¿Quién fue Manuel Ricardo Palacios Luna?

Para la creación de un cuadro de clasificación, durante la organización del fondo personal de Manuel R. Palacios Luna, exgerente de los extintos Ferrocarriles Nacionales de México, requeríamos conocer sus datos biográficos. Por fortuna, el equipo de Adabi Oaxaca pudo entrevistarse con su hijo, Manuel Palacios Sierra, y hoy presentamos la biografía de uno de los personajes oaxaqueños más importantes de la historia del México contemporáneo.

Manuel Ricardo Palacios Luna nació el 1 de noviembre de 1906 en Oaxaca de Juárez. Sus padres fueron don Gregorio Maclovio Palacios y doña Macedonia Luna. Recibió sus primeras letras en la escuela Renacimiento, pero emigró luego a la Ciudad de México debido a que la pobreza, y una epidemia de viruela, diezmó a los integrantes de su familia. Sin embargo, los recuerdos de la infancia siempre lo mantuvieron vinculado a su tierra. A los 14 años ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria de San Ildefonso, y después cursó su carrera profesional en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, donde obtuvo el título de abogado el 7 de noviembre de 1929. Cuando tenía 25 años, por figurar como un alumno distinguido, Vicente Lombardo Toledano le heredó a Manuel su cátedra, la cual mantendría por el resto de su vida, hecho por el que fue nombrado emérito de la Facultad de Derecho de la UNAM.

Manuel R. Palacios ocupó varios cargos públicos, y por su amplia experiencia en materia de derecho laboral y su desempeño en la Subsecretaría del Trabajo y Previsión Social, fue designado como gerente de los Ferrocarriles Nacionales de México en el sexenio de Miguel Alemán (1946- 1952). Por entonces, aunque FNM era una institución con muchos conflictos laborales, contaba con uno de los sindicatos más fuertes del país, hechos que no impidieron a Manuel desempeñar su labor de modernización del ferrocarril con el ensanchamiento de las vías.

Durante su vida estuvo acompañado de otro oaxaqueño, Juvenal González Gris, quien fuera su secretario particular durante su gestión. Juntos se empeñaron en conseguir el financiamiento para la renovación de las vías de Oaxaca cuando, desde la presidencia, se pensaba que no era una prioridad económica. Al final, la inauguración del cambio de vías se llevó a cabo con la presencia del presidente Alemán y el secretario de Hacienda. Para Manuel Palacios, la obra representaba el cumplimiento de un compromiso personal con su pueblo y con su madre, pues recordaría los viajes que hizo con ella, en un ferrocarril de segunda, para vender alfarería en la Ciudad de México.

Manuel R. Palacios siempre estuvo involucrado activamente con su tierra natal. Junto con su amigo Juvenal González y otros profesionistas oaxaqueños, formaron la Sociedad de Exalumnos del Instituto de Ciencias y Artes, que tenía el proyecto de construir una Casa del Estudiante Oaxaqueño para ayudar a los jóvenes a su llegada a la Ciudad de México. Aunque esto nunca se cristalizó, sí lograron donar el edificio que ahora ocupa el Archivo Histórico Municipal de Oaxaca.

Manuel era un hombre altruista que recibía solicitudes para conseguir apoyos de todo tipo, mismos que intentaba solventar mostrando la empatía de alguien que había crecido en la adversidad. También, Palacios destinaba recursos para incentivar la cultura y las artes, como ejemplo, la ayuda que brindó a tenores como Humberto Cravioto, pintores como el oaxaqueño Raymundo Martínez, al Teatro Obrero de México, entre otros. En este medio cultivó una amistad con personalidades como Dolores Olmedo, David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, Pedro Infante, María Félix, Jorge Negrete, José Ruíz Vélez, entre muchos artistas más.

En el medio político fue aún más conocido. Poco antes de ser designado para ocupar la gerencia de FNM había ganado la senaduría por su estado natal. Luego, en medio del conflicto por la destitución del gobernador de Oaxaca, Manuel Mayoral Heredia, R. Palacios fue considerado el candidato idóneo para reemplazarlo. Eso nunca ocurrió, pero al terminar el sexenio formó parte del Consejo Técnico del IMSS, de la Asociación de Turismo en México y, además, fue académico de número en la Academia Mexicana de Derecho del Trabajo y de la Previsión Social.

El fondo personal de Manuel Ricardo Palacios Luna está conformado por los documentos que generó durante el ejercicio de sus funciones, sobre todo en la gerencia de los Ferrocarriles Nacionales de México. Conservó este archivo porque era el resultado de su vida pública, ya que tenía la disciplina de guardar todos los testimonios que tuvieran valor y que le permitieran realizar aclaraciones fidedignas. Hoy en día este fondo se encuentra en la tierra que tanto amó, dentro del AGEO, y muy pronto estará disponible para la consulta pública, como él hubiera deseado.


El hombre, el mar y lo divino

Lo que sea de la mar, todo es azar.
Refrán marinero

El mar ha sido fuente inagotable de experiencias humanas y, posiblemente, es el medio en el que los hombres se encuentran más vulnerables frente a la naturaleza. Ha sido fuente de alimentación y esperanza y, por mucho tiempo, de temor. Por ello, desde tiempos inmemoriales, el ser humano volcó su fe en la idealización de deidades marinas y cubrió de ofrendas a aquellas que lo libraron de su furia o lo bendijeron con su favor.

En las culturas antiguas de casi todo el mundo existe una deidad, o un poder, relacionado con el agua en cualquiera que sea su presentación: ríos, lagos, lluvia, mares y océanos, incluyendo rayos y, por supuesto, la fauna acuática.

A pesar de que durante siglos la humanidad ha tratado de hallar explicaciones profanas o divinas al comportamiento del agua, el mar ha sido inexorable, tal y como lo atestigua el siguiente relato del siglo XVII que el historiador Pablo Pérez Mallaína rescata. Habla un testigo que iba a bordo de la nao La Teresa, que partió de Cartagena de Indias en 1682, en la flota del marqués de Brenes, y cuyo naufragio cobró un saldo de 280 víctimas:

Llendo este testigo [Silvestre Pardo Espinosa] embarcado en la dicha nao llamada La Teresa y navegaron todo aquel día (8 de mayo de 1682) hasta las diez de la noche que descubrió el navío un agua grande irremediable… y sin embargo se mantuvieron hasta el otro día que fue sábado nueve del dicho mes a ponerse el Sol, que entonces se fue a pique con toda la gente y todo lo que llevaba y el testigo se halló en la mar.1

¿Qué hacían los pasajeros mientras se hundían los barcos? En tanto, los funcionarios y otros ilustres pasajeros que viajaban en la embarcación:

se fueron en la cámara de popa y se encerraron en ella […] el almirante, el veedor, el escribano real y el alférez de infantería… hicieron lo mismo en la chopa [toldilla] y camarote de arriba y la gente de mar, y soldados y pasajeros comenzaron a meterse debajo del alcázar e hicieron cruces de palitos y comenzaron a tomar imágenes y en esto hicieron demostraciones de actos de contrición abrazándose los unos a los otros, pidiendo perdón.

Esto anterior sucedió en Nuestra Señora del Juncal en octubre de 1631 que se fue a pique en los arrecifes de la costa de Yucatán, valiendo poco o nada los ruegos de la tripulación y los viajeros.2

Ante tales descripciones, entendemos que, desde tiempos inmemoriales, los hombres, especialmente los que vivían en y del mar daban toda clase de ofrendas a las deidades relacionadas con este elemento. Ya el romano Cicerón habló de ellas: “Tú que piensas que los dioses se desentienden de los asuntos humanos, ¿no te has dado cuenta, ante tantas tablas pintadas, que muchos, gracias a sus votos, han evadido la fuerza de la tempestad, llegando salvos al puerto?”.3

Afortunadamente, también poseemos un testimonio propio de nuestro pasado novohispano rescatado por la Gaceta de México en 1722:

Campeche.- De este Puerto salió vn Pacabot nombrado el gran poder de Dios, cargado de frutos de esta Provincia, […] en que dexó a su Provincia el Rmo. P. Commissario General Fr. Agustin de Messones, […] bolvió con grandes incomodidades en la dilatada peregrinación de mas de 400 leguas, […] por la distancia, y aspereza, fue precisso que dicho Rmo. P. se embarcasse en Pyraguas, como lo hizo en el Pueblo de Cañizal, por el Rio de Sumasinta hasta la Villa hermosa de Tabasco: de aquella Provincia se embarcó para Vera-Cruz, en cuya navegación padeció peligrosisimas tormentas, tanto, que quasi naufragando se encomendaron todos á S. Francisco Xavier, y haziendo voto el P. Secretario General Fr. Pedro de Navarrete, de hazerle un Navichuelo de plata, amainó la tormenta dio lugar a ancorarse, y pasar la Isla de Sacrificios (donde haziendo aguada hallaron algunos Idolillos, que demolieron) y de alli á la Vera-Cruz: Luego que llegó á México cumplió su voto colgando en la Capilla de San Francisco Xavier, que se venera en la Parrochia de la Santa Vera-Cruz, un navio pequeño en señal de su reconocimiento.4


Lo que ofreció fray Pedro Navarrete a san Francisco Xavier, para que los librara de morir ahogados es, a todas luces, lo que hoy conocemos como un “exvoto”. Un exvoto es, según diversas fuentes, una “ofrenda que los gentiles depositaban a sus dioses” en santuarios o lugares de culto. A esta definición se le añade la característica de que tiene el valor de agradecer un favor obtenido.

Como es sabido, existe una gran variedad de exvotos, entre los que se encuentran —relacionados con el tema marino— barcos de diversos materiales que se han colgado dentro de los templos para atestiguar y agradecer el milagro, como ocurre en el Templo de la Merced, en San Luis Potosí; o fuera de ellos, como en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en la Ciudad de México, así como con aquellos elementos colocados por las tripulaciones de los navíos, como redes, cadenas, arpones y otros elementos propios de la navegación.5 No faltan tampoco aquellos pequeños retablos que, con una ilustración y un texto dan testimonio, como lo dijo Cicerón, de la intervención divina.

El viejo refrán marino sobre el azar y los mares ya no tiene tanto efecto conforme la tecnología avanza. Los mapas y las cartas marinas se han modernizado: ahora existen radares, sonares y toda clase de sofisticados instrumentos para navegar, e incluso para transitar por el interior del mar con submarinos y batiscafos. No obstante, todavía no hay tecnología que pueda detener tormentas o impedir el pánico de los pasajeros ante un oleaje “picado”, detectar la aparición de un tiburón entre los practicantes de surf o la falta de peces que busca atrapar un barco pesquero, entre otros sucesos que con seguridad aumentarían la colección de exvotos relacionados con el mar y el agua.

1 Pablo Emilio Pérez-Mallaína Bueno, El hombre frente al mar: naufragios en la carrera de Indias durante los siglos XVI y XVII, 1ª. Reimp., Sevilla, Universidad de Sevilla, 1997 (AMERICANA No. 15), p. 112.

2 Ibidem, p. 51.

3 Fina Parés “De la naturaleza de los dioses” citada por Thomas Calvo en “El exvoto: antecedentes y permanencias” en Dones y promesas, 500 años de arte ofrenda (exvotos mexicanos), Centro Cultural Arte ContemporáneoFundación Cultural Televisa, México, 1996, p. 32.

4 Tomado de: Gaceta de México, del 1 de febrero de 1722, p. 974. Consultada en línea: http://www.hndm.unam.mx/consulta/publicacion/visualizar/558075be7d1e63c9fea1a29f?tipo=publicacion

5 Thomas Calvo. Idem


La página web del Instituto

Desde la fundación del Instituto Cultural Mexicano Libanés, en 1987, nos fijamos como meta que fomentaríamos la cultura mexicana y libanesa a través de cualquier medio que fuera accesible para todos quienes gustan de ella, y así quedó establecido en la Carta Constitutiva del mismo.

La cibercomunicación en nuestros tiempos ha tomado una importancia por demás relevante. Por ello, y con el fin de librar de alguna manera los problemas que ha traído consigo la pandemia, nos dimos a la tarea de hacer la página web oficial del Instituto para facilitar el acceso a nuestros programas. Hemos iniciado nuestro diseño con menús accesibles y atractivos para que quienes ingresen a la página lo hagan sin batallar por lo que buscan, por ello nuestra barra de menús es fácil y clara. En ella verán, de forma simple, qué artículos hay y por quién están desarrollados. Para facilitar el acceso a todo nuestro contenido hemos escogido personas sumamente preparadas que, de forma clara, escriben los contenidos de nuestros artículos.

Lo más importante de esto es que quienes colaboran con nosotros lo hacen de manera desinteresada, lo que otorga más contenido a la página. Hemos seleccionado temas de interés general, por ejemplo, nuestro primer artículo habla de por qué el C.P. Alfredo Harp Helú tuvo la idea de crear el Instituto; otro artículo de suma importancia es el que detalla la inmigración libanesa a México, escrito por el Lic. Antonio Trabulse Kaim (†); otro es el referente a Cadmo, primer maestro de la humanidad, quien fue el que introdujo, a través de los griegos, el alfabeto que a la fecha utilizamos. Hay varios más que, al igual que los anteriores, son de gran interés.

Para hacer más amena la página, otra parte del menú contiene música mexicana y libanesa, misma que iremos enriqueciendo poco a poco hasta tener un acervo musical de gran relevancia.

Contamos con una galería en la que encontrarán fotos de Líbano: su montaña, atractivos turísticos, gastronomía, las instalaciones del instituto y mucho más. Igualmente, hallarán poesía y pensamientos de libaneses y de mexicanos de origen libanés, en los que verán fragmentos exquisitos, como el que escribió el gran Gibrán Kahlil Gibrán sobre el nacimiento del niño Jesús; un poema del Lic. Trabulse con motivo del día en que la colectividad mexicana de ascendencia libanesa entregó a la Basílica de Guadalupe la bandera de Líbano, y uno más, por demás soberbio, que el poeta ecuatomexicano hizo en honor de la ascendencia mexicana de origen libanés, hablando de la belleza y galanura del rebozo mexicano.

Estos y más temas interesantes podrán encontrarlos en el sitio: https://institutoculturalmexicanolibanes.com/ los invitamos a visitarlo.


Inmerso

La Biblioteca Henestrosa abre al público su primera exposición después del cierre de instituciones y espacios culturales a causa de la pandemia. Inmerso es una muestra de artes visuales que reflexiona sobre la realidad y la virtualidad.

Estamos inmersos en la era de la información, una época de incremento de la interdependencia y de cambios sin precedentes que están provocando una alteración radical en nuestra forma de comunicarnos, de actuar, pensar y de expresarnos. Vivimos intentando hacer un balance entre el mundo virtual y el real para actuar de forma más congruente en nuestro nuevo contexto social.

Sin embargo, cuando nos sumergimos en el mar de lo virtual, algunas cosas pasan frente a nosotros sin que nos demos cuenta; otras veces, cuando estamos en el plano de lo real, emergen muchos puntos ciegos entre estos dos universos. Esta exposición explora qué pasa a nivel visual en estos puntos, pero también muestra escenas donde lo virtual y lo real se atraviesan.

Estará abierta todo el mes de diciembre y enero de 2022.

Externar la reflexión a puertas cerradas

2021 fue un reto en la medida en que las condiciones de salud pública fueron prioridad al momento de tomar decisiones respecto a las actividades y proyectos que realizaríamos, y sobre los protocolos de seguridad a seguir. Sin embargo, una de las labores que debíamos continuar consistía en el proceso de catalogación del acervo de la Casa de la Ciudad, mismo que comenzamos a trabajar de la mano de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, al integrarnos a un equipo de catalogadores de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, y con quienes compartimos la experiencia en la mesa “Intercambio de conocimientos, experiencias y aprendizajes en tiempos emergentes”, dentro del VII Foro Itinerante de la Red de Unidades de Información de Oaxaca, RUIO, el 20 de julio de 2021.

Para darle continuidad al trabajo que se realizó con las distintas filiales de la FAHHO, participamos en una capacitación impartida por el Instituto DIA (Desarrollo de la Inteligencia a través del Arte). El resultado se reflejó en propuestas didácticas, como diversas exposiciones, y en la publicación de una revista infantil. Por otra parte, en el marco del Día Mundial de la Bicicleta realizamos, en colaboración con la Biblioteca Henestrosa, una exposición denominada Seis beneficios de usar la bicicleta que trata sobre las ventajas de usar este medio de transporte en un contexto urbano.

En cuanto a los procesos de divulgación en materia de urbanismo, comunidad y espacios públicos, continuamos con el pódcast Narrativas Urbanas, en el que los invitados, que habitan en distintas ciudades de Latinoamérica, comparten experiencias sobre lo que significa vivir en esas urbes. Además, proseguimos con los talleres virtuales de ciclismo en colaboración con Vixi Escuela, abarcando temas como el ciclismo en carretera, sillas para niños, bicimecánica y ciclismo en espacios públicos.

Este año iniciamos con el proyecto “Datos abiertos de la movilidad en Oaxaca” con el que esperamos proporcionar a la comunidad información acerca de cómo nos movemos y sobre las propuestas que se gestionan desde la ciudadanía. Se trata de una aplicación para la visualización de datos, que es posible gracias a la colaboración con ZENIT: Sistemas de Información Geográfica, Estadísticas y Proyectos. Esta iniciativa se irá nutriendo con las colaboraciones que se establezcan con gobiernos y organizaciones civiles. También se generó el documento de investigación Metropolización que ofrece al lector un conjunto de extractos sobre este tema, así como otros tópicos necesarios para enriquecer el conocimiento acerca de las ciudades como organismos vivos.

En enero de 2021 comenzó la construcción del Parque Bigarii, en Santo Domingo Tehuantepec. Este trabajo fue posible gracias a la colaboración con el Taller de Restauración de la FAHHO. La obra se concluyó al cabo de 9 meses de supervisión y seguimiento; se generaron patrones en el piso, un eje de diseño de árboles centrales, distintas texturas en el pavimento para determinar las diferentes áreas del parque, y se mejoró la conectividad transversal al eliminar rejas y obstáculos, así como la propuesta de la instalación de luminarias. De igual forma, se realizó el proyecto de intervención urbana para el callejón Guerrero, comenzando su construcción gracias al trabajo colaborativo del Taller de Restauración FAHHO.

El proyecto está ubicado en el Barrio San Sebastián, en Santo Domingo Tehuantepec, Oaxaca. La Casa de la Ciudad realizó el seguimiento y supervisión de la obra, que consistió, a grandes rasgos, en el diseño de patrones en el piso, franjas de circulación, mejoramiento de fachadas, integración de luminarias y vegetación. La obra fue concluida el mes de mayo del 2021.

La Propuesta de Circulaciones Viales para Santo Domingo Tehuantepec es un proyecto cuyo objetivo es proporcionar orden a la circulación de automóviles, permitiendo que se liberaran los congestionamientos y evitar que los habitantes fueran abrumados por el caos vial, que disminuía su calidad de vida. Se trata de conservar la característica de barrio con la que cuenta esta zona de la ciudad. Se generó también el Plan Maestro de Miradores y Espacios Públicos en Santo Domingo Tehuantepec, que comprende una investigación de campo que ubica los espacios públicos y remanentes espaciales en desuso; luego, se identificaron elementos con gran identidad en la ciudad y si, debido a la topografía, los espacios identificados son, o cumplen con la función de, miradores.

Con motivo del Día de Muertos se realizó la tercera edición de Tzompantli, una exposición en colaboración con el Taller de Gráfica Náhuatl, y Parque Bigarii, una muestra que reúne información acerca de la propuesta de diseño y construcción de este parque, cuyo objetivo consistió en cambiar la dinámica urbana del Barrio de San Sebastián.

La idea de estas exposiciones fue realizarlas al aire libre, aprovechando los espacios para adaptarnos a las circunstancias actuales. De esta forma damos a conocer el trabajo realizado a lo largo del 2021. Se trató de un proceso especialmente enriquecedor en el área de análisis, estudios, ordenamiento y mejoramiento de espacios públicos con miras hacia el 2022, año en el que esperamos que el público pueda disfrutar de la labor llevada a cabo desde el interior de la institución.


Origen de dos bibliotecas

Se dice que las bibliotecas personales son fiel testimonio de la vida y andanzas de quien se dedica a coleccionar. Sin embargo, la pasión de un verdadero bibliófilo no se reduce a la acumulación de libros, sino también de otros elementos que pueden integrar, armoniosamente, una biblioteca: fotografías, piezas arqueológicas, medallas, monedas, e incluso, sobres, sellos y documentos postales. Este fue el caso de don José Lorenzo Cossío y Cosío, quien nació en la Ciudad de México el 12 de mayo de 1902. Además de ser abogado de profesión era aficionado a la filatelia y la numismática, un apasionado de la arqueología, la historia y la literatura. Al final de su vida decidió irse a vivir con su esposa, la Sra. Victoria Gabucio, a la isla de Creta, donde financió investigaciones arqueológicas.

Todos estos intereses se ven reflejados en la colección que formó a lo largo de su vida y que actualmente resguardan las bibliotecas José Lorenzo Cossío y Cosío, una ubicada en las oficinas de Adabi de México, en la alcaldía de Coyoacán, y otra en las instalaciones del Museo de Filatelia de Oaxaca. La colección que se encuentra en las instalaciones de Adabi se compone de cuatro acervos: bibliográfico, documental, fotográfico y de objetos. El acervo bibliográfico está conformado por libros antiguos, históricos y modernos. Los libros sobre filatelia, así como una colección de correo aéreo y un pequeño acervo de documentos personales de tema postal, fueron donados por el Lic. Manuel Onofre Cossío Gabucio, hijo de don Lorenzo y heredero del mayorazgo de la familia Cossío, a la biblioteca del Museo de Filatelia de Oaxaca, que ahora también lleva el nombre de su padre como un homenaje al bibliófilo. Es por esto que dos bibliotecas fueron nombradas José Lorenzo Cossío, porque, en realidad, ambas tienen el mismo origen: el interés de un abogado estudioso y apasionado por la cultura universal.

La biblioteca de la Ciudad de México está clasificada por temas, entre ellos destacan: antropología, arqueología, arte, biografías, facsímiles de códices, derecho, historia, literatura, lingüística, numismática, obras generales y religión. Cabe señalar que la mayoría de los libros modernos son primeras ediciones y muchos de ellos dedicados por sus autores al Lic. José Lorenzo Cossío.

El archivo está conformado por el fondo personal de la familia Cossío —que refleja el interés del bibliófilo por el origen de su nombre— y por una colección de documentos antiguos. Por otro lado, el acervo fotográfico está integrado por imágenes en papel y transparencias correspondientes a la familia. Ambas bibliotecas pertenecen a la Fundación Alfredo Harp Helú, que considera de suma importancia las labores de conservación y difusión del patrimonio bibliográfico y documental, y trabaja para el fomento de estas tareas.


Legado y comunidades. Visita a la Mixteca

El patrimonio se constituye como una de las expresiones más valiosas de un grupo de personas. En él se encuentran vida y expresión, conocimiento, prácticas, las formas y lenguajes que nos separan de nuestra individualidad para conformarnos en una comunidad poseedora de un mismo legado.

Uno de los estados con mayor número de municipios en el país es Oaxaca, en el que estos se encuentran distribuidos a lo largo de una sinuosa y colorida orografía, sobre la que versan tantas herencias. La Mixteca es una de las regiones más grandes del estado; en esta, y en regiones de los Valles Centrales, Sierra Sur, Sierra Norte, Costa, Cañada e Istmo, la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca ha dedicado especial atención a la preservación del patrimonio histórico.

A principios de noviembre de 2021, los presidentes de la Fundación, María Isabel Grañén Porrúa y Alfredo Harp Helú, realizaron un recorrido en municipios de la región de la Mixteca. En su visita pudieron constatar la labor que recaba el esfuerzo de varios años, realizado por cada población con la asesoría y supervisión del Taller de Restauración FAHHO

Actualmente, a través del Taller de Restauración, la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca mantiene vigente la restauración de 21 bienes muebles e inmuebles en diferentes localidades. Entre los municipios visitados se encuentra San Mateo Yucucui, donde se realiza la intervención de la Casa Cural, un edificio alterado en su cubierta y en el que hoy en día se recupera la cubierta de teja y viguería de madera. Estas intervenciones se constituyen como parte de la 4.a etapa de trabajos. Durante las tres etapas anteriores la FAHHO colaboró con otras instituciones para la intervención de la cubierta, que en su intradós reserva una composición decorativa religiosa, además de retablos, pinturas y esculturas que, en conjunto, reúnen un discurso en torno a San Mateo Apóstol.

Una de las comunidades más valiosas por su carácter arquitectónico y vitalidad es San Pedro Yucunama, donde las casas tradicionales y su templo principal se despliegan en torno a calles empedradas que conservan limpiamente los elementos arquitectónicos iniciales. Aquí se realiza la intervención de la sacristía y del reloj de la comunidad, siendo esta una etapa más en la que se avanza luego de la intervención de las cubiertas del templo. En la Heroica Ciudad de Tlaxiaco la FAHHO contribuye, junto con el municipio, a la restauración de dos crujías del exconvento, una de ellas usada como teatro y punto de reunión para diversas actividades culturales y académicas de la población.

En Huajuapan de León, a través de Arquitectos Artesanos, la Fundación intervino siete espacios públicos: el palacio municipal deHuajuapan de León, el parque y quiosco de San Miguel Papalutla, una casona antigua de adobe, el parque, cubierta y cancha de basquetbol, en la agencia de Saucitlán de Morelos, y un parque en San Pedro Yodoyuxi. Durante la visita se entregó el antiguo reclusorio del palacio municipal, hoy convertido en un recinto para la cultura. En uno de los patios se encuentra la Fuente de la luz protegida por una cubierta móvil en la que se integra tejamanil, un material tradicional de la región. Comprometidos con la preservación del patrimonio en el estado, la FAHHO trabaja mano a mano con profesionales para salvaguardar los espacios que forman parte de la historia y la memoria de las comunidades.


Una exposición que celebra

En este tiempo que ha durado la contingencia sanitaria, el teletrabajo no se limitó únicamente a las labores de oficina. Recibir y redactar correos, hacer contabilidad o gestiones burocráticas corresponden tan solo a una arista de esta modalidad que nos permitió permanecer en casa. Sin embargo, a nadie se le ocurrió que incluso la creación de artesanías podría valerse de la tecnología de manera tan eficaz.

Una de las exposiciones que se encuentra abierta en el Museo Textil de Oaxaca lleva por nombre nu Kutisi’in iti creación en la distancia. Se trata de una colaboración entre artesanos de Kutch, India, y oaxaqueños provenientes de diferentes puntos del estado. ¿A quién se le ocurrió semejante locura? Porque funcionó a la perfección. En números anteriores de este boletín compartimos las reflexiones de dos de los grupos de artesanos involucrados. Primero, Arte Seda,1 de Teotitlán del Valle, y luego del Taller KITI KUATI, 2 de Putla Villa de Guerrero, Oaxaca. Hoy asistimos a la Sala Ixtle, en la planta alta del MTO, donde las voces de los artesanos nos reciben en su respectiva lengua, y vemos el resultado de esta creación en la distancia. ¿Así será de ahora en adelante? ¿Qué retos significan estas colaboraciones? ¿Todas tendrán los mismos resultados impresionantes?

En otro artículo de este número se habla del arte correo, que es, precisamente, el uso de los medios de comunicación disponibles —el servicio postal y toda la magia que lo envuelve— para comunicar, imaginar y crear arte. Estamos acostumbrados a ver piezas colaborativas: en cualquier exposición a la que asistamos siempre habrá una una pieza que diga: “Colaboración entre X y Y”, porque, finalmente, el arte y las demás manifestaciones culturales están basadas en el diálogo. Pero esta muestra, en este tiempo sin igual, tienen un aura particular.

Mi pieza favorita, pensé cuando la vi, es esta: un huipil rojo con cintas azules y, en el centro, unas explosiones en color amarillo y azul que, como cohetes del día de fiesta, celebran el estar vivos. Luego seguí caminando y vi un rebozo con unas pequeñas nubes en sus extremos; Este también es mi favorito, dije. Pero nunca he tenido un algo favorito, realmente. Así que miré la exposición en su conjunto: lino, algodón, seda, lana… Rojo, azul, amarillo, blanco… Cada una de las prendas contiene algo enorme, como un sueño, un agradecimiento, una crítica, un cuestionamiento, una charla en lenguas diferentes, pero todas, sin duda, celebran la unión que nos permite el arte.

Los invitamos a que visiten nu Kutisi’in iti-creación en la distancia que estará en sala hasta enero de 2022, así como las diferentes exposiciones que nos regala el Museo Textil de Oaxaca. Sin embargo, para los que se encuentran muy lejos, les compartimos la siguiente liga en la que encontrarán las cédulas y detalles de las piezas expuestas y los testimonios tanto de los artesanos oaxaqueños como de sus pares de la India: https://sites.google.com/museotextil.org/kutch-oaxaca/inicio?authuser=0

1 https://fahho.mx/madre-agua-taller-arte-seda-de-teotitlan-del-valle-oaxaca/

2 https://fahho.mx/arcoiris-de-mar-megdhanus-tanuu-taller-kiti-kuati/


Editorial

Un entorno más verde y cordial ha sido parte de los sueños de Alfredo Harp Helú. Este mes de octubre se cumplen 15 años de concretar esfuerzos constantes en este sentido y los cambios han sido notables: reforestación, captación de agua pluvial, plantación de árboles en las ciudades y atención a los ejemplares notables, apoyo a la investigación sobre la biodiversidad, la instalación de varios viveros de alta tecnología y un banco de germoplasma. Lo más importante ha sido enraizarnos con las comunidades para generar nuevos ecosistemas llenos de flora, pájaros y animales.

Los resultados son notorios, podemos sentir la sombra de 65 millones de árboles plantados conjuntamente, así como la humedad de varios jagueyes, que son pozas que captan los escurrimientos o filtraciones de agua. Ahora nos asombran las manchas verdes y las flores coloridas en medio de parajes pedregosos. Notamos que los usuarios del transporte público en Oaxaca se cobijan bajo los árboles plantados en las calles, y éstas se alegran con las copas verdes y las flores de cada estación. Los resultados nos animan a saber que somos más conscientes del cuidado del medio ambiente. Nos motiva haber conjuntado tantos esfuerzos con gobiernos, instituciones y miles de personas que participan en la reforestación de sus comunidades que, además, han involucrado a las nuevas generaciones. Hemos tenido el privilegio de trabajar de la mano de organizaciones comprometidas con el cuidado de la tierra y el respeto hacia la naturaleza.

Las experiencias de los viveros de alta tecnología en Oaxaca han motivado a reproducir los mismos esquemas en otras entidades de México como en Tabasco, Chiapas, Morelos y también en el extranjero, como Cuba y Líbano. Es un gusto saber que en otros lugares también se interesan por reproducir y sembrar la flora local.

La Fundación Harp Helú Oaxaca insiste en que es prioritario trabajar en este sentido, así que nuestras filiales también organizan actividades para hacer más conciencia social. Como muestra un botón: en este número del boletín veremos que el Museo Infantil de Oaxaca, además de cuidar los árboles notables de la estación del ferrocarril, prepara un jardín polinizador; desde la Casa de la Ciudad y el Taller de Restauración se realizan actividades para crear rincones más verdes y se emprenden proyectos de cohesión social en diversos parques del estado, por ejemplo, en Santo Domingo Tehuantepec, con la rehabilitación del Parque Bigarii, la Academia de Beisbol AHH y los equipos Diablos Rojos y Guerreros de Oaxaca se han sumado a las tareas de reforestación y del cuidado del agua en sus campos. La Naturaleza es uno de los temas preferidos en nuestras bibliotecas y sus acervos atesoran ejemplares dignos de ser compartidos. La Red de Bibliotecas Infantiles BS ha organizado, desde su apertura, exposiciones y talleres que acercan a las familias a la ciencia de una forma divertida y, en 2020, junto con la Coordinación de Medio Ambiente, idearon el proyecto ecológico El Hilo Invisible de la naturaleza, que habla sobre la relación de los más ínfimos detalles del medio ambiente con nuestra vida cotidiana. Por su parte, el Museo Textil de Oaxaca teje sin cesar alianzas que motivan al cultivo de tintes naturales y tejidos de arcoíris que nos enlazan de forma más íntima con las comunidades del estado.

La pérdida de la biodiversidad en el mundo es lamentable. Por ello es urgente señalar los riesgos y transmitir la necesidad de trabajar juntos por el correcto funcionamiento de los ecosistemas. Así, la tarea de la FAHHO en estos 15 años alienta a seguir trabajando. Como dice Alfredo Harp Helú: “Reforestar, reforestar y reforestar: sembremos verde y tendremos entornos llenos de vida”.

Este mes de octubre también celebramos otro aniversario importante: los diez años del Centro Cultural San Pablo, una hermosa burbuja que nos permite respirar en paz. Luego de una sistemática restauración, este edificio histórico ha sido adoptado por la ciudadanía como un punto de encuentro y recreación. En él podemos escuchar música en vivo y risas
infantiles; las mujeres suelen reunirse a tejer al atardecer, nos sorprenden los cuentacuentos que alegran a las familias y los investigadores que desean un lugar tranquilo y con buenos libros para leer. Motivan las exposiciones llenas de espectadores, los seminarios, conferencias, conciertos, óperas y obras teatrales repletos de un público interesado en el quehacer cultural. Nos encanta recibir a los pequeños cuando montan felices el carrusel o bien ante el asombro y la alegría que causó un dinosaurio T-Rex.

San Pablo es un sitio donde los niños pueden correr tranquilamente y gatear entre libros, un lugar donde los enamorados pueden ver salir las estrellas o cualquiera puede acurrucarse a ver una película en el Cinema Petate. Las puertas de flores anudadas por Francisco Toledo se abren al público cada mañana para sentir el arte, la cultura, el entretenimiento y la diversión, pero, sobre todo, para hacer comunidad y sumar a la ciudad de Oaxaca una calle y un espacio que multiplican sus veinticinco siglos de historia y que forja diariamente un nuevo camino colectivo.


La transfiguración de una obra producida por el tiempo

Hace 2 881 años, en el 800 a. C., una civilización reservó uno de los testimonios de lo que, al día de hoy, se conoce como la primera ocupación humana del actual Centro Histórico de Oaxaca de Juárez. El vestigio fue hallado a pocas cuadras de la antigua plaza mayor de la ciudad, a cuatro metros de profundidad. La edificación de San Pablo, el primer monasterio de la ciudad, comenzó en 1529, con 2 329 años de diferencia.

La orden dominica comenzó la construcción inicial en doce solares que había recibido, pero sucumbió quedando únicamente los cimientos y arranques de muro. A principios del siglo XVII, luego de su reconstrucción, el edificio fue vulnerado nuevamente por algunos temblores que propiciaron su abandono y, a mediados del mismo siglo, Fray Francisco de Burgoa decidió retomar la reconstrucción y vender las esquinas del atrio para recaudar recursos para dicha obra.

Al pasar el tiempo el recinto perdió tres callejones que funcionaban como acceso, y su fachada quedó oculta detrás de las casas y comercios de los nuevos propietarios del atrio. Se sabe que el edificio fue ocupado de 1830 a 1860 por el Instituto de Ciencias y Artes, para después pasar a manos del estado gracias a la Ley de Nacionalización de Bienes Eclesiásticos; en ese periodo se demolió la parte oriente del edificio para abrir paso a la calle de Fiallo y el resto fue fraccionado y vendido a particulares. En los últimos años del siglo XIX el monasterio fue removido paulatinamente de la vista de la ciudad y de la memoria de sus habitantes: el lado oriente del claustro se convirtió en hotel y bar; las accesorías del lado norte, en comercios, como una pastelería, papelería y oficinas de una aerolínea y de contaduría; del lado sur cumplía como casa-habitación y una de las ocupaciones menos esperadas fue la de estacionamiento. En estas partes aisladas todavía se podían encontrar los testimonios de la construcción dominica.

Pasaron cerca de 150 años para que sucediera el redescubrimiento de la construcción de San Pablo, en el año 2006; habían transcurrido varias generaciones sin conocer el primer monasterio de Oaxaca. Aunque a nuestra vista es un edificio inmutado, para su rescate fueron necesarios ocho predios, cuya adquisición requirió de un largo proceso de negociación con los propietarios así como de sensibilización para lograr la recuperación histórica que estaba por iniciarse. Para llevar a cabo la restauración del Centro Cultural San Pablo se invirtieron 197 millones de pesos y se contó con eltrabajo de cerca de 500 personas.

El reconocimiento y rescate del convento fue posible gracias al trabajo organizado de un gran equipo de especialistas. Desde el año 2006, y durante los siguientes cinco años, se contó con la participación de arqueólogos, antropólogos, restauradores de bienes muebles, ingenieros, artistas, historiadores, contadores, administradores, arquitectos y arquitectos restauradores; además del trabajo y dedicación de maestros constructores, albañiles, carpinteros, herreros, canteros, entre otros.

El equipo de arqueología trabajó durante cuatro temporadas que fueron del 2006 al 2011. Los vestigios identificados en San Pablo contribuyeron a enriquecer los estudios sobre las primeras ocupaciones humanas en la zona del centro; hallazgos de entierros, tuberías de barro, cerámica, vidrio, huesos de animales, piedra, restos de muros y cimentaciones encontradas brindaron referencias de las diferentes ocupaciones, usos y evolución del inmueble.

Sobre los muros y bóvedas se realizaron calas estratigráficas que mostraban de seis a catorce capas de pintura sobrepuestas. Estas fueron interpretadas por los especialistas en restauración de bienes muebles y confirmaron los distintos usos del edificio: las capas develadas expusieron parte de la decoración realizada en el siglo XVII; también mostraron algunos letreros del siglo XIX que revelaban los espacios que albergaron al Instituto de Ciencias y Artes y, finalmente, dejaron ver la decoración correspondiente a los usos que se le dieron durante el siglo XX.

La extracción de más de seis mil toneladas de agregados se dio luego de una amplia investigación histórica, acompañada de detallados registros de dimensiones, sistemas constructivos y deterioros, además del análisis de casos análogos, la revisión de tratados de arquitectura para la reconstrucción geométrica de elementos faltantes y múltiples dictámenes estructurales cotejados con los hallazgos arqueológicos y de restauración.

El callejón San Pablo, una sección del atrio recuperado, dignifica el acceso al antiguo recinto. Desde aquí es posible apreciar la sobriedad de la fachada, rematada por un frontón triangular y un óculo reconstruido desde la concepción de los dominicos. Detrás de estos se encuentra la cubierta de madera del coro en la que se demuestra la posibilidad constructiva y de materiales de la época. A un costado, el monasterio reluce su portería y patio de dómina, elementos que anteceden al antiguo claustro; en este espacio la luz recorre nuevamente las pilastras de cantera, y la arquería, una vez cegada, cede nuevamente el paso para iluminar los deambulatorios.

En el claustro, una esbelta estructura reversible —construida con acero y vidrio— frente al mamposteo centenal de piedra y tierra, equilibran el paso del tiempo, dialogan separado uno del otro en similitud a la transición que existe entre los siglos de su edificación. El espacio recuperado mediante esta estructura sustituye las celdas demolidas en 1960. La obra contemporánea reserva una sobriedad acorde al recogimiento espiritual y académico de la obra antigua; en sus deambulatorios, Sala De profundis y celdas se puede leer la decoración mural y, a través de ventanas arqueológicas, escuchamos ecos de las diferentes épocas y usos del inmueble.

La intervención y recuperación del Centro Cultural San Pablo afirma la posibilidad de transfigurar una obra producida por el tiempo en su lado más digno y utilitario, gracias a la reunión sabia y diversa de múltiples conocimientos y habilidades. La humanidad y el impulso preciso de Alfredo Harp Helú y María Isabel Grañén Porrúa hicieron de este inmueble un espacio distintivo de Oaxaca, un recinto virtuoso para el enriquecimiento humano.


Semillas, raíces y árboles, tres lustros de conciencia en Oaxaca

Veo dondequiera en la naturaleza, por ejemplo en los árboles,
capacidad de expresión y, en cierto modo, un alma
.
Vincent van Gogh


Las manos del árbol tienen las uñas sucias de azul a fuerza de excavar dentro del cielo.
Fabrizio Caramagna

En 2006, la Fundación Alfredo Harp Helú, conjuntamente con el Gobierno del estado y el Gobierno de Suecia, a través de su Embajada, dan inicio al proyecto para crear la infraestructura de producción de planta más importante que haya tenido el estado de Oaxaca.

En esta primera etapa, la Fundación donó 15 viveros tecnificados y el equipamiento de un banco de germoplasma; adicionalmente, el gobierno estatal realizó gestiones para establecer 32 viveros más en las ocho regiones del estado. Esta infraestructura de 47 viveros tenía una capacidad para producir 40 millones de árboles.

El Proyecto de Transferencia de tecnología convenido con Suecia, además de la instalación de la infraestructura, incluía el paquete tecnológico de producción de plantas, la formación y capacitación de cuadros técnicos locales para la operación de la infraestructura y la aplicación del paquete tecnológico, así como la recolección de germoplasma. Para esta capacitación colaboraron especialistas de Suecia, Sudáfrica y Costa Rica.

En la primera fase del proyecto, la federación, juntamente con el Gobierno estatal y la FAHHO, lograron una producción de 65.5 millones de árboles que sirvieron para realizar los proyectos de conservación de suelos, restauración y reforestación social en Oaxaca, lo que generó empleo en el sector rural.

Este proyecto de infraestructura para la producción de planta se amplió a otros estados de la geografía nacional donde la Fundación donó viveros tecnificados: dos al estado de Chiapas para apoyar a organizaciones sociales de comunidades cafetaleras en la Reserva de la Biosfera El Triunfo; un vivero en San Pedro Balancán, Tabasco, que operó en coordinación con la Dirección Forestal de ese estado, y, por último, un vivero en Morelos, donde se coordinaron los trabajos con la Comisión de Medio Ambiente.

Fuera de México, la FAHHO hizo una donación a la Quinta de los Molinos, en Cuba, a petición del historiador y restaurador de la Habana Vieja y su Centro Histórico, Eusebio Leal, y apoyó con un vivero a Líbano, en Bcharré, para la producción del clásico Cedrus libani o cedro libanés.

En 2018, en una segunda etapa del proyecto, la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca inició el Programa de Reforestación Social, que se promueve y ejecuta en Oaxaca, rehabilitando 11 viveros tecnificados ubicados en seis regiones del estado. A la fecha, se han producido y donado 15 millones de árboles, y junto con autoridades agrarias, municipales, organizaciones de la sociedad civil, particulares, pequeños propietarios e instituciones ambientales y educativas de los tres niveles de gobierno, asumimos el compromiso de reforestar cuencas, microcuencas y áreas degradadas, reforestación para el aprovechamiento de leña combustible, reforestación urbana y en los márgenes de los ríos, siembra de frutales en traspatio y de magueyes silvestres.

Con este proyecto logramos tener presencia en 412 municipios y 692 localidades de las ocho regiones del estado de Oaxaca.

Adicionalmente, la FAHHO también ha realizado trabajos de reforestación urbana en la ciudad de Oaxaca, donde ha sembrado y dado manejo inicial a un total de 4325 árboles de diferentes especies de más de tres metros de altura; ha donado 40752 árboles para apoyar la reforestación en colonias, parques, centros educativos y municipios conurbados, y se reforestó y restauró un área de 17.5 hectáreas, donde se sembraron 21000 árboles de diferentes especies, incluidas especies nativas.

Se han producido y donado 15 millones de árboles, y junto con autoridades agrarias, municipales, organizaciones de la sociedad civil, particulares, pequeños propietarios e instituciones ambientales y educativas de los tres niveles de gobierno.

Impulsamos estas iniciativas porque en la FAHHO estamos convencidos de que reforestar las cuencas y microcuencas permite la recuperación de bosques y selvas, lo que es fundamental para el sostenimiento de la biodiversidad, la captura de carbono, la formación y protección del suelo, la mitigación de los daños por desastres naturales y la regulación del ciclo del agua y del clima.

Han sido 15 años de responsabilidad compartida con el Proyecto. A las labores de la FAHHO en pro de la naturaleza se han sumado miles de personas de las ocho regiones del estado de Oaxaca, quienes han participado en la recolección de semillas, en la producción, en la siembra y cuidado de los árboles, acciones que han generado conciencia y un gran movimiento a través de la reforestación social. Se han ganado espacios afectados por la deforestación causada por incendios, plagas, cambio de uso de suelo, y en los que cada año se pierde un promedio de 20 000 hectáreas que representan 20 millones de árboles. Ante este escenario, la FAHHO ratifica su compromiso con el medio ambiente de Oaxaca y de otras regiones del país, porque consideramos que una de las acciones más importantes para mitigar el cambio climático y para proteger este gran patrimonio natural que poseemos en Oaxaca, y en toda la república, es ¡reforestar, reforestar y reforestar!

El gran motor de nuestros proyectos es don Alfredo Harp Helú, siempre entusiasta y comprometido con los temas de reforestación y cuidado del medio ambiente. A pesar de que algunos aliados no siempre han cumplido sus ofrecimientos, él optimista, está decidido a hacer un cambio notable para mejorar los ecosistemas. Y realmente, sorprende que con su indiscutible apoyo se hayan logrado tantos retos a favor de la Naturaleza en estos primeros quince años. Es un privilegio trabajar a su lado, pues su único interés es el beneficio común y del planeta.

Y, como bien dice Joaquín Araújo: “Quien planta árboles está al lado de la eternidad. Nuestra codicia legítima de más bosques es la búsqueda de una humanidad más humana”.

INVERSIÓN DE LA FUNDACIÓN EN EL ESTADO DE OAXACA. 15 VIVEROS CONSTRUIDOS, 21.95 MILLONES DE ÁRBOLES PRODUCIDOS Y DONADOS
INVERSIÓN DE LA FUNDACIÓN FUERA DE OAXACA. 5 VIVEROS CONSTRUIDOS

San Pablo: 10 años, 25 siglos y una exposición en camino

Este mes se cumplen diez años de que el antiguo convento de San Pablo abriera sus puertas al público transformado en un lugar de encuentro con el conocimiento, la cultura y el arte. Ha sido un periodo tan lleno de vivencias y actividades, que resulta abrumador considerar que se trata tan solo del más breve y reciente capítulo de una historia colmada de sucesos y cambios.

¿Cómo podemos saber acerca de lo que sucedió en este lugar con el paso de los siglos? ¿Quiénes estuvieron aquí antes que nosotros? ¿Qué tan antigua es esa historia?

Cabe recordar que hacia el año 2005 el edificio del exconvento se hallaba oculto, fraccionado e irreconocible detrás de fachadas añadidas, arcos tapiados y muros sobrepuestos. Solo algunas personas informadas sabían que en esa zona del centro había estado el primer convento de Oaxaca, pero los detalles que se conocían de esa historia eran vagos e inconexos.

Durante los siguientes seis años, a la par que se llevaba a cabo la restauración, se desarrolló una amplia investigación con el objetivo de conocer la historia y características del edificio. El historiador Sebastián van Doesburg, al frente de un numeroso grupo de profesionistas, localizaba e interpretaba documentos y testimonios, mientras el arquitecto Gerardo Virgilio analizaba las evidencias que presentaban los muros y cimientos que se iban liberando, así como las escasas representaciones del convento en planos de la ciudad. Un tercer equipo se afanaba en el subsuelo: arqueólogos y antropólogos físicos —especialistas en reconstruir el pasado a partir de sus evidencias materiales— localizaron antiguos pisos, cimientos y tuberías; también hallaron una gran diversidad de objetos que, por azares del destino (o por voluntad de sus poseedores), quedaron enterrados, así como restos óseos de personas y animales.

Toda la información recabada, y su posterior análisis, resultó fundamental para orientar las decisiones y soluciones del proyecto de restauración. Además, permitió conocer muchos detalles acerca del lugar que ocupó San Pablo en la historia del Valle de Oaxaca, primero como sede de los dominicos y parroquia de los pueblos nahuas, mixtecos y zapotecos de los alrededores de Antequera y, posteriormente, como sede del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca.

Se pensaba que las excavaciones arqueológicas revelarían testimonios acerca del establecimiento del convento. Si acaso, que se encontrarían vestigios relacionados con el pueblo de Huaxyacac establecido por los mexicas en el siglo XV. Pero lo que nadie imaginó fue lo que sucedió: se localizaron cimientos de piedra, entierros y ofrendas de cerámica que datan del año 500 antes de Cristo, la misma época en que Monte Albán estaba siendo fundada en lo alto de un cerro.

Así, las investigaciones que se realizaron en torno a la restauración de San Pablo vinieron a enriquecer e incluso a cambiar la historia conocida del centro de Oaxaca. Pero, además, permitieron recuperar una gran cantidad de objetos en los que esa historia se vuelve tangible. Esas piezas se estuvieron limpiando, restaurando e inventariando, mientras San Pablo iniciaba su nueva vida como espacio cultural. Luego permanecieron resguardadas hasta que, recientemente, la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova inició gestiones ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia para recibirlas en préstamo y generar una exposición que permitiera compartirlas con el público.

Estos meses en que la emergencia sanitaria ha obligado a un cambio de actividades, nos han permitido disponer del tiempo suficiente para reunir y analizar nuevamente toda la información y los registros, para luego diseñar y producir un proyecto expositivo en el que estaremos compartiendo una selección de las piezas recuperadas junto con algunas fotografías e información que las contextualice.

Los objetos de cerámica, que datan del 500 al 300 a.C., resultan piezas muy bellas que nos remiten a las prácticas funerarias, a los paisajes y a las formas de subsistencia de esa época. Además, se vinculan a un replanteamiento acerca del rol que tuvieron las comunidades del centro del Valle de Oaxaca en la fundación de Monte Albán y en los primeros siglos de su desarrollo.

El siguiente periodo con evidencias es el Posclásico Tardío, cuando el centro de poder zapoteco en el Valle se había trasladado a Zaachila y había asentamientos mixtecos y mexicas en la zona. Los pocos objetos recuperados nos permiten especular que el área donde se asienta San Pablo era en esa época, posiblemente, una zona poco poblada, quizá un área de cultivos del muy cercano pueblo de Huaxyacac.

Vinculados al siglo XVI y a la fundación del convento dominico se encontraron objetos de cerámica, figurillas y monedas que nos hablan de una época de contacto, mezcla y sustitución entre la cultura material de los recién llegados europeos y la de los pueblos que vivían en el Valle. En cambio, las piezas localizadas correspondientes a los siguientes dos siglos remiten por completo a la vida conventual y a los inmuebles que poseían los dominicos.

Del siglo XIX tenemos un interesante conjunto de objetos que refieren a una ciudad de Oaxaca con un rol protagónico en la vida política nacional y vinculada comercialmente con el mundo. Estos objetos son un vínculo tangible y entrañable con la historia. En particular, podemos observar los procesos diversos, importantes y antiguos que ha vivido el área del actual centro de la ciudad. La exposición se colocará en el interior de la biblioteca, en donde tenemos libros y documentos que son el complemento ideal para construir un conocimiento sobre el tiempo pasado y el presente de las culturas que han conformado al Valle de Oaxaca.

Tan pronto abramos nuestras puertas nuevamente al público, les estaremos informando para que, con las medidas de seguridad adecuadas, puedan disfrutar de tan magnífica exposición que preparamos para ustedes.


Jardín polinizador

El Programa de Reforestación Social de la Coordinación de Medio Ambiente de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca cumple 15 años, y lo tomamos como inspiración en el Museo Infantil de Oaxaca. Este programa, que tomó como base los grandes proyectos de reforestación del maestro Rodolfo Morales, y de sus caminos de jacarandas que adornan y dan la bienvenida a su natal Ocotlán, también inspiró los programas de educación ambiental del Museo dirigidos a los niños.

Al inaugurar el MIO también llegaron las solicitudes de los ambientalistas de la ciudad que pedían atención y cuidado de dos árboles notables ubicados en el museo: el higo del Valle y, especialmente, el Ahuehuete, el árbol más longevo de la ciudad. Fue así que, durante la andanza y diseño de los proyectos educativos, asumimos la responsabilidad de cuidar el arbolado no solo notable, sino urbano de la estación del ferrocarril. Cabe destacar que a este proceso se sumaron la comunidad y las dependencias municipales y gubernamentales.

Las singulares características que nos regala el MIO las aprovechamos en nuestro quehacer diario, porque gracias a ellas estudiamos la edad de los árboles, su suelo, las especies y también los riesgos a los que se enfrentan. Compartir con los niños esta experiencia ha sido uno de los procesos más enriquecedores.

Estamos ansiosos de volver a encontrarnos en el museo en 2022, porque contaremos con el nuevo jardín polinizador de plantas nativas de Oaxaca que proveerán de alimento, refugio, agua y espacio a polinizadores como abejas, colibríes, escarabajos, entre otros. Además, instalaremos hoteles de insectos que les darán cobijo y que nos ayudarán a polinizar plantas de ornato y hortalizas, así como a combatir de manera natural las plagas que estas presentan. También contaremos con nuevas áreas de compostaje y lombricompostas que nos permitirán conocer, en conjunto, diferentes opciones de generar nuestro propio abono para el enriquecimiento del sustrato de nuestros queridos árboles. Tendremos muchas sorpresas al volver, y esta sin duda será una de ellas, a propósito de los 15 años del Programa de Reforestación Social de la FAHHO.


Diez años de ser un regalo para México

El 26 de noviembre de 2011 abrió sus puertas el Centro Cultural San Pablo, en medio de la algarabía por el rescate del convento dominico del siglo XVI. Han pasado ya diez años desde su inauguración y las imágenes y noticias de sus hallazgos aún nos maravillan como entonces:

Luego de décadas en el olvido, los restos de lo que fue el monasterio de Santo Domingo de Soriano (San Pablo) comienzan a emerger. Un ambicioso proyecto de restauración busca recuperar parte del convento original y convertirlo en una institución con fines culturales y académicos.

Ya desde 2006 la FAHHO había impulsado un minucioso proceso de investigación e intervención de aquel espacio lleno de historia, pues, además de ser un convento dominico, en el siglo XIX alojó al Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca que destacó por su vocación educativa.

También fue vecindad, hotel y hasta un estacionamiento. Sus diferentes usos habían borrado el antiguo esplendor, luego de retirar más de 6 000 toneladas de concreto.

Lo sorprendente es que se encontraron todas las columnas y los arcos de todo el primer claustro. Aunque sí están deterioradas. También, se encontraron vestigios de cornisas, capiteles, bases.

La apertura del antiguo callejón, entre las calles de Independencia e Hidalgo del centro de la ciudad de Oaxaca, permitió volver a admirar la fachada y el atrio original, “ocultos durante 150 años y que se perdieron de la memoria e imaginarios colectivos”.

También se encontraron cimientos prehispánicos y restos óseos de más de 2 500 años de antigüedad, pertenecientes a la etapa del nacimiento de Monte Albán.

Los hallazgos de San Pablo son realmente importantes y se les debe dar ese reconocimiento porque en ninguna otra parte de la ciudad de Oaxaca, en los Valles Centrales, se había hecho una investigación metodológica y sistemáticamente.

De esta manera, el Centro Cultural San Pablo renació de las ruinas en 2011 como un espacio académico que retomaba su antigua vocación; dedicado en principio a la reflexión sobre las lenguas, historia, costumbres, tradiciones y cultura material de los pueblos originarios de Mesoamérica, su labor se ha enriquecido con actividades culturales y expresiones artísticas diversas, de las que han sido testigos más de 1811449 personas.

Celebramos que en estos diez años nuestros espacios han sido partícipes de una gran cantidad de eventos culturales: conciertos, talleres, funciones de cine, exposiciones, conferencias, puestas en escena, festivales, presentaciones de libros, congresos, charlas, expoventa de textiles, entre muchos más.


Arbolado urbano: Parque Bigarii

El Parque Bigarii se encuentra en el mismo cuadro en que podemos ubicar al exconvento dominico de Santo Domingo Tehuantepec, mejor conocido como El exconvento del rey Cosijopi. También a unos metros se encuentran el palacio municipal y el mercado Jesús Carranza, entre otros sitios de importancia para la comunidad tehuana. Este parque, que lleva el sobrenombre del cantante Virgilio Márquez Bigarii, se ubica, entonces, en una zona estratégica, pero requería de varias adecuaciones para su óptimo aprovechamiento.

Debido a sus características, se trataba de un espacio poco utilizado. Por ello, el objetivo de la restauración fue crear las condiciones y convertirlo en un lugar de encuentro para la comunidad, de esparcimiento, recreación y difusión de la cultura.

De esta forma, en septiembre de 2021 terminaron los trabajos de remodelación del parque: se agregaron distintos tipos de pavimento, gradas, filtros de agua y un diseño de microclimas con flora de la región. Respecto a este elemento, se contempló la protección de las especies endémicas y la reubicación de arbustos y plantas de ornato. También se procuró la conservación de los árboles que ya existían en el parque y la plantación de nuevos ejemplares para seguir reduciendo la temperatura del suelo, ya que el clima de la zona, aunque es tropical, puede llegar a ser bastante caluroso.

Dada la importancia de preservar las especies características de la región, así como los árboles frutales, debido a sus servicios ambientales y sociales, tan solo en este espacio se plantaron diez especies de árboles: una palmera de abanico mexicana, tres palmeras reales, ocho palmas areca, seis árboles guiechachi, uno de limón, dos de guayaba, uno de guiexhoba y dos de mango, dos robles y un árbol de nim.

La razón por la que se reubicaron los árboles, tanto en recorridos como en zonas de descanso, es la generación de microclimas, ya que las áreas arboladas modifican significativamente la temperatura, de tal forma que son indispensables para su regulación. Está demostrado que las áreas con microclimas mejoran el ambiente de las ciudades, el cual ya está afectado por el sobrecalentamiento que generan el asfalto y las construcciones, así como las dinámicas cotidianas y actividades domésticas e industriales:

Los árboles contribuyen a disminuir la contaminación de todo tipo presente en las ciudades. Disipan la polución del aire, amortiguan los ruidos, protegen el agua, la fauna u otras plantas, controlan la luz solar y artificial, disipan los malos olores, ocultan vistas desagradables y controlan el tráfico peatonal y vehicular […] [La] disminución de la exposición de los suelos a los efectos del agua tanto por el impacto vertical (lluvia) como por arrastre (escorrentía) minimizando la
erosión.1

Como parte integral del proyecto, y entendiendo que el adecuado manejo del agua también es parte de los servicios ambientales, se procuró la permeabilidad del suelo en la zona. Por lo regular, una ciudad es un elemento impermeable que fomenta la erosión de los suelos y evita la recarga de los mantos freáticos, pues los pavimentos que se utilizan (el concreto hidráulico) son impermeables. Lo que se pretende en el Parque Bigarii es conservar y aumentar la mayor cantidad de filtros de agua: la zona de los juegos infantiles es un área permeable, pues no se colocó pavimento y, en las áreas donde sí lo hay, se incorporaron filtros en forma de totopos, cuyos pequeños huecos permiten el paso del agua. También el área de los árboles, libre del alcorque2 que se encuentra en la banqueta, y el área de la plaza, permiten la filtración.

De esta forma, el parque cuenta ahora con 27 árboles sanos y un suelo permeable. El objetivo es que el espacio funcione como una infraestructura verde que proporcione ciertos servicios ambientales y sociales para mejorar la calidad de vida de las personas que habitan Santo Domingo Tehuantepec. En resumen, los servicios socioambientales que brinda el parque son: el agua, los microclimas y las áreas verdes.

El medio ambiente de una ciudad está compuesto por la interacción entre los elementos construidos y los elementos naturales, por lo tanto, no es lo mismo hablar de un medio ambiente natural que de un medio ambiente construido. Sin embargo, el objetivo del urbanismo, aplicado en este caso al Parque Bigarii, es buscar que exista un equilibrio entre lo construido y lo natural, y que, sobre todo, mejore la calidad de vida de los ciudadanos.

1 “Diseño preliminar del manual verde”, Jardín Botánico, Universidad de Los Andes, 1998.

2 Hoyo que se hace al pie de una planta o de un árbol para retener el agua de la lluvia o del riego.


Centro Cultural San Pablo, patrimonio mundial

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) otorga el título de Patrimonio Mundial o Patrimonio de la Humanidad a todos los sitios de importancia cultural o natural que poseen un valor universal excepcional, por lo que merecen ser especialmente conservados para el disfrute de las generaciones futuras.

Con el objetivo de garantizar la protección y una conservación efectiva de este patrimonio, en 1972 se llevó a cabo la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en la cual se conformó una comunidad internacional con la misión de identificar, promover, salvaguardar y resguardar esta herencia cultural. Hasta la fecha, 193 países han ratificado esta convención, entre ellos México, los cuales han generado una lista de 1121 sitios entre culturales, naturales y mixtos.

Actualmente, México cuenta con 35 bienes culturales y naturales registrados como Patrimonio de la Humanidad, entre ellos, desde 1987, el Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca. Este sitio conserva su arquitectura distintiva, en donde encontramos construcciones que albergan una tradición cultural de más de cuatro siglos de arte e historia. Los monumentos religiosos y las peculiares fachadas de colores se combinan para crear un paisaje urbano y colonial, en donde gracias a los distintos proyectos de conservación y restauración, pareciera que el tiempo se ha detenido en algunos puntos.

En el 2013, en la capital oaxaqueña, se llevó a cabo el XII Congreso Mundial de la Organización de las Ciudades del Patrimonio Mundial, este encuentro reunió a alcaldes de distintos países, los cuales compartieron las diferentes experiencias y estrategias para la protección de este tipo de patrimonio. Ese mismo año, Correos de México, emitió una estampilla postal especial con el tema Patrimonio Mundial, con motivo de este acontecimiento.

En esta emisión se plasman las fachadas del Templo de San Matías Jalatlaco y el exconvento de San Pablo. El templo de San Matías fue construido en 1713, y fue considerado monumento histórico por la Comisión de Avalúos de Bienes Nacionales desde 1941. Entre sus principales características arquitectónicas se encuentra su conformación con una sola nave, resguardada mediante una bóveda de cañón.

Ubicado en el centro de la ciudad de Oaxaca, el exconvento de San Pablo tiene una historia muy particular. Después del abandono de los dominicos a inicios del siglo XVII, sus muros han hospedado la imprenta municipal, el Instituto de Ciencias y Artes y un cuartel militar. En 1862, el gobierno municipal decidió dar cauce a la calle de Fiallo por lo que ordenó la demolición de una parte de San Pablo. En ruinas, el gobierno vendió el exconvento, para convertirse luego en una vivienda y más tarde en un hotel. Actualmente, San Pablo es casa de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, gracias a lo cual continúa su legado de investigación y divulgación de las artes. Asimismo, es un espacio que ha logrado un vínculo directo con la comunidad, ya que protege y enaltece las tradiciones, valorando toda la herencia cultural del estado.

En esta emisión, la planilla postal que contiene a las estampillas se presenta en el formato denominado téte-béche, que en francés significa “pies contra cabeza”, en el que la estampilla se encuentra invertida con respecto a otra. Abarcando toda la estampilla se muestra una fotografía, en tonalidades de color sepia, gris, café, blanco, verde, arena y negro, que fue realizada por el fotógrafo Hertzain Vásquez Hernández. Un dato interesante del lanzamiento de la estampilla fue que el matasellos, que es el objeto que se utiliza en la cancelación de los timbres adheridos a una carta para nulificarlos, fue destruido al término del evento, para que las piezas selladas con él adquirieran el carácter de piezas únicas. El timbre tuvo un valor facial de $15.00 y contó con un tiraje de 200 000 piezas. Esta emisión se realizó gracias a la colaboración de los gobiernos municipal y estatal, a través de la Dirección de Cultura y la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico; además, participaron el Museo de la Filatelia, la Fundación Alfredo Harp Helú, Correos de México y el Centro de Diseño de Oaxaca.

Esta pieza filatélica se convirtió en un promotor y difusor de uno de los conjuntos más notables y originales de los bienes artísticos de México, ya que se mezcla el pasado colonial con los nuevos proyectos artísticos y creativos, de una arquitectura que se niega a desaparecer.


Lo sentimos, la página que buscas no existe.

¡Muchas Gracias!
En breve nos pondremos en contacto contigo.