Costuras y comPOSTURAS

Quisiera hacerte una pregunta: ¿a qué edad aprendiste a coser un botón, uno que se le haya caído a una camisa? Podría parecer una pregunta absurda, y mientras algunas personas podrían responder que aprendieron desde muy jóvenes, quizá haya otras que digan que aprendieron ya en su adultez. También podría haber alguien que aún no sepa cómo se hace y, en un extremo, tal vez existan quienes nunca hayan tocado una aguja e hilo en su vida. No, no es descabellado decir esto último. Recientemente estuve en San Pedro y San Pablo Ayutla hablando sobre esto y me confirmaron que sí, era verdad. Yo aprendí a sostener una aguja a punto de entrar a la universidad, pues aparecía en la lista de materiales que debía llevar conmigo a una de las etapas del examen de admisión. La noche anterior a mi examen, me acerqué a mi mamá para pedirle que me enseñara a anudar el hilo luego de enhebrarlo en la aguja para anclar la puntada inicial. Honestamente, no recuerdo a detalle ese momento del proceso de admisión, pero no he olvidado la forma que me mostró mi madre para anudar el final del hilo.

A lo largo de la historia de la humanidad, hacer reparaciones menores en la ropa que usamos todos los días ha sido algo cotidiano. Antes más que ahora, las prendas se remendaban en caso de una rotura, se parchaban si había agujeros, se hacían más grandes o más chicas para pasarlas a algún pariente, se les quitaba la parte mejor conservada para reusarla sobre una nueva tela, se recortaba para crear otra cosa, o bien, si el tejido de la prenda en cuestión ya no daba más de sí, se tomaba como trapo para la limpieza del hogar. Una misma tela podía pasar por las manos de varias personas e, incluso, podía abrazar a varias generaciones.

Tanto las telas como la ropa han sido bienes muy preciados: no se trata únicamente de la confección de una prenda, también intervienen el cultivo de la fibra que la compone, su procesamiento, la realización del hilo, la preparación del telar, los momentos del teñido y del tejido, así como la distribución de la tela y, después, de la prenda final. Alguien podría decir: “Bueno, pero mi ropa es de poliéster, no tiene nada que ver con el cultivo de una fibra, además de que el hilado, el tejido y el teñido están hechos por máquinas; es un proceso rápido y no tan complicado”. Tendría dos argumentos a una nota de esa índole: 1) el procesamiento del petróleo y del poco plástico que se puede reciclar para fabricar ropa de poliéster también tiene un costo elevado, especialmente en términos ambientales y, sobre todo, por las personas que trabajan a costa de la explotación para satisfacer una gran demanda que, al final, no se refleja en un ingreso justo para sus familias. 2) El estilo de vida que involucra la elaboración y uso de tejidos hechos con fibras artificiales y sintéticas no tiene más de 150 años de antigüedad: tan solo un parpadeo cuando lo comparamos con los miles de años que han pasado desde que la humanidad empezó a procesar las fibras en forma de hilos y cordeles. De hecho, la comercialización popular de las telas de poliéster comenzó apenas en la década de 1950. Durante miles de años fue imprescindible saber reparar una prenda en casa, pues la adquisición de ropa nueva significaba un monto económico nada despreciable. En el caso de los tejidos hechos a mano, una prenda nueva requiere, además, de bastante tiempo de elaboración.

¿Cómo es que olvidamos algo que fue tan común durante milenios? Una de las razones es el sistema que trata continuamente —y por todos los medios posibles— de convencernos de que comprar, usar y tirar es muestra de un estilo de vida exitoso, en el que nos vamos a ver bien en todo momento y seremos aceptados en la sociedad. Existe una presión, especialmente en las personas más jóvenes, para siempre portar lo más nuevo y eso conlleva una segunda presión: tener suficiente dinero para comprar de manera constante. Puede parecernos una ganga encontrar una playera nueva a un precio muy bajo, pero pensemos: si estamos pagando esa cantidad por tal prenda, ¿cuál habrá sido el sueldo de las personas que estuvieron involucradas en su elaboración? Porque de algún lado y de algún modo esa cantidad de horas de trabajo debe ser pagada.

Esto no se trata de satanizar a todas las personas que usemos alguna prenda que provenga del sistema conocido como “moda rápida”. Hay un amplio abanico de razones por las cuales alguien decide o se ve orillado a comprar ropa de ese estilo. Se trata de tomar conciencia y aprender a alargar la vida útil de lo que guardamos en nuestro armario. El acervo del MTO también nos sirve para entender estas prácticas. Vemos tiras bordadas por separado en los huipiles de Yalálag para conservar esa labor aún si el resto de la prenda se daña. Encontramos rebozos remendados, con más o menos cuidado, para evitar que un agujero se hiciera más grande. Apreciamos los edredones (quilts) conformados a partir de la unión de múltiples retacitos de tela. Nos deleitamos con las texturas de las puntadas del sashiko japonés, empleadas para dar mayor cuerpo y resistencia a una tela ya frágil y vulnerable. Ante las múltiples debacles que se ciernen sobre nuestro planeta (en términos ambientales, políticos, sociales y económicos), ¿qué haremos si cada vez se vuelve más difícil (y costoso) adquirir ropa nueva? A menos de que estemos en condiciones de crear nuestras propias prendas (desde el cultivo de la fibra hasta la confección), nos quedarían dos opciones: aprendemos a componer nuestra propia ropa, o bien, tendremos que aprender a componer la ropa que hallemos de segunda mano. En cualquier escenario, será necesario recuperar las habilidades que nuestras familias preservaron durante milenios, si es que queremos seguir cubriendo nuestros cuerpos de forma digna y creativa. Para que esto suceda, te invitamos al Museo Textil de Oaxaca todos los martes entre las 16:30 y las 18:30 horas para que en grupo aprendamos y compartamos estrategias que nos permitan seguir habitando nuestro mundo.


La educación continua para lapromoción de la lectura

La vida como promotor en las Bibliotecas Móviles demanda estar en constante preparación, debido a las frecuentes visitas a cada comunidad que exigen una cuidadosa planeación mensual de las actividades. Por lo tanto, leer en nuestros tiempos libres es de suma importancia para obtener un bagaje cuya amplitud nos sea de ayuda al momento de diseñar nuestros posibles talleres. Es de vital importancia que la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca se preocupe por abonar a nuestro proceso de formación acompañados por maestros y maestras con experiencia en promoción de la lectura, ya que nos recomiendan libros, autores y actividades que podemos realizar con nuestras poblaciones a atender. Lo más importante es la compartencia que se da en esos talleres, seminarios y capacitaciones, pues también entre compañeros retroalimentamos logrando obtener más elementos para el desarrollo de nuestras actividades en ruta.

En los últimos días de marzo de 2025 asistimos al Seminario de Formación y Análisis de la Metodología de Trabajo organizado por la Coordinación de Proyectos Educativos y Culturales de la FAHHO. Este seminario sirvió de refuerzo para la labor diaria del equipo de las Bibliotecas Móviles: se revisaron los informes que se elaboran mensualmente y se unificaron los criterios para su realización, ya que estos dan cuenta de las actividades diarias que ocurren de manera similar en las regiones que se visitan: Mixteca, Sierra Norte, Istmo, Mixe y la zona Triqui. También se realizó la revisión y análisis de nuestros datos estadísticos. Como equipo, esto permite que visualicemos el alcance que va teniendo el programa en las comunidades atendidas y cómo se van cumpliendo los objetivos. Comparar las estadísticas de las cinco Bibliotecas Móviles foráneas de la FAHHO favoreció el análisis en equipo para procurar alternativas que beneficien a una mayor población, brindando un mejor desempeño de nuestras actividades.

En el seminario también aprendimos de la experiencia de la promotora de lectura Paulina Juárez, quien nos recomendó lecturas y autores que pueden ser útiles en la planeación de nuestros talleres. Respecto a la metodología en el diseño de talleres era muy importante reconocer la importancia de un manejo adecuado del tiempo; saber en qué momento iniciar y cuándo terminar. Esto se logra con una buena planeación y práctica de la lectura. Conocimos también la metodología que utiliza la FAHHO para organizar sus archivos y así tener bien organizada nuestra información.

Además, pudimos darnos cuenta de la importancia de complementar nuestra formación con talleres sobre narración oral, expresión corporal y artes plásticas, para así poder enriquecer, con otros elementos, la presentación de lecturas en voz alta y actividades derivadas de estas. Asimismo, consideramos que debemos conocer las estrategias que maestras y maestros generan para el fomento a la lectura acudiendo a talleres y diplomados; además, creemos que la asistencia a ferias del libro estatales, nacionales e internacionales aportaría mucho a nuestra labor, ya que nos permitiría conocer la oferta editorial, la demanda de los lectores, así como otras estrategias de promoción de la lectura.

Conscientes de los retos que como promotores de lectura enfrentamos, hemos comprendido la necesidad de la educación continua en nuestro quehacer para fortalecer al propio programa de Bibliotecas Móviles.


Reel-ismo Mágico: el arte y los entornos urbanos

El arte urbano es una de las expresiones artísticas más visibles. Lo encontramos en bardas, muros, postes, banquetas y cualquier superficie que forme parte del espacio público. Esto le permite ser un canal de comunicación directa con los habitantes de una ciudad. Más allá de lo meramente estético, el arte urbano suele expresar ideas concretas en torno a la justicia, el sentir colectivo y los cambios sociales. Pero también es una manifestación visual de la identidad comunitaria mediante signos y símbolos reconocibles por un grupo de personas, es una suerte de lenguaje.

El arte urbano utiliza distintas técnicas, estilos, enfoques y soportes. La variedad refleja un modo distinto de expresión de los artistas. En Oaxaca podemos observar una amplia variedad de materiales y enfoques: grafitis, murales, stencils, stickers, carteles, etc. Este flujo artístico ha sido impulsado por distintos colectivos o artistas independientes, uno de ellos es Froy Padilla Aragón, mejor conocido como Efedefroy.

Froy Padilla es originario de la ciudad de Oaxaca y ha intervenido distintos espacios de la zona metropolitana por medio de una técnica que consiste en impresión sobre papel bond, el cual se adhiere al muro con engrudo. La idea es ser lo menos invasivo posible e intervenir muros con papel que puede ser fácilmente removible. Su estilo mezcla símbolos de la cultura popular mexicana con elementos del cine y la televisión estadounidenses. Un diálogo sobre la identidad y la influencia de íconos de la cultura pop.

El 30 de mayo de este año, en colaboración con Froy Padilla, Casa de la Ciudad inauguró la exposición “Reel-ismo Mágico”, en la que se recopila una importante muestra de la obra del artista mediante distintos soportes y técnicas como el esténcil, los fotogramas cinematográficos, las impresiones finearte, la intervención sobre muro, producción audiovisual, etc. Esta muestra es, en palabras del artista: “un diálogo entre los marcos del cine y los encuadres de la vida. Un cruce donde las imágenes, a través del paso del tiempo, se tiñen de dramatismo, comedia, melancolía o esperanza, como si la realidad misma se contagiara del lenguaje del celuloide”.

Te invitamos a conocer la muestra que estará en exhibición hasta el 30 de agosto de este año en Casa de la Ciudad: Independencia 1003, Centro Histórico, Oaxaca de Juárez.


El expediente

El Archivo de Concentración de Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México, A. C. hoy en día resguarda 5466 expedientes correspondientes al periodo 2003-2013. Esta cifra, dependiendo de la lupa con la cual se observe, podrá parecer grande o pequeña, pero para el archivista conocedor sin duda será un número aceptable de expedientes, ya que en ellos se resguarda la memoria escrita de una institución altamente activa. Sin embargo, para el resto de los lectores puede ser un número que no despierte ningún sentimiento, porque desconocen cuál es el objeto del expediente; por esta razón, durante este número intentaremos explicar este término.

En el Archivo de Concentración de Adabi se resguardan los expedientes que son producto de las tareas realizadas por cada una de las oficinas de nuestra institución, en ellos se resguardan los documentos que surgen dentro del marco de las actividades fundamentales de la asociación: diagnósticos, asesorías, capacitaciones, proyectos o servicios que tienen como propósito el rescate y la conservación del patrimonio documental de nuestro país. Así pues, la característica principal de los expedientes es el resguardo de documentación que se encuentra entrelazada y que se genera de manera seriada, porque se produce en el marco del progreso de un mismo propósito.

La Real Academia de la Lengua Española define la palabra expediente como el “conjunto de todos los papeles correspondientes a un asunto o negocio”, y dentro del ámbito archivístico es común encontrar definiciones que los describen como “la suma o conjunto integrado de documentos de archivo producidos o separados que participan en el mismo asunto o están relacionados con un mismo evento, persona, lugar, proyecto o materia”.

Si bien esta última definición es muy completa, nos deja una nueva duda: ¿qué es un documento de archivo y por qué solo esos documentos pueden integrar un expediente? Un documento de archivo es el que produce cada oficina de una institución en el cumplimiento de sus funciones como prueba de una actividad concreta proporcionando información sobre la misma, pero además se caracteriza por ser único, objetivo y, en general, seriado, ya que se trata del resultado de acciones repetitivas, de acuerdo con las funciones o actividades de las oficinas del órgano productor. Además, un documento de archivo se caracteriza por exponer la información de forma objetiva sin agregar elementos personales, por ejemplo una valoración o crítica que puedan deformar los hechos descritos. El conjunto de estos documentos serán los que conformarán, finalmente, los expedientes que se resguarden en cada archivo.

Los expedientes, pues, tienen la capacidad de dar cuenta del inicio, el desarrollo y el final de un mismo proceso en el que se genera documentación de manera sucesiva como resultado de una constante producción de interacciones que se ejecutan para cumplir el objetivo de una meta concreta. En el caso de las oficinas de Adabi que generan expedientes, estos se crean de manera natural ya que, generalmente, se relacionan con personas o instituciones públicas o privadas ajenas a Adabi, con quienes se establecen objetivos, proyectos que describen tiempos de ejecución y productos finales. De este modo, todas las oficinas productoras comprueban el inicio, el desarrollo y el final de cualquier interacción constituida en el marco de sus funciones.

Sobre el expediente también debe aclararse que su creación comienza en las oficinas productoras y no hasta que los documentos llegan al archivo. Porque la acumulación de estos generan expedientes de manera natural en el ejercicio de las funciones de cada una de las oficinas encargadas de llevar a buen término las acciones, en ellas los documentos reciben su primera ordenación de manera lógica y cronológica, además de que se resguardan de forma precautoria hasta que los documentos que los integran pierden vigencia.

Una vez que los documentos que constituyen el expediente finalizan todos sus procesos jurídicos, contables o administrativos, se encuentran listos para pasar al archivo de trámite o concentración, donde serán sometidos a procesos de valoración que determinarán su resguardo permanente o su destrucción definitiva. En el caso de Adabi de México, el archivo hace recepción de expedientes con procesos administrativos, contables o legales completamente cerrados cada dos años, cuando el archivo de concentración solicita la transferencia primaria a cada una de las oficinas productoras.


Rosario Castellanos y su vínculo afectivo con las mujeres

No es posible sino soñar, morir, soñar que no
morimos, y, a veces, un instante, despertar.

Rosario Castellanos

Rosario Alicia Castellanos Figueroa nació un 25 de mayo de 1925 en la Ciudad de México. Su familia se encontraba de visita en la capital del país, y semanas después de su nacimiento regresaron a Comitán, Chiapas, donde pasó su infancia y parte de su adolescencia.

Soy hija de mí misma.
De mi sueño nací.
Mi sueño me sostiene.
No busquéis en mis filtros más que
mi propia sangre
ni remontéis los ríos para alcanzar
mi origen.
En mi genealogía no hay más que
una palabra: Soledad.

Este año celebramos el centenario de la escritora, filósofa, periodista y diplomática Rosario Castellanos, una de las plumas más grandes que ha dado México. Sobre ella se ha publicado mucho: su obra, su labor como docente, su paso como embajadora, su vida pública, esa que aparece por miles al teclear su nombre en el buscador. Sin embargo, es su producción literaria la que nos da fe de aquello que la marcó.

Leer a Rosario es un pendiente que todos tenemos. Ella se hizo notar por medio de su escritura; sus libros dieron voz a los indígenas, a los pobres y a las mujeres. Estas últimas estuvieron presentes en su obra y en su vida personal de manera decisiva. El vínculo que tejió con algunas, desde muy temprana edad, fue motivo de los temas que abordó en sus escritos.

Pese a todas las técnicas y tácticas y estrategias de domesticación usadas en todas las latitudes y en todas las épocas por todos los hombres, la mujer tiende siempre a ser mujer, a girar en su órbita propia, a regirse de acuerdo con un peculiar, intransferible, irrenunciable sistema de valores.

Rufina
Balún Canán fue su primera novela, publicada en 1957; parte de su vida está ahí a modo de reflejo de sus memorias en Comitán, su visión y aprendizaje de los pueblos indígenas, así como las diferencias entre estos y la sociedad privilegiada chiapaneca atravesada por el racismo y el clasismo.

Fue Rufina, su nana, mujer de origen tzeltal, quien ejerció una gran influencia en Rosario. Mientras le hacía trenzas, le contaba historias de los pueblos indígenas, mismos que más tarde la escritora convertiría en relatos literarios. Tal fue su cercanía, que en Balún Canán la nana acompaña a la protagonista durante toda la trama, siendo un personaje fundamental en la novela y fuera de ella para la escritora.

Mi nana me lleva aparte para despedirnos. Estamos en el oratorio. Nos arrodillamos ante las imágenes del altar. Luego mi nana me persigna y dice: Vengo a entregarte a mi criatura. Señor, tú eres testigo de que no puedo velar sobre ella ahora que va a dividirnos la distancia. Pero tú que estás aquí lo mismo que allá, protégela. Abre sus caminos, para que no tropiece, para que no caiga. Que la piedra no se vuelva en su contra y la golpee. Que no salte la alimaña para morderla. Que el relámpago no enrojezca el techo que la ampare. Porque con mi corazón ella te ha conocido y te ha jurado fidelidad y te ha reverenciado. Porque tú eres el poderoso, porque tú eres el fuerte.

Rufina abandonó la casa de la familia cuando el reparto agrario arruinó a los dueños de las fincas. Por su parte, Rosario partiría de Comitán hacia la Ciudad de México para continuar con sus estudios en los años 40; en esa ocasión, otra mujer la acompañaría.

María
María Escandón mantuvo un vínculo muy importante y significativo con Rosario, que duró casi dos décadas. La familia de Rosario era de terratenientes; tenía privilegios y prácticas de acuerdo con sus costumbres, como aquella de principios del siglo XX que consistía en tener una “cargadora” para sus hijos, una compañera de juegos, normalmente de su misma edad o con pocos años de diferencia entre sí, como en este caso. María cumplió esa tarea, participando activamente en los juegos y travesuras infantiles de la pequeña Rosario. Escandón era hija de Francisca Escandón García y Trinidad Abarca, primo hermano de Carmen Abarca de Figueroa, abuela materna de Rosario; María era su tía en segundo grado. Rosario escribió:

Yo no creo haber sido excepcionalmente caprichosa, arbitraria y cruel. Pero ninguno me había enseñado a respetar más que a mis iguales y desde luego mucho más a mis mayores. Así que me dejaba llevar por la corriente. El día en que, de manera fulminante, se me reveló esa cosa de la que yo hacía uso era una persona, tomé una decisión instantánea: pedir perdón a quien había yo ofendido. Y otra para el resto de la vida: no aprovechar mi posición de privilegio para humillar a otro (Poniatowska, 1990).

Conforme crecían, la relación se distanció; mientras Rosario se concentraba en sus estudios, a María se le asignaban tareas domésticas. A pesar de ser muy cercanas, su relación también presentaba momentos de tensión y conflicto, como es de suponerse.

Cuando Rosario emigra a la Ciudad de México para continuar con sus estudios, María se va con ella para ayudarla. Rosario concluyó la licenciatura en Filosofía y el grado de maestra en filosofía por la UNAM, el apoyo y la compañía de María fue fundamental, era su acompañante, cómplice, amiga, familia, cuidadora, empleada…

Lo hizo de tal modo que yo no tenía siquiera la necesidad de ordenar: todo estaba listo siempre. El baño, en el momento preciso, la ropa escogida adecuadamente para cada ocasión, la comida a sus horas y según los canones. ¿Qué tenía yo que hacer en cambio? Aceptar la disciplina sin más comentarios que los que fueran elogiosos. No traspasar mis límites que eran el escritorio, la recámara y la sala. No hacer preguntas ni averiguaciones de ninguna especie. Entregarme con una confianza y una pasividad total. A la que María correspondió no abandonándome ni cuando el médico que diagnosticó mi tuberculosis habló del peligro del contagio. Ni cuando decidí irme de empleada del Instituto Nacional Indigenista a Chiapas. Ni siquiera cuando me casé. Pero las dos sabíamos que a partir de entonces ella se sentía relevada de sus obligaciones para conmigo, porque yo ya estaba —como se dice en mi tierra —“bajo mano de hombre”.

El oficio de la escritura es muy demandante. Para Rosario Castellanos, María Escandón fue decisiva en su proceso creativo, porque no solo procuraba lo doméstico, sino que era una leal compañera que la conocía desde su origen, sabía sus manías, sus virtudes, sus alegrías y desvelos. Eso duró hasta que Escandón regresó a Comitán a cuidar a su propia madre.

Rosario fue una autora prominente que escribió desde el privilegio, pero también desde la empatía y el respeto. Una mujer que escribe, que sabe latín, que es funcionaria, docente, diplomática, madre, esposa, etc., puede lograrlo con el apoyo de mucha gente, como el que le brindaron Rufina y María, quienes además dejaron una huella muy profunda y duradera en su vida. Aunque esas relaciones eran desiguales, sin duda, fueron fundamentales para que Rosario desarrollara sus habilidades escriturales.

Dolores
Las mujeres construimos muchas historias y vínculos con mujeres distintas, algunos tan fuertes como la amistad. En la exposición que se encuentra en el Colegio de San Ildefonso, con motivo del centenario del nacimiento de la escritora, se puede observar una foto donde aparecen dos jóvenes y hermosas mujeres: Rosario Castellanos y Dolores Castro.

Cuando Castellanos llegó al entonces Distrito Federal, tenía 16 años y se hizo amiga de la poeta Dolores Castro, cuando aún estudiaba la secundaria. Sin embargo, ya en la universidad formó parte del Grupo de los Ocho —llamado así por una antología del mismo nombre—, junto con Dolores, Javier Peñalosa, Alejandro Avilés, Octavio Novari, Efrén Hernández, Honorato Ignacio y Roberto Cabral. Ellas dos eran las únicas mujeres en este nutrido grupo poético. ¡Cuánta fuerza había en ellas dos juntas!

Rosario obtuvo el grado de maestra en Filosofía, posteriormente se va a Madrid para hacer un posgrado. En su libro Cartas a Ricardo relata el trayecto en barco y su vida en la capital española. ¡Su amiga Dolores la acompañaba! Imagino ese viaje y todas las vivencias que tuvieron. Sobre ello, Castro dijo: “Recuerdo a Rosario, en mar abierto, sonriente, plena de vida en la cubierta de aquel barco cuya travesía de un mes entre Veracruz y Barcelona nos hizo reír muchas veces, o llorar por nada”.

Fueron amigas desde los 16 años hasta la muerte de Rosario; Dolores falleció muchos años después, en 2022. Sobre las aportaciones de Rosario a la literatura, Castro dijo que influyó en toda una generación de escritoras —Dolores misma se contaba entre ellas— “por ser una mujer ejemplo de tenacidad en el cumplimiento de una vocación y por su fortaleza para defender principios elementales”. “Para mí Rosario Castellanos es la escritora más importante del siglo XX en México y su aportación es riquísima en obra poética, narrativa, reflexiva y dramática, géneros que casi ningún literato ejerce en su totalidad”.

En el andar de la escritora también encontramos muchos nombres de hombres, como el de Raúl Ortiz, quien a su muerte se convirtió en su albacea literario. Nuestra Rosario partió de este mundo a sus jóvenes 49 años, en lo que se dice fue un accidente. Su muerte acaeció el 7 de agosto de 1974 en Israel, cuando se desempeñaba como embajadora de México en aquel país (1972-1974).

Una mujer camina por un camino estéril
rumbo al más desolado y tremendo crepúsculo.
Una mujer se queda tirada como piedra
enmedio de un desierto
o se apaga o se enfría como un remoto
fuego.
Una mujer se ahoga lentamente
en un pantano de saliva amarga.
Quien la mira no puede acercarle ni una
esponja
con vinagre, ni un frasco de veneno,
ni un apretado y doloroso puño.
Una mujer se llama soledad.
Se llamará locura.


Seminario de socialización y producción de poesía 2024

Entre marzo y agosto de 2024, en la Sala José Molina de la Biblioteca Henestrosa de Oaxaca, se llevó a cabo la primera edición del Seminario de Socialización y Producción de Poesía, un programa organizado por la Biblioteca en colaboración con Cuatro Triángulos, laboratorio editorial. El seminario se estructuró en dos etapas.

En la primera, poetas de diversas latitudes de América compartieron su experiencia en el oficio, ofreciendo lecturas, técnicas y herramientas de escritura con el propósito de fomentar el desarrollo de la obra poética de las y los participantes. Entre los docentes se encontraron Nadia López García (México), Reynaldo Jiménez (Perú), Matt Gleeson (Estados Unidos), Yendi Ramos (México), Juan Carreño (Chile), Josefina González (Chile), Candelaria Ramales (México/Argentina) y Alan Vargas (México).

La segunda etapa, impartida por editores, se enfocó en proporcionar a las y los participantes herramientas necesarias para autoeditar, difundir y socializar su obra literaria. Esta fase incluyó estrategias editoriales y técnicas de corrección. Los docentes en esta etapa fueron Gonzalo Geraldo, editor de Marginalia (Chile); Paty Salinas, editora de Almadía (México); y Jorge Plata, editor de Svarti Ediciones (México). El seminario concluyó con la muestra y presentación de las obras autopublicadas por los participantes, la cual se llevó a cabo en el patio central de la Biblioteca Henestrosa, en el marco del Festival ¡Está Vivo!

Cuarto de máquinas
El Seminario de Socialización y Producción de Poesía ha tenido un eco mucho más prolongado, ya que a mediados del pasado mes de mayo, en el patio central de la Biblioteca Henestrosa, se presentó Cuarto de máquinas, un libro publicado por la propia Biblioteca en el que se reúne una selección de obras de los poetas recién egresados del Seminario. La antología incluye textos de Zarení Ochoa, Antonio Guzmán, Shaddai Peru, Iván Andrés Beltrán Santiago, Elia Pérez López, Ramsel Garréz, Patricia Veilchen, Narciso Serrano, Karime Osorio, César Gandlyer, Izcóatl N. Ortíz, Gabriela Martínez y Claudia Díaz Jiménez.

En 2025 se lanzó nuevamente la convocatoria para formar parte de este seminario. Se seleccionaron a 17 autores para cursar el programa en esta segunda edición, la cual ya se encuentra en su recta final. El cuarto de máquinas sigue en marcha.

Taller de escritura creativa y documental
El compromiso con la formación de escritores ha caracterizado la labor de la Biblioteca Henestrosa, de tal manera que, en la actualidad, ha rebasado sus muros al unirse al programa FAHHO Itinerante. Así, a partir de este proyecto, la colaboración entre la Blioteca Henestrosa y la Regiduría de Educación de San Jacinto Amilpas ha permitido que se desarrolle el Taller de escritura creativa y documental, donde se comparten lecturas, técnicas de escritura y ejercicios de tallereo y corrección colectiva para fortalecer las habilidades de las y los participantes.

El grupo está conformado por 12 jóvenes que se reúnen todos los viernes en la Casa de la Cultura Heberto Castillo. El taller continuará durante el resto del año, y sus integrantes están trabajando en una antología que reunirá una selección de los mejores textos creados en el marco del programa. Los docentes de los dos primeros módulos han sido Sonia Gregorio (dramaturga, guionista y actriz) y Matt Gleeson (escritor, editor y traductor). Si escribir es de tu interés, aún es posible integrarte al taller.

Las actividades extramuros que la FAHHO Itinerante se encuentra realizando, en este caso en colaboración con la Biblioteca Henestrosa, buscan crear oportunidades para el desarrollo de habilidades que impulsen y fomenten la participación comunitaria por medio de la escritura.


EDITORIAL

Iniciamos este número del Boletín digital FAHHO con la noticia acerca de la elección como miembros en la Sociedad Filosófica Americana de la doctora María Isabel Grañén Porrúa, presidenta de la FAHHO, y del doctor Alejandro de Ávila Blomberg, director del Jardín Etnobiológico de Oaxaca. Este acontecimiento permite valorar las grandes y pequeñas acciones que encierra el trabajo colectivo en favor de la creación de conocimientos y experiencias socialmente útiles. Esta motivación subyace a cada una de las actividades que a continuación les compartimos.

El Museo de la Filatelia trajo la Medalla Vermeil desde Uruguay, asimismo, celebra el Día Internacional de los Museos resaltando el papel de los timbres como embajadores de la cultura. Uno de esos timbres pertenece al Centro Cultural San Pablo, que hace un llamado para continuar habitando y dando vida al exconvento aprovechando sus diversas actividades y servicios. Un claro ejemplo de ello es la labor que realiza la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, que rescata los testimonios escritos de las lenguas otomangues y vecinas, y sus expresiones vivas, como el rap. El Museo Textil rescata y conserva técnicas textiles ancestrales, preguntándose por el lugar de la innovación y el intercambio de técnicas entre comunidades textiles. Seguimos Leyendo se suma a la conservación de la cultura por medio de la restauración de los libros de las Bibliotecas Móviles rurales. La Librería Grañén Porrúa nos habla, en cambio, sobre libros nuevos, aquellos que surgen de Pluralia Editores y que ahora habitan los estantes de la Librería.

Por otro lado, Adabi Oaxaca y el Museo Infantil de Oaxaca comparten el proceso de organización del Fondo Personal Manuel Ricardo Palacios Luna, el cual derivó en la instalación de la exposición “Las vías del progreso”. Esta unión de fuerzas es la que Adabi de México aborda como la estrategia que ha permitido su trabajo de rescate y conservación documental. Otro ejemplo es la llegada de Andares del Arte Popular al Museo de Historia Mexicana en Monterrey, para seguir apoyando y potenciando la labor de las maestras y maestros artesanos de Oaxaca.

En relación con el medio ambiente, la Biblioteca Infantil de Oaxaca presenta la lombricomposta como una opción ante la crisis de la basura en Oaxaca, mientras la FAHHO Itinerante, en colaboración con Casa de la Ciudad, fomenta el uso de la bicicleta como una alternativa ecológica de transporte para todos.

Deseamos que al leer estos textos te motives, como todo el equipo de la FAHHO, a contribuir al enriquecimiento cultural y ecológico de Oaxaca con las acciones más simples que, sumadas unas con otras, pueden alcanzar grandes resultados.


Oaxaca presente en la Sociedad Filosófica Americana

La Sociedad Filosófica Americana (APS por su nombre en inglés, American Philosophical Society) anunció la incorporación de la doctora María Isabel Grañén Porrúa, presidenta de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, en la categoría de Artes y políticas públicas, y del doctor Alejandro de Ávila Blomberg, director del Jardín Etnobiológico de Oaxaca, en la categoría de Matemáticas y ciencias físicas.

El pasado viernes 16 de mayo, durante una conferencia de prensa en el Claustro del Centro Cultural San Pablo convocada para anunciar esta incorporación, la doctora Grañén Porrúa expresó que este ingreso a la APS significa que la Asociación ha dado seguimiento al trabajo social que ha desempeñado en la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, Adabi de México y la Biblioteca Francisco de Burgoa de la UABJO.

“Habla de un trabajo que se ha venido haciendo con mucha constancia, con mucho seguimiento y siendo muy sensibles a nuestro entorno, abriendo nuestro corazón, abriendo las puertas, haciendo comunidad. Un ejemplo son todos los espacios que ha creado la Fundación donde se abren las puertas para dar un respiro de paz, para reflexionar, crear juntos, pensar, sentir, aprender unos de otros”, señaló. Agregó que esta labor que realiza la FAHHO es el fruto de las enseñanzas obtenidas de maestros oaxaqueños como los artistas Francisco Toledo y Rodolfo Morales.

Por su parte, De Ávila destacó que este nombramiento “es un reconocimiento al compromiso humanitario. La Sociedad Filosófica Americana es una organización que promueve el humanismo y, en ese sentido, nos refuerza los proyectos personales que tenemos; los años que nos quedan en Oaxaca queremos destinarlos a esta misma línea de trabajo de relevancia social”.

La Sociedad Filosófica Americana fue fundada en 1743 por Benjamin Franklin con el fin de promover el conocimiento útil para la sociedad. Como el polímata que era, Franklin fue también un inventor que se oponía a las patentes, por considerar que los beneficios del conocimiento debían ser de libre acceso. Además fue un abolicionista de la esclavitud. Es por eso que el sello de la Sociedad representa a una persona indígena y a una europea acercándose a Minerva, diosa del conocimiento, bajo el lema de la APS: Nullo discrimine ʻSin discriminaciónʼ. La Sociedad fue una de las primeras instituciones en el planeta que promovió la comprensión y la empatía hacia las culturas originarias. Sus archivos y su biblioteca son uno de los acervos más extensos dedicados a las lenguas del hemisferio occidental.

La APS selecciona, por medio de una votación, a menos de cincuenta personas cada año. Los criterios se centran en la creatividad y la originalidad del pensamiento, así como en el compromiso social de las candidaturas que abarcan muy diversos campos. La APS suma hoy día menos de mil miembros, entre los que figuran las siguientes personalidades mexicanas: el historiador oaxaqueño Carlos María de Bustamante y el estudioso del pasado indígena Antonio Peñafiel (siglo XIX); el escritor Alfonso Reyes y el arqueólogo Alfonso Caso (siglo XX); en 2012 fueron seleccionados una arqueóloga, un politólogo y un economista. Con los ingresos que anunciamos aquí suman diez mexicanos como miembros de la APS.

Estas incorporaciones reconocen la trayectoria intelectual y activista de ambas personas, al tiempo en que resalta la relevancia de la gestión cultural en Oaxaca y en el país como una contribución a la sociedad global en tiempos de descomposición generalizada, “al mismo tiempo que reconoce de manera tácita el legado comunitario de dos figuras visionarias: el Maestro Francisco Toledo y don Alfredo Harp Helú”, como señaló el director del Jardín Etnobiológico.


La vida que sigue haciendo historia

Cuando entramos a un edificio antiguo, nos preguntamos cuántas situaciones ajenas a las nuestras habrán vivido quienes lo habitaron siglos atrás. En ocasiones también nos inquieta cómo serían esas personas, e incluso imaginamos cómo se relacionarían entre ellas.

Ya son casi catorce años desde que el exconvento de San Pablo, ubicado en el centro de la ciudad de Oaxaca de Juárez, volvió a la vida después de largos años de haber permanecido en un olvido profundo, que en sí mismo es lo que verdaderamente significa morir. Gracias al esfuerzo y la dedicación inigualable de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, una parte original del convento fue rescatada y, tras la correspondiente investigación y trabajos exhaustivos, la esencia del conjunto arquitectónico original surgió de nuevo: los muros, los patios, las arcadas, las escaleras; todo comenzó a respirar una vez más. Esta vez con las adiciones que se desprendieron de una visión contemporánea de la arquitectura que respetó, en todo lo posible, aquel primer claustro dominico. El corazón del edificio volvió a latir: comenzó a albergar vida una vez más.

¿Y a qué nos referimos con “vida”? Pues a la que le dan a este espacio quienes hoy circulan en todas sus áreas, personas que con su propia existencia lo animan. También, y muy especialmente, nos referimos a todos los proyectos que se generan en su interior y que promueven aspectos esenciales para la vida, no solo en Oaxaca, sino en México y en este planeta.

Y es que, desde que inició esta nueva etapa en su historia, el Centro Cultural San Pablo ha albergado proyectos de diversa índole, pero todos relacionados con la esencia de lo humano: proyectos de investigación y proyección académica, de conservación de las culturas milenarias de nuestros pueblos, de promoción del arte en sus múltiples manifestaciones, de impulso a la lectura y al desarrollo humano de las personas, de cuidado del medio ambiente y de la salud. Efectivamente, de todo eso está hecha la vida de nuestro Centro. Porque, si bien es cierto que nuestro edificio invita a ser visitado por cada uno de sus rincones con el solo fin de gozar de un momento de solaz, la verdadera vida se la dan las personas que han hecho de él un lugar de encuentro: los hablantes y estudiosos de lenguas originarias, los usuarios frecuentes de sus bibliotecas y exposiciones, losmelómanos que cada noche de jueves no se pierden uno solo de los conciertos que ofrece la Fonoteca, los participantes en todas las actividades y talleres que se realizan diariamente, los amantes de la tranquilidad de sus patios y… todas, todas las personas que casualmente llegan a pasar por aquí.

Esta es la nueva historia que todos estamos escribiendo con nuestras propias vidas y aportaciones personales en cada proyecto en el que participamos y en cada visita que hacemos a “San Pablo”, como coloquialmente le llamamos. Solo lo que vive puede seguir construyendo una historia: solo nosotros, por medio de nuestra propia vida, podemos seguir escribiendo y reconfigurando la historia de Oaxaca. ¿Cuándo fue la última vez que acudiste a una de sus exposiciones, o a cualquier otra de sus actividades culturales? ¿Sabes dónde puedes consultar la agenda de todo lo que aquí ofrecemos para tu crecimiento personal? Si has llegado hasta este punto, seguro has leído ya este boletín en otras ocasiones. De cualquier modo, para consultar las actividades diarias del Centro Cultural San Pablo y de todas las filiales de la FAHHO, puedes acceder a: https://bit.ly/agefahhojun25. Y si tienes la inquietud de agendar una visita escolar o grupal, puedes solicitarla a: visitas.sp@fahho.mx o marcar al 951 501 88 00 extensión 555

Sigamos generando vida. Sigamos haciendo historia.


Tacu Ñudzavui y rap en cuatro lenguas

El Congreso sobre Lenguas Otomangues y Vecinas (COLOV) se ha perfilado, desde su inicio en 2004, como la reunión bianual más importante para aquellos que estudian, promueven y defienden las lenguas originarias de Oaxaca y las regiones aledañas. Desde 2006 se celebra en la ciudad de Oaxaca, lo que facilita la participación de los hablantes de estas lenguas; esta característica sin duda ha aportado a la relevancia del evento. En cada edición especialistas y activistas se reúnen para intercambiar resultados de investigaciones o proyectos sociales, así como para disfrutar juntos de eventos culturales en los que las lenguas ocupan un lugar destacado. También la décima edición del congreso volvió a este esquema. En la tarde del primero de mayo se inauguró la exposición “Tacu Ñudzavui. La escritura mixteca del Virreinato al Porfiriato”, una muestra de los textos escritos en mixteco que se produjeron entre 1567 y la Revolución. Compuesta por ejemplares del acervo de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, incluyó rarísimos y singulares ejemplares, como la Doctrina christiana en lengua misteca, de fray Benito Hernández (1567), en sus dos ediciones: en la variante de Achiutla y en la variante de Teposcolula; la primera edición de la Traduccion de el cathesismo castellano del P.M. Gerónimo de Ripalda de la Compañía de Jesús en el idioma mixteco, por Antonio González (1719); y el Catecismo de la doctrina cristiana escrito en lengua mixteca de Casiano Palacios (1896) de Chalcatongo, impreso en la ciudad de Oaxaca. También incluyó manuscritos, como la única pieza sobreviviente de la tradición de teatro litúrgico en mixteco. Entre ellos también figuró el testamento de Francisco de Sandobal de San Francisco Nundacaa (Tecomaxtlahuaca) de 1667. Este documento es una muestra del uso cotidiano de la escritura alfabética a cargo de escribanos comunitarios en la administración de las comunidades: escribir en mixteco era algo muy común, pero esta tradición llegó a su fin alrededor de la independencia de México. La muestra finaliza con las primeras publicaciones de la poesía mixteca de Abraham Castellanos (1906 y 1908) y nos recuerda que los mixtecos siempre han escrito y leído, aunque, según la época, con fines y públicos distintos. En el sitio https://www.iifilologicas.unam.mx/satnu/items/browse?-tags=Mixteco podemos consultar, en formato digital, más de 330 de estos documentos administrativos escritos en mixteco entre 1571 y 1810.

El día 2 de mayo, las lenguas vivas sonaban en el concierto cuatrilingüe del reconocido rapero mixteco Una Isu — el nombre artístico de Miguel Villegas Ventura nacido en San Miguel Cuevas (Nuu Yuku), pero radicado desde sus 7 años de edad en Fresno, California— y del rapero triqui Carlos CGH —originario de San Juan Copala—, quienes desde el fuerte arraigo en sus culturas llaman a la conciencia sobre la realidad diaria de la población indígena de México, buscando abrir nuevos espacios para sus lenguas.1 Una Isu ganó notoriedad con su rap triligüe Mixteco en un lenguaje, de 2012, pero toda su obra se caracteriza por un estilo de rap melódico y down-tempo con impactantes textos que refieren a su vida personal como migrante mixteco, incluyendo su redescubrimiento de la lengua mixteca https://www.reverbnation.com/unaisu?popup_bio=true. A lo largo de su carrera, Una Isu ha buscado la colaboración con raperos y músicos, primero desde su entorno inmediato en el Valle de San Joaquín, y posteriormente desde la toma de conciencia —cada vez más marcada— de la lucha internacional por las lenguas minoritarias y por los migrantes. Su afortunado encuentro con el rapero Carlos CGH, quien desde Copala pone en alto la lengua, cultura e identidad triqui, enriquece la escena de los raperos de la Mixteca.

Para que el lector pueda conocer y deleitarse con esta rica colaboración mixteco-triqui, compartimos aquí el enlace para acceder a Tsákuu yìì va ndyi, una reciente producción realizada en colaboración con el Dj Ñañi: https://www.youtube.com/watch?v=6W53ydh0ZOs.

Durante el evento se reservó un espacio para conmemorar al rapero zapoteco Rosty Bazendu (Vicente Ramírez Santiago), asesinado el 30 de julio de 2024 en la colonia José Gregorio Meléndez en Juchitán. Desde su primera canción zapoteca en 2011 (Gutaná, premio CaSa 2012), el rapero Rosty fue un gran defensor de la lengua zapoteca y su tarea se centró en llevarla a los nuevos espacios dominados por la juventud. Que descanse en paz, Rosty.

1 Recomendamos https://www.unaisuofficial.com/ para acercarse a la interesante biografía de Una Isu.


Un brocado para las flores bordadas

¿La innovación está peleada con la tradición? ¿En qué momento se pierde un tejido o bordado tradicional al incluir nuevos diseños o agregar motivos donde no los había? ¿Hasta dónde está permitida la integración de nueva iconografía sin perder la esencia de lo tradicional? Estas son algunas inquietudes en las poblaciones textileras de diferentes partes del mundo.

A finales de 2022 el Museo Textil de Oaxaca y el colectivo Dill Yel Nbán – Colectivo Serrano prepararon la exposición “Lhall xallona llun lliu´tuse, llunen lliu walh / Vestir también es un territorio de lucha”, una muestra con miras a presentarse posteriormente en Yalálag y San Melchor Betaza. A finales de 2024 la exposición viajó a Villa Hidalgo Yalálag, y es así como nació la inquietud en los artistas que conforman el Colectivo Serrano y otras tejedoras por aprender a crear motivos en el telar, debido a que el trabajo que realizan en la comunidad es solo tejido de tafetán o sencillo con una variante en la textura con el tejido relevado, que adornan a la altura de los hombros.

En abril de 2025 viajamos a Villa Hidalgo Yalálag, una población ubicada en la Sierra Norte del estado de Oaxaca, y que posee una tradición de tejido en telar de cintura y bordado de flores de colores en punto satín. La finalidad de esta visita era realizar un taller a raíz de la inquietud de las maestras del telar por crear diseños en los lienzos del huipil, tal como lo hacen en Villa Talea de Castro, San Juan Yaaé y muchos otros pueblos de Oaxaca. El taller se llevó a cabo en el barrio de Santiago con el apoyo y gestión de las integrantes del Colectivo Serrano y demás habitantes del barrio. Durante una semana conocieron y practicaron el tejido brocado, técnica que consiste en agregar una trama de color por cada trama estructural, contando los hilos de urdimbre que darán forma a estrellas, rombos, grecas, aves y muchos diseños más. Las artistas del telar eligieron colores para dar forma a una figura particular: la cruz de Yalálag, motivo que las acompaña por medio de la joyería que adorna el huipil y que baila con ellas al compás de los sones y jarabes en las fiestas del pueblo.

El primer día practicamos la técnica de teñido con añil, para ello conocieron el proceso de preparación del concentrado, características del tinte, métodos de tinción y resguardo del tinte. Todo ello se llevó a cabo siguiendo el método que se practica en Santiago Niltepec. El MTO proporcionó el material necesario para esta actividad, como el pigmento y demás ingredientes para preparar el concentrado, así como las madejas de algodón para cada participante. Algunas participantes llevaron los hilos con los que suelen trabajar y que les servirán para tejerse bellos huipiles. Todo esto no sería posible sin el apoyo de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, que alberga e impulsa cada proyecto que realiza el MTO dentro y fuera de las instalaciones.

Asimismo, la colaboración entre las artistas fue un apoyo importante para quienes se acercaban al telar por vez primera. El conocimiento y la experiencia de las maestras ayudó en este primer tejido que, sin duda, será motivo para crear nuevas piezas que llegarán al mercado. Así que las maestras Carmen Bollo y Ana Bautista ayudaron a preparar los telares de Juana, Yovanna y Janet, quienes apenas comenzaban a tejer.

En la comunidad hay diversos oficios en el textil: bordadoras, tejedoras y empuntadoras, por lo que el grupo de participantes fue muy diverso. Algunas compañeras se acercaron a la actividad por la inquietud de “ver de qué se trataba el taller”, tal como cuenta Elidia Millán: “Yo estaba indecisa, porque no soy paciente, pero me motivé más y me gustaría seguir aprendiendo”. Juana Inés Limeta nos compartió lo siguiente: “Por mi parte, me gustaría que se impartieran más cursos para mis compañeras. En lo personal, no me dedico a esto, pero fue un gusto aprender a tejer y hacer nuestra cruz de Yalálag”. Brenda Martínez nos dijo: “Me siento muy contenta porque nos enseñaron algo muy diferente a lo que estamos acostumbradas a hacer, nos cuesta trabajo llevarlo a cabo, pero estoy segura de que si seguimos practicando en casa vamos a ir mejorando”.

El resultado fue un grupo dinámico y ávido por experimentar el brocado y crear nueva iconografía para acompañar y aderezar al bello ramillete de flores bordadas con hilos multicolor. Esperamos y deseamos que Dafne, Eliza y Lizette —de 7, 4 años y 3 meses de edad, respectivamente—, quienes acompañaron a sus mamás en el taller, tengan un motivo de orgullo e inspiración para continuar con el legado, y que el tejido en telar de cintura se renueve y continúe con las nuevas generaciones.


El Fondo Personal Manuel Ricardo Palacios Luna

La organización del Fondo Personal Manuel Ricardo Palacios Luna fue realizada por el equipo de Adabi Oaxaca durante los últimos años. Está compuesto por 40 cajas con documentos, 7 cajas con libros y revistas, 2401 fotografías y 10 objetos que dan cuenta de la gestión de Palacios Luna en la Gerencia de los Ferrocarriles Nacionales de México entre 1946 y 1952.

El archivo documental fue generado por Manuel Palacios durante las funciones que desempeñó a lo largo de su vida. A partir de sus datos biográficos pudimos establecer el cuadro de clasificación que está conformado por tres secciones, cada una subdividida en series: Catedrático, Gerente de Ferrocarriles Nacionales y Personal. La Sección Catedrático es muy pequeña y está integrada por documentos sobre la formación profesional de Manuel R. Palacios. Uno de estos atestigua, por ejemplo, que recibió sus primeras letras en la escuela Renacimiento en su natal Oaxaca de Juárez. Gracias a una entrevista con su hijo, también sabemos que a los 14 años ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria de San Ildefonso, y que después cursó su carrera profesional en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, acerca de lo cual se conserva su título de abogado.

En 1931 su maestro, Vicente Lombardo Toledano, le heredó la cátedra de Legislación Bancaria y de Seguros y de Trabajo por ser un alumno distinguido. Desde entonces nunca abandonaría la docencia, motivo por el que fue nombrado profesor emérito de la Facultad de Derecho en 1982.

La Sección Gerente de Ferrocarriles Nacionales es la más extensa de todo el archivo. El presidente Miguel Alemán le encomendó al funcionario llevar a cabo un ambicioso programa conocido como Plan Alemán de rehabilitación ferroviaria. La modernización planteaba principalmente el ensanchamiento de las vías férreas con rieles más pesados que posibilitaban mover trenes de mayor capacidad, con máquinas más poderosas que contemplaban la sustitución de las antiguas locomotoras de vapor por modernas locomotoras de diésel. Esta gran obra implicaba movilizar materiales, ampliar túneles, reforzar puentes, optimizar patios de maniobras, reformar talleres, construir terminales, etc. Todo ello permitiría el cumplimiento de itinerarios y horarios en beneficio de los usuarios, con importantes beneficios económicos.

La Sección Personal está integrada por expedientes sobre su vida privada como correspondencia con amistades, recomendaciones laborales, invitaciones a eventos sociales, así como su afiliación a la Sociedad de exalumnos del Instituto de Ciencias y Artes, la Asociación de Turismo en México, la Academia Mexicana del Derecho del Trabajo y la Previsión Social, etc. Aquí también se encuentran los testimonios del desempeño de otros cargos como funcionario público en la Subsecretaría del Trabajo y la Previsión Social, el Consejo Técnico del IMSS, el Senado de la República como representante de Oaxaca, la Dirección de Estadística de la Secretaría de Economía Nacional, entre otros.

El Fondo personal también contiene un apartado fotográfico compuesto por 2401 imágenes de las actividades de Manuel Palacios como gerente: sus visitas de inspección, los proyectos de infraestructura, el ensanchamiento de las vías, la introducción de nuevas máquinas, etc.

Se ha trabajado en un inventario ilustrado que ofrece información de fechas, lugares, descripciones, bibliografía relacionada, etc. Durante este minucioso trabajo fue interesante encontrar la vinculación entre las fotografías, el fondo documental y una pequeña colección de libros y revistas, especialmente con la Revista Ferronales publicada durante el sexenio de Miguel Alemán. La donación de este archivo personal también incluía varios objetos relacionados con la Gerencia de los Ferrocarriles Nacionales de México, los cuales ahora se encuentran disponibles como objetos museográficos. Gracias a la donación que realizó la familia Palacios Sierra y a los trabajos de organización y estabilización, el Fondo Personal Manuel Ricardo Palacios Luna finalmente se encuentra a disposición de los usuarios en la sala de consulta del AGEO.


Breve crónica sobre una donación documental: El Fondo Personal Manuel R. Palacios

En la historia de los Ferrocarriles Nacionales de México, destaca la figura de Manuel R. Palacios Luna, quien dirigió la institución durante el sexenio de Miguel Alemán Valdés, ya que desde ahí impulsó el proyecto más ambicioso de modernización ferroviaria en nuestro país a mediados del siglo XX.

Ante la gran riqueza histórica encontrada entre los documentos, fotografías y objetos que conforman su archivo personal, la Fundación Alfredo Harp Helú impulsó su organización, conservación y difusión como un aporte invaluable a la historia nacional.

Resultado de este proyecto, y en memoria del destacado oaxaqueño, el sábado 3 de mayo de 2025 se realizó la inauguración de la exposición “Las vías del progreso. Manuel R. Palacios y los ferrocarriles mexicanos, 1946–1952”. Se trata de la materialización de ocho años de trabajo en la organización, estabilización, restauración y conservación del archivo personal Manuel Ricardo Palacios Luna.

Durante la inauguración de la exposición, los hijos del exdirector de Ferrocarriles Mexicanos externaron algunas palabras en memoria de su padre, y agradecieron el trabajo hecho por Adabi Oaxaca y el Museo Infantil de Oaxaca, por la ejecución del proyecto de organización y conservación del Fondo, y al Archivo General del Estado de Oaxaca por ser el lugar que dará resguardo a esta documentación.

Para Carmen Palacios Sierra considera este acontecimiento como una contribución al “rescate y resguardo de la memoria histórica […] una noble tarea que nos permite recrear una y otra vez acontecimientos y épocas pasadas con la visión de nuevas generaciones”. En este caso, los “[…] documentos y fotografías que datan de 1946 a 1952 dan testimonio de la labor de [Manuel R. Palacios] y serán vistas por tres generaciones de su descendencia: hijos, nietos y bisnietos”.

Por otro lado, Manuel Palacios Sierra recordó el momento en el que por primera vez se puso en contacto con la FAHHO para donar el acervo documental de su padre:

Con la Dra. María Isabel Grañén Porrúa, […] sostuve una conversación telefónica verdaderamente estimulante para decidir donar el acervo de mi padre […]. Agradeceré todas las veces que sea necesario a la Dra. María Isabel su invaluable apoyo para volver a darle vida a un oaxaqueño que salió expulsado de Oaxaca por la pobreza, y que hoy —gracias a todos los asistentes y a quienes conforman una larga lista de colaboradores en este proyecto—, puede estar presente de nueva cuenta en su querido estado.

Esta donación documental que hace el licenciado R. Palacios se suma a la donación, hecha en abril de 1990, de un edificio que alguna vez fuera el Hospicio de la Vega —ubicado en Privada de Reforma 103, colonia Centro—. “Dicha casona es hoy la sede del Archivo Histórico de la Ciudad de Oaxaca Manuel R. Palacios, que da albergue a documentos históricos de su ciudad natal los cuales se encontraban por aquel entonces abandonados en Cuilapam de Guerrero. Esta altruista donación le mereció ser declarado “Ciudadano distinguido”.

Manuel Palacios Sierra habló acerca de las distintas adversidades que atravesó, durante ochenta años, el archivo de su padre hasta encontrar su destino final en el Archivo General del Estado de Oaxaca. En un inicio, este cúmulo documental se encontraba.

…] en un espacio específico para ese efecto, dentro de las oficinas de mi padre en Vallarta 1, despacho 101 de la Ciudad de México, oficina donde yo también laboraba. El temblor de 1985 causó daños irreparables al edificio. Nos dieron unos días para evacuar, así que rescatamos de entre los escombros, y con el apoyo de una empleada, mi esposa y un par de trabajadores, todo lo que nos fue posible de la vida de don Manuel. En ese entonces se acordó que la persona idónea y en la que todos depositamos nuestra confianza sería doña Carmen. De esa manera, el archivo quedó durante años en custodia de nuestra madre.

Tiempo después, debido a un siniestro por agua, la documentación tuvo que ser trasladada de lugar, quedando en manos del hijo de don Manuel R. Palacios.

El día de la inauguración, Palacios Sierra propuso la donación de diversos reconocimientos y diplomas que pertenecieron a su padre, así como una colección de discos de 78 RPM con grabaciones originales de 1949: música diversa de jazz, clásica, bailable y de los albores del cine sonoro.

Las cenizas de Manuel Ricardo Palacios Luna reposan en la Ciudad de México, pero su alma está en su tierra natal; en su niñez correteando en el Barrio de Xochimilco; escuchando silbar desde un árbol del Fortín las balas de la Revolución; humedeciendo su cuerpo en el Atoyac; caminando con su padre, el artesano Gregorio Maclovio Palacios Casas, su madre, Macedonia Luna Chincoya y su mentor y tío, el obispo Mariano Palacios Silva, cuyo cuerpo yace en la Iglesia del Carmen Alto, en la que don Manuel alguna vez fue acólito.

El corazón de Manuel R. Palacios salió de Oaxaca, pero nunca dejó de latir por la tierra que lo vio nacer. Don Manuel adulto nunca olvidó su entrada en la etapa final del ensanchamiento de la vía México Oaxaca, con un presidente a un lado y un secretario de Hacienda del otro, y más arriba, muy arriba, su madre, con quien el Manuel niño viajó muchas veces en vagón de segunda clase para ir a vender alfarería a la hoy Ciudad de México.

Es aquí, en su ciudad, donde la historia de un distinguido oaxaqueño debe encontrar su paz.


El arte de la reparación: historias que se salvan

Todo libro guarda más que palabras, contiene más de una memoria, permite mantener el conocimiento y parte de nuestra identidad cultural. Es por eso que conservarlos constituye una forma de proteger nuestra historia.

Las Bibliotecas Móviles de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca no solo llevan historias a cada rincón a donde llegan sus ruedas; también transportan sueños, imaginación y aprendizaje por medio de los libros infantiles que conforman su colección. En consecuencia, dado el uso continuo y entusiasta que reciben estos materiales por parte de sus usuarios, es comprensible que las hojas, portadas y contraportadas de los libros se vayan desgastando poquito a poco, de manera que se vuelve fundamental implementar acciones de conservación y reparación que garanticen su disponibilidad y buen estado a largo plazo.

Páginas rasgadas, cubiertas desgastadas y lomos sueltos son desafíos comunes a los que nos enfrentamos cada día. Sin embargo, aprendimos que con técnicas sencillas, pero efectivas, podemos seguir brindando la seguridad y el respeto por el contenido original de nuestras pequeñas máquinas de papel. Conservar libros infantiles también es un acto de equidad: es asegurar que las infancias, sin importar su ubicación, tengan acceso a libros demanera digna, legible y atractiva.

Por parte de la Dra. María Isabel Grañén, recibimos la maravillosa noticia acerca de la llegada de un equipo conocedor en materia de conservación y reparación de libros, Lissete Sarasti y Ezequiel Barba, quienes tienen el objetivo de poner en operatividad el taller de restauración documental. La finalidad es colaborar con el personal de las diferentes áreas de la FAHHO que requieran este apoyo, especialmente las bibliotecas.

Los equipos de Seguimos Leyendo y Bibliotecas Móviles, de la Coordinación de proyectos educativos y culturales de la FAHHO, participamos en una jornada de capacitación y estabilización de libros contemporáneos. Esta experiencia no solo fortaleció nuestras habilidades técnicas, sino que nos abrió las puertas a un nuevo vocabulario para comprender el cuidado de los libros. Aprendimos términos como charnelas, cañuela, endose, entre otros; así como el uso de nuevos materiales: keratol, cinta lineco, papel couché, cartón prensado, pegamentos y colas sintéticas. En esta jornada catorce compañeros reparamos libros pertenecientes al acervo de Bibliotecas Móviles, los cuales figuran entre los más leídos por niños y jóvenes de las comunidades que visitamos. Entre costuras, refuerzos de puntas y cantos, lomos y cañuelas, cerca de treinta libros volvieron a la vida, los cuales se suman a los 65 libros intervenidos en el taller de conservación documental.

Este proceso se realizará de manera bimestral como parte de nuestra jornada de trabajo, con el objetivo de poder salvar libros, salvar historias. Porque cada historia que se salva es una semilla plantada en la mente de un lector que se encuentra en crecimiento.


Pluralia Ediciones en los estantes

Algunos títulos de Pluralia Ediciones.

Cuando ejercí otra labor que no era la de gerente de una librería, mi espacio zen era una librería. Pero no se me malentienda. Quiero decir que mientras mi ocupación de 9 de la mañana a 6 de la tarde no fue revisar catálogos, hablar con proveedores, pagar proveedores, esconderme de proveedores, solicitar cotizaciones, enviar facturas, firmar vacaciones, esconderme para no firmar vacaciones… mi único momento de relajación (y al mismo tiempo de hermosa alteración), era pasearme por esta librería (y por las otras poquitas en Oaxaca). Me gustaba pasar los dedos sobre cada canto y lomo para llenarme por ósmosis de sus palabras. Y pasaba la hora de comida así, haciendo reverencias a los libreros.

Ahora mi relación con estos objetos es diferente: si bien ya no es mi momento zen, sigo paseando por los pasillos de esta librería (y las otras poquitas de Oaxaca) para desentrañar sus títulos, los nombres de las personas que los escriben, los sellos editoriales, la información de las contraportadas. He de confesar, incluso, que ahora pienso más que antes en el trayecto que los libros hacen hasta acá, justo hasta este entrepaño, en este pasillo. Imagino las manos de personas que los dieron de alta; de quienes los devolvieron tres veces; quienes embalaron; los que los retractilaron o les pusieron precio. Pienso sobre todo en quien los seleccionó, si habrá sido una decisión muy meditada o totalmente al azar: “a ver qué tal se mueve”.

Hace unos meses, por ejemplo, contactamos a Pluralia Ediciones. Cuando comencé a redactar el correo no sabía a quién le escribía, si a la mismísima Elisa Ramírez Castañeda en persona o a algún atentísimo agente de ventas, pero deseaba contarle que desde hace tiempo quería que tuviéramos sus libros en la Grañén Porrúa. Muy pronto nos respondieron y dijeron que, con todo gusto, enviaban el catálogo. Cuando este llegó me hice un espacio casi agendado: revisé título por título, lo busqué en internet, leí un resumen, alguna reseña. Luego bajé y me senté en la primera sala de la Librería y di un vistazo, como dicen las poetas atinadas, a vuelo de pájaro. Sabía exactamente dónde acomodar los ejemplares de la colección de Pluralia, si llegaban, pero también era claro que alguien tendría que ayudarme a mirar de otra forma.

Sin duda, deseaba que pudiéramos entablar la relación, empezar a trabajar. Mandé papeles, me pidieron datos, afinamos detalles y listo: “Envíenos su pedido, Librería Grañén Porrúa, ya estamos listos”, escribió un atento Eduardo Zambrano, quien no solo es agente de ventas, sino el mismísimo cuidador de algunas de las ediciones. Y luego de pasar por el cotidiano “De este título quiero 10 ejemplares. No, mejor 15…, híjole, pero qué tal que empezamos por 5, a ver qué tal se mueve…, ¿y si se me acaban pronto?… Ay, bueno, pues, ¡10!”, hice la selección en un documento de Excel, mandé el pedido y quedé atenta. A la semana llegaron un par de cajas con el remitente “Pluralia Ediciones, Ciudad de México”. Y como sucede cuando llegan cajas: corrí con mi cúter para recibir los libros.

No alcanzo a imaginar qué tanto habrá sufrido aquella persona que atinadamente señaló que de la vista nace el amor. Conforme sacaba los libros me los fui acomodando en el antebrazo, como se acurruca un ramo de frescos agapantos, o a la creatura misma. Cubiertas en color violeta, anaranjado, amarillo huevo, verde agave; lomos gruesos y delgaditos, tapas duras (nada menos que el Mokaya, de Mikeas Sánchez) y ejemplares de finísimo petricor (Tierra mojada, de Nadia López). Qué ganas de que medio mundo los viera, o los acunara, sobre todo, ¡que los lea! Ahora venía la parte divertida, la que ahora veo con mayor nitidez: checar, dar de alta, poner precio, corroborar información, ¡acomodar y reacomodar para que tengan visibilidad y se los lleven todos! Ponerlos a la mano para que Monse, la cajera, los tenga cerca cuando alguien pregunte: “Sobre tema oaxaqueño, ¿qué novedad?”. Ya la escuchaba diciendo: “Este Imaginando el destino, de Javier Castellanos Martínez, o Porque el silencio, de Kalu Tatyisavi”.

Una vez que todo el proceso anterior ha tenido lugar, me coloco junto a Alejandro, con los brazos en la cintura, mirando la pared de libreros donde está “tema, autor o autora y editorial oaxaqueña”: “Vamos a jugar Tetris, ¿estás lista?”, me dice, y comenzamos a subir y a bajar ejemplares, a sacudir, de paso, a bajar el atril, reordenar libros. Entonces llega Juan y suelta lo que ya había estado pensando desde quién sabe cuándo: “Por qué no juntamos Lenguas nacionales y Poesía aquí, quien esté interesado va a tenerlo fácil y, además, van de la mano”. Tiene eco la sugerencia, entonces nos trae un bonche de libros que va alimentando con ejemplares que ya sabe dónde están y que va tomando en su camino. Mientras unos ya hicieron espacio por aquí, unas ya sacudimos por acá, entonces el Tetris sigue. Hasta que termina, y entre todos miramos el resultado del ejercicio colectivo. Me doy cuenta de que mi momento zen aún tiene que ver con libros, afortunadamente.

Luego de sonreír con todos porque el trabajo de acomodo —tan solo el de acomodo— terminó, tomo un ejemplar de los que acaban de llegar, el primero que se me aparece enfrente, y pienso nuevamente en el nombre de la editorial: Pluralia. Qué bonito nombre. Para conocer más sobre Pluralia Editores te invito a visitar su catálogo: https://pluralia.com.mx/.


Día Internacional de los Museos: Timbres del Centro Cultural San Pablo y del Museo de la Filatelia de Oaxaca

El Día Internacional de los Museos comenzó a implementarse en 1977, gracias a la iniciativa del Consejo Internacional de Museos. Desde entonces se celebra el 18 de mayo de cada año o en torno a esta fecha; el objetivo es unificar las aspiraciones creativas y los esfuerzos de los museos para llamar la atención del público mundial sobre su actividad.

Dado que el acontecimiento reunía cada vez a más museos, y con el objetivo de favorecer la diversidad en la unidad, en 1992 el ICOM propuso por primera vez un tema: “Museos y medio ambiente”. A partir de entonces cada año se propone una temática en común, este 2025 se abordó “El futuro de los museos en comunidades en constante cambio”. Tema importante que subraya las conversaciones críticas que se están conformando, para explorar cómo los museos pueden salvaguardar el patrimonio inmaterial, aprovechar la energía de la juventud y adaptarse a las nuevas fronteras tecnológicas.

Nuestro estado es rico en espacios culturales, comenzando por sus sitios arqueológicos, centros culturales y museos. Solo a unas calles del Zócalo de la capital podemos visitar el Centro Cultural San Pablo, el Museo Textil, el Museo de la Filatelia, Casa de la Ciudad, el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, etc.

Algo que pocas veces tomamos en cuenta es que los timbres postales, en sus diseños, reflejan paisajes, gastronomía, personajes y monumentos históricos, de modo que cada timbre va transmitiendo cultura al viajar por todo el mundo. De cierta manera, un timbre postal actúa como embajador cultural de cada país que lo emite.

Imaginemos al timbre emitido en 2013 viajando por el mundo, cuyo tema fue Oaxaca, Patrimonio Mundial, en su diseño se plasmaron las fachadas del Templo de San Matías Jalatlaco y el exconvento de San Pablo (hoy Centro Cultural San Pablo), con un tiraje de 200000 piezas y un valor facial de $15 que corresponde al pago de un porte internacional. Un detalle único en esta emisión fue que la planilla de 24 piezas se presentó en un formato denominado tete-beche, que significa ‘pies contra cabeza’, en el que cada estampilla se encuentra invertida con respecto a otra. Este bonito timbre aún hoy se encuentra viajando por todo el mundo, transmitiendo cultura y filatelia. Lo mismo sucede con el par de timbres emitidos en 2018 con la finalidad de celebrar los 20 años del Museo de Filatelia de Oaxaca, cada uno con un valor facial de $7 para porte nacional; su diseño muestra parte de la fachada del Mufi, sus patios, la bóveda filatélica y dos buzones intervenidos por los artistas Adán Paredes y Pedro Friedeberg.

El Centro Cultural San Pablo y el Museo de la Filatelia, al igual que otros espacios, son referentes culturales que la filatelia nos invita a explorar, así como a conocer sus propuestas bajo la premisa de que cada espacio cultural es un medio importante para el enriquecimiento de las diferentes culturas y para el avance del entendimiento mutuo.

Así pues, hoy más que nunca, en el marco del Día Internacional de los Museos, te invitamos a visitar el espacio cultural que más sea de tu agrado.


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