El inicio de la pretemporada para los Diablos Rojos del México, en el Estadio Alfredo Harp Helú, se está llevando a cabo bajo lineamientos estrictos de seguridad sanitaria, con la finalidad de salvaguardar la salud integral de quienes conforman a la organización escarlata, así como a los visitantes que se aventuren a las entrañas del Diamante de Fuego.
Con la exitosa culminación de la Copa Juntos por México, celebrada a finales del 2020, y bajo el cumplimiento de un protocolo propio que logró incorporar las mejores prácticas operacionales de distintas ligas y recintos deportivos internacionales, el Estadio Alfredo Harp Helú, en conjunto con las organizaciones de los Diablos Rojos del México, la Academia de Beisbol Alfredo Harp Helú y los Guerreros de Oaxaca lograron obtener un resultado positivo al no contar con contagio alguno de COVID-19 dentro de las instalaciones deportivas; siendo este uno de los esfuerzos más notables a nivel nacional para la reactivación de los espacios deportivos profesionales.
De cara al inicio de la Temporada 2021 de la Liga Mexicana de Beisbol, y con la incorporación del equipo escarlata a la pretemporada en la capital del país, el personal del Diamante de Fuego ha trabajado en la actualización y adaptación de los protocolos sanitarios que, tanto entidades gubernamentales como la propia liga de beisbol, han dispuesto para reiniciar las actividades deportivas en los estadios. Con ello, el anteponernos a una posible apertura de puertas para el ingreso de aficionados ha sido un constante reto logístico que va más allá de instaurar puntos de revisión de temperatura corporal y despachadores de gel antibacterial.
Así, sumaremos todos los esfuerzos necesarios para cumplir con nuestro mayor desafío: ofrecer a locales y visitantes, umpires, directivos y personal operativo, instalaciones seguras, encaminadas a minimizar el riesgo de contagio y, con ello, salvaguardar su salud, nuestra salud, y la de quienes nos acompañan en el día a día y durante los juegos, así como a todos los que nos esperan en casa.
A pesar de la incertidumbre que aún invade al mundo deportivo respecto a la reapertura de los estadios, el personal del Estadio Alfredo Harp Helú confía en que pronto todos los apasionados al deporte rey, y en especial la Nación Escarlata, nos acompañarán con la confianza y seguridad al visitar el parque de pelota, como si fuera la primera vez.
Una alegoría expone, de manera indirecta, un pensamiento que usa una serie de comparaciones para revelarse. Su significado, “decir las cosas de otro modo”, da cuenta de su sentido metafórico, y tal como Cesare Ripa opinaba: “Debe poseer un carácter enigmático, de modo que, sin una precisa indicación, no pueda ser entendida fácilmente”.
En enero de 1909, el desfile de carros alegóricos con que se celebró la coronación de la Virgen de la Soledad mostró un carro que, alegorizando a Oaxaca, pretendía mostrar la diversidad cultural del estado mediante una variedad de trajes “regionales” que eran portados por niños. La iglesia oaxaqueña insinuaba así la pluralidad étnica del territorio, distinguido por la variedad de idiomas, trajes y costumbres de sus regiones.
Así, esta alegoría se convertía en una suerte “homenaje racial”, anterior al que fuera celebrado en 1932, en el marco de la conmemoración del IV centenario de la fundación de la ciudad en la que las regiones de Oaxaca rindieron pleitesía a esta. Este homenaje fue entendido entonces como una fiesta multirracial que impulsó el Gobierno del estado con base en la construcción de una identidad nacional y que es considerado como el antecedente de la Guelaguetza que se consolidó en los años 50 del siglo XX.
Pero ya antes, en 1909, en la coronación de la Virgen, se exaltaba con un sentido religioso, el triunfo de la Soledad sobre una sociedad oaxaqueña, católica y pluricultural. Se palpaban allí las reminiscencias de festividades católicas virreinales en las que era parte del festejo esta relación de opuestos/complementarios. Tal como ha estudiado Carolyn Dean en el caso peruano de las celebraciones de Corpus Christi, las “referencias a creencias no-católicas, y a menudo también pueblos” eran un elemento esencial para destacar el espíritu triunfalista de la iglesia sobre los herejes y los pueblos paganos en América: “Al escenificar la alteridad, brindaban el oponente festivo necesario cuya presencia afirmaba el triunfo”. Por lo que las representaciones de ropas, cantos y danzas prehispánicos e indígenas eran bien vistas por las autoridades españolas, ya que encontraban en ellas un sometimiento al Dios cristiano en la forma de la Eucaristía y en las festividades de los santos.
No resulta casual que en 1959, durante el jubileo de la coronación, la iglesia oaxaqueña reivindicara la huella de la coronación de la Virgen de la Soledad para dar un sentido de unidad a los pueblos de Oaxaca por medio de una “guelaguetza”. Aunque ya para entonces esta fiesta estaba configurada como una celebración del estado, el jubileo rescataba la impronta de la Virgen en la construcción de una identidad pluriétnica, desde luego con un sentido religioso:
El aspecto cultural no tiene un denominador común en nuestro pueblo que pueda servir de base para sentar una comunidad de razas con diversas culturas y hasta contrapuestos ideales; sin embargo, Oaxaca es uno de los estados de la república, con una personalidad bien definida, con una rica tradición y una fina sensibilidad. Fenómeno que no podemos explicar sociológicamente, si no, poniendo como centro moral y lazo de unión a la religión católica y, específicamente como una fuerza de cohesión y dinamismo, el culto y la devoción a la Virgen de la Soledad.
Así, durante varios días, hubo una serie festejos religiosos y profanos para la Virgen a los que asistieron delegaciones de las regiones que mostraron sus vestidos, bailes y tradiciones en típicas calendas, acompañadas de canastas enfloradas, bandas de música de viento de diferentes partes del estado y miríadas de farolillos. En esta ocasión, los carros alegóricos que salieron a las calles replicaron y ampliaron el discurso de aquel desfile de 1909; además, se programó una gran “guelaguetza”, cuya definición y manifestaciones aún eran todavía novedosas para muchos de los habitantes de Oaxaca. Un desfile folclórico formado por “todos los trajes regionales del Estado de Oaxaca desfilaron portados por agraciadas doncellas o respetables señoras” salió del llano de Guadalupe rumbo a la Soledad, se podían apreciar “nuestras famosas carretas enfloradas y adornadas a la antigua usanza”, los gigantes que representaban a las razas humanas, el baile de las marmotas de Tlacolula, “pocas veces visto”. Al final, “todos coincidieron en que el desfile era algo que nunca habían visto y seguramente jamás volverían a ver”.
Lo cierto es que, hoy en día, estas festividades pertenecen a la vida cotidiana de los oaxaqueños, como parte de ceremonias religiosas y civiles, y tienen su máxima expresión en la fiesta de la Guelaguetza, que surgió como una metáfora, como una interpretación de un pensamiento sobre las identidades, cuya discusión no es el tema de este texto.
Sobre el Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio) y el Día Mundial del Árbol (28 de junio)
Los árboles están cargados de una serie de significados míticos, esenciales para el desarrollo de la vida humana, no solo por lo que sabemos de ellos como pulmones del planeta, sino como elementos rodeados de misticismo y espiritualidad.
Así, varias dimensiones de la vida humana tienen, en sus orígenes, relación con un árbol. Buda alcanzó la iluminación debajo de un árbol del género ficus de especie “religiosa”; en el espacio bíblico se puede encontrar el árbol de la vida y del conocimiento que dotó del fruto prohibido a Eva; el mito científico de Newton y la ley de la gravedad sucedió debajo de un manzano; Yggdrasil, o fresno del universo, es el árbol que mantiene unido el universo de la mitología nórdica; en Oaxaca, el rey Condoy enterró su bastón en el pantano de donde salió el árbol de la iluminación, el sabino o tule que, se dice, está relacionado con la vida de este rey y hasta que el árbol no muera, Condoy tampoco lo hará.
En Oaxaca se establece la relación ancestral entre el origen de los reyes y los dioses mixtecos de Apoala, inscrito en los códices Vindebonesis y Selden, que dice que surgieron a partir de las ramas de un árbol que creció al lado de un río sagrado.
La literatura fantástica no se queda atrás: Tolkien habla del árbol blanco de las minas de Tirith, el símbolo más importante de los hombres de la tercera edad, que nació porque Isildur salvó el fruto antes de que su árbol fuera quemado por Sauron, y del cual nace el retoño que dará vida a este.
No se puede contabilizar la cantidad de obras literarias, composiciones y textos inspirados y nombrados en relación con los árboles: novelas completas, cuentos, poemas, crónicas y demás ocupan como sustantivo de sus títulos un árbol.
Incluso, cada vez que una categoría del conocimiento se muestra sumamente compleja se alude a un árbol para aliviar la carga analítica que implica su estudio: las ramificaciones del conocimiento científico; los árboles genealógicos de… (inserte aquí un concepto o apellido cualquiera); Darwin empleó un árbol para explicar las divisiones evolutivas de las especies; cuando el saber tiene una base similar se habla de un tronco común. Estas plantas son, sin duda, una metáfora misma del pensamiento humano.
Entonces, ¿cuál es la importancia de los árboles? Más allá de su función biológica —que sin ellos no existiría la vida en la tierra— las dimensiones humanas de lo natural, sobrenatural, extraordinario, fantástico, científico, emocional, sentimental, racional y cultural tienen, de raíz, la presencia de los árboles. Son el origen y el fin.
Gente de diversos pueblos ven a los árboles como ancestros, parientes, repositorios de las almas de los que ya no están con nosotros, dioses o reencarnaciones de ellos, como Mayahuel y el maguey.
Para las bibliotecas, los árboles son un facilitador. La BS Xochimilco tiene un Jardín de las Palabras, lleno de árboles, y leer bajo la sombra de un árbol no dejará de ser una necesidad unida a la de los libros. Sin árboles no hay libros ni conocimiento, y es necesario generar conciencia de lo que implica esta relación. Por ello, es importante exigir la creación de más espacios con árboles, así hay más de todo y eso es parte del misticismo de las arboledas: más frescura en el calor, más cobijo en la lluvia, más compañía en la soledad, más lectura bajo sus copas, más oxígeno, más especies protegidas: más vida.
Que las ventanas hablen por nosotros y no solo por los que estamos presentes sino por todas nuestras comunidades, nuestra gente. Nelson Hernández, tejedor de Santo Tomás Jalieza, Oaxaca
Las ventanas, como los ojos, pueden estar abiertas, cerradas, sucias, olvidadas, tener diferentes formas y contar diferentes historias, son membranas que nos permiten mirar al interior de algún lugar. A veces sirven de protección, otras más de prisión, pero la finalidad que tienen en común es dejar pasar la luz.
En el contexto actual, las ventanas también son unión y conversación: las abres y cierras a través de una aplicación, y es a través de esta tecnología que continuamos trabajando en equipo, en familia. Nos reunimos artistas textiles y colaboradores del Museo Textil de Oaxaca para dialogar, para construir y para deconstruir, parece increíble que unas simples preguntas disparan la sesión completa y, con gran asombro, pero no sorpresa, los sentires se parecen: la discriminación, de la que todos en algún momento y medida hemos sido víctimas, pero también victimarios.
Es tiempo de unir acciones y combatir la discriminación con fuerza y determinación, y para esto se suman las opiniones de diversos creadores y desde diversos puntos del país, reunidos a través de Zoom. Nos permitieron entrar a la intimidad de sus hogares, que en la mayoría de los casos son también sus lugares de trabajo, pues el trabajo y la vida siempre van ligados. Algunos se conectan en parejas, esposos, madres e hijos, jóvenes y adultos, mujeres y hombres que han dedicado su vida al quehacer textil, ese que implica una serie de conocimientos profundos, sensibilidades heredadas y maestra ejecución. Entonces, surgen las interrogantes: ¿Por qué se vuelve tan difícil que se aprecie este trabajo en su justa dimensión? ¿Por qué hay personas que insisten en regatear aquello que demuestra conocimiento y destreza?
Buscando generar espacios que promuevan la conciencia, la autocrítica y la sensibilización respecto a las prácticas que giran en torno al valor de los textiles creados a mano, y con la finalidad de fomentar el respeto hacia las expresiones culturales y hacia sus creadores, el Museo Textil de Oaxaca lanza la propuesta de intervenir las ventanas de la planta baja de nuestro edificio. La intervención consiste en mostrar una serie de escenarios, a partir de imágenes y preguntas, que propicien la reflexión y conversación sobre distintos temas, tales como: racismo, economía, estereotipos de género y discriminación, entre otros. Las imágenes y frases que mostramos en este proyecto son producto del diálogo y el trabajo en equipo, que comenzó con una reunión por Zoom de casi tres horas y que continúa por WhatsApp, con aportaciones y opiniones consensuadas, donde todas las voces son escuchadas, valoradas y, sobre todo, consideradas durante la toma de decisiones.
En la actualidad existen prácticas deleznables que hacen mucho daño, pero que hemos normalizado; a veces son fruto de la ingenuidad (cada vez menos creíble), otras se excusan en una tradición y en otras más se es consciente de obtener un beneficio propio y egoísta (es así casi siempre). Todas estas prácticas deberían ser erradicadas en pos del respeto y la equidad para tener un mundo construido por esfuerzos colectivos.
La emisión de juicios derivados de estereotipos es pan de todos los días: juzgamos el libro por la cubierta y asumimos las mentiras o engaños que a veces nos dan nuestros recursos y experiencias en la vida. Nos comenta la maestra Cecilia Jaime Lino, tintorera y bordadora de Hueyapan, Puebla: “Saben que soy artesana… y saben que soy maestra (refiriéndose a sus alumnos y a la imposibilidad de dividir esto que la hace ser y existir) y casi siempre, cuando ven a una persona de origen indígena asumen pobreza e ignorancia”, y agrega: “Es importante dar a conocer lo que somos como personas, como indígenas, como seres humanos”. Se asocia de inmediato, con todo el dolo, a la baja escolaridad o al poco conocimiento requerido o empleado, cuando en el mundo de los artistas hay un panorama extenso y diverso del que se ha nutrido buena parte del mundo académico para reforzar su trabajo, donde sus estudios se han enfocado en “darle fortaleza a lo que somos”.
“La discriminación ha impactado en la producción artesanal en México, es como un cáncer que nos dio a todos los productores artesanales y [que] nos viene carcomiendo: impacta en la desaparición de muchas artesanías”, señala Luis Rodríguez, rebocero de Tenancingo, Estado de México. Todos estos actos de discriminación dejarán un hueco en nuestra historia e identidad. Es esta discriminación, y la mella que ocasiona, por la que a artistas como Yatahli Rosas, tejedora de San Andrés Chicahuaxtla, Oaxaca, sus padres ya no le enseñaron a hablar la lengua triqui.
Decía Mehmet Murat Ildan, dramaturgo turco: “Si quieres que la gente entienda, ¡invítalos a tu vida y deja que vean el mundo desde tu ventana!”. Mirar desde el punto de vista ajeno no solo nos permite entender, sino que nos permite sentir, eso es empatía: vivir las emociones del otro, aunque desconozcamos el contexto. Por fin podremos abrir las puertas del museo y seguiremos mostrando los textiles de Oaxaca y del mundo, uno donde cabemos todos.
Acervo Museo de la Filatelia de Oaxaca, Maíz, México 2015.
Debido a la contingencia que estamos atravesando desde el año pasado, la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca cerró sus puertas al público y comenzó el trabajo de actualización de inventarios y acervos que resguarda. Más tarde, en el mes de noviembre, comenzó a trabajar para vincular estos acervos y hacerlos llegar al público. En sinergia con el Instituto DIA y La Vaca Independiente, los museos, centros culturales, bibliotecas y espacios de la Fundación han trabajado para darle vida a este proyecto y generar contenidos educativos basados en sus colecciones. Uno de estos proyectos es “Semillas y Raíces de la Memoria” que busca promover el respeto y conservación del medio ambiente, el rescate del patrimonio cultural y natural, concientizar y valorar los alimentos orgánicos libres de pesticidas, promover la conservación de especies comestibles nativas y rescatar la gastronomía local, comunitaria, tradicional y nutritiva.
El maíz (Zea mays) es la piedra angular de la dieta mesoamericana. México es considerado el lugar de origen de esta especie: aquí se concentra la mayor diversidad de maíces del mundo, aquí ha evolucionado y viven sus ancestros silvestres, los teocintles.
Timbres del Acervo Museo de la Filatelia de Oaxaca, Maíz, México 2015.
El proceso de domesticación del maíz comenzó hace aproximadamente 8500 años y continúa hasta nuestros días con el manejo, cultivo y selección que hacen, año con año, los agricultores con las variantes de maíces criollos, por ejemplo:
• Tepecintle: Es cultivado en zonas de ladera. Presenta una extensa variedad de colores entre los que predominan los tipos blancos, amarillos y anaranjados.
• Mushito: Se cultiva en zonas altas, con nubosidad. Se trata de plantas de porte alto, de maduración muy tardía, con mazorcas largas cilíndricas a semicilíndricas y con granos dentados de coloración blanca, amarilla y azul; tienen un alto potencial de rendimiento.
• Zapalote: Es una variedad endémica de la planicie costera del Istmo de Tehuantepec, es utilizada especialemente para elaborar los tradicionales “totopos” del Istmo.
• Bolita: Se considera originario de los Valles Centrales de Oaxaca y fue identificado científicamente desde 1951. Se caracteriza por tener una mazorca corta y muy cubierta de granos, los que presentan una apariencia redondeada, de ahí su nombre. Aunque es de amplio uso en la cocina tradicional oaxaqueña, se utiliza en especial para elaborar tortillas, tanto blandas como tlayudas, así como en la elaboración del tejate.
Acervo Museo de la Filatelia de Oaxaca, Oaxaca Ciudad Patrimonio, 2013.
Para su consumo, el maíz se puede aprovechar previo a la maduración, cuando ya está el elote e incluso cuando el grano ha madurado. También se usan sus hojas, conocidas como totomoxtle, para envolver los tamales o producir artesanías. Con el grano, una vez nixtamalizado, se hace masa para tortillas (blandas, tlayudas y tostadas), molotes, empanadas, totopos y chochoyotes para la sopa de guías, los frijoles o el amarillo. Hervido sirve para atole y el cacahuazintle se cuece para preparar el pozole.
En México existen 64 variedades de maíces, de las cuales, 59 se pueden considerar nativas. En muchas ocasiones podemos observar la influencia que tiene la agrobiodiversidad en la cultura y el maíz no es la excepción. Realzar la importancia del maíz en la gastonomía es una forma de homenajearlo.
Intrincados, misteriosos y fantásticos son los caminos de la literatura, y nunca ha sido mejor utilizada la frase “Leer entre líneas” que cuando se trata de comunicar la obra de dos o más creadores. En el número 3 de este Boletín Digital hemos comenzado a trazar los caminos que encontramos en los libros que atesora la Biblioteca Andrés Henestrosa hacia la presencia de otros personajes, como Alfonso Reyes, por ejemplo. A continuación, mostramos otra feliz lectura del recorrido entrelíneas que nos alegra el trabajo intramuros.
San Francisco Ixhuatán, en el Istmo de Tehuantepec, el Pueblo Libro, vio nacer a dos prolíficos escritores: don Andrés Henestrosa y Manuel Matus Manzo. El primero nos legó una obra que con los años se ha consolidado como base de una tradición literaria que nace de la oralidad de los pueblos de Oaxaca; el segundo también ha levantado cosecha desde la oralidad, es poeta de la más fiera mentira, narrador de los maravillosos mitos del Istmo y ferviente usuario de la Biblioteca Henestrosa. La más reciente de sus hazañas fue haber reeditado un facsimilar de un ejemplar albergado en la biblioteca: Los hombres que dispersó la danza, libro de Andrés Henestrosa que pertenece al canon literario del país. El objetivo fue distribuirlo gratuitamente entre los paisanos del Istmo.
En la Presentación del libro escribe el presidente municipal de San Francisco Ixhuatán, Florencio de la Cruz: “No es costumbre de los municipios publicar un libro ni poner atención a la cultura, aunque tengan la obligación de hacerlo, al cultivo del alma de sus habitantes, pero hoy hacemos el esfuerzo de poner en manos de cada ciudadano, hombre o mujer, esta obra orgullo de nuestro pueblo, herencia de nuestros ancestros, los binnigulaza, sus mitos y cuentos”. Y acierta al señalar la falta de atención sobre el tema cultural, sin embargo, este ya es un gran avance y, como decía el propio Henestrosa: “La ignorancia es principio de la sabiduría”. La labor de editor que llevó a cabo el maestro Manuel Matus, quien nos hizo llegar en calidad de donativo algunos ejemplares para la Biblioteca Henestrosa y también para cada una de la Red de Bibliotecas BS, comprendió desde la gestión del recurso económico, las vueltas correspondientes con el impresor y la presentación del ejemplar en el tercer Encuentro de Escritores y Narradores, El Otoño de la Palabra, en San Francisco Ixhuatán, el pasado mes de diciembre.
El escaneado del original estuvo a cargo de la Biblioteca Francisco de Burgoa, a solicitud de la Biblioteca Henestrosa. El ejemplar seleccionado por el maestro Matus para su reproducción en facsímil fue el publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México en 1946, con ilustraciones de Julio Prieto, y aunque se trata de una segunda edición, es uno de los tesoros de nuestra biblioteca, ya que perteneció al propio autor, y que hoy día, gracias a la insistencia del destino, se encuentra en las manos de los ixhuatecos.
Ha pasado un poco más de un año desde que las bibliotecas de la Fundación cerraron sus puertas al público y, con esto, a sus usuarios, y aunque la BIJC estaba preparada para seguirlos apoyando —a través de su catálogo en línea, sus repositorios y la implementación del préstamo a domicilio de los materiales bibliográficos—, no dejamos de preguntarnos lo siguiente: ¿Qué podemos hacer a la distancia por los usuarios?, ¿cómo la están pasando sin una biblioteca?, ¿qué necesidades de información tienen en estos momentos?
II. Los deseos de volver a las bibliotecas vistos desde las búsquedas en Google
De acuerdo a un sencillo análisis elaborado por el bibliotecario cubano Alejandro Romero, haciendo uso de la herramienta Google Trends (también nombrada “Tendencias de búsqueda de Google”), la cual proporciona información sobre los temas y términos más buscados por los usuarios en determinado período de tiempo, Romero descubrió que en los últimos doce meses el término más buscado, relacionado con bibliotecas en español, ha sido “Biblioteca coronavirus”, y quizás no es tan sorprendente; el segundo término más buscado ha sido “Cuándo abren las bibliotecas”. Lo anterior evidencia los deseos que tienen los usuarios de volver a estos espacios.
III. Nuestros usuarios
Mientras transitamos por los espacios (cerrados) de la BIJC, organizando y digitalizando materiales, gestionando y preservando las colecciones, concentrados en esta labor, pensamos: “¿En dónde están nuestros usuarios?, ¿les haremos falta como biblioteca?”. El análisis en Google Trends parece advertir que sí. Pienso en los estudiantes que no tenían espacio en sus propias bibliotecas y que aquí podían acceder a uno; pienso en los usuarios viajeros, que admiraban el espacio y se sentían tan bien que pedían un libro, solo para quedarse y tener la oportunidad de ser lector en la BIJC. ¿En dónde estarán los usuarios especializados, sin poder acceder de manera física a las colecciones? Porque quizá lo digital no les baste. ¿En dónde estarán nuestros usuarios, los adultos mayores, para quienes la biblioteca era un refugio para leer el periódico y mantenerse informado? Y ¿qué habrá sido del usuario que me contó que hace apenas unos años perdió a su esposa, y para no sentirse triste acudía a la biblioteca porque “aquí podía sentirse mejor”? También pienso en nuestros “usuarios sin zapatos”, ¡se veían tan cómodos! Al respecto, la investigadora Ileana Conde —quien indaga sobre la relación de las bibliotecas con el desarrollo— destaca el hecho de que “una biblioteca en la que los usuarios se quitan los zapatos, es reflejo de que en este lugar se sienten muy bien, están cómodos y sin prohibiciones”.
Cuando definimos al Misterio —aquella cosa o hecho que no se puede comprender o explicar— como el tema que trataríamos en este número, comencé a ver todo con ojos curiosos, tratando de imaginar por dónde lo abordaría. Al poco tiempo recibí unas cápsulas de audio —pueden escucharlas en el siguiente apartado— que contenían entrevistas a los responsables del taller de cerámica Manos que Ven —taller beneficiado por la FAHHO con un horno libre de humo—, José García y Teresita Mendoza. También vi un video extraordinario, dirigido por Gabriel Salcedo con fotografía de Eduardo Romero y del propio Salcedo. Confirmé entonces algo que siempre me ha llamado la atención en esa pareja: el profundo amor que se tienen. Ese vínculo sólido que se establece entre dos personas y que se convierte en el motor de la vida. El amor les ha permitido superar las dificultades que representa para un creador el hecho de perder la vista.
¿Cuándo y por qué te enamoras? Es imposible de explicar. Podrás nombrar una serie de cualidades que constituyen a tu pareja y buscar razones por las que estás con ella, pero no por eso explicas el enamoramiento, esa fuerza poderosa que en un principio no te permite hacer nada más que estar en ella. Ese flechazo que da el hijo del dios de la guerra y la diosa de la belleza, ese algo caído del cielo. La manera en que se presenta el amor es un misterio inescrutable. Simplemente se siente, es inevitable, sucede, “…como la edad, el fruto y la catástrofe”, diría el poeta. Si bien el enamoramiento puede ser pasajero, el amor trasciende el tiempo y se va transformando con él. Lo interesante es la permanencia.
Volviendo a nuestra pareja, José representa a Teresita en cada pieza que moldea con sus manos. Una y otra cobran forma con sus dedos lodosos, sus yemas le muestran el camino. Siente el material, percibe su textura, su consistencia y, así, determina el volumen y tamaño de sus figuras. José decidió hacer de su oficio la recreación de la imagen de su mujer, quizás no conscientemente, porque afirma que es la mujer oaxaqueña, pero en realidad es ella, su mujer. Ese solo hecho nos da indicios del profundo amor que le tiene; y al escucharlo, uno lo constata. Es un verdadero poeta. Habla de ella y de la vida con tal cariño que uno se conmueve. Teresita, por su parte, lo escucha y reitera el amor que siente por él, lo trata con templanza, lo guía cuando es necesario, lo sigue cuando le marca el paso, acaba las piezas que él inicia y les da el toque final con los detalles que hacen de las piezas joyas de la alfarería. Ella también realiza sus propias piezas, las que recrea con su imaginación. La suya es una pareja de artistas unida en la creación.
Viene a mi mente un artículo que leí hace poco de Adriana Malvido sobre Vicente Rojo y Bárbara Jacobs en el que ambos hablaban sobre lo indefinible del arte y del enamoramiento. Al margen de la tristeza por la pérdida de un artista plástico excepcional y uno de los grandes diseñadores exiliados en nuestro país, felicito a Malvido por el texto que formará parte de un libro más amplio sobre parejas de artistas. En la entrevista, Vicente Rojo comentaba que ignoraba si cuando una pareja enriquecía su vida con otro, de algún modo eso se reflejaba en su obra. “La creación es muy misteriosa, cómo nace, cómo surge, cómo se mantiene y se cierra y se abre otra etapa, otro camino, otra frase… Destapar, quitar un tapón en el proceso creativo es una cuestión práctica. En la creación misma hay una zona muy nebulosa. Lo mismo que el enamoramiento. Es tan misterioso como la creación. Poder definir qué es el amor, por qué, cómo y cuándo se da, es imposible… Yo creo que el encanto del amor está en ese misterio y en su propia indefinición. Para mí es indefinible”.
Recuerda que el formato de la hoja es tamaño oficio (23.3 x 34.5 cm). Imprime y pega sobre un cartón resistente para armar tu caja.
¿Te gustaría viajar en el tiempo? Hace unos días, en la BS, muchos jóvenes volvieron al pasado, justo al año 2012.
Tú, al igual que ellos, también puedes hacerlo. Revisa la siguiente liga y podrás hacer una exposición o podrás planear ahora un viaje al pasado que realizarás en el futuro.
Link para descargar y armar una cápsula del tiempo
La Fundación Alfredo Harp Helú cuenta con algunos lugares que quizá nunca hayas visitado y te suenen lejanos, extraños o misteriosos. En esta ocasión, te contaremos sobre un sitio que, si te pones a pensar, no es del otro mundo: La Fonoteca Juan León Mariscal.
¿Qué es una fonoteca?
Se trata de un espacio donde se resguardan y dan a conocer todo tipo de archivos sonoros. La Fonoteca Juan León Mariscal es parte de la gran familia FAHHO, en ella se resguardan archivos y promueve la música de Oaxaca y de diversas partes del mundo.
¿Qué es un archivo sonoro?
Cualquier material que contenga o hable sobre música: discos, casetes, CDs, documentales (DVD), películas de conciertos, audios de entrevistas a músicos o a personas relacionadas con este arte, así como libros, folletos, partituras, instrumentos, etc. La música es parte importante de una cultura, con ella entendemos los sentimientos de los seres humanos. Al escucharla, podemos sentir una alegría inmensa o una tristeza profunda.
¿Qué tipo de música tiene la Fonoteca Juan León Mariscal?
¡Casi de todo! Música clásica, barroca, folclórica, sones, salsa, música tocada con marimba, bandas tradicionales, piano, guitarra, chirimía, de diferentes compositores oaxaqueños y de diversas partes del mundo. ¿Cuál te gusta más?
Próximamente te contaremos quién fue Juan León Mariscal y por qué nuestra fonoteca lleva su nombre, ¡no te lo pierdas!
La Fundación Alfredo Harp Helú, Oaxaca A.C., en adelante (FAHHO), en coordinación con Banco Nacional de México, S.A., integrante del Grupo Financiero Banamex, en adelante Citibanamex, le invitan a participar en el Programa Home Runs Citibanamex 2021, para la donación de recursos a instituciones que destacan por su trayectoria de trabajo y compromiso social a favor de quienes más lo necesitan en el estado de Oaxaca.
Para esta edición 2021, la FAHHO asignó una bolsa de $7,500,000.00 (siete millones quinientos mil pesos 00 /100 M.N.) para el impulso a instituciones con afectaciones derivadas del Covid-19, en los siguientes rubros:
– Bienestar social – Educación – Cultura – Proyectos productivos – Salud – Fomento al deporte – Ecológico ambiental
Requisitos para participar
1 – Ser donataria autorizada por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) de acuerdo con la publicación en el Diario Oficial de la Federación del 12 de enero 2021 y no haber sido Revocados dentro de las actualizaciones posteriores, publicadas por el SAT dentro del mismo Diario.
2 – Ser la institución que ejecutará directamente el proyecto en el estado de Oaxaca.
3 – Contar con órganos de decisión y representación legal vigentes (Consejo Directivo, Patronato, Mesa Directiva u órgano equivalente).
4 – En caso de los Municipios: constancia de mayoría y acreditaciones.
5 – Haber cumplido en tiempo y forma con la comprobación de cualquier donativo previamente otorgado por la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca. A.C.
6 – Cuenta establecida en Banco Nacional de México, S.A. para que, en caso de ser beneficiadas, se les pueda efectuar la transferencia electrónica.
7 – Solicitar la inscripción al correo: homeruns@fahho.mx
– Las asociaciones deberán enviar desde su correo institucional un oficio en papel membretado sellado y firmado por el representante legal.
– Los municipios deben solicitar desde su correo institucional la inscripción mediante un oficio en papel membretado, sellado y firmado por el presidente y síndico municipal, incluir el número telefónico del municipio (En caso de que el donativo sea en especie, no se requiere cuenta bancaria).
En respuesta, la FAHHO expedirá un correo con las carpetas en donde deben ingresar sus proyectos y soportes documentales.
8 – La fecha límite para la recepción de soportes documentales y proyectos es el día 4 de junio 2021.
9 – Los proyectos serán evaluados y seleccionados por el Comité de la FAHHO. Notificaremos mediante correo electrónico a las instituciones participantes los resultados correspondientes de conformidad con la bolsa de recursos disponibles para la entrega de los donativos, a más tardar el día 30 de junio 2021.
10 – Durante su ejecución, el proyecto estará sujeto a una verificación por parte de la FAHHO, con la finalidad de evaluar los avances y la aplicación de recursos.
Comprobación del donativo
La fecha límite para recibir las comprobaciones será el día 17 de diciembre 2021. Los beneficiados deberán agregar cinco fotografías y otorgar el derecho de uso a la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, A.C. Las fotografías servirán como evidencia de la aplicación del donativo entregado.
Aviso de Privacidad
En caso de recabar datos personales de las personas físicas pertenecientes a las organizaciones invitadas a participar en el programa Home Runs Citibanamex-FAHHO 2021, en la FAHHO estamos convencidos de la relevancia e importancia del cuidado de su información personal. Es por ello que aplicamos lineamientos, políticas y procedimientos para proteger su información. Para más información sobre la protección de sus datos personales acuda a la siguiente liga: https://fahho.mx/aviso-de-privacidad/
Muy pocos tienen la fortuna de escuchar a las sirenas. Al tratarse de un mito o un cuento mágico, la figura que representa este personaje ha desatado la imaginación de músicos, poetas, pintores, escultores y dramaturgos a lo largo de la historia. En el arte popular oaxaqueño podemos encontrar una singularidad arropada por la tierra, el agua y el fuego.
En San Antonino Castillo Velasco, del distrito de Ocotlán de Morelos, se encuentra un taller familiar de alfarería que comparte con el mundo las imágenes de las sirenas, figuras surrealistas en forma de macetas zoomorfas o antropomorfas. Estas piezas se aprecian en el patio y en un cuarto destinado a mostrar a los visitantes el trabajo de Manos que ven, un taller familiar dirigido por el maestro alfarero José García y la maestra Teresita Mendoza, quienes se han convertido en un referente de la comunidad.
El reconocimiento del quehacer de la familia García Mendoza se debe al trabajo constante y a la calidad con la que elaboran sus productos. La confianza que le ha dado al equipo de Andares del Arte Popular nos han permitido, desde hace tiempo, compartir con el público sus experiencias al momento de trabajar el barro. El maestro José García nos comparte su palabra, le preguntamos por qué su taller lleva ese nombre y él nos contesta: “Soy invidente, discapacitado… Me dio glaucoma y me privó de la vista. No veo absolutamente nada, solo que se me desarrolló el tacto, y el oído, y estamos trabajando como si yo viera con las manos”. El inicio de la charla augura una gran historia por ser escuchada, y es así como transcurre el tiempo mientras el maestro y su esposa, la maestra Teresita, nos comparten sus anécdotas. Les preguntamos: “¿Cómo fueron sus inicios en la labor del barro?”; el maestro José, muy presuroso, toma el rol de entrevistado y con el ímpetu que le caracteriza, comenta parte de sus inicios: “Es una historia hermosa. Yo soy una persona que nació en 1947, el 10 de agosto, mi padre era jornalero y mi madre se ocupaba de los trabajos del hogar y de la familia, yo salía a jugar porque cuando era niño y llovía se hacía un arroyuelo que escarbaba la tierra, de ahí salía barro chicloso, lo mezclaba y me sentaba a jugar y así fue como principié…”. Haciendo diferentes figuras que representaban el campo, como toritos, burros, borregos, es como inicia el maestro José a jugar y perfilar su trabajo en la alfarería.
La maestra Teresita Mendoza también expresa sus inicios en la alfarería. Comenta que su trabajo con el barro comenzó con los detalles de los rostros y cuerpos que conforman las figuras de las sirenas, comparte con una voz constante: “Cuando me casé con mi esposo, yo aprendí de él. Lo primero que aprendí fue a hacer las escamas de las sirenas, después pececitos, flores y así le ayudaba yo a decorar el trabajo, pero fue pasando el tiempo y procreamos tres hijos, y dedicaba mi mayor tiempo a ellos, pero cuando mi esposo tuvo el problema en su vista, que le dio glaucoma, entonces para mí fue muy difícil, muy triste, pero de entonces para ahorita le puse mucho empeño al trabajo, mucha curiosidad y tiempo… Así fue como los dos juntos trabajamos: mi esposo forma las piezas y yo le hago todos los detalles que le faltan…”.
Sin lugar a duda, el trabajo colaborativo para crear piezas únicas, en el taller familiar Manos que ven, es una manera de hacer homenaje a la comunidad de San Antonino Castillo Velasco, pero también a la experiencia personal de los maestros José y Teresita, que han dejado un camino para seguir transitando en el Arte Popular. Surge otra pregunta al momento de charlar con los maestros. “¿Cómo es el proceso creativo para representar en el barro las diferentes figuras?”. El maestro José piensa un momento y contesta: “Primeramente, me imagino lo que vi con mis ojos como es la mujer, porque a mí me agrada hacer la escultura de la mujer oaxaqueña, tiene mucha manera de vestir los trajes típicos de su región… Extiendo en una base el barro, lo aplasto bien, entonces lo levanto y lo empiezo a formar para hacer la figura que yo quiero hacer…”.
La maestra Teresita se encarga de detallar el rostro de las mujeres. Para que cada gesto sea único, bello, imagina mientras modela el barro, crea escenas singulares. Las sirenas, en vez de cantar, se metaforizan en escenas de barro. La maestra es la responsable de crear sirenas colgantes que resaltan los espacios exteriores o interiores del hogar. El trabajo colaborativo permite fusionar dos o más imaginarios y la maestra Teresita comparte su gusto por crear las sirenas. Le preguntamos: ¿Qué piezas son las que usted trabaja?, y entonces nos platica: “Mi esposo y yo siempre trabajamos juntos… quiero hacer a veces la idea que tengo en mi mente, en mis ratos libres hago mis sirenitas pequeñas de colgar, hago también macetas con cara de mujer que son macetas chicas… Y me gusta hacer otra figura: cuando yo era niña íbamos al campo y la mujer carga a su bebé, a su niño, y aquí carga un jarrón de atole o una olla de comida y una canasta en la cabeza donde va la tortilla, y va con su rebozo: esa es la figura que me gusta hacer mucho a mí, esa figura es propia, es mía”.
Tantas charlas por venir y poco tiempo con el que uno cuenta. En algún momento de la charla se les preguntó sobre el futuro del taller. “¿Cómo visualizan el taller en un futuro, se seguirá trabajando?”. Los maestros se quedan un momento pensando, entonces el maestro José comienza a contarnos: “Yo creo que sí , yo creo que a mis nietos les toca ver el futuro, a mí ya no, porque yo vivo el presente, yo vivo el hoy porque vivo la tercera edad, entonces a mis nietos les toca ver el futuro y ojalá que esto llamado arte, artesanía, no se pierda, sino que lo sigan. Mi opinión, como hombre que soy, es que el avance de la ciencia pone la mirada en todo aquello que es tecnología (sí), donde le ponen el dedo a un botón y mueven muchos cosas, y nosotros no, porque yo con los diez dedos que tengo, los muevo para hacer artesanía… yo creo que a mi familia le toca ver el futuro”.
Finalmente, si hay un ejercicio de imaginación que pueda reflejar los frutos del trabajo que realizan en el taller Manos que ven, sería en la valoración de sus piezas, de la historia de sus orígenes, de su permanencia. Las sirenas, así como los distintos tipos de piezas que crean los maestros y sus hijos, son reconocidas en lo más local, pero también en este ir y venir de la globalidad. Desde Andares del Arte Popular creemos en el reconocimiento del trabajo hecho a mano, en el valor intrínseco que existe entre la experiencia de cada maestro y su pieza terminada, en la continuidad de la tradición artesanal, pero también en la apertura de la fusión de nuevas técnicas y colaboraciones.