Hiloteca

Sorprendió cuando el MTO abrió sus puertas al público en 2008 y mostró los tejidos y bordados de Oaxaca como expresiones artísticas en salas bien iluminadas, con suficiente espacio para apreciar cada una de las obras, como dignas creaciones de la sensibilidad humana. No porque fuera la primera vez que se observara algo así (el Centro de las Artes de San Agustín Etla había presentado una exposición textil pocos meses antes), sino porque las salas de la Casa Antelo prometían un espacio permanente para la valoración, sensibilización y reconocimiento de las culturas vivas de Oaxaca, guardianas del legado que durante generaciones han preservado, portado y adaptado a su época. Los textiles no se mostrarían solamente en las salas de exhibición, sino que el Museo se complementaría con una tienda que permitiría tocar al arte textil con el que se cohabita en Oaxaca. Así, la vinculación entre la tienda y el acervo del MTO ha sido fundamental para reconectar a personas de distintas comunidades con sus familiares del pasado y con su historia.

Con los años, la variedad y novedad de las exposiciones del Museo, en combinación con un dinámico programa educativo, comenzaron a tener repercusiones en las escenas local y regional. Un factor imprescindible en el desarrollo de este proceso ha sido el establecimiento de la Hiloteca, término que acuñamos cuando, en conversaciones con Remigio Mestas, se planteó la propuesta de establecer un espacio donde las y los artistas del telar tuvieran acceso a materia prima de buena calidad.

El hilado es una etapa crucial en la elaboración de un textil, pues incluso la mejor de las técnicas, combinada con los diseños más hermosos, puede verse arruinada por un hilo de pobres cualidades. Así, en julio de 2015 comenzamos el proyecto de la hiloteca con una oferta inicial que se componía, principalmente, por hilos de algodón para tejer y bordar. Después, con la intención de brindar un valor agregado al tejido o bordado final, al mismo tiempo de ofrecer un apoyo directo a hilanderas/os, incluimos hilaturas más especiales. De esta manera, la seda criolla de la Sierra Norte de Oaxaca y el algodón hilado a mano con malacate se incorporaron al programa. Más recientemente hemos traído seda, lino y bambú de Oriente (como en el pasado lo hubiera hecho la Nao), hilos de gran calidad que se han oaxaqueñizado al recibir, por ejemplo, un baño de grana cochinilla criada en los Valles o uno de añil istmeño. Quizá el hilo más inusual deriva de un proyecto de investigación que inició el Museo hace quince años: el vaporoso hilo emplumado.

Con la red de contactos que el Museo ha ido tejiendo con los años, hemos conocido las personalidades de las tejedoras, estableciendo lazos de confianza. Por esta razón las invitamos a emplear algunos de los materiales de la hiloteca para sus propios trabajos; con ello buscamos que se den el tiempo de experimentar sabiendo, desde el inicio, que su tiempo será remunerado. De igual modo, deseamos ofrecerles una motivación más para aumentar las posibilidades de venta de sus trabajos.

La hiloteca del MTO va más allá de la compra-venta de hilos. La concebimos como un espacio de descubrimiento, intercambio y experimentación; como un árbol cuyas raíces están fuertemente ancladas en la historia y la identidad de cada pueblo, y cuyo tronco se templa con los nuevos vientos que llegan con cada exposición, con cada visita al acervo, cada conversación, cada entramado del telar. La hiloteca es un punto de encuentro entre distintas culturas y personalidades que, sin embargo, siempre hallan su quintaesencia en el diálogo y en la colectividad que implica el quehacer textil.


Tejer en tiempos de pandemia

Recién iniciada la pandemia de covid-19, en marzo de 2020, la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca tuvo la iniciativa de generar un proyecto en torno a la creación del arte popular. Preocupaba ver las calles vacías y la inevitable desaparición de las ventas, tanto como el peligro latente del contagio. La propuesta de la fahho contempló la comisión de piezas especiales para asegurar, por un lado, ingresos a las familias creadoras de arte popular y, por otro, condiciones para continuar trabajando desde casa, poniendo la atención de mano-mente-corazón en un tema distinto al de la emergencia sanitaria, aunque fuera por un momento.

La creación de textiles ocurrió desde distintos ángulos. En algunos casos, Alejandro de Ávila y Noé Pinzón, compañeros nuestros del Museo, tomaron la iniciativa y crearon una serie de diseños prototipos para el hogar: cojines, caminos de mesa y cortinas. La idea era vincular el algodón, producido e hilado a mano por mujeres de Oaxaca y Guerrero, con la producción de añil en Niltepec y las tejedoras de San Juan Cotzocón, Pinotepa de Don Luis, San Juan Colorado, en Oaxaca, y Xochistlahuaca, en Guerrero.

En otros casos, el proceso creativo fue más libre, guiado tan solo por preguntas que sirvieron de detonantes, lo que sucedía en conversaciones digitales llenas de interrogantes, cuestionamientos y reflexiones personales. El punto de partida para otras experiencias fue directamente el corazón del Museo: las colecciones. Entre otras cosas, en los acervos encontramos textiles antiguos, vemos estilos que han caído en desuso y ejemplares que, si bien han sobrevivido al paso del tiempo, han llegado a nuestros días extremadamente frágiles.

Algunos proyectos más se acompañaron de la asesoría y retroalimentación de Rocío Vidal, con quien hemos colaborado en numerosas ocasiones en la impartición de talleres dirigidos a artistas del telar y la aguja.

WhatsApp se convirtió en nuestra herramienta fundamental de comunicación. A través de este servicio iban y venían los bocetos de las propuestas, así como las fotos de los procesos y narraciones de las dificultades halladas en el camino. Quienes habían participado en los talleres de experimentación en el Museo, de pronto continuaron con esos procesos a distancia, mediante textos, mensajes de voz y videollamadas, tanto en formato uno a uno, como grupal.

Sobre esta última modalidad, Ana Bertha Hernández, del Taller Béj Xile, comenta:

Primero realizamos distintos bocetos y gracias a la tecnología pudimos mantenernos en contacto durante el proceso de la elaboración de los productos elegidos; todo el trabajo se realizó con gran entusiasmo. Gracias a este proyecto se nos da la gran oportunidad a todos nosotros de seguir trabajando bajo una nueva modalidad. Principalmente, se logró mantener activa la economía de las familias sin salir de casa, brindándonos un gran alivio y tranquilidad. Es por ello que a una de nuestras prendas la nombramos en zapoteco Lez que significa esperanza, la cual nos dio este proyecto; a la otra prenda la nombramos Xhage que significa huipil, ya que para nosotros es muy importante preservar nuestra lengua materna y compartirla con mucho orgullo.

Ciertamente, la pandemia trajo consigo efectos adversos, pero también nos empujó a sumergirnos en las posibilidades que ofrece la interacción virtual. Si bien el MTO ha retomado buena parte de sus actividades y programas presenciales, las experiencias de los años previos nos han brindado conocimientos y prácticas técnicas que facilitan la colaboración y el diálogo continuo con artistas, sin la forzosa necesidad de que ellas y ellos requieran desplazarse a la ciudad de Oaxaca. Este ejercicio exigió –quizá más que nunca– que los museos se adapten a las realidades que se viven: las instituciones son espacios sociales y, como tales, deben contar con la flexibilidad de pensamiento para actuar en verdadero servicio de las comunidades a su alrededor.


El acervo como catalizadorde interrogantes

¿Acaso lo que aprendimos es lo único que existe? ¿Qué clase de conocimiento es el que nos da supremacía sobre otro? ¿Qué tan maravilloso sería poder preguntar aquello que no entendemos a quien lo vivió, experimentó, usó y concibió?

Una de las principales funciones de un museo es la protección y promoción del patrimonio natural y cultural que resguarda. Desde su apertura, el Museo Textil de Oaxaca tuvo como objetivo primordial el dar acceso al museo y a sus colecciones a investigadores, académicos e interesados en arte textil; sin embargo, quienes tienen un lugar muy significativo en las consultas que se ofrecen en el acervo del museo son los creadores, artistas, artesanas, tintoreros, tejedoras y tejedores, investigadores de comunidades (a veces muy remotas, a veces muy cercanas), ellos tienen siempre prioridad. En estas consultas es maravilloso el vaivén de los conocimientos: notas, observaciones y reminiscencias que nos permiten un acercamiento directo con las comunidades; se establecen vínculos, amistades y alianzas que tienden puentes de información que, al paso de 15 años, se han vuelto infinitos.

Por ejemplo, hace poco recibimos dos peticiones para consultar un tejido que, en la comunidad a la que perteneció, lleva varios años en desuso, ya nadie teje y se conserva un solo ejemplar al que no es posible acceder. Esta consulta representa un paso adelante en el proceso de rescate de una tradición textil que es parte de una práctica de tejido casi perdida desde hace poco más de 50 años.

Es gracias a este intercambio de información que se han llenado huecos, vacíos e inconsistencias, que se han verificado y confirmado unas más que, de otra manera, serían un punto de vista sesgado que no contemplaría los conocimientos que cada comunidad guarda sobre su propio patrimonio. La voz cantante la llevan las comunidades, y hacemos especial énfasis en no opacarla con la voz institucional.

Cada vez se vuelve de máxima importancia el respeto hacia los deseos de las comunidades en la toma de decisiones, tanto museísticas como ideológicas para su representación. Aunque lo que vivimos en estos años de pandemia ha frenado un poco los esfuerzos que se venían haciendo para acercar el museo a las comunidades, queremos resaltar que hace algunos días tuvimos nuestra primera consulta vía Zoom, en la que logramos conectar una cámara de alta resolución y fue posible, incluso, realizar una cuenta de hilos en la faja que observamos.

Si bien hemos sido testigos de que la tecnología está a nuestro favor, el factor humano es insustituible, pues a través del ojo y el tacto se crean descripciones fieles sobre colores, texturas y diseños. Es verdad que falta mucho camino por andar y métodos que perfeccionar, pero es nuestra intención ser esa herramienta útil que permita a todos resolver dudas e inquietudes, mano a mano entre conocimiento y tecnología: ciencia y vanguardia, pero también humanidad, empatía, amor y, sobre todo, interés. Adaptarse a los nuevos cambios es quizá la evolución más difícil que nuestra especie debe entender.

Les invitamos a revisar el procedimiento para realizar una consulta al acervo en este enlace: https://bit.ly/3Z9UrBk


 

El Encuentro de Textiles Mesoamericanos

En 2014 dio inicio el Encuentro de Textiles Mesoamericanos (TEXTIM), un evento bienal que busca abordar el tema de manera integral al valorar la aportación que realizan distintas ramas del conocimiento al estudio de los tejidos del área mesoamericana. Del mismo modo, el Encuentro aspira a reconocer las tradiciones de otras regiones del mundo que se vinculan con los textiles mesoamericanos por sus materiales, técnicas o diseños.

Con estas miras, se invita a participar en el Encuentro a todas las personas cuyo trabajo se relacione con el textil artesanal (hilado, teñido, tejido, bordado, deshilado, cultivo de materias primas como el algodón o las plantas tintóreas, etcétera), así como a profesionales en los campos de la arqueología, antropología, biología, conservación, economía, etnografía, etnohistoria, geografía, historia del arte, investigación de materiales, lingüística, museografía, museología, restauración, semiótica y sociología.

También se da la bienvenida a las personas interesadas en las artes visuales, las artes escénicas, las tecnologías de la comunicación y el diseño que se desenvuelvan alrededor del tejido mesoamericano. La primera edición del TEXTIM estuvo dedicada a la memoria de Irmgard Weitlaner Johnson (1914 2011) en el centenario de su nacimiento.

La maestra Johnson fue pionera en el análisis de las técnicas y los diseños de los textiles de México; su dedicación y rigor metodológico marcaron un hito en este campo, ya que formó a varias generaciones de estudiosos del tejido y su visión ha quedado reflejada en el Museo Textil de Oaxaca, institución organizadora y anfitriona del Encuentro. Se llevaron a cabo presentaciones con ponentes de Chile, Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala y México. También se contó con paneles de discusión que abordaron la tradición de la técnica de ikat (teñido de reserva anudada) en México en contraposición con Costa de Marfil y Uzbekistán; se presentó la indumentaria que se viste actualmente en pueblos de Michoacán, Chiapas y Veracruz y se habló de la relación que guarda con el mundo del diseño; finalmente, se abrió un espacio para mirar las técnicas tradicionales desde el punto de vista del arte contemporáneo.

Hubo demostraciones de tejido y bordado con representantes de distintas comunidades de México y el extranjero; talleres en colaboración con el Centro de la Grana Cochinilla Tlapanochestli y el Centro de Textiles del Mundo Maya; una expo-venta que reunió a diez grupos procedentes de Oaxaca, otras zonas de México y de Guatemala y visitas a talleres de tejido artesanal. El evento se complementó de manera inigualable con la exposición presentada por el MTO, que contó con una pequeña selección de la colección de la maestra Johnson, actualmente resguardada en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo en la ciudad de Leiden, Países Bajos.

El TEXTIM II fue en memoria de la maestra tejedora Justina Oviedo Rangel (1938-2013), originaria de San Mateo del Mar. La labor de la maestra Justina en torno a la innovación de técnicas empleadas en el telar de cintura dio pie al tema del Encuentro: Creación, Adaptación y Renovación en el Textil Mesoamericano. La conferencia magistral estuvo a cargo de Flavia Cuturi, quien convivió con la maestra Justina durante más de 30 años.

Esta edición estuvo acompañada de una exposición en el Centro Cultural San Pablo, la cual permitió conocer más a fondo el trabajo, la personalidad y el ingenio que marcaron la trayectoria de la maestra Justina. Familiares de doña Justina, como sus hijas Victoria y Elena Villaseñor Oviedo, estuvieron presentes y participaron en el evento con demostraciones de tejido, muestra de sus trabajos en la expo-venta y la impartición de un taller con las técnicas que caracterizaron a Justina: tejido de doble vista y contorno redondeado en telar de cintura. Asimismo, el MTO presentó una exposición sobre una técnica exclusiva de la región mesoamericana, los tejidos elaborados con hilos emplumados. “Hilar el viento: Los textiles mexicanos de pluma” surgió de la investigación de un fragmento textil de finales del
siglo XVII —donado por el maestro Francisco Toledo† al Museo— y de los esfuerzos por recrear la elaboración de hilos de pluma. Este proceso se pudo conocer más de cerca durante el TEXTIM, pues el programa incluyó demostraciones de hilado y tejido de pluma con artistas invitados de Teotitlán del Valle, San Sebastián Río Hondo y San Mateo del Mar, Oaxaca; Zinacantán, Chiapas, y Ahuiran, Michoacán. El público asistente también tuvo la oportunidad de incursionar en el teñido e hilado de pluma a partir del taller ofrecido por Román Gutiérrez, originario de Teotitlán del Valle, y experimentó con el tejido de pluma según la técnica empleada en la comunidad de Zinacantán, Chiapas, con la maestra María Santiago.

La edición más reciente del TEXTIM, Colecciones textiles – El rostro humano detrás de los objetos, estuvo dedicada a la memoria de Ernesto Cervantes (1902-1985), coleccionista de arte oaxaqueño cuyo legado se encuentra alojado en distintos espacios de esta ciudad. La colección textil formada por don Ernesto fue una con las que inició el proyecto del MTO, y la riqueza patrimonial reflejada en su colección fue el punto de partida de esta edición.

Como en ocasiones anteriores, el evento se acompañó de una exposición, en este caso fue “Sensibilidades pareadas – Las colecciones de Ernesto Cervantes y Josephine Brown”, curada por Alejandro de Ávila, conferencista magistral del TEXTIM III. Acercamientos desde el conocimiento tradicional, la ciencia, la museología, antropología, historia del arte y la formación de futuros profesionales, entre otros, nos mostraron el quehacer en torno a la actividad textil tal y como se vive en distintos contextos. Iniciativas y proyectos impulsados en México, Chile, Argentina, El Salvador, Estados Unidos, Francia y España crearon un foro de intercambio de experiencias con la finalidad de enriquecer y complementar esfuerzos en pro de la valoración y salvaguarda de la herencia cultural textil.

Finalmente, no podían faltar, durante los primeros dos días del Encuentro, los talleres creativos (teñido y tejido) y académicos (conservación de textiles). Luego, la pandemia de COVID-19 interrumpió la programación de estos encuentros, pero, nos estamos preparando para retomar al TEXTIM en el otoño de 2024, diez años después de su primera edición.

Se puede consultar la mayoría de las presentaciones realizadas durante las tres primeras ediciones del TEXTIM en el canal de YouTube del Museo:

https://bit.ly/3Y9YhJm


Acervo bibliográfico

El Museo Textil de Oaxaca cuenta con una vasta bibliografía especializada en textiles. La mayor parte de este acervo fue donada por el artista oaxaqueño Francisco Toledo† en abril del 2008, poco antes de la apertura de este espacio. La colección conforma por más de 1400 publicaciones y continúa en crecimiento gracias a numerosas donaciones como la del maestro Toledo.

El material se relaciona con los diversos procesos de elaboración de textiles: técnicas, tipos de fibras, teñidos, historia, conservación y diseño, expresiones que poseen siglos de historia y creatividad, y que surgen de una amplia gama de tradiciones, costumbres y cosmogonías de los pueblos originarios de nuestro país y de otras partes del mundo. Por ello, las publicaciones están escritas en idiomas como el inglés, chino, japonés y español, entre otros.

Antropólogos como Bernard Bevan, Marta Turok e Irmgard Weitlaner Johson dedicaron su vida al estudio y difusión de dichas expresiones —admiradas, seguidas y estudiadas rigurosamente— y sus publicaciones forman parte de este acervo. La academia tampoco ha sido indiferente, pues algunos estudios científicos han llegado hasta nosotros para hablarnos de cuidados y conservación, por ejemplo, Biología aplicada a la conservación y restauración, Chemical principles of textile conservation, Tapestry Conservation, X-Radiography of textiles, Dress and Related Objects.

A la par, contamos con publicaciones de Olga de Amaral, Anni Albers y Jack Lenor Larsen sobre arte contemporáneo; de artistas como Miguel Covarrubias, de diseñadores icónicos en el mundo de la moda, como Chanel, Versace, Valentino, Paco Rabanne, Yves Saint-Laurent; también albergamos publicaciones periódicas de relevancia, como Hali, The Textile Museum Journal, Fiberarts, por mencionar solo unos ejemplos. El acervo también tiene material audiovisual, que responde a la importancia de documentar para preservar la memoria: Hilanderas de San Juan Colorado, El cine indigenista (El oficio de tejer), Indigo a world of blue y Tana Bana Wisdom of the loom.

Actualmente, dicho acervo se encuentra en resguardo en la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, en el Centro Cultural San Pablo, donde podrás consultarlo de manera gratuita.

Te invitamos a disfrutar de la lectura de esta bibliografía repleta de hermosas imágenes de textiles que tal vez al principio solo fueron pensamientos, y que con el zigzagueo de la urdimbre y la trama —y de la aguja y la tela— tomaron los adornos del viento que se pasea en las montañas, en los valles o las playas; o sueños, quizás, que se apropiaron de los colores de las flores, de los árboles, la tierra y el arcoíris para plasmarlo en su diversidad de expresiones, dándonos una voz plural y milenaria que surge de las mentes de los artistas de todos los rincones del planeta. ¡Te esperamos!


Construyendo redes para un tejido social

La comunicación humana surgió en el momento en que nuestras ancestras y ancestros, en su lucha por sobrevivir y como respuesta a sus instintos, se vieron obligados a transmitir sentimientos, emociones y saberes a quienes les rodeaban. Para ello se valieron de formas como gestos, mímica y sonidos, lo que constituyó el inicio de un lenguaje. Consecuentemente, la forma en cómo se comunica e interactúa la humanidad ha evolucionado a lo largo de toda su historia, tornándose cada vez más compleja: hemos pasado de las formas simples y esquemáticas que reproducían la realidad más cercana, a composiciones más complejas hoy en día.

Con la llegada del nuevo milenio, las redes sociales y la Web 2.0 comenzaron a dar indicios de convertirse en una nueva forma de comunicarnos, parecía algo extraño e inverosímil, pero hoy es una realidad cotidiana.

Los museos no podemos quedarnos al margen. Desde hace más de una década, el Museo Textil de Oaxaca se ha hecho presente en las redes sociales, creando, mediante estas herramientas, un museo más abierto y participativo que se adapta y presenta de manera virtual el quehacer textil a una amplia audiencia en distintas partes del mundo.

Aunque los primeros pasos del MTO en este medio parecían los inicios del lenguaje, hoy, nuestra página web se ha convertido en un espacio de difusión, expresión y reflexión entre toda la audiencia; afortunadamente, la barrera del idioma no ha sido impedimento para que tantas personas compartan, comenten y expresen su sentir en torno al arte textil.

En 2020, con la llegada de la pandemia, la palabra social adquirió su verdadero significado. El confinamiento nos obligó a desarrollar actividades digitales para todas las personas que nos siguen, muchas de ellas sacudidas por situaciones duras, nunca antes vividas. Notamos el resultado en los múltiples comentarios que recibimos, los cuales expresaban que las actividades habían sido recibidas con un “valor sanador”. Para muchas personas, participar en una charla en línea o una actividad virtual desde casa ha sido la experiencia más satisfactoria de su vida durante la pandemia.

El aumento del interés por las nuevas tecnologías y el uso de las redes sociales, además de su diversificación, ofrece nuevas oportunidades, pero también significa un reto constante para los museos —que juegan un papel clave en el actual mundo digital— ya que han modificado la forma en que planificamos, interactuamos e, incluso, disfrutamos de nuestras vidas.

Te invitamos a seguirnos en Facebook (Museo Textil de Oaxaca), Twitter (museo_textil), Instagram (museo_textil) y YouTube (Museo Textil de Oaxaca).


Hilo, papel y palabras Historias digitales

Existe un mundo de publicaciones y una variedad muy amplia de soportes impresos y digitales creadas por los museos: catálogos, libros, mapas, folletos, etc. La creación de estas obras cumple y enriquece, en gran medida, la labor de los museos: educación, investigación, reflexión, conservación, entre muchas más.

Las publicaciones concebidas por el Museo Textil de Oaxaca a lo largo de su historia han acercado el arte textil a públicos tan diversos como los hilos en un telar. Tal es el caso de los catálogos El águila voló y el nopal quedó temblando. Textiles mexicanos en el bicentenario e In octacatl, in machiyōtl: Dechados de virtud y entereza, resultado de las exposiciones presentadas en 2010 y 2015, respectivamente. Un equipo multidisciplinario fue el encargado de editar y construir estos materiales en soportes físicos; el hojear página por página, leer cada párrafo y observar atentamente cada fotografía fue motivo de gran asombro: como si se tratara de interactuar con las piezas del acervo o estar en la exposición misma. Hoy en día, dichas publicaciones están disponibles en soportes digitales en la página web del MTO y pueden ser descargados de forma gratuita.

Navegando por ese mundo intangible llamado ciberespacio, en donde las posibilidades son tan infinitas como la propia creación textil, el MTO ha construido dos sitios virtuales: “Hilar el viento. Los tejidos mexicanos de pluma”, como parte de la muestra presentada en 2016 y que acompañó al Segundo Encuentro de Textiles Mesoamericanos, TEXTIM, y “Fibras de Abya Yala. Muestra interactiva en línea”, una iniciativa del Museo que acompañó al encuentro “Textiles de las Américas”, celebrado en octubre de 2021 en el Museo Ixchel del Traje Indígena, en la ciudad de Guatemala. Estos sitios han acercado, de manera virtual, a personas en distintas latitudes del planeta a una parte del acervo del MTO y a su investigación.

El viaje es a través de distintas opciones de búsqueda que permiten seleccionar los textiles conforme al criterio de la propia persona; en otros casos se puede navegar en una región en particular, por una fecha específica o, en su caso, por la forma del proceso creativo. Sin duda son una fuente de consulta que invita a conocer el quehacer textil desde las narrativas de las personas que lo crean, lo usan y lo transforman.

Tenemos la esperanza de que con el paso inexorable del tiempo estos materiales continuarán despertando la curiosidad y aprecio por el arte textil, pero, sobre todo, contamos con que sigan siendo un vehículo de comunicación y educación que fomenten experiencias participativas y de construcción de pensamientos críticos y reflexivos entre las y los usuarios.


Lo sentimos, la página que buscas no existe.

¡Muchas Gracias!
En breve nos pondremos en contacto contigo.