Libros raros

Libros raros en la Burgoa. Fotografía: Acervo de la Biblioteca Francisco de Burgoa

La Escuela de Libros Raros de California (CalRBS), fundada en Los Ángeles en el año 2005, es un programa educativo enfocado en facilitar los conocimientos y las habilidades que necesitan los profesionales que trabajan con libros raros en bibliotecas, colecciones especiales, archivos y museos, así como a coleccionistas y estudiantes interesados en este ámbito y que desean adentrarse en estudios de justicia, ética bibliotecaria, bibliotecología crítica y en la conservación y preservación de libros raros. La CalRBS es un proyecto del Departamento de Estudios de la Información perteniciente a la Escuela de Educación y Estudios de la Información de la UCLA. Durante este verano, la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa fue sede del curso Libros Antiguos y Bibliotecas Mexicanas impartido por el Dr. Guillermo Morales (UNAM); a lo largo de una semana se profundizó en temas relacionados con la producción del libro impreso, sus características y su circulación, e incluso en los proyectos de bibliotecas digitales. Prácticas con obras originales, visitas a otras bibliotecas y talleres de artistas gráficos, como “La buena impresión”, fueron algunas de las actividades que permitieron que los asistentes experimentaran un acercamiento al libro como objeto, no solo a su contenido textual o al contexto en el que fue creado. Después de la Ciudad de México y Puebla, Oaxaca fue la tercera ciudad de nuestro país en tener una imprenta; en honor a esta tradición, deseamos que las colaboraciones permanezcan para continuar generando interés en la investigación de temas relacionados con la presencia de este artefacto en Oaxaca, así como en los libros antiguos o raros que aún conservamos en las bibliotecas del país.


Colecciones de música de la Biblioteca Francisco Toledo de la Facultad de Bellas Artes – UABJO

En el estado de Oaxaca existe una larga e importante tradición musical que forma parte del patrimonio e identidad cultural del estado como testimonio de evolución y resistencia. Sin embargo, son muy pocos los archivos musicales que están organizados y cuentan con las condiciones de resguardo y consulta adecuados.

La Facultad de Bellas Artes de Oaxaca se encuentra dentro del Exconvento de San José, en la esquina de la calle Morelos. Tras ser abandonado después de fungir como hospicio, en 1950 fue reconstruido y adaptado por orden del gobernador Eduardo Vasconcelos para convertirse en sede de la Escuela de Bellas Artes. Su acervo bibliográfico ha existido desde entonces, sin embargo, fue hasta hace unos años que se emprendió la construcción de un espacio moderno para su resguardo. Esta nueva edificación lleva el nombre del maestro Francisco Toledo, en homenaje a la estrecha relación que mantuvo con la institución mediante las donaciones de materiales destinados al estudio de las artes gráficas, cuando la instructoría en artes plásticas aún residía en esta Facultad.

La intervención de Adabi Oaxaca en la limpieza y ordenación del archivo comenzó como parte de los objetivos de consolidación académica de la Facultad, los cuales fueron asumidos por el Dr. Mario Vázquez Morillas en su cargo como director. La importancia de la organización del acervo para los alumnos los llevó a involucrarse en la clasificación de las partituras.

Conforme se revisaba el archivo musical se iba organizando de tal manera que obedeciera a funciones prácticas, como separar obras por instrumento, tipo de agrupación y función, es decir, para solistas o ensambles, o por métodos de estudio. Esto permitió dar forma al cuadro de clasificación orientado a cubrir las necesidades tanto del archivo como de los estudiantes.

Este archivo musical está conformado por carpetas, encuadernados y libros. En su mayoría son partituras pertenecientes a música sinfónica y de cámara; las óperas y zarzuelas se agruparon en una sección titulada Géneros Líricos. Dentro de la colección también se conservan revisteros con documentos que contienen obras de teatro. Si bien hay documentación que fue adquirida por la escuela, gracias a los sellos expuestos en varios de los documentos es posible reconocer algunas donaciones de bibliotecas personales como la del Dr. Karl Hinterbichler, profesor de la Universidad de Nuevo México, o la colección de obras de José Alcalá. Como dato importante: la Dirección de la facultad tiene a resguardo dos obras en original del recordado Macedonio Alcalá, así como dos violines de la familia.

Durante el tiempo que el equipo de Adabi ha trabajado en la biblioteca, algunos estudiantes curiosos se han acercado a conversar: todos coinciden en el desconocimiento del acervo bibliográfico de la Facultad, ademas de mencionar las dificultades para consultar el material. No obstante el reciente cambio de dirección, anhelamos seguir manteniendo una comunicación cordial con el nuevo personal administrativo para culminar el trabajo satisfactoriamente, y que los estudiantes y el público interesado muy pronto puedan comenzar a hacer consulta de las grandes obras musicales que resguarda la Biblioteca Francisco Toledo.


El uso de cintas adhesivas en los libros y su impacto en la conservación

Durante años, en muchas bibliotecas y colecciones particulares, las cintas adhesivas han sido una herramienta común para resolver los problemas cotidianos: desde reparar una página rota hasta colocar una etiqueta de identificación. Lo que pocas veces se considera es el daño que este tipo de materiales puede causar a largo plazo.

Entre los materiales más utilizados se encuentran la cinta transparente de celofán, la cinta de embalar, la cinta masking, las etiquetas adhesivas comerciales e, incluso, el esparadrapo (cinta médica adhesiva). Aunque se aplican como una solución práctica, estos materiales suelen usarse de forma improvisada para resolver daños físicos o escribir números de inventario, especialmente en el lomo o la portada de los libros.

El problema es que, con el tiempo, estos adhesivos envejecen, se degradan y se oxidan. En este proceso, sus componentes químicos —particularmente los plastificantes y las resinas sintéticas— se vuelven inestables. La capa plástica de la cinta suele despegarse, pero el pegamento se queda adherido firmemente al papel o a la encuadernación. Esta oxidación provoca que el adhesivo cambie de color, se vuelva ácido y se impregne casi de forma irreversible en las fibras del soporte. El resultado son manchas profundas, zonas rígidas o quebradizas, y residuos que, además de difíciles de eliminar, atraen polvo, humedad e incluso insectos. En algunos casos, estos residuos quedan tan integrados al material que ni siquiera pueden eliminarse por completo con tratamientos especializados, lo que dificulta la lectura o manipulación del contenido.

En el Taller de Conservación y Restauración Documental de la FAHHO hemos trabajado con diversos ejemplares que presentaban cintas adhesivas, siendo las cintas de celofán y las etiquetas comerciales las más comunes, generalmente para escribir títulos y números de inventario. Aunque entendemos que esta práctica fue llevada a cabo con buena intención por parte de sus antiguos propietarios y guardianes —quienes buscaban ordenar o identificar los libros—, hoy sabemos que este tipo de acciones resultan muy perjudiciales para su conservación.

En estos casos, la labor del restaurador implica mucho más que quitar una cinta: requiere observar cuidadosamente el estado físico del libro, determinar el tipo de adhesivo, aplicar métodos seguros para su retiro y, en muchos casos, estabilizar las zonas debilitadas antes y después de la intervención. Es un trabajo delicado que exige conocimiento técnico, precisión manual y, sobre todo, respeto por la historia material del objeto.

Por eso, si alguna vez tienes un libro que necesita atención, lo mejor que puedes hacer es evitar cualquier tipo de cinta adhesiva. En su lugar, protégelo del polvo, guárdalo en un lugar seco y pide apoyo a un especialista si es necesario repararlo. A veces, lo más importante no es arreglar de inmediato, sino conservar adecuadamente. Cada intervención debe hacerse pensando en el futuro, porque cada libro o documento que conservamos es también una parte viva de nuestra memoria colectiva.


Preservación de la música: hacia nuevos escuchas

Concierto en el claustro del Centro Cultural San Pablo. Fotografía: Acervo de Comunicación FAHHO

En la labor de preservar la música como agente cultural del sonido, durante el primer semestre del año la Fonoteca Juan León Mariscal ha presentado la Temporada de conciertos 2025, un espacio donde han participado talentosos y virtuosos músicos locales, nacionales e internacionales quienes han traído de vuelta obras de grandes compositores creadores de piezas que van desde las más populares hasta aquellas que guardan un importante valor histórico en la cultura del sonido. Los conciertos —con interpretaciones de ópera, cuartetos de cuerdas, guitarras, camerata, piano solo o hasta a cuatro manos— han deleitado al público asistente que se da cita todos los jueves a las 19 horas en el claustro del Centro Cultural San Pablo.

Este espacio ha sido musicalizado por jóvenes talentos, entre los que sobresalen, por mencionar algunos, los pianistas Victoria Daninisa y Santiago Omar Díaz Carrasco con su interpretación de grandes compositores como Villalobos, Chopin y Mozart. También ha destacado Nandxo´bi López, dando muestra de su destreza en el corno francés y con un repertorio que incluye a Saint-Saëns, Strauss o Bach/Gonoud. La participación de Camerata Oaxaca y los alumnos del Festival Internacional de Cuerdas SA´Oaxaca ha demostrado que el talento joven oaxaqueño sigue formándose y es capaz de florecer en más proyectos musicales hacia el rescate de la música de cuerda en Oaxaca.

Aunque el claustro ha funcionado como la sede permanente de los conciertos de la Fonoteca por más de 12 años, el atrio y la Capilla del Rosario —del mismo Centro Cultural— han sido otros espacios alternos para dar a conocer a jóvenes músicos. De igual forma, las bandas sinfónicas infantiles como Vientos floridos, de San Agustín Etla, o la Banda Filarmónica Infantil y Juvenil Apaztli, de Magdalena Apasco, impresionaron al público asistente por el profesionalismo con el que sus pequeños integrantes se desempeñaron al interpretar la música regional oaxaqueña. Asimismo, la participación que ha tenido la Facultad de Bellas Artes de la UABJO es una muestra clara de sus avances académicos en orquesta sinfónica y orquesta de guitarras.

Con el compromiso de reforzar la cultura del sonido entre el público local y visitante, la Fonoteca ha unido esfuerzos con el programa Seguimos Leyendo a partir de una oferta de talleres dirigida a las infancias y las adolescencias, con el fin de acercarlos a la apreciación y al estudio musical con actividades de aprendizaje centradas en sensibilizar, analizar y disfrutar de la música. Además, se han ofrecido conferencias con el objetivo de visibilizar temas de interés en torno a la música local y nacional, como “El Stabat Mater en la tradición del Viernes de Dolores” presentada por la maestra soprano Maribel Sánchez y el historiador Ernesto Alcántara, y “Música de compositoras mexicanas del periodo romántico” con la participación de la musicóloga Monserrat Pérez Lima.

La labor de dar a conocer la cultura del sonido incluye acercar la música a nuevos espacios. Es por eso que el trabajo conjunto entre la Fonoteca y la FAHHO Itinerante se ha enfocado en llevar interesantes propuestas a las nuevas generaciones, destacando la participación de la agrupación musical Biin ni Cayun Guiaá —como ensamble de cuerdas y cuarteto— que, mediante recitales que invitan a imaginar, ha logrado una buena respuesta por parte del público infantil que habita las comunidades conurbadas a la ciudad, gracias a los conciertos itinerantes.

Narrar aquí cada una de las experiencias sonoras que se han suscitado durante este tiempo nos tomaría mucho, no obstante, la labor por preservar la música seguirá vigente y la Fonoteca espera ser el enlace que difunda y mantenga viva esta importante misión.


Un cuento pirata en la explanada municipal de San Pablo Huixtepec

Función de titireteatro en San Pablo Huixtepec. Fotografías: Daniel Barragán

Julia es una niña a la que solo le interesan la televisión y los videojuegos. Un día, su papá le regala un libro. Julia, a regañadientes, decide abrirlo por la mitad para darle una oportunidad, porque —como explicará después— los comienzos son aburridos y prefiere entrar directamente en la acción. La historia trata sobre un pirata que la invita a una aventura, en la que conocen a una bruja malvada que la convierte en burro. Julia deberá aprender a leer los libros completitos para descubrir que, por medio de la lectura, podrá librarse por fin de esas horribles orejas alargadas.

La función “Cuento pirata” fue presentada por la compañía de titiriteatro Pipuppets en la explanada municipal de San Pablo Huixtepec. Las infancias llegaron acompañadas de sus mamás y papás, cargando a cuestas un tapetito que extendieron sobre el piso, el mismo por donde todos los días atraviesan cientos de personas apuradas por llegar al trabajo o hacer algún trámite en el ayuntamiento. Acto seguido, niñas y niños se acomodaron a pierna suelta para disponerse a disfrutar la función.

De un momento a otro, el centro de San Pablo Huixtepec se convirtió en una sala gigante donde niñas y niños de todas las edades —incluso quienes rebasan la treintena— se agruparon para reír y bailar con la chistosísima función. Lila, acostada en primera fila, se quitó los zapatos y usó a su perrito como almohada. Esteban, su hermano, quien ronda los 13 años, prefirió sentarse con desgana en las sillas dispuestas para los adultos. Da la impresión de que ya está demasiado grande para ese tipo de actividades.

La función comenzó con una dinámica en la que las infancias debían memorizar una serie de gestos corporales y repetirlos cada vez más rápido al ritmo de una canción. Esteban, enfadado y sin levantarse de su asiento, apenas movía los hombros. Poco a poco comenzó a mover también los pies, el torso. Cuando la canción terminó, Esteban ya parecía un muñeco de calenda girando sin control.

Karen, de ocho años, miraba la función y, de tanto en tanto, observaba a su alrededor, incrédula. Cada vez que soltaba una carcajada, volteaba hacia el corredor municipal, donde un grupo de policías descansaban su armamento para observar la obra; el mismo lugar donde pasa todos los días tirada de la mano por su mamá para ir a la escuela.

Cuando terminó la obra, las niñas y los niños hicieron fila para tomarse una foto con los actores. La fila se extendía larga sobre la explanada. Karen fue de las primeras en pasar; ni bien se tomó la fotografía, salió corriendo hacia la biblioteca para poner en práctica lo aprendido. Pidió un libro y volvió a acostarse en su tapete, justo en medio de la explanada: una islita rosa en medio de la amplia superficie gris de cemento, donde no había más niños que ella. Su papá le dijo que pidiera el libro prestado para leerlo en casa, que se levantara porque la actividad ya había terminado. Pero Karen se rehusó, ahí estaba muy cómoda, argumentó sin soltar el libro que le tapaba la cara.


Un cosmos de estrellas luminosas

Acto inaugural del nuevo Telón del Teatro Macedonio Alcalá

El Teatro Macedonio Alcalá tiene siempre una historia que contar, cada uno de sus rincones guarda un secreto: el plafón del techo nos recuerda a los grandes músicos del mundo, los balcones y la lámpara central nos remiten a una época gloriosa, las butacas nos abrazan para poder volar a través de la contemplación, y los telones esconden un mundo por descubrir. Este lugar es también un crisol de emociones donde las historias cobran vida: los acordes de la orquesta tocan fibras íntimas, las danzas se transforman en poesía conmovedora, las risas y las lágrimas se entrelazan y las palabras nos emocionan. Aquí siempre habrá una historia por contar, una historia por vivir; aquí es donde la imaginación vuela libre y los corazones laten al compás de las luces y las sombras.

En esta atmósfera el telón principal del Teatro Alcalá conecta la imaginación, las pasiones y las emociones; es, a su vez, expectativa, inicio, intermedio y fin de una experiencia profunda, porque, abierto o cerrado, el telón transforma el espacio, transfigura la personalidad de actores y espectadores en algo que no podemos entrever, sino hasta que el telón ha bajado.

Es por eso que este maravilloso lugar siempre ha necesitado del cobijo de un telón principal, sin embargo, el original antiguo, que es precioso, ha padecido los embates del tiempo: su semblante desgastado no es sino el susurro de cada obra que ha arropado. Y para que el Teatro Alcalá siga contando historias, hoy celebramos que, desde la contemporaneidad, nuestra generación contribuye al embellecimiento del teatro que tanto amamos, porque nos convoca y conecta con el arte, nos conmueve y transforma.

Hoy en el telón de nuestro teatro cobra vida la memoria de algunos objetos y personajes que han impulsado la vida cultural de nuestra región: artistas, escritores, músicos, historiadores, poetas, bailarines, compositores y todos aquellos que han contribuido a hacer de nuestra tierra un lugar vibrante. Es como si todos ellos hubieran estado siempre ahí, cuales fantasmas de la ópera, solo que ahora el artista José Luis García les ha dado materialidad dentro de un inmenso lienzo: Un cosmos espectacular colmado de estrellas que inspiran y brillan en la narrativa de nuestra cultura. Y así, la luz y el color que brotan del nuevo telón nos recuerdan la alegría y la pasión que caracterizan a Oaxaca.

Proceso de creación del nuevo telón para el Teatro Macedonio Alcalá. Fotografías: Eduardo González

La nueva cortina de este teatro presagia los movimientos que hay detrás de él: los personajes cobrarán vida y nos harán sentir emociones inexploradas. Así que el nuevo telón no solo es una cortina que se abre y se cierra para iniciar o finalizar la función, sino que es el eco de un espacio sagrado donde se celebran la vida y el arte.

Para la Fundación Alfredo Harp Helú es un honor contribuir a la creación de este nuevo telón. Nos motiva saber que tantas personas de Oaxaca se hayan unido a favor de una obra necesaria para esta ciudad. Felicitamos especialmente al maestro José Luis García y a sus colaboradores por su notable trabajo para darle vida a este telón. Asimismo, manifestamos nuestro reconocimiento a las instituciones y personas que han hecho posible este proyecto, especialmente al arquitecto Esteban San Juan Maldonado y a su equipo, guardianes de este teatro.

Este telón, al igual que el himno Dios nunca muere, nos recuerda que la cultura es eterna y que trasciende en el tiempo latiendo dentro de cada uno de nosotros, aun cuando la función parece haber terminado.


¿Más ejercicios de escritura?¡Así es!

Asistentes al taller de “El gato en la literatura”

Entonces, al dar la hora, las personas llegan, acomodan sus cuadernos y plumas a un costado, guardan sus celulares, toman un trago de agua, piden un café, se ponen cómodas. Para cada actividad es el mismo ritual de llegada y de reconocimiento; no obstante, lo que sucede en los talleres o sesiones de lectura y presentaciones siempre maravilla, nunca es igual. Un ejemplo claro es el último taller que se llevó a cabo por parte de la Librería Grañén Porrúa, en alegre sinergia con Andares del Arte Popular y el Centro Cultural San Pablo, titulado “El gato en la Literatura”, el 4 y 5 de agosto. Las asistentes, entusiastas, ¡hasta llevaron sus peluches de gatitos! Y Ana Rodelo, la facilitadora del taller, fue la más emocionada.

Compartimos ejemplos de poemas sobre la presencia de este animalito en nuestras vidas, y para los ejercicios inspirados creamos “textos rompecabezas” de gatitos y, ¡hasta un cadáver exquisito!; esta actividad fue la más bella, ya que surgió un cuento que llevaba un poco de la imaginación de cada una de las participantes. También imaginamos que éramos gatos bajo la lluvia, gatos sobre el tejado, gatos huérfanos, gatos intrépidos e independientes, y nacieron pequeños relatos y poemas de lujo. Con el favor de la paciencia y el trabajo, en el siguiente número de este boletín estaremos compartiendo los resultados.

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Y antes de eso, el 25 de julio se llevó a cabo la sesión de “Escritura creativa” en coordinación con Rueda Libre, iniciativa de Jaime Roldán, quien viaja en bicicleta desde Colombia, su país de origen. En esa ocasión, Jaime propuso una serie de ejercicios que acompañaran a las talleristas a soltar la mano: desde preguntas detonadoras hasta consignas divertidas. Aunque el día que tuvimos esta actividad el centro de la ciudad era una verbena, las y los interesados hicieron lo imposible para llegar y tomar esta clase. Jaime nos comenta:

En la LGP tuvimos un encuentro donde los asistentes fortalecieron su creatividad literaria. En esta sesión nos propusimos pensar el camino de la escritura y evaluar ciertos mecanismos que nos permiten ir encontrando esa voz propia en la creación literaria. Los asistentes que ya tenían un cierto recorrido e inquietud por las letras acogieron de buena manera las propuestas, esto permitió generar un diálogo interesante al término de cada uno de los ejercicios. Estos espacios siguen siendo de vital importancia para animar a los otros a escribir su camino, encontrar su voz y narrarse de muchas maneras.

Este taller forma parte de una serie de actividades que Jaime viene realizando a su paso por cada ciudad que visita en su trayecto en bicicleta, y se sincera al señalar que Oaxaca es una de las ciudades donde mayor recepción ha tenido esta iniciativa sobre escrituras creativas, lo que nos emociona y alienta para seguir ofreciendo no solo libros, sino inspiración y acompañamiento a quienes se acerquen.

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Pero mucho antes de Rueda Libre compartimos otra actividad: “Maternar escritura, crear vida”. Se desarrolló en el patio trasero de la casa que ocupa esta librería, el 22 y 23 de julio pasados: ahí nos reunimos personas interesadas en dialogar y compartir lecturas y experiencias sobre el hecho de crear y criar. Mientras yo leía en voz alta algunas páginas de los títulos que había preparado para la ocasión, las asistentes preparaban el lápiz y el cuaderno. ¿Que si hubo más ejercicios de escritura creativa? ¡Así es, los hubo! Y es que, luego de leer, irremediablemente vamos a escribir. Así sean mínimas entradas a nuestra bitácora, o a nuestras notas del celular, o a nuestro blog personal: los ejercicios de escritura creativa, o inspirada, funcionan como paisajes de nuestro mundo interior que tienden a buscar salida.

Los dos formatos que se abordaron en estas sesiones fueron el diario poético y el ensayo íntimo, en ese orden. Primero, el diario como registro de lo que sucede en el día a día, pero sin la obligatoriedad de hacerlo “diariamente”, permitiéndonos los lapsos de tiempo necesarios para que la escritura fluya con la confesión, el desahogo, la plática interna. Porque, como sucede cuando se materna, el tiempo adquiere otras dimensiones, a veces más elásticas, otras de plano petrificadas. En segundo lugar, el ensayo íntimo fungió como un lienzo amplio para llenar de experiencias, anhelos, pensamiento crítico, búsqueda intelectual, de escritura libre. Andrea Carrasco, escritora oaxaqueña, se encargó del segundo módulo, y lo acompañó con material didáctico lindísimo, consignas, una libretita de obsequio que se llevaron las talleristas y que prometimos llenar con nuestros escritos.

¿Que si habrá más talleres y ejercicios de escritura creativa en la Librería Grañén Porrúa? ¡Claro que sí! Les invitamos a mantenerse atentos tanto de las redes sociales como de la Agenda FAHHO, donde compartiremos nuestras siguientes dinámicas.


Espalda con espalda

Después de haber hecho historia en su debut en el 2024, los Diablos Rojos Basquetbol regresaron a las duelas para iniciar una nueva historia, la cual comenzó con la Temporada 2025 y el objetivo de defender el título de la Liga Nacional de Baloncesto Profesional (LNBP): la Misión Back to Back.

La quinteta escarlata volvió a las duelas con un nuevo perfil, formado por caras nuevas y jóvenes con las que no solo buscan ser un equipo protagonista, sino empezar a sembrar las primeras semillas de un futuro prometedor en la organización de la LNBP.

“Hicimos un gran trabajo de pretemporada. Fueron días intensos de mucha actividad, de mucho estudio para que todos los nuevos elementos pudieran conocer el plan de juego que desarrollarán los Diablos Rojos este 2025”, comentó el entrenador de los Diablos Rojos, Nicolás Casalánguida.

Una vez que se logró el histórico título en la campaña 2024, la gerencia de los Diablos —encabezada por el General Manager, Nick Lagios— empezó con el armado del roster, buscando mantener la identidad del año del debut, al mismo tiempo en que se decidió cambiar la aplicación del plan al apostar por jóvenes, de quienes se espera puedan convertirse en jugadores propios del equipo que permanezcan muchos años vistiendo el jersey rojo. De acuerdo con Nick Lagios, esta fue la experiencia que se vivió en la configuración del equipo:

Uno de los temas principales que surgió el año anterior fue que Diablos no tenía la carta de ningún jugador, por lo que se armó el equipo utilizando muchos recursos y rentando las cartas de otras organizaciones. Ahora tuvimos el tiempo para poder construir el roster de una manera distinta, a partir de la búsqueda de talentos en el ámbito nacional e internacional. Fue así como se logró formar un equipo con muchas caras nuevas: una mezcla de experiencia internacional con juventud.

El equipo rojo está conformado por cinco jugadores que construyeron el título 2024: el capitán Michael Smith acompañado de Gael Bonilla, Luciano González, Michael Carrera y Alberto Cruz. A ellos se suman siete basquetbolistas nuevos: Dontrell Brite, Daishon Smith, Kriss Helmanis, Alphonso Anderson, Luis Andriassi, Rodrigo Domínguez y André Barbosa.

Los Diablos Rojos Basquetbol realizaron un trabajo de pretemporada que duró 20 días, el cual comenzó en la Universidad La Salle y concluyó en la duela del Gimnasio Juan de la Barrera. El calendario de la campaña comenzó el 5 de julio y ya muestra resultados favorables, pues el equipo se encuentra en el segundo lugar en la tabla de posiciones. No dudamos en que su buen desempeño y la fortaleza como locales los llevarán a conquistar la final.


Tlaxiaco, la Tesorería General del estado

La Heroica Ciudad de Tlaxiaco es un poblado de Oaxaca que se localiza al noroeste del estado y pertenece a la Mixteca Alta oaxaqueña. Toma su nombre de la cabecera municipal, que fue llamada Heroica debido a una batalla en la que se enfrentaron mexicanos y franceses durante la segunda intervención francesa. Su nombre en mixteco es Ndisi Nuu, que significa ‘Buena Vistaʼ.

El 5 de marzo de 1916 llegan las primeras fuerzas carrancistas a la capital de Oaxaca, por lo que los tres poderes del gobierno soberanista —al mando de José Inés Dávila— se trasladan a Tlaxiaco, donde instala su gobierno. Sin embargo, el 12 de agosto la ciudad es atacada, tomada y saqueada por los carrancistas al mando del coronel Nicolás Piña y los hermanos Avendaño, por lo que el gobernador Dávila huye rumbo a Mixtepec.

Para el 13 de octubre de 1917, los tlaxiaqueños volvieron a ser atacados, pero esta vez por fuerzas “amigas” desde Mixtepec, aunque dicha invasión duró poco ya que se improvisó una resistencia que permitió a los mixtepecanos huir en poco tiempo.

El 15 de marzo de 1916, el general Félix Díaz tomó la plaza de Tlaxiaco. Meses después, el 26 de junio, puso en circulación unos cartones delgados de color amarillo, con dimensiones de 83 mm de largo por 55 mm de ancho. Fueron autorizados mediante un decreto fechado el 24 de junio de 1916, firmado por el tesorero C. Pachumal y un contador cuyo apellido parece ser Atristain, aunque no se distingue con claridad en el documento.

Se imprimieron un total de 10000 cartones con valor de 50 centavos en tinta negra, los cuales llevan el sello característico de la Tesorería General. Las primeras piezas emitidas carecen de dicho sello. Todos fueron fechados el 24 de junio de 1916.

Este cartón constituye el último billete emitido bajo la soberanía de Oaxaca.


Con alma de copal y color: la talla en madera de San Martín Tilcajete

En el ámbito del arte popular en Oaxaca, con raíces tanto indígenas como hispánicas, la talla en madera es una de las tradiciones artesanales más antiguas y reconocidas. En las comunidades zapotecas actuales, específicamente en San Martín Tilcajete, el auge de esta labor se remonta a la segunda mitad del siglo XX, cuando los talladores empezaron a experimentar con la creación de figuras zoomorfas fantásticas y coloridas. Más allá de sus paralelismos con los alebrijes de cartonería creados por Pedro de Linares en la Ciudad de México, la historia de la talla en madera en Oaxaca es aquella proveniente del copal como materia prima, la que combina la destreza y la imaginación de los creadores con los motivos de la cosmovisión zapoteca y usa colores vibrantes en decoraciones con diseños minuciosos y contrastantes, pero siempre armónicos. Se trata también de las historias particulares y familiares, las de los talleres y conocimientos que se han transmitido de generación en generación hasta alcanzar fama internacional.

Cada figura nace del árbol de copal, de la selección de ramas jóvenes y troncos medianos, cuya suavidad y aroma guardan la bella promesa de convertirse en algo más. Las propias formas naturales del árbol son capaces de despertar la imaginación del tallador para seccionar y comenzar a dar forma con machete y cuchillo, y poco a poco, entre astillas y rebajes, va surgiendo el contorno de un animal fantástico o de un ser híbrido o de un nahual protector. Como si necesitara un respiro, la madera se deja reposar de 3 a 15 días antes de continuar su transformación. Después, con navajas y gubias, el creador pule los detalles revelando alas, colas, orejas, colmillos, movimientos y gestos escapados de un sueño. Tras haber sido sometida a un proceso de lijado, la figura se sumerge en gasolina para matar cualquier bicho que pudiera dañarla. Cuando la pieza está lista se cubre con una base blanca, como un lienzo en espera de los colores, entonces comienza la fiesta: líneas finas y puntos diminutos pintados con paciencia infinita tapizan la superficie para evocar símbolos y texturas.

Si detrás de cada pieza hay un proceso casi ritual, es gracias a las manos que lo llevan a cabo. San Martín Tilcajete ha visto nacer a grandes talladores de madera, entre los cuales ha destacado el maestro Margarito Melchor. Nació en 1950 y se formó como tallador con Isidoro Cruz Hernández, cuando la talla se centraba en la elaboración de juguetes. En 1970 el joven Margarito inició un camino dificultoso, pues se aventuró en la talla de piezas distintas: campesinos, nacimientos, coyotes y gatos. Estos últimos marcaron su estilo personal: la forma en que lleva los gestos y actitudes de los felinos domésticos a la madera revela una profunda sensibilidad. La incomprensión de la innovación les trajo a los talladores el sobrenombre de “moneros”, un término despectivo para designar a quienes no ejercían las actividades productivas de una comunidad dedicada especialmente a la agricultura, la ganadería y la albañilería.

Con mucha dedicación y pasión, don Margarito pasó de elaborar juguetes y “monitos” a crear piezas con un fuerte carácter onírico, inventivo, narrativo y lúdico, marcadas con su sello personal: una decoración hiper minuciosa basada en el uso de puntos que casi nos hacen tocar la piel de sus ensoñaciones. Su fuente es la tradición oral zapoteca y la vida cotidiana que, a veces, es traspuesta por el jugueteo de un gato. El ingenio del maestro Melchor ha sido premiado en diversas ocasiones en el ámbito local, nacional e internacional, de manera que pudo conocer los Estados Unidos y vincularse con figuras e instituciones importantes. Entre muchos otros logros, podemos señalar que una de sus piezas ocupa la portada de un libro; su vida como tallador fue narrada bajo el título Margarito´s carvings (1996); además, ha sido portavoz del folclor y el arte popular en el Chicago Children’s Museum. Margarito Melchor recuerda con especial cariño, agradecimiento y orgullo el apoyo del maestro Francisco Toledo a los artistas de la talla en madera, entre ellos él mismo, por medio del taller “Creación de marionetas” (2011). En 2024 la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca reconoció su trayectoria como tallador y su contribución al resguardo del legado y patrimonio cultural tangible e intangible de Oaxaca, y en 2025 apoyó su distinción como “Caballero águila”.

El maestro Margarito reconoce su trayectoria como un esfuerzo familiar. En San Martín Tilcajete la familia se convierte en escuela y sostén, de modo que cada pieza tallada no solo habla del ingenio individual de un creador, sino también de un tejido colectivo que sostiene la tradición y la renueva generación tras generación.

De la familia Melchor, también se desprende la figura del maestro Juventino Melchor Ángeles, quien inició su camino cuando tenía 15 años de edad de la mano de su tío, el señor Coindo Melchor, a quien reconoce como uno de los iniciadores de la tradición en la que abrevan los talladores actuales. Lo que comenzó como un pasatiempo durante los días en que iba pastorear el ganado, se formalizó en 1986, cuando decidió dedicarse de lleno a la talla en madera. Con un imaginario poblado por la tradición musical y festiva de su pueblo, así como por las caricaturas animadas protagonizadas por animales antropomorfos, Juventino Melchor innovó a partir de la talla de músicos —especialmente agrupados en marimbas o bandas—, a los cuales ha dado en llamar “músicos nahuales” debido a que surgen de la combinación de un cuerpo humano con cabeza de animal, ejecutando algún instrumento musical. Y es precisamente ese imaginario musical el que ha caracterizado su trabajo. Sin embargo, sus intereses también se han desplegado mediante la creación de diablitos, calacas, conejos con zanahorias, gacelas y jirafas. Se trata de piezas y temas que han perfilado la originalidad de su obra.

Para Juventino Melchor la tradición local juega un papel determinante en su trabajo creativo, del mismo modo en que lo hace la cultura visual y popular mediática, específicamente las caricaturas. Las bandas de viento constituyen una expresión cultural viva de San Martín Tilcajete: la banda de música encabeza toda expresión festiva tradicional y, en ese sentido, representa a la comunidad.

Pese a que el maestro Juventino remarca la capacidad de crear algo propio y diferente de lo ya existente como una característica de la creatividad, reconoce que en su proceso imaginativo también influyen de manera importante los deseos y las ideas de los comitentes. Sin embargo, como él mismo señala, cada encargo siempre ha de llevar la impronta de su autor, una parte de su alma y corazón. Para Melchor Ángeles es ahí donde radica la originalidad: en la capacidad de hacer única e irrepetible cada obra, y esto constituye también el valor cultural que tiene la talla en madera realizada en San Martín Tilcajete. A partir de la innovación y la diferencia dentro de una tradición y comunidad de talladores, la originalidad aviva la tradición; dinamiza el patrimonio cultural; amplía el repertorio visual y simbólico de una sociedad; otorga prestigio y valor museístico y económico.

Para demarcar la originalidad de las creaciones de los talladores de San Martín Tilcajete, don Juventino opta por el uso del término “figura de madera tallada” frente al de “alebrije”, cuya técnica consiste en la cartonería con papel maché. Asimismo, invita a los artesanos oaxaqueños a practicar una creación innovadora que le permita al arte popular fluir conforme al tiempo que le corresponde vivir a cada artífice.

Hoy, las figuras talladas en San Martín Tilcajete recorren el mundo como embajadoras de una tradición que es al mismo tiempo un gesto personal y colectivo: reúne la memoria de la comunidad, la mirada personal del artesano y la fuerza de un patrimonio vivo. En ese diálogo, Andares del Arte Popular intenta preservar y celebrar la talla en madera como un reflejo de identidad, creatividad y continuidad cultural, así como una forma digna de sostener la vida.


Un batazo solidario por Oaxaca: entregan $10 millones de pesos a 148 proyectos sociales a través de Home Runs Banamex 2025

  • La fuerza del trabajo comunitario brilla en Oaxaca gracias al impulso de Fomento Social Banamex, A.C., la Fundación Alfredo Harp Helú, A.C., y la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, A.C.
  • Se destinaron 10 millones de pesos a 148 proyectos en el estado.

Oaxaca de Juárez, Oaxaca. El programa Home Runs Banamex 2025, impulsado por Fomento Social Banamex, A.C., en alianza con la Fundación Alfredo Harp Helú, A.C., y la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, A.C., destinó $10 millones de pesos a 148 instituciones comprometidas con transformar realidades en el estado, beneficiando a 400,709 personas.

Bajo el lema “Un Batazo por un México Unido, Sano y Creativo”, esta edición del programa reafirma su misión: apoyar a organizaciones sociales que desde lo local construyen soluciones para desafíos urgentes en alimentación, salud, medio ambiente, educación, empleabilidad, cultura, deporte y desarrollo productivo.

El Programa Home Runs Banamex ha sido por 29 años un ejemplo vivo de cómo una institución financiera puede ser un verdadero agente de cambio. Lo que comenzó como un proyecto vinculado al patrocinio deportivo, se convirtió en un puente entre dos mundos: el del deporte y el de la filantropía. Desde 1996, el programa Home Runs ha otorgado 4,437 donativos a instituciones sociales del Valle de México y del estado de Oaxaca por un total acumulado de ($327.7 millones de pesos), $586 millones de pesos a valor actual. Las organizaciones que han recibido apoyo por parte de la iniciativa han logrado impactar de manera directa a cientos de miles de personas en sus comunidades.

Se han fortalecido escuelas, clínicas comunitarias, centros de atención a personas con discapacidad, instalaciones deportivas, proyectos de conservación ambiental, programas de becas, centros de rehabilitación, y mucho más”, señaló Manuel Romo Villafuerte, director general de Banamex.

“Desde hace 29 años los Guerreros de Oaxaca llegaron a esta ciudad para traernos el beisbol, el mejor espectáculo del mundo así surgió una gran afición que apoya a su equipo y por eso decimos que ¡en Oaxaca todos somos Guerreros! Junto con el equipo también llegó el Programa Home Runs Banamex, que une las grandes jugadas de los peloteros con las causas sociales. No sólo queremos afición, sino ofrecer un compromisocon la comunidad, el deseo es justamente hacer equipo con los que más lo necesitan. Seguimos convencidos de que el deporte y la generosidad tienen el poder de transformar realidades y sembrar esperanzas. Hoy, me llena de orgullo ver cómo esta iniciativa sigue creciendo, dejando una huella positiva en las comunidades de Oaxaca, promoviendo una vida más digna para quienes más lo necesitan.

México necesita compromiso, hay que involucrarse en el desarrollo del país, trabajar para hacerlo propositivo, productivo y consciente de su gran potencial. La Fundación Alfredo Harp Helú y Home Runs Banamex han permitido que nuestros equipos de beisbol: los Guerreros de Oaxaca y los Diablos Rojos del México no solamente nos hagan vibrar con sus jugadas, sino que se comprometan también socialmente, que beneficien a un gran número de mexicanos. Peguemos hits y jonrones, sigamos ganando partidos y, señores, espero encontrarnos en la final de la Zona Sur”, mencionó Don Alfredo Harp Helú, presidente Honorario Vitalicio de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, y presidente del equipo de béisbol Guerreros de Oaxaca.

Los proyectos seleccionados para formar parte de la iniciativa fueron elegidos por su impacto, sostenibilidad y pertinencia. Las organizaciones ganadoras representan la diversidad de Oaxaca, tanto en su riqueza cultural como en su capacidad para innovar desde lo comunitario.

Una historia que celebra 29 años

El programa Home Runs Banamex cumple 29 años de existencia, consolidado como una de las iniciativas filantrópicas más sólidas del país. Su origen está en la visión de Don Alfredo Harp Helú, quien unió su pasión por el béisbol con su firme compromiso social para festejar cada carrera con impacto en la vida de miles de personas.

A lo largo de casi tres décadas, el programa ha tejido alianzas entre el sector privado y la sociedad civil para impulsar el desarrollo desde lo local. En Oaxaca, su impacto se multiplica cada año, fortaleciendo el tejido social y promoviendo el bienestar con enfoque de inclusión y respeto por la identidad cultural.

Con esta edición el Banco Nacional de México y Fomento Social Banamex reiteran su compromiso con Oaxaca y su gente, convencidos de que las soluciones más poderosas nacen desde las comunidades.

Organizaciones apoyadas en 2025, en el estado de Oaxaca:

  1. MUNDO CEIBA, A.C.
  2. DESARROLLO INTEGRAL DE LA JUVENTUD OAXAQUEÑA, A.C.
  3. INSTITUTO DEL DEPORTE
  4. VISIÓN Y ALMA COMUNITARIA, A.C.
  5. ALBERGUE INFANTIL JOSEFINO, A.C.
  6. FONDO GUADALUPE MUSALEM, A.C.
  7. FUNDACIÓN PADRE ÁNGEL VASCONCELOS, A.C.
  8. CANICA CENTRO DE APOYO AL NIÑO DE LA CALLE DE OAXACA, A.C.
  9. LIBROS PARA PUEBLOS, A.C.
  10. MC CASA DE LUZ Y DESCANSO PARA NIÑOS CON CÁNCER, A.C.
  11. MC CASA DE LUZ Y DESCANSO PARA NIÑOS CON CÁNCER, A.C. / CON CAUSA POR EL CÁNCER INFANTIL
  12. MUNICIPIO DE ASUNCIÓN NOCHIXTLÁN
  13. MUNICIPIO DE SAN ANDRÉS SOLAGA
  14. CLÍNICA HOSPITAL DEL PUEBLO ANNA SEETHALER, A.C.
  15. CUIDANDO ÁNGELES, A.C.
  16. GRUPO DE RECUPERACIÓN TOTAL RETO OAXACA, A.C.
  17. PUENTE A LA SALUD COMUNITARIA, A.C.
  18. ESPIRAL POR LA VIDA, A.C.
  19. CENTRO DE SERVICIOS SOCIALES EDUCATIVOS Y CULTURALES TINUJEY, A.C.
  20. ASOCIACIÓN CULTURAL DE ANTEQUERA, A.C.
  21. MOVIMIENTO DE UNIDAD Y SOLIDARIDAD PARA EL DESARROLLO COMUNITARIO, A.C.
  22. MUNICIPIO LA VILLA DE ETLA
  23. COLECTIVO OAXACA CULTURAL, A.C.
  24. MUNICIPIO ASUNCIÓN CACALOTEPEC
  25. MUNICIPIO SAN BALTAZAR CHICHICAPAM
  26. MUNICIPIO VILLA DE CHILAPA DE DÍAZ
  27. MUNICIPIO VILLA DE TUTUTEPEC, JUQUILA
  28. MUNICIPIO HEROICA CIUDAD DE TLAXIACO
  29. MUNICIPIO SANTIAGO ASTATA TEHUANTEPEC
  30. MUNICIPIO SANTIAGO TETEPEC, JAMILTEPEC
  31. SOLIDARIDAD INTERNACIONAL KANDA, A.C.
  32. MUNICIPIO DE SANTA MARÍA MIXTEQUILLA
  33. MUNICIPIO SAN JUAN ÑUMI
  34. MUNICIPIO SANTIAGO NUYOÓ
  35. CENTRO DE CAPACITACIÍON MUSICAL Y DESARROLLO DE LA CULTURA MIXE, CECAMDEC, A.C.
  36. MUNICIPIO SANTA MARÍA NATIVITAS COIXTLAHUACA
  37. MUNICIPIO DE GUEVEA DE HUMBOLDT
  38. MUNICIPIO SAN DIONISIO DEL MAR
  39. MUNICIPIO SANTA LUCÍA OCOTLÁN
  40. MUNICIPIO SANTIAGO AMOLTEPEC
  41. MUNICIPIO SAN FELIPE TEJALAPAM, ETLA
  42. MUNICIPIO SANTIAGO ZACATEPEC
  43. FONDO OAXAQUEÑO PARA LA CONSERVACIÓN DE LA NATURALEZA, A.C.
  44. TE QUEREMOS AYUDAR, A.C.
  45. MUNICIPIO DE ELOXOCHITLÁN DE FLORES MAGÓN
  46. MUNICIPIO SANTIAGO LACHIGUIRI
  47. MUNICIPIO MAGDALENA TLACOTEPEC
  48. MUNICIPIO SAN ANTONINO EL ALTO
  49. MUNICIPIO SAN AGUSTIN DE LAS JUNTAS
  50. MUNICIPIO SAN LUCAS ZOQUIAPAM
  51. MUNICIPIO TRINIDAD ZAACHILA
  52. INSTITUTO DE ESTUDIOS E INVESTIGACIÓN PSICOANALÍTICA, A.C. (INEIP)
  53. MUNICIPIO SAN MATEO YOLOXOCHITLÁN
  54. MUNICIPIO HEROICA CIUDAD DE JUCHITÁN DE ZARAGOZA
  55. MUNICIPIO SAN JUAN COATZÓSPAM
  56. MUNICIPIO SAN JERÓNIMO TECOATL
  57. MUNICIPIO SAN MATEO TLAPILTEPEC
  58. COMPAÑÍA DE ARTES ESCÉNICAS XIPE TOTEC, A.C.
  59. MUNICIPIO SAN JOSÉ CHILTEPEC
  60. MUNICIPIO TEOTONGO
  61. MUNICIPIO SAN FRANCISCO TEOPAN
  62. MUNICIPIO HEROICA CIUDAD DE HUAJUAPAN DE LEÓN
  63. MUNICIPIO SANTA MARÍA TLAHUITOLTEPEC
  64. MUNICIPIO SAN MIGUEL TENANGO
  65. MUNICIPIO SAN JUAN CHILATECA
  66. MUNICIPIO SAN JUAN COMALTEPEC
  67. TEQUIO LA BUENA IMPRESIÓN, A.C.
  68. MUNICIPIO DE SAN JACINTO TLACOTEPEC
  69. MUNICIPIO SAN CRISTÓBAL SUCHISXTLAHUACA
  70. MUNICIPIO SAN DIONISIO OCOTLÁN
  71. MUNICIPIO SAN PEDRO TAVICHE
  72. MUNICIPIO SANTA MARÍA TATALTEPEC
  73. MUNICIPIO SANTIAGO IHUITLÁN PLUMAS
  74. MUNICIPIO SANTA LUCÍA MONTEVERDE
  75. MUNICIPIO SANTA MARÍA YALINA
  76. MUNICIPIO SANTIAGO TEPETLAPA
  77. MUNICIPIO SAN MIGUEL HUAUTLA
  78. MUNICIPIO SAN PEDRO NOPALA
  79. MUNICIPIO SAN BARTOLOMÉ ZOOGOCHO
  80. COMUNIDAD Y AMBIENTEA DONAI, A.C.
  81. MUNICIPIO SAN JUAN BAUTISTA JAYACATLÁN
  82. DROGADICTOS ANÓNIMOS, A.C.
  83. MUNICIPIO SANTIAGO XANICA
  84. MUNICIPIO HEROICA CIUDAD DE EJUTLA DE CRESPO
  85. MUNICIPIO SAN GABRIEL MIXTEPEC
  86. MUNICIPIO TLACOLULA DE MATAMOROS
  87. MUNICIPIO SAN MARTÍN HUAMELÚLPAM
  88. MUNIPIO SAN MIGUEL PANIXTLAHUACA
  89. MUNICIPIO SANTA MARÍA ALOTEPEC
  90. MUNICIPIO DE SAN PEDRO POCHUTLA
  91. MUNICIPIO CIUDAD IXTEPEC
  92. MUNICIPIO SAN JOSÉ INDEPENDENCIA
  93. MUNIICPIO PUTLA VILLA DE GUERRERO
  94. MUNICIPIO SAN JOSÉ TENANGO
  95. MUNICIPIO TANICHE
  96. MUNICIPIO SAN JUAN TAMAZOLA
  97. MUNICPIO SAN JUAN QUIAHIJE
  98. MUNICIPO MIXISTLÁN DE LA REFORMA
  99. MUNICIPIO SAN MIGUEL AMATLÁN
  100. MUNICIPIO DE SAN AGUSTÍN LOXICHA
  101. MUNICIPIO SAN JUAN MIXTEPEC
  102. MUNICIPIO DE VILLA DE ZAACHILA
  103. CENTRO DE ESPERANZA INFANTIL, A.C.
  104. BANCO DE ALIMENTOS, A.C.
  105. CASA HOGAR ACÉPTAME COMO SOY, A.C.
  106. CORAL CENTRO OAXAQUEÑO DE REHABILITACIÓN DE AUDICIÓN Y LENGUAJE, A.C.
  107. MUNICIPIO DE SANTIAGO IXTAYUTLA
  108. MUNICIPIO DE ZIMATLÁN DE ÁLVAREZ
  109. MUNICIPIO DE SAN JERÓNIMO TLACOCHAHUAYA
  110. EKA JIVA AL SERVICIO DE GRUPOS VULNERABLES, A.C.
  111. MUNICIPIO DE TEOTITLÁN DEL VALLE
  112. CENTRO DE APRENDIZAJE ANANDA, A.C.
  113. MUNICIPIO DE ASUNCIÓN IXTALTEPEC
  114. MUNICIPIO DE SAN MIGUEL TULANCINGO
  115. MUNICIPIO DE TLALIXTAC DE CABRERA
  116. MUNICIPIO DE SAN PABLO ETLA
  117. MUNICIPIO DE SAN PEDRO MIXTEPEC
  118. MUNICIPIO DE SAN LORENZO CACAOTEPEC
  119. FRANCISCO TOLEDO, A.C.
  120. ORGANIZACIÓN DE BENEFICIENCIA EUGENIA, A.C.
  121. AMIGOS DEL INSTITUTO DE ARTES GRÁFICAS DE OAXACA Y DEL CENTRO FOTOGRÁFICO MANUEL ÁLVAREZ BRAVO, A.C.
  122. AMIGOS DEL TEATRO MACEDONIO ALCALÁ, A.C.
  123. ORGANIZACIÓN PARA EL DESARROLLO SOCIAL Y PRODUCTIVO DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS Y COMUNIDADES AFRODESCENDIENTES, A.C.
  124. MUNICIPIO DE SANTIAGO MATATLÁN TLACOLULA
  125. MUNICPIO DE SAN PABLO HUITZO ETLA
  126. VIDA Y FAMILIA DE OAXACA, A.C.
  127. MUNICIPIO DE SANTA CATARINA JUQUILA
  128. MUNICIPIO DE SAN JUAN TEITA TLAXIACO
  129. PROCESOS PROAMBIENTALES XAQUIXE, A.C.
  130. FUNDACIÓN CASA WABI, A.C.
  131. MUNICIPIO DE SANTA MARÍA JALTIANGUIS
  132. MUNICIPIO DE TATALTAPEC DE VALDÉS JUQUILA
  133. MUNICIPIO DE SAN JUAN MIXTEPEC MIAHUATLÁN
  134. MUNICIPIO DE SANTA MARÍA ATZOMPA
  135. EDUCACIÓN COMUNITARIA QUIEGOLANI, A.C.
  136. MUNICIPIO DE MAGDALENA YODOCONO DE PORFIRÍA DÍAZ
  137. MUNICIPIO DE SAN FRANCISCO CHINDÚA NOCHIXTLÁN
  138. MUNICIPIO DE SAN AGUSTÍN ETLA
  139. MUNICIPIO TOTONTEPEC VILLA DE MORELOS
  140. MUNICIPIO DE SAN AGUSTÍN YATARENI
  141. MUNICIPIO DE TAMAZULÁPAM DEL ESPIRITU SANTO MIXE
  142. MUNICIPIO DE SANTA CRUZ XOXOCOTLÁN
  143. MUNICIPIO DE SANTO DOMINGO PETAPA
  144. HOSPITAL DE LA NIÑEZ OAXAQUEÑA
  145. MUNICIPIO DE CHAUITES
  146. UABJO/BIBLIOTECA FRAY JUAN FRANCISCO DE BURGOA
  147. MUNICIPIO VILLA DE TEJUPAN
  148. MUNICIPIO DE OAXACA DE JUÁREZ

Editorial

Llegamos al octavo mes del año y, para este momento, podemos observar ya que la cosecha en las diferentes filiales de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca ha sido abundante.

Un ejemplo claro de ello es la creación de la Biblioteca Mira Harp Grañén, la cual se ha convertido en un refugio gentil para las infancias y adolescencias de San Miguel Tixá. El Museo Infantil nos recuerda la visión infantil sobre los mercados y cómo estos marcan nuestras primeros acercamientos a la cultura local. Guerreros de Oaxaca también hace de lo tradicional y lo local una fusión entre cultura, arte y deporte a partir de sus uniformes. En este mismo ámbito, Andares del Arte Popular reconoce la labor de dos alfareros y ceramistas de Tierra Caliente, Oaxaca.

Rocío Ocádiz comparte una sensible narración sobre la donación de árboles de este año. Sembrar y cuidar árboles en la ciudad es una de las acciones del urbanismo táctico, un tema en el que Casa de la Ciudad ha incursionado para empoderar a los ciudadanos oaxaqueños.

Buscar empoderar a diferentes comunidades es algo que también el Museo Textil ha hecho, y en esta emisión da voz a una joven inmigrante indígena, con raíces en San Juan Mixtepec, para hablar acerca de los puentes que los textiles son capaces de tender entre los inmigrantes y sus orígenes. Otra conexión con tierras lejanas es la que establece el Museo de la Filatelia a partir de una expedición filatélica por el sudeste asiático.

La Librería Grañén Porrúa nos acerca a diferentes perfiles de lectores, mostrando la diversidad que habita en sus estantes para darle oportunidad a los libros. La lectura no es un acto pasivo, sino que infunde el deseo de la escritura, así lo demuestran Seguimos Leyendo con su proyecto Puntadas poéticas, donde el bordado se convirtió en poesía; así como la FAHHO Itinerante, con el Taller de Escritura Creativa y Documental de donde se desprende el texto de una integrante del taller.

Adabi Oaxaca relata su travesía en la recuperación de dos archivos de San Mateo Etlatongo, mientras Adabi de México nos revela la importancia de considerar al papel, en tanto materia y soporte, como fuente histórica y documental.

Finalmente debemos mencionar que celebrar es algo que nos gusta hacer en este Boletín, por eso es que compartimos el triunfo de la Selección Mexicana de Beisbol en el Juego de Estrellas.

Que este boletín sea una invitación a seguir construyendo juntos, sembrando ideas, fortaleciendo la memoria y cultivando comunidad.


Un refugio para el alma

La biblioteca:
Me gusta venir a la biblioteca porque me gustan los libros de dinosaurios,
porque yo escuché a uno grandote por el monte
y no me dio miedo porque come hierba, no come niños.

Ángel Gabriel, 4 años

La Biblioteca Mira Harp Grañén, perteneciente a la Red de Bibliotecas BS de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, se ubica en San Miguel Tixá (tierra de colores), del municipio de San Pedro y San Pablo Teposcolula en la región mixteca. La biblioteca inició como un proyecto de libros para pueblos en 2013, una iniciativa del entonces agente municipal, Miguel José Rodríguez Martínez, a la cual se le dio seguimiento durante los años posteriores.

En 2021, cuando don Alfredo Harp Helú y la doctora María Isabel Grañén Porrúa junto a su hija, Mira Harp Grañén, visitaron la biblioteca por invitación de la agente municipal en curso, Rosa Elia García Galindo, la FAHHO adoptó a la biblioteca. Es por eso que actualmente lleva el nombre de BS Biblioteca Mira Harp Grañén. En ese tiempo el espacio se abría ocasionalmente; sin embargo, fue hasta el mes de septiembre de 2024 cuando fue abierto al público de manera formal, como un proyecto de lectura impulsado por la FAHHO. El objetivo principal es poner el conocimiento al servicio y al alcance especialmente de las primeras infancias y de las juventudes, con el fomento a la lectura y diversas actividades culturales y artísticas. Todo con un enfoque humanista, donde el trabajo y la convivencia ocurran en un ambiente de respeto, solidaridad, empatía y amor a la enseñanza, al aprendizaje y a la naturaleza.

Pese a que el tiempo que lleva formalmente en funcionamiento es poco, resulta satisfactorio ver el impacto positivo que la BS Mira Harp Grañén ha tenido en las infancias y adolescencias de la comunidad y sus visitantes, viéndose reflejado en la carita de felicidad de los pequeños cuando toman un libro para leer o cuando inventan sus propios cuentos de acuerdo con las ilustraciones. Ángel Gabriel y Yannis Jesús, de 4 y 5 años respectivamente, son de los lectores más asiduos: asisten a la biblioteca casi todos los días, van a los estantes, toman libros como quien compra un producto en el supermercado, los apilan, se ponen cómodos y empiezan su viaje por fantásticas historias, extraordinarias aventuras y, página tras página, echan a volar su imaginación hasta terminar su cerro de libros. Así, todos los niños y niñas que asisten llenan de vida, energía y felicidad el espacio que fue creado especialmente para ellos, haciendo que las tardes en la biblioteca se vivan entre lectura, talleres educativos / recreativos, risas y ocurrencias. Al mismo tiempo que, mediante el juego guiado, fortalecen sus habilidades de lectura y escritura, su creatividad, su memoria a corto y mediano plazo; además, socializan y aprenden a tener una comunicación asertiva, pero, sobre todo, son felices entre paredes de libros.

Por su parte, los y las jóvenes asisten a la biblioteca para consultar información en libros, realizar tareas y, si así lo requieren, se les brinda un acompañamiento pedagógico en los diferentes campos formativos, sobre todo, y debido a la demanda, en matemáticas, física y química. Se les enseña el trinomio cuadrado perfecto y la solución de ecuaciones algebraicas o químicas, porque así se los exige la escuela y ellos se sienten presionados por sacar buenas notas o aprobar un examen. Ante esta situación, resulta importante también plantearles otra “fórmula”, una que no depende de números e incógnitas y es, sin duda, la más cambiante e importante de todas: la de estar seguros de su poder intelectual en cualquier área. Aprenden que lo “difícil” no lo es tanto, que la enseñanza y el aprendizaje no son sinónimos de miedo, regaños, reprimendas, sino que, por el contrario, la educación significa seguridad, confianza, empoderamiento e incluso la oportunidad de construir una vida plena para sí mismos y para la sociedad.

Es así como la BS Mira Harp Grañén tiene vida y va creciendo poco a poco, tanto en acervos bibliográficos como en audiencia, pues no solo ha involucrado en sus actividades a las escuelas de la propia comunidad, sino que se ha dado a conocer en las escuelas de las comunidades circunvecinas. Hasta el momento se cuenta con un acervo bibliográfico de 1172 ejemplares de diferentes géneros literarios, de modo que el usuario tiene 1172 oportunidades de viajar entre letras e imágenes para conocer el mundo real o fantástico por medio de las múltiples historias, cuentos, novelas, poemas, libros de artes, ciencias, filosofía, mitos, leyendas y más.


Teté y la bolsa del mercado

Aún no son ni las siete de la mañana y Teté ya está despierta. Seguramente cree que sigo dormido y no ha venido a levantarme, pero ayer le prometí que iría con ella al mercado como cuando era más pequeño. Debo apurarme. Corro a lavarme la cara, me visto y me pongo los tenis que me regalaron en mi cumpleaños, esos que me hacen el más veloz de la clase. Teté está en la puerta con su delantal a cuadros, bordado con flores, y la bolsa del mandado bajo el brazo. Me ve y sonríe orgullosa de que he cumplido con mi palabra.

El mercado está apenas a unas cuadras de casa, así que caminamos hasta allá. A Teté le gusta tomarme de la mano y por eso, aunque ya soy grande y podría caminar solo, la dejo hacerlo. La bolsa del mandado vacía sube y baja mientras ella la balancea alegremente con su brazo estirado, como lo haría una niña pequeña que va dando saltitos. A nuestro alrededor, los vecinos comienzan su día. Algunos nos saludan mientras abren sus negocios o salen de casa camino a sus trabajos.

Teté me pregunta qué quiero comer hoy y yo, riendo, le respondo que no lo sé, que aún es muy temprano para pensar en la comida. Pero cuando le pregunto qué vamos a comprar, se me ocurre que ella ha planeado el menú desde hace tiempo, porque me responde con una lista muy detallada de ingredientes: dos papas, un chayote, unos ejotes, una cabeza de ajo, chambarete de res, medio kilo de masa, unas hojitas de hierba santa y un rollito de cilantro. Sé que ha pensado en mí cuando escogió qué cocinar. Nadie en casa disfruta de su amarillo de res tanto como yo.

Cuando llegamos al mercado, se siente como una ciudad completamente distinta. No se parece en nada a la quietud de la mañana en el camino para acá, hay más gente y mucho más barullo. Algunos se saludan sonoramente al entrar, como si se conocieran de toda la vida. Otros descargan grandes bultos de sus camionetas con productos que, seguramente, se venderán bien a lo largo del día. En la entrada hay mujeres con delantales ofreciendo alegremente sus productos: “¡Hay pan, pan dulce, señito! ¿Va a llevar chapulines? ¿Quiere totopo?”.

Entramos y el mercado cobra vida frente a mí. Aquí adentro se siente más fresco y el ruido de afuera parece haber desaparecido casi por completo. Miro alrededor y descubro que el lugar ya no parece tan grande como antes. El año pasado, cuando tenía siete, me parecía que era inmenso y ni siquiera me atrevía a explorarlo por mi propia cuenta. Ahora, si pongo atención, estoy seguro de que puedo ver entre las mercancías colgadas frente a cada local y los guacales que asoman por debajo de sus mostradores, al final del pasillo.

Teté se detiene frente a la verdulería y saluda a doña Chela como a una vieja amiga. Me parece que sí lo son, pues las imagino saludándose así todas las mañanas desde hace muchísimos años. Alguna vez, incluso, doña Chela le regaló una bolsa nueva para el mandado a Teté. Una de esas de hule más resistentes y con dibujos de frutas y verduras al frente, pero Teté sigue usando la misma vieja bolsa de malla azul con rojo que le he conocido toda la vida.

Por fin, Teté me suelta de la mano para escoger algunas frutas que no estaban en su lista de la compra, pero me advierte que no me vaya muy lejos. Yo, miro a todos lados con curiosidad y descubro un mundo nuevo. Cada local ofrece algo para explorar con los sentidos. Percibo los aromas que vienen de las hierbas y especias. Aunque no sé cuál es cuál, supongo que serán cosas como albahaca, clavo o manzanilla. Más allá, en el puesto de los granos y semillas, dejo que mis manos se deslicen dentro del costal del maíz. Comparo la sensación con la que me dan el frijol y el arroz. Cada uno se siente distinto, pero todos me hacen cosquillas en la mano y me la dejan cubierta de un polvito que no se bien de dónde ha salido.

Los sonidos son otra cosa. Entre los gritos, los saludos y los diálogos de algún programa que salen de televisiones escondidas en los negocios, es fácil olvidarse de que afuera la ciudad apenas se está despertando. Desde algún sitio escucho un pedazo de una canción: “lejos estaba de pensar que serías mi penitencia…”, e intento descubrir de dónde viene.

Hay colores en cada rincón. El mercado podrá parecer oscuro a primeras, pero hay mucho que ver por todos lados. Altares dedicados a vírgenes y santos adornados con flores olorosas, vitroleros repletos de aguas de sabores, letreros hechos con cartulinas fosforescentes ofreciendo remedios para los males más extraños y arriba, colgando del techo, piñatas de todas las formas imaginables flotando sobre mí como fantasmas de fantasía. Camino y camino intentando verlas todas sin percatarme de cuánto me he alejado ya de mi acompañante.

Cuando se acaban las piñatas para ver, bajo la mirada de nuevo y me encuentro en un pasillo que no conozco. Desde aquí, todos los caminos me parecen iguales y de pronto el mercado me vuelve a parecer gigantesco, como cuando tenía siete, seis o cinco años. Tengo ganas de gritar y salir corriendo, pero me aterra la idea de seguir introduciéndome en este lugar que ahora me parece un laberinto de sensaciones.

Entonces escucho a lo lejos una campanita que reconozco al instante, es el inconfundible llamado del señor de las obleas. Al instante se me ocurre que Teté, que no se puede resistir a ellas, no estará muy lejos de aquel sonido y salgo corriendo en su dirección. Vuelvo a cruzarme con los olores de la canela y el copal, identifico una pescadería por la que creo haber pasado antes y reconozco nuevamente la letra de la canción, esa de las espinas y el rosal, justo antes de detenerme.

—¡Ay, güero! —me llama una voz que reconozco inmediatamente—. ¿Dónde te habías metido?

Abrazo a Teté y noto cómo ella también se tranquiliza.

—Ten —dice ofreciéndome media oblea doradita—, nomás que cómetela de camino y no le digas a tu mamá.

Vuelvo a mirarla y noto que ha terminado ya con sus compras. La bolsa de malla azul y rojo va llena con todo lo que necesita del mandado y algunas cosas más. Ahora no la balancea alegre al frente y atrás. De hecho, apenas y puede levantarla con todo lo que pesa. La miro bien y pienso que el mercado no es el único que se ha hecho más pequeño este año. Teté tiene más canas en el cabello y me parece más flaquita que antes. Ahora soy más alto que ella, y puede que también sea más fuerte.

Nos sonreímos. Tomo la oblea con una mano y, con la otra, cargo la bolsa para ayudarle. Teté no dice nada, pero creo que también ella piensa en lo chiquito que se ve ahora el mercado.

—¿Ya tenemos todo? —le pregunto y ella me contesta que sí—. Muy bien, vámonos a casa. Creo que ahora sí tengo hambre.

Muchos de nosotros guardamos con cariño algún recuerdo de la infancia en los mercados. Estos son, en varias ocasiones, el primer acercamiento que tenemos con las expresiones más vivas de nuestra cultura. El arte, la gastronomía, la lengua y hasta la historia conviven entre las personas y sus actividades en estos sitios maravillosos. Quizás por ello, cuando somos niños, una visita al mercado llega a ser inolvidable.

Este verano, en el Museo Infantil de Oaxaca celebramos estas mágicas experiencias que queremos compartir con las infancias. En el ciclo de actividades “Un verano en el mercado” niñas y niños podrán disfrutar de juegos y talleres dentro y fuera del museo, del 11 al 22 de agosto. Para conocer más sobre este y muchos otros cursos y talleres del MIO, consulta nuestra cartelera mensual o visita el museo en la antigua estación del ferrocarril.


Una fusión de beisbol y cultura oaxaqueña

Si hay algo que debe lucir en un equipo profesional de beisbol son los uniformes, pues es lo que le da identidad al equipo con sus colores y diseños. Ahora, si mezclas el beisbol con la cultura de la ciudad, surge una combinación espectacular para cualquier aficionado que guste de lucir los uniformes de su equipo, es por eso que el club Guerreros de Oaxaca no ha dejado de hacer colaboraciones con diferentes artistas originarios de Oaxaca que han tenido grandes logros dentro y fuera del país.

A pesar de que en el 2020 el Coronavirus frenó la realización del campeonato, Guerreros de Oaxaca hizo una colaboración con el artista mexicano Amador Montes quien, en más de 25 años de trayectoria, ha logrado convertirse en uno de los personajes más reconocidos de la escena creativa en nuestro país. En este lapso ha realizado más de 130 exposiciones individuales y colectivas en América, Europa y Asia, dejando una profunda huella en el arte contemporáneo. Además, ha puesto el nombre de México y especialmente el de Oaxaca en lo más alto, ya que en 2018 fue nombrado entre los 100 mexicanos más creativos por la revista Forbes MX. El jersey para la temporada 2020 fue denominado “El gran juego”, frase que fue plasmada en el hombro derecho.

Para la temporada 2022, la directiva zapoteca fusionó su historia con el talento del artista Sabino Guisu nacido en Juchitán, Oaxaca, ya que su inspiración proviene muchas veces de las formas y signos de las culturas prehispánicas, así como del arte de las culturas de la periferia; elementos que actualiza y pone en diálogo. Guisu ha expuesto en países como Noruega, Japón, Estados Unidos, Alemania, entre otros. Asimismo, ha sido considerado por la crítica especializada como uno de los artistas jóvenes más proactivos y relevantes de la escena mexicana.

Por tercer año consecutivo de colaboraciones con artistas locales, Guerreros de Oaxaca buscó continuar con la unión entre cultura y beisbol. Es por eso que para la temporada 2023 se llevó a cabo una colaboración con el taller de Jacobo & María Ángeles, reconocido a nivel mundial gracias a sus obras y colaboraciones con empresas y organizaciones de gran prestigio. Este taller fue fundado en 1994 a partir del deseo de emprender y rescatar la práctica ancestral de darle vida a las tonas y nahuales por medio de la talla en madera y el decorado a mano.

“Los Guerreros son un símbolo del deporte aquí en Oaxaca, la camisola tiene diferentes símbolos de pertenencia zapoteca que representan a Oaxaca, es por eso que la gente debe sentirse orgullosa de portarla”, mencionó el maestro Jacobo Ángeles el día de la presentación de sus uniformes, los cuales fueron un éxito total para los aficionados bélicos.

El club zapoteca sigue demostrando que el deporte, la cultura y las tradiciones oaxaqueñas pueden seguir fusionándose para que, de una u otra forma, una sola pieza sea capaz de demostrar lo grande y unido que es Oaxaca.


El azul es el verde que se aleja*

“Las montañas, a lo lejos, se ven azules”, me dijo él. Quedé pasmada. Puede resultar inverosímil, pero para alguien cuya infancia estuvo más bien rodeada de edificios, concreto, vehículos moviéndose veloces en vías rápidas, y aire contaminado esa aseveración podía resultar sumamente novedosa.

Y es verdad: las montañas se ven azules, a lo lejos. Los colores están definidos por la luz, la distancia, la perspectiva atmosférica, y otras muchas variables que tienen que ver con la vida que habita los espacios; vaya, ¡hasta con los ojos de cada uno! Cuando el poeta dijo que “el azul es el verde que se aleja”, quería decir mucho más que solo un juego de palabras sobre una realidad cromática discutible. Quizá, en el lenguaje de la poesía, este verso nos ayude a imaginar cómo la lejanía transforma la esencia de una realidad que creíamos conocer.

Colores lejanos, colores cercanos. ¿Qué colores quisiéramos tener en nuestra realidad cotidiana más próxima? ¿Un cielo vibrante de azules? ¿Unas nubes caprichosas que le inventen matices al color blanco con cada minuto que pasa? ¿Una sinfonía de verdes que, a la par de llenar de color nuestras calles y jardines, nos brinden una sombra generosa en los días de calor intenso? ¿Una invasión de rosas, amarillos, morados y naranjas en las flores de cada árbol que en Oaxaca nos sale al paso en primavera? Creo que finalmente todos apostamos por vivir el color: por estar rodeados de esos colores que, en esencia, nos hablan de vida. De Vida.

Nuestro planeta ha sido llamado el “planeta azul” porque así se ve desde el espacio exterior. Sin embargo, parte de ese azul se lo debe al verde. Así que podríamos decir que, técnicamente, el azul está en deuda con el verde. Verde de los árboles que plantamos para conservar la vida. Verde de múltiples tonalidades que con su verdor ayuda a conservar los mantos freáticos, contribuye a generar oxígeno, produce sombra y nos cambia el humor en un día caluroso.

¿Cómo hacemos para generar más y más verdes que ayuden a conservar los azules del mar y los amarillos de las flores? Resulta tan sencillo y a la par tan desafiante: qué bueno es darnos cuenta de que en nuestras manos está el pintar este planeta. Sembrar y sembrar más y más árboles, acción que finalmente se traduce en sembrar vida y llenar de color esta Tierra.

*Verso de Elías Nandino, médico y poeta jalisciense del siglo pasado.


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