Boletín FAHHO Digital No. 5 (May-Jun 2021)

Las ventanas

Gema Peralta / Eva R. Herrera

Que las ventanas hablen por nosotros y no solo por los que estamos
presentes sino por todas nuestras comunidades, nuestra gente.

Nelson Hernández,
tejedor de Santo Tomás Jalieza, Oaxaca

Las ventanas, como los ojos, pueden estar abiertas, cerradas, sucias, olvidadas, tener diferentes formas y contar diferentes historias, son membranas que nos permiten mirar al interior de algún lugar. A veces sirven de protección, otras más de prisión, pero la finalidad que tienen en común es dejar pasar la luz.

En el contexto actual, las ventanas también son unión y conversación: las abres y cierras a través de una aplicación, y es a través de esta tecnología que continuamos trabajando en equipo, en familia. Nos reunimos artistas textiles y colaboradores del Museo Textil de Oaxaca para dialogar, para construir y para deconstruir, parece increíble que unas simples preguntas disparan la sesión completa y, con gran asombro, pero no sorpresa, los sentires se parecen: la discriminación, de la que todos en algún momento y medida hemos sido víctimas, pero también victimarios.

Es tiempo de unir acciones y combatir la discriminación con fuerza y determinación, y para esto se suman las opiniones de diversos creadores y desde diversos puntos del país, reunidos a través de Zoom. Nos permitieron entrar a la intimidad de sus hogares, que en la mayoría de los casos son también sus lugares de trabajo, pues el trabajo y la vida siempre van ligados. Algunos se conectan en parejas, esposos, madres e hijos, jóvenes y adultos, mujeres y hombres que han dedicado su vida al quehacer textil, ese que implica una serie de conocimientos profundos, sensibilidades heredadas y maestra ejecución. Entonces, surgen las interrogantes: ¿Por qué se vuelve tan difícil que se aprecie este trabajo en su justa dimensión? ¿Por qué hay personas que insisten en regatear aquello que demuestra conocimiento y destreza?

Buscando generar espacios que promuevan la conciencia, la autocrítica y la sensibilización respecto a las prácticas que giran en torno al valor de los textiles creados a mano, y con la finalidad de fomentar el respeto hacia las expresiones culturales y hacia sus creadores, el Museo Textil de Oaxaca lanza la propuesta de intervenir las ventanas de la planta baja de nuestro edificio. La intervención consiste en mostrar una serie de escenarios, a partir de imágenes y preguntas, que propicien la reflexión y conversación sobre distintos temas, tales como: racismo, economía, estereotipos de género y discriminación, entre otros. Las imágenes y frases que mostramos en este proyecto son producto del diálogo y el trabajo en equipo, que comenzó con una reunión por Zoom de casi tres horas y que continúa por WhatsApp, con aportaciones y opiniones consensuadas, donde todas las voces son escuchadas, valoradas y, sobre todo, consideradas durante la toma de decisiones.

En la actualidad existen prácticas deleznables que hacen mucho daño, pero que hemos normalizado; a veces son fruto de la ingenuidad (cada vez menos creíble), otras se excusan en una tradición y en otras más se es consciente de obtener un beneficio propio y egoísta (es así casi siempre). Todas estas prácticas deberían ser erradicadas en pos del respeto y la equidad para tener un mundo construido por esfuerzos colectivos.

La emisión de juicios derivados de estereotipos es pan de todos los días: juzgamos el libro por la cubierta y asumimos las mentiras o engaños que a veces nos dan nuestros recursos y experiencias en la vida. Nos comenta la maestra Cecilia Jaime Lino, tintorera y bordadora de Hueyapan, Puebla: “Saben que soy artesana… y saben que soy maestra (refiriéndose a sus alumnos y a la imposibilidad de dividir esto que la hace ser y existir) y casi siempre, cuando ven a una persona de origen indígena asumen pobreza e ignorancia”, y agrega: “Es importante dar a conocer lo que somos como personas, como indígenas, como seres humanos”. Se asocia de inmediato, con todo el dolo, a la baja escolaridad o al poco conocimiento requerido o empleado, cuando en el mundo de los artistas hay un panorama extenso y diverso del que se ha nutrido buena parte del mundo académico para reforzar su trabajo, donde sus estudios se han enfocado en “darle fortaleza a lo que somos”.

“La discriminación ha impactado en la producción artesanal en México, es como un cáncer que nos dio a todos los productores artesanales y [que] nos viene carcomiendo: impacta en la desaparición de muchas artesanías”, señala Luis Rodríguez, rebocero de Tenancingo, Estado de México. Todos estos actos de discriminación dejarán un hueco en nuestra historia e identidad. Es esta discriminación, y la mella que ocasiona, por la que a artistas como Yatahli Rosas, tejedora de San Andrés Chicahuaxtla, Oaxaca, sus padres ya no le enseñaron a hablar la lengua triqui.

Decía Mehmet Murat Ildan, dramaturgo turco: “Si quieres que la gente entienda, ¡invítalos a tu vida y deja que vean el mundo desde tu ventana!”. Mirar desde el punto de vista ajeno no solo nos permite entender, sino que nos permite sentir, eso es empatía: vivir las emociones del otro, aunque desconozcamos el contexto. Por fin podremos abrir las puertas del museo y seguiremos mostrando los textiles de Oaxaca y del mundo, uno donde cabemos todos.

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