El cierre de un año increíble

Los presidentes de la Fundación en el discurso del cierre del año. Fotografía: Eduardo González

Porque el espíritu amo de la tierra no descansará en
paz sobre el viento hasta que las necesidades del
más humilde entre vosotros no hayan sido satisfechas.

Gibrán, El profetaLos presidentes de la Fundación en el discurso del cierre del año. Fotografía: Eduardo González

Hoy nos reunimos para estrechar lazos, rememorar y valorar el trabajo realizado durante este último año con el fin de hacer posible que las acciones de la Fundación generen cada vez más ambientes de paz y armonía para más comunidades.

Me gusta caminar en la montaña y notar cómo cada vez el panorama es diferente: hay épocas secas en que los tonos ocres y las hojas secas dominan el paisaje, pero pronto, con la primera lluvia del año, el panorama cambia drásticamente, se vuelve verde y en los lugares más inesperados brota la vida en un regocijo de agradecimiento. Como una magia, pronto la vegetación atrae a las aves, los insectos y los reptiles. Las minúsculas flores, atadas a la tierra, regalan sus perfumes a los pájaros, murciélagos, abejas y abejorros para polinizar y permitir la aparición de nuevos frutos y semillas. Como si la naturaleza imitara los colores del amanecer y el atardecer, sus brochazos de colores pintan el paisaje todo el año: a veces, los árboles florecen de rosa, luego dan lugar a los naranjas, los rojos y los violetas. Como si supieran que llega la época de muertos, el campo nos regala postales coloridas de flores blancas y amarillas. Todo esto es gracias al riego del agua, el amor que es el agua, como nos recuerda en cada solsticio la fuente de la BS Xochimilco. Con ella es con la que se riega a la Fundación Harp en Oaxaca.

Año de triunfos y cumpleaños. Hoy seguimos celebrando los 80 años de Alfredo Harp Helú, que todos los días se levanta tempranísimo con ganas de batear para servir y construir un mejor entorno. Esta es una forma grata de arrancar este encuentro, porque su vida y la manera en que la ha conducido es lo que nos reúne este día. Es él y su amor por ayudar el germen de nuestra familia FAHHO, cuya labor es precisamente servir a la sociedad y beneficiar a nuestro entorno.

Esta alegría desencadena otras más, porque el cumpleaños de Alfredo se coronó con el jonrón del campeonato número 17 de los Diablos Rojos, que llegó después de 10 largos años. Un logro cuyo mayor obstáculo fueron los Guerreros de Oaxaca, que hicieron honor a su nombre, al quedar a un juego del pase a la final. Ambos equipos consiguieron números memorables y reunieron sin precedentes a la afición del beisbol mexicano. Debo reconocer, y no es por presumir, que estos triunfos se deben también a la entrega, constancia y pasión de nuestro Santiago Harp Grañén, quien fue nombrado el Ejecutivo del Año de la Liga Mexicana de Beisbol.

Este año los Diablos Rojos del México también se integraron a la Liga Nacional de Baloncesto y no solo eso, sino que lograron su primer campeonato. Esta nueva faceta de los Diablos Rojos refrenda nuestro compromiso con el deporte nacional, porque estamos convencidos de que el deporte acompaña a la salud, la educación, el bienestar social y la seguridad pública. Esta convicción hizo que la Fundación Alfredo Harp Helú para el Deporte obtuviera el Premio Nacional de Deportes 2024, el máximo galardón que otorga el Gobierno de México en la categoría de fomento y la segunda vez que lo recibe Alfredo Harp.

La Fundación suma a la vida de muchas personas y ofrece una visión más amable del porvenir, por eso hay que aplaudir los 30 años de la Biblioteca Francisco de Burgoa, los 25 de la Librería Grañén Porrúa en Oaxaca y los 15 del programa Seguimos Leyendo. Tres maravillosos proyectos que han encontrado en el libro el medio para hacer más agradable la vida cotidiana de miles de visitantes. Pero este año celebramos a otra quinceañera: la Academia de Beisbol AHH, que no ha dejado de formar al talento mexicano para encaminar a más de mil jóvenes hacia un mejor futuro, concretando 104 firmas con equipos de Grandes Ligas. ¡Infinitas gracias a la Academia por contribuir a construir un mejor mañana para las juventudes mexicanas! ¡Nuestra gratitud para la Burgoa por mantener viva la historia, y a Seguimos Leyendo por mantener abierta la posibilidad de imaginar, descubrir y conocer el mundo y las emociones; por hacer de la lectura no solo un medio para la educación, sino una forma de enfrentar las adversidades! ¡Felicidades a la Librería Grañén Porrúa, que además se estrenó como editorial y continúa su oficio para el beneficio de la sociedad!

La Biblioteca Henestrosa, que siempre nos deslumbra con sus colecciones bibliográficas, esta vez recibió la donación de Yamilé de 8000 libros. La Red de Bibliotecas BS, espacios de esperanza del mundo contemporáneo, este año ha dirigido sus acciones a las personas con discapacidades y al cuidado de la salud mental. Y no podemos olvidar la emoción al inaugurar la primera Biblioteca BS Mira en San Miguel Tixá para extender nuestra red y el placer por la lectura hacia más personas.

Algunos logros del 2024. Fotografías: Acervo de Comunicación FAHHO

También cumplimos el anhelo de llevar las actividades de la FAHHO más allá de nuestras instalaciones: así nació el Centro Cultural Itinerante, para trazar caminos de ida y vuelta entre la FAHHO y las comunidades conurbadas.

El MIO continúa compartiendo con la niñez la riqueza cultural de nuestro patrimonio en común, especialmente el maíz y el ferrocarril.

La Fonoteca aumentó los conciertos y ahora cuenta con una estación de escucha en la Red Nacional de Audiotecas para poder llegar a más personas.

La Casa de la Ciudad nos recordó la importancia de que la arquitectura inspire el bienestar físico, emocional y social de las personas. Este es el objetivo que persigue el Taller de Restauración, que este año contribuyó a hacer posible la recuperación de la Casa de la Cultura de Juchitán y otros proyectos entrañables en las comunidades de Oaxaca.

El Museo Textil continúa tejiendo lazos entre artistas textiles de México y el mundo. Este año, además de sus maravillosas exposiciones, logró coordinar un diplomado impartido por tejedores que reunió a participantes de diversos países, además convocó al IV Encuentro de Textiles Mesoamericanos, dedicado a la memoria de Francisco Toledo, para recordar que su semilla se halla en la raíz del Museo.

La Biblioteca Juan de Córdova viajó al Museo Etnológico de Berlín para dar vida a objetos mazatecos que se encuentran ahí, gracias a la labor de Gabriela García. Emocionantes han sido también los proyectos educativos en las comunidades, así como el rescate y la difusión de lenguas originarias, de objetos y documentos con valor histórico.

Andares del Arte Popular se mudó al Centro Cultural San Pablo para apoyar los desafíos que enfrentan los maestros artesanos por una comercialización justa de sus productos. Y qué decir del CCSP, cuya apacible arquitectura nos reúne a platicar, leer o descansar en su atrio; durante el 2024 también dio lugar a la diversidad en las exposiciones con obras tanto en cerámica y vidrio como en grabado y litografía, ya sea para homenajear a artistas reconocidos como para abrir paso a artistas emergentes. Y ahora vendrá un auténtico traje de astronauta que traerá consigo muchas sorpresas.

El Museo de la Filatelia de Oaxaca hizo lo propio conectando a la filatelia con la naturaleza, las técnicas tradicionales e incluso con los deportes. Sus diversas actividades lo han convertido en un espacio admirado por un gran público.

Algunos logros del 2024. Fotografías: Acervo de Comunicación FAHHO

La labor que realizan Adabi de México y Adabi Oaxaca no ha hecho sino recuperar y preservar la memoria escrita, pero también la cartográfica y la fotográfica en lugares apartados en todo el país. Una labor increíble que no deja de asombrarnos.

La Coordinación de Medio Ambiente, año con año, se entrega a la reforestación en organización con las comunidades, y esta vez también se emprendieron unidades de infiltración de agua. El objetivo es incrementar la cubierta forestal, restablecer los suelos y evitar la pérdida de la gran biodiversidad que existe en Oaxaca. Es por eso que, desde el Parque H2A, insistimos en el cuidado de los árboles. De igual forma, emprendimos el programa Basura Cero, para que nosotros mismos seamos un ejemplo de compromiso con el cuidado del medio ambiente. Este año, deseosos de proliferar las abejas, recibimos el premio de 500 litros de miel y dividiremos esta cosecha entre cada uno de los integrantes de la familia FAHHO.

Después de 28 años, elegimos sembrar flores, árboles, agua y amor en el programa Home Runs, por medio de las 169 organizaciones que promueven el desarrollo y el bienestar de diferentes comunidades.

Los triunfos alcanzados son resultado del trabajo de cada uno de nosotros, de manera que nuestra labor individual resuena en el todo que es la FAHHO: desde los trabajos de limpieza y mantenimiento, pasando por los de administración y comunicación hasta las labores creativas, académicas y de dirección. Cada fruto cosechado es posible porque todos formamos parte de una red de apoyo. Nos esperan muchos sueños por los cuales debemos trabajar. En particular, arrancó la construcción del estadio de los Guerreros, que marcará el paisaje de la ciudad y la historia de los deportes en Oaxaca.

Ante las bombas, el odio, la destrucción, la violencia y la corrupción que impera en el mundo, gratifica saber que nuestra pequeña montaña convoca jornadas de poesía en la calle en busca de la paz, que hay adolescentes danzando al clamor: “Resiste Gaza”, para sentir empatía por aquellos que sufren, siempre por medio del diálogo y el arte.

Los riegos de amor de la FAHHO permiten la existencia de jardines de palabras; nuestros museos, bibliotecas y casas de cultura son flores coloridas que esparcen su perfume para ofrecer espacios de respiro y paz. Penetramos en las raíces: lenguas originarias, monumentos, archivos y documentos, y, cuales microrganismos, tejemos conexiones bajo la tierra para cimentar los tapices que florecerán año con año. Así, con la voz de los lectores, la poesía en las calles, los seminarios, cursos y construcciones logramos que nuestra comunidad florezca y se embellezca. Cada paso, batazo, jonrón de cada uno repercute en este tapiz colorido de Oaxaca. Todo suma, en equipo se
logran los campeonatos y lo mejor para México.

Algunos logros del 2024. Fotografías: Acervo de Comunicación FAHHO

Santiago y Mira han crecido en medio de nuestra montaña, han plantado con nosotros sus árboles, cuya sabia ha dejado huellas en su corazón. Ellos tendrán que labrar sus propios caminos: nunca olviden esta tierra tan amada y recuerden que nuestra montaña necesita ser regada con agua de amor; lleven sus poemas y sus versos consigo, y sepan que hay espacios de paz en esta minúscula parte de nuestro planeta, el más bello del universo.

Los logros personales y laborales alcanzados este año se han convertido ya en un campo abonado para cosechar nuevos y bellos frutos. Sigamos creyendo en nuestras propias posibilidades como equipo, porque, como dice el antiguo proverbio chino: “Si caminas solo irás más rápido, si caminas acompañado llegarás más lejos”.


Un inventario para la colección Paddock-Mejía

Acervo Paddock-Mejía en la Biblioteca Juan de Córdova. Fotografías: Demián Ortíz

La colección arqueológica Paddock-Mejía lleva el nombre del antropólogo John Paddock (1918-1998) y el de su compañero de vida, Manuel Mejía, quien la resguardó tras la muerte de Paddock. La conforman cerca de 1500 piezas completas y una mayor cantidad de fragmentos, procedentes de diferentes temporalidades y áreas de Mesoamérica. Sus materiales constitutivos son igualmente diversos: cerámica, piedra, concha, obsidiana, metal, hueso, entre otros.

En México, a mediados del siglo XX, no era raro que artistas como Diego Rivera, Rufino Tamayo y William Spratling, atraídos por las cualidades estéticas de los objetos prehispánicos, reunieran colecciones particulares. Pero también las llegaban a conjuntar arqueólogos e investigadores interesados en comparar e identificar estilos y tipos cerámicos, establecer secuencias o analizar su iconografía y simbolismo. Se trata de una práctica que eventualmente fue abandonada por consideraciones hacia el derecho social de disfrutar y conocer el legado prehispánico, y también al evolucionar los métodos y objetivos para su investigación, pues ese tipo de coleccionismo solía ir de la mano de prácticas que desvinculaban o destruían la información aportada por el contexto de procedencia de los objetos. La Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, de 1972, estableció normativas al respecto y muchas de esas colecciones se volvieron públicas, alojándose en museos y centros de estudio.

John Paddock comenzó su colección a partir de 1950 con objetos que encontró a la venta en comunidades oaxaqueñas como Tlacolula y Huajuapan o en el mercado de La Lagunilla en Ciudad de México. Es probable que otras más las haya encontrado en la superficie de sitios arqueológicos en los que trabajó o que visitó informalmente. Hasta el momento no hemos localizado algún documento o testimonio donde Paddock describa las motivaciones que le llevaron a reunir estos objetos, pero es probable que le hayan sido de utilidad para su labor docente y de investigación.

Paddock elaboró en 1958 un inventario mecanoscrito de poco más de 500 de las piezas de su colección, incluyendo descripciones, medidas y procedencia (del hallazgo o de la adquisición). Al resto no les llegó a dar el tratamiento sistemático, seguramente por falta de tiempo, que sí brindó a las colecciones de las instituciones y proyectos en los que trabajó, como las del Museo Frissell o las procedentes de sus excavaciones en Yagul y Lambityeco.

Al morir Paddock, su colección arqueológica la conservó su compañero Manuel Mejía, quien en 2015 la entregó, para su resguardo, a la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, como complemento de las colecciones bibliográficas, documentales y fotográficas de Paddock adquiridas por la BIJC en 2011. Las piezas estaban guardadas en cajas de cartón, bolsas de plástico o en latas de café; presentaban polvo y plagas. Bajo un proyecto especial coordinado y ejecutado por la arqueóloga Gabriela Serrano Rojas, en el segundo semestre de 2015 la colección pasó por procedimientos de diagnóstico, cuantificación, limpieza mecánica y química, registro fotográfico y organización, y las piezas completas de mayor tamaño fueron embaladas.

Acervo Paddock-Mejía en la Biblioteca Juan de Córdova. Fotografías: Demián Ortíz

En 2016 el Instituto Nacional de Antropología e Historia realizó el registro de las 1548 piezas que cuentan con más de 70 % de su cuerpo conservado y de una cantidad similar de piezas incompletas (principalmente fragmentos de figurillas). La colección en conjunto quedó registrada con el identificador REG. 2923 P.M. y cada pieza fue fotografiada y marcada con un número de identificación.

Fue hasta el 2022 y 2023 cuando el trabajo con la colección Paddock-Mejía fue retomado, esta vez desde el área de exposiciones de la BIJC, con apoyo de estudiantes de servicio social. El conjunto de piezas de menor tamaño (más de dos mil objetos) fue fotografiado, embalado, etiquetado y resguardado en cajas de plástico.

A la par, desarrollamos un inventario que permite identificar la ubicación física de cada una de las piezas, y consigna sus características y materiales constitutivos. El proceso implicó compilar y cruzar los datos procedentes del inventario de 1958 (que se aloja en los fondos documentales de la BIJC) y los números de registro del INAH, y organizar, renombrar e integrar las fotografías digitales de las piezas.

Este nuevo instrumento de consulta facilita las actividades a las que destinamos la colección Paddock-Mejía, principalmente el desarrollo de pequeñas exposiciones temporales que presentamos en la biblioteca, pero también sirvió en la primera consulta con fines de investigación que ha tenido la colección en su actual etapa, por parte de la Dra. Ana Lilia Contreras Barrón, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.

Aunque la utilidad de la colección Paddock-Mejía tiene limitaciones por tratarse de piezas que no proceden de excavaciones controladas, no quiere decir que carezca de relevancia o valores, pues por aspectos estilísticos o por la información que aporta el inventario parcial de 1958 podemos saber que incluye piezas teotihuacanas (entre ellas un importante conjunto de “candeleros” y otro de figurillas), otras zapotecas de las primeras fases de Monte Albán y también pertenecientes al estilo ñuiñe de la Mixteca Baja.

Recientemente encontramos pistas adicionales en las publicaciones de Paddock y en su archivo fotográfico, pues, como ahí hemos constatado, algunas de las piezas de su colección personal le sirvieron para ilustrar determinados aspectos que le interesaba resaltar en sus libros y artículos. Así nos hemos enterado, por ejemplo, de que algunas piezas corresponden al tipo cerámico conocido como “Huitzo crema pulido”, asociado a los Valles Centrales de Oaxaca para el periodo comprendido entre los años 800 y 1000 después de Cristo.


Diablos Rojos Femenil, la revancha

Fotografía: Diablos Rojos

¡Ya hay fecha! Diablos Rojos Femenil hará su debut en el Estadio Alfredo Harp Helú el jueves 23 de enero de 2025, en la segunda edición de la Liga Mexicana de Softbol.

Cabe recordar que el equipo escarlata tuvo participación en el 2024, celebrando sus encuentros como locales en las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México, debido a que el Paraíso de los Diablos se encontraba en remodelación para recibir a los Yanquis de Nueva York y dos choques de Grandes Ligas.

El equipo tuvo una presentación exitosa, ocupando el tercer lugar del standing general con marca de 14 juegos ganados y 10 perdidos, avanzando hasta la ronda semifinal, donde cayeron ante Jalisco, equipo que a la postre se quedó con el campeonato.

Han sido meses de ardua preparación en las oficinas, con el fin de entregarle un roster de alto impacto a Dennise Fuenmayor, quien buscará su revancha al ser ratificada como manager de Las Rojas.

Con un equipo de coacheo totalmente reforzado, Diablos Rojos Femenil presentará un roster con muchas novedades, donde destacan la lanzadora Megan Faraimo y la utility Jazmin Jackson, ambas estadounidenses con cartel mundial. De igual manera que la batería italiana conformada por Ilaria Cacciamani y Elisa Ceccheti, también con experiencia olímpica.

Además de las tres jugadoras conocidas internacionalmente, Fuenmayor y sus coaches contarán con la fina antesalista Edith de Leija y el poder de la cubana Elizabeth Robert, quienes contribuyeron a que Jalisco conquistara la corona en 2024.

La plantilla también contará con jugadoras pioneras de la franela colorada, quienes ya cuentan con el corazón de la afición, como Steffy Aradillas, Karla Téllez y la antillana Leannelys Zayas, primera campeona de bateo de la LMS.

A reserva de alguna sorpresa de último minuto, la lista se redondeó con el draft celebrado a finales de noviembre, donde Diablos Rojos Femenil adquirió a las infielders Paulina Ruiz, Marilyn Salas y Alma Vega.

El calendario contempla siete series de dos juegos en el Diamante de Fuego, incluyendo el compromiso inaugural ante Olmecas de Tabasco, sin olvidar que para la temporada 2025 se integran los equipos de Unión Laguna y Naranjeros de Hermosillo.

Nadie duda que conforme avance el calendario se estarán estableciendo récords de asistencia para la franquicia y para la propia Liga Mexicana de Softbol.


La estela del modernismo en la Biblioteca Henestrosa

Detalle de una viñeta en Estela. Acervo de la Biblioteca Henestrosa

El modernismo literario fue una corriente que se desarrolló a finales del siglo XIX y principios del XX, caracterizado por su estética preciosista, la exaltación y refinamiento de los sentidos, así como por el uso de imágenes y lugares exóticos. Evadió los temas políticos y sociales en sus obras, enfocándose principalmente en la perfección del lenguaje y en la creación de mundos mágicos y lejanos. Son poetas destacados del modernismo mexicano Amado Nervo, Luis G. Urbina, Enrique González Martínez, Francisco González León, Manuel José Othón y Salvador Díaz Mirón.

Hoy ponemos el acento en Estela, obra de poesía y prosa poética de Efrén Rebolledo, poeta, escritor, abogado y político, que llama nuestra atención por su pequeño formato y por sus todavía más pequeñas y delicadas viñetas que acompañan a los poemas, firmadas por Julio Ruelas. El ejemplar que se encuentra en la Biblioteca Henestrosa fue publicado por la Imprenta de Ignacio Escalante en 1907.

Rebolledo, oriundo de Actopan, Hidalgo, donde nació el 9 de julio de 1877, se inició como escritor en la Revista Moderna (ubicada en el Fondo Reservado de la Biblioteca Henestrosa), en donde publicó 48 poemas o conjuntos de poemas, durante el periodo 1900-1910. Otras revistas en las que colaboró fueron El Mundo y El Mundo Ilustrado. Fundó, junto con Enrique González Martínez y Ramón López Velarde, la revista de variedades Pegaso, que dio cabida a escritores de la transición entre el modernismo y el postmodernismo. Una edición facsimilar de esta revista puede consultarse en la Biblioteca Henestrosa. Como diplomático realizó misiones en Japón, Guatemala, España, Noruega, Cuba y Chile. Y, como lo hiciera Andrés Henestrosa, también dio clases en la Escuela Nacional Preparatoria. Su trabajo se inscribe dentro de la corriente parnasiana del modernismo literario, y a pesar de su vasta obra poética y narrativa, es uno de los autores menos leídos y estudiados. Según Carmen Lorenzo-Monterrubio:

Los contemporáneos de Rebolledo juzgaron su obra de poco valor, condenada ya al olvido, pero generaciones posteriores intentaron recuperarla hasta lograr reivindicarla. Comenzaron entonces a aparecer nuevos intentos de reconsiderar al “poeta injustamente olvidado”, como diría Octavio Paz, y su papel dentro de la poesía mexicana, como “el primero en penetrar la esencia del erotismo, el primero en negar la tradición gazmoña de una literatura amorosa más ocupada en cubrir que en descubrir, más interesada en la idealización que en el contacto”.1

En Los detectives salvajes se nos regala una suerte de vistazo al canon de la literatura mexicana, presente en citas puntuales u oculto en intertextualidades, evidenciando las afinidades del autor. Rebolledo no pasa desapercibido para el ojo sagaz de Roberto Bolaño, y su poema “El Vampiro” (Caro Victrix, 1916) es citado, en voz del estudiante de derecho y poeta Juan García Madero, quien, en la primera parte del libro, pasando por una etapa de iniciación sexual y, por tanto, muy erotizada, se detiene a mencionarlo en su diario. Concluye Lorenzo-Monterrubio:

Efrén Rebolledo se enmarca en un grupo de la historia de la literatura en México por su fidelidad al modernismo, y a pesar de que no es de los “grandes creadores ni marca puntos clave en el proceso estético, configura, sin embargo, categorías valiosas dentro del panorama total” (Schneider). Los temas que aborda, la impresión que deja de paisajes extranjeros, su inclinación hacia la pasión erótica, la funcionalidad del orientalismo y el reflejo de sus propias vivencias, confieren a la obra de Rebolledo cierta originalidad dentro de la literatura modernista nacional que trasciende fronteras.

Sirvan estas líneas para despertar el interés de las nuevas generaciones en Efrén Rebolledo. La Biblioteca también resguarda Hojas de bambú, Rimas japonesas, Cuarzos, Joyeles y Salamandra, obras del mismo autor.

1 “Efrén Rebolledo y las fronteras literarias”, en Magotzi: Boletín Científico de Artes del IA. Vol 8, No. 16, 2020, p. 37. Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.


La trama de la historia es…

Portadas de libros donados al museo textil

Hay un aspecto del Museo Textil de Oaxaca que quizás no sea tan conocido por el público que nos visita: su acervo bibliográfico, que pone numerosas publicaciones, en distintos formatos e idiomas, a nuestra disposición. En vísperas de la apertura del MTO en 2008, esta colección comenzó con una generosa donación hecha por el maestro Francisco Toledo a la Dra. María Isabel Grañén, quien la cedió al Museo. Durante los primeros tres años de vida del Museo, la biblioteca se encontraba ubicada en la planta alta de la misma casa que el MTO ocupa actualmente, donde ahora se encuentra la Sala Ixtle. Con la apertura del Centro Cultural San Pablo, el acervo —que entonces ya se había enriquecido con donaciones adicionales y algunas adquisiciones— se mudó a su ubicación actual, bajo el cobijo de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova.

Al asomarnos a los estantes donde se alojan los materiales del MTO, podemos encontrar libros, cuadernillos, publicaciones periódicas y videos que abarcan una gran diversidad de temas. Por supuesto, una de las fortalezas en el acervo es la que aborda textiles creados y usados en distintas comunidades originarias del mundo, principalmente de aquellas que habitan el área mesoamericana. Esta oferta aumenta poco a poco gracias a las aportaciones propias del MTO, así como a las donaciones hechas por personas próximas al tema con quienes hemos tejido una relación de compañerismo entre colegas.

La incorporación de nuevos materiales se relaciona con eventos que ocurren en el Museo. Por ejemplo: a finales de 2023 y hasta la primavera de 2024, se presentó una exposición de textiles japoneses dedicada a la memoria de Stephen Shanaman, quien, junto con Terry Welch, conformó una colección importante de tejidos de Japón que decidieron donar al Museo luego de varias visitas a Oaxaca.1 A raíz de la exposición,
Yoshiko Wada —artista e investigadora japonesa— donó un ejemplar que deriva de su trabajo doctoral “Boro: The Art of Necessity”. El texto presenta reflexiones sobre el aprovechamiento de cualquier retazo de tela, una acción que comenzó como una necesidad de sobrevivencia en el norte de Japón y que hoy se vincula con las discusiones sobre la sustentabilidad y el remiendo de la ropa por sobre la adquisición voraz de artículos que promueve el sistema de la moda occidental.

Portadas de libros donados al museo textil

De modo similar, la exposición del MTO “Ponchos, gabanes y jorongos de Saltillo a Patagonia”2 nos dio la oportunidad de acercarnos a la elaboración y uso de esta prenda en el sur del continente. Durante el proceso de documentación previa a la apertura de la muestra, conseguimos una de las publicaciones más extensas en torno a la tradición del poncho en el cono sur: Ponchos de América – de los Andes a las pampas, de la artista textil e historiadora argentina Ruth Corcuera†. De forma paralela, recibimos la compilación Ponchos de libertador. Identidad, rescate e innovación, un obsequio de nuestra colega Cristina Gutiérrez, lingüista semióloga de Perú, quien editó la publicación a partir de una serie de artículos escritos por especialistas en historia, arqueología y antropología.

Portadas de libros donados al museo textil

En octubre de 2024, tras una pausa de seis años, el MTO volvió a convocar al IV Encuentro de Textiles Mesoamericanos–TEXTIM. Como ha sido costumbre, el evento fue una oportunidad de reencontrarnos entre amistades y colegas, así como de conocer a más personas con quienes compartimos intereses e ideales. Tras el encuentro recibimos tres donaciones más para el acervo bibliográfico. Lorena Valenzuela, artista procedente del sur de Chile, donó una copia de Crewel. El arte de pintar con lana– tradición, creatividad y esperanza, de su autoría. Algunas de las participantes del encuentro tuvieron oportunidad de conocer la técnica de bordado crewel directamente de mano y voz de Lorena, gracias a un taller que impartió en los primeros dos días de TEXTIM. Deyvid Molina, quien presentó la ponencia “500 años de cambios, adaptaciones y resistencia en la indumentaria maya guatemalteca”, obsequió un ejemplar del número 93 de la Revista Tradiciones de Guatemala, en donde se incluye un artículo de su autoría: “La indumentaria tradicional Mixqueña”. Un texto bastante pertinente para Oaxaca, pues establece vínculos puntuales entre México y Guatemala. Claudia Rocha, una de las coordinadoras y presentadoras de la publicación Miradas que tejen. Distintos enfoques sobre el pasado y presente de los textiles mexicanos, también donó un ejemplar para la biblioteca. El volumen incluye trece contribuciones de especialistas que abordan distintas temáticas y regiones del país, entre ellas el artículo de Alejandro de Ávila, “El costal y el patío: textiles olvidados del noreste de México”. Además de su consulta física en la BIJC, este libro está disponible virtualmente por medio del sitio del Fondo Editorial de El Colegio de San Luis: PDF visualización del fichero 2022_BeharR_Lasvisionesdeunabruja_índice.pdf

Estas son algunas de las nuevas incorporaciones al acervo y próximamente tendremos a disposición del público Ikat Traditions: The Mexican Jaspe Rebozo, donde Hillary Steel relata su experiencia con la artista e investigadora Virginia Davis† , quien participó en la primera edición de TEXTIM, así como con don Evaristo Borboa Casas†, excepcional rebocero originario de Tenancingo, a quien el MTO otorgó un reconocimiento por su trabajo en 2016.

El MTO reconoce y agradece la generosidad, activa participación y acompañamiento de todas las personas que enriquecen este tejido social y cultural.

1 Exposición virtual disponible en: Abrazar la mutabilidad – Adaptación y permanencia en textiles de Japón. Museo Textil de Oaxaca.
2 Información general de la exposición: “Ponchos, gabanes y jorongos de Saltillo a Patagonia”. Museo Textil de Oaxaca.


Repensar el museo: espacios para todos

Repensar el museo. Fotografía: Jorge Aragón

Durante mucho tiempo, los museos fueron considerados templos del saber, espacios solemnes donde los objetos eran resguardados como tesoros intocables. En su afán por preservar, muchas instituciones se alejaron de la vida cotidiana y del público al que aspiraban servir. Sin embargo, no todos los museos han seguido ese camino. Mientras algunos aún mantienen la distancia entre sus vitrinas y las personas, otros han optado por reinventarse para transformarse en espacios vivos donde los objetos narran historias y se conectan con las realidades actuales.

Este cambio no fue casualidad. Surgió de las profundas reflexiones de los profesionales en el tema que se atrevieron a cuestionar sus propias prácticas para replantear el propósito de estas instituciones. Reconocieron que un museo no debe renegar de su pasado para ser relevante en el presente, pero sí debe fomentar una reflexión crítica sobre este. Esto requiere un cambio de mentalidad, una revisión de su rol como custodios del patrimonio y un compromiso renovado con su misión de servir a la comunidad en sintonía con las demandas de la sociedad contemporánea.

Aunque esta transformación parece sencilla en teoría, en la práctica implica esfuerzos colectivos que no siempre se está dispuesto a asumir. Este desafío fue precisamente el eje central del Octavo Simposio Museos y Gestión Cultural, celebrado en noviembre de 2024, organizado por el Grupo de Investigación Museo y Gestión Cultural en colaboración con el Museo de la Filatelia de Oaxaca. Bajo el lema “Conectar, conocer y crear en comunidad”, el evento reunió a expertos culturales para debatir cómo los museos pueden trascender sus muros, convertirse en laboratorios de conocimiento y construir puentes sólidos con las comunidades que los rodean.

Más que un encuentro académico, el simposio fue una invitación a repensar el papel de los museos en un mundo en constante cambio. Mediante ideas, experiencias y debates, se dejó claro que los museos tienen el potencial de ser espacios vivos, accesibles y esenciales para fortalecer el sentido de pertenencia colectiva.

Como cierre de las actividades, se llevó a cabo el taller “Repensar el museo: hacia un espacio de participación y comunidad”, impartido por Luz Santiago e Israel Garfias. El taller reunió a un grupo diverso de participantes, entre ellos trabajadores de museos, estudiantes, diseñadores y educadores. Desde sus distintas perspectivas, reflexionaron sobre el papel actual de los museos, sus desafíos y las posibles mejoras que necesitan para seguir siendo relevantes.

A continuación, compartimos algunas de las reflexiones que nos dejaron los asistentes al finalizar este taller:

El museo debe verse como punto de reunión para los vecinos, con información dirigida a todos y no solo a un público especializado. Debe configurarse como un espacio agradable y disfrutable para el esparcimiento sin distinción de los visitantes y, principalmente, como un espacio seguro.

Francisco Paez

El museo necesita eliminar la barrera cultural y social que impide que entren todos los públicos, y reducir la idea de sí mismo como un espacio inaccesible e inalcanzable destinado solo para la élite cultural. Es imperante revisar las narrativas de los mensajes que las exposiciones y las obras transmiten, de modo que los artistas ofrezcan una interpretación y justificación de sus aportes. Así que los contenidos del museo deben surgir de la observación de la realidad de su propio contexto para dar cabida a los temas y problemáticas sociales pertinentes.

@Oscarhistorietas

La actividad museística es una práctica compleja que no solamente se ve reflejada en la preparación de una exposición, sino que requiere mirar hacia la gente y el contexto que lo alberga. Es a través de esta mirada que los museos deberían actuar para generar una función social por medio de talleres, espacios de conservación y exposiciones que atiendan o contribuyan en las necesidades y problemáticas específicas del contexto en que se desarrollan.

Diana Valentinez Rueda

Las Bibliotecas Móviles: una mirada al macro y microcosmos

Observando el micro y macrocosmos. Acervo de Seguimos Leyendo

Los promotores de lectura de las bibliotecas móviles Ando Leyendo-Leyendo Ando de la FAHHO procuramos que, por medio de la lectura de los libros, niños, jóvenes y adultos lleven a cabo una lectura de sí mismos, del medio en el que viven y de las relaciones que se tejen entre ambos. Estas lecturas despiertan su curiosidad para explorar el entorno en el que desarrollan sus vidas. Nos convertimos en cómplices de sus exploraciones y tratamos de facilitar la búsqueda de las respuestas a las preguntas que surgen en aquellas personas que en la Sierra Norte, la Mixteca, la región Triqui, la zona Mixe y el Istmo son alcanzadas por las bibliotecas móviles rurales.

Los libros informativos y de divulgación científica son grandes aliados. Las bibliotecas móviles cuentan con varios de ellos en sus acervos bibliográficos. Uno de ellos se titula ¡El universo! y pertenece a la colección Enciclopedia del mundo para niños, editado por la editorial Panamericana. Con textos breves y claros acompañados de bellas imágenes, lleva a los pequeños lectores a un viaje por nuestro sistema solar y más allá, detonando su curiosidad por el cosmos.

Cuando los usuarios se enteran de que cada biblioteca cuenta con un telescopio y un microscopio generan muchas expectativas y deseos por observar el cosmos y el microcosmos. Con el telescopio observamos la luna, siempre que su fase y las condiciones atmosféricas nos lo permitan. Mientras que el microscopio nos ofrece la ventaja de usarlo en cualquier momento.

Explorar el macrocosmos con el telescopio es observar lo lejano; nos hace posible tomar conciencia de nuestra pequeñez. Explorar el microcosmos con el microscopio es explorar lo cercano más allá de lo tangible, descubrir que cada organismo es un universo, incluido el ser humano. El microscopio nos ayuda a tomar consciencia de nuestra grandeza.

Observando el micro y macrocosmos. Acervo de Seguimos Leyendo

Con el microscopio los niños se sorprenden al descubrir un universo que no imaginaban, un hermoso caleidoscopio de formas y colores del que brota el amor por la naturaleza, la inspiración para cuidarla, respetarla, estudiarla. Poder atisbar el microcosmos despierta la imaginación y con ella el amor por el arte y la ciencia.

Buganvilia, hoja morada, hoja verde, piedra, concha de mar, espiga. Desde el microscopio el tamaño del universo es confuso. Una piedra es un desierto de arena infinita, una cordillera peligrosa, un asteroide con cráteres que brillan. Dentro de una hoja hay una galaxia morada, dentro de una hoja hay un ecosistema verde entrelazado por lianas que parecen vértebras. Cuando cuidamos una planta cuidamos un universo. En San Juan Guichicovi, una niña mira a través del microscopio. Mira una vez, dos veces, tres, no se convence: “Mamá, es la misma planta que tenemos en la casa, pero no se parece”. Mira una cuarta: “Parecen estrellas”.

En el municipio de Abejones, de la Sierra Juárez, las nubes determinan el destino del telescopio. Incertidumbre, el cielo se ha llenado de nubes. Las niñas y niños han hecho una fila para observar la luna, junto a ellos, padres y madres de familia también esperan la oportunidad de ver de cerca el satélite de nuestro planeta. “Soplen todos para que se vayan las nubes”. Entre risas, todos soplan, nadie duda, la imaginación es poderosa. Un golpe de suerte comienza a despejar el cielo, no siempre sucede, pero esta vez se lo atribuímos al soplo de las niñas y los niños. La fila avanza, los rostros se iluminan.

Gracias al telescopio y al microscopio, las bibliotecas móviles construyen una experiencia integral para leer el mundo. Hay cuentos fundacionales que incluyen al sol, la luna y las estrellas como nuestros creadores, también hay cuentos sobre universos infinitos que caben en nuestras manos. No solo los libros, el mundo también se lee con nuestros ojos, de ahí viene la inspiración para crear historias, como aquella que cuenta sobre un conejo que vive en la luna, o la otra que habla de gente pequeña viviendo en
una flor.


El fondo personal Ronald Spores

Archivos de Ronald Spores catalogados en Adabi Oaxaca

En noviembre de 2024, el equipo de Adabi Oaxaca terminó de intervenir el Archivo Personal del doctor Ronald Marvin Spores, luego de un proceso de organización e inventario que inició en marzo de 2023. El archivo fue donado personalmente por el antropólogo a la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca y está conformado por documentos, fotografías y libros, así mismo, se resguardará en la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova. Consciente el doctor Spores de la importancia de su organización y del espacio que lo albergará, pero sobre todo preocupado por su difusión y por la continuidad de las líneas de investigación que considera pendientes, accedió a su donación.

Sería imposible sintetizar en unas cuantas líneas la trayectoria de una personalidad multifacética como la de Ronald Spores, ya sea como antropólogo, arqueólogo, etnohistoriador, académico o en su ámbito personal. Es por ello que trataré de ser concreto al explicar el criterio de clasificación de su archivo. Las facetas mencionadas son las que determinaron la producción de su documentación, por lo que el cuadro de clasificación quedó dividido en tres secciones: Académico, Antropólogo y Personal, de las cuales se desprenden series y subseries. La sección más grande indudablemente es la de Antropólogo, integrada por las Fuentes y Proyectos de investigación. Cada una con sus respectivas subseries. En el caso de las Fuentes, debido a la gran cantidad de documentación que ha coleccionado el doctor para sus investigaciones (es importante mencionar que gran parte de la documentación son fotocopias de documentos coloniales, las cuales fueron coleccionadas durante estancias de trabajo de campo en diferentes lugares de Oaxaca, a partir de los años cincuenta del siglo pasado hasta nuestros días); hubo que dividirla de la siguiente manera: bibliográficas, documentales, electrónicas, hemerográficas, mapas y planos, notas, ponencias.

Archivos de Ronald Spores catalogados en Adabi Oaxaca

Por su parte, la serie Proyectos e investigación incluye: Coixtlahuaca, conflictos, geoparque, migración, mixteca, Nochixtlán, rescate de archivos, Teposcolula, Tlaxiaco, Yanhuitlán y Yucuita.

La sección Académico se conformó de la siguiente manera: artículos, ensayos y borradores, asesorías, cátedras, conferencias, correspondencia, curricula vitarum y formación profesional. La sección más pequeña es Personal, que cuenta con correspondencia e impresos.

La totalidad del archivo documental quedó integrada por 86 cajas AG-12. Aunado a esto, tanto el anexo fotográfico como su biblioteca se encuentran bajo intervención. Estas fuentes de gran valor y contenido insustituible indudablemente continuarán abonando a estudios en la búsqueda por comprender mejor el pasado de los oaxaqueños.

Toda una trayectoria de vida legendaria del doctor Ronald Spores entregada y comprometida al estudio en su necesidad por conocer y comprender el pasado mixteco. Sobre todo, buscando recuperar la prehistoria, historia y cultura de esta región, la cual se refleja en esta colección documental que contiene fuentes primordiales para justificar distintas publicaciones, entre las que destacan: The Mixtec Kings and their People, la cual fue su tesis doctoral para la universidad de Harvard, publicada en 1967; The Mixtec Ancient and Colonial Times (1984); The Mixtecs of Oaxaca, Ancient Times to the Present (2013); ninguna cuenta con traducción al español (uno de sus pendientes). También debemos mencionar Ñuu ñudzahui. La mixteca de Oaxaca: la evolución de la cultura mixteca desde los primeros pueblos preclásicos hasta la independencia. Aunado a esto, también se encuentra otra gran cantidad de artículos especializados para revistas y otras publicaciones.

Archivos de Ronald Spores catalogados en Adabi Oaxaca

Ronald Marvin Spores tuvo su primer contacto con Oaxaca en los años cincuenta del siglo pasado. Desde entonces, ha vivido de forma intermitente entre su país natal, Estados Unidos, y México. Actualmente, está jubilado como profesor emérito por la Universidad de Vanderbilt y, a pesar de su edad, tiene el deseo de continuar sus investigaciones. En charlas personales, el doctor Ronald ha manifestado de forma reiterativa su interés por darle seguimiento a ciertas líneas de investigación que solo ha abordado superficialmente, como los conflictos intercomunitarios. Dicho interés tuvo su origen desde su primer contacto con Oaxaca y con John Paddock, en un proyecto donde inicialmente fueron clasificando comunidades como violentas o antiviolentas. Por tanto, en la serie Conflictos se encuentran estadísticas e informes de este tipo. Por otro lado, el tema de la migración es otra de sus inquietudes. A partir del estudio del periodo de adaptación de los pueblos mixtecos busca establecer un puente con el presente del fenómeno migratorio, denominando a esta faceta de sus estudios como la “diáspora y adaptación mixteca”. Su objetivo es estudiar, intentar explicar y comprender el proceso adaptativo de los migrantes de origen mixteco, ya sea en el norte de México, Estados Unidos o Canadá con vistas a futuros estudios. De igual forma esta serie incluye una numerosa documentación integrada por diferentes escritos e informes estadísticos.

Si bien es cierto que los estudios de Ronald Spores han contribuido en gran medida a la comprensión del pasado e historia oaxaqueña, sobre todo en la región mixteca, también existe la necesidad de estimular el interés por este tipo de temáticas en las nuevas generaciones. De ahí que, retomando al mismo Spores: “No sabemos nada,
tenemos mucho trabajo por hacer”. Con esa intención deja su archivo en buenas manos, y próximamente estará disponible para la consulta de quienes estén interesados.


Si el MIO fuera a la primaria

Representación de Anoche soñamos con Teozintle. Fotografía: Acervo del Museo Infantil de Oaxaca

Si el Museo Infantil de Oaxaca fuera a la primaria, estaría por terminar el segundo grado. Es un poco extraño pensarlo de ese modo, finalmente, para un museo, siete años de vida no suenan como la gran cosa. Sin embargo, todos saben que el tiempo pasa distinto en la niñez. Durante la infancia los años parecen eternos, los problemas se sienten monstruosos y los descubrimientos tienen el poder de cambiarlo todo. Un instante —triste o alegre, pero imperceptible para quienes hemos dejado la infancia atrás— puede quedarse grabado en la memoria y transformar sin aviso la identidad, estima o concepto que una persona tendrá de sí durante muchos años, a veces, incluso, por el resto de su vida.

Esa es la razón por la cual los adultos que trabajamos en el MIO cuidamos con tanto esmero lo que nuestros visitantes viven tras cruzar el umbral de la antigua estación del ferrocarril. Sabemos, después de todo, que cada visita al Museo es importantísima, pues representa la irrepetible oportunidad de un recuerdo feliz y un aprendizaje crucial. También comprendemos que la vida adulta no siempre resulta fácil, por eso agradecemos el esfuerzo que cada mamá, papá, abuela y abuelo dedica para llevar a sus niños a nuestras actividades. Es un voto de confianza que nunca daremos por sentado.

Este séptimo año del MIO estuvo colmado de proyectos. Tuvimos un comienzo intenso con la publicación del libro ilustrado Anoche soñamos con Teocintle. Esta obra llegó en 2024 a 2859 lectores, quienes han acompañado a Nisa, Elote, Frijol y Mili Calabaza en su búsqueda del origen de la milpa. La presentación de este libro, con una divertida obra de teatro y canciones originales escritas por sus autoras, fue una gran fiesta que recordaremos por muchos años más.

La exposición didáctica “Un pueblo llamado Milpa” también nos llevó a zambullirnos en la agricultura y la cocina tradicional de Oaxaca, las dos raíces de las que brota nuestra cultura. Manos pequeñas sembraron, desyerbaron, regaron y cosecharon.

Aprendieron a preparar el nixtamal, a moler en metate y a cocinar. Se descubrieron capaces de hacer tortillas, atole, tamales, queso, chilate, esquites, tejate, tlayudas, tacos, memelas, chileatole, garnachas, tascalate, tejuino, dulce de calabaza, pinole, tetelas, mermeladas, nicuatole, salsas picantes, piedrazos, aguas frescas, ates, chapulines, molotes, quesadillas, palomitas, buñuelos, alegrías, nieves de garrafa, pan de muerto y panqué de elote. También viajaron por el mundo y aprendieron que nuestro preciado maíz sirve en otras latitudes para hacer arepas, mazamorra, ugali, agidi jollof, alivenci, mamaliga y maja blanca.

Fotografía: Acervo del Museo Infantil de Oaxaca

Por otro lado, como creemos que la comunidad se fortalece en el gozo, nos la pasamos de fiesta en fiesta. Tuvimos bailes, rodadas, días de campo, excursiones, comparsas, posadas, festivales, conciertos, obras de teatro, proyecciones de cine y funciones de lucha libre. La fiesta es, sin lugar a dudas, uno de nuestros más poderosos recursos didácticos. Es la vía que usamos para poner en práctica la cultura, para dar salida a la energía de los niños y para llevarlos al encuentro de los otros. Sin importar qué suceda este nuevo año, sabemos que también estará lleno de celebraciones.

2024 nos permitió compartir nuestro amor por el arte y el patrimonio con nuevos públicos. Además de los éxitos y nuevos proyectos comunitarios que siguen brotando de la exposición “Rostros de arte y color” en San Miguel Tixá, este año tuvimos la oportunidad de llevar talleres infantiles a lugares como la Villa de Zaachila, Santa María Atzompa, San Jerónimo Tlacochahuaya y Ánimas Trujano. Gracias al extraordinario recibimiento que ha tenido en estos meses el Centro Cultural Itinerante de la FAHHO, estamos seguros de que podremos visitar muchos más lugares este 2025.

Sin importar qué tan lejos nos lleven nuestros proyectos, una responsabilidad que siempre tenemos presente es la de honrar y salvaguardar la memoria ferroviaria de Oaxaca. Es por ello que el MIO se dedicó durante el 2024 a reivindicar su identidad como museo ferrocarrilero.

Fotografía: Acervo del Museo Infantil de Oaxaca

Algunos de los momentos más importantes de este camino fueron el lanzamiento de nuevos recorridos guiados, la puesta en marcha del nuevo ciclo de talleres ferroviarios para niños, la conmemoración del Día del Ferrocarrilero en México, la celebración del Encuentro Nacional de Museos Ferrocarrileros, el rediseño de nuestra línea del tiempo, la presentación del evento Voces del Ferrocarril Mexicano del Sur y la publicación del primer número de La Rielera, nuestra nueva gaceta ferroviaria. No queremos revelar mucho sobre la sorpresa que tenemos preparada para el próximo mes de abril. Solo diremos que vienen cosas emocionantes para los amantes de los trenes y su historia.

Con todo, nuestro mayor desafío para 2025 radica en renovar nuestra exposición eje. Así que el diseño de la muestra que ocupará el lugar de “Un pueblo llamado Milpa” nos volcará todavía más hacia nuestro entorno, reunirá a todos nuestros colaboradores y amigos, nos llevará a reflexionar sobre el trabajo de los últimos siete años y moldeará la imagen futura del museo, en su rol como espacio cultural y en su vocación como centro de educación patrimonial para la niñez. El proyecto todavía está en ciernes, pero siguiendo el ejemplo de don Alfredo Harp Helú, no podemos sino comprometernos a crear la mejor exposición infantil que se haya visto en Oaxaca. ¡Los esperamos en el MIO!


Historia grabada: los números retirados

Fotografía: Acervo de Guerreros de Oaxaca

Guerreros de Oaxaca es una organización que exporta gran talento y, sobre todo, es un club que proyecta peloteros que se convierten en estrellas e ídolos; por esta razón, la directiva bélica se encarga de retirar sus números, acto muy distintivo en el beisbol profesional. Hasta el momento, Guerreros ha retirado los números de Erik Rodríguez (#37), Jaime Brena (#10), Adolfo Tribilin Cabrera (#47) y el cañonero y máximo icono bélico, Nelson Barrera (#16).

Adolfo Tribilin Cabrera, #47
Adolfo Cabrera, nacido el 24 de febrero de 1922 en Cienfuego, Cuba; su número fue retirado de la organización bélica en el año 2002. El tan afamado Tribilin llegó como coach de primera base a la organización de los Guerreros de Oaxaca cuando estos habían llegado a la verde Antequera en la Liga Mexicana de Beisbol. Desde un principio fue un elemento importante dentro del cuerpo técnico, gracias a su gran sabiduría y experiencia adquiridas durante su trayectoria en la pelota profesional y en el dogout con los peloteros jóvenes.

Al final de su carrera como miembro del cuerpo técnico se integró a la oficina administrativa como gerente de viajes del equipo bélico; Cabrera falleció en 2019 en Guadalajara, Jalisco, donde vivió los últimos años de su vida.

Erik Rodríguez, #37
El regiomontano receptor Erik Rodríguez es uno de los peloteros icónicos en la historia de la organización bélica, militando en un total de 19 temporadas con el equipo zapoteca, siendo dueño absoluto en la mayor parte de paso en la receptoría.

Rodríguez conectó un total de 1339 imparables, de los cuales 235 fueron dobles, 62 cuadrangulares, logrando 613 carreras y .279 en porcentaje de carreras producidas, convirtiéndose en uno de los peloteros con mejores números en su carrera dentro del club bélico y en la Liga Mexicana de Beisbol.

En 2021 se retiró como pelotero profesional y fue nombrado manager de los Guerreros de Oaxaca, siendo el manejador número 19 de la organización; en el 2022, su legendario número 37 fue retirado de la organización oaxaqueña, aunque continuaba desempeñándose como manager.

Fotografía: Acervo de Guerreros de Oaxaca

Jaime Brena, #10
El oaxaqueño Jaime Brena es uno de los peloteros más importantes dentro de la historia del club Guerreros de Oaxaca; su disciplina, trabajo y constancia por aprender día a día lo llevó a ser, hasta el momento, el mejor segunda base en el club bélico: 5 guantes de oro y más de 8 juegos de estrellas avalan el gran trabajo de Brena dentro del terreno de juego.

Durante 21 temporadas, el nacido en San Sebastián Etla, Oaxaca, jugó y defendió la camisola de los Guerreros, para la que conectó más de 1533 imparables, 250 hits dobles, 1502 juegos y 553 carreras: todos ellos grandes números que obtuvo el oaxaqueño en la pelota de verano.

Fue en el juego inaugural de la temporada 2019 cuando se retiró su número 10 del equipo, siendo hasta ese momento el primer oaxaqueño en la organización bélica con el número retirado; actualmente, Jaime Brena continúa en la organización bélica desempeñándose como mental coach del equipo, siendo parte fundamental debido a su gran experiencia y sabiduría hacia los peloteros.

Fotografía: Acervo de Guerreros de Oaxaca

Nelson el Almirante Barrera, #16
Guerreros tuvo en su roster al que hoy día es considerado el máximo jonronero en la Liga Mexicana de Beisbol, el que encaminó al equipo bélico a su primer y único campeonato y que además es miembro del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano: el emblemático Nelson Barrera Romellón.

Barrera llegó en 1996 a la organización bélica (justo durante el primer año de Guerreros) mostrando desde el juego número uno el gran beisbol y liderazgo que lo caracterizaban.

El Almirante se volvió histórico en 2001, cuando superó al Superman de Chihuahua, Héctor Espino, en el liderato de cuadrangulares en la LMB; Nelson Barrera culminó su carrera con un total de 455 cuadrangulares, 1927 carreras producidas, 13 cuadrangulares con bases llenas, siendo líder en más temporadas al conectar más de 100 hits (19).

En 1998, Nelson Barrera consiguió el campeonato como manager-jugador con los Guerreros de Oaxaca al barrer a los Acereros de Monclova en 4 juegos de la serie final; Barrera, además, militó con los Diablos Rojos del México durante 15 temporadas, de las cuales tres resultaron en campeonatos (1985, 1987 y 1988).

Luego de que el campechano falleciera en 2002, su número 16 fue retirado de la organización zapoteca. También fue parte importante en la historia de los Tomateros de Culiacán durante los juegos de invierno, además de ser el jugador más valioso en la temporada 1984-1985, campeón de cuadrangulares en los años 1984-1985 y 1987-1988, y campeón de carreras producidas en 1984-1985.

Fotografía: Acervo de Guerreros de Oaxaca

Semilla de jícara

Carlos Zurc. Fotografía: Eduardo González

La obra de Carlos Zurc profundiza en la naturaleza y los misterios que la rodean, usa sus manos como herramienta para contarnos su historia: por medio de felinos, aves, monos y reptiles nos muestra el alma de su tierra. Las imágenes oníricas y las representaciones de hombres feroces con cara de diablo, calaveras y nahuales que perturban sus sueños, se integran naturalmente en su obra.

Realiza con destreza su detallado trabajo, pareciera ser tan fácil como un dibujo sobre una hoja de papel. Su penetrante gubia hiere las profundidades de la corteza de las jícaras, una materia que conoce desde pequeño por ser un elemento de la vida cotidiana en Pinotepa de Don Luis, municipio enclavado en la región Mixteca Baja, de donde es originario.

Zurc se inició desde niño y por su propia cuenta en el labrado de jícara; muy pronto supo que había encontrado el oficio de su vida y se sumergió en esta tradición ancestral. Con el tiempo empezó a experimentar en diferentes superficies, como madera de parota y fibra de vidrio; también, gracias a la recomendación que un día le hizo el maestro Francisco Toledo, ha explorado tallando la jícara sin cortarla del árbol. El resultado fue novedoso: al pasar de los días el dibujo se convirtió en una cicatriz con vida, que iba creciendo conforme lo hacía el fruto del árbol.

Carlos tiene muy presente las tradiciones de su pueblo, siente un deseo inmenso de convertirse en el elemento de su arte y, cuando se cuestiona sobre la vida y la muerte, le brota el anhelo por seguir existiendo en forma de un árbol jícaro. Así que cuando muera, quiere que entierren una semilla en su cuerpo para que de él nazca un árbol de raíces profundas y ramas enormes como brazos. Así seguirá existiendo.


Campeón: Un título histórico

Campeonato de la LNBP. Fotografía: Enrique Gutiérrez

Al momento de levantar el trofeo de campeón de la Temporada 2024, los Diablos Rojos del México hicieron historia al ser el primer equipo de la Ciudad de México en lograr la corona de la Liga Nacional de Baloncesto Profesional.

La Pandilla Escarlata debutó este año en la LNBP, y, tras una campaña en la que finalizó en el tercer lugar en la tabla de posiciones con una marca de 21-11, venció y eliminó a los Dorados de Chihuahua en cuatro juegos y en seis a los Soles de Mexicali, para asegurar su pase a la gran final. En esta etapa se vio las caras con los Halcones de Xalapa, en una serie que terminó en cinco encuentros luego de ganar los juegos 1, 2, 4 y 5.

“Se cumplió el objetivo más difícil. Cuando llegamos se decía que era casi imposible que un equipo en su primera temporada se convirtiera en campeón, pero lo logramos”, mencionó el coach de los Diablos Rojos, Nicolás Casalánguida, durante la celebración del título. “Tuvimos el apoyo de todos en el equipo, desde Santiago Harp y don Alfredo Harp (vicepresidente del Consejo de Administración y presidente), la directiva con Othón Diaz (presidente del equipo), Nick Lagios (general manager), y, además, todos los jugadores creyeron en este proyecto y lo hicieron propio”.

Campeonato de zona de la LNBP. Fotografía: Enrique Gutiérrez

En el momento de levantar el trofeo, el deporte profesional de nuestro país vivió un momento histórico, pues los Diablos Rojos lograron algo que ninguna de las seis franquicias de la LNBP, que previamente jugaron por la CDMX, pudieron hacer: ser campeones.

La Ola Roja del Distrito Federal fue el primer conjunto que representó a la capital y en 2003 llegó a la final, pero la perdió ante los Panteras de Aguascalientes. Después de La Ola aparecieron cuatro escuadras que tuvieron una permanencia fugaz sin tener resultados destacados, tendencia que se terminó con la llegada de los Capitanes de la Ciudad de México, quinteta que logró colocarse en dos finales (2017-2018 y 2018-2019), perdiendo en ambas ocasiones.

Esta sequía de títulos de un equipo de la Ciudad de México terminó a fines de 2024 con la hazaña de los Diablos Rojos del México, quienes repiten lo que hicieron los Capitanes: llegar a la final en su primer año de vida en 2017-2018.


Ciclo sociohidrológico del agua: adaptación y resiliencia

Participación comunitaria en una unidad de infiltración. Acervo de Medio Ambiente FAHHO

En el planeta azul, donde el 71 % de su superficie es agua y el 29 % restante es tierra, se dispone de poca agua dulce para atender varias de las necesidades vitales humanas, pues el 96.5 % corresponde a los océanos. Pero el volumen de agua aprovechable por la especie humana no solo es pequeño, sino que tampoco se distribuye uniformemente a lo largo del planeta, ya sea por cuestiones naturales o administrativas.

Ante esta problemática, la Coordinación de Medio Ambiente de la FAHHO considera que debe existir una adecuada gestión de las cuencas hidrográficas, que son las zonas de la superficie terrestre donde el agua fluye hacia un punto común, como un río, un lago o el mar. Estas constituyen el contexto idóneo para la planeación y gestión de los recursos naturales, ya que son determinantes en el ciclo del agua, así como para organizar y mantener la biodiversidad y la calidad del suelo. Sin embargo, el funcionamiento de una cuenca es tan dinámico como frágil, en la medida en que depende de la interacción entre sus componentes, fuertemente influida por las acciones antrópicas.1

En Oaxaca el régimen de propiedad comunal es la forma predominante de tenencia de la tierra, que abarca la mayor superficie del campo oaxaqueño; los comuneros generan una notable producción agropecuaria y en sus suelos se encuentran gran parte de los montes, áreas forestales, manglares, costas, cuerpos de agua y yacimientos minerales, de manera que sus territorios también proporcionan importantes servicios ambientales.2 Pese a ello, los instrumentos que regulan el acceso al territorio y sus recursos no se corresponden con las dinámicas de las comunidades, sino que, por el contrario, las vulnera en la consecución de sus propios procesos de fortalecimiento de la gobernanza local y de vida y organización comunitarias. Es necesario facilitar los procesos para que las comunidades puedan acceder a mecanismos y financiamientos que coadyuben a las actividades de manejo y conservación de su territorio.

Este sucinto panorama que acabamos de bosquejar es el que impulsó el proyecto de Unidades de Infiltración de la Fundación Alfredo Harp Helú, con la vista puesta en dos enfoques para atender la problemática en torno a la escasez del agua, el estrés hídrico y el cambio climático en Oaxaca. Estos enfoques están determinados por la escasez del agua según las condiciones geográficas del sitio donde se hallan las cuencas hidrológicas, que corresponden a aquellas condiciones geográficas de sotavento y barlovento.

En meteorología, barlovento es la dirección de donde proviene el viento, de manera que se trata de una zona expuesta a este, donde el aire asciende y se enfría, lo que puede generar nubes y precipitaciones abundantes. El lado contrario es el del sotavento, una zona protegida de las corrientes de aire, donde los vientos descendentes se calientan y es menos probable que haya precipitaciones. El valle de Oaxaca se encuentra entre dos sitios de sotavento, uno formado del lado del Golfo de México con la Sierra Madre Oriental, mientras del lado del Océano Pacífico los vientos húmedos son precipitados por la Sierra Sur. Esta situación geográfica genera condiciones adversas para mantener una humedad permanente, sin embargo, las alteraciones climáticas han provocado que la humedad alcanzada en los Valles Centrales de Oaxaca provoque muchas lluvias, aunque en un tiempo demasiado corto para un valle que, pese a los lomeríos, no tiene la capacidad de respuesta a tal cantidad de agua. La consecuencia inmediata son los mal llamados “desastres naturales”, que no son sino el resultado de carencias en torno a la gestión del agua que precipita, especialmente en tan poco tiempo, lo que se agrava debido a la deforestación y a una incorrecta planeación urbana.

Acervo de Medio Ambiente FAHHO

Hemos pensado que el ciclo del agua es inalterable, pero se rompe cuando la precipitación no sucede y también cuando su forma de acontecer es atípica debido a las acciones antrópicas. Frente a ello, en las zonas de barlovento se ha impulsado la reforestación —con especies nativas y de uso local en las comunidades— como acción primordial para poder detener, retener y aprovechar los escurrimientos.

En las zonas de sotavento se está llevando a cabo un plan de adaptación a la nueva realidad para, en un mediano o largo plazo, tener un escenario deseado. Un plan que incluye a la población joven, que parece más consciente de los efectos que conlleva la degradación del entorno. Aún así, creemos que la educación y la sensibilización ambientales son cruciales en este contexto, ya que el proyecto funciona en la medida en que las comunidades —que tienen los territorios con las condiciones para captar o retener el agua— se suman al proceso y aprenden cómo funciona la cuenca, cómo
se comporta la vida comunitaria en torno a ella, y cuáles son los saberes y las técnicas que ellos mismos poseen para el uso y manejo del agua.

El hecho de que las técnicas utilizadas estén basadas en los saberes tradicionales ha permitido prescindir de grandes inversiones, pues esas estrategias no requieren de una gran infraestructura ni de una alta tecnificación. El propósito, entonces, es mejorar dichas técnicas para la intervención de las cuencas hidrológicas existentes en torno a la captación y retención del agua. Los efectos son casi inmediatos, pues, en la medida en que el agua es retenida, empezamos a ver una restauración de la cuenca.

Es importante señalar que las acciones giran en torno al concepto de “paisajes bioculturales”. Es decir, una serie de acciones compaginadas con los saberes locales que aterrizan en un proyecto acordado de desarrollo sostenible basado en la protección y valorización del patrimonio natural y cultural. Esta perspectiva surge porque la idea de modernidad, desarrollo y progreso ya no es compatible con las condiciones de vida actuales.

El prósito de la FAHHO es sumarse a los procesos de adaptación y resiliencia ante el cambio climático a partir del conocimiento y la intervención de los territorios comunales, teniendo como eje la gestión de las cuencas hidrológicas. Los planes de adaptación y resiliencia que proponemos han sido adoptados y adaptados por las comunidades de Santa Catarina Minas, San Dionisio Ocotepec, San Agustín Yatareni y San Juan del Estado. Esto, con la participación en los tequios de hombres y mujeres por igual, pues han comprendido que se trata de una necesidad generalizada ante la que no han obtenido el apoyo gubernamental. La respuesta frente a la adversidad por medio de la captación del agua ha mostrado sus resultados incentivando otras prácticas como el traspatio y la agricultura familiar, tan importantes para el desarrollo sustentable. Es así como, más allá de la intervención de la Fundación, los comuneros y las comuneras se han convertido en actores de su propia adaptación a una nueva realidad, donde el entorno no debe verse como un cúmulo de elementos aislados y recursos útiles, sino conformando un entramado del que formamos parte con una profunda y fundamental responsabilidad sobre su preservación.

1 Helena Cotler, et. al., “Las cuencas hidrográficas de México: priorización y toma de decisiones”, chromeextension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://vortice.conagua.gob.mx
/storage/files.conagua/upload/05022021_1612548612.pdf

2 Carlos Morett-Sánchez y Celsa Cosío-Ruiz, “Panorama de los ejidos y comunidades agrarias en México”, Agricultura, sociedad y desarrollo, vol. 14, núm. 1 (enero-marzo, 2017): 125.


La ciudad en bici itinerante

Aprendiendo a andar en bicicleta

Este año iniciamos una nueva aventura de la mano del Centro Cultural Itinerante de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, un proyecto que busca llevar distintas actividades artísticas y deportivas a los municipios de la zona metropolitana de Oaxaca. Como parte de este esfuerzo, filiales de la FAHHO hicieron equipo para hacer esto una realidad.

Es así como, a partir del 11 de octubre de 2024, Casa de la Ciudad ha llevado seis talleres a los municipios y agencias de Trinidad Zaachila, Lachigoló, Teotitlán del Valle, Trinidad de Viguera, San José Hidalgo y Santa Cruz Amilpas. Estos talleres constan de tres “estaciones”: bicibalance, habilidades ciclistas y bicimecánica, en donde niños, jóvenes y adultos de todas las edades han podido disfrutar y aprender con nosotros desde primeros pedaleos, hasta mecánica básica.

Estos talleres han sido posibles gracias al trabajo no solo del Centro Cultural Itinerante y Casa de la Ciudad, sino también de las Bibliotecas Móviles de la Biblioteca Infantil BS, que nos brindan una ruta a seguir, además de difusión entre las distintas agencias y colonias a las que hemos asistido. De igual manera, el apoyo del Museo Infantil de Oaxaca ha sido invaluable al proporcionarnos bicicletas para poder realizar bicipréstamos a las infancias y juventudes que participan en los talleres.

El objetivo de estas actividades es fomentar la inclusión y brindar acceso a espacios de aprendizaje, arte y expresión. Buscamos que las colonias, agencias y municipios que visitamos puedan beneficiarse de esta iniciativa que fomenta el uso de la bicicleta como medio de transporte y herramienta para incentivar el deporte. De esta forma, promovemos la movilidad sostenible, contribuimos al empoderamiento social y a la mejora de la salud.

Para más información sobre la ruta a seguir este 2025 puedes ponerte en contacto con nosotros al número 951 516 96 47 ext. 101 o también al correo casadelaciudad@fahho.mx


Los testigos de los libros

Recorte del periódico Excélsior como testigo. Fotografía: Carlos Sevilla

Los testigos de libros son una fuente de información histórica, material, cultural y documental de los fondos bibliográficos, sus usuarios y lectores, así como de la historia, devenir y uso del ejemplar que resguarda entre sus páginas aquel fragmento de historia “atrapado” u “olvidado”.

Se le llaman testigos1 a los materiales que no pertenecen a la propia edición del libro y que fueron agregados por los lectores de manera intencionada o por un descuido. Dicho objeto se convierte en testimonio del momento del uso del libro y de quién lo consultó, además de acercarnos a su contexto histórico, cultural, económico y social. En pocas palabras, un testigo es resultado inevitable de la relación libro-lector.2

Un libro, para sus lectores, puede trascender generaciones, territorios, ideas o su propio contexto; situación de la que el testigo también es partícipe y por lo mismo se convierte en el testimonio de hechos ocurridos años o siglos después de la fecha de publicación (incluso antes); además, reflejan circunstancias temporales y espaciales determinadas y específicas.3

El Fondo Antiguo de la Biblioteca José Lorenzo Cossío y Cosío, al resguardo de Adabi, tiene una colección de testigos en parte de su acervo. Entre las páginas se encuentran fragmentos de manuscritos, impresos, grabados, recortes de periódicos, folletos, postales, cartas, dibujos y hasta restos de flora.

Como ejemplo de lo mencionado al inicio del escrito, en el libro El jardín de la iglesia de Santa Catalina de Suecia (…), publicado en 1776, el testigo que se ubica entre las páginas 28 y 29 consta de un recorte de periódico con una imagen del icónico Palacio de Hierro del centro de la Ciudad de México y personas abrigadas caminando bajo la lluvia con sombrillas. Esta impresión muestra al inmueble antes de su característica cúpula en el remate de la moldura, así como la permanencia de los letreros de la fachada con “Almacenes del Palacio de Hierro”; detalles que permiten ubicar la temporalidad del testigo entre la inauguración del complejo comercial en 1888 y los primeros años del siglo XX.4

De las páginas 128 a 134 del libro Thesaurus hispano-latinus/utriusque linguae verbis (…) se encuentran atrapados distintos fragmentos pequeños de hojas metálicas que, por su apariencia, podrían tratarse de hojas de plata y oro. Esta interesante pedacería de metal lleva a pensar en las posibles circunstancias en las que se encontraba el libro cuando era consultado, ¿algún trabajo de dorado o decoración? De ese momento hoy queda como documento tangible los delicados y endebles pedazos brillantes sobre el papel.

Pueden existir múltiples testigos dentro de un volumen y variar la tipología y características, por lo tanto, también la época y usuario al que pertenecía. Ejemplo de esto lo hallamos entre las páginas 156-157 y 276-277 de Instituciones juris canonici (…), el primero es una flor ahora atrapada entre el papel y la tinta, conserva la forma, textura y parte del color de los pétalos, sépalos y tallo; un rastro de la flora del momento en que fue consultado o de su anterior dueño. El segundo testigo es la correspondencia dirigida al jefe de hacienda del estado de Morelos firmada en Cuernavaca en 1880, lo cual nos incita a preguntarnos: ¿tendrán relación ambos testigos del libro?, ¿pertenecieron al mismo usuario?, ¿cómo podemos aproximarnos al contexto de un rastro de flor y a un oficio dirigido al jefe de Hacienda de Morelos en el México porfirista? ¿Cómo puede ser significativa la comprensión y estudio de estos elementos para entender la historia de los usuarios del libro, de su uso y de la biblioteca?

Un último ejemplo, de la variedad con la que cuenta la Biblioteca Cossío, es la encuadernación que contiene al primer diario publicado en la Nueva España, el Diario de México, impreso el 1° de octubre de 1805. Entre las páginas 174 y 175 se localiza un recorte del periódico Excélsior que, en su edición de aniversario fechado el 18 de marzo de 1928, redactó la nota titulada “El primer periódico diario que se publicó en nuestra nación”, que alude al impreso de 1805.

Este recorte representa un caso muy interesante en la relación del libro, la colección y su complicidad con su propietario y lector. Ahora el volumen guarda la nota de periódico que su dueño leyó, donde relata el histórico suceso del inicio del tiraje del primer diario impreso en el país, ahora como testigo resguardado dentro de la encuadernación del primer tomo del diario.

Cabe mencionar que el registro de los testigos del Fondo Antiguo forma parte del Programa de Conservación del Fondo Antiguo de la Biblioteca Cossío que actualmente desarrolla el Centro de Conservación, Restauración y Encuadernación de Adabi. Dicho programa es parte de las acciones de conservación y preservación de las colecciones de la Biblioteca, así como su catalogación y difusión.

Aproximaciones a los testigos del libro como los que se expusieron anteriormente son una herramienta para el estudio de su historicidad a partir de la investigación de lo material, por medio de su uso y función, y la evolución de las colecciones y sus usuarios. Todos ellos temas fundamentales para entender las huellas de uso y marcas de procedencia, que son la pátina de los libros, por lo que comprenderlas y conservarlas es un deber que tenemos con las colecciones bibliográficas.

Por otro lado, el programa de conservación del Fondo Antiguo es un proyecto integral del acervo. Mediante las labores de diagnóstico se direccionan las futuras labores de conservación, y el entendimiento de los elementos que estructuran los libros, su importancia dentro de la colección, historia y devenir como testimonio de la Biblioteca José Lorenzo Cossío y Cosío, mismos que buscamos divulgar y hacer de interés común por medio de este y futuros escritos.

1. Martha Romero, “Los testigos del libro. Su rescate, conservación y utilidad”, en De Patrimonio Documental y Bibliotecología en México. Diversas Miradas, ed. Rosa María Fernández (México: UNAM, 2012), 89-93.
2. Ana S. Zamarrón, “Testigos: aditamentos documentales y testimoniales del devenir histórico preservados en el legado bibliográfico: Arquitecto Carlos Lazo Barreiro”, en Panorama de la Conservación del Patrimonio Documental (México:ENCRyM, 2013).
3. Sandra Martínez, Catálogo de los testigos encontrados en los libros del Fondo Conventual de Coyoacán: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia “Dr. Eusebio Dávalos Hurtado”, tesis de licenciatura en Restauración de Bienes Muebles (México: ENCRyM, 2014), 10-11.
4. Patricia Martínez, El Palacio de Hierro, arranque de la modernidad arquitectónica en la ciudad de México (México: UNAM, Facultad de Arquitectura, Instituto de Investigaciones Estéticas, 2005).


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