre están ahí, augurando algo importante, tal vez la lluvia, tal vez a un amor, o la simple alegría que acompaña la llegada de la primavera. Si sabemos escuchar, nos embriagaremos de sus trinos y nos arroparemos con sus variados plumajes, para volar junto a ellas en nuestra imaginación. 

Zuleyma García Silva 

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Sheppard, Gary
Buenos como un pastel
Ilustraciones de Tim Budgen
China, Dreams Art, 2017
 

*Edad recomendada: 5 años en adelante 

Alcatraces glotones, cuervos cachetones, palomas regordetas, loros, gorriones y demás tipos de aves, se encuentran en esta historia, que nos cuenta que a la abuelita Simona le gustaba mucho cocinar y compartir. Todos los días, ella le ofrecía algo de comer a esta variedad de pájaros, que poco a poco fueron llegando a su domicilio; sin embargo, la abuela Simona llega a su límite y decide darles una lección, ya que estas aves empezaban a exigirle que las alimentara. 

Una historia que relata, a través de estas aves, algo que se vive en algunas familias de la sociedad mexicana, situación que es muy interesante poder reflexionar e ir cambiando ciertas cuestiones en nuestro actuar diario. Un cuento ideal para ser compartido con todo tipo de público. 

Giovanni Camarillo Juárez

La importancia de la adaptación

La inteligencia es la habilidad de adaptarse a los cambios 
Stephen Hawking 

El mundo está pasando por un momento crítico, hoy más que nunca debemos jugar para el mismo equipo, que las jugadas y las señas estén enfocadas en el objetivo de quedarse en casa, para cuidarnos y cuidar a los nuestros; pero eso no significa vacacionar… Al contrario, es momento de seguir preparándonos y capacitarnos para cuando sea el momento de regresar al terreno de juego estar listos si necesitamos entrar como corredor emergente o como relevo situacional. 

Los jóvenes prospectos de la Academia de Beisbol Alfredo Harp Helú saben que en este bello deporte nunca se descansa, que la preparación es continua y que es muy importante adaptarse. Gracias a la tecnología, esto es posible también en el área deportiva: se han coordinado instructores y trainers para tener entrenamientos que son supervisados, cada semana, por medio de videos; en el aspecto psicológico, se han brindado recomendaciones sobre qué hacer en el tiempo libre y cómo tratar las posibles situaciones de estrés que se presenten; en el área escolar, se mantienen clases en línea y de igual forma se llevan a cabo las actividades extras, como es Seguimos Leyendo. 

Los campos de entrenamiento están teniendo un descanso merecido, este tiempo se está aprovechando para darles mantenimiento y que estén listos para cuando suene de nuevo el ¡play ball

Vivimos al pendiente del robo de bases, siempre a las carreras, y esta cuarentena nos deja un aspecto positivo, si así lo queremos. En la película El juego perfecto (William Dear, 2019), uno de los personajes menciona: “Cuando puedas ver las alas de un colibrí podrás batear cualquier bola”. Esta frase nos habla de la importancia de ser pacientes, de observar lo que comúnmente no vemos; en el paraíso beisbolero llegan constantemente estas bellas aves a las que, quizá por la vida acelerada no nos daba tiempo de apreciar, pero en estos momentos no hay excusas de estar cuidando las bases. 

Los colibríes son símbolo de buenos augurios. Hoy nos recuerdan que pronto volveremos, pronto volverán a sonar los grandes batazos y podremos ver las espectaculares jugadas que los jóvenes prospectos realizan en su preparación para cumplir su sueño de ser beisbolistas profesionales, por ahora debemos aprovechar el tiempo para convivir con nuestros seres queridos, realizando actividades que en la cotidianidad no son posibles por el ritmo de vida que llevamos, la idea es quedarnos en casa para que, cuando volvamos, no falte nadie. 

Aves en el beisbol

Uno de los insistentes motivos en la obra del artista oaxaqueño, Amador Montes, es la fauna, y con especial frecuencia: las aves. Pájaros que apreciamos en la cotidianidad de la calle o en la majestuosidad de un descampado, aves que evocan significados mágicos, pueblan los óleos de Montes. A partir del mes de mayo, las camisetas de los Guerreros de Oaxaca portarán, como una suerte de encantamiento o conjuro, estas mágicas aves de Amador Montes. 

Comprometido con el desarrollo y crecimiento del equipo de béisbol, Guerreros de Oaxaca, y tratando de unir el arte y el deporte, Santiago Harp Grañén propuso el diseño de unas camisetas de edición especial a partir de la obra del maestro Amador: un gallo y una garza que juegan con una pelota de béisbol, además de la leyenda “El gran juego”. Velocidad, inteligencia, concentración: utilizar aves en las representaciones artísticas responde al impulso de mostrar lo que la humanidad anhela, lo que persigue. El gallo está asociado al nacimiento del nuevo día, a la luminosidad, al sol. En las culturas de la Antigüedad representaba el sentido de la exaltación del coraje, el orgullo, el sentido de vigilancia. La garza en diversas culturas representa confianza en sí misma, estabilidad y premeditación cuidadosa. Es símbolo de longevidad y buena suerte. Así, los jugadores del equipo oaxaqueño llevarán en la camiseta el designio de estas buenas cualidades. 

Sin duda, el que Santiago Harp Grañén haya solicitado la colaboración de Amador Montes para diseñar los símbolos que portará uno de los uniformes de los Guerreros ha sido una decisión acertada. En cuanto las circunstancias lo permitan, los jugadores saldrán a la cancha, elegantes con este nuevo uniforme, y tal como esas aves en su pecho, se lanzarán ágiles a todos los juegos que vengan. 

Las aves en el estadio

El mundo del beisbol quizá no lo haya notado todavía, pero en dos paredes del nivel más alto en el Estadio Alfredo Harp Helú se encuentra un par de mensajes de unidad y esperanza: Playoff en Rojo y Strike One

De la inspiración del maestro Amador Montes, el mismo que nos maravilló con su diseño de la camisola de los Guerreros de Oaxaca, las dos obras mezclan de forma única y admirable la colaboración del arte y los deportes para construir la nueva vida de un planeta que nos ha reclamado su urgencia de un renacimiento. Inspiración, entrega y trabajo colectivo resultarán esenciales para completar exitosamente la misión. 

Con ayuda de su cotizada iconografía, el reconocido artista oaxaqueño nos lleva de la mano a un mundo lleno de aves, números, teteras e insectos, además de los elementos tradicionales del Rey de los Deportes, como son los jugadores, las manoplas, los uniformes, las pelotas y los bats, que en su momento pueden ser sustituidos por la contundencia de un macahuil. 

Aunque el maestro Amador Montes relata que no fue el propósito, su trabajo en los dos muros nos transporta, en muchos casos, al primer contacto del beisbol con quienes lo han practicado. Del igual forma, nos podría sugerir la forma perfecta para observar una batalla de estrategia a 27 outs o más, disfrutando una bebida olorosa y los cantos de las aves interrumpidos por la explosión de júbilo al anotarse una carrera o celebrar un ponche. 

El silencio que hoy impera por los rincones del Paraíso de los Diablos Rojos se rompe en sus espacios destinados para la cultura y el arte, donde las obras mantienen una bulliciosa espera por los mejores días que vendrán y los triunfos que seguramente ahí se celebrarán. 

Con sus aves majestuosas, el maestro Montes buscó darle alas a nuestra imaginación y poner en sus murales las jugadas y los peloteros que recordamos con más nostalgia. Hoy también nos presta esas alas para soñar en nuestro regreso al Diamante de Fuego con mayor ánimo y fortaleza para vivir cada inning que nos presta el gran juego de la vida. 

Aves de Oaxaca

 

Desde la Mixteca hasta las densas selvas de los Chimalapas, el estado de Oaxaca se sitúa en el escenario mexicano como una estrella nacional de la biodiversidad. Además de ocupar el primer lugar en anfibios, helechos, orquídeas y alacranes, la avifauna oaxaqueña ocupa el primer lugar a nivel nacional y el número trece en el mundo, con aproximadamente 754 especies, de las cuales 63 son endémicas. 

Las aves, además de ser carismáticas y llamativas por sus colores y cantos, son importantes polinizadores, dispersores de semillas y controladores biológicos de plagas, siendo de vital importancia dentro de los procesos ecológicos que se desarrollan en nuestro ecosistema. Asimismo, juegan un papel prominente en la economía, religión y cultura popular de nuestro estado. 

Con el objetivo de promover entre los niños de la entidad la conservación y protección de las especies de aves que habitan en el estado de Oaxaca, el Museo Infantil de Oaxaca creó su programa de educación ambiental, dirigido a una concienciación sustentable de valores con la biodiversidad de nuestro estado. A través del Programa de Aves Urbanas, vinculado con el MIO, se promueve la ciencia ciudadana, cuyo concepto se basa en el trabajo de un individuo, no especialista, que de forma voluntaria participa en alguna de las actividades del proceso de la ciencia, en colaboración o bajo la dirección de científicos profesionales e instituciones científicas.

Bajo este concepto y objetivos se han llevado a cabo diversas actividades en el museo, resumidos en esencia, talleres de sensibilización ambiental con la clase de aves que se encuentran en nuestra entidad. En este proceso, los niños se han involucrado en dinámicas de reconocimiento sobre el esfuerzo de las aves para la elaboración de sus nidos, cuya problemática se refleja principalmente en la época de anidación, cuando la población tiende a tirar estos nidos. De igual forma durante la época migratoria, se diseñan en el museo, talleres enfocados a la elaboración bocadillos para aves, con la finalidad de crear conciencia, sobre el esfuerzo que realizan las aves durante sus rutas migratorias.

Dentro de este programa, destaca la promoción del Festival de las Aves Oaxaca en donde especialistas de diversas partes del país se reúnen para conversar sobre temas de ornitología, además de programar los talleres especializados en ilustración científica y cuidados para primeros auxilios para la fauna silvestre. 

Si deseas conocer más sobre el Programa de Aves Urbanas y unirte a las observaciones que se realizan en diferentes puntos de la ciudad, o desde tu casa, no dudes en consultarnos, nosotros te ayudaremos a resolver tus dudas. Escríbenos a programas@mio.org.mx

¡Anímate a observar tu entorno, descubre y maravíllate de la avifauna local!

Colores y cantos

Muestra fotográfica de aves de Oaxaca en MIO

Las aves, además de ser carismáticas y llamativas por sus colores y cantos, son importantes polinizadores, dispersores de semillas y controladores biológicos de plagas, siendo de vital importancia dentro de los procesos ecológicos que se desarrollan en nuestro ecosistema. Asimismo juegan un papel prominente en la economía, la religión y la cultura popular de nuestro estado.

La fotografía de naturaleza por su parte nos ayuda a captar los paisajes, la flora y la fauna de nuestro entorno, siendo no solo un medio de expresión artística sino también de difusión para la conservación y el cuidado del medio ambiente. Con esta exposición queremos presentarte algunas piezas fotográficas de Birds of Oaxaca y acercarte a estas maravillosas aves que se encuentran muy cerca de nosotros.

a) Cernícalo Americano
Falco sparverius
b) Colibrí Multicolor
Lamprolaima rhami
c) Luisito Común 
Myiozetetes similis
d) Capulinero Gris
Ptilogonys cinereus
e) Centzontle Norteño
Mimus polyglottos 
f) Papamoscas Negro
Sayornis nigricans
g) Martín Pescador Norteño
Megaceryle alcyon
h) Papamoscas Cardenalito
Pyrocephalus rubinus
i) Jilguerito Encapuchado
Spinus notatus
j) Colibrí Magnífico
Eugenes fulgens
k) Chipe Rojo
Cardellina rubra 
l) Garrapatero Pijuy
Crotophaga sulcirostris
m) Colibrí Garganta Rubí
Archilochus colubris
n) Chipe Corona Negra
Wilsonia pusilla
o) Caracara Quebrantahuesos
Caracara cheriway

Fotografía: Omar Laredo

Un censo de alas

Son las cinco de la mañana y tres personas llegan al Jardín en medio de la oscuridad y el silencio. Sin sueño ni pereza, comienzan a trabajar de inmediato. Deberán tener listo su puesto de observación antes de que amanezca, cuando los primeros gorjeos anuncien la proximidad del alba y algunos revoloteos tentativos rasguen el aire fresco de la madrugada. Con movimientos armónicos, como si ejecutaran una danza, las tres personas extienden y tensan finísimas redes sobre unos postes livianos de aluminio, que ellas mismas afianzaron entre las plantas el día anterior por la tarde. En esas redes, sutiles como telarañas (su nombre técnico en inglés es elocuente: mist nets, ‘redes de bruma’), han de quedar atrapadas, por unos cuantos minutos esa mañana, varias de las aves que habitan o transitan por el Jardín. Así comienza un censo más, el último domingo de cada mes, en el Jardín Etnobotánico de Oaxaca (JEBOax), esfuerzo que inició en 2001 y que no ha cesado hasta la fecha. 

Las tres personas afanosas son Georgita Ruiz, Édgar del Valle y Manuel Grosselet, líder del trío y amante apasionado de las aves de todo el planeta. Los tres han fundado una asociación civil que nombraron, precisamente, Tierra de Aves. En muchos domingos los asisten estudiantes de biología que cursan su licenciatura en Oaxaca, así como aficionados a la ornitología que viven en la ciudad o que la visitan desde otros puntos del país, e incluso del extranjero. El trabajo que encabezan, mes con mes, Manuel o Édgar ya es legendario y atrae a varios voluntarios entusiastas, ávidos de aprender de ellos. Con una buena gorra de sol, una sarta de bolsas de tela suave para proteger a las aves y un libro guía que circula de mano en mano, el grupo pasa seis, siete y hasta ocho horas en el jardín, rondando constantemente las redes para tomar con delicadeza a las criaturas aladas que van cayendo en ellas, que serán durante algunos minutos los sujetos de observaciones muy cuidadosas. 

Primero hay que determinar, con certeza, a qué especie corresponde el individuo temporalmente cautivo. Aquí la pericia del trío es impecable. No hay ave alguna en el Jardín que no puedan identificar de inmediato, no importando su edad o su condición de salud. Décadas de experiencia en la investigación de campo le han conferido a nuestro trío un postgrado summa cum laude en taxonomía aviar. Igual de duchos son para determinar el sexo (hembras y machos parecieran corresponder a especies distintas en algunos casos, mientras que en otras especies son muy difíciles de diferenciar a simple vista) y la etapa de vida (los adultos y las aves jóvenes pueden parecer, de nuevo, especies diferentes en ciertos casos). En ocasiones, medir un ala les permite corroborar la especie y el sexo del ave cautiva, si hubiera duda. 

Determinada la especie, el sexo y la edad, anotando siempre todos los datos en la bitácora, comienzan ahora las observaciones más significativas: ¿puede detectársele al ave una protuberancia cloacal o un parche de incubación? Señales son éstas de oviposición y empollamiento; en otras palabras, son rasgos anatómicos que indican, con toda probabilidad, que la especie se está reproduciendo en el Jardín. Se encuentre o no en su etapa fértil, cada ave atrapada es pesada en una báscula especial y además se mide el grosor de su capa de grasa subcutánea. Tanto el peso total, como la reserva energética que implica el espesor de la enjundia (en su origen, nombre castizo del sebo aviar), son datos indicativos de la calidad del alimento disponible en el sitio. Las aves capturadas en el Jardín muestran regularmente una buena capa de grasa bajo la piel. Se trata de un parámetro crítico para las especies migratorias en vísperas de emprender la travesía a los lejanos destinos del norte donde pasan el verano. 

Antes de liberarla, cada ave capturada en las redes es marcada con un anillo metálico liviano en una pata. Ese anillo lleva grabado un número consecutivo; hasta la fecha han sido marcadas en el Jardín cerca de 16 108 aves, que corresponden a 97 de las 128 especies observadas en el lugar. El código del anillo ubica dónde fue marcado cada ejemplar, lo cual permite rastrear la fecha y las observaciones anotadas durante el censo mensual. Ejemplo de las hazañas migratorias que realizan año con año varias especies, fue un ave marcada en el jardín, reportada meses después en Quebec, en el oriente de Canadá, a 4 200 kilómetros de Oaxaca. Año con año, Georgita, Édgar y Manuel han capturado de nuevo a algunas aves migratorias marcadas con anterioridad, que regresan a pasar el invierno en el Jardín. En casos memorables, el mismo individuo ha retornado fielmente a este rincón de nuestra ciudad durante ocho años consecutivos. La fidelidad al sitio se hace más reveladora cuando recordamos que veintiséis años atrás el lugar era un gran cuartel militar, sin plantas, sin sombra, sin agua ni alimento alguno para las aves. 

Manuel llegó a México en 1998 (el mismo año que inauguramos el Jardín), procedente de Francia, donde había visitado algunas estaciones de monitoreo ornitológico llevado a cabo de modo constante a largo plazo. A su llegada no encontró un solo sitio equivalente en nuestro país. El JEBOax es hoy día el único lugar que él conoce que genera información de esa calidad en México. Pero no es solo el esfuerzo ejemplar de Georgita, Édgar, Manuel y sus colaboradores durante los censos mensuales lo que hace descollar al Jardín: se trata del sitio con la tasa más alta de captura de aves registrada en Norteamérica, y posiblemente en todo el hemisferio occidental. La tasa promedio en una estación de monitoreo oscila entre 0.2 y 0.5 aves capturadas por hora, por red. En el Parque H2A de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca (sitio de monitoreo establecido después del JEBOax), por ejemplo, la tasa varía entre 0.2 y 0.4. En el Jardín, en cambio, el rango va de 1.8 a 5.5, con una tasa promedio de 1.91 aves por hora-red, validada con casi veinte años de datos. Esa extraordinaria frecuencia de captura es un factor de peso para proponer que el jardín se convierta en un observatorio internacional de aves, junto con el Parque H2A, como es el sueño de Manuel. 

La tasa exorbitante de captura, que han constatado año con año los fundadores de Tierra de Aves, refleja densidades de población excepcionalmente altas para varias especies en el jardín, si bien algunas de ellas siguen patrones demográficos fluctuantes. Desde que comenzamos a plantar árboles en 1998, el sitio se ha convertido en un oasis de verdor en medio del páramo urbano de asfalto, piedra y concreto, con una diversidad de frutos, semillas, insectos y otros alimentos para las aves, así como agua limpia en abundancia gracias a los estanques y canales que restauramos. En veintidós años hemos logrado transformar un antiguo predio militar en un hábitat de calidad para la ciudadanía emplumada, que parece agradecerlo, según lo indica su crecimiento poblacional. La contingencia sanitaria que estamos viviendo en este momento por el COVID-19 pone de relieve nuestra convivencia creciente con las aves. Los censos levantados por Georgita, Édgar y Manuel en los últimos meses no atestiguan un incremento en la tasa de captura, pero quienes pasamos tiempo en el Jardín todos los días percibimos con mayor fuerza la presencia de chuparrosas, tortolitas y primaveras, entre otras. El quebrantahuesos, que antes ahuyentaba la llegada de los visitantes, ahora campea gallardo a la orilla del aljibe. 

Incluso los peatones que deambulan por las calles aledañas al Jardín dan cuenta de ello. A lo largo de los últimos años, el muro perimetral de cantera que construyeron los soldados se ha ido cubriendo de grafitis detestables. A contrapelo de esos mensajes ofensivos apareció, en marzo, al iniciar la pandemia que silenció el tráfico de la ciudad, una pinta que nos hizo sonreír: “oyes a las AVES?”, junto con una flecha apuntando hacia la copa de un guamúchil del JEBOax. En efecto, hoy se oyen mejor que nunca los trinos y los silbidos durante el día, como el croar de las ranas durante la noche. A nuestros oídos, el concierto cotidiano es una ovación. Lo escuchamos como un reconocimiento al trabajo colectivo para crear y mantener el Jardín. Hoy nos conmueve más que nunca su dictamen de aprobación porque ¿acaso hay un jurado más imparcial, oportuno, fidedigno y entrañable que la comunidad de las aves? 

Ciencia ciudadana

La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) es una entidad intersecretarial que promueve el conocimiento de la diversidad biológica, así como su conservación y uso sustentable para beneficio de la sociedad. Entre sus múltiples funciones está la de coordinar iniciativas de ciencia ciudadana: NaturaLista, EncicloVida y AverAves. 

NaturaLista es una plataforma de internet con aplicaciones móviles. Los participantes suben fotografías o audios de animales, plantas y hongos con fecha y ubicación, y la red social (internacional) identifica a las especies. Actualmente es la red social de ciencia ciudadana más grande del país con casi un millón de observaciones. 

EncicloVida es una plataforma que reúne la información de registros de especímenes de plantas y animales de colecciones científicas de México y la información proveniente de las plataformas de ciencia ciudadana AverAves y NaturaLista. De esta forma, los mapas presentados en EncicloVida dan una versión muy completa de la distribución de las especies, porque se actualizan diariamente.  

AverAves es una plataforma digital creada por CONABIO para fomentar la observación y registro de las aves –pajareo–, y ha generado hasta la fecha alrededor de trece millones de registros de especies de aves. También es parte de la red internacional eBird de la Universidad de Cornell, Nueva York. Los participantes, observadores de aves, suben sus listas de especies con localidad y fecha, lo que genera una inmensa base de información de libre acceso para el público interesado. 

Las aves juegan un papel fundamental en los ecosistemas, ya sea por participar en la polinización de plantas, depredación y control de plagas, eliminación de animales en descomposición hasta la dispersión y propagación de semillas. Además, sirven de alimento para otras especies como víboras, zorras, zorrillos y felinos pequeños, cumpliendo de esta forma con el ciclo de vida. 

En el mundo existen alrededor de 10 400 especies de aves que, por su gran capacidad de adaptación, habitan casi todos los ecosistemas. México ocupa el 11.º lugar entre los países con mayor riqueza avifaunística, con 1 107 especies de aves, de las cuales 102 son endémicas, es decir, especies exclusivas de nuestro país, entre ellas se encuentran: el colorín azulrosa, tecolote del balsas y gorrión serrano, entre otras. 

Una gran cantidad de especies de aves se han adaptado a vivir en las ciudades. Algunas son residentes permanentes, mientras que otras son migratorias. Algunas son nativas y otras son introducidas de otros países. En la Ciudad de México y sus alrededores se han registrado alrededor de ¡340 especies de aves! CONABIO seleccionó 20 especies para que las reconozcas por sus cantos, puedes escucharlos en línea

El pasado 9 de mayo de 2020 se celebró el primer Gran Día de Observación de Aves (Global Big Day). Por el COVID-19 no se pudo salir a pajarear como en otras ocasiones, pero descubrimos que se podía hacer desde nuestras casas, jardines o azoteas. Casi siempre se rompe el récord de participación, y esta vez, increíblemente, ¡no fue la excepción! Se recibieron 1 449 listados de gente que no dejó de pajarear aunque no pudiera salir. En México logramos registrar 701 especies. Toda esta información es valiosa ya que nos ayuda a conocer la avifauna relacionada a las zonas donde vivimos. 

El próximo mes de octubre se realizará el siguiente Gran Día con aves migratorias incluidas, esperamos que las condiciones sean mejores para volver a romper los récords no solo de listados, sino de especies registradas también. Forma parte de este gran proyecto, visita AverAves y vuélvete pajarero para que colabores con el registro de aves, no necesitas ser especialista para observarlas y registrarlas. CONABIO cuenta con algunas herramientas de apoyo que te ayudarán. 

Las aves en la historia natural

Uno de los grupos faunísticos que despertó mayor interés entre los conquistadores, clérigos, científicos y colonizadores en el siglo XVI novohispano fue el de las aves, debido a su colorido, su diversidad y los aprovechamientos que de ellas se obtenían.

Desde la perspectiva de la biología, el presente trabajo realiza un acercamiento a las obras que estudiaron la naturaleza en los territorios que conformaron la Nueva España, para recuperar y analizar el conocimiento que se generó sobre las aves en ese periodo. 

Escucha las aves de Oaxaca

Fotografías: Omar Laredo/ Banco de sonidos: Xeno-canto 

Te presentamos algunas de las aves más bonitas que se pueden observar en Oaxaca. Da click en los iconos para redirigirte a los enlaces y adéntrate en el mundo de las aves. 

Centzontle Norteño 
Mimus polyglottos 

Imagen
Sonido

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Carpintero Cheje 
Melanerpes aurifrons 

Imagen
Sonido

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Colibrí Multicolor 
Lamprolaima rhami 

Imagen
Sonido

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Saltapared Cola Larga 
Thryomanes bewickii 

Imagen
Sonido

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Colibrí Orejas Violetas 
Colibri thalassinus 

Imagen
Sonido

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Tordo Sargento 
Agelaius phoeniceus 

Imagen
Sonido

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Guacamaya Verde 
Ara militaris 

Imagen
Sonido

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Chipe Rojo 
Cardellina rubra 

Imagen
Sonido

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Coa Mexicana 
Trogon mexicanus 

Imagen
Sonido

El mundo web de la ornitología

El programa de educación ambiental del Museo Infantil de Oaxaca te comparte la siguiente tabla en donde podrás encontrar todo sobre el mundo de la ornitología. 

NATURALISTA 
Identifica plantas, hongos, peces, aves y mamíferos con ayuda de profesionales y aficionados. Comparte tus propias fotografías, explora las especies de flora y fauna mexicana. 

AVERAVES 
Registra las aves de tu entorno, descubre sitios de interés para la observación de aves cerca de ti y disfruta de los sonidos que producen las diferentes especies gracias a su banco de cantos. 

ENCICLOVIDA 
La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) pone a disposición una plataforma para conocer diferentes especies y grupos de seres vivos de México. Descarga su aplicación móvil de manera gratuita. 

AVESMX 
Conoce las aves que viven en México, explora a través de mapas las diferentes regiones y biomas en los que se encuentran, observa sus fotografías y disfruta sus cantos. 

THE CORNELL LAB OF ORNITHOLOGY 
El Laboratorio de Ornitología de Cornel, centro global para el estudio de las aves, brinda información sobre diferentes especies de aves, consejos sobre su preservación y su importancia en el entorno. 

CANTOS DE AVES DE LA CIUDAD DE MÉXICO 
Da un paseo interactivo para conocer distintas aves de la Ciudad de México, conoce algunas de las especies que han hecho de esta gran urbe su hogar. 

XENO – CANTO 
Escucha, descarga y explora los cantos de las aves de todo el mundo en este proyecto colaborativo. Comparte tus propias grabaciones y ayuda a identificar los sonidos de cada una de las especies. 

Las aves nacionales: el valor de uso de la imagen

México, UNAM, Instituto de Biología, 2014 

“Las aves en la vida del hombre han sido un recurso vital y preciso para dar solución expedita a una lista de necesidades materiales básicas, como lo es el sustento o ciertos problemas de salud, a más de ser inseparables compañeras de vida y de ser partícipes inapelables de nuestras creencias, costumbres y tradiciones, así como de estar ligadas de modo íntimo a diferentes aspectos míticos, de religiosidad y de fantasía por lo que queda demostrado que en diferentes grados de la escala de relaciones materiales y espirituales anida una carga importante de significados y de valores”. 

*Para acceder al libro, da click en la imagen.

El águila real como símbolo nacional en los documentos oficiales en México

El águila real ha sido un símbolo constante a lo largo de la historia de México, es un elemento esencial de la representación gráfica del escudo nacional mexicano que puede verse en la bandera, monedas, condecoraciones, etc. En los archivos municipales se encuentra en muchos documentos que utilizan el sello con el símbolo patrio que nos identifica como mexicanos. 

A lo largo del tiempo, el gobierno se ha preocupado por administrar su propio papel para evitar los fraudes en la documentación oficial. Desde la época colonial se estableció el uso de papel sellado para dotar de valor jurídico a contratos, escrituras públicas, diligencias judiciales y demás oficios. Incluso representó una de las rentas más importantes para la hacienda pública, por eso existieron penas para falsificadores, cómplices y encubridores. El papel sellado se continuó usando a pesar de que, en 1871 se expidiera una Ley del Timbre que pretendía sustituir los sellos por estampillas, pero aún en nuestros días seguimos constatando su pervivencia. 

La sigilografía, como disciplina encargada del estudio de los sellos, ha demostrado que son en sí mismos un testimonio histórico al mostrar aspectos sociales, jurídicos, y fiscales de la sociedad que los plasmó en los documentos de sus instituciones. Por eso, pueden ser analizados de diferentes maneras en este caso, el propósito es resaltar la imagen del águila real como componente iconográfico del escudo nacional de los sellos oficiales dentro de los archivos. 

Los elementos gráficos del escudo nacional fueron retomados de la tradición oral que narra la mítica fundación de Tenochtitlán en 1325, desde que los mexicas salieron de Aztlán hasta que encontraron el lugar señalado por su dios Huitzilopochtli, en donde encontrarían el águila sobre un nopal devorando una serpiente. En este sentido, la figura del ave rapaz asumió un significado de valentía y de guerra. 

Después de la conquista, el águila sobre el nopal fue parte del emblema de la capital de la Nueva España, aunque tuvo que modificarse por los reclamos de las autoridades virreinales que veían con recelo la pervivencia del pasado indígena. Durante la guerra de Independencia, en la bandera de José María Morelos, el ave aparecía sobre el nopal con una alusión a la virgen María. A partir de entonces la insignia adquirió un sentido de unidad nacional en las luchas libertarias contra la opresión colonial y se consolidó como insignia nacional. En 1815 Morelos decretó: “En un escudo de campo de plata se colocará un águila en pie, con una culebra en el pico y descansando sobre un nopal cargado de frutos, cuyo tronco esté fijado en el centro de una laguna. Adornarán el Escudo trofeos de guerra y se colocará en la parte superior del mismo, una corona cívica de laurel, por cuyo centro atravesará una cinta con esta inscripción: Independencia mexicana, Año de Mil ochocientos Diez”. Sin embargo, a pesar esto, no se logró unificar la disposición de dichos elementos. 

De hecho, la imagen del águila ha cambiado de acuerdo con las ideologías políticas y sociales de su época. Durante la primera regencia aparecía de perfil con las alas abiertas y con una corona imperial sobre la cabeza. En 1823 el Congreso eliminó los elementos imperiales, pero volvieron a aparecer con el águila de frente nuevamente coronada con las alas desplegadas durante la intervención francesa y el imperio de Maximiliano. Luego Porfirio Díaz decretó eliminar la corona y mostrarla de perfil. 

En general, fueron muchas las formas de presentar el águila real: de perfil, semiperfil, de frente, con corona, con gorro frigio, etc. Sin mencionar su distribución con los demás componentes gráficos del escudo. Estas variantes se pueden observar en los documentos municipales de los pueblos de Teococuilco de Marcos Pérez, San Pablo Huixtepec y de los archivos más grandes que organizamos el año pasado, en San Sebastián Tecomaxtlahuaca y San Francisco Telixtlahuaca. En la mayoría de los casos se agregó a la imagen la leyenda de los gobiernos locales para identificar las distintas municipalidades, distritos o instituciones de gobierno. 

Actualmente, solo el Congreso puede legislar sobre los símbolos nacionales, pero es importante resaltar que, en cualquiera de sus versiones, el escudo rescata la historia de nuestros antepasados desde tiempos inmemoriales, y cumple una función como medio de unidad al construir una identidad como mexicanos. Por suerte, podemos observar esta evolución en múltiples documentos dentro de los archivos históricos que de igual manera se encargan de conservar la memoria. 

El libro de los pájaros

Hace exactamente 30 años, el poeta Alberto Blanco nos regaló un pequeño libro extraordinario, El libro de los pájaros (Ediciones Toledo, 1990). En él se hace evidente que el oficio del poeta va más allá de la escritura. El poeta debe investigar de manera profusa, extender su programa escritural a la observación y documentación. Sus indagaciones poéticas tienen el mismo sentido que tiene la ciencia al internarse en el territorio siempre extraño de la realidad. “Geografía de la imaginación”, acuña Guy Davenport, donde la imaginación no es un ejercicio de fantasías, sino que es la forma en que conocemos y filtramos partes de la realidad. Hay dos claves al comienzo del poemario que nos dan certidumbre de lo que hoy escribo, el epígrafe de William Blake y el agradecimiento del autor. 

A saber, Blanco extrae de El matrimonio del cielo y el infierno del poeta británico una visión que anticipaba el problema que provocaría el conocimiento enciclopédico a otras formas de acercarse a la realidad. Dice Blake: “¿No quieres comprender que cada pájaro que hiende los aires/ es un mundo inmenso de delicias cerrado para tus cinco sentidos?”. ¿Puede la descripción taxonómica detallada de un mirlo o el estudio de la vocalización de un cenzontle proveernos de toda la información posible? 

En otro lugar de la mancha (tipográfica), Jorge Luis Borges anota que la verdad poética ilumina otro lugar de la realidad; el verdadero color del tigre, por ejemplo, no tiene que ver con su cromática biológica, el tigre rojo existe, también el negro. El primero es aquel que vaga por la margen de un río y que acaba de saciar su hambre con un ciervo; el negro, el que acecha en la penumbra. Ambas son también realidades en las que percibimos al tigre. Siguiendo a Blake –retomado por Alberto Blanco–, ¿cuánto de aquel mundo-pájaro nos está vedado? ¿Qué de ese mundo-pájaro no ha sido nombrado por nuestro lenguaje? Es ahí donde entra el oficio del poeta. Sin embargo, el otro indicio que marca Alberto Blanco al principio del libro es su agradecimiento a la Sociedad Mexicana de Ornitología, “por el apoyo y orientación brindados durante la realización del libro”. Entonces, ¿en qué quedamos?, preguntará usted, lector. Pues lo extraordinario que se ha podido fijar en este libro, la pródiga investigación que ha realizado el poeta, mapeando el territorio de la imaginación en paralelo, la ciencia y el lenguaje poético a la par. Así, Blanco nos advierte que: 

“Un corazón se abre solamente a quien comprende el canto de las aves” y después describe, en clave de laboratorista, cómo se destila la voz de la almendrita, hasta llegar a ser una solución transparente en la que solo se puede distinguir lo que probablemente es la voz purísima del bosque. 

Parece ser que es el colibrí el que origina el libro, no solo por su lugar en la edición (y el otro epígrafe, extraído de el libro de Los cantares de Dzitbalché), sino porque en ese poema se revela el problema de forma y estilo que ha trabajado el autor durante casi toda su carrera. En una serie encadenada de tres haikús, Blanco nos muestra el breve encuentro con el ave: 

Aparición 
entre sombras y ruidos 
luz de cristal 
Más que el rubí 
que amatista o turquesa 
alas en flor 
Fugacidad 
de las piedras preciosas 
¡el colibrí!

En esta cuarentena obligada, en el jardín se pueden escuchar sus voces y a veces, de repente, alguna sombra pasa por el cielo recortado por los muros. Entonces es verdad lo que nos dice Alberto Blanco: la canción es el espacio, pero el que canta es el tiempo.

Aves y música

Flauta hecha a partir de huesos de aves y marfil de mamut. Edad aproximada: 43 000 años, Journal of Human Evolution

La música, en el inicio de los tiempos fue una enseñanza de las aves. En su lenguaje, sus trinos y voces, la primitiva humanidad conoció la afinación y las melodías que, sumados al color, la belleza y la gracia en el vuelo de los pájaros, nunca han dejado de inspirar el espíritu creativo. De ahí que innumerables motivos y obras musicales aludan o imiten esos cantos primitivos, aún presentes. 

Si era evidente la relación de los cantos, desde la aurora, con los que ha despertado el ser humano en los remotos parajes al principio de los tiempos, se ha descubierto recientemente algo sorpresivo que anuda más, si esto es posible, el vínculo entre aves y música: esto es, el descubrimiento, en algunas cuevas, de los instrumentos más antiguos de los que se tiene noticia, situadas en Geissenklösterle, en territorios de la actual Alemania: flautas hechas a partir de huesos de aves, especialmente del buitre leonado (Gyps fulvus), que datan de cerca de 40 000 años de antigüedad. 

Así que la historia de la relación entre las aves y la música, lejos de ser anecdótica o de una belleza melódica fácil, es uno de los pilares civilizatorios de la humanidad. De ahí que, para hablar de la música, lo primero es tomar en cuenta que lo que escuchamos en el campo y la ciudad, el lenguaje canoro, es un repertorio inagotable que ha permitido constituir lo que se ha dado en llamar verdaderas “Bibliotecas de Cantos de Aves”, en las que los especialistas –no sin ayuda de apasionados pajareros, y aficionados curiosos de esas maravillas volantes, como Mercurio, los ángeles y toda clase de seres mitológicos alados– incorporan de manera sistemática grabaciones cortas o extensas, esa polifonía de la que apenas conocemos nada los habitantes de las ciudades. Solo para dar una idea de esas bibliotecas, recomendamos asomarse a la Biblioteca de Sonidos Aves de México, que posee una lista muy interesante de repositorios en universidades y centros especializados de muchos países del mundo. 

Por su parte, solo para despertar la curiosidad, la maestra Claudine Gómez-Vuistaz, profesora de Clavecín y Música Antigua en el Conservatorio Nacional de Música, propone unas cuantas obras –las hay innumerables– e invita a escuchar de otra manera el canto de las aves y así recordar la conversación entre los pájaros y los compositores desde siglos atrás. Desde luego, en numerosas sinfonías hay pasajes en los que claramente hay citas, por así decir, de cantos y trinos de gran belleza y musicalidad. 

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Jean Vaillant (ca. 1360-1390) 
Par maintes foys 

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Clément Janequin (ca. 1485 – 1558) 
Chanson des oiseaux 

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Francois Couperin (París, 10 de noviembre de 1668- 11 de septiembre de 1733) 
Le rossignol en amour 

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Jean Philippe Rameau, (Dijon, 25 de septiembre de 1683 – París, 12 de septiembre de 1764) 
Le rappel des oiseaux 

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Louis-Claude Daquin (4 de julio de 1694 – 15 de junio de 1772)
Le coucou 

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Camille Saint-Saëns (París, 9 de octubre de 1835-Argel, 16 de diciembre de 1921)
El Cisne 

*

Pau Casals  (El Vendrell, Tarragona, 29 de diciembre de 1876 – San Juan, Puerto Rico, 22 de octubre de 1973) 
Cant dels ocells 

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Ottorino Respighi (Bolonia, 9 de julio de 1879 – Roma, 18 de abril de 1936)
Gli Ucelli 

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