Firman la FAHHO y el municipio capitalino convenio de colaboración a favor de Oaxaca, su niñez y su patrimonio

Continúa el impulso a las actividades del Centro Cultural Antigua Estación del Ferrocarril

Oaxaca de Juárez, Oax.- La Doctora María Isabel Grañén Porrúa, presidenta de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, y Oswaldo García Jarquín, presidente  municipal de Oaxaca de Juárez, firmaron el Convenio de Colaboración para coadyuvar con las acciones de mantenimiento, operación, administración, dirección e impulso de las actividades culturales del Centro Cultural Antigua Estación del Ferrocarril que alberga al Museo del Ferrocarril Mexicano del Sur, el Museo Infantil de Oaxaca (MIO), la Biblioteca Infantil BS y los vagones ubicados en el interior del mismo.

El acto se llevó a cabo en el Salón Ex presidentes del Palacio Municipal, ante la presencia de Miguel Ángel Ortega Mata, presidente consultivo del Museo del Ferrocarril Mexicano del Sur, quien fungió como testigo de honor, además de Waldini Ortega, director del MIO.

María Isabel Grañén Porrúa señaló que con esta firma se da continuidad a los proyectos que la FAHHO y el municipio mantienen a favor de uno de los espacios más importantes de la ciudad y de las familias vecinas de la Antigua Estación.

“Hemos sido muy insistentes en que el uso sea para las familias de la ciudad de Oaxaca, y qué mejor que haber puesto un museo del niño enfocado a la creación y la conservación del patrimonio. El patrimonio no solo es cultural, sino también natural, porque tenemos un huerto y un corral para que los niños cuiden y quieran a los animales. Hay un parque muy bonito con juegos y una  biblioteca infantil. También le hemos dado cabida al Museo del Ferrocarril, para rescatar esta parte de la historia que es muy importante”, explicó.

Como parte del Convenio, la Fundación continuará con la operación del MIO y se trabajará de la mano con el municipio y autoridades correspondientes en la restauración de más vagones y otras áreas de la estación.

“Queremos que Oaxaca se beneficie de este punto neurálgico que es muy importante para la zona. La biblioteca es un punto de transformación muy grande para hacer niños lectores, para cambiar la manera de ver el mundo.  Mientras más concordancia haya, los frutos van a ser mucho mayores, es muy importante que la sociedad civil participe y que las autoridades se abran a escuchar lo que queremos los habitantes de la ciudad. La ciudad somos todos, los que habitamos la ciudad conocemos y sabemos hacia dónde queremos ir, eso es importante hacérselo saber a las autoridades, para que entre todos juntos podamos construir la ciudad que merecen los oaxaqueños”.

María Isabel Grañén Porrúa invitó a toda las familias oaxaqueñas a que visiten el espacio cultural de la Antigua Estación de Ferrocarril, ubicado en el barrio del Ex-marquesado.

FESTEJO DE GRANDES LIGAS EN LA ACADEMIA

Apenas pasaron nueve años para que la Academia de Beisbol Alfredo Harp Helú tuviera de regreso a los primeros egresados que ya alcanzaron la cima del firmamento beisbolero. Jugadores de grandes ligas y campeones mundiales estuvieron en San Bartolo Coyotepec para recibir un justo homenaje, y dejar un testimonio irrefutable del buen funcionamiento del programa establecido el 12 de noviembre de 2009.

Con los mismos ojos de sorpresa que cuando llegaron por primera ocasión, Roberto Osuna, Víctor Arano y Giovanni Gallegos volvieron a recorrer los rincones de las instalaciones que se han adecuado a los tiempos modernos, pero que conservan la esencia que mezcla beisbol, cultura y educación.

Mientras se acercaba la hora de la ceremonia, encabezada por don Alfredo Harp, los tres ligamayoristas mexicanos tuvieron la oportunidad de conocer a cuatro de los seleccionados sub-23 que días antes conquistaron el título mundial en Colombia.

Como en el día de la inauguración, representantes de los medios de comunicación aguardaban con inquietud el inicio del evento, lo mismo que los pequeños invitados de la Liga Infantil Monte Albán, quienes buscaban a sus ídolos y esperaban la oportunidad de llevarse alguna firma en sus gorras.

Al tomar la palabra, don Alfredo Harp expresó que desde sus primeros años dentro del beisbol profesional imaginó crear un espacio como el que hoy está de fiesta, un sitio que no tuviera comparación en América Latina. También recordó el largo proceso de espera para cumplir con los requisitos para iniciar su construcción.

Durante la conferencia, fue Roberto Osuna quien tomó la palabra con más frecuencia, siempre muy orgulloso por ser el primer egresado que escaló a las Ligas Mayores. Esto sin olvidar que antes de firmar con los Azulejos de Toronto debutó con los Diablos Rojos del México en 2011, cuando se convirtió en el jugador debutante más joven en la historia de nuestra pelota profesional.

Giovanni Gallegos, actual lanzador de los Cardenales de San Luis, arrancó aplausos cuando contó que su estancia en Oaxaca fue mucho más corta que la del resto de sus compañeros. Comentó que también sentía que el tiempo era su principal rival, por eso, cuando vio los campos por primera vez, confirmó que verdaderamente su futuro estaba en el rey de los deportes.

Fue muy emotivo observar que, a pesar de cierto nerviosismo, la mirada de Gallegos se dirigía constantemente a los asistentes de menos edad, a quienes aconsejó: “No permitan que su estatus social limite sus sueños. El dinero no es la diferencia para llegar adonde se lo propongan”. A continuación confesó que cuando le preguntan en Estados Unidos la razón por la que no hay más compatriotas de aquel lado, le gusta responder que es porque se están preparando muy fuerte para no fallar a la hora cero.

Miembro de una dinastía de gran prestigio en el beisbol nacional, Víctor Arano, de los Filis de Philadelphia, viajó por el tiempo para señalar las hazañas de sus tíos Ramón y Wilfredo, quienes a pesar de no alcanzar las grandes ligas, brillaron en los juegos amistosos que sostuvieron ante sus equipos, cuando fueron parte de los Diablos Rojos en la década de 1960.

“Teo”, como era conocido cuando ingresó a la Academia, aprovechó para agradecer a cada uno de sus coaches el tiempo que le dedicaron, lo mismo que a todo el personal que se preocupó para que nada le faltara mientras se encontraba lejos de su familia. De igual forma, aseguró que cuando llegó a la Unión Americana, le resultó más sencillo adaptarse al régimen de entrenamiento, que es muy parecido al que se emplea en San Bartolo Coyotepec.

Un precioso jaguar de barro negro fue el reconocimiento que se llevaron los campeones mundiales sub-23 que asistieron a la ceremonia, además de llevarse palabras de aliento y motivación de cada uno de los invitados especiales.

Cuando el evento estaba cerca de culminar, un peloterito de la Liga Monte Albán se armó de valor para lanzar una pregunta que seguramente era una inquietud de sus compañeros. “¿Qué tengo que hacer para ser como ustedes?”. Como si buscara hacer un doble play, Roberto Osuna tomó de inmediato el micrófono y le respondió: “Por ahora estás muy chiquito, pero puedes empezar disfrutando tu infancia, sin perder el objetivo. Estoy seguro de que lo vas a lograr”.

Así concluyó el primero de los festejos por el noveno aniversario de la Academia de Beisbol Alfredo Harp Helú, una fiesta de diez, entre egresados brillantes, monarcas universales y futuros prospectos.

HILOTECA

Cuando el MTO abrió sus puertas al público en 2008 y mostró los tejidos y bordados de Oaxaca como expresiones artísticas en salas bien iluminadas, con suficiente espacio para apreciar cada una de las obras, como dignas creaciones de la sensibilidad humana, sorprendió. No porque fuera la primera vez (el Centro de las Artes de San Agustín había presentado una exposición pocos meses antes), sino porque las salas de la Casa Antelo prometían un espacio permanente para la valoración, sensibilización y reconocimiento de las culturas vivas de Oaxaca, guardianas del legado que durante generaciones han preservado, portado y adaptado a su época. Los textiles no solo se mostrarían en las salas de exhibición, sino que el Museo se complementaría con una tienda que permitiera tocar el arte textil con el que se cohabita en Oaxaca. Así, la vinculación entre la tienda y el acervo del MTO ha sido fundamental para reconectar a personas de distintas comunidades con sus familiares del pasado y con su historia. Con los años, la variedad y novedad de las exposiciones del Museo, en combinación con un dinámico programa educativo, comenzaron a tener repercusiones en las escenas local y regional.

Un factor imprescindible en el desarrollo de este proceso ha sido el establecimiento de la “hiloteca”, término que acuñamos cuando, en conversaciones con Remigio Mestas, se planteó la propuesta de establecer un espacio donde los artistas del telar tuvieran acceso a materia prima de buena calidad. El hilado es una etapa crucial en la elaboración de un textil, pues aun la mejor de las técnicas en combinación con los diseños más hermosos pueden verse arruinados por un hilo de pobres cualidades. Así, en julio de 2015, comenzamos el proyecto de la hiloteca con una oferta inicial compuesta principalmente por hilos de algodón para tejer y bordar. Después incluimos algunas hilaturas más especiales con la intención de brindar un valor agregado al tejido/ bordado final, y, al mismo tiempo, ofrecer un apoyo directo a los hilanderos. Fue así como la seda criolla de la Sierra Norte de Oaxaca y el algodón hilado a mano con malacate se incorporaron a este programa. Más recientemente hemos traído seda, lino y bambú de Oriente (como en el pasado lo hubiera hecho la Nao), hilos de gran calidad que se han “oaxaqueñizado” al recibir, por ejemplo, un baño de grana cochinilla criada en los Valles, o uno de añil istmeño. Quizás el hilo más inusual deriva de un proyecto de investigación que inició el Museo hace más de diez años: el vaporoso hilo emplumado.

Con la red de contactos que el Museo ha ido tejiendo con los años, hemos ido conociendo las personalidades de las tejedoras y hemos establecido lazos de confianza. Por esta razón, las invitamos a emplear algunos de los materiales de la hiloteca para sus propios trabajos; con ello buscamos que se den el tiempo de experimentar, sabiendo desde el inicio que su tiempo será remunerado. De igual modo, deseamos ofrecerles una motivación más para aumentar las posibilidades de venta de sus trabajos.

La hiloteca del MTO va más allá de una compraventa de hilos. La concebimos como un espacio de descubrimiento, intercambio y experimentación; como un árbol cuyas raíces están fuertemente ancladas en la historia y la identidad de cada pueblo, y cuyo tronco se templa con los nuevos vientos que llegan con cada exposición, cada visita al acervo, cada conversación, cada entramado del telar. La hiloteca es un punto de encuentro entre distintas culturas y personalidades que, sin embargo, siempre hallan su quintaesencia en el diálogo y en la colectividad que implica el quehacer textil.

DÍA DE REYES

Las acciones en bien de la gente son “semillas” que germinan ahora, pero crecen para el bienestar de futuras generaciones.
Alfredo Harp Helú

La Biblia cuenta que tres reyes magos caminaron siguiendo la estrella del oriente, llenos de fe y esperanza hasta encontrar al niño Jesús, para ofrecerle sus atenciones y obsequios.

En México esta tradición se ha adoptado y sigue vigente en diversos hogares, en los que la noche del 5 de enero los pequeños dejan su zapato en el nacimiento para recibir a la mañana siguiente los obsequios que les dejan Melchor, Gaspar y Baltazar, los tres Reyes Magos.

Son pocos los espacios donde niños y niñas en situaciones adversas pueden disfrutar de esta fecha, por lo que la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca organiza el Festival de Día de Reyes en el Centro Cultural San Pablo.

El 6 de enero, el Atrio del Centro Cultural San Pablo se llena de alegría y vida con la presencia de más de 300 niños de diversas casas hogar y albergues como CANICA de Oaxaca, la Ciudad de los Niños, el Hogar de la Niña y el DIF Oaxaca.

El festival incluye un concierto, algodones, dulces, esquites y diversos bocadillos, la entrega de libros para fomentar la lectura entre los pequeños, el obsequio de balones y, por supuesto, juguetes, que son conseguidos a través de la Coordinación de Arte Popular de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, buscando conservar en niños y niñas el gusto por los juguetes tradicionales hechos a mano.

La fiesta continúa con el carrusel de Atracciones Salazar al que chicos y grandes se pueden subir. Así, la FAHHO comparte con los pequeños esta tradición llena de magia y refrenda su compromiso por México, disfrutando y trabajando diariamente por servir a la sociedad.

BIBLIOTECAS MÓVILES PRESENTES EN EL XX SEMINARIO DE FOMENTO A LA LECTURA 2018

Aunque me tiren el puente y también la pasarela
me verás cruzar el Ebro en un barquito de vela.

Canción popular española

Cuando Socorro Bennetts me dio la noticia, no lo podía creer; “¿Le entras?”, me preguntó, “¡Le entramos!”, respondí. No había mucho que pensar. Me emocionó participar en el XX Seminario de Fomento a la Lectura que se celebró en el marco de la 38 Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, en el museo del Parque Bicentenario de la Ciudad de México.

Tomar la palabra en tan importante foro internacional de promoción a la lectura, y hablar sobre nuestra experiencia con la biblioteca móvil Ando Leyendo-Leyendo Ando de la FAHHO en la región del Istmo, tras los terremotos que la devastaron el año pasado, representaba una oportunidad única y un gran reto. Significaba hacer visible la tragedia que desde entonces han estado viviendo nuestros hermanos istmeños, mostrar al mundo la grandeza de espíritu que poseen, su riqueza cultural, la alegría que los caracteriza aún en situaciones adversas y su cálida hospitalidad, visibilizar las condiciones de miseria y marginación que enfrentan muchas de sus comunidades, pero sobre todo, mostrar que el poder de la palabra nos hermana, nos alienta, nos sana y es fuente de esperanza.

Nuestra participación se dio en la mesa de diálogo Leer en cualquier momento y en cualquier lugar. La compartimos con las chilenas Fernanda Arrau, de la Fundación CreaMundos, y Verónica Abud, de la Fundación La Fuente, también nos acompañó la argentina Larisa Chausovsky de la Fundación Filbita. Escuchamos sus experiencias y las estrategias que aplican en el fomento a la lectura; a nosotros nos tocó cerrar y lo hicimos con mucho entusiasmo y emoción.

“Nadie crece en la felicidad”, me dijo en una ocasión un gran amigo, y ahora felizmente me consta. Si el dolor no nos uniera, si en la adversidad no floreciera la amistad, la solidaridad y la hermandad, nuestra humanidad estaría muy cerca ya de su fin.

Nuestra participación en el XX Seminario de Fomento a la Lectura fue un mensaje de esperanza, así lo percibieron los cerca de 400 promotores de lectura reunidos en el Museo del Parque Bicentenario.

La situación que vivimos en nuestro país es crítica, los desastres naturales la agravan. Aun así, no todo está perdido, una minoría nos ha llevado a estos extremos, pero somos mayoría los que deseamos vivir en un mejor país, más justo, con oportunidades para todas y todos.

Vendrán más desastres, de todo tipo, ahora sabemos que de la unión nos viene la fuerza y saldremos adelante. Los libros son amigos, no nos dejan solos y nos arropan.

PREMIO FRANCISCO DE LA MAZA RESCATE DE LA ANTIGUA ESTACIÓN DEL FERROCARRIL DE OAXACA

Desde hace 33 años, el Instituto Nacional de Antropología e Historia reconoce los proyectos más relevantes de restauración y conservación del patrimonio arquitectónico y urbanístico por medio del Premio Francisco de la Maza. El pasado mes de noviembre de 2018, el premio fue otorgado al Taller de Restauración de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca por su trabajo “Rescate y restauración del conjunto de la antigua estación del ferrocarril de Oaxaca” y entregado a su presidenta, la doctora María Isabel Grañén Porrúa, quien además de reconocer la importancia del inmueble, se comprometió con la recuperación y el uso del conjunto; al arquitecto Gerardo Virgilio López Nogales, que con dedicación dirige el Taller en su tarea de conservar el patrimonio del estado; al arquitecto Carlos Vichido Hernández, quien condujo esta intervención y cada uno de sus retos, y a todo el equipo que integra el Taller de Restauración. Se reconoce en este premio la loable participación de cada una de las personas e instituciones que iniciaron la gestión del proyecto, hasta llegar a quienes se sumaron a lo largo de la intervención para poder ver renovado el antiguo conjunto.

Ojalá que los antiguos cascos e inmuebles que han subrayado una época importante en la historia lucieran siempre renovados. De esta forma, la entrañable estación de los oaxaqueños se mostraría a nosotros ostentando la sutileza victoriana de su arquitectura, la maquinaria y los componentes que surcaron valles y montañas del estado trasladando a las multitudes. Sin embargo, este acertado sistema de comunicación duró apenas 122 años desde su inauguración, acentuada en la historia con la llegada del primer tren en el año de 1892. La estación del actual Barrio del Exmarquesado, aquella que había marcado el inicio de los nuevos tiempos y movimientos para Oaxaca, fue trasformada e invadida, perdiendo el tilde de su diseño y la composición arquitectónica.

El terremoto de 1931 abatió el torreón, y provocó con ello que la cubierta de tejas planas de barro y armaduras también fuera transformada en una cubierta de bóvedas catalanas con rieles que los muros no soportaban, lo cual causó daño en la estructura. En 1952 ocurrió el cambio de las vías angostas y en el 2012 un sismo más. En el transcurrir del tiempo, los vagones pasaron a ser propiedad de nadie y de todos, siendo despojados, rayados e incluso uno de ellos fue quemado. La bodega caía en partes debido al abandono y comenzaba la oxidación de sus armaduras de diseño del siglo XIX. Finalmente, en 2013, una parte de la barda se cayó hacia una de las avenidas principales que conducen al centro de la Verde Antequera. Se derrumbó como un ente que reclamaba atención.

En ese año de 2013, el Taller puso sobre la mesa la primera de las dos grandes etapas de rescate del conjunto, pronunciadas en favor del esfuerzo que realizaron una incontable cantidad de personas, tal vez desde antes de 1848 cuando Benito Juárez, gobernador del estado en aquellos años, expuso al Congreso la necesidad de comunicar a Oaxaca a través del ferrocarril. La realización del proyecto en sus dos etapas de restauración fue financiado por la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, el municipio de Oaxaca de Juárez y el Gobierno federal, a través de los programas Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y el Programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados, pertenecientes a la Secretaría de Cultura.

Fueron más de seis años los que trascurrieron entre la gestión y ejecución del proyecto. La notable recuperación se fincó en una minuciosa investigación fotográfica y de análisis de casos análogos, como el de las estaciones de Ciudad Ixtepec, Guanajuato y Aguascalientes, tan solo para poder reconstruir el torreón y la cubierta del edificio de la estación lo más semejante a como pudo ostentarse en la era del ferrocarril. Entre los trabajos más notables del edificio de la bodega se encuentran la recuperación de la composición y el ritmo de vanos y macizos, así como de la cubierta de armadura de acero, sin olvidarnos de los furgones, componentes del conjunto que también fueron restaurados. Cada detalle, vestigio, color o referencia fue cuidadosamente analizado para lograr una significativa recuperación de los elementos, incluso los antiguos letreros.

Al exterior, las áreas verdes fueron rehabilitadas para ser parte de un espacio en el que participaron directa e indirectamente artistas como el maestro Francisco Toledo a través de sus diseños, o la obra de Rodolfo Morales para recreación de sus nuevos ocupantes, que dan vida y dinamismo al espacio al abrir sus puertas como una extensión de la Biblioteca Infantil y Juvenil BS, o como el Museo Infantil de Oaxaca, que arropa a la niñez oaxaqueña y rememora su origen a través del Museo del Ferrocarril Mexicano del Sur.

BIBLIOTECA ANDRÉS HENESTROSA: XV ANIVERSARIO

Querido don Andrés:
Sí, otra vez soy yo, María Isabel. Escribo esta carta porque hoy me hubiera gustado invitarte a comer y platicarte tantas cosas que han sucedido. Sí, por supuesto tendría listo un buen whisky, no lo olvido, aunque, claro, también podría ofrecerte un mezcal. Quisiera volver a escuchar esas aventuras fabulosas que solías contar con una gracia inigualable, eras un Sherezado que nos tenía maravillados cuando nos describías escenas deslumbrantes con imágenes elocuentes y cargadas de poesía. Boquiabiertos ante el mundo zapoteco y huave, nos transportabas después por las calles de la Ciudad de México, a tus encuentros con José Vasconcelos y Antonieta Rivas Mercado, saboreábamos también tus desayunos en el Sanborns de los Azulejos o la deliciosa comida del Istmo que nos describías. Nos hechizabas con tus palabras, eran un canto de humor e ingenio.

Pues bien, don Andrés, hoy celebramos los quince años de la apertura al público de tu biblioteca, el gran tesoro acumulado durante tu vida, ese que te inspiró y se hizo parte de ti. Gracias, Andrés, porque tu decisión fue acertada, tus libros han fortalecido a las nuevas generaciones de poetas, escritores, lingüistas, historiadores y bibliotecarios de Oaxaca. No son páginas cerradas, son veneros que nutren el alma.

Sí, en esta hermosa casa que recorriste con un beso pintado en la mejilla el día de la inauguración, han sucedido eventos increíbles. Todas las semanas tenemos cursos, conferencias, conciertos y exposiciones, nos reúne la palabra, el arte y la cultura, celebramos la poesía, la gráfica, la caricatura, la música, la historia, el pasado y el futuro.

Recuerdo muy bien cómo forjamos aquél sueño, fue un domingo que te pregunté: “¿Qué vas hacer con tu biblioteca?…”. Convencido me contestaste: “Quiero donarla al pueblo de México, pero no sé cómo”. Entonces respondí: “Confía en mí, don Andrés”. Como si en el libro del destino estuviera escrito, aceptaste. Cibeles y tus nietos estuvieron de acuerdo en que la familia Harp Grañén se encargara del asunto. Sin esperar las grandes ayudas que jamás llegaron, nos pusimos a trabajar. Y para lograr el anhelo, supe desde el primer momento quién era la persona indicada para echar a andar los motores. Hablé con Freddy Aguilar y jamás le pregunté, sólo le dije: “Te necesito, urge que hagamos el inventario de la biblioteca de don Andrés Henestrosa. Empecemos por la de su despacho en la calle de Motolinía en el Centro Histórico de la Ciudad de México. La parte más sustanciosa está en su casa, y también tendremos que ir a la de Tlacochahuaya”. Freddy se subió en el tren sin pensarlo dos veces y, cada vez que nos veíamos, me contaba de los avances y de una cantidad de anécdotas dignas de la biblioteca de don Andrés. Freddy logró meter más de cuarenta mil ejemplares en cajas y guardó cientos de historias en su corazón.

Mientras tanto, el ayuntamiento de la ciudad de Oaxaca puso a disposición una bellísima casa ubicada en la esquina de la calles Porfirio Díaz y Morelos, que requería ser restaurada. La Fundación Alfredo Harp Helú asumió el 50% de la inversión y la operación completa del proyecto. En siete meses logramos dejar lista la planta baja, con todo y libreros.

El Servicio Panamericano de Protección se encargó de trasladar gratuitamente las cajas del Distrito Federal a la ciudad de Oaxaca. Un tráiler blindado de treinta toneladas se estacionó frente a la Casa de la Ciudad, la calle de Porfirio Díaz estaba bloqueada al paso por otros dos camiones de seguridad bancaria. Los policías armados bajaron de sus vehículos, la gente pasaba asombrada, preguntaban: “¿Qué pasa?…, ¿qué traen?…”, pues algo increíble: libros. Se abrieron las puertas del camión, vimos las 630 cajas flejadas que llenaban el tráiler hasta el tope. El personal del Servicio Panamericano me comentó: “Nosotros acostumbramos transportar valores, billetes y monedas, pero estos libros representan un valor mayor”. Así fue, el entusiasmo se contagiaba, era cierto, entendimos tu mensaje, Andrés: “Yo he querido que esta riqueza quede en la ciudad de Oaxaca, a la que pertenece por ser yo nativo de este ilustre estado, que tantos hombres distinguidos ha dado a México, y entre los que se encuentran modelos que quise emular, a sabiendas de que me enfrentaba con enormes dificultades para alcanzarlo. Un sueño, el penúltimo que tengo, que deseo ver realizado”.

El anhelo se cumplió justamente el día de tu cumpleaños 97. Organizamos una gran fiesta llena de color y alegría. No sé de dónde salieron tantas paisanas tuyas del Istmo. Como siempre, llegaron bellísimas con sus trajes despampanantes de flores, sus joyas y su boca pintada de grana. Te abrazaban, te besaban y una de ellas dejó la huella de sus labios en tu mejilla, era como un trofeo, caminabas erguido, pleno en medio de un jardín de mujeres hermosas. Recorriste los pasillos satisfecho. Así lo hiciste notar en las palabras inaugurales.

Pues bien, don Andrés, han pasado quince años y tu biblioteca ha sido un lugar de encuentros para la reflexión y el arte en Oaxaca. Seguiremos cuidando de ella en manos de Freddy Aguilar, que ha sabido reproducir muy bien las semillas aquí depositadas y que ahora florecen también en las bibliotecas infantiles de la Fundación Harp. Por ello, este día de celebración, en el que han venido tantas quinceañeras y amigos, es merecedor hacer un reconocimiento a un hombre que ha entregado su vida a los libros, siempre dispuesto a ayudar de la manera más respetuosa a las bibliotecas y a los lectores de los lugares más apartados. Ese ángel guardián y discreto se llama Freddy Aguilar, para quien pido un fuerte aplauso.

MACEDONIO ALCALÁ, 150 ANIVERSARIO LUCTUOSO

Este año, 2019, se cumplen 150 años del fallecimiento de uno de los músicos más trascendentes de Oaxaca, Macedonio Alcalá Prieto.

El autor de Dios nunca muere nació en la ciudad de Oaxaca en el seno de una familia musical; su padre, Gabriel, era el cantante de la Catedral de Oaxaca y fue él quien dio las primeras clases de música a sus hijos, tanto a Macedonio como a sus hermanos: Nabor, Bernardino y Bernabé. Macedonio continuó su preparación musical en la escuela de José Domingo Martínez, el organista y compositor oaxaqueño, y posteriormente fue becado y enviado a la Ciudad de México para estudiar en la Academia de Joaquín Beristáin y Agustín Caballero, la que hoy conocemos como el Conservatorio Nacional de Música. Después de su regreso a Oaxaca como un hábil violinista, desarrolló una intensa actividad artística relacionada con el estilo de vida bohemio, lo que lo llevó a la pobreza, enfermedad y finalmente la muerte, la que ocurrió el 24 de agosto de 1869. En su legado nos dejó una composición inmortal, el vals Dios nunca muere, sin embargo, no es la única de este autor, y valdría la pena sacar a la luz del día las demás obras injustamente olvidadas.

Por esta razón, y en relación con el 150 aniversario luctuoso de Macedonio Alcalá, la Fonoteca Juan León Mariscal dedica el año 2019 a este compositor y planea una serie de eventos que darán al público oaxaqueño la oportunidad de acercarse a la vida y obra de su eminente paisano. También propone emprender una compleja investigación sobre este músico, para poder publicar su biografía actualizada y libre de errores y mitos. Asimismo, la fonoteca convoca a las instituciones y personas interesadas, para establecer el comité ciudadano “Pro 150 aniversario luctuoso de Macedonio Alcalá”, el cual coordinará los mencionados eventos para brindarle un homenaje más que merecido.

PARTICIPACIÓN DE ADABI DE MÉXICO EN EL PREMIO JIKJI 2018

Entre los días 1 y 3 de octubre de 2018 se realizó en la ciudad de Cheong Ju, Corea del Sur, el encuentro que reúne a las instituciones que han sido galardonadas con el Premio UNESCO/ Jikji Memoria del Mundo.

Desde hace catorce años que se instituyó el Premio UNESCO / Jikji Memoria del Mundo, su propósito ha sido tanto conmemorar la inscripción del Buljo jikji simche yojeol, el libro impreso con tipos móviles de metal más antiguo existente en el Registro de la Memoria del Mundo, así como recompensar los esfuerzos que contribuyan a la preservación y accesibilidad del patrimonio documental como legado común de la humanidad.

El objetivo del Premio, que se otorga cada dos años desde el año 2001, está planteado de conformidad con las políticas de la UNESCO, y relacionado con el programa de la Organización para fomentar el acceso universal a la información y los conocimientos de la humanidad.

En el año 2013, ADABI de México recibió esta distinción “por su iniciativa innovadora para preservar, digitalizar y promover la accesibilidad de los archivos, así como sus programas de capacitación educativa y profesional”. A partir de entonces, ADABI ha sido invitado en dos ocasiones a participar en la mesa redonda que reúne a los representantes de las instituciones que han sido reconocidas con este premio, a fin de aportar sus experiencias en el tema de la preservación del patrimonio documental universal.

Este año, como subdirectora de ADABI, fui en representación de nuestra institución y participé junto con los otros seis delegados de las instituciones premiadas, más el representante de la organización galardonada en este año, que fue la organización no gubernamental Sauvegarde et Valorisation des Manuscrits pour la Defense de la Culture Islamique (SAVAMA DCI). En la mesa redonda correspondiente al día 2 de octubre, que tuvo como tema “En busca de la corporación global y agenda del patrimonio documental para el Premio Jikji de la UNESCO 2.0”, participaron representantes de la Biblioteca Nacional de la República Checa, el Archivo de la Fonoteca de la Academia Austriaca de Ciencias, Archivos Nacionales de Malasia, Archivos Nacionales de Australia y la Unidad Técnica de Iberarchivos (antes ADAI).

Con la ponencia titulada “En busca de la cooperación global y agenda para la preservación documental de la UNESCO”, destaqué los méritos por los cuales la asociación se hizo acreedora al Premio Jikji en el año 2013.

GRAFITI EN CONTEXTO PATRIMONIAL

La calle, el espacio público por excelencia, elegido por el ciudadano para manifestar cualquier actividad, ya sea cultural o social, forma parte también de la identidad de una comunidad. Entender que juega el papel de escaparate de la manifestaciones creativas o estéticas de una cultura es de gran importancia para la Casa de la Ciudad. Hoy en día los contextos patrimoniales tienen un valor intangible que conlleva la idea de mantenerlos intactos, por lo tanto, ¿cualquier expresión cultural contemporánea dentro de estos contextos debe ser regulada? ¿Hasta qué grado es válida la conservación intacta de nuestros centros históricos patrimonio de la humanidad? ¿El grafiti es una expresión contemporánea de nuestra cultura?

Con el objetivo de generar en Oaxaca un espacio de diálogo sobre las manifestaciones creativas o estéticas callejeras en espacios públicos con declaratoria patrimonial a través de la reflexión y el análisis, se llevó a cabo en la Casa de la Ciudad el foro “Grafiti en Contexto Patrimonial”, el cual reunió a sociedad en general, actores sociales, artistas y académicos en un formato de diálogo incluyente donde se tocaron temas sobre las condiciones actuales de viabilidad, acción y apariencia en el espacio público de la ciudad de Oaxaca.

Distintas personalidades y sociedad civil en general estuvieron presentes en el foro dentro de las cuales se pueden mencionar a: Ana Lizeth Mata Delgado de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía Manuel del Castillo Negrete (INAH), con la ponencia “Definiciones y alcances”; el colectivo Lapiztola con la ponencia “La gráfica urbana como parte de la identidad de una ciudad”; Arturo Alvarado Mendoza del Colegio de México, con la ponencia “Centro Histórico de la Ciudad de México y la política respecto al grafiti’; y Olivier Dabène del Science Po de Francia, con la ponencia “Arte urbano y espacio público”.

El objetivo fue hablar de la importancia de la reflexión entre las diferentes instancias de gobierno, actores sociales y habitantes de la ciudad sobre la complejidad de las manifestaciones creativas o estéticas callejeras en el contexto oaxaqueño, para generar propuestas viables en el uso plural de los espacios con conciencia social y participativa.

MIO SOBRE RUEDAS: UN ESPACIO PARA TODOS

Jugar le da la oportunidad al niño de practicar lo que está aprendiendo.
Fred Rogers

Actualmente el espacio público se considera una zona de riesgo para los niños, en consecuencia, cuando se piensa en espacios de juego y recreación para los niños, se consideran lugares cerrados y privados. En este contexto, los espacios de juego resultan un salvavidas para los niños y niñas que se reúnen y apropian de esos lugares con una intensidad placentera y gozosa. De ahí que se desprendan las experiencias de juego que influyen de manera positiva en la socialización, fortalecimiento de los vínculos de amistad, emociones y autoestima, por lo tanto, los niños se observan y reconocen desde una mirada libre, consciente y feliz.

Desde 2017, fecha en la que inició el programa permanente MIO Sobre Ruedas en colaboración con la Casa de la Ciudad, niños, niñas y familias se han dado cita mes con mes para desarrollar sus habilidades ciclistas. Desde los más pequeños hasta los más experimentados se reúnen para compartir sus experiencias con el uso de la bicicleta como medio de transporte. Y es que el ciclismo comienza con las primeras pedaleadas de triciclos y bicicletas, pero puede también convertirse en un forma de vida. Es por ello que uno de los objetivos del programa es fomentar el uso de la bicicleta desde la infancia y con ello recuperar los espacios públicos para todos.

La respuesta de las familias ante este programa ha permitido llevarlo a nuevos escenarios como el atrio del templo de Santa María del Marquesado, un lugar generoso en su arquitectura y naturaleza, construido por los franciscanos en 1550. Ahí niños y niñas se sienten identificados con su espacio de juego, en consecuencia, se promueve la adquisición de valores culturales, la participación y apropiación de entornos seguros de juego y recreación.

La necesidad de generar este tipo de espacios se hace visible cuando los niños y niñas participantes portan su chaleco, casco y rodilleras y comienzan sus primeros pedaleos. El asombro de las personas que pasan por la avenida no se hace esperar, y la alegría de los papás al ver a sus hijos aprender a andar en bicicleta es sumamente emotiva. Las experiencias y testimonios durante estos meses nos permiten enriquecer nuestra labor y la complicidad de generar, con ayuda de otras instituciones y colectivos, nuevas actividades que permitan una gran diversidad de intercambios sociales, áreas de juego y consciencia de espacios seguros para la infancia.

LA REUNIÓN ANUAL DE LA SOCIEDAD AMERICANA PARA LA ETNOHISTORIA 2018 EN OAXACA

Los libros de historia de educación básica que distribuye la Secretaría de Educación Pública en México hacen una clara invitación al lector, a estudiar “la historia de nuestro país” para conocer la sociedad en la que vive y así conformar su “identidad como mexicano”. Y es verdad que hay una historia de México, la que cuenta la construcción de la nación actual y la que la nación promueve para explicarse, justificarse y para inspirar sentimientos nacionalistas. Pero no es la única historia: también los pueblos indígenas tienen sus historias y maneras de contarlas, y a menudo se trata de historias antihegemónicas, cuyos eventos cruciales, héroes, valorizaciones y esquemas causales no son los mismos que marca la historia patria. Y es justamente este tema el de interés para la etnohistoria, disciplina que convoca a especialistas en antropología, historia, estudios patrimoniales, arqueología, ecología, lingüística, entre otras disciplinas relacionadas con la historia de estos pueblos. Durante el siglo XX, tanto en Estados Unidos como en México y otros países del continente americano, se ha ido construyendo un campo de estudio que cubre a los pueblos indígenas desde el Ártico hasta la Patagonia. Sus trabajos no solo se quedan en los libros. En muchos casos tienen repercusiones en el ámbito social, como la defensa de territorios o el reconocimiento y resguardo de acervos locales.

Desde 1954, la Sociedad Americana para la Etnohistoria (ASE por sus siglas en inglés) convoca anualmente a sus miembros afiliados y a todos aquellos interesados en presentar trabajos que abonen al objetivo principal: crear una imagen más incluyente de las historias de los pueblos indígenas de América. Se ha convertido en la reunión más importante a nivel internacional para especialistas en este tema. Durante la segunda semana de octubre de este año, se llevó a cabo en la ciudad de Oaxaca su segunda vez en México. En esta ocasión los organizadores-anfitriones fueron la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM y la Universidad de California en Los Ángeles.

En esta reunión se presentaron más de 300 investigadores de más de 170 instituciones (nacionales y de otros países, sobre todo de Estados Unidos), quienes expusieron y discutieron 264 estudios en seis sesiones simultáneas durante tres días. De estos trabajos, 147 estudios trataron sobre los pueblos indígenas que se encuentran en el territorio de México, y 35 versaron sobre los pueblos de Oaxaca. ¿Pero qué significan estos números? Es bien sabido que el trabajo de los historiadores consiste sobre todo, en elaborar un camino de interpretación entre los acervos documentales (los archivos) –muchas veces no accesibles sin estudios previos– y la sociedad en general. Es así que los números citados dan cuenta de la cantidad de estudiosos trabajando sobre uno de los temas centrales para la etnohistoria de las Américas: interpretar las consecuencias tan variadas de la conquista europea sobre los pueblos indígenas a lo largo del continente.

Además de las sesiones académicas, la noche del 12 de octubre, la ASE, junto con los anfitriones y asistentes, se dieron cita en el Teatro Macedonio Alcalá para reconocer y premiar, como cada año, la extraordinaria contribución que algunos investigadores han hecho a las historias de los pueblos de América. Esta vez fueron Rayna Green, Fred Hoxie, Susan Deeds y Frank Salomon quienes recibieron el reconocimiento y aplausos de sus colegas y público presente. Asimismo se otorgó una mención especial al reciente libro de Lisa Sousa. Estos nombres nos llevan a historias concretas; por ejemplo, el libro de Lisa Sousa, La mujer que se convirtió en un jaguar y otras narrativas de mujeres nativas en Archivos del México Colonial (The Woman Who Turned into a Jaguar, and Other Narratives of Native Women in Archives of Colonial Mexico) revela historias sobre las relaciones de género en los pueblos indígenas de la Nueva España (siglos XVI, XVII y XVIII). Sobre todo, muestra que las mujeres nativas eran actores dinámicos en la vida cotidiana de sus comunidades y en sus hogares. Para este estudio utilizó desde manuscritos pictográficos hasta fuentes alfabéticas en náhuatl, mixteco, zapoteco y mixe, así como en español.

Otra característica de esta reunión es que al paso de los años se han sumado al estudio etnohistórico miembros de los pueblos indígenas. Cabe destacar en esta reunión la participación de investigadores de pueblos zapotecos, mixes, mixtecos, cree y mashpee wampanoag, representando, sin duda, una perspectiva etnohistórica que se nutre en muchos casos con el activismo por los derechos de sus pueblos. Por mencionar un caso, la presentación en mixe del ponente Juan Carlos Reyes fue un buen ejercicio de derechos lingüísticos en el contexto de esta reunión. Sin embargo, hay que ser sinceros y reconocer que la etnohistoria misma sigue siendo un campo de estudio dominado por historiadores no-indígenas.

Oaxaca se ha convertido en una ciudad ideal para acoger reuniones académicas. Esto se debe en gran medida a la vitalidad de la diversidad cultural que caracteriza a los pueblos de Oaxaca. Pero para los estudios etnohistóricos es, además, un lugar clave por la riqueza y diversidad de las fuentes documentales: tradiciones escriturales que datan de hace más de 2000 años y que trascendieron al período virreinal, cuando se desarrollaron tradiciones alfabéticas en zapoteco, mixteco, náhuatl y chocholteco. Es por eso que esta reunión enfatizó el trabajo clave de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, al articular actividades de investigación con el propósito de promover las herencias culturales de Oaxaca y México, al hacer accesible recursos especializados principalmente sobre y en lenguas de los pueblos indígenas de Mesoamérica. Así que seguiremos insistiendo en que se acerquen a los distintos proyectos que tiene la Biblioteca para hablarles de las historias de los pueblos de Oaxaca.

LÍMITES URBANOS

Límites urbanos para la diversidad funcional es una muestra fotográfica con los resultados del Laboratorio Sensorial Fotográfico impartido por las fotógrafas Tania Rubiños y Alejandra Ortega de Laboratorio Visual, en la Casa de la Ciudad.

Durante un recorrido por algunas calles de la ciudad de Oaxaca, los participantes del taller hicieron un ejercicio de privación temporal de la vista y parte de la motricidad, con el fin de disparar la cámara en el momento en que se hicieran conscientes de los obstáculos que se presentan en el diseño urbano. El ejercicio planteaba una forma de percibir aquellos límites que las personas con diversidad funcional viven día a día. Para llevar a cabo la actividad, se hicieron ejercicios previos que generaron confianza entre alumnas y alumnos, así como presentaciones de fotógrafos profesionales que han trabajado como tema central la ceguera desde diferentes perspectivas, con el fin de disolver el concepto de visión como eje central de la fotografía.

En el mundo contemporáneo, la fotografía desempeña un papel clave. Su relación con la idea de una reproducción fiel a la realidad le asigna un carácter documental, y la presenta como la herramienta por antonomasia para ilustrar los acontecimientos de la vida social. Uno de los temas que atañen a la sociedad oaxaqueña es el diseño de la arquitectura urbana, su funcionalidad y los límites con los que se encuentran personas con discapacidad visual, discapacidad motriz, tercera edad, embarazadas, lesionados temporales, etcétera.

La Casa de la Ciudad pone sobre la mesa el tema de la inclusión en el espacio público, y pretende sensibilizar acerca de la importancia del derecho que tienen las personas a gozar del libre tránsito y la movilidad en la ciudad, sin importar su capacidad física, edad o género.

La exposición estará abierta al público hasta el mes de marzo de 2019, en la sala de exposiciones de la Casa de la Ciudad (Porfirio Díaz 115, Centro, Oaxaca).

UMBRAL DE RECUPERACIÓN

¿Qué sucede cuando una hija pierde a su madre? Sucede que de repente te haces un montón de preguntas que, casualmente, solo la madre debería o podría contestar. La pérdida de una madre es siempre un proceso de redescubrimiento y reaprendizaje, una autoevaluación transformadora. Sucede que la vida sucede, sin ella, sin su guía, sin su mano. De pronto te vuelves autosuficiente.

El título de la exposición de Emilia Sandoval Nos buscas aún, nos buscas lugar es clave para iniciar la conexión con las imágenes representadas dentro de la sala, a partir de esto es fácil crear un vínculo con cada pieza, pues son objetos realmente cotidianos y presentes en la vida de todos, como las cartas infantiles hechas en la escuela, en una tarde o en un momento cualquiera, solo para recordarle a nuestra madre nuestro cariño (no lo fuera a olvidar); cartas que se vuelven testimonios de nuestros primeros intentos de expresarle a alguien nuestros sentimientos con las herramientas recién adquiridas en las primeras etapas escolares, como la escritura de trazos inseguros, inciertos, novedosos, dibujos amorfos de formas geometrizadas, mezcladas con los tesoros de la madre como persona.

El umbral de recuperación es el término empleado por la ciencia, que explica el proceso por el cual la memoria se activa ante la presencia de eventos cada vez más familiares, estimulando el recuerdo original. Los recuerdos y memorias siempre son compartidos, se mezclan con nuestras experiencias y también se transforman, se le añaden cargas disímiles, comienzan a cambiar sus formas, sus bordes definidos comienzan a serlo un poco menos. Tus recuerdos, los de ella –que de alguna manera son tuyos ahora–, serán la caja fuerte de sus anécdotas. De pronto, es la memoria el elemento más importante que tienes, el que comienza a darte miedo perder, lo quieres recordar todo y con lujo de detalle: el dedo que se pasea por la ceja espesa, el fuerte apretón de unas manos amorosas, el olor característico de la paciencia y la voluntad, de la protección y el amor. ¿Cómo has de conservarlo todo? ¿Cómo le dictas a tu cerebro cómo ha de almacenarlo todo? No es posible, el cerebro hace lo que puede y lo que necesita, roba fragmentos de ti y de ella y los mezcla en una nueva forma. El cuerpo, además del cerebro, también tiene memoria, la perpetúa en tus nuevos gestos e inflexiones, un poco tuyos, un poco de ella.

Cuando la madre muere, se vuelve más mujer que madre. Descubres la persona detrás de la madre, sus secretos y sus aficiones, sus colecciones y sus objetos importantes; es grato encontrar que muchas de tus aficiones también fueron de tu madre, te sientes más unida a ella. Los objetos cotidianos se vuelven ofrendas cargadas de significados personales, testigos mudos de la vida que se apaga, símbolos de transición. La obra de Emilia relata la vida y muerte de una madre a través de la reapropiación y reinterpretación de los objetos-memorias que conserva de ella, para llevarlos a una resignificación personal con sus propias veladuras inmateriales dentro de un mundo material. Es por eso que la historia que cuenta la artista durante el recorrido de su exposición es una historia que bien podría ser contada por alguien más, es la historia que contamos los huérfanos porque su historia es la mía, la tuya, es una historia de soledad, ternura y fuerza.

DEL MUFI AL SMITHSONIAN NATIONAL POSTAL MUSEUM

Fui enviada por el curador del Smithsonian National Postal Museum, Daniel Piazza, quien meses antes estuvo como invitado en la conferencia anual de la Mexico Elmhurst Philatelic Society International (MEPSI Oaxaca 2018). Llegué a la ciudad de Oaxaca el 27 de octubre del mismo año. Mi visita coincidía con las festividades de la ciudad.

En Oaxaca el tiempo parece detenerse, abriendo un espacio en donde la celebración de la vida y la muerte coexisten de forma simultánea sin ninguna aparente contradicción. Piazza había quedado impresionado con el Museo de la Filatelia de Oaxaca, junto con los proyectos impulsados por la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca. Así me lo hizo saber. Gracias a la previa coordinación con el director del Museo de Filatelia, Eduardo Barajas, y el Arq. Edu Nieto, mi estancia se prolongó hasta el 4 de noviembre del mismo año.

La oportunidad fue propicia para entablar conversación con artistas locales de gran talento, gracias al apoyo de la coordinadora de Educación, Luz Santiago, y el coordinador de Comunicación, Farid Rodríguez, ambos parte del equipo del MUFI.

Tuve la fortuna de visitar los estudios de este grupo de artistas y conocer de primera mano sus metodologías de trabajo y el contexto de sus creaciones artísticas. En ocasiones, los encuentros ocurrieron en los más improvisados puestos de tacos. En todo momento, la atmósfera envolvente del lugar, cual nube ritual de un incensario con copal, me envolvía en su encanto.

El objetivo principal de mi estancia era recopilar información e identificar piezas que pudieran ilustrar posturas diversas sobre la evidencia histórica o mitológica de los juegos de pelota prehispánicos con las prácticas deportivas actuales. Dado que la Biblioteca Juan de Córdova apoya y trabaja directamente con comunidades indígenas para el fomento del estudio de lenguas madres y su preservación, el apoyo en la investigación por parte de Gabriela Díaz fue fundamental para extender nuestro conocimiento acerca de la organización regional de campeonatos de pelota mixteca y el desarrollo del juego hasta nuestra generación. Esta investigación pretende revisitar narrativas sobre el beisbol, haciendo un viaje en el tiempo hasta los períodos Preclásico y Clásico de las culturas mesoamericanas, utilizando las herramientas de interpretación de las propias culturas en las que aparecen insertadas, evitando así la hegemónica visión anglosajona.

Un antecedente indiscutible sobre el tópico es la exposición Grand Slam del Arte: Beisbol Filatélico que se exhibe actualmente en el MUFI; es considerada una colección emblemática y arquetípica, pues hasta el momento no se había producido una muestra similar en términos de sus alcances.

Las piezas de la colección Grand Slam del Arte hablan de la relación personal de cada artista con el beisbol. Su perspectiva multigeneracional resignifica los artefactos deportivos elevándose hasta un imaginario ilimitado. Con frecuencia, los relatos de los artistas gravitaban en torno a la utilidad original de los objetos y a su relación con el tiempo. En cierta medida estas cuestiones significaban una suerte de continuidad a las celebraciones del Día de Muertos: la musicalidad de las comparsas, la vistosidad de sus ajuares y la gran energía comunitaria que experimenté al confundirme en medio de las multitudes cuando caminaba de regreso al hotel.

La exhibición Grand Slam del Arte reunió a grandes artistas como el maestro surrealista Pedro Friedeberg, quien me impresionó desde el primer instante con Razones para meter muchas carreras, las instalaciones de la artista multidisciplinaria Mariana Grapain, una de ellas en especial, Indumentaria en juego, donde la artista presenta el icónico bordado de una pelota de beisbol en un huipil, legendaria indumentaria de herencia istmeña. Al igual quiero destacar la pieza del colectivo oaxaqueño Lapiztola, que inserta el bat dentro de un diorama enmarcado en un timbre postal, con sus distintivas aves migratorias, y colaboraciones especiales como la pieza Peticiones del juego de Baltazar Castellano Melo.

Algunas otras piezas también llamaron poderosamente mi atención. Recuerdo la obra de Sabino Guisu reimaginando los bates como si fuesen una herramienta militar. Y es que en el planteamiento de Guisu coinciden usos actuales de los bates, cuando en ciertos contextos son utilizados como herramienta de defensa personal, haciendo un híbrido en un mismo objeto el bate y el garrote.

Durante mi visita a Monte Albán, nuestra guía nos comentaba, siguiendo una teoría no exenta de elementos míticos, que el juego de pelota prehispánico jugado allí 1 200 años atrás tenía connotaciones de un duelo político-religioso, en donde la decisión del futuro liderazgo del pueblo se definía a partir del desempeño en el campo de batalla ocupado por dos equipos, cada uno con tres jugadores. Esta acción performática –que mostraba las destrezas deportivas de los atletas– servía para elegir a las élites directivas, pero el mejor jugador del equipo ganador ofrendaba su vida en un sacrificio sagrado. Estas connotaciones político-religiosas del juego recuerdan los planteamientos de Roland Barthes en su libro Mitologías, en donde compara los deportes contemporáneos con la violencia y los rituales de los escenarios bélicos.

Mi labor como asistente curatorial para un proyecto como Baseball: America’s Home Run fue una reivindicación de raza y de género. La supremacía masculina entre historiadores del juego ha sido la norma durante siglos, pero esta realidad ha empezado a cambiar. Otro logro de este proyecto ha sido tener la oportunidad de conocer a dos profesionales en el campo que han estado en colaboración mano a mano, identificando materiales visuales, textuales y artefactos de altísima relevancia histórica, política y cultural. Me refiero a Daniela Antunez, directora del Archivo de Diablos Rojos del México, y Sara Coffin, curadora en jefe de la colección de los Red Sox de Boston. Todo este trabajo de visita-enlace es con el fin de hacer posible la exhibición Baseball: America’s Home Run que tendrá lugar en el Smithsonian National Postal Museum en Washington D.C. Abrirá en primavera de 2020.

TECNOLOGÍA Y ARTE POPULAR

Los procesos artesanales han sufrido cambios que corresponden a diferentes momentos en la historia y evoluciones que como sociedad hemos tenido, pero hay un detonante que sirve de parteaguas para abrirse a la modernidad: la Revolución Industrial significa no sólo el cambio de pensamientos, sino la mecanización de muchos procesos que se entendían como artesanales. El uso de tecnologías para crear sistemas de producción llegó para satisfacer demandas mundiales, y representa el inicio de nuevas especializaciones y la desaparición de algunas que quedaron obsoletas. Proliferó la diversificación de la labor de los artesanos, quienes comienzan a experimentar con nuevos materiales, fusionar técnicas, utilizar nuevas herramientas o adaptar otras más a sus procesos, dándose cuenta de que los alcances de sus conocimientos y la reinterpretación de sus habilidades, en específico del arte popular, mejoran sus sistemas de producción.

En México y América, tras la Colonia, se quedan los diferentes oficios que servían para embellecer los espacios de esos tiempos, que se unieron y mezclaron con los antiguos oficios artesanales que transformaban materias primas en elementos rituales y objetos también utilitarios en las sociedades que precedieron, así comenzamos a identificar las técnicas artesanales que en la actualidad conocemos.

La alfarería por ejemplo, ha evolucionado mucho, desde el mismo torno, que tiene algunos registros prehispánicos en San Bartolo Coyotepec. Las piedras cóncavas que servían para levantar ollas y darles vueltas sosteniéndolas con la mano pasaron a los registros del torno de pie, que evolucionó al del motor. Este cambio respondió a la demanda industrial y a la necesidad de aumentar la producción, pero siempre respetando procesos como la extracción del barro, el horneado, el decorado manual, que no han cambiado mucho. La intervención en la técnica es puntual, pues significa un quehacer que representa respeto. Las modificaciones merecen hacerse con cuidado. Por eso recalcamos la manera en que un diseñador colabora con artesanos, pues merece hacerse con el respeto y la prudencia que la labor exige.

Los avances tecnológicos y el interés de los artesanos por conocerlos y aplicarlos en sus talleres ha hecho que la variedad de posibilidades se amplíe y que las producciones sean más competitivas en el mundo moderno. Como ejemplo están los artesanos alfareros, quienes han investigado los componentes químicos y han encontrado nuevas posibilidades en colores y acabados que muestran de manera diferente su trabajo. La entrada de nuevos hornos de gas que apresuran las quemas y hacen más controlable el resultado, así como el uso de impresiones 3D para crear moldes de piezas modeladas en programas especializados son otros ejemplos. Lo importante es el respeto y el valor que le dan a su trabajo. Podemos apreciar la labor de los artesanos que mantienen vivas tradiciones de nuestros pueblos.

En Andares del Arte Popular trabajamos para llevar al mundo el trabajo de artesanos que buscan mejorar la calidad de sus piezas capacitándose para mejorar sus habilidades.

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