Nuevos caminos

Fotografía: Acervo de Andares del Arte Popular

A lo largo de siete años, Andares delArte Popular ha sumado esfuerzos en la conservación y difusión del arte popular de Oaxaca. Hemos realizado nuevas alianzas con talleres en los que los maestros, con gusto, se han dado a la tarea de elaborar nuevos productos que les abren las puertas para crecer, gracias al laboratorio de diseño con el que contamos.

Los talleres con los que participamos nos invitan a explorar la creación de cada pieza, la manera en que cada maestro le tiene amor al material con el que trabaja y el cual convierte en una extensión más de su cuerpo: el hilo, la palma, el barro, la hojalata, la madera, entre otros. Estas materias son parte de nuestro planeta que gracias a la inteligencia y a la experimentación se han ido puliendo y transformando en objetos utilitarios o decorativos en los hogares.

Al realizar investigaciones en comunidades que se dedican a la elaboración de algún producto del arte popular, nos damos cuenta que Oaxaca necesita fortalecer estos oficios heredados de generación en generación y que, en algunas comunidades, los maestros se esfuerzan por conservar como parte de un patrimonio que siga viviendo entre las próximas generaciones.

Al recorrer una nueva comunidad, comprendemos la situación en la que viven. Un contexto a partir del que los maestros nos cuentan cuáles son los retos que les impiden crecer, salir adelante y así tener una vida digna. Por ejemplo, el hecho de que sus producciones no sean valoradas como deberían ha conducido a los maestros a venderlas a intermediarios, de manera que ellos mismos se han visto en la penosa necesidad de demeritar el valor de su trabajo y sus productos con el fin de obtener ganancias que los ayuden a subsistir.

Andares del Arte Popular se empeña, día con día, en brindar la oportunidad de revalorizar la labor de cada maestro artesano que desee ser parte de este proyecto. No cabe duda que mediante este punto de venta las y los creadores se dan cuenta de que no están solos y que con el apoyo en la adquisición de sus productos motivan a sus familiares para preservar el trabajo que les han heredado.

No podemos permitir que nuestro patrimonio cultural muera, debemos educar a las nuevas generaciones para que valoren el arte popular que nos rodea. Por ello buscaremos nuevos caminos que nos conduzcan a otros talleres, en comunidades sin explorar, para construir alianzas que contribuyan a que su arte no desaparezca.

Conoce nuestras salas, en ellas encontrarás productos de distintas comunidades de Oaxaca.


492 años y contando

Cada 25 de abril, los oaxaqueños nos reunimos para celebrar un aniversario más de la elevación a rango de “ciudad” de la hermosa Villa de Antequera (1532), hoy ciudad de Oaxaca de Juárez —título otorgado el 10 de octubre de 1872—, la cual, a lo largo de estos años, ha demostrado un gran avance en educación, cultura y política, intentando preservar la memoria de su origen prehispánico y las características de una ciudad virreinal.

Este 2024 no fue la excepción, así que para conmemorar el 492 Aniversario se llevó a cabo la Sesión Solemne de Cabildo encabezada por el presidente municipal, acompañado de regidoras y regidores, en el Teatro Macedonio Alcalá. Durante el acto se otorgaron diferentes reconocimientos a ciudadanos, ciudadanas y asociaciones que brindan sus servicios para que la ciudad de Oaxaca continue en un camino de mejora en diferentes ámbitos. Uno de los reconocimientos más importantes es el de “Ciudadano distinguido”, el cual se otorga junto con la Medalla Donají, emblema del Ayuntamiento de la ciudad de Oaxaca de Juárez y máximo galardón de la ceremonia, mediante los cuales se reconoce a quien con sus acciones y obras enaltecen a Oaxaca de Juárez. En esta ocasión, el reconocimiento de “Ciudadana distinguida” y la medalla Donají fueron otorgados a la Dra. María Isabel Grañén Porrúa, quien desde 1995 trabaja incansablemente con el objetivo de preservar la memoria documental histórica de México; promover la difusión del patrimonio cultural y la historia de Oaxaca; así como mantener una entrañable labor en el cuidado del medio ambiente. De igual forma, fue reconocida por su liderazgo al presidir la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, institución que ha llenado a la ciudad de museos, bibliotecas, áreas verdes, actividades deportivas, educativas y culturales, además que ha procurado el cuidado del patrimonio con proyectos colectivos e interdisciplinarios de restauración y conservación en diferentes poblaciones del estado de Oaxaca.

Otras personalidades fueron reconocidas en esta ceremonia por sus diferentes aportaciones a la sociedad oaxaqueña en los ámbitos de la música, el teatro, la gastronomía, la política, la educación y la lengua. Entre ellos el Dr. Michael Swanton, cofundador e integrante del consejo directivo de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, quien recibió el reconocimiento de “Visitante distinguido” por su dedicación a la interpretación filológica de documentos históricos, especializándose en la documentación de las lenguas otomangues y vecinas, al igual que en la de documentos coloniales en lenguas chocholtecas y mixtecas, sin dejar de mencionar su constante labor como investigador, lo cual le ha permitido promover las lenguas originarias y difundir el conocimiento para que la ciudadanía se informe y valore las raíces lingüísticas de Oaxaca.

Sin duda el 25 de abril es una fecha memorable para los oaxaqueños, es un día en el que celebramos nuestras raíces, triunfos y derrotas, siempre con la intención de aportar nuestro conocimiento y esfuerzo para construir una mejor sociedad y, al ritmo de nuestro himno, recordemos que en Oaxaca Dios nunca muere.


Adquisición de un tesoro pictográfico

Fotografía: Acervo de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova

En julio de 2009 María Castañeda recibió una llamada del arqueólogo José Antonio Urdapilleta(†) en la que le pedía que lo acompañara a ver unos códices y verificar su autenticidad. Como especialistas en la historia indígena y sus fuentes, particularmente códices, con cierta frecuencia nos contactan con esas solicitudes. Usualmente se trata de documentos de poco interés, incluso falsificaciones, así que fuimos con pocas esperanzas a la cita. Sin embargo, es difícil describir la sorpresa de María cuando le presentaron en fotos de alta calidad un códice en forma de biombo, pintado sobre una fina capa de cal, en el que se representaba la historia de los aztecas-tenochcas, desde la fundación de México Tenochtitlan hasta 1611. Todo apuntaba a que se trataba de un documento original, dibujado por un especialista afín a la tradición pictórica prehispánica. Después de una minuciosa revisión del códice en fotos, volvió a casa conmocionada.

La persona que le mostró el códice no era el dueño; dijo ser amigo de la familia que lo tenía en posesión. María regresó algunas veces más, ahora con Michel, para hablar con él. Entonces nos informó que había otros dos documentos pictográficos de “menor” importancia. En un principio, sus dueños no tenían interés en venderlos, solo querían saber cuál era la importancia de los códices y hasta se habló de llevar a cabo una publicación de los mismos. Les explicamos —siempre a través de ese amigo— que los códices eran de un gran valor cultural y que resultaba importante registrarlos como patrimonio histórico, asunto que, al parecer, no les interesaba. Durante años insistimos, pero el contacto cada vez fue más difícil. No obstante, María llegó a escribir un comentario explicativo de la Tira de Tetepilco nombre que se le dio a este códice en forma de biombo—, el cual nunca salió a la luz, pues no publicamos documentos que se encuentran en colecciones privadas para, de ese modo, evitar la subida de su precio si en algún momento sale al mercado.

En varias ocasiones mostramos las fotos de la Tira a colegas, entre ellos, a Baltazar Brito, actual director de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia. Fue él quien encontró a los dueños de los códices y los convenció para venderlos al Patronato del Instituto Nacional de Antropología e Historia. El cometido de esta institución es, entre otras cosas, buscar patrocinadores privados para su compra y posterior donación. Entre los cuales se encuentra la Fundación Alfredo Harp Helú.

El 20 de marzo del presente año tuvo lugar la presentación de los códices ante los diversos medios de comunicación. Estos documentos se encuentran, actualmente, en la bóveda de códices de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.

El primer documento es la Tira de Tetepilco, que es el biombo arriba mencionado. En sus veinte láminas se registró la historia de Tenochtitlan destacando cuatro episodios principales: 1) La fundación de la ciudad; 2) El registro de los tlatoque (sing. tlatoani) o señores que la gobernaron en tiempos prehispánicos; 3) La llegada de los conquistadores españoles en 1519; 4) El periodo colonial, hasta 1611, aunque el último evento que se registró fue la llegada del virrey don Juan de Mendoza y Luna en 1603.

El segundo documento es el Códice de la fundación de Tetepilco, conformado por once secciones de amate, en el cual se representan los topónimos de Culhuacan, Tetepilco, Tepanohuayan, Cohuatlinchan, Xaltocan y Azcapotzalco. Del primero de estos glifos —Colhuacan—, salen dos personajes ataviados con indumentaria chichimeca y frente a ellos cinco huellas que vinculan a la pareja con el topónimo de Tetepilco. Es por ello que consideramos que la escena nos remite a la fundación de este pueblo situado en la región sur de la cuenca de México.

El último documento es el Inventario de la iglesia de San Andrés Tetepilco, que es la única lista pictográfica conocida en la que se registran los bienes de una iglesia. Entre esos bienes encontramos instrumentos musicales, crucifijos e imágenes religiosas, como la impresionante representación de San Andrés. A través de pequeños círculos se indica el valor monetario de los bienes en pesos.

Este tesoro pictográfico se expondrá en agosto del presente año. Antes de ello, entrará en proceso de restauración y conservación, asimismo, se escribirá su comentario. Los integrantes del equipo de investigación son: Marie vander Meeren, José Luis Ruvalcaba, Rafael Tena, Rodrigo Martínez Baracs, Baltazar Brito y los dos autores de esta nota.


Barro chorreado

Ser alfarera es regresar al origen, a la esencia, al hogar; es modelar el barro con el afán de darle vida al polvo. Esto lo sabe Marisela Zambrano Miguel, artesana originaria de la comunidad de Vistahermosa Tonaltepec quien, con sus manos y habilidad, sigue dando forma a comales, jarras, floreros, cántaros y otras piezas de barro.

Marisela me platica que encontró en este oficio su felicidad, el sustento para sus hijas y el camino de regreso a su pueblo. Empezó a trabajar el barro desde niña; hija de padres alfareros, veía a sus hermanos amasar y modelar el barro, así fue como aprendió, jugando con el barro y mirando a su familia trabajar.

Cada pieza que elabora lleva horas de trabajo, las cuales comienzan cuando sale de su casa para buscar el preciado barro en pequeñas minas que se encuentran a una hora y media de distancia, caminando. La acompaña su burrita Pachoneta, quien es la encargada de ayudarle a acarrear el pesado cargamento de regreso a casa. Cuando llega, extiende el barro en su patio para que se asolee durante tres días, después lo mezcla con agua y lo cuela, lo va amasando poco a poco hasta que queda listo.

Luego, Marisela modela con sus manos el barro: lo hace crecer, le da forma y la cambia, y cuando está satisfecha con su pieza la bruñe con una piedrita. Así trabaja diariamente, pieza tras pieza, durante veinticinco días, después de ese tiempo toda su producción está lista para meterla al horno.

El día de la quema comienza desde muy temprano. Marisela saca todas sus piezas al sol, las pinta con tierrita roja y carga el horno con mucho cuidado, teniendo en cuenta el tamaño, peso y forma de cada pieza, a cada una le encuentra el lugar ideal; cierra el horno y lo va alimentando con leña, va cuidando el fuego; ella conoce los tiempos de su barro y sabe cuándo las piezas están cocidas. Para este momento Marisela ha preparado un té de corteza de encino con el que chorreará todas las piezas, una por una, para obtener el color característico de la cerámica de Tonaltepec. El proceso de quema y chorreado ha durado doce horas, de sol a sol, es un trabajo arduo y el resultado es bello.

Marisela está muy orgullosa de ser artesana, de vivir con y del barro, le gustaría que las nuevas generaciones siguieran haciendo esta actividad y que las personas valoraran lo hecho a mano artesanalmente. En Andares del Arte Popular admiramos y respetamos el inestimable trabajo que realizan los artesanos, por eso les invitamos a conocer las bellas piezas hechas en Tonaltepec y en otras partes de Oaxaca.

Ven a conocer el trabajo de Marisela Zambrano Miguel en Andares del Arte Popular, Avenida de la Independencia 1003, Centro, Oaxaca.


Mundos perdidos

Hay quienes no pueden imaginar un
mundo sin pájaros; hay quienes no pueden imaginar
un mundo sin agua; en lo que
a mí se refiere, soy incapaz de imaginar
un mundo sin libros.

Jorge Luis Borges

Descubrí mi gusto por la lectura y la literatura no tan pequeña, entre las páginas que narran la historia de un tal Don Quijote que quería salir en busca de aventuras como un caballero andante. No pude evitar querer ir tras él y, en esa búsqueda, conocer lugares nuevos, pelear contra gigantes y encontrar el amor. Decir que quedé maravillada al enterarme de lo que me ofrecían los libros es decir poco; encantada, fascinada, extasiada, quizá sean calificativos más cercanos. Cuando encontré mi gusto por los libros también me encontré en él, de modo que no hubo vuelta atrás, los libros formaron parte de mí a partir de entonces. Mi adolescencia y juventud estuvieron llenas de viajes mágicos a lugares escondidos, misterios sin resolver, civilizaciones extintas, viajes en el tiempo y mucho más. Cada historia que leía era un mundo nuevo que me dejaba con ganas de más.

¿Qué pasa cuando tienes tantas historias revoloteando en la cabeza? Definitivamente quería compartirlas con todos los que me rodeaban, pero en aquel momento no sabía bien cómo hacerlo. Fue entonces cuando encontré ese lugar que no sabía que estaba buscando: la Biblioteca BS Canteras; aquí descubrí un espacio en el que por el amor a los libros y la literatura todo es posible. Ya lo decía Jorge Luis Borges: “Siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca”.

Fue así como nació “Mundos perdidos”, un espacio en el que, por medio de los libros y la lectura, las y los jóvenes pudiesen sentirse acompañados y escuchados. Al principio tuvo sus retos, sin embargo, mes tras mes se iban sumando e interesando más personas. Empezamos tres, cinco, siete hasta llegar a diez participantes. Contra todo pronóstico estos jóvenes incentivaron a otros y nuestra biblioteca se pobló con su constante presencia e interés. Durante un año disfrutamos de compartir historias increíbles, charlar con escritores y hacer una representación. ¡Fuimos muy felices!

Al cabo de un año, la población de adolescentes y jóvenes aumentó, por lo cual pensamos en implementar otras experiencias para motivarles; fue así como pasamos de la lectura a la escritura a través de un taller nombrado “De donde vengo”: el objetivo principal fue la creación de un poemario artesanal. En un principio, mediante el texto de Olivia Teroba como detonante, las participantes expresaron su sentir sobre el lugar del que provienen. Posteriormente pudieron ilustrar sus poemas y crear sus propios poemarios.

La lectura y la escritura van de la mano; cuando se lee hay un punto en el que la escritura se vuelve necesidad. ¿Y qué es la escritura si no una forma de expresión en todo su esplendor? La prueba son estos fragmentos del poemario que realizaron las jóvenes:

No sé si alguien me reconforta más que tú
con tus frescas bibliotecas
museos olor a viejo
mercados bochornosos
calles entrelazadas
plantas nunca podadas.

Fragmento de “Oaxaca”,
Iyari Estrada

Durante el proceso creativo de las participantes, —el cual tuve la fortuna de presenciar de primera mano—, me sorprendió el compromiso, la persistencia y el amor que vertían en cada palabra.

Provengo de los cuentos de mi madre
de las florecillas amarillas que crecen en las
banquetas
del tejate de la plaza y las tortillas de maíz
de los tamales de hoja de plátano y el pan
serrano con miel.

Fragmento de “Allí donde crecí”,
Elizabeth Espinosa

Con los libros listos nos dimos a la tarea de presentarlos al público, el cual se alegró al escuchar estos poemas en voz de sus autoras.

A veces
me filtro en el aroma de la sábila recién
cortada
que flota desde el jardín
en el vapor de la lluvia
tú, la misma
que tierra me da y polvo me vuelve.

Fragmento de “Me iré”,
Leslie Santiago

¿Para qué fue hecha la poesía sino para compartirla? Esta busca despertar las emociones mediante la palabra y la creación de belleza en el lenguaje. Emocionar a quienes la lleguen a escuchar. Alguien dijo una vez que la poesía no fue hecha para interpretarla, sino para sentirla.

Te resguardas siempre en mí,
un pedacito de alfajor
que habita en mi corazón.

Fragmento de “Pequeña ciudad”,
Natalia Palma

Los textos de esta joven generación me han dejado conmovida. Las escucho, las reconozco y me reconozco en sus escritos. Querer compartir su sentir con los demás también es una cualidad.

Camino recordando de dónde vengo
voy tan cerca que el wifi ya hasta me marca “hogar”.
Donde espero a mi padre y el amor que
nunca llegó.
Y de las miles de barbies que hasta ahora
quiero ser.

Fragmento de “Hogar”,
Ariatna Jiménez

La próxima generación de mujeres poetas oaxaqueñas ya se hizo presente. Reiteramos la importancia de promover y dar apertura a espacios en los cuales las juventudes se sientan seguras y acompañadas. En la red de bibliotecas BS sabemos y estamos comprometidos con hacer el camino de la literatura, un camino que podamos recorrer juntos, en el que seguiremos apostando por los libros, la lectura y la escritura como nuestra herramienta principal para seguir conociendo y descubriendo mundos nuevos en donde todo siempre es posible.



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