Entrevista con Purvi Shah, directora de StoryWeaver

La plataforma digital de libros infantiles multilingües, StoryWeaver, es una iniciativa de Pratham Books, una editorial sin fines de lucro con sede en la India. Por medio de la plataforma los usuarios pueden leer, escribir, traducir, descargar, imprimir y compartir historias de forma gratuita.

Desde febrero de 2019, el proyecto Endless Oaxaca Multilingüe (EOM) de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca ha hecho uso de la plataforma StoryWeaver para traducir cientos de historias al triqui, chatino, mixe y otras lenguas para la versión oaxaqueña del sistema operativo Endless. A partir de esta experiencia, y dado el positivo recibimiento de la plataforma en Oaxaca, el proyecto EOM y StoryWeaver están explorando nuevas dimensiones de esta alianza para crear más materiales de lectura para niños en lenguas indígenas de Oaxaca y México.

En junio de 2021, Michael Swanton (MS) entrevistó a Purvi Shah (PS), directora de StoryWeaver. Compartimos aquí algunos fragmentos.*

MS: ¿Qué es StoryWeaver?

PS: StoryWeaver es una iniciativa de Pratham Books. Entonces, antes de contarles sobre StoryWeaver, ¡debo contarles acerca de Pratham Books!

Pratham Books es una editorial de libros para niños sin fines de lucro con sede en la India. Uno de cada dos niños en el país no puede leer a su nivel de grado correspondiente. Este inmenso déficit de lectura se debe a una variedad de razones, incluida la falta de material de lectura de calidad en sus lenguas maternas y la escasez de material de lectura más allá de los libros de texto escolares.

Sin un acceso fácil a los libros en su lengua materna, los niños tienen dificultades para aprender a leer y practicar sus habilidades de lectura. Pratham Books se creó en 2004 y nuestra misión es poner “un libro en la mano de cada niño”. Desde entonces, hemos creado libros de cuentos atractivos en varios idiomas de la India y generado formatos para ayudar a los niños a descubrir el placer de la lectura […] Pero una de las preguntas que seguía surgiendo era: ¿cómo llevar libros a los niños de una manera sostenible y creciente para acelerar el progreso hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4: Educación de calidad para todos?

Respondimos a esto en 2015. El 8 de septiembre, en el marco de la celebración del Día Internacional de la Alfabetización, con el lanzamiento de StoryWeaver, una plataforma digital construida para escalar los esfuerzos con el motivo de afrontar la escasez de libros para niños a través de un nuevo enfoque en su creación y distribución.

En esencia, StoryWeaver es un repositorio de libros de cuentos multilingües de alta calidad y con licencia abierta. Cada libro está disponible de forma gratuita en múltiples formatos. Se pueden leer en línea y, teniendo en cuenta la brecha digital, para que ningún niño se quede atrás, se pueden leer sin conexión, descargar, imprimir e incluso readaptar. También alojamos contenido de otras editoriales globales. Las herramientas de traducción y control de versiones ayudan a personalizar los libros para localizarlos de acuerdo con los requisitos de la cultura y lugar de la traducción. Así, estos recursos quedan disponibles para otros usuarios creando un efecto multiplicador y amplificando el impacto al mismo tiempo. StoryWeaver se lanzó con 800 libros en 24 lenguas en 2015. Un poco más de 5 años después, en julio de 2021, tenemos más de 35,000 libros en 300 lenguas.

MS: ¿Cómo se adaptó StoryWeaver a otras lenguas y partes del mundo fuera de la India?

PS: La UNESCO manifiesta que el 40% de la población mundial no tiene acceso a libros en su lengua materna. Para convertirse en lectores, los niños deben tener acceso a libros en los idiomas que hablan y comprenden. ¿Cómo podemos abordar estos desafíos a gran escala? Creemos firmemente en el poder de la colaboración y en la distribución de la capacidad para resolver el problema de la escasez de libros; este es uno de los principios rectores de nuestra plataforma. Todo lo que se necesita para contribuir es acceso a internet y una cuenta gratuita de inicio de sesión en StoryWeaver para poder crear o traducir y publicar un cuento.

Nos esforzamos mucho para que la experiencia y las herramientas de StoryWeaver sean muy fáciles de usar y también inclusivas. Además, StoryWeaver es compatible con Unicode, lo que permite la adición rápida de escrituras complejas. Por ejemplo, durante la primera semana que lanzamos StoryWeaver recibimos una solicitud para agregar el idioma jemer. En solo 48 horas, los usuarios podían llegar a la plataforma y traducir libros a esta lengua.

MS: Mencionas que no habías previsto trabajar con las lenguas subrepresentadas o en peligro de extinción, pero India, al igual que México, es uno de los países con mayor diversidad lingüística en el mundo. ¿Han encontrado una respuesta semejante dentro de la India para esto?

PS: ¡Sí! Cuando lanzamos, esperábamos aumentar nuestro acervo a los 22 idiomas oficiales de la India; hoy, tenemos contenido en 80 idiomas del país. La huella lingüística de StoryWeaver refleja la diversidad de la India, con libros de cuentos en los principales idiomas indios (hindi, canarés, maratí), lenguas clásicas (sánscrito), lenguas indígenas (kora, pawari), lenguas minoritarias (konkani) y lenguas en peligro de extinción (mundari, toto).

MS: Mirando hacia el futuro, ¿cómo les gustaría que se desarrollara StoryWeaver?

PS: StoryWeaver está muy centrado en acelerar nuestro trabajo en torno a tres pilares esenciales de libros con licencia abierta para niños: creación, acceso y uso. Estamos desarrollando programas de aprendizaje fundamentales, recursos didácticos asociados y contenido en las lenguas maternas para contribuir a la educación en el mundo posterior a la pandemia, a fin de garantizar que ningún niño se quede atrás. En términos de tecnología, estamos interesados en explorar cómo podemos aprovechar la inteligencia artificial para contextualizar los libros infantiles.

Otro objetivo clave es colaborar con socios de todo el mundo para poner a disposición conjuntos concretos de contenido hiperlocalizado y verificado en todas las lenguas, con el fin de desbloquear estas barreras de acceso, y para 2030 —cuando el mundo necesite alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS4): Educación de calidad para todos— que todos los niños tengan acceso a un número considerable de libros en su lengua materna.

*Puedes leer la versión extendida de esta entrevista en el blog de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova. bibliotecajuandecordova.mx


El día que todo cambió. Con o sin vacuna, usa cubrebocas

La vida cambió, el futuro es otro; parece que la COVID-19 llegó para quedarse. Pero no todo es malo. Si bien, hemos sido renuentes a los cambios porque afectan nuestro sentido de confort, también sabemos adaptarnos, como pasó, por ejemplo, con el uso de tecnología que hace 20 o 30 años era solo un sueño. Podríamos pensar que nos adecuamos tan bien a esas situaciones porque el cambio ha sido paulatino y nos ha permitido ajustarnos y modificar esa nueva normalidad. La pandemia, sin embargo, nos tomó por sorpresa y obligó a hacer cambios drásticos y no planeados, pero, sobre todo, no diseñados expresamente para nuestra “comodidad”.

Esta situación que se vive a nivel mundial nos ha llevado a manifestar nuestras mejores actitudes; aunque, también, las peores: la escasa empatía, la pobre búsqueda de información y la actitud egoísta para con quienes nos rodean, por mencionar solo algunas. Desgraciadamente, a estas alturas la pandemia ha hecho emerger un comportamiento que comienza a ser un marcaje socioeconómico. Por un lado están los que pueden vacunarse, quienes pueden viajar, los que tienen acceso a servicios médicos de primera y los que pueden hacer home-office; por el otro, la mayoría de las personas no tiene esas posibilidades y, además, su trabajo requiere que se desempeñe de forma presencial, como en la venta de productos de primera necesidad, o en la prestación de otro tipo de servicios.

Es muy importante que entendamos que las personas que nos brindan atención —meseros, cajeros, taxistas, médicos, recepcionistas, maestros, entre muchos más— no tienen la obligación de cuidar de nuestra salud a costa de la suya y de la de su familia. En México es común compartir nuestro hogar con personas de todas las edades, con diferentes padecimientos, algunos menos graves que otros; y ahí estamos los que debemos salir y trabajar. ¿De qué manera podemos tocar los corazones para que entendamos y cuidemos a todas esas personas que son invisibles, pero que están detrás de quien que nos está brindando un servicio?

Recordemos que la vacuna no impide que enfermemos o que contagiemos a alguien: lo que sí hace es reducir el riesgo de muerte y evitar que la enfermedad sea grave; pero si contagiamos a alguna persona que no está vacunada, podríamos ser responsables de que muera.

Sabemos que este proceso ha sido duro, difícil, y, sobre todo, cansado. Tal vez eres de los afortunados que no ha perdido a nadie cercano, o lejano. Pero estamos los que hemos despedido a algún familiar o amigo; y esas personas, las que ya no están —que eran vecinos, meseros, taxistas, doctores—, quizá no tenían un vínculo directo contigo. A pesar de ello, hoy puedes ayudar a que no se pierdan más vidas, a que alguien no pierda a un ser querido.

En los espacios de la Fundación Alfredo Harp Helú amamos lo que hacemos y estamos agradecidos de volver a recibir visitas. A cambio, únicamente te pedimos un poco de incomodidad, ya que con ello nos demuestras que el cariño es recíproco. Por ti y por los que te rodean, no olvides hacer uso correcto del cubrebocas, así como mantener la distancia y lavar tus manos continuamente: recuerda que esto aún no acaba.


Fuego en el diamante

Como si de un estruendo se tratara, en medio de una álgida soledad, la noticia de la reapertura de espacios deportivos —con espectadores— en la Ciudad de México fue la chispa que reavivó la alegría de una afición deseosa por regresar al Diamante.

El inicio de la Temporada 2021 de la Liga Mexicana de Beisbol, y el regreso de la afición escarlata al infierno, el pasado 21 de mayo, significó una carga emocional más allá de lo que cualquier aficionado pudo haber pensado. La sensación de volver a ver el campo de juego, como solamente un apasionado al deporte puede experimentar, acompañada de las memorias vividas hace dos años, en la primera y única temporada en el estadio, propiciaron que el reencuentro entre la Nación Escarlata y su, todavía nuevo, infierno se permeara de un ambiente indescriptible.

En los pasillos inundados de diablos, familias, amigos y parejas, no escapaba a la vista lo evidente de una realidad distinta: rostros con cubrebocas atravesaban la ya icónica Puerta Toledo y, con buena disposición, pendientes a las instrucciones dictadas por el personal de seguridad del inmueble, circulaban de manera ordenada a través de los filtros de sanidad.

Durante toda la temporada se vislumbró un ambiente propio de fiesta, y los aficionados escarlatas procuraron obedecer los lineamientos implementados dentro de las instalaciones, siendo el distanciamiento social, el uso de cubrebocas y el empleo de gel antibacterial los principales invitados al festejo.

Y de pronto, silencio. Un momento de reflexión orientado al recuerdo de aquellos cuya llama se extinguió a causa de la situación que impera aún el día de hoy; recuerdos de seres queridos que perdurarán para siempre en nuestra memoria.

Y así como se cantó el Play ball inicial, pronto las luces del estadio se apagarían para inundar las gradas de oscuridad; una oscuridad agradable, más reconciliadora, incluso cálida, distinta a la vivida en 2020, propia de una pausa que conlleva no a un final, sino a un nuevo comienzo.

El Diamante de Fuego volvió a arder tras una nueva temporada al lado de sus Diablos, por el regreso de la afición a casa, y por aquellos que, sin saberlo, siguen formando parte de nuestra historia. La llama que identifica y da calor al Estadio Alfredo Harp Helú está más encendida que nunca.


La vida de un deportista durante la pandemia

Recordar el 2020 es revivir un año lleno de malas noticias que inundaron los medios de comunicación alrededor del mundo. Fuimos testigos de la pérdida de empleos y, también, tristemente, de la pérdida de vidas en todos los rincones de la tierra. A muchos, la pandemia nos arrebató a seres queridos y nos cambió el rumbo. Tales acontecimientos no hicieron excepciones: sin importar clase social, fama o profesión, a todos nos tocó afrontarlos de forma similar. Hoy, Samar Leyva, jugador consolidado y muy querido de los Guerreros de Oaxaca, nos platica cómo ha sido la vida de un jugador profesional de beisbol durante esta difícil temporada.

Como muchos sabemos, dedicarse de manera profesional a cualquier deporte es arriesgado, ya que seguir un sueño requiere de muchos sacrificios, responsabilidad y dedicación. Un deportista profesional depende económicamente de su carrera, por lo que una lesión, el bajo rendimiento en su disciplina o hasta la edad son cosas que pueden afectar sus ingresos; lamentablemente, acontecimientos fuera de nuestro control, como el caso de esta pandemia, fueron los que más perjudicaron a la industria del deporte.

“Fue un año muy complicado para nosotros, pero también de mucho aprendizaje en nuestras vidas. Yo tengo familia, una esposa e hija que necesitan comer, además de estudiar y vivir de forma digna […] Al no tener una temporada todo resultó frustrante, afortunadamente tengo ahorros por mi trabajo de años anteriores, pero, aun así, nos la vimos muy duro”.

Mencionó el pelotero profesional ya con siete temporadas en el beisbol de verano: “Tuve que buscar trabajo fuera de lo que normalmente hago por unos meses; para fortuna, mi esposa me ha ayudado mucho y hacemos un gran equipo respecto a nuestros ingresos en la familia. Es ella, sin duda, un pilar importante para mi hija y para mí”, agregó.

Gracias a que la temporada de la liga de invierno sí se llevó a cabo, muchos jugadores mexicanos, cuyos equipos no tuvieron actividad durante el verano, pudieron sobrellevar las dificultades económicas. Samar Leyva culminó de la siguiente manera:

“Jugar en el inverno fue bueno para muchos peloteros, pese a que hubo varios cambios en lo económico, pero nos ayudó a terminar bien el año con nuestras familias; ya para este 2021, con la decisión de jugar en el verano, fue un respiro para todos nosotros, sobre todo con la ayuda brindada por mi equipo Oaxaca, a quien agradezco infinitamente por todo el apoyo hacia nosotros”.

A poco tiempo de que termine la temporada 2021 de la LMB, tenemos la esperanza de que el siguiente año se vuelva a vivir el juego, tal y como estábamos acostumbrados. Que pronto los estadios se llenen a su máxima capacidad y podamos abrazarnos para celebrar triunfos; pero, principalmente, ojalá el beisbol vuelva a ser una gran fuente de empleos, ya que de esta industria dependen no solo jugadores, sino también el cuerpo técnico, gente de mantenimiento de los estadios, staff administrativo, vendedores, entre muchos más.


Aprendizajes en el proceso de catalogación del acervo de Casa de la Ciudad

El acervo bibliográfico de la Casa de la Ciudad cuenta con poco más de 2800 ejemplares. Es un acervo especializado en la arquitectura oaxaqueña, la restauración y el urbanismo que tratamos de mantener actualizado continuamente. Quienes lo consultan suelen ser investigadores, estudiantes de arquitectura o interesados en el urbanismo y en la historia de la ciudad. En miras de un mejor servicio, buscamos brindar herramientas que faciliten su consulta.

Hasta hace poco más de un año, el equipo que actualmente conforma a la Casa de la Ciudad no habíamos tenido un acercamiento al trabajo de catalogación bibliográfica formal. El camino comenzó a inicios de 2020 con el proyecto El Baúl, que busca tener en línea las referencias bibliográficas de las diferentes colecciones de la FAHHO. Al principio representó un desafío, ya que el trabajo realizado hasta el momento había sido únicamente de control de entradas, consultas e inventario, y el ingreso al sistema de catalogación digital implicaba un esfuerzo mucho mayor que exigía cierto nivel de capacitación en el campo de la bibliotecología.

La Casa de la Ciudad está integrada por profesionales del campo de la arquitectura, la comunicación y el diseño, por lo que la bibliotecología resultaba una disciplina nueva al inicio del proceso. Entendimos que habría mucha información que conocer, integrar y hacerla funcional en la práctica. Gracias a la paciencia y trabajo constante con la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, logramos trasladar esa información a una práctica diaria para facilitar a los usuarios y al personal el acceso remoto a los recursos materiales de todas las bibliotecas de la FAHHO.

Nos hemos unido a un equipo de catalogadores de la Fundación para llevar a cabo capacitaciones constantes e intercambio de información que nos permita comprender cada vez mejor la complejidad de los procesos de catalogación bibliográfica, y así mejorar nuestras prácticas dentro de las bibliotecas. Hemos organizado el acervo por temáticas y, hasta el momento, hemos ingresado al inventario la sección de Historia de la Arquitectura y avanzado significativamente en el apartado de Historia de la Arquitectura en Oaxaca.

Parte de esta experiencia fue compartida en la mesa “Intercambio de conocimientos, experiencias y aprendizajes en tiempos emergentes” en el VII Foro Itinerante de la Red de Unidades de Información de Oaxaca, el 20 de julio de 2021. Explicamos de qué forma el proceso de catalogación ha servido para conocer a fondo el contenido del acervo, no solo para ser digitalizado, sino para comprender el auténtico valor de lo que tenemos entre manos. La experiencia resultó enriquecedora para las áreas de especialización de quienes participamos. El proceso permitió crear una pequeña pero diversa comunidad de bibliotecarias y bibliotecarios emergentes y de trayectoria. El aprendizaje más valioso, además de los conocimientos prácticos, fue entender la importancia de este trabajo y valorar el esfuerzo que los bibliotecólogos, bibliotecarios y responsables de acervos hacen todos los días al interior de las bibliotecas: un trabajo silencioso que vuelve posible el acceso al universo de libros, imágenes, audios, material audiovisual y recursos de información en todo el mundo. Un esfuerzo de constancia y disciplina que implica conocimiento de materiales, manejo de bases de datos, procesos de búsqueda, catalogación, organización y orientación a lectores.


Proyecto Actualización de Inventarios MUFI

Durante el mes de noviembre de 2020, el Mufi comenzó el Proyecto Actualización de Inventarios con el objetivo de clasificar y realizar una actualización del contenido de las colecciones de su acervo, y el de la Biblioteca José Lorenzo Cossío y Cosío. Poco tiempo después, se integró la colección numismática de don Alfredo Harp Helú, que reúne monedas antiguas y conmemorativas de México, así como monedas de otros países.

Para organizar el acervo se priorizaron las colecciones de países con mayor número de piezas y se seleccionaron cinco: Estados Unidos, Francia, Hungría, Italia y Líbano. Se acordó que, al concluir con alguna de estas, se continuaría con Rusia y la Colección Raúl Fernández, formada por álbumes temáticos de transportes, animales y arte que reúnen estampillas postales, sobres de primer día de emisión y hojas recuerdo de distintos países. Aunque también se enumeraron y enlistaron colecciones por país con menor número de timbres como Malasia y Mongolia. Identificamos la filatelia temática que abarca los tópicos de flora, fauna, deportes, medicina, arquitectura, política, transportes, tecnología y comunicaciones.

El proceso ha implicado realizar una clasificación por pieza, separar timbres con el mismo motivo o por serie, identificar variedades filatélicas como el color, dentado y el tipo de papel. Así como la asignación del número Scott y el valor estimado, según sea nuevo o usado, estos últimos datos otorgados por el catálogo especializado de timbres postales Scott. Durante el primer mes se clasificaron alrededor de 13651 timbres postales y 2 632 monedas de la colección numismática.

Para dar seguimiento a este proyecto fue necesario diseñar bitácoras por colección en las cuales se registró el número de piezas clasificadas, el número de sobres glassine que se utilizan para el resguardo de los timbres y las actualizaciones de registros en inventario (que implica la búsqueda de emisiones en los catálogos especializados).

En la biblioteca se realizó la clasificación de ejemplares del Fondo Cossío: catálogos nacionales, internacionales, temáticos y de exposiciones filatélicas; boletines, revistas, subastas y folletos. Sin embargo, también se identificaron recortes de periódicos con notas afines a filatelistas, exposiciones nacionales e internacionales, asociaciones y filatelia en general. Además, se actualizó el inventario de la colección Mufi.

En la siguiente infografía se muestra el resumen del significativo avance que se ha alcanzado durante diez meses de trabajo. Un proyecto que es posible gracias a la participación del personal asignado a esta tarea procedente de diferentes filiales de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, del Museo Infantil de Oaxaca (MIO) y de la Biblioteca Infantil BS, así como al personal del Mufi.

Este proceso continúa y, en poco tiempo, la clasificación de estas importantes colecciones filatélicas estará concluida.


A lo largo de 25 años Home Runs Citibanamex ha beneficiado a más de 3 mil 500 instituciones que trabajan por una mejor sociedad

Oaxaca de Juárez, Oax.- A 25 años de haber sido creado por Alfredo Harp Helú, el programa Home Runs Citibanamex ha destinado apoyos a 3 mil 677 instituciones de la Ciudad de México y Oaxaca que destacan por su compromiso social a favor de quienes más lo necesitan. 

En la edición 2021, el programa que une al beisbol con las causas sociales destina 7.5 millones de pesos para beneficiar a 95 instituciones de esta entidad que impulsan proyectos en los rubros de Educación, Salud, Deportes, Ecología, Cultura y Proyectos Productivos.  

Para la Doctora María Isabel Grañén Porrúa, presidenta de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca (FAHHO), la importancia del programa radica en el gran número de personas que han sido beneficiadas a lo largo de estos años con la dotación de equipos de cómputo, bicicletas y material bibliográfico para bibliotecas, además de otros recursos que permiten el desarrollo de otras actividades que las instituciones generan para los ciudadanos, sobre todo en tiempos difíciles como los que ha generado la pandemia del Covid-19 en México y el mundo.  

En las dos últimas ediciones, resaltan las donaciones que la FAHHO y Fomento Social Citibanamex ha realizado para proveer de equipo médico a los doctores, enfermeras, camilleros, personal de limpieza y demás trabajadores de los hospitales de Oaxaca que se mantienen en la lucha contra el coronavirus. 

En esta edición, en el rubro de Salud, se entregaron 1 millón 546 mil pesos que benefician a 17 instituciones con material hospitalario como guantes, overoles, cubrebocas, goggles y monitores que les permitirán continuar su labor durante la pandemia.  

Entre las instituciones destaca el apoyo al Hospital de la Niñez Oaxaqueña; Hospital Macedonio Benitez Fuentes, de la ciudad de Juchitán; el Hospital General de Especialidades de Salina Cruz y el Hospital General de la Zona 01 del Instituto Mexicano del Seguro Social, en la ciudad de Oaxaca.  

En Educación se destinaron más de 3 millones de pesos a 51 instituciones educativas del estado para la adquisición de equipos de cómputo, mobiliario, libros, juegos didácticos y computadoras con Endless OS. Este rubro ha sido, desde el inicio del programa, de suma importancia, y aún más en este momento en que la educación se ha tornado digital y a distancia: la FAHHO busca apoyar a los niños y niñas oaxaqueños para que no dejen de estudiar.  

En el rubro Deportes se invirtieron 800 mil pesos para dotar de artículos deportivos a 11 municipios del estado de Oaxaca, los cuales fueron beneficiados con la donación de bicicletas, balones de futbol, basquetbol y volibol; además de pelotas de beisbol, bats, arreos y manoplas. Algunos de los municipios beneficiados son San Jerónimo Taviche, San Andrés Paxtlán, San Sebastián Ixcapa, El Espinal, Ixtlán de Juárez, San Gabriel Mixtepec y San Juan Juquila Vijanos, entre otros.  

Invitan a postular a personas o colectivos para el Premio Emiliano Cruz

Oaxaca de Juárez, Oax.- El Premio FAHHO-CaSa Emiliano Cruz se dirige a personas o colectivos que, por iniciativa propia y fuera de sus actividades laborales, realicen aportes significativos y originales al uso de las lenguas de sus comunidades. La convocatoria cierra el viernes 24 de septiembre.

“Creo que este enfoque es único para un premio de lenguas indígenas de México. Por tanto, complementa los Premios CaSa que reconocen el talento artístico en estas lenguas. La Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca (FAHHO) está convencida de que los premios CaSa representan el reconocimiento más coherente y valioso que existe para los creadores en las lenguas de Oaxaca”, detalló Michael Swanton, investigador y director de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova.

El Premio FAHHO-CaSa Emiliano Cruz, en su primera edición en 2020, se otorgó a Cipriano Ramírez Guzmán quien es hablante del ixcateco, idioma que está en alto peligro de extinción. Él fue postulado por la asociación Diversidad Lingüística y Cultural. 

Para participar puedes nominar a cualquier persona, hablante de alguna de las lenguas nacionales, que haya demostrado una extraordinaria labor en favor de sus lenguas. El premio consiste en: $30,000 (treinta mil pesos) y un reconocimiento.

Las nominaciones deberán ser enviadas por parte de terceras personas, organizaciones o autoridades municipales. Si las personas realizan o realizaron actividades remuneradas por parte de alguna institución para documentar, describir, promocionar o divulgar las lenguas originarias, debe demostrarse que la razón por la que se le nomina, va más allá de sus deberes oficiales.

Las nominaciones deben enviarse en un archivo PDF, y deberán incluir la siguiente información: datos generales de la persona nominada (nombre completo, dirección, teléfono, correo electrónico), descripción del trabajo realizado, esto incluye detalles de por qué se debe considerar al candidato, descripción del impacto de su trabajo en las comunidades hablantes, tres referencias de beneficiarios, autoridades municipales o educativas, líderes comunitarios, y cómo se relacionan con su trabajo. Las nominaciones deben enviarse por correo electrónico a premioemilianocruz@gmail.com 

La convocatoria completa se puede consultar en la página: www.casa.oaxaca.gob.mx este premio es emitido por la Fundación Alfredo Harp Helú de Oaxaca a través de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdoba, el Centro de las Artes de San Agustín y la Asociación Civil Amigos del Instituto de Artes Gráficas de OAxaca y del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo.

EDITORIAL

Es la época en la que los campos de Oaxaca se riegan y reverdecen. Los cerros adquieren tonalidades exuberantes, casi imposibles, como si hasta la vista se nos hubiera renovado. Sin embargo, no todas las tierras reciben de manera positiva esta temporada de lluvias; en otros lugares se desbordan los ríos, se deslavan los caminos, se pierden bienes y vidas. La humanidad sigue en constante aprendizaje: debemos hacer buen uso no solo del agua, sino de la tierra misma, y de todas las energías a las que tenemos acceso para dejar esta tierra mejor que como la encontramos.

Dice Gastón Bachelard que para que una meditación se prosiga con bastante constancia como para dar una obra escrita es necesario que un elemento material le dé su propia sustancia, su poética específica. Así, en esta ocasión, las meditaciones de los colaboradores de la Fundación se sirvieron del agua como poética para cada uno de los textos que entregamos en esta edición del Boletín Digital FAHHO.

El lector encontrará reflexiones sobre el uso que se hace del agua en las diversas tareas que se desempeñan en las instituciones de la Fundación. El Museo Textil, por ejemplo, comparte un texto de los integrantes del Taller Arte Seda, de Teotitlán del Valle, quienes no pierden la oportunidad para meditar sobre el agua incluso desde las prendas de vestir que elaboran. En el texto del Jardín Etnobotánico de Oaxaca nos remitimos a la construcción de la cisterna de este edén localizado en el corazón de la ciudad de Oaxaca, y la BS Xochimilco nos comparte un video en el que explica el funcionamiento de su sistema de captación de agua de lluvias. El artículo de la BIJC nos detalla algunos datos que empapan historia de la instalación de la planta hidroeléctrica en San Agustín, Etla, así como una valorización de su actual estado y posibles usos.

A partir de la reflexión de nuestros amigos y colaboradores, invitamos a nuestros lectores a tomar el agua también como su poética para meditar, aprender y cambiar nuestra visión. También nosotros podemos reverdecer y crecer como el campo.


El moisés líquido o del agua

Que haya trabajo, pan, agua y sal para todos.
Nelson Mandela

Bruno, triste, miró a sus perros, gatos, gallinas y a una cabra putrefactos, flotando en el río fúnebre que caía montaña abajo. Apretó los puños y los dientes, mientras observaba. Buscaba a Río, cuando de pronto este, fuerte, ancho, oscuro y cristalino salió de su cauce e invitó al niño a tomar asiento en una gran roca. Sus barbas y cabellos hirsutos chorreaban.

—Bruno, te conozco, ¿qué te sucede? —le preguntó Río.
—Mis amigos mueren cuando te beben, y me dijo la abuela que era por tu culpa; ella tiene miedo, así que me mandó a buscarte.
—Mmm, poco puedo hacer —contestó el Viejo Agua.
—Mi abuela me dijo que te diera esto
—y le extendió una jícara con cacao cubierta con un paño blanquísimo bordado.
—¿Por qué? —preguntó Río extrañado, mirándolo fijamente a los ojos—.

Mira, yo soy el Alfa y Omega, soy las tres partículas cósmicas y etéreas que en el universo crean la vida. Desde el origen de esta, Lilith y su compañero, en el Edén, antes y después de comer el fruto desnudo de la sabiduría, —Seréis como Dios, conocedores del bien y del mal—, me bebían y hacían sus abluciones sagradas; incluso, antes de engendrarte entre mis cuatro brazos, Pisón, Gihón, Hidekel y Phirat, estos dos últimos también llamados Tigris y Éufrates, quienes regaron los edenes colgantes de Babilonia, los sabios me bebían e inventaban Las mil y una noches, y los números que miden al universo y al átomo. Confucio, Lao Tse y Mao me dijeron “Gracias, Yang Tse”, mientras tomaban el sol, la luna y a mí; y los campesinos y sus compañeras, frente a la muralla, se unían para hacer germinar los arrozales. Y de mi cauce los fenicios iniciaron la alquimia, y sus mujeres, la agricultura; al mismo tiempo, Keops, el faraón gatuno, ronroneaba papiros, barcas, cerveza y mis nombres, Iteru, Al nil o Nilo. Khalil Gibran y sus cedros pensantes me reverenciaban como Nahr al Litani o Baalbek en Líbano.

Luego de esa larga presentación, Río guardó silencio. Miró de soslayo al pequeño. Cruzó una pierna sobre la otra y, señalando con el dedo hacia lontananza, continuó:

—De mi cuerpo salieron los peces y las plantas que lo mismo alimentaron al esclavo que a Buda o a Mahoma; santificó el bautismo de dos primos unidos por el infortunio, Juan y Yoshua. Sin mí no habría civilización ni cultura, ni hombres ni vida: Me llamo Legión, Rhin, Po, Jordán, Usumacinta, Maskvá, Bravo, Papaloapan, Vístula, Atoyac, Volga, Amazonas, Danubio, Jalatlaco, Don, Támesis, Sena, Tíber, Balsas, Véneto, Ganges, Níger, Orinoco o Argentum.

Bruno miró los pliegues en la frente de Río, “Es un joven viejo”, dijo para sí. Tomaron asiento bajo un ahuehuete y en el cuerpo líquido de Río, los peces multicolores brincaban, y los nenúfares violetas, blancos y azulencos del impresionismo, flotaban. Sol cenital.

—Puedo ser el más sensible, dócil y tierno, soy arroyo y arrullo; cuna, moisés y mortaja. Soy laguna, sangre, efluvio divino, mar, río subterráneo, saliva, océano, lago, sudor, amnios, cenote, granizo, nieve, manantial, glaciar; o las lágrimas filosas de un niño hambriento, con sed, o de una madre o un padre llorando ante el cadáver de su hijo tendido. Nezahualcóyotl, Cuitláhuac y nuestro último tlatoani, el abuelo joven, Cuauhtémoc, ungieron sus cuerpos en mí cuando yo, helado, brotaba del Popocatépetl en la gran ciudad flotante de Tenochtitlan y antes de que la bella Águila que desciende, que no cae, se metamorfoseara en Evémero y aquí, en Huaxyacac, el Señor 8 Venado Garra de Tigre y la bella Donají también fueron paridos en las riberas de Apoala y del Atoyac.

Río y Bruno echaron a caminar y entraron a una caverna, descendiendo entre penumbras. En sus aguas turbias bamboleaban animales, flores, ¿un niño, una niña?, con los vientres hinchados, y, en la ribera, un xoloitzcuintli hacía cabriolas y olisqueaba a los recién llegados.

—Aquí, en el Mictlán, Tierra de los Muertos, entre los ríos Apanohuacalhuia y Apanohuaya; aquí, en el Hades, me llamo Aqueronte, Dolor, Cocytus, Lamentos, Phlegethon, Sangre hirviente, hasta llegar al río Leteo u Olvido o al Estigia o Sagrado. Triste y furioso soy ciclón, maremoto, tornado, huracán, tsunami, tifón, diluvio o veneno porque me ensucian y han abierto el canal a mi compañera, La Tierra, para sacarle del vientre divino las piedras lunares que los dioses machos Belcebú, Baal, Moloch, un becerro áureo y los resplandores de Mammón ordenaron llevar al altar de los sacrificios.

Un silencio se alargó, reptando.

—Bien, Bruno, ahora ya lo sabes. Anda, ve a casa, te deben estar buscando.
—No, espera, ¿cómo te puedo ayudar? —, preguntó el niño abriendo sus ojos.
—Mmm, aún eres muy pequeño, pero busca a quien, humilde y descalzo, siembre árboles, cree bosques, cultive amorosamente la tierra, a quien acaricie maravillado, con ternura, una gota titilante del rocío al amanecer y a quien aspire respetuoso los colores de los pétalos.

El niño le observaba, oía atentamente y entrecerró sus ojos.

—Diles a tus amiguitos que ni su Madre Tierra ni yo somos basurero y a los adultos, ah, los necios, diles que les regalamos la alquimia para hacerles menos penoso y triste el viaje, como a Prometeo el fuego, no para que nos echen sus venenos. Diles que todo lo que esté a favor de la vida, eso, eso es el bien.

Brunito —continuó Río— recuerda a los africanos: el agua sucia no puede lavarse. Busca a quien piense, trabaje y actúe para las generaciones venideras. Bruno miró cómo en el cuerpo del gigante líquido los peces y las caracolas fluorescentes nadaban y curioso metió sus dedos en el costado de Río y una medusa azul cobalto le rozó suavemente.

—¡Ah!, y devuelve esto a tu abuela, dale las gracias —y le regresó el pañuelo— y dile que, cuando llegue el momento, ella lo sabrá, no tendrá miedo alguno y que, con este bordado, deberá cubrir su cabeza; y que Perrito, aquí a mi lado, la espera; dile, ella sabrá qué debe hacer contigo y con su gente. Anda, sigue ese hilo plateado de telaraña hasta la salida.

Río le dijo todo esto con los ojos cristalinos y la voz ronca, cayendo en cascada. El perro lamió las manos del pequeño, quien empezó a subir en silencio a la cima de la dulce montaña ensangrentada y, cuando salió del bostezo de la Tierra, miró a los niños y a las niñas trepar a los árboles, jugando, arrojarse al agua limpia con sus sonrisas
colibríes, mientras otros comían ciruelas, membrillos y mangos verdes sentados en la ribera.

“¡Hey, miren, ya llegó Bruno, ya llegó! ¡Ven, ven a jugar con nosotros, ven…!”, le gritaron. Y Bruno recordó a su abuela y alcanzó a oír los ladridos agudos de un perrito a lo lejos, muy a lo lejos…


Cosechar la lluvia en Oaxaca

Así se construyó la mayor cisterna pluvial en el estado, con una capacidad de un millón trescientos mil litros.

En 1993, cuando empezamos a imaginar con el maestro Francisco Toledo que plantaríamos un jardín botánico en el antiguo huerto de Santo Domingo el Grande, propusimos hacerlo autosuficiente en agua. Ya desde esas fechas era evidente que el crecimiento de la ciudad rebasaría muy pronto la capacidad de la red de agua potable. En un principio, pensamos ordeñar la línea de drenaje que corre bajo la calle de Macedonio Alcalá, purificándola mediante un pantano artificial. Poco tiempo después, ese proyecto fue desechado porque requeriría sacrificar buena parte del terreno del actual jardín (2.3 hectáreas) para cultivar juncos y espadañas, cuyas raíces limpiarían el flujo lentamente y la pestilencia sería difícil de evitar. Optamos entonces por evaluar la factibilidad de perforar un pozo, para lo que contratamos a un equipo de especialistas en geofísica, quienes sondearon el subsuelo mediante conductividad eléctrica y nos marcaron un punto en la sección nororiental del predio, donde estimaron un aforo de varios litros por segundo, a una profundidad razonable. Para decepción nuestra, ya hecha la perforación, el chorrito resultante no alcanzó a llenar una cubeta, antes de menguar a un triste goteo.

Fue entonces que nuestro grupo de trabajo, conformado bajo la figura del comité técnico del fideicomiso para el jardín, examinó la alternativa que debía habernos sido obvia desde el inicio: aprovechar los 700 milímetros anuales de lluvia que caen, en promedio histórico, en nuestra porción del Valle de Oaxaca, un volumen inmenso de agua que se pierde en la red de aguas negras y se desperdicia año con año. Fue así que la maquinaria pesada, encabezada por una grúa enorme, comenzó a excavar un gigantesco boquete en el corazón del jardín en 1998. Los restauradores del antiguo convento pegaron el grito en el cielo, alegando que la obra amenazaba la estabilidad de los cimientos del antiguo convento. Tuvimos que llamar a los peritos del despacho más renombrado en ingeniería civil en la Ciudad de México para que emitieran una opinión técnica que, por fortuna, fue favorable para nosotros. Fue así, a contrapelo, como se construyó la mayor cisterna pluvial en el estado, con una capacidad de un millón trescientos mil litros. La obra no fue sufragada por el fideicomiso mencionado, sino que corrió por cuenta del Gobierno del estado. Veintitrés años después, agradecemos la iniciativa del Lic. Diódoro Carrasco para dotar al jardín con agua.

Por nuestra parte, colamos una serie de artesas de concreto en el perímetro de todo el exconvento, al pie de cada una de las gárgolas que desaguan las bóvedas: media hectárea de edificación virreinal, más varios cientos de metros cuadrados ocupados por los patios interiores, cuyos escurrimientos también captamos. Cavamos zanjas e instalamos decenas de metros de tubería oculta para conducir el agua de lluvia a la cisterna, haciéndola pasar por pozos de visita y areneros que filtran los sedimentos y atrapan la basura arrastrada en los chubascos. Es con esa agua que regamos la sección dedicada a los bosques húmedos. Con esa misma agua operan los sanitarios al servicio de los trabajadores y los visitantes del jardín. Así la cisterna contribuye a hacer del Jardín Etnobotánico una institución sostenible, no solo porque cubre buena parte de nuestras necesidades de agua, sino porque aporta fondos para las finanzas públicas. Concluida la construcción de la cisterna, la losa de concreto fue recubierta de cantera en un diseño de anfiteatro, donde actualmente se celebran las bodas y otros eventos sociales que generan ingresos monetarios sustanciales.

Ante el calentamiento global y la escasez creciente de agua, estamos convencidos de que las ordenanzas federales, estatales y municipales deben estipular que todo proyecto de construcción, sea público o privado, incluya la obligación de captar y almacenar agua pluvial a partir de ahora. Construir un sistema como el del Jardín es caro y demanda trabajo de mantenimiento todo el año, pero el costo de obras a escala para cosechar la lluvia en proyectos más pequeños es incomparablemente menor. Las represas gigantescas edificadas en los últimos cien años, como los embalses de Temazcal y Cerro de Oro en el norte del estado, han deteriorado la vida de los ríos en todo el país. Ya es tiempo de que olvidemos las cortinas de concreto y pensemos en cosechar la lluvia casa por casa.


El valor del agua, 2021, UNESCO

El pasado 21 de julio, la UNESCO presentó en México la versión en español del Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos. Este documento se publica periódicamente, desde el año 2003, y consiste en mostrar las diferentes estrategias y los recursos disponibles que satisfacen la demanda del agua a nivel mundial. La edición, que se publica cada año, se centra en un tema específico, como, por ejemplo, el
agua y el cambio climático (Water and climate change, 2020), la adecuada gestión de recursos hídricos para combatir la pobreza y desigualdad económica (Leaving no one behind, 2019), o las soluciones basadas en la naturaleza para el manejo del agua (Nature-based solutions for water, 2018).

Para este año, el informe reúne datos sobre la valoración del agua en distintos sectores, como el almacenamiento, su demanda y uso en sectores de agricultura, industria, comercio y energía; además de la calidad, que cada día es menor debido a la contaminación, también se registran datos sobre los servicios de suministro, saneamiento e higiene en los asentamientos humanos. La finalidad que se persigue es la de otorgar una herramienta que contribuya a alcanzar la sostenibilidad. Ante el significativo incremento de la escasez de agua, y frente al contexto pandémico por COVID-19, resulta alarmante que “más de 3 mil millones de personas en el mundo y dos de cada cinco centros sanitarios carecen de acceso adecuado a instalaciones para lavarse las manos”, así lo señaló en la presentación del 21 de julio el representante de la UNESCO en México, Frédéric Vacheron. Ante esto, el informe menciona que la gestión del agua requiere enfoques innovadores que apunten a una economía circular, además de sugerir que el valor dado al agua es una cuestión holística, ya que no se reduce a valores monetarios, sino que integra aspectos culturales, espirituales y de tradición. Esto lleva a replantear la consideración que se tiene del agua: pasar de verla como un elemento de consumo, para valorizarla como parte de una infraestructura integradora.

Cabría entonces preguntarnos qué acciones tomamos nosotros ante los datos recogidos en el informe, si acaso la realidad queda lejos de lo que se menciona y, de ser así, cómo contribuimos en el día a día para cambiar el panorama tan negativo que se nos presenta.

Para consultar el informe completo en español, así como los correspondientes a años anteriores, visita la siguiente liga:

http://www.unesco.org/reports/wwdr/2021/es


Cómo aprovechamos el agua de lluvia en la biblioteca

¡Hola, amigas y amigos!

Oigan, seguramente alguna vez, mientras llueve a cántaros, o bajo una fina llovizna, se han detenido hipnotizados, mirando el sendero que sigue el agua, así, sin pensar nada, solo escuchando cómo corre la lluvia. ¿Se han preguntado a dónde va tanta agua? ¿Se les ha ocurrido que podría utilizarse para el escusado, por ejemplo, o para regar las plantitas de su casa? En el mundo, una gran cantidad de personas no cuentan con este privilegio, el del agua, y tienen que conformarse con unos pocos litros para cubrir todas las necesidades de su familia. En otras partes, las inundaciones hacen que se pierdan bienes tan necesarios como los hogares, las cosechas e incluso, tristemente, las vidas.

Pues hoy queremos recordarles, estimada lectora, amable amiguito, que es su deber realizar algunas acciones responsables con la parte de la tierra que les ha sido dada, y con la parte del agua a la que tienen acceso. Les aseguramos que todas las especies de insectos, aves y otros animalitos, así como los propios seres humanos, se beneficiarán de cada pequeño cambio que hagan en su rutina: no desperdicien agua, no tiren basura en las calles y separen la que se genere en casa; cuiden las plantas y a los animales, y compartan con sus amigos las estrategias que cada uno realice en su hogar. Nosotros somos de barro, nos encantaría, pero solo nos queda mirarlos a ustedes y saber que son la generación que salvará al planeta.

En el siguiente video, el equipo de la Biblioteca Infantil de Xochimilco te comparte algunas imágenes de cómo aprovechan el agua en este maravilloso espacio. Si nos has visitado anteriormente podrás ubicarte en los espacios, y si no, seguro te darán ganas de venir en cuanto las condiciones lo permitan.

Nosotros, los sapos de Toledo, estaremos aquí, aguardando sus visitas, viendo cómo cae la lluvia.


S.O.S. AGUA: emisión postal de Argentina 2009

El llamado de auxilio al cuidado y uso consciente del agua ha sido siempre fundamental e importante para la filatelia. Así, la intención de este artículo es la de hacerles llegar un mensaje de reflexión, fuerte y claro, ya que el agua es el componente principal para que exista vida.

En 2009, el Correo Argentino emitió una hojilla con dos timbres que abordan el tema de la importancia del cuidado del agua. Esta hojilla, además de su importante mensaje, destaca por su peculiar y creativo formato, ya que la idearon como una tarjeta rasca-gana: al ir rascando los diseños encontramos datos significativos acerca del cuidado y uso correcto del agua. En esta emisión todos los detalles cuentan, desde la selección de los colores hasta la información y creatividad con la que fue realizada; la hojilla ilustra un bloque de información con los colores de un semáforo para indicarnos cifras que apuntan a la forma en la que usamos el agua: el verde indica que su uso es moderado, el amarillo y naranja con información preventiva, mientras que el rojo nos muestra en qué momento la desperdiciamos más.

Otra emisión filatélica que ha destacado por el mensaje que nos envía es la emisión del 2015 de España, Año Internacional de los Suelos. La postal nos habla de la importancia de hacer conciencia sobre el papel que desempeñan los árboles para el ciclo del agua y la regeneración de los suelos. Para ello, muestra el contraste de un suelo fértil, con frutos producidos por él mismo y un bosque rico en especies vegetales, en contraposición con un suelo resquebrajado y desértico, consecuencia de la degradación del ecosistema.

Su mayor peculiaridad radica en que la estampilla lleva insertas varias semillas de petunia junto al lema: “Regenera el suelo. Plántame”. El mensaje es claro: nos invita a que, después de haber usado el timbre al enviar nuestra correspondencia, sea plantado para que germinen las semillas de esta planta.

Y es que los árboles y plantas forman parte de un ciclo vital para la conservación del agua y preservación de los suelos, porque cuando llueve los árboles contribuyen a reducir la velocidad con la que el agua llega al suelo, impactando primero en las hojas; este proceso facilita la filtración de agua y el llenado de los reservorios acuáticos subterráneos. Por ello, los bosques son fundamentales en el ciclo del agua, man tienen la calidad del líquido, influyen en la cantidad disponible y ayudan a evitar desastres naturales como inundaciones, desprendimientos de tierra y sequías.

¡Cuidemos el agua y plantemos árboles!

¡Para una mejor calidad de vida y por amor a las futuras generaciones!


Madre Agua. Taller Arte Seda de Teotitlán del Valle, Oaxaca

Desde los años noventa —época de nuestra niñez— comenzamos a escuchar en comerciales de la televisión y la radio acerca del problema de la contaminación y escasez del agua. Crecimos con ese tema en la mente mientras observábamos cómo iba ocurriendo: primero, lentamente, con la sequía de los arroyos en la comunidad, después sin imaginarlo— comprando agua embotellada, cuando este líquido vital es un derecho y no un producto. Somos artesanos de la comunidad de Teotitlán del Valle y nos dedicamos a la sericicultura, al tejido y teñido de textiles, y a la creación de piezas con fibras naturales como la seda, la lana y el algodón. Nos involucramos en ciertos quehaceres del hogar: plomería, electricidad, carpintería y albañilería; y en tareas comerciales que incluyen a la contaduría, el mercadeo y la publicidad, así como en la importante labor del cuidado del medio ambiente. En la comunidad nos regimos por usos y costumbres, por lo tanto, damos servicios comunitarios de uno, dos o hasta tres años, según sea el caso, lo que nos permite conservar nuestra lengua, costumbres y tradiciones. Ahora, nos acercamos a la escritura, y todo con la finalidad de crear un mejor entorno y reflexionar sobre el cuidado de la naturaleza.

Con nuestro granito de arena pretendemos contribuir a la conservación y cuidado de la Madre Agua que nos alimenta, hidrata, purifica, cura e inspira. Mediante los textiles que elaboramos rendimos homenaje al elemento de la vida; adoramos al agua y la representamos en todas sus formas en el proyecto del Taller Arte Seda.

Nos emocionamos al recibir la invitación del Museo Textil de Oaxaca en 2019 para formar parte de un proyecto de cocreación con el artista Khatri Adil Mustak de la región de Kutch, en India. Observamos que nuestras culturas tienen muchas similitudes y, sin importar las barreras del lenguaje o la diferencia de horarios, pudimos crear una amistad y coincidir en muchas ideas; una de ellas es la conciencia de la importancia del agua para la vida en el planeta. El agua es el elemento que predomina en nuestro planeta, pero solo el 2.5% es dulce; aun así, nos empeñamos en contaminarla y hacer mal uso de ella. No conformes, también dañamos el mar y los océanos donde habita una infinita cantidad de seres vivos. Tristemente, la industria textil es una de las más contaminantes del planeta y la “moda rápida” nos ha hecho consumidores voraces de indumentaria desechable, lo que agudiza aún más el problema.

Nuestra propuesta textil va más allá de una moda: es esencial, es comunicación entre nuestro ser con la tierra, el agua, aire, fuego, con el cosmos. Cada pieza elaborada es como el ser humano, cada uno con su singularidad, belleza y alma. Por tal motivo tenemos la responsabilidad de mantener y transmitir los conocimientos ancestrales heredados a nuevas generaciones y entregarles un mundo mejor. Fue así como elegimos por tema el agua y sus representaciones.

Pensamos crear algunas prendas de uso diario como pantalones, vestidos y abrigos, además de un pabellón. Todas las piezas se tejieron en telar de pedal con hilo de algodón teñido de manera natural. El pabellón es una invitación a pensar: al descansar frente a él podemos ver y reflexionar sobre la vida en el mar, darnos cuenta de que hay muchos animales de distintas especies y que, por la contaminación, los estamos matando. La solapa del abrigo representa la porción de agua dulce que existe en el planeta y cómo se va agotando por la inconsciencia de la humanidad al no cuidarla y valorarla. Esta idea nos hizo recordar las anécdotas de nuestros padres que en su niñez iban al pozo a acarrear agua; pensamos que esa búsqueda los hizo valorarla. Hoy en día solo abrimos la llave y ahí está, y nos olvidamos de dónde proviene y el esfuerzo que hicieron los abuelos para traerla hasta el hogar. El vestido representa a la fértil Madre Tierra que da vida al ser fecundada por el agua. Finalmente, el pantalón es una representación de las diferentes formas que puede tomar el agua y que, en este caso, son copos de nieve. Bajo nuestros pies tenemos el más hermoso planeta, disfrutémoslo y demos oportunidad a que nuevas generaciones lo disfruten.

Las piezas elaboradas por el Taller Arte Seda y por Khatri Adil Mustak, así como aquellas creadas por el resto de los equipos involucrados en el proyecto, se encontrarán exhibidas en el Museo Textil de Oaxaca del 11 de septiembre de 2021 al 2 de enero de 2022.


Tres cuartillos de agua y el ramal hídrico de Oaxaca

Esquina y restos de la fuente del Teatro del Recreo o Teatro Noriega, se encontraba ubicada en la calle de Colón, Centro Histórico, Oaxaca de Juárez. Fuente: Internet.

“Anda Andrés a sacar agua, ¡Ay, yo no voy!,
ahorita voy para Oaxaca,
ahí en la pilita de Juan Diego, ahí bebo yo”.

Rosalía Ortega Ramírez

“Tres cuartillos de agua al convento”, así afirmaba el mandato otorgado a merced de la ciudad de Oaxaca para que se repartiese el agua en la entidad. El día 12 de septiembre de 1545, el virrey Antonio de Mendoza confirmó dicha solicitud para que se repartiese el agua “que viene a la Ciudad”.

Este mandato marcó el inicio de una magna construcción que demandaría gran perseverancia, misma que fue ilustrada por reseñas de la época, mediante las que se humaniza la ilusionada construcción que condujo al crecimiento de la antigua Antequera. El acueducto, conformado por arcos, canales, presa, puentes y fuentes, habría de construirse con resistentes dimensiones: el uso de la piedra de río, cal y arena sería obligado para que la construcción fuera lo suficientemente fuerte; una obra que pudiera salvar las formaciones naturales propias de un bosque espeso con profundos barrancos y elevaciones notables.

Han de ser obligados y se obliguen de romper la peña donde se ha de arrimar y edificar el arco y presa […] la dicha presa estará firme e permanente, han de hacer un caño de estar labrado de cal e arena con piedra del río del ancho del caño viejo que esta vierto, del mismo alto que por lo menos tenga dos pies, la cual dicha atarjea ha de estar bien hecha en esta manera, que la pared de arriba tenga de grueso una tercia de vara de medir y la pared de abajo hecha hacía el río media vara que es pie e medio.1

El agua, conducida desde el cerro de San Felipe hasta la caja de agua ubicada en el Carmen Alto, donde fue distribuida a través de nueve principales ramales de acequias al corazón de la ciudad, fue impulsada durante varios siglos gracias a financiamientos, donaciones, reparaciones y empleo de manos que construían y volvían a reacomodar las piedras ante las peripecias financieras y de calidad constructiva que requirió dicha obra. Así, el líquido fue impulsado durante varios siglos: desde el mandato aprobado por el virrey Antonio de Mendoza, a mediados del siglo XVI y, tentativamente, “rematada” a mediados del siglo XVIII, según reseñas del padre Antonio Gay, quien apunta: “Aquel trabajo era indispensable, pues por falta de una buena atarjea, los vecinos de Oaxaca bebían agua poco pura, y carecían completamente de ella en los meses de marzo, abril y mayo…”.2

Hacia finales del siglo XIX, de acuerdo con la investigadora María Luisa Acevedo Conde, fue necesario el aumento del caudal para abastecer a la ciudad, lo cual fue posible con los manantiales de San Andrés Huayapan, cuya agua se depositaba en las cajas de el Carmen Alto y de Sangre de Cristo. Para el año de 1909, bajo la supervisión del ingeniero alemán Enrique Schöndube, el agua pasaría a una red entubada como parte de las mejoras y de las medidas sanitarias.

Actualmente, alejados por varios siglos que bien podrían medirse en la enajenación de nuestra identidad, historia, arquitectura y evolución urbana, ocultamos en una trama espesa de concreto, banquetas, asfalto y abandono, aquel proceso inicial, principal impulsor de los templos, casas y calles que pudieron ser edificadas gracias al acceso al agua. Pese a la ubicación asequible de las fuentes, en templos y plazas, la desaparición de las llamadas “pilitas” ha sido un hecho innegable, es desalentador el desuso en el que se han truncado estos testigos de la vida de la antigua sociedad oaxaqueña. En la obra titulada Santo Domingo el Grande, Hechura y reflejo de nuestra sociedad, se relata que a finales del siglo XIX había en la ciudad una red de fuentes, que posiblemente eran las originales, y que para entonces eran abastecidas por dos acueductos: el de San Felipe y el de Huayapan.

Restos de la fuente ubicada en la calle de Colón, Centro Histórico, Oaxaca de Juárez. Fotografía: año 2014 / Fuente: Elías Lucero García.

Las piletas fueron el escenario del encuentro diario y libre de las amas de casa y puntos de celebración de la fiesta de La Samaritana. Hay quien cuenta que “alguna vez vio una de estas pilas llena con horchata de arroz adornada con pétalos de rosa de Castilla y cualquiera que quisiera, podía tomarla para beberla ahí o para llevarla a su casa”.3

Las piletas también fueron precedentes del oficio de aguador, de a pie y de burrito, que tenía sus cántaros de San Bartolo y su junco especial para meter el recipiente; así andaba ofreciendo el agua necesaria para las actividades domésticas de la casa: los cántaros llenos eran llevados a las grandes ollas de barro vidriado semienterradas en el segundo patio de las casas.

Un mapa que data del año de 1777 nos permite apreciar la ubicación de diferentes piletas distribuidas en las calles de la ciudad, las fuentes públicas de los recintos religiosos así como las privadas, de quienes tenían la posibilidad de abastecerse desde el interior de su casa o finca: “Estos acueductos proveen de agua a 40 fuentes públicas, 27 particulares, 27 estanques y 7 casas de baños”.4

En el año 2007, en un registro de espacios públicos, aparece la distribución de, al menos, 45 fuentes y piletas. Es en estas en las que recae el interés del Taller de Restauración FAHHO, para revalorar su importancia histórica y su estado de conservación, en miras de un proyecto y actividades de redignificación arquitectónica, urbana y tecnológica de los recursos naturales conducidos en otros tiempos.

Oaxaca cuenta con un intrincado ramal hídrico construido sabiamente en una época preocupada por el aprovechamiento respetuoso y equitativo del agua. Esperamos que podamos conducirnos nuevamente como la sociedad de antaño, y que volvamos a honrar el líquido que se precipita desde el torrente de sus cerros, palpitante y regada por medio de acequias hasta las piletas y fuentes de Oaxaca.

1 J. Castro Mantecón. Introducción del agua en la ciudad de Oaxaca, una obra social en el siglo XVI. Oaxaca, s/f.
2 J. Antonio Gay. Historia de Oaxaca. México, Porrúa, 2014.

3 María Luisa Acevedo Conde. “Las pilitas. Una forma para la distribución del agua en Oaxaca” en Acontragolpe letras, no. 79 (septiembre 2013).
4 Manuel Esparza. Santo Domingo el Grande. Hechura y reflejo de nuestra sociedad. 2ª ed., Oaxaca, Carteles Editores, 2008.


.

Lo sentimos, la página que buscas no existe.

¡Muchas Gracias!
En breve nos pondremos en contacto contigo.