LA CIENCIA TAMBIÉN TIENE CARA DE MUJER

En la historia de las bibliotecas se halla escrito el nombre de Hipatia, hija de Teón, matemático y astrónomo que ejercía de profesor en la Biblioteca de Alejandría. Desde muy joven recibió una educación científica, tuvo acceso al conocimiento de diversas áreas y compartió enseñanzas con los más importantes pensadores de su época. Por esta razón, su vida está ligada a grandes alcances en literatura, filosofía y ciencia. 

Ella, como muchas otras mujeres en el mundo, tiene un merecido lugar en la historia de la humanidad por sus aportaciones a diversas disciplinas, pues a pesar de haber vivido en una época en la que prácticamente las mujeres no podían acceder a la educación, rompió con los estigmas y se convirtió en matemática y astrónoma. 

Pionera en la ciencia y la filosofía, demostró que investigar, inventar y hacer experimentos no es una actividad exclusiva de los hombres. Por esa sencilla razón, a lo largo de la historia han existido numerosas mujeres, famosas y dotadas de una gran inteligencia, que han hecho descubrimientos cruciales e invenciones en el mundo de la ciencia. 

Sin embargo, algunas han quedado a la sombra de grandes inventores, o poco se sabe de ellas y su contribución al progreso de la ciencia y la tecnología. Por eso, en el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia que se celebra el 11 de febrero, es importante conocer el camino que muchas de ellas han tenido que recorrer, reconocer sus logros y encender la chispa para que más niñas continúen apostando a esta importante labor. 

Las bibliotecas, como espacios de acceso a la información, son un aliado fundamental para lograrlo. En las páginas de sus acervos siempre hay historias de vida de grandes aventureras, biólogas, matemáticas, físicas, etc., y qué decir de los muchos libros escritos por divulgadoras en los que comparten sus conocimientos sobre temas familiares o desconocidos para los lectores, todos ellos son un universo infinito al alcance de todos. Más de uno provocará ilusiones de convertirse en una paleontóloga, inventora o científica. 

Esos libros, acompañados de otras actividades como el cine, teatro, charlas y talleres, promueven un acercamiento al trabajo que las mujeres cercanas a la comunidad realizan en favor de la ciencia. En la BS, gracias a los vínculos que se han establecido con otras instituciones, hemos tenido el placer de escuchar a aquellas mujeres que realizan investigación para la disminución de productos plásticos y la creación de otros a través de lo orgánico, o quienes se dedican a la protección y el cuidado de especies como aves rapaces o reptiles.

Afortunadamente, los tiempos han cambiado bastante. Estas mujeres se hacen más presentes gracias a la facilidad para compartir información a través de diversas plataformas, a las que podemos acceder desde un celular. Por eso es muy probable que a donde quiera que miremos encontremos a alguna mujer haciendo labor científica, sin embargo, hay mucho trabajo por delante pues, según el Instituto Estadístico de la UNESCO, solo 28% de los investigadores científicos en el mundo pertenece al género femenino. Así que sumemos esfuerzos y hagamos que esa lista crezca mucho más. De esta forma, nombre por nombre, las mujeres serán reconocidas en esta bella e importante labor. 

Por eso, estimada lectora, te invitamos a sumergirte en los libros de ciencia que alberga la Red de Bibliotecas BS, encontrarás infinidad de temas que moverán el gusanito de la curiosidad, y seguro te llevarán a grandes descubrimientos. 

LIBROS REBELDES PARA NIÑAS REBELDES Y TAMBIÉN PARA LAS QUE NO LO SON

A todas las niñas rebeldes del mundo: sueñen en grande, aspiren a más, luchen con fuerza y, ante la duda recuerden esto: tienen razón.
Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes

Cuando lees un libro te transformas, encuentras formas desconocidas o agarras valor para tomar una que hacía tiempo ya le traías ganas. Es el caso de las niñas y adolescentes que nos visitan. Lo que más nos gusta es el momento en que escogen un libro: sus ojos brillan, pareciera que están sentadas y absortas sin hacer “nada”, pero dentro de ellas se están creando nuevos mundos, están construyendo una versión sobre sí mismas, quizá más romántica, más guerrera, más callada, más imaginativa. De alguna manera se vuelven más rebeldes, críticas… porque tienen nuevos argumentos para defender sus opiniones. Su vocabulario es más extenso; conocen historias de otras mujeres que se han atrevido a realizar verdaderas proezas; su curiosidad hace que lean todo tipo de historias. Es cuando ocurre la magia: se convierten en princesas con botas, salvan dragones piratas –esto por mencionar algunas de las transfiguraciones más recientes–. En algún tiempo fue muy peligroso que las mujeres aprendieran a leer porque significaba que tendrían ideas propias (como si no las hubiéramos tenido). Por suerte eso cambió. 

¿Y cuáles serán esos libros? En la BS de la Ciudad de las Canteras contamos con una reserva especial que hemos nombrado “Libros rebeldes”. Y no crean que se trata de libros que no quieren entrar en su lugar en el librero, o que no quieren ser leídos y se oponen ferozmente a sus lectores. Estos son libros que cuentan sobre niñas y mujeres que han cambiado el curso de la historia. Les compartimos algunos de los más gustados, incluso les pueden gustar a las niñas más grandes.

Si pones atención podrás ver dentro de ti misma. En este libro podrás encontrar respuestas, algunas tan sencillas que nos pasan desapercibidas. Descubrirás que hay un gran tesoro dentro de ti. 

Claudia Rueda, A veces, OcéanoTravesía, 2012.

Olga se ha puesto una playera que la hace sentir poderosa, fuerte. Con esa playera, ella es capaz de realizar actividades que no sabía que podía. Piensa que es la única que tiene esa playera hasta que encuentra un gato que trae puesta una exactamente igual, y eso cambia todo.

Ilya Green, Strongboy. La playera del poder, Petra Ediciones, 2010.

Salvaje aprendió todo con los animales del bosque, nadie sabía cómo había llegado. Un día conoció a nuevos animales que le parecieron un poco raros. Se fue con ellos, pero todo lo hacían mal: jugar, hablar, divertirse. Salvaje no era feliz.

Emily Hughes, Salvaje, Libros del ZorroRojo, 2013.

Una niña y su padre van de paseo. Ella cuestiona sobre lo que hacen las princesas, su padre le da respuestas más libres, lejos de estereotipos y basadas en su paternidad activa. 

Carmela Lavigna Coyle, ¿Es verdad que las princesas besan a los sapos? Picarona, 2013.

Todos señalan a Mara por el tamaño de sus orejas. Sus orejas son también pretexto para molestarla por otras cosas. Por cada observación maliciosa, Mara tiene un comentario fascinante sobre ella misma.

Luisa Aguilar, Orejas de mariposa, Kalandraka, 2007.

Malena no es muy buena nadando, su profesora le inyecta confianza y a partir de eso se ha convertido en una nadadora muy distinta. Ya no le preocupa lo que digan sobre ella.

Davide Cali, Malenaballena, Libros del ZorroRojo, 2015.

Muchos de los aportes científicos han sido hechos por mujeres. Éste es el compendio de cincuenta mujeres que con su aportación cambiaron el mundo, cada historia relata brevemente su vida. 

Rachel Ignotofsky, Mujeres de ciencia. 50 pioneras intrépidas que cambiaron el mundo, Nórdica, 2017.

El solo título es una invitación para ser leído. Mujeres rebeldes de todos los tiempos y de todas las áreas están aquí, contando su historia.

Elena Favilli y Francesca Cavallo, Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes I y II, Planeta, 2017

ENTREGA DE LAS PRIMERAS CASAS

El terremoto de septiembre de 2017 no solamente movió la tierra, también movió nuestro tejido social. Se establecieron nuevas redes de solidaridad a la cuales se sumó la Fundación Alfredo Harp Helú y nuestro equipo, Arquitectos Artesanos, para trabajar en la Sierra Mixe y en la Mixteca Baja. Gracias a esta gran oportunidad, a más de un año de trabajar en la reconstrucción hemos encontrado un nuevo canal de aprendizaje recíproco entre las familias, los arquitectos y los voluntarios de cada localidad. Hemos generado vínculos que van más allá de la reconstrucción, y apostamos que es ahí donde está la verdadera restauración de nuestra sociedad.

El día 19 de enero de 2019, la doctora María Isabel Grañén Porrúa y don Alfredo Harp Helú visitaron la ciudad de Huajuapan de León para entregar las primeras casas terminadas, acto simbólico acompañado de un acta en la que establecimos el respeto al patrimonio de la arquitectura vernácula, bajo un compromiso entre las familias beneficiarias y la Fundación Alfredo Harp Helú. 

En la casa misma está implícita la razón por la cual se debe respetar la herencia de la arquitectura vernácula. Sabemos que respetar realmente es reconocer nuestras tradiciones constructivas, y que ellas están íntimamente relacionadas con las demás herencias culturales: son un eslabón importante, tanto como la tradición culinaria y la tradición ritual.

Una de las casas recuperadas después del sismo es la “Casa del Chocolate”, en Reforma #15, Huajuapan, Centro, que según la historia fue el primer obispado de la diócesis de esta ciudad a principios del siglo XX. Está conformada por altos y largos salones de adobe, techumbre de madera de ocote, tejamanil y teja; paralela a esta crujía, en el interior, hay una arcada de ladrillo que da al primer patio con un jardín de árboles frutales característicos de esta región templada. En su fachada, un pórtico principal con ventanas de madera protegidas con rejas de herrería, rematado con una saliente de cerámica que sostiene bajadas para el agua de lluvia; una de las puertas interiores muestra un trabajo particular de hojas plegables de madera con un sistema de guardado dentro del ancho del muro. 

La Casa del Chocolate es un buen ejemplo del rescate de este tipo de construcciones; en el temblor, los cabezales de las vigas principales se desplazaron y rompieron algunas esquinas de los muros de abobe; nuestro objetivo principal fue recuperar al máximo el mismo material de la casa, la madera estaba en buen estado. Estas vigas son una muestra de la importancia de los oficios de esa época y cómo esto contribuía a la economía local. Mucha de la madera que se utilizó en la construcción de las casas de Huajuapan venía transportada en burro desde las montañas de Tlaxiaco. Cada viga tiene la señal de este trayecto, ya que se les realizaba un hueco en uno de sus extremos para poder amarrarlas.

Nuestro trabajo fue bajarlas para darles un tratamiento con una hierba amarga llamada chocolatillo. Al mismo tiempo que la madera estuvo curándose, se reforzaron los muros con elementos horizontales. El objetivo de estos refuerzos fue enlazar estos muros de carga para que volvieran a trabajar adecuadamente. Se encalaron sus paredes, se conservó el piso original de ladrillo, sus puertas originales de sabino con sus marcos de más de cien años y su herrería de forja artesanal. La casa recuperó su carácter, despertó su memoria y nosotros aprendimos un poco más sobre su historia.

El 24 de octubre de 1980, Huajuapan de León sufrió uno de sus más fuertes daños, colapsaron algunos edificios y muchas casonas de abobe presentaron afectaciones que en ese momento generaron un temor enorme. Sin embargo, ahora sabemos que muchos de esos inmuebles eran perfectamente rescatables. A partir de ese momento surgieron varios factores que generaron el menosprecio a la aquitectura vernácula. El creciente comercio de materiales de la construcción, la migración, el temor que han dejado los temblores y la confianza excesiva en sistemas constructivos modernos han provocado la desaparición de estas casonas. Después de los sismos del año 2017, en general ha permanecido la inercia de destruir lo poco que nos queda de patrimonio. De ahí la importancia de hacer conciencia y recuperar estas casas que, aunque son sencillas, guardan valiosísimas enseñanzas en sus paredes.

Estamos profundamente agradecidos por participar en esta nueva historia, en la que se busca devolver dignidad al conocimiento que guarda cada pieza de adobe, cada viga, cada puerta; una forma diferente de aproximarnos a la raíz, reconocerla juntos y traerla de nuevo a la vida cotidiana de estas familias.

TENDENCIAS Y ARTE POPULAR

Para los diseñadores y creadores, así como para los artesanos o para cualquier persona involucrada con procesos creativos, es importante entender que la innovación se debe convertir en un ciclo dentro del ritmo de trabajo, que busca, por encima de todo, no estancarse ni entrar en controversias de plagios o parecidas referencias que alguien más puede tomar de nosotros, entender que la innovación es una tarea constante que requiere inversión de tiempo y trabajo.

La búsqueda de nuevas propuestas es un ejercicio que puede resultar de varias metodologías planteadas, pero que siempre debe hacerse con conocimiento de lo que sucede en el mundo. En algún momento del proceso de creación es necesario voltear al mundo y mirar lo que otros actores están haciendo, sus procesos, sus herramientas, no para copiar o plagiar, sino para tener referencias tangibles de lo que está comprando el usuario, y de lo que colegas nuestros están haciendo. Como ejemplo, el tallador de madera Manuel Cruz Prudencio tuvo la oportunidad de asistir a un congreso internacional de talladores de madera en Estados Unidos. A su regreso tenía muchas ideas de piezas y nuevas formas, pero sobre todo estaba impresionado por haber conocido nuevas herramientas y posibilidades que los avances tecnológicos le daban. Conocer esos nuevos alcances que no imaginaba, es lo que buscamos lograr para los artesanos con los que colaboramos.

Otro ejemplo de exploración y búsqueda son los tapetes tejidos de lana de Teotitlán del Valle. La mayoría de los tejedores mantienen en sus producciones los estilos tradicionales, utilizando grecas y simbología desde hace décadas, haciendo piezas muy populares. Pero es importante también apoyar a tejedores que, por iniciativa propia o a través de capacitaciones, han logrado captar a un grupo más selecto de clientes, que además de apreciar el estilo tradicional también busca que sus tapetes se adapten a sus espacios. Los tapeteros han empezado a innovar en su fabricación, creando complejos tapetes circulares, mezclando texturas, utilizando materiales diferentes, entendiendo la importancia de los colores, sus combinaciones y por supuesto las tendencias. 

Existen plataformas y despachos que se dedican a estudiar y entender los estados del ser humano. Predicen las condiciones y los ambientes futuros, hablando sobre economía, sociedad y también de referencias estéticas, interiorismo, moda, etc. Estas plataformas realizan un informe anual sobre lo que esperan que pueda convertirse en oportunidades comerciales y económicas, cuáles son los colores que se usarán más, qué avances tecnológicos se esperan, socialmente qué podría influir en el mundo, o qué aspectos económicos impactarán a la sociedad.

Un artesano puede utilizar estas herramientas, y en el Laboratorio de Diseño de Andares tenemos como objetivo acercarlas a ellos. Como actores que se encargan de la concepción de una pieza, es importante que tomen en cuenta las tendencias mundiales, para llegar a sus clientes con nuevos productos, más pertinentes y con características que los vuelvan más fáciles de comercializar en este mercado que va cambiando tan rápido.

Con estos elementos, la exposición Artesanía y Diseño busca crear lazos productivos con talleres interesados en hacer ejercicios que utilicen diferentes metodologías, con las que las posibilidades se pueden potencializar, buscando innovar en algún nivel de la producción.

CELEBRANDO LOS 15 AÑOS DE ADABI

El Centro Cultural San Pablo, siendo sede de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, busca también ser un escaparate para los diversos proyectos creados y apoyados por la Fundación. Por este motivo, este año 2019 se decidió realizar una exposición especial que celebre el 15 aniversario de ADABI (Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México A.C.), en la que se exhiba el camino y desarrollo que ADABI ha tenido a lo largo del tiempo, así como también los distintos reconocimientos que ha recibido a lo largo de los años, con un objetivo muy especial: dar a conocer al público la importancia de su labor por el rescate de los archivos y bibliotecas de nuestro país.

Una parte vital de esta exposición será el área lúdica, en la cual tanto grandes como chicos podrán verse inmersos en procesos de restauración y rescate, comprendiendo un poco más a fondo, a través de la experiencia, todo lo que implica rescatar la historia. 

Mediante esta exposición, el Centro Cultural San Pablo pretende celebrar, difundir y sensibilizar al público en general sobre la labor que ADABI ha hecho en todo el país, y ha logrado lo que antes no se hacía. Somos fieles creyentes de que la labor de ADABI es de suma importancia a nivel nacional, y sin duda alguna ha salvado cientos de archivos y bibliotecas a lo largo de la república, mismos que son parte de nuestro patrimonio y de nuestra historia. 

Así pues, invitamos al público en general a que nos visiten y que sean parte de esta experiencia, que disfruten de la exposición, de los talleres y demás actividades que tendremos alrededor de esta muestra para celebrar los 15 años de ADABI. 

LA CASA DE LA CIUDAD, UN ENGRANE IMPORTANTE EN EL SISTEMA URBANO

(…) La gente construye la casa para vivir en ella y la gente funda la ciudad para salir de la casa y encontrarse con otros que también han salido de la suya. 
Ortega y Gasset

Cuando recorres la ciudad te das cuenta de los elementos que la componen, por ejemplo: edificios, calles, señalamientos, inmuebles, vehículos y personas; este último elemento es la pieza clave para la preservación, conservación y mantenimiento de la ciudad, ya que las personas son beneficiarias y actores principales al momento de modificar el entorno que habitan.

Los diversos programas que planea, diseña y dirige la Casa de la Ciudad están enfocados en mejorar la calidad de vida de quienes habitan la ciudad. Cada espacio en el que las personas puedan socializar y desarrollarse debe ser considerado un catalizador potencial del tejido social y, por ende, tomado en cuenta para su estudio y reactivación.

El espacio público es un sitio de encuentro, convivencia y recreación entre la población. Cuando se piensa en la comunidad se percibe la importancia que tienen para las relaciones socioculturales, además de fungir como un símbolo de identidad entre los ciudadanos. Hemos caminado por la ciudad de Oaxaca incontables veces, percibiendo las necesidades y los cambios que han tenido sus espacios públicos. Hablando como habitantes de la ciudad, los deseos de convivir en un lugar seguro, limpio, bien diseñado y recreativo son básicos para desarrollarse de forma sana, equilibrada, inclusiva y equitativa. 

A lo largo de los años, el espacio público ha sido el sitio por excelencia que “brinda el derecho de asociación, reunión, manifestación y uso democrático del espacio urbano” (Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad). Es el recipiente multifacético donde se depositan todas las acciones políticas y sociales que generan identidad en una comunidad. Las acciones y/o manifestaciones en el espacio pueden variar, desde protestas explosivas hasta intervenciones artísticas. La importancia de este elemento público se ve reflejada en la capacidad que tiene para modificar la dinámica urbana de un sitio e incluso de todo un barrio completo. 

Alrededor del mundo existen numerosos ejemplos de barrios influenciados y modificados por medio del arte como lo son: el distrito grafiti de Bogotá, Colombia, donde una zona industrial se transformó en uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad; o el Vitry-sur-Seine en París, Francia con sus calles y callejones artísticos; y por qué no mencionar también al barrio Winwood en Miami, EUA, donde artistas de todo tipo exponen sus obras en lo que podríamos denominar una “galería de arte pública”. En México existen analogías fascinantes como el distrito de arte Doctores de la Ciudad de México, y barrios en Oaxaca que, a través del arte urbano, muestran una suerte de identidad; como los barrios de Jalatlaco y Xochimilco. 

La controversia entre el beneficio y el perjuicio visual y urbano siempre existirá en este tipo de manifestaciones de arte en lo público, sin embargo, de algo se puede estar seguro: después de intervenir un barrio de esta manera, su significado histórico produce una identidad social que conllevará a un cambio de imagen urbana con una cohesión social más estrecha, haciendo de un grupo de personas que no tienen algún vínculo, una comunidad, una familia. En la Casa de la Ciudad siempre estaremos del lado de cualquier tipo de acciones que generen comunidad, porque éstas mejorarán la calidad de vida de los habitantes de la ciudad. 

Para leer la Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad, da click aquí.
Si quieres saber más sobre Distrito Grafiti en Bogotá, da click aquí o aquí.
Para enterarte un poco más del barrio artístico de Wynwood, en Miami, ve aquí aquí.
Sobre Vitry-sur-Seine en Paris, ve aquí.
Sobre la Doctores, en México, ve por aquí.
Sobre el grafiti en Oaxaca, aquí.

ESTUDIOS DE FIBRAS TEXTILES AL MICROSCOPIO

A finales de enero, durante dos días consecutivos se llevó a cabo el “Taller de identificación de fibras textiles al microscopio”, en donde un reducido grupo tuvo la oportunidad de conocer a detalle la teoría y práctica en este tema. En mi caso, como responsable del área de conservación del Museo Casa de la Zacatecana en la ciudad de Querétaro, me era de gran importancia el reconocimiento acertado de las fibras para decidir de manera asertiva procesos de conservación, de almacenaje y, en determinados casos, de restauración.

Como parte de la práctica del taller nos solicitaron llevar muestras de fibras para observar al microscopio, lo cual derivó en un intercambio enriquecedor entre todos los participantes. Personalmente, me fue muy grato poder analizar fibras pertenecientes a una pieza textil que se adquirió en forma de tapiz; éste fue catalogado como de origen chino, elaborado en el siglo XVII, y ahora forma parte de la colección permanente del museo. En el equipo de conservación teníamos dudas sobre la procedencia y la temporalidad de la pieza, dado que en otros casos la información que aparece en los registros ha estado errada; por ello, decidimos llevar la muestra al curso.

Bajo la guía de Christophe Moulherat, analista textil del Musée du quai Branly e instructor del taller, se realizaron las pruebas de identificación a dichas fibras, lo que resultó en un interesante descubrimiento: las fibras del bordado dorado del textil, supuestamente realizado con hilos entorchados en láminas de metal, en realidad se encontraban fabricadas de láminas de papel recubierto con oro. Este hallazgo ha planteado la posibilidad de que el textil realmente corresponda con los datos que se tenían en un inicio, pues de acuerdo con la experiencia del instructor, el uso de láminas de papel dorado para simular el uso de hilos entorchados fue una práctica relativamente común en China. La información obtenida ayudará en un futuro a determinar las acciones pertinentes para garantizar la óptima preservación del bordado, cumpliendo con el objetivo que supuso, en primer lugar, la asistencia al taller. 

ENCONTRARSE SIRVIENDO A OTROS: DIEZ AÑOS DE TRAYECTORIA DE LOS VOLUNTARIOS DE SEGUIMOS LEYENDO

Dormí y soñé que la vida es alegría. Me desperté y vi que la vida es servicio. Serví y vi que el servicio es alegría.
Gibran Khalil Gibran

Asombra descubrirse en las miradas de otros y sentirse pleno”, es una frase inolvidable que le escuché hace no mucho a uno de los 243 lectores voluntarios del programa interinstitucional Seguimos Leyendo.

El pasado 4 de diciembre tuvimos una tarde mágica, con casa llena en el auditorio del Museo Infantil de Oaxaca. Nos convocaba un solo motivo: celebrar los primeros diez años de existencia y labor del programa antes mencionado. La fiesta estuvo presidida por la soñadora de estas andanzas: la Dra. María Isabel Grañén Porrúa; un aliado fundamental: el Sistema DIF estatal, con la presencia de su director general Christian Holm Rodriguez; los cinco lectores con diez años de labor voluntaria fueron parte de la mesa de honor: Gloria Ponce, Lucy Sandoval, Ana María Quintana, Alejandro Navarro y Rocío Quintana. También contamos con la valiosa presencia de directivos de los 35 espacios donde cada semana leemos, quienes nos abren las puertas y se convierten en aliados estratégicos para nuestra tarea.

En primera fila estaban cincuenta y cuatro lectores con más de cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve y diez años de trayectoria ininterrumpida. Se les entregaron reconocimientos, así como detalles sentidos de manos de los invitados especiales. Expresaron su dicha al regalar su tiempo, su voz y su corazón formando lectores, compartiendo sus gustos y su vocación. El criterio fue hacer un alto y mencionar a los que llevan entre cuatro y diez años inscritos en el programa de lectura y escritura. Ellos toman el programa como parte de su vida diaria, como una necesidad intrínseca por darse a los demás. También en ese momento nos acompañaron con porras y alegría los que llevan menos tiempo participando. El mensaje de la presidenta de la FAHHO impregnó el ambiente de lo que más nos apasiona: escuchar historias, donde Halim, un niño alejado de la literatura, es contagiado por Don Miguel, un hombre amante de los cuentos. 

Aprovechamos para presentar el estreno de nuestra nueva web: www.seguimosleyendo.org. Por cierto, ahí puedes leer la historia completa contada esa tarde por la Dra. Grañén, y descubrir el final.

“Agradecer” fue la palabra más mencionada en ese intercambio de emociones y de sonrisas. En definitiva: el placer por la lectura y la escritura se contagia, y con la pasión de los lectores voluntarios se propaga como una onda acuática.

PRETEXTOS DEL CARNAVAL

A muchos de nosotros, en la niñez nos curaron de “susto” por causa de esos seres, robustos algunos y enflaquecidos otros, con el cuerpo todo embadurnado de grasa, disfrazados, cubriendo sus rostros con máscaras de animales, de diablos o de otros personajes. En la cintura llevaban campanas que hacían tañer al tiempo que gritaban enloquecidos y perseguían a la gente por las calles. 

No recuerdo cuántos años tenía yo cuando estuve por primera vez enfrente de aquellos demonios, pero sí la manera como me curé del espanto: no con “sopladas” de mezcal en la espalda, como le hacían a otros niños, sino siendo parte de ellos, de los diablos o “aceitados” del carnaval de San Martín Tilcajete. 

En las calles del pueblo vagaban dos o tres diablos, nueve o diez y a veces más, de todas edades y tallas, y con máscaras de expresiones muy distintas. De espíritus corruptibles sí, como cualquier ser maligno, pero con ideas libres, llevados por el instinto y los deseos que los gobernaba, haciendo de lo “mal visto”, del “pecado”, algo común para ellos.

Refiere la historia que el carnaval primitivo inició en Grecia hace milenios y que de ahí fue diseminándose por toda Europa durante siglos. Al continente americano llegó con la conquista y el mestizaje, aunque ese carnaval en la Nueva España sólo era para la clase alta y algunos criollos. Por su parte, los indios y la servidumbre de aquellas épocas reinterpretaron esa usanza blasfemando y burlándose del festejo, el mismo que se conserva hasta hoy con características propias de los lugares donde se realiza.

En particular, muy poco se sabe sobre el origen del carnaval en San Martín Tilcajete. Si bien es cierto que su práctica existe desde hace mucho tiempo y se ha ido “tallando” a lo largo de las décadas, en función de lo sucedido dentro y fuera de la comunidad. Aquí, esta celebración siempre se ha normado en colectivo; sin embargo, algunas personas le han hecho algunos cambios, sumándole de esta forma los rasgos que ahora tiene. 

Antes de ser un pueblo dedicado en su mayor parte al trabajo artesanal, Tilcajete ejercía los oficios del campo y del ganado, además de la albañilería. Por esta razón, los materiales y objetos en los atuendos del carnaval tienen tales orígenes; en realidad son herramientas adaptadas para ese propósito festivo. Claro que hay otras cosas que no han cambiado, según lo recuerdan los abuelos, por ejemplo, las máscaras talladas en madera por ellos mismos o por algún familiar cercano, el disfraz hecho con ropa usada y costales de ixtle, los huaraches viejos que se guardan para esta ocasión, los “trinches”, palos y mecates de labranza y las campanas o cencerros, utensilios imprescindibles de todo diablo.

El tizne, obtenido de cualquier fogón de una cocina de humo, y que servía para oscurecer la piel de los diablos, merece mención especial, pues se encuentra entre los materiales que han sido sustituidos no hace muchos años por el aceite quemado, una idea de los señores Hermelindo Ortega Hernández y Apolinar Gómez Ortega (conocido como “Polín”), con la intención de distinguir a los participantes de este carnaval. Así surgieron los “aceitados”, quienes se untan aceite automotriz de desecho con su característico color negro intenso. Debe decirse, asimismo, que en la actualidad se prefiere para esto usar aceite de cocina con colorante para piso, que además de ser menos difícil de quitar tiene una gama amplia de colores, como el rojo, amarillo, azul, verde y, por supuesto, el negro.

En cuanto a las máscaras, las más vistosas debido al cuidado con que se tallan, casi nunca se repiten de un año a otro porque se hacen nuevas. Son muy reconocidas debido a las incrustaciones de objetos que se les efectúan para darle más dramatismo, y que cada persona va recolectando con esmero todo el año, como clavos, olotes, piel animal y otros artefactos. 

De acuerdo con la costumbre, los días de festejo son anunciados por el alcalde municipal, aunque el carnaval siempre debe terminar el martes previo al miércoles de ceniza del calendario católico. Durante este periodo todo puede suceder en la comunidad, porque como ya fue mencionado, se normaliza “lo mal visto”. Entre otras curiosidades, llama la atención ver con atuendos de mujeres y maquillaje muy femenino a hombres que nunca se hubiese imaginado se atreverían a disfrazarse, esto si es posible descubrirlos; a dichos personajes se les conoce como “viudas”, y muchos de ellos usan vestidos prestados por sus hermanas o esposas. Este carnaval también proyecta situaciones o fenómenos que acontecen en el país o el mundo, como la migración, la lucha por la igualdad de género, la corrupción, el narcotráfico y el propio folclor.

Los cencerros en la cintura son relevantes en esta mascarada, pues alertan a toda la gente para salir corriendo a la calle a presenciar la correría de “aceitados”, quienes portan disfraces para no ser reconocidos, y sin duda, lo más importante, para asumirse por un momento como alguien distinto, con la libertad que ello conlleva de gritar, correr y dar rienda suelta a los impulsos vitales.

Por cierto, los cencerros representan una inversión económica para los diablos, en tanto que pueden venderlos si tienen urgencia de dinero, o dejarlos en garantía cuando se trata de algún préstamo; claro, su valor está más allá de una cifra debido al cariño que les tienen sus propietarios y por ser una herencia de padres a hijos. Su simbolismo también se hace patente en la cantidad, al indicar el prestigio, la riqueza o la fortaleza de quien los porta. 

En lo personal, considero que el carnaval es, en analogía, una gran máscara temporal para mi pueblo porque en esa fecha se transforma, tiene otra atmósfera y cambia de vida. Igualmente, días antes y posteriores a esta fiesta, el pensamiento y las ocupaciones de los participantes giran en torno a la celebración, ya sea en los preparativos o en la remembranza de lo sucedido.

Por otro lado, no debe obviarse que la migración a Estados Unidos o a otras entidades del país, tan intensa en San Martín Tilcajete y en todo Oaxaca, ha influido en su carnaval, en tanto que las personas, al volver, importan la cultura de esos lugares y por consiguiente la incorporan a las fiestas locales; de ahí que en años recientes se vean disfrazados con paliacates que los embozan, lentes oscuros, bermudas o tatuajes.

El “mero día” del carnaval, el martes previo a la Semana Santa, es cuando se escenifica una sátira de los sacramentos de la iglesia católica, mediante un lenguaje en doble sentido y situaciones totalmente opuestas a lo establecido: se casan hombres con hombres vestidos según se dicta, se pasean quinceañeras que son muchachos, en fin, se ironiza la liturgia y hay cantidad de circunstancias chuscas que arrancan carcajadas a los asistentes, sin faltar, desde luego, los diablos. Es de señalarse que el carnaval empodera a quienes intervienen en él, al permitirles realizar acciones que el resto del año temen hacer, es posible entonces “sacar el cobre”, como se dice.

Cabe agregar que los disfrazados, los “diablos”, los “viejitos”, los “novios” y las “viudas”, aunque andan juntos, son muy diferentes en cuanto a la concepción que se tiene de ellos, por eso el trato que dan y reciben en las calles es muy distinto. Por ejemplo, el “diablo”, al lucirse aceitado y colorido despierta temor, se impone, o al menos se le guarda cierta distancia para no terminar manchado; al contrario de los otros personajes que son cómicos y se les puede ver de cerca y tocar. 

Quiero mencionar también que cuando observo a los “aceitados”, es decir, a los personajes diabólicos, me surge una incógnita: ¿por qué causan ese miedo si todos sabemos que sólo son una farsa? Y la conclusión a la que llego es que en realidad le tememos a quien está detrás del personaje porque se muestra como es en verdad y deja libre ese otro yo auténtico, muchas veces a través de un comportamiento animal.

Por último, relaciono el carnaval y las conductas que desata con las piezas artesanales trabajadas en San Martín Tilcajete, donde tallamos y pintamos figuras de madera que no son simples trozos de copal labrados sino, de alguna forma, animales, naguales, como les decimos, que cobran vida y toman la personalidad de quien los elabora. 

Lo digo con esta certeza porque es lo que me ha tocado vivir en el taller Jacobo & María Ángeles, sobre todo cuando he visto tallar un mono, un búho, un venado, un coyote o un conejo, que después cubren sus rostros con maravillosas máscaras, y me pregunto quién se esconde ahí, qué nagual, ¿acaso el de Jacobo o María, de Ricardo o Sabina? 

¿Será este carnaval tan único sólo un pretexto para poder mostrarnos como somos verdaderamente, naguales, tonas, espíritus?

Carnaval de San Martín Tilcajete, 2019

EL CARNAVAL LLEGA DE LA MANO DE JACOBO Y MARÍA ÁNGELES

Tenemos conciencia que sólo el trabajo y profesionalismo llevará con orgullo el nombre de nuestro pueblo a través del mundo. 
Taller Jacobo y María Ángeles

A partir del 8 de marzo, la sala Capitulares del Centro Cultural San Pablo se llenará de la alegría y el color del carnaval, con piezas en talla de madera provenientes del taller de Jacobo y María Ángeles.

Ubicado en la comunidad de San Martín Tilcajete, Oaxaca, el taller de Jacobo y María Ángeles lleva más de veinte años elaborando piezas talladas en madera de copal, comúnmente conocidas como “alebrijes”. Estas figuras generalmente representan animales fantásticos, tonas o nahuales, y forman parte del amplio acervo de arte popular en Oaxaca. 

Jacobo y María Ángeles implementaron un modelo de generación de empleo que involucra a más de cien colaboradores de la comunidad, que tallan, resanan y pintan cada pieza. Como resultado de este proceso, se obtienen obras que resaltan por su magistral ejecución, así como por la innovación en diseño.

En la búsqueda constante de innovación como un mecanismo para preservar la tradición, se presenta la exposición Detrás de una máscara, en la que se plasman los personajes del carnaval de San Martín Tilcajete. En esta exposición el visitante se trasladará a los días del carnaval en las calles de San Martín Tilcajete: baile, música y “diablos” (personajes disfrazados con cascabeles y máscaras diabólicas) que hacen parecer común lo mal visto, “el pecado”. Así, con este aire infernal, las figuras de madera en la sala evocarán los diversos personajes que aparecen durante esta festividad: hombres ataviados de mujer, políticos, figuras públicas, representaciones de sátiras de la iglesia católica entre otros, que generan una máscara colectiva y temporal en la que se da rienda suelta al folclor. 

Una celebración tradicional representada con una técnica minuciosa, buscando que el visitante tenga una ventana de acercamiento a nuestras raíces y cultura, por medio del arte popular.

UNA NUEVA CASA DIGITAL PARA LA MEMORIA

La memoria es existir 
Mario Benedetti

La memoria nos da identidad, nos marca el camino, nos da directriz, pero sobre todo nos recuerda quiénes somos. Es por eso que el pasado mes de diciembre, Seguimos Leyendo presentó y abrió a todo el mundo su nueva casa digital, un ambicioso proyecto que pretende preservar, honrar y compartir la memoria del camino andado.

En su libro Las palabras andantes, Eduardo Galeano dice: “No podía dormir. Él había guardado todos los sueños juntos, en una bolsa de supermercado, y la bolsa se había abierto y los sueños se habían escapado, y él ya no podía dormir porque no tenía ningún sueño que soñar”. ¡Nos encanta soñar! Y no queremos que se nos escapen los sueños, queremos siempre seguir soñando, seguir leyendo. 

Son tantos recuerdos, tantas experiencias, tantos corazones y mentes tocadas por todos los que han participado en este proyecto, que quisiéramos guardarlos todos. Queremos el registro de todos estos acontecimientos para seguir caminando, queremos difundirlos y queremos que lleguen hasta los rincones más apartados del planeta para que alguien pueda conocerlos, y por qué no, inspirarse con tantas historias y contagiarse de esta luz, y que se encienda. Queremos también generar fueguitos por muchos lados, es otro gran sueño.

Invitamos a todos, pero principalmente a los lectores voluntarios, a visitar nuestra nueva casa, su nueva casa, sólo tienen que teclear: seguimosleyendo.org y ¡zaz! Aparece como por arte de magia. El nuevo diseño de la página es visualmente más atractivo, sencillo, intuitivo y eficaz. La lógica que subyace detrás de ésta se resume en tres palabras: usabilidad, eficiencia y simplicidad. El formato de imágenes y gráficos permite una navegación fluida, rápida y muy atractiva. La información más importante la pueden encontrar en cualquier momento, destacando dos proyectos: Seguimos Leyendo en la ciudad de Oaxaca y sus alrededores, y Bibliotecas Móviles con sus rutas, eventos y testimoniales. 

El sitio contiene más de 600 fotos, más de 30 videos, más de 370 reseñas de libros infantiles, juveniles y especializados en el área de fomento a la lectura, cursos, ponencias y diplomados; información sobre proyectos y eventos: Radio (Cazacuentos, Radionovelas: Fahrenheit y La Hija de Oaxaca), Biblioteca Humana, posadas literarias, comparsas, festivales, libros, entre muchos más; todo perfectamente organizado y fácil de localizar. Se incorporaron un mapa y un calendario donde podrán encontrar los espacios de lectura y eventos que se realizan, así como la programación de clases de los diplomados. El calendario lo pueden vincular a su celular y desde ahí ver las actividades. También se cuenta con un espacio donde su voz, la voz de todos, sea escuchada y plasmada; el propósito es que esta casa de la memoria sea una casa viva, una casa que sea visitada continuamente por todos.

En fin, mucha historia, mucha información. Se trata de una herramienta innovadora y de gran importancia para la promoción del programa Seguimos Leyendo, que pretende irradiar luz y esperanza a través de la lectura en voz alta al resto del mundo. ¡Visítala!

ESTAMPAS DE UN ESPACIO: 20 FOTÓGRAFOS EN EL MUFI. XX ANIVERSARIO

¿Cuántas historias puede albergar el MUFI? Son incontables, y más cuando se trata de un lugar creado con el propósito de resguardar estampillas postales de todo el mundo que, a su vez, mantienen un sinfín de tópicos que redescubren la historia misma y que, al formarse en colecciones expuestas, generan el espacio museístico.

Veinte años de vida del Museo de la Filatelia de Oaxaca se dice fácil. Resumir su historia, un antes y después de su arquitectura o de los objetos que lo conforman, no es sencillo.

Estampas de un espacio: 20 fotógrafos en el MUFI ∙ XX Aniversario surge en un momento significativo, en un lapso en el cual el MUFI escribirá una nueva historia al integrar, en un futuro próximo, un nuevo espacio.

En la vida cotidiana del museo se generan exposiciones, se clasifica y cataloga el material filatélico, se planean, diseñan y desarrollan distintos proyectos, se preserva y difunde el acervo, se promueve el arte y la cultura. En un recorrido, se narra la historia de los “Comecartas”, del “Penny Black” y el “Hidalgo Azul”, y de cómo llegó al museo la colección de cartas de Frida Kahlo y el doctor Leo Eloesser. Y cuando la curiosidad se asoma, respondemos una que otra pregunta: ¿Todavía existe el correo? ¿Aún se escriben cartas?

Los espacios abiertos se mantienen firmes día y noche, silenciosos. El muro de cantera y el de adobe, el espejo de agua y los cactus seguramente tienen más anécdotas, pero son discretos custodios. 

Esta exposición es el resultado de un trabajo que reúne más de cincuenta imágenes de artistas de la fotografía, cómplices del museo quienes, en el transcurso de un año –y durante distintos eventos sin importar la hora o el día–, realizaron libremente las sesiones fotográficas.

Cada fotógrafo realizó una selección de imágenes. A través de ellas nos invitan a conocer el museo desde un ángulo distinto y, también, a reconocer cada uno de los rincones que lo integran, o aquellos detalles que quizás en una visita pasan desapercibidos.

El MUFI encierra tal magia que cada uno de sus rincones evoca inspiración. 

En un escenario simple, los sueños se vuelven realidad, así como aquel sueño que comenzó hace veinte años, y hoy hace posible que el MUFI exista.

HÉROES DE LA TRADICIÓN: LAS POCITEÑAS

La FAHHO apoyó un programa de creación de textiles artesanales del distrito de Jamiltepec, porque es donde mayor producción y técnicas textiles hay. Se recibieron más de ochenta solicitudes. Una de ellas fue la de María Margarita Cruz López originaria de Los Pocitos. En su proyecto pedía apoyo para la compra de materiales para bordar, como tela industrial, tela tejida en telar de cintura, lápices para dibujar sobre tela, hilos finos para bordar, planchas, hilos para coser, etc. También pedía difusión para la venta de sus productos. Ganó el apoyo y empezó una relación laboral con el grupo de seis mujeres afromexicanas llamadas Las pociteñas, quienes estuvieron siempre dispuestas, unidas y organizadas. Decidieron comprar máquinas de coser, hilos, ganchos y arreglar su taller, ya que desde el huracán Paulina no podían recuperarse. Con esto pudieron reducir costos de fabricación de prendas, y ahora las comercializan mejor y trabajan en un taller mejor equipado que antes. 

Oaxaca debe estar orgulloso por ser el primer estado en declarar como existente a la comunidad afromexicana, y ahora la Ciudad de México también la reconoce: solo dos estados de todo el país le dan reconocimiento como comunidad. Una comunidad que ha sido ignorada y discriminada por gobierno y sociedad. Hay muchos mexicanos que no saben que existe una comunidad afromexicana. Robert Vaughn dijo, en su libro Afroméxico: “La negritud no se considera un tema relacionado con la cultura, el desarrollo étnico o la etnicidad en general”. 

Las Pociteñas declararon abiertamente que su técnica textil es un bordado sobre satín que se convierte en un cuello de huipil, técnica aprendida en un curso de un programa de gobierno que tomaron en Pinotepa Nacional porque –aseguran– nadie llega hasta su comunidad. Según algunos programas, en Los Pocitos no cuentan con las características necesarias para ser apoyadas porque no pertenecen a una etnia. Desde entonces, venden sus bordados a mujeres de Pinotepa Nacional para que ellas hagan el huipil completo. Se ha impuesto una identidad, ventaja productiva que genera ingresos, sin embargo, sus raíces han quedado fuera, se ha perdido la memoria de sus orígenes.

Margarita y Obdulia, las representantes, cumplieron con los objetivos que marcaron en el proyecto. Buscaron nuevas opciones y ahora bordan sobre la tela y no sobre el listón satinado para ofrecer algo diferente. Continuaremos apoyando su proyecto desde la comercialización de sus productos y visitando su comunidad, para que no se sientan abandonadas o invisibles.

Seguirá siendo un reto que las comunidades afromexicanas se vean inmersas en proyectos de difusión y exaltación o reconstrucción de su cultura e identidad. Podemos empezar reconociendo que en México existe una tercera raíz y le debemos parte de nuestra identidad. 

LA CREATIVIDAD SÓLO VISITA A LOS ESCRITORES, UN MITO

Coatlicue barre en Coatepec. Brilla la luna, tiembla su ser. Huitzilopochtli ya va a nacer.
María García Esperón 

María García Esperón es una prolífica y multipremiada escritora mexicana, amante del griego, el latín y el náhuatl, y con ello, de la mitología. Algunas de sus obras son Tigres de la otra noche, Copo de algodón, Dido para Eneas y El anillo de César.

La Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, a través de su programa Seguimos Leyendo y su vinculación con la editorial El Naranjo, harán posible que el próximo sábado 18 de mayo podamos disfrutar de su presencia. Únete al disfrute que significa escuchar de viva voz a la escritora, conocer su vida personal, sus medios de inspiración, los retos que ha tenido que superar y las satisfacciones que le ha dejado la escritura y la promoción de la literatura infantil y juvenil. Vamos a descubrirla y descubrirnos en sus sueños y creatividad. 

El hermoso claustro del Centro Cultural San Pablo nos recibirá para coincidir con ella. En esta ocasión también presentará sus dos obras más recientes: Diccionario de mitos clásicos y Diccionario de mitos de América.

Será un deleite confirmar que todas las culturas han tenido inquietudes y deseos en común. Derriba el mito de que la creatividad sólo pertenece a los artistas, en este caso, a los escritores. Tú mismo te encontrarás creando, al visualizar en tu mente todas esas historias, algunas provenientes de nuestra propia cultura y con ello de nuestros ancestros. Qué mayor prueba de nuestra creatividad que ésta.

EMBLEMATUM LIBER

El desarrollo de la imprenta transformó completamente las prácticas culturales de Europa durante el siglo XVI. De cierto modo significó una revolución comparable a la que registra nuestra época con las tecnologías digitales. La carta fuerte de esta revolución fue el humanismo, movimiento intelectual que colocó la voluntad humana al centro del pensamiento. Para expresar este conjunto de ideas, fue necesario el surgimiento de nuevos géneros de creación literaria.

En 1531, un próspero jurista italiano, un humanista llamado Andreas Alciato, publicó en Alemania un libro titulado Emblematum liber, híbrido que combinaba palabras con imágenes, buscando así un significado unitario. Cada ilustración se presentaba como un jeroglífico: una representación figurativa que debía ser interpretada. Iba acompañada de un lema o frase corta, generalmente enigmática, y de un epigrama. Eran, en palabras del investigador Herón Pérez Martínez: “textos sentenciosos, expresiones aforísticas, concisas, agudas, endurecidas por el uso”. El conjunto creaba todo un simbolismo que era preciso desentrañar. Según Alciato, la intención fue complicar lo sencillo y oscurecer lo obvio. Las sentencias se relacionaban con las costumbres y la moral. El naciente género de la emblemática se expandió pronto hacia la teología, la política y las prácticas sociales. El destinatario de estos impresos sería el gran público de masas.

El Fondo Antiguo de la Biblioteca Francisco de Burgoa posee una preciosa colección de volúmenes pertenecientes al género de la emblemática, como Idea de un príncipe político cristiano, de don Diego de Saavedra, o Empresas espirituales de Juan Francisco de Villaua. La imagen que acompaña este texto corresponde a un emblema del libro Lux Evangelica In Omnes Anni Dominicas (1657), de Henricum Engelgrave.

BIBLIOTECA LAS ALELUYAS DE LA BIBLIOTECA ANDRÉS HENESTROSA

La Biblioteca Andrés Henestrosa, entre su interesante y valioso acervo, resguarda una colección de pliegos sueltos conocidos como aucas o aleluyas que pocas bibliotecas mexicanas tienen. Estas hojas de tamaño doble folio y papel colorido llegan a medir 40 x 30 cm, contienen entre 48 y 24 viñetas, con pequeños versos o estrofas. Su intención de origen fue lúdica, aunque después se enfocaron en lo didáctico. Trataban asuntos históricos, morales, relatos literarios o simplemente nociones elementales de cultura como las corridas de toros, los personajes tipo de algún lugar, los oficios o el abecedario. La técnica utilizada para imprimirlas en un principio fue la xilografía, pero tiempo después se utilizó la litografía. Algunas veces las imágenes fueron monocromáticas y otras, iluminadas a color.

Las 33 aleluyas que pertenecen a esta biblioteca oaxaqueña fueron traídas muy probablemente de Barcelona como parte de la producción editorial de Manuel Maucci Battistini. Este editor de origen italiano logró colocarse en el mercado hispanoamericano desde 1872, con tanto éxito que dos décadas después estableció un fuerte centro productor de libros en Barcelona. Sus publicaciones se distribuyeron en México, Cuba, Argentina, España y Filipinas. Gracias a sus novedosas y atractivas portadas, así como a la constante inserción de imágenes, vendió una buena cantidad de pliegos sueltos, folletería y libros. Sus sobrinos-cuñados Alejandro y Carlo Maucci formaron la sociedad Maucci Hermanos en México, en el año de 1892, siendo editores, libreros, y distribuidores, en un inicio, de las publicaciones que Manuel imprimía en España. Quizá la obra de este emporio más difundida para el público mexicano de aquella época fue La Biblioteca del Niño Mexicano, con fascículos ilustrados por José Guadalupe Posada, escritos por Heriberto Frías, editados por los hermanos Alejandro y Carlo e impresos por Manuel. Helia Bonilla y Marie Lecouvey han encontrado que los Maucci establecieron una fuerte red de importación de publicaciones para México. Pese a sus distancias y problemas familiares, los hermanos distribuyeron ediciones realizadas en Barcelona por Manuel, de tal forma que la explicación que lleva cada aleluya en el pie de imprenta (“Depósito de aleluyas y romances: Librería de Maucci Hermanos”) es muestra de esta dinámica de impresores. Es decir, Alejandro y Carlo, que habían formado la sociedad Maucci Hermanos, tuvieron a la venta esta clase de pliegos surtida por Manuel desde España. 

En relación con el origen de las aleluyas, sabemos que surgieron hacia el siglo XVI y que gozaron de un apogeo durante el siglo XIX. Emanaban tanto de lo religioso como de lo mágico. En Barcelona se conocen como aucas y se han considerado parientes cercanas del juego de la oca, en el que el ave aparecía como mensajera entre el mundo de los vivos y el de los dioses.

En las primeras aleluyas que se conocen aparecía este ser mágico, y de ahí que se refuerce esta idea y se retome el nombre de auca. Por otra parte, en el resto de España y durante las festividades del Corpus Christi, unos pliegos de papel que llevaban impresa la palabra ‘aleluya’ eran regados en las procesiones. La realidad es que estos pliegos de cordel fueron vendidos en las ferias y en la calle para entretener y/o educar a chicos y a grandes. Su desarrollo y auge estuvo relacionado con los novedosos procesos de estampación de la industria impresora en España, Francia, Alemania, Inglaterra e Italia a partir del siglo XIX. Tuvieron un público asiduo debido a su bajo costo, a su manera de narrar y a sus atractivas imágenes. Los temas que exponían se retomaban de la literatura culta, de la popular y de la tradición oral. Nos contaban historias de Francia, Valencia, los Países Bajos, España, Inglaterra, y llegaron a un amplio sector de la población. Encontramos que hubo una transformación en su estructura visual y narrativa al entrar el siglo XIX, dado el cambio de mentalidad de la propia infancia, la enseñanza y la lectura. Es notorio que al paso de este siglo se incorporaron, se adaptaron y se ilustraron cuentos y relatos. Esto, por supuesto, no hizo que los temas antiguos fueran eliminados, más bien, aumentó la gama de posibilidades.

Debemos reconocer la importancia de las aleluyas desde su función de educación para un sector amplio de la población, en su mayoría analfabeto, que pudo complementar una deficiente lectura al memorizar los versos y al seguir las imágenes. Las aleluyas se adelantaron en tiempo al cómic, recurriendo a la memoria, al juego, a la lectura, a lo visual y a la imaginación.

Gracias a la atinada selección de Andrés Henestrosa, hoy podemos hacer una investigación más profunda acerca de estas hojas, adentrarnos a la cultura visual y escrita de un México que se fue.

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