Las evidencias materiales de las sociedades que se desarrollaron en el territorio nacional antes de la llegada de los españoles conforman un patrimonio vastísimo, que abarca desde las edificaciones de las grandes ciudades y centros ceremoniales de antaño, hasta las más sutiles evidencias de la actividad humana. Este legado tiene continuidad en las culturas vivas de nuestro país.
Desde hace años la FAHHO ha dedicado importantes esfuerzos y recursos a la arqueología oaxaqueña, en coordinación con las autoridades y especialistas del ramo. Este apoyo ha abarcado la detección de sitios, la realización de excavaciones, la restauración y conservación de edificaciones, el análisis e interpretación de hallazgos y el resguardo de colecciones. Igualmente se ha apoyado la difusión de resultados mediante publicaciones y exposiciones. El apoyo a sitios como el Cerro de Atzompa y el Cerro del Gallo nacen del deseo de apoyar la protección del polígono de Monte Albán, amenazado por el crecimiento de la ciudad, y cuya conservación sólo puede lograrse mediante la suma de esfuerzos entre autoridades federales, estatales, municipales y organizaciones civiles.
Precisamente dos muestras recientes en el Centro Cultural San Pablo trataron este tipo de iniciativas.
La primera hizo un recuento de proyectos recientes apoyados por la Fundación. Algunos expanden el conocimiento acerca de regiones cuyo pasado prehispánico era poco conocido, como la Sierra Norte. Otro más ha realizado una labor de divulgación científica sobre el estilo Ñuiñe en la Mixteca Baja.
La segunda muestra se centró en difundir acervos resguardados por la BIJC para su consulta pública, como la importante colección de documentos y piezas que pertenecieron al arqueólogo John Paddock.
Próximamente la exposición sobre proyectos arqueológicos se trasladará a San Pedro Nexicho. La Colección Paddock-Mejía seguirá dándose a conocer con pequeñas muestras temporales en la BIJC. Y la muestra sobre el estilo Ñuiñe se exhibirá en Tepelmeme de Morelos a partir del 12 de marzo.
Buscamos así contribuir a la compleja pero indispensable tarea de proteger, conocer y disfrutar nuestro legado cultural.
Con el fin de dar a conocer el trabajo de grandes maestros de la tradición, presentamos el andar de doña Ana María Alarzón, originaria de Santa María Atzompa, municipio que se encuentra a 20 minutos del centro de Oaxaca, proveedor de utensilios de barro natural y vidriado para las cocineras tradicionales.
Doña Ana lleva más de 40 años trabajando en su taller, el cual ha tenido que ir creciendo a medida que crece la familia. Madre de 9 hijos y abuela de 14 nietos, ha transmitido el conocimiento del proceso de elaboración de manera implícita. Ella asegura que jugando se empieza con la tradición.
Figuras como los borregos donde crece la chía, apastles, chilmoleras, floreros y vajillas son las piezas que más disfruta hacer. Todas se hacen completamente a mano, no hay ningún torno ni máquina que pulverice el barro. Todo lo hace con ayuda de su hijo Francisco el más grande, quien le ayuda a ir a la mina, a golpear para pulverizar el barro y a llevar la leña para la quema. Ahora ya Francisco tiene su lugar y sus clientes gracias al estilo particular que desarrolló, sin embargo, ella sigue ayudándole con los pedidos.
En Andares pensamos en ella como una guardiana de la tradición del modelado de barro. Cuando visitas su taller encuentras piezas con diferentes personalidades, es el trabajo de sus hijos, a quienes, como ella menciona, nunca obligó a trabajar con el barro, aunque todos se dedican a elaborarlo. Así, cada uno fue explorando sus expresiones artísticas hasta llegar a ser grandes maestros de este oficio. Doña Ana María reflexiona: “Cada uno de mis hijos trabaja lo suyo, muy diferente cada quien. Casi todos se inclinan por lo prehispánico, quizá porque mi esposo trabajó como restaurador en el INAH”.
A pesar de que cada uno de sus hijos tiene sus proyectos específicos, cuando alguien tiene un pedido muy grande, todos se unen como familia para poder sacar adelante el negocio. Todos invierten en mejorar el taller y el horno, poco a poco van adquiriendo lo que necesitan.
En su andar, Ana María se ha capacitado en talleres que le brindan herramientas para evitar el uso de plomo en el vidriado, ya que esto afecta principalmente la salud de los artesanos. Además, se capacitó en talleres de diseño e innovación en Ciudad de México, Guadalajara, Puebla, etc. Todo esto es por pertenecer a una organización de artesanos alfareros.
Honremos a personas como Ana María, quien no ha dejado que se pierda la tradición de la alfarería en Oaxaca, formando a toda una generación de creadores únicos y distintos. La mejor manera de apoyar su trabajo es visitando su taller para conseguir esas piezas únicas que produce, también a la venta en Andares del Arte Popular.
“Para mí es un orgullo ser artesana porque es una cosa que nos da la tierra y es una cosa nativa de nuestro pueblo. Es un origen que nos da y de aquí sale para la comida, para el vestido, para el estudio. Para mí es un orgullo muy grande ser artesana”, exclama Ana María Alarzón Hernández, alfarera tradicional de Oaxaca.
Biizu es una palabra en zapoteco que significa ‘abeja’. Es el nombre que recibe el Programa Ambulante de Educación Ambiental del Museo Infantil de Oaxaca, el cual, a través de diferentes actividades lúdicas, busca fomentar en los niños el trabajo en equipo y alcanzar objetivos a favor del cuidado del medio ambiente a corto y largo plazo.
De esta iniciativa se desprenden diversas actividades que son llevadas a las instituciones educativas cercanas al museo; una de ellas, el huerto escolar, se ha convertido en un espacio para fomentar una conciencia ecológica y ambiental que se fundamenta en valores y actitudes respetuosas de la permacultura con el medio ambiente, como una agricultura sustentable, cuidar la tierra, conservar el suelo, el agua, ser consciente de los cambios que sufre el medio ambiente y de las interacciones con otros seres vivos, ocuparse de uno mismo y de la comunidad, compartir equitativamente, limitar el consumo y la reproducción.
Teniendo como referencia algunos países como Colombia y España, llevar a cabo este proyecto dentro de las escuelas tiene la finalidad de mejorar la calidad de la alimentación y fomentar técnicas de subsistencia. La primera escuela con la que arrancó este proyecto fue el Jardín de Niños Nicolás Bravo, donde los pequeños han aprendido la organización de sus cultivos, las interacciones con otros seres vivos, las características del suelo y su importancia para la implementación del huerto escolar. Para ello usaron huacales como camas de cultivo, crearon sus propios semilleros, conocieron los diferentes tipos de hortalizas, plantas aromáticas y curativas como: zanahorias, espinacas, lechugas, rábanos, betabel, acelgas, caléndulas, ruda, albahaca, girasol, etc. Una segunda etapa contempla la difusión de mensajes sobre el cuidado de la tierra y del agua, la biodiversidad que nos rodea y la importancia de ser autosustentables.
El estudio del libro antiguo es complejo, puede abordarse desde múltiples disciplinas. No siempre la historia del libro está relacionada con los autores e impresores, cada tomo guarda infinidad de elementos que nos han dejado rastros de otras épocas, uno de ellos es la encuadernación. Más que los textos, que actualmente pueden leerse en diversos soportes sin necesidad de recurrir al original, los estudios materiales son los que hacen únicos a los ejemplares antiguos. La finalidad de la encuadernación es mantener las hojas unidas con el afán de preservar el contenido intelectual.
Tras la caída del Imperio Romano se adoptó el formato de códice (codex), dejando a un lado el uso del rollo de pergamino, porque protegía mejor los textos y facilitaba su transportación. Aunque ya se encuadernaba antes de la aparición de la imprenta, es con ella que este proceso comienza a incorporarse a los movimientos artísticos de cada época. En los inicios de la imprenta, las obras se encuadernaban de acuerdo a la demanda y no se consideraba su contenido para elaborar el diseño, simplemente se empleaban los materiales disponibles, tales como pergamino, piel, tela o papel. Con el paso del tiempo se incorporaron los estilos decorativos de cada época a la ornamentación de las tapas e incluso, en el siglo XIX, se empieza a relacionar con el contenido de la obra.
La encuadernación es uno de los procesos de fabricación del libro que nos permite seguir las huellas de la circulación de la obra, la jerarquía del poseedor, las influencias técnicas y decorativas de cada época, entre otras cosas. Dada la importancia, su conservación es fundamental. Siempre se ha ubicado dentro de las artes menores, ya que la parte estética y la utilidad están ligadas. En Las fronteras del texto. Encuadernaciones históricas; Siglo XVI al XX se muestran los diversos estilos y técnicas incorporados en las encuadernaciones que custodia la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa.
Desde su inicio, la Fundación ha mantenido un gran compromiso con el legado patrimonial que enriquece nuestro estado, muestra de ello es la coordinación de obra que realizó el Taller de Restauración FAHHO durante el 2017 en doce inmuebles que fueron restaurados en diferentes etapas.
La suma de esfuerzos fue la que permitió materializar estos proyectos de restauración en beneficio de las distintas comunidades. En ese año la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca efectuó una aportación de $3 600 000.00 para la ejecución de las obras, la Secretaría de Cultura federal contribuyó con $2 740 000.00 gestionados por el Taller de Restauración a través de su Programa de Apoyo a Comunidades para la Restauración de Monumentos y Bienes Artísticos de Propiedad Federal. Por su parte, los diferentes municipios beneficiados también realizan su aportación y en total suman la cantidad de $2 090 000.00. A partir de esta modalidad tripartita, el recurso obtenido por $8 430 000.00 permitió la restauración parcial de doce inmuebles de nuestro estado, seleccionados con base en la riqueza histórica y arquitectónica que poseen.
A lo largo del año, un equipo multidisciplinario coordinado por el Taller de Restauración y supervisado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia se trasladó a distintos municipios ubicados en la Mixteca, los Valles Centrales, la Sierra Norte y la Sierra Sur para llevar a cabo una adecuada restauración del área determinada en cada proyecto.
En el municipio de Santiago Yosondúa, en la Mixteca, se encuentra la capilla del Calvario, un inmueble de principios del siglo XVII. La capilla fue reintegrada en 2017 a la vida religiosa de la comunidad, luego de haberse concluido su tercera etapa de restauración. En el inmueble se realizaron trabajos de integración de aplanados, recuperación de pisos existentes, consolidación de juntas en muros y contrafuertes, liberación del tapiado de vanos y la integración de pisos, instalación eléctrica y de iluminación.
En el conjunto conventual de Santiago Apóstol del municipio de la Villa de Tejupam de la Unión se rescató la etapa constructiva del siglo XVI a la que pertenece el pórtico de peregrinos y la crujía poniente. Durante la tercera etapa de intervención se realizaron los trabajos de reconstrucción del tablero de piedra endeque que compone la fachada y que es característico de ese siglo.
En el municipio de Santa Cruz Mixtepec se encuentra también un exconvento del siglo XVI. Durante el proceso de restauración se realizaron trabajos de consolidación de aplanados de pintura mural en dos deambulatorios, mismos en los que se reconstruyó la cubierta de viguería.
Dentro de la lista se encuentran dos templos: uno en el municipio de San Miguel Huautla y el segundo en San Juan Evangelista Analco, ambos con cubiertas de laboriosas armaduras de madera que fueron restauradas en zonas específicas debido al lamentable estado de conservación que mostraban.
En los municipios de Santiago Tillo, Santa Catarina Cuixtla, San Juan Yucuita, San Pedro Yucunama, San Miguel Adequez, Santa Cruz Tayata y la Heroica Ciudad de Tlaxiaco, los templos han sido intervenidos en áreas específicas de sus cubiertas a partir de procesos de liberación y consolidación.
En el mundo de la literatura existen distintas fechas conmemorativas, pero hay dos que nunca deben pasar desapercibidas: el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil (2 de abril) y el Día Internacional del Libro (23 de abril). Ambas fechas representan una oportunidad para realizar diversas actividades en pro de la lectura, promocionar los buenos libros infantiles y juveniles, y reflexionar sobre la importancia de la lectura como llave de las puertas que abren el conocimiento y las alas de la imaginación.
El ser humano siempre ha sido curioso por naturaleza. Desde tiempos remotos, la llama del saber lo ha llevado a indagar y tratar de entender el mundo en que vive; su espíritu curioso e inquieto ha sido una constante en la búsqueda de respuestas y fuente de conocimiento e inventos. Un claro ejemplo es la curiosidad por volar. Leonardo Da Vinci, observando el vuelo de las aves y su estructura anatómica, realizó al menos 500 diseños para elevarse en el aire. Los intentos en la historia fueron varios, los inventores también, sin embargo, fue hasta el siglo XIX que se realizaron los primeros vuelos en globos aerostáticos y planeadores. En El árbol de la vida, Peter Sís nos cuenta que la curiosidad de Charles Darwin por las plantas y los animales lo embarcó en un viaje que fue semillero de la teoría del origen de las especies por medio de la selección natural. Estos dos hechos nos demuestran que existe una curiosidad innata en el hombre; pero ¿qué tiene que ver esta cualidad con el fomento a la lectura y la relación de ésta con libros o textos informativos?
Geneviève Patte dice que: “Leer es resultado de la voluntad de conocer. Es producto natural de la curiosidad intelectual y del deseo de escuchar relatos y jugar con el lenguaje”. Quienes conviven con niños frecuentemente se ven turbados y alcanzados por la tormenta de preguntas que éstos hacen: ¿Por qué el cielo es azul?, ¿cómo vuelan los pájaros?, ¿qué come un gato?, entre otras. Sin embargo, las respuestas que los niños “preguntones” obtienen de los adultos van desde: “No preguntes”, hasta información incorrecta o un sincero “no sé”. Es ahí donde el libro y el texto informativo se convierten en interlocutores de los fisgones: tienen la capacidad para satisfacer la curiosidad de quien pregunta o de quien desea saber.
En la BS, día a día observamos cómo los niños, jóvenes y adultos son seducidos enormemente por los libros informativos. Nuestra sala de consulta alberga diversos temas (historia, zoología, filosofía, anatomía, pintura, música, astronomía, etc.) que se encuentran disponibles y accesibles para todo aquel que quiera echarles un vistazo. El constante desorden en los libros de dinosaurios, volcanes, planetas, el cuerpo humano, momias, castillos y en general en toda la sala, nos da cuenta de la curiosidad que sienten nuestros usuarios por estos temas.
Mirar elefantes, leones o acuarios, conocer las constelaciones para después observar el cielo, indagar en la historia y los diversos modelos de aviones no sólo satisface la curiosidad del lector, sino provoca en él la necesidad de saber más, de preguntar y de compartir libros con sus pares.
Es la curiosidad la que nos impulsa a movernos y transitar por diversos momentos, y es esa misma curiosidad un insumo para formar más lectores. Pasear por los libreros de una biblioteca, particularmente donde se encuentran los libros informativos, genera nuevos intereses: nos provoca leer, saber más sobre un tema e incluso puede crear vocaciones; por esta razón la curiosidad no mató al gato, lo hizo lector.
Además, existen muchas editoriales que han realizado colecciones de libros informativos muy interesantes. Con su colección Historias de verdad, Nostra Ediciones nos cuenta diversos pasajes de la historia mexicana en El Porfiriato y La Revolución mexicana. Ediciones Castillo, con su colección La otra escalera, recorre temas como los puntos cardinales, el tiempo o la comida. El conocimiento es una aventura, colección de Océano Travesía, tiene un libro maravilloso titulado Cómo descubrió el hombre que el simio es primo suyo.
La BS alberga muchos títulos como éstos, pero si no sabes por dónde empezar, aquí te dejamos algunos de los libros informativos más leídos durante 2017 en la biblioteca:
Nuu binni nanna gu’nda’ ni cá lu guiba’. Dxi ca za racaca’ naredxe’, chi gaca xu. Ne nuu binni, ná: ora malasi guibidxiaa berelele, chi guiniiibi guidxilayú.
Dxi raca xu, ca bidxaa ritubica’ yu. Rutopacabe xtipa xti’ guidxilayú, ti qué chu’ dxi chu’ tu quiñentaa laacabe.
Dxi guca xu ro’di’, ni gudi’di’di’, nácabe nabé nanda’ guca siado’que ne dxído’, guyuu guidxilayú, nabé nabana’, qué ñuundape’ manihuiini’, ne beeu cá guiba’ nisi bihuiini’ ne biguchi.
* Zapoteco del Istmo
LO QUE DICEN LOS ZAPOTECOS DEL TEMBLOR
Hay personas que saben leer lo que dice el cielo. Cuando las nubes se ponen como la piel del borrego, habrá temblor. Hay quienes dicen, que cuando de repente vocea el alcaraván, es que se va a mover el mundo.
Cuando tiembla, los naguales se revuelcan en la tierra. Recogen toda la energía del suelo, se vuelven fuertes para que nunca nadie los derrote.
En el temblor grande que pasó, dicen que hizo mucho calor y hubo un gran silencio, el mundo estaba triste, casi no hubo canto de aves y la luna se hizo pequeña y se volvió amarilla.
“¡Orlando Piña mandó esa pelota a volar, y los Diablos van a buscar el tricampeonato de la Liga Invernal Mexicana!”. Ésa fue la crónica del máximo momento de gloria del joven receptor escarlata, un home run que hizo realidad un sueño, Diablos y Guerreros chocarían por primera vez en una final. Antes del cañonazo de Piña, la historia estuvo a 47 segundos de modificarse, cuando los campeones defensores parecían liquidados. Iván Terrazas conectó una rola que lucía para doble play, que el segunda base de Salamanca no manejó adecuadamente, dejando el marco perfecto para la novena entrada más emocionante de los Diablos Rojos desde que llegaron al Fray Nano. Orlando Piña atacó con furia el primer lanzamiento de Juan Rodríguez y provocó un festejo colectivo que será más recordado que el atípico frío dominical de ese medio día de locura.
Los Guerreros de Oaxaca estaban ansiosos por saber si viajarían a la Ciudad de México, o se quedarían en casa para enfrentar a los Petroleros. La tribu, que requirió un último triunfo en el rol regular para no perderse la postemporada, definió su semifinal sorpresivamente rápido, en únicamente tres encuentros ante los Toros Bravos de Moroleón.
Había quedado definida la final soñada, la que se acarició durante tres décadas, la que serviría para homenajear el trabajo de la Academia Alfredo Harp Helú, la que demostraría que jugar dos años con elementos nacidos en México fue lo correcto. Guerreros y Diablos estaban listos para definir al campeón invernal por tercera ocasión consecutiva, pero ahora desde trincheras diferentes. Desde siempre, escarlatas y bélicos anhelaron enfrentarse por un campeonato. El marco resultó inmejorable, los dos clubes más preocupados por mantener con vida la LIM llegaron hasta las últimas consecuencias. Resultó imposible pronosticar un favorito claro, tomando en cuenta que ambas novenas se conocían de sobra; la imparable racha de Oaxaca pondría a prueba la consistencia del México. La seriedad y prestigio de ambas organizaciones, además del aforo de los estadios Fray Nano y Eduardo Vasconcelos, provocaron que la Serie Final resultara la más vista en sus primeras tres ediciones. Aparte de las plataformas digitales de los equipos involucrados, dos señales de televisión restringida se sumaron para seguir en vivo cada uno de los juegos.
Con la emoción a flor de piel, minutos antes del playball fueron convocados los jugadores de ambos equipos, egresados de la Academia AHH. Una foto histórica reveló que el 75 por ciento de los participantes completaron el proceso de preparación en San Bartolo Coyotepec.
El ritmo de los Guerreros de Oaxaca prevaleció en el primer juego de la Serie Final, donde lograron sorprender a los Diablos 3-2. Con ese resultado se incrementó la idea de un compromiso largo, algo que no sucedió, a pesar de que los tres primeros duelos se definieron con diferencia de una carrera.
El tricampeonato para los escarlata llegó en un quinto juego que plasmó la historia de toda la serie. Era el último juego de los Guerreros en su casa, con una afición escéptica de que su equipo pudiera triunfar cuatro veces consecutivas. Tras un juego de volteretas, Oaxaca llegó abajo en la novena entrada; a tres outs de ceder la corona a los capitalinos, pero con el deseo intacto de continuar en la batalla.
Para el episodio 13, los Diablos tenían más armas para definir la emocionante batalla, y así lo hicieron. Daniel Jiménez, quien resultó el Jugador Más Valioso, prendió un lanzamiento que llegó hasta la barda, impulsando dos carreras que ya eran demasiado para unos Guerreros que todavía intentaron, sin éxito, mantenerse con vida.
La bravura de los derrotados hizo más intenso el festejo de los ganadores, que durante diferentes etapas del 2017 acompañaron a su manager, Víctor Bojórquez, en tres campeonatos en ligas de desarrollo.
El 21 de febrero es el Día Internacional de la Lengua Materna, fue decretado por la UNESCO desde 1999. Para 2018, el tema del Día fue preservar la diversidad lingüística y promover el plurilingüismo para apoyar los objetivos de desarrollo sostenible.
Se piensa que las lenguas maternas son sinónimo de lenguas indígenas, en realidad no es así. La lengua materna es la primera lengua que aprenden los niños, transmitida por la madre o algún familiar, sin una sistematización específica. Las lenguas indígenas son las que hablan los pueblos originarios.
En el caso de nuestro país, tenemos una diversidad muy grande de lenguas, como el español, las 68 lenguas indígenas, el romaní (de los llamados ‘gitanos’) o el plautdietsch (de los menonitas). Todas ellas se vuelven lengua materna dependiendo del sujeto que las hable. El español es la lengua más hablada en México, pero las lenguas minoritarias son igual de importantes ya que reflejan la diversidad cultural del país, su historia y el pensamiento de quienes las hablan. La UNESCO plantea que: “Para fomentar el desarrollo sostenible, los educandos deben tener acceso a la educación en su lengua materna y en otros idiomas. Es a través del dominio de la primera lengua o lengua materna que se adquieren las habilidades básicas de lectura, escritura y aritmética. Las lenguas locales, especialmente las minoritarias e indígenas, transmiten culturas, valores y conocimientos tradicionales, desempeñando así un papel importante en la promoción de un futuro sostenible”.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), en México, además del español, se registran 11 familias lingüísticas, 68 agrupaciones nombradas de forma oficial lenguas nacionales; 15 de ellas se hablan en el estado de Oaxaca. Recordemos que Oaxaca es el estado con mayor diversidad lingüística, pero las 15 lenguas indígenas corresponden a una estadística aparente. Si nos adentramos en una de ellas, como la lengua mixteca, descubriremos que presenta una infinidad de variantes dialectales que no son inteligibles entre sí. De aquí el debate. ¿Se trata de verdaderas lenguas distintas? Algunos especialistas de lenguas indígenas comparten la idea de que se trata de lenguas diferentes. Por ejemplo, el tzotzil y el tzeltal desde la Colonia han sido tratadas como lenguas diferentes cuyos hablantes muchas veces nos dirán que comprenden un gran porcentaje en una interacción conversacional. En cambio, dos variedades de mixteco de la Costa y de la Sierra –tratadas como la misma lengua– son ininteligibles entre sí, por lo tanto, deben ser consideradas dos lenguas distintas a pesar de que desde la Colonia ambas fueron nombradas como “lengua mixteca”. Las demás lenguas indígenas del estado de Oaxaca no están exentas de este fenómeno, razón por la cual el INALI las nombra atinadamente agrupaciones lingüísticas. Es decir, en Oaxaca tenemos 15 agrupaciones lingüísticas y más de 150 variedades de lenguas, en otras palabras, más de 50 posibles lenguas indígenas en el estado de Oaxaca.
El mayor porcentaje de niños de nuestro país tiene como lengua materna el español y son monolingües, en cambio, los indígenas presentan una situación diglósica compleja. Se registran niños monolingües en una lengua indígena, bilingües con mayor dominio de la lengua indígena, bilingües con mayor dominio del español y monolingües en español. No olvidemos que muchos contextos indígenas son multilingües.
Otro análisis que podemos hacer de las agrupaciones lingüísticas de Oaxaca es la vitalidad, es decir, definir qué tanto se habla cada una de estas lenguas. No es lo mismo hacer mención del zapoteco o el mixe respecto al ixcateco, el chocholteco o el zoque. Hay lenguas que se dejarán de hablar en las próximas décadas, pero, ¿cuál ha sido el talón de Aquiles de las lenguas indígenas? Un proceso histórico de desprestigio y discriminación. Los resultados son atroces y contundentes: la extinción de muchas lenguas del país. Desde principios de los noventa, un buen número de intelectuales indígenas han egresado de la maestría en Lingüística Indoamericana del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), sedes Ciudad de México y Sureste, y de otras instituciones. Ellos han tenido una formación lingüística sólida, estudiado sus lenguas maternas y escrito una tesis de maestría o doctorado desde distintos campos científico-lingüísticos. La mayoría vive en el estado de Oaxaca, muchos son profesores, realizan trabajos de investigación con sus propios recursos, preparan materiales para divulgación lingüística. Algunos continúan con su formación doctoral y buscan oportunidades para publicar sus trabajos.
En Oaxaca existen múltiples tareas para los hablantes de lenguas indígenas. Por citar algunas: la necesidad de concienciar a la población indígena y no indígena, a los profesores de todos los niveles educativos y a los funcionarios públicos. Es necesario elaborar materiales digitales más sofisticados que involucren las cuatro habilidades de la comunicación y realizar publicaciones impresas inclusivas, es decir, en lengua indígena, español e inglés. Es necesario crear centros de lenguas indígenas en las regiones y una licenciatura en Lingüística Indoamericana.
Para conmemorar el Día Internacional de la Lengua Materna, contribuir con la promoción y difusión del plurilingüismo, así como brindar herramientas didácticas para los maestros hablantes del mixe, la Biblioteca Andrés Henestrosa abrió sus puertas para la presentación del libro de quien esto escribe: Estructura de la oración en el mixe de Tamazulápam, Oaxaca. Jëte’n tu’uknë’mt y’ää y’ëyuujk tjaatya’ tkojta’, financiado por el Programa para la Inclusión y la Equidad Educativa (PIEE-UEI-IEEPO-SEP).
–Mis libros huelen a lo vital, a lo que conecta con la vida, al olor de lo particular, ¡Oaxaca tiene mucho de eso! Es como el hedor de América. Además, ningún libro mío es autobiográfico pero la vida misma se filtra en lo que uno escribe –respondió María Teresa, durante la presentación de su libro La lectura, otra revolución, el pasado 9 de diciembre en el Claustro del Centro Cultural San Pablo. La pregunta la formulé a partir de la lectura de su cuento “Olor a nardos” porque mientras lo leía pensaba en la importancia de los aromas, característica tan particular que nos hace diferentes al resto de los humanos y de las cosas. Y porque un libro puede oler diferente para cada uno de nosotros, saber diferente, sentirse diferente.
Andruetto es una mujer cariñosa, de voz dulce y ojos claros, de ascendencia italiana pero nacida en Arroyo Cabral, Argentina. Ha publicado novelas, cuentos, poemas, libros para adultos, niños y jóvenes, también ha escrito obras de teatro, su trabajo se vio coronado en el año 2012 cuando recibió el premio Hans Christian Andersen, otorgado por IBBY. Además de escribir, disfruta compartir su espacio vital con su familia en un paraje de las Sierras de Córdoba. Su obra está cargada de historia. Su padre influyó fuertemente en ella. Muestra de esto es su libro Stefano que, sin ser una biografía, menciona situaciones reales de la vida de su padre y su exilio en Argentina. María Teresa también es romántica, tan romántica como su Árbol de lilas, libro que está dedicado a su esposo y a la historia de amor entre ambos. El pueblo que María Teresa habitó cuando era niña, al parecer, la marcó para siempre. Era un lugar que, como ella misma dice: ¡Vivía de la locura! Así que los recuerdos de su infancia se entremezclan con las invenciones en sus libros. También lo hace con su fascinación por los nombres. A ello se suma su gusto por los diarios, como en su primera novela publicada a los 39 años, aunque fue escrita a los 28, cuando tuvo que permanecer en cama mientras la muerte parecía estar muy cerca. Para Andruetto la literatura es memoria: la vida es memoria. Ella lo sabe bien porque le ha ocurrido que la vida misma fue acomodándose a una de sus novelas y no al revés.
Otra persona preguntó: –María Teresa, si tu vida fuese un poema escrito ¿cómo se llamaría?
–“La mujer en cuestión” o tal vez “Teresa”, porque este nombre me hace recordar a mi esposo y la primera vez que platicamos, cuando me dijo: “¡Teresa! ¿Cómo olvidar ese nombre?, si así se llama mi madre, así se llama mi hermana, así te llamas tú…”.
El Comité Nacional de México Memoria del Mundo decidió incluir la colección Fray Francisco de Burgoa de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, exconvento de Santo Domingo en el Registro Memoria del Mundo de México de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
El registro de este patrimonio bibliográfico y documental refleja su valor excepcional y reitera el compromiso de protegerlo para beneficio de la humanidad, difundirlo y asegurar su acceso a toda persona interesada.
Desde 1993, la UABJO, la sociedad civil y diversas instancias han unido esfuerzos para organizar, restaurar y conservar este legado de Oaxaca, uno de los más importantes de México. Los oaxaqueños y los mexicanos debemos sentirnos orgullosos de lograr esta distinción y sumarnos a su preservación.
La Biblioteca Fray Francisco de Burgoa custodia una de las colecciones más completas de las bibliotecas novohispanas, aquellas que pertenecieron a los conventos oaxaqueños: carmelitas, jesuitas, agustinos, franciscanos, betlemitas y dominicos.
Un milagro hizo que los libros llegaran al siglo XXI, se libraran de los terremotos, los incendios y el pillaje. A lo largo de tantos siglos, estos libros fueron un bálsamo para muchos hombres de Oaxaca que tuvieron acceso a una literatura humanística y científica que en nada tenían que envidiar a los radicados en su época en Europa.
Entre las obras de la colección conventual destacan 13 incunables y un magnífico fondo de libros impresos en el Nuevo Mundo, un manuscrito de fray Bartolomé de las Casas sobre el modo de atraer a los indios a la nueva fe y otro de fray Juan Caballero con ilustraciones de la flora oaxaqueña. Además, el acervo cuenta con un gran número de libros raros y ejemplares únicos de los que no hay más ejemplares en el mundo.
Los nuevos aires del siglo XIX trajeron a Oaxaca la ilustración y, con ella, en 1826 se fundó la Biblioteca Pública del Estado de Oaxaca, la segunda establecida en México. Al año siguiente, en 1827 el Instituto de Ciencias y Artes del Estado abrió sus puertas y con este una selecta biblioteca. En 1859, con la ley de nacionalización de los bienes del clero, las bibliotecas de los conventos religiosos pasaron a formar parte de la Biblioteca Pública del Estado.
A lo largo de los años, estos acervos se conjuntaron en una sola biblioteca que pasó a ser parte de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y sus acervos se enriquecieron con diversas colecciones, como el fondo bibliográfico y hemerográfico de Manuel Brioso y Candiani. Cabe destacar que, entre los ilustres personajes oaxaqueños del siglo XIX, la Biblioteca Burgoa cuenta con tres colecciones de bibliotecas particulares que pertenecieron a Matías Romero, al médico juchiteco Aurelio Valdivieso y parte de la biblioteca de Benito Juárez García, junto con el archivo del periodo de gobierno de su hijo Benito Juárez Maza.
A pesar de que la Biblioteca Pública y la del Instituto estaban ubicadas en bellos edificios, después de varios años y disturbios políticos, los libros quedaron arrumbados, revueltos y en cajas. Las autoridades universitarias construyeron un edificio en Ciudad Universitaria para instalar el fondo bibliográfico, pero el local no era el adecuado: cuando llovía, el agua corría al interior y cuando caían tormentas, la lluvia se filtraba por las paredes y no había ningún tipo de seguridad.
Fue en 1993 que, gracias al interés de la UABJO y a la iniciativa de Francisco Toledo, comenzó el proyecto de inventario, clasificación y conservación del acervo de la Biblioteca. Gracias a la asesoría de la Dra. Stella María González Cicero, entonces directora de la Biblioteca del INAH, se fumigó el espacio, y un equipo de personas levantó los libros del piso, los sacó de las cajas y logró un inventario de más de 24 000 títulos, que con el tiempo se fueron incrementando gracias a diversas adquisiciones y donaciones.
Debido a la importancia del acervo recién organizado, el INAH ofreció la nave del ala norte del exconvento de Santo Domingo de Oaxaca para instalar la biblioteca. Fomento Social Banamex financió la restauración de la nave y la estantería de cedro rojo. También se instaló un taller de restauración que da servicio a otros archivos y bibliotecas del estado.
Una vez concluido el trabajo, se prosiguió con el traslado de los miles de libros y, a partir del mes de mayo de 1996, la biblioteca abrió sus puertas en su magnífico hogar. Por fin, este fondo bibliográfico, al que se le llamó Fray Francisco de Burgoa en honor a uno de los primeros cronistas de Oaxaca, llegó al lugar que merece.
La FAHHO y ADABI de México han participado en la organización y funcionamiento de la Biblioteca Burgoa con diversos proyectos.
Después de 25 años de trabajo recibimos con agrado la noticia de que la UNESCO reconoce esta colección como Memoria del Mundo México. Celebramos este nombramiento con el compromiso de seguir trabajando por el rescate de los libros y los archivos de México.
Dada la gran importancia histórica y cultural de los cientos de manuscritos en zapoteco, mixteco, chocho y náhuatl conservados en los expedientes coloniales del Archivo Histórico Judicial de Oaxaca, la UNESCO los declaró Memoria del Mundo el pasado 6 de febrero. La llamada “Colección de expedientes en lenguas indígenas del Teposcolula y Villa Alta (1570-1816)” consiste en centenares de testamentos, inventarios, cuentas, testimonios, autos, mandamientos, actas y otros documentos legales presentados ante los juzgados coloniales de Teposcolula y Villa Alta.
La importancia de esta documentación, elaborada principalmente por los escribanos de cabildo, radica en que permite acercarnos a la vida individual y comunitaria de los mixtecos, zapotecos, chocholtecos y otros grupos indígenas por medio de sus propias palabras, en su propio idioma y desde su punto de vista. De esta manera, no sólo se corrigen sesgos en nuestra manera de entender la historia de las comunidades indígenas de Oaxaca, sino, sobre todo, se les regresa ‘agencia’ y se les reconoce mayor dinámica en definir su propio destino que aquella que se les suele atribuir.
Hoy parece difícil imaginarnos que durante los tres siglos de la época virreinal era totalmente normal, incluso algo cotidiano, que los documentos legales de las comunidades se redactaran en mixteco, zapoteco, chocho o náhuatl; que los juzgados los recibieran como pruebas y contaran con los intérpretes para traducirlos al español o a otra lengua indígena. El zapoteco y el mixteco desarrollaron fuertes tradiciones escritas a partir de la década de 1570. Poco después, lo mismo sucedió con el chocholteco de las cuencas de Coixtlahuaca y Tamazulapan. Pero en otras regiones de Oaxaca, la lengua escrita era el nahuatl que desde el siglo XVI gozaba de un estatus como “lengua general”, similar al español en estos días. Por ejemplo, los escribanos de la Sierra Mixe usaron el náhuatl durante toda la época colonial para elaborar sus documentos. Muchos de estos escribanos no hablaron ni escribieron el español. Hasta ahora se han localizado aproximadamente 2500 manuscritos en estas lenguas, lo que debe representar sólo un reducido porcentaje del total de documentos generados durante la época virreinal. El Archivo Histórico Judicial cuenta con la colección más grande del mundo de este tipo de documentos.
Curiosamente, estas tradiciones terminaron con la independencia de México. Los últimos manuscritos de los escribanos de cabildo en lenguas indígenas fueron redactados entre 1810 y 1824. La nueva nación no tenía interés en esta diversidad escrita. Sin embargo, en la mayoría de las comunidades, donde casi nadie hablaba español, escribir en esta lengua no era una opción. Por lo mismo, esta ruptura no sólo promovió el analfabetismo en las comunidades, sino que creó la idea de que las lenguas indígenas son lenguas exclusivamente “orales”.
El reconocimiento de la UNESCO nos recuerda que varias de las lenguas de Oaxaca tenían exitosas tradiciones como lenguas escritas, que los textos generados no eran de carácter opcional (digamos poesía y cuentos), sino de carácter legal-administrativo y comunitario con usos sociales bien definidos. También nos recuerda que estos documentos son la mejor manera de acercarnos a la historia de las comunidades indígenas, reconocer su actitud proactiva y su creatividad en reinventarse y redefinirse continuamente a lo largo de los siglos y así revalorar su aportación histórica al complejo tejido social de Oaxaca.
Oaxaca, México.- El viernes 2 de marzo la Casa de la Ciudad inaugura la exposición Passages, una muestra reducida sobre los espacios de transición en las ciudades del siglo XXI, que fue presentada inicialmente en París en el año 2016, dirigida a un público amplio.
Túneles, puentes, pasarelas y escaleras mecánicas. A veces agradables, animados y abiertos sobre el paisaje urbano pero con más frecuencia lúgubres, incómodos, inclusive peligrosos; olvidados o abandonados por las grandes operaciones urbanísticas. Estos espacios permiten el pasaje de un modo de transporte a otro, de un ambiente urbano a otro en nuestras ciudades contemporáneas, cada vez más grandes y fragmentadas por autopistas, vías de ferrocarril o barrios cerrados. Los espacios de transición son cruciales para facilitar el acceso de todos a la ciudad, además de ser lugares de experiencia sensible, transición entre mundos diferentes: físicos, culturales o simbólicos.
El objetivo de esta exposición es sensibilizar sobre lo extendido y diverso de las barreras en las metrópolis, entender los desafíos de valorizarlas y presentar las perspectivas innovadoras de arquitectos y urbanistas acerca de este tema.
Como actividad de inauguración, ese día a las 18:00 horas se presentará la conferencia Mínimas intervenciones, máximo impacto, impartida por el Arquitecto Andrés Borthagaray, director para América Latina del Instituto para la Ciudad en Movimiento. La entrada será libre.
Oaxaca, Oax.- La técnica fotográfica del colodión húmedo data de 1851 y se realiza en placas de vidrio, requiriendo de una gran habilidad y dominio del conocimiento artesanal para producir la imagen, así como una larga y paciente espera para lograr fijarla.
Esta técnica es la elegida por Citlali Fabián, originaria de Yalálag, Oaxaca, para plasmar el concepto de identidad en la exposición “Mestiza” que podrá ser visitada en la Sala Refectorio y Sala Capitulares del Centro Cultural San Pablo a partir de este 24 de febrero y hasta finales de abril. Al respecto de la exhibición, la artista comenta:
“El proyecto Mestiza nació por la necesidad de mostrarme en mis propias reglas, de liberar el temor de ser vista abrazando mi cuerpo. Para mí ser mestiza es un gesto de resistencia, donde elegimos lo que nos identifica, lo que es nuestro, donde ocurre una simbiosis entre la visión cosmogónica ancestral y la imposición de un mundo que nos pretende homogeneizar.”
La artista oaxaqueña graduada de la Licenciatura en Fotografía en la Universidad Veracruzana, ha realizado exhibiciones de su obra en México, Estados Unidos, España y Holanda. En esta ocasión se presenta en Oaxaca con una exposición abierta al público en general.
La inauguración es este sábado 24 de febrero a las 18:00 horas.
Oaxaca de Juárez, Oax.- Como parte del programa de Apoyo a la reconstrucción de las zonas afectadas por los sismos de septiembre pasado en Oaxaca, la doctora María Isabel Grañén Porrúa, presidenta de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca (FAHHO), hizo entrega de 25 Circuitos de la Salud a un mismo número de municipios.
Circuitos de La Salud es una iniciativa de la FAHHO que crea espacios públicos acondicionados con equipo deportivo, para que la población en general, sin importar la edad, pueda realizar actividades físicas en beneficio de su salud, de forma correcta, ordenada y sistemática, en sitios cercanos a donde desarrollan sus labores cotidianas. Las diferentes instalaciones se ubican a lo largo de todo el territorio mexicano, y ahora llegan a San Juan Bautista, Tuxtepec, y a diversas comunidades la región del Istmo.
Los Circuitos de la Salud en la región del Istmo se instalarán en: San Pedro Tapanatpec, Ciudad Ixtepec, Santiago Niltepec, Santa María Jalapa del Marqués, El Espinal, San Francisco del Mar, San Juan Guichicovoi, Matías Romero, Guevea de Humboldt, San Pedro Huamelula, Santiago Lachiguiri, Unión Hidalgo y Magdalena Tequisistlán.
Habrá también en San Miguel Santa Flor en la región de la Cañada, Santa María Colotepec en la Sierra Sur, San Pedro Quiatoni en Valles Centrales y San Juan Bautista Coixtlahuaca y Coicoyán de las Flores, en la Mixteca oaxaqueña.
Cada Circuito de la Salud consta de 11 aparatos de ejercicios: potro, caminadora flotante, bicicleta fija, movimiento doble de cintura, press de pierna doble, un multifuncional, press lateral de pecho, una remadora, press de pecho sencillo, press de hombro sencillo y una caminadora horizontal.
En el ramo deportivo, la FAHHO impulsa la rehabilitación de 10 campos de beisbol en Santa María Jalapa del Marqués, Juchitán de Zaragoza, Salina Cruz, Asunción Ixtaltepec, El Espinal, Chahuites, Ciudad Ixtepec, Unión Hidalgo, Tehuantepec y Tapanatepec. Además de la instalación de 10 parques infantiles y más de 100 Circuitos de la Salud.
Oaxaca, Oax.- Durante la semana del 22 al 28 de enero de 2018, la Casa de la Ciudad tendrá diversas actividades gratuitas de carácter académico y cultural en el marco de los festejos de su 14 aniversario; para ello convoca al público en general interesado en temas de urbanismo, espacio público, movilidad, patrimonio y arquitectura para unirse a esta celebración.
El lunes 22 de enero a las 17:00 horas se presentará una conferencia sobre la importancia del espacio público en los cascos antiguos de las ciudades patrimonio.
El martes 23 de enero a las 17:00 horas se proyectará un documental sobre el desarrollo urbano de las ciudades contemporáneas y su relación con fenómenos sociales, culturales, económicos y políticos.
El miércoles 24 de enero de 11:00 a 12:30 horas se desarrollará un taller sobre la aplicación de técnicas de participación ciudadana para el desarrollo de proyectos urbanos.
El jueves 25 de enero a las 11:00 horas, el Laboratorio Urbano de la Casa de la Ciudad impartirá una conferencia sobre los procesos colectivos de planeación, gestión y construcción de ciudad.
Todas las actividades mencionadas tendrán sede en la sala de exposiciones de Casa de la Ciudad.
El viernes 26 de enero, en la fachada del edificio de esta institución (Porfirio Díaz 115, Centro), se proyectará un videomapping sobre la historia de Casa de la Ciudad.
El sábado 27 de enero de 10:00 a 13:00 se desarrollará un taller infantil de colografía con sede en el Museo de Filatelia.
Finalmente, el domingo 28 de enero, durante la Vía Recreativa Oaxaca (Calzada Porfirio Díaz, Colonia Reforma) las celebraciones cerrarán con una rodada partiendo de la Fuente de las 8 Regiones a las 11:00 horas.
Para mayor información sobre estas actividades, Casa de la Ciudad pone a disposición los teléfonos 5169647 y 5169648; el correo casadelaciudad@fahho.mx, la página de internet casadelaciudad.org y sus redes sociales.
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