Respuesta ante COVID-19

Estamos ante una situación que nunca nos había tocado vivir, una pandemia que afecta nuestra cotidianidad, la salud y la economía. De un momento a otro, la vida en el mundo cambió con el COVID-19. Y, en medio de la oscuridad, llenémonos de esperanza porque siempre sale el sol, pensemos que estas desgracias son también una oportunidad para reflexionar y sacar lo mejor de nosotros. Hay que tener paciencia, que nadie se exponga ni se contagie, eso es lo principal. Así podremos seguir ayudando a la comunidad.

Es tiempo de pensar en equipo cómo podemos ayudar a México en estos momentos y en un futuro cercano, para eso existe la Fundación Alfredo Harp Helú. Pongamos manos a la obra: aislados, sin contacto, siendo productivos para nuestra comunidad. Nuestras fundaciones fueron creadas para apoyar a México, y es nuestro compromiso generar acciones inmediatas ante las crisis que se presenten. Es por ello que, desde inicios del mes de marzo, nos declaramos en estado de emergencia, y consideramos importante tomar acciones responsables para minimizar los riesgos. Lo primero que hicimos fue proteger al personal que labora con nosotros para que trabajara desde su casa el mayor tiempo posible. Cerramos nuestras instalaciones, pero invitamos al público a seguir nuestras actividades desde las redes sociales.

También colaboramos con la iniciativa Sumamos por México, para construir la Unidad Temporal COVID-19 en el Centro Citibanamex. Quince empresas y fundaciones participan en esta iniciativa impulsada por la Fundación Carlos Slim y la UNAM. Esta unidad tendrá una capacidad máxima de 854 camas para pacientes que requieran oxigenoterapia, 36 espacios de terapia intermedia, áreas necesarias para el desempeño adecuado del cuerpo médico y de laboratorio, así como vehículos para el traslado de pacientes a unidades de cuidado intensivo. Una vez habilitada la Unidad, la Secretaría de Salud de la Ciudad de México asumirá su direción, operación y proveeduría médica, a fin de poner la salud de los pacientes en manos de profesionales.

Donamos al Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez un equipo de Rayos X, y hemos sumado esfuerzos con la Fundación Gonzalo Río Arronte para donar equipo médico al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias Ismael Cosío Villegas, al Instituto Nacional de Nutrición y Ciencias Médicas Salvador Zubirán y al Instituto Nacional de Cancerología. En Oaxaca colaboramos con Mobile Surgery International para equipar un Centro de Aislamiento para Pacientes con COVID-19. Asimismo, hemos donado equipo de protección al personal de diversos hospitales. Aprovechamos para extender nuestro inmenso agradecimiento al personal médico, administrativo, de recepción y enfermeros de las instituciones que se esfuerzan en combatir el COVID-19.

También elaboramos un plan de emergencia para atender a los más necesitados, compartiendo despensas con productos locales y que distribuyen los comerciantes en Oaxaca. La entrega se ha hecho a partir de un censo previo y un orden establecido para evitar amontonamientos y contagios. Asimismo, donamos alimentos al Centro de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT Oaxaca).

Activamos la economía de los artesanos del país con un proyecto de compras en firme. Los artesanos elaborarán diferentes piezas y la Fundación las comprará con una inversión inicial de cinco millones de pesos. Con este proyecto se pretende beneficiar a más de 162 familias de artesanos en 76 comunidades y ocho esta-dos de la república mexicana.

Las sedes de la Fundación Harp se han mantenido activas desde las redes sociales y, junto con La Vaca Independiente A.C., lanzamos un concurso dirigido a niños y jóvenes para que nos cuenten un cuento: El Decamerón 2020. Somos compañeros en el aislamiento y lo queremos hacer más creativo. Invitamos a nuestros seguidores a quedarse en casa, a usar el tiempo para aprender y dar vida a la lectura, música, fotografías, videos, obras plásticas o lo que más les guste. Quedándonos en casa estaremos ayudando a que el virus no se propague.

¡Por el bien de todos, quédate en casa!

La Fundación Harp ha estado presente en las diversas situaciones de crisis que ha enfrentado el país. Saldremos juntos de esta contingencia y, seguramente, fortalecidos. Nuestra responsabilidad es enorme y el amor por México aún mayor.

Las mitologías del horazeriano Tulio Mora

Hablar de Hora Zero, movimiento poético nacido en el Perú, es hablar de vanguardia latinoamericana, con el ineludible eco de la vanguardia histórica europea. Para comprender los alcances de Hora Zero hay que remontarse a sus orígenes en los setenta, cuando los poetas Jorge Pimentel y Juan Ramírez Ruíz firmaron el manifiesto Palabras urgentes.

Esta fue la primera piedra que cayó sobre las tranquilas aguas de la poesía peruana, cuyas ondas expansivas llegaron hasta México, e influyeron en la promoción del movimiento infrarealista, capitaneado por el más infra de los infra, el poeta chilango Mario Santiago Papasquiaro.

De aquel manifiesto podemos citar el siguiente párrafo como máxima medular de su posición política –puesto que una posición poética es también política– que nos sitúa y responsabiliza en la geografía social: “Debemos decir que la crítica en el Perú, y en la mayoría de países latinoamericanos, está ejercida por escritores fracasados en otros géneros, y si a esto se añade una ignorancia descomunal, el resultado de estas contingencias suele ser espantoso. Se ejercita el silenciamiento, la confusión, la venganza política, la degradación perversa”.

Hora Zero, originado al calor de una juventud crítica y rebelde, nos deja en claro que la vanguardia se funda en una rabia colectiva hacia la mediocridad.

En 1977 surge la segunda generación de Hora Zero, sumándose de manera esencial el poeta Tulio Mora. La primera vez que oí su nombre fue hace varios años, en boca del poeta de origen oaxaqueño Virgilio Torres. Una tarde, mientras bebíamos una cerveza, me comentó que el poeta peruano Tulio Mora prologaría su libro Danza como Alfiler, en trámite de publicación con la Secretaría de Cultura. Al poco tiempo, y como buen adorador del becerro de oro de la poesía, me lancé al ciberespacio en busca de información sobre este poeta. El primer libro con el que tuve contacto fue Cementerio General, después con Mitología.

Tanto el movimiento infra como el horazeriano nos enseñan que hablar de poesía es hablar de colectividad. Pero ¿qué es lo colectivo si no apostamos por una ética del respeto y por supuesto de la honestidad? Los griegos planteaban que la única manera de acceder a la belleza era por medio del bien, la verdad y la justicia. Por separado, estas virtudes son inútiles. La verdad científica es valiosa, pero debe ser custodiada por el bien y la justicia, llevándonos a la ejecución de actos bellos, que se reflejarán entonces en nuestros hijos, leyes y discursos. Y claro, en nuestra poesía. Estableciendo como principio el diálogo, se manifiesta que somos seres incompletos y que la palabra es la clave que nos conecta con los demás.

No fue gratuita la amistad que Tulio y Mario Santiago construyeron durante la estancia del primero en México. Fue justamente Virgilio quien me instara a leer un texto escrito por Tulio, llamado Mario Santiago: un zapatista disfrazado de pachuco. En él hace recuento de sus días en la ciudad de México, andando las calles con los poetas infra, entre chatas de brandi y cigarrillos.

Al confrontarnos con Mitología advertimos que estamos frente a los cimientos de la poesía contemporánea, pero lo sorprendente es que Tulio Mora haya escrito un libro sumamente vanguardista aludiendo a lo más arcaico: el mito. No existe civilización nueva o antigua que no se halle fundada en él. Culturas tan distintas como las griegas y las mesoamericanas tienen sus cimientos en las mitologías que les corresponden. El génesis bíblico es otro referente. Pero Tulio Mora no busca los orígenes en una fenomenología mitológica, sino que se apropia de los mitos fundadores del Perú y los resignifica al interior de la contemporaneidad, con el fin de explicarse a sí mismo como un individuo inmerso en una sociedad cruzada por conflictos políticos y morales.

Dentro de estas coordenadas nace Mitología, un libro representativo de las poéticas de finales del siglo XX, con un gesto experimental propio de Hora Zero: dar vigencia al mito y confrontar el mundo circundante de una generación que desafió a las feroces dictaduras militares de Sudamérica en los años setenta y ochenta. México no pasó exactamente por esta experiencia, por el simple hecho de que este país ya se encontraba dentro de una dictadura cívico-política.

Es un acierto reeditar una obra como esta en Oaxaca, tierra que se balancea entre el mito y la oralidad, aunados a un lirismo clásico. Si bien existen obras signadas por lo vanguardista o conceptual dentro de la poesía local, la preeminencia de las formas tradicionales es la norma.

Podría decirse que en su libro Los hombres que dispersó la danza, el escritor y recopilador Andrés Henestrosa intentó reunir la mitología del estado. La diferencia con Mitología reside en que el volumen de Henestrosa es un acopio de relatos míticos, pero no da un salto lírico hacia la reapropiación de los mismos. Entonces, la estrategia de Mitología es renovar la voz antigua dormida en el mito, presentificándola. Lo común es pensar que la mitología es algo así como un archivo pasivo, reflejado en la fragilidad de la aventura oral. Tulio Mora reclama un no rotundo para esta perspectiva. La palabra escrita, etérea y mutable dota al mito de la línea de choque que nos guía por la senda siempre oscura del presente.

Por eso es valiosa esta reedición oaxaqueña de Mitología, ya que nos ofrece una visión innovadora de las palabras y la oralidad, elementos con los que nos relacionamos cotidianamente en este antiguo territorio. Apreciamos una mirada fresca de largos versos y esquemas visuales, donde dialogan el inca Pachacuti y su voz orgánica, junto a una bomba molotov y su grito sintético de vena industrial. Mixtura de lo arcaico y tecnológico en medio de la percepción del hombre contemporáneo.

Diablos Rojos

EL 25 de marzo de 1981 debutó con los Diablos Rojos uno de los jugadores más emblemáticos en la historia del beisbol mexicano, Héctor Espino, el gran Superman de Chihuahua, iniciaba su temporada número 21 en la Liga Mexicana de Beisbol.

El día de su presentación, en el Parque Deportivo del Seguro Social, frente a los Rojos del Águila de Veracruz, Héctor Espino ya contaba con 42 años y la afición escarlata siempre había querido ver al gran slugger mexicano vestido con la franela de mayor tradición del beisbol nacional. Y su sueño se cumplió, aunque duró muy poco, ya que Espino solo estuvo con la Pandilla Roja durante 29 juegos de la temporada de 1981 y posteriormente regresó con los Sultanes de Monterrey para jugar con ellos hasta 1984 y terminar su gran carrera de 24 temporadas en la LMB.

Era el tercer juego de la naciente temporada en el que Héctor Espino se presentó frente a la afición capitalina, lo ganó el Águila seis carreras a cinco, el pitcher triunfador fue Jesús Moreno y la derrota se la llevó por el México Armando Pruneda, el relevista Antonio Limón se acreditó el salvamento.

Don Héctor Espino dejó números impresionantes en la Liga Mexicana de Beisbol: 453 cuadrangulares, 1,573 carreras producidas, 2,752 imparables, 1,505 carreras anotadas, en 2,388 juegos tuvo en grueso .335 de average. Defendió las franelas de Monterrey, Tampico, León, Torreón, Monclova, Saltillo y del México.

Siempre se ha especulado por qué don Héctor Espino no jugó en las Grandes Ligas, a pesar de que fue firmado por los Cardenales de San Luis por sus impresionantes números y facultades. En 1964 firmó a Espino siendo enviado a un club de triple A, Jacksonville Suns. Espino comenzó a batear .300 con tres jonrones en 32 juegos, pero nunca había jugado fuera de la Liga Mexicana.

Total Baseball daba diferentes razones, mencionaba que Espino era como un gran pez en una pequeña pecera. Empezó la nostalgia por la Liga Mexicana de Beisbol, y según el periodista Bruce Baskin, también influyó el racismo contra Espino por jugar en Estados Unidos. Por el “arreglo” que hicieron el Sr. Cannavatti y los dirigentes de ese club, el directivo recibió 10 000 dólares de ese tiempo, sin darle la mitad a Espino. Cuando este se enteró, abandonó al equipo de Jacksonville, por lo cual Cannavatti tuvo que devolver el dinero. Para 1965 los directivos de los Cardinals le ofrecieron directamente al Superman de Chihuahua los 10 000 dólares, pero Espino no los aceptó diciendo que él no hacía estos tratos, y regresó a la Liga Mexicana de Verano. Héctor Espino nunca regresó al beisbol de Estados Unidos y ese año bateó .335 con 17 jonrones en solo 67 juegos en la LMB.

Consulta nuestra página: diablos.com.mx

80 años de ser diablos

Puedo imaginar perfectamente el sonido de una melodía de las grandes bandas en el lobby del Hotel Reforma, mientras Ernesto Carmona abandona el Salón Reina Maya, dispuesto a renunciar a su cargo de presidente de la Liga Mexicana de Beisbol para dedicar todo su tiempo a la creación del Club México Rojo, en enero de 1940. La repentina y drástica decisión de Carmona fue la respuesta a un choque entre los propietarios de los clubes de la pelota de verano, que amenazaban con poner en marcha dos circuitos al mismo tiempo, con ambos proclamándose como la auténtica LMB. Comprendo el enojo y desesperación del empresario capitalino. El conflicto entre magnates dio como resultado que la Ciudad de México se quedara sin equipos representativos: Indios de Anáhuac y Tigres de Comintra optaron por retirarse de la competencia.

Carmona Verduzco estuvo involucrado con el rey de los deportes desde el inicio de su vida productiva, pero en esta ocasión necesitaba un socio que lo hiciera más fuerte. El promotor de lucha libre, Salvador Lutteroth, depositó su confianza y dinero en el proyecto, que requería armar una buena novena en pocos días.

Como hasta hoy, la base de jugadores mexicanos representaría la prioridad del equipo, aunque no sería suficiente para hacer un papel destacado. Fue así como, de manera casual y anecdótica, Ernesto Carmona logró la firma de Theolic Smith, quien pronto se convirtió en un ídolo de la afición roja, a pesar de que aparentemente su contratación se debió a una confusión del propietario y mánager escarlata, quien realmente buscaba al también jugador de raza negra, Hilton Smith. Mientras el roster tomaba forma, el Parque Delta sufría una remodelación exprés, mientras que los primeros jugadores entrenaban en el terreno de juego. Los trabajos se retrasaron y los Diablos Rojos tuvieron que programar sus primeros juegos como visitantes. Es pertinente considerar que, a pesar de ser un equipo sumamente competitivo y reconocido, pasaron 79 años para que el México contara con una casa propia. No rendirse ha sido desde siempre la principal cualidad de la Novena Escarlata. Contra todos los pronósticos, Carmona y sus muchachos dieron la gran pelea durante la campaña de 1940, que no alcanzó para un campeonato, pero sí para conquistar los corazones de los aficionados que abrazaron la causa y esperaron 16 años para celebrar la primera corona.

Así nació la Pasión Escarlata, el segundo equipo más antiguo de la Liga Mexicana, pero el más querido y respetado del beisbol de verano. Millones de seguidores así lo confirman. Mi deseo es que no se olviden sus hazañas, sus grandes batallas, sus idolatrados personajes y el infinito amor por sus raíces.

¡Felices 80 años, Diablos Rojos del México!

Materiales e iniciativas para el estudio de la Sierra Juárez

La Sierra Juárez se ubica en el centro-norte del estado de Oaxaca, muy próxima a la ciudad capital. Su montañoso territorio, atravesado por el río Grande, se corresponde con los 26 municipios que conforman el distrito de Ixtlán de Juárez. A esta interesante región le dedicamos la más reciente exposición de la BIJC que reúne materiales de nuestro acervo y presenta investigaciones recientes, así como fotografías y documentos históricos.

Se estima que la Sierra Juárez comenzó a poblarse alrededor del año 300 antes de Cristo por zapotecos de los Valles Centrales. La exposición presenta información y publicaciones de uno de los asentamientos prehispánicos más grandes e importantes, ubicado en las actuales poblaciones de Ixtepeji y Nexicho. La muestra exhibe también fotografías y estudios acerca del Lienzo de San Miguel Tiltepec, un ejemplo de los documentos elaborados por las comunidades durante el periodo Virreinal.

Las comunidades y habitantes de la Sierra tuvieron una participación muy importante en las transformaciones políticas y sociales del estado durante el siglo XIX y principios del XX. El ejemplo más claro, pero no el único, es Benito Juárez. Batallones y líderes serranos participaron en las grandes luchas y procesos de la época, acerca de ello también presentamos documentos y publicaciones.

El paisaje de altas montañas y profundas cañadas de la Sierra Juárez aloja diversos ecosistemas y le convierten en una de las zonas de mayor biodiversidad del planeta, con abundantes recursos naturales. Presentamos un libro sobre plantas medicinales y alimenticias en la Chinantla Alta, un estudio sobre los hongos comestibles de Ixtepeji y una investigación sobre la minería en Natividad.

El distrito de Ixtlán se caracteriza por una importante diversidad lingüística. En tres municipios de su zona norte se habla chinanteco de la zona alta; en su zona oriental se habla el zapoteco variante xidza o del rincón, en Santiago Laxopa se habla zapoteco xhon y en el resto del territorio se habla o se habló el zapoteco lhej o serrano. La BIJC aloja diccionarios, cartillas, materiales educativos y obras traducidas o escritas en estas lenguas y variantes, de las que también presentamos una selección. Las características e historia de la región en su conjunto, o de alguna de las comunidades y municipios que la conforman, son tema de varias monografías que también hemos incluido.

La “cereza del pastel” es un mapa del territorio de Ixtlán de reciente adquisición, elaborado por el ingeniero alemán Enrique Schleyer en 1870. Este enorme documento (mide más de tres metros y medio de largo) consigna, entre otros aspectos interesantes, los nombres en zapoteco de las mojoneras que marcaban en ese entonces los límites del territorio ixtlense. Un recuadro indica que Schleyer fue comisionado por Fidencio Hernández, general serrano que años después apoyaría el ascenso al poder de Porfirio Díaz, levantándose en armas con el Plan de Tuxtepec.

Los materiales reunidos en esta exposición muestran una visión de conjunto de la Sierra Juárez que presentaremos en cuanto pase la contingencia. Posteriormente, regresarán a su lugar en los estantes de la biblioteca y podrán ser consultados por cualquier persona interesada en esta apasionante región.

Competencias necesarias para el trabajo en el área de discapacidad visual

El rezago educativo en estudiantes con ceguera total o parcial en los niveles primaria, secundaria y superiores tiene su origen en el nivel preescolar. De ahí que sea de suma importancia contar con personal docente con las competencias básicas en el área de atención a la discapacidad visual.

En la Biblioteca Jorge Luis Borges promovemos la inclusión e integración de las personas con discapacidad visual, especialmente en materia educativa. Somos conscientes de que para lograr más y mejores avances es necesario un trabajo colaborativo desde los primeros años de vida de las y los niños con ceguera o debilidad visual. Es por esto que el curso Competencias Necesarias para el Trabajo en el Área de la Discapacidad Visual (CONTRADIV) está principalmente dirigido a estudiantes de las licenciaturas en Educación Preescolar, Pedagogía y Ciencias de la Educación.

El curso CONTRADIV tiene como objetivo brindar las herramientas teóricas y prácticas en el área de atención a la discapacidad visual a partir de la etapa preescolar (comprendida de los tres a los seis años). Ya que es en esta etapa cuando se inician diversos procesos cognitivos, sociales, de lenguaje y motricidad, entre otros. Esta es una etapa en la que se forman las bases para continuar el aprendizaje académico en la gran mayoría de estudiantes, por tal razón, es imprescindible que a infantes con ceguera se les brinde todas las oportunidades de acceso al conocimiento.

La población estudiantil de las carreras en Educación Preescolar, Pedagogía y Ciencias de la Educación obtendrá en el curso las siguientes competencias:

El sistema Braile correspondiente al alfabeto, números y signos de puntuación básicos ; principios de conteo en el ábaco adaptado, al igual que la representación de operaciones básicas y escritura matemática Braille; los movimientos básicos del bastón guía y el desplazamiento guiado de niños y niñas con discapacidad visual, así como el desarrollo de diversas estrategias para transmitir lo aprendido en cada bloque. Al finalizar el curso, cada uno de los formados en estas competencias deberá entregar evidencias de su aprendizaje de manera individual, de tal forma que se garantice su aprendizaje sobre los aspectos necesarios en el trabajo con personas discapacitadas visualmente, al margen de sembrar la posibilidad de seguirse desarrollando en estos temas tan importantes en la agenda de la inclusión educativa.

Leyendo en la distancia

Desde hace once años, Seguimos Leyendo ha construido una comunidad lectora basada en los encuentros que día a día se generan con más de cinco mil escuchas a la semana, desde bebés, niños, niñas, jóvenes y personas de la tercera edad con quienes hemos construido un lazo a través de la voz de nuestros más de 200 lectores voluntarios, que a la semana se dan cita en las 28 instituciones que nos cobijan, entre las que figuran instituciones educativas, asociaciones civiles, el Hospital de la Niñez y las casas hogar del DIF.

Esta dinámica de trabajo cambió a partir del viernes 13 de marzo, fecha en la que nos retiramos de las instituciones, suspendiendo hasta nuevo aviso nuestra labor de fomento a la lectura en voz alta de manera presencial en dichos espacios. Tomando en cuenta no solo a los escuchas, sino a los lectores voluntarios y su espera a que llegue el día de la lectura, pensamos en acciones para mantenernos presentes y acompañar desde la distancia a quienes han hecho posible que el Programa Seguimos Leyendo se mantenga vigente.

La estrategia que deriva de la contingencia sanitaria ante el COVID-19 fue grabar videos donde los coordinadores del programa compartimos lecturas, narraciones, recomendaciones de libros, estrategias lectoras, creando ambientes propicios para su réplica desde los hogares. Los videos generados en la primera semana de la contingencia se han reproducido un promedio de 1 500 veces cada uno. Han sido compartidos por asiduos y nuevos seguidores de la página, quienes se acercaron a nosotros gracias a estas nuevas formas de trabajo. Los comentarios de los seguidores son una palpable muestra del impacto que los videos generaron en ellos, el cariño y agradecimiento que externan nos alimentan y motivan para seguir creando nuevas formas de compartir la lectura. Una labor que esperamos realizar directamente en breve.

A partir de la segunda semana, el equipo de coordinadores se ha dedicado a conocer, explorar, investigar y reseñar más de cuarenta títulos que son parte de los 161 libros del nuevo acervo, que una vez pasada la contingencia llegarán a las manos de nuestros lectores.

Aprender a usar métodos que desconocíamos antes nos ha llevado a desarrollar capacidades y destrezas diferentes. Es el caso de utilizar aplicaciones y herramientas tecnológicas para generar los productos audiovisuales. Nos ha apoyado la Coordinación de Comunicación Social de la FAHHO, quienes solidariamente nos guiaron en nuestro quehacer.

Una de las características de nuestra labor cotidiana es realizar funciones de manera individual teniendo como puntos de encuentro eventos especiales como la posada, la comparsa literaria y los talleres de verano. Ante la situación actual, hemos vivenciado más el trabajo en equipo, lo cual fortalece nuestra convivencia y complementa los aportes desde la experiencia profesional de cada uno.

Creemos firmemente que, en estos momentos de incertidumbre y lejanía, encontrarnos a través de las palabras puede ser un puente que nos dé tranquilidad, mantenga nuestra comunidad y sea un abrazo mutuo.

El año 2020, una reflexión personal

Si en medio de un gran temporal el navegante piensa que el mar encrespado forma un todo absoluto, el ánimo sobrecogido por la grandeza de la adversidad entregará muy pronto sus fuerzas al abismo; en cambio, si olvida que el mar es un monstruo insondable y concentra su pensamiento en la ola concreta que se acerca y dedica todo el esfuerzo en esquivar su zarpazo y realiza sobre él una victoria singular, llegará el momento en que el mar se calme y el barco volverá a navegar de modo placentero.
Manuel Vicent

Las circunstancias actuales, en tiempos en los que una crisis global, a un tiempo sanitaria y económica, hacen que gobiernos de todo el mundo establezcan el estado de emergencia, alarma o excepción. El ciudadano de a pie encuentra día con día innumerables motivos de inquietud y desasosiego. Entre los cuidados y recomendaciones que –desde la Organización Mundial de la Salud y de las autoridades sanitarias de cada nación– se han difundido clara y constantemente para evitar o al menos atenuar la propagación del COVID-19 y reducir los riesgos del contagio, destaca una tarea esencial, una forma civilizada con uno mismo y con los demás, una obligación frente a la pandemia que involucra a todos y a cada uno de forma personal, familiar, laboral y social.

Como nosotros, y es casi imposible dotar de sentido a las cifras, cerca de tres mil millones de personas en todo el mundo están confinadas en sus hogares. El efecto en la economía global es tan evidente que sus implicaciones son realmente profundas, pero solo el tiempo permitirá conocer el alcance de una situación apenas hace algunos meses inimaginable.

Cuando una situación de tal escala modifica la vida de tantas personas, tendemos a considerar, pues es una preocupación universal unánime: qué podemos hacer y cómo nos va a afectar. Es cierto que los esfuerzos para combatir la pandemia desde el ámbito gubernamental, y desde una perspectiva social, ya establecen un punto de partida inequívoco: las rutinas de vida, trabajo, solaz y tránsito se han modificado radicalmente.

La imponente cantidad de información disponible en torno a la emergencia global –inconmensurable en China y más tarde y de manera abrumadora en Italia y en España, aunque otras sociedades también estén sufriendo graves consecuencias, como en Francia, el Reino Unido, Alemania, Holanda y, muy cerca de nosotros geográficamente, Estados Unidos– es un recordatorio ominoso de lo que inexorablemente veremos entre nosotros y que estará presente en un grado todavía difícil de predecir y que se sumará a las severas restricciones en curso, al cierre de actividades productivas, el cierre de la enseñanza en todos los niveles de educación, confinamiento obligatorio, ciudades vacías, vida intramuros. Incertidumbre. Las cifras pueden consultarse en tiempo real (worldometers.info) y no dejan lugar a dudas acerca de la magnitud de la pandemia.

Decía que la inquietud y el desasosiego dan el signo y marcan la pauta de estos días aciagos. Pero al mismo tiempo, nosotros –como parte de un equipo de trabajo formado en una manera de ser frente a otros motivos adversos, y por asomarnos constantemente al pasado, por luchar año tras año en la defensa del patrimonio de México– acaso estamos mejor preparados para entender.

Como sugiere Jacques Attali, para apartar el escenario más pesimista “Hay que mirar a lo lejos, hacia adelante y hacia atrás, para comprender lo que está en juego”. Se refiere al impacto que las epidemias han causado en la historia: cambios esenciales. Attali también anticipa que “crecerá un espacio en todo orden para aquellos que sepan mostrar el mayor grado de empatía hacia los demás […] ciertos sectores, la salud, la hospitalidad, la alimentación, la educación, la ecología”. Confía en “una vuelta a lo esencial, que es hacer un mejor uso del tiempo de que disponemos en este planeta, que aprenderemos a valorar como algo escaso y precioso”.

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En ADABI de México, como parte de la Fundación Alfredo Harp Helú, compartimos un espíritu de trabajo con muy elevado grado de empatía. Es el sello de la Fundación. Tenemos una vasta experiencia en enfrentar obstáculos de toda índole para lograr cosas esenciales: en la cultura, en la memoria, en la protección del patrimonio, en la difusión de colecciones, en la promoción de las tareas educativas y de investigación. Como es una tarea callada, que gusta del silencio, conocemos la sensación y el mérito de hacer las cosas bien, de una manera discreta y rigurosa. Tenemos como método el no cejar, el persuadir y avanzar en las tareas de conservación de documentación histórica en los archivos y de joyas bibliográficas en las bibliotecas de México. La conservación y la restauración de acervos son tareas muy exigentes en las que el tiempo se mide de otra manera. Son labores cuidadosas en las que se despliega mucho conocimiento porque el propio trabajo hace que en nuestras mesas descansen objetos de suyo muy valiosos.

Por esa conciencia, y gracias a esa labor en ADABI, debemos estar atentos y confiados en que a la adversidad presente debemos entenderla con la misma óptica, con los mismos valores y principios con los que hacemos fortaleza personal y a la unión de propósitos, nuestro trabajo en ADABI es una inspiración. Hemos compartido con frecuencia la noción de que es un gran privilegio trabajar en ADABI, y no menos formar parte del equipo de don Alfredo Harp Helú, de la Dra. María Isabel Grañén Porrúa y de la Dra. Stella María González Cicero. La enseñanza y el horizonte en la Fundación es que trabajamos para México; así, ADABI ha realizado una contribución decisiva, transformadora, en el cuidado de nuestra memoria documental y bibliográfica, aunque no sólo eso, también en museos y en colecciones fotográficas, a lo largo y ancho de la nación mexicana.

Son tiempos difíciles, y todavía deberemos enfrentar días, semanas y meses de una gran complejidad para nuestra vida y la de nuestras familias. Las nubes oscuras se iluminan con el ejemplo heroico del personal en los hospitales en todo el mundo. Creo que debemos tener calma, pues será un recurso esencial en estos días. Calma y confianza en que, ya lo enfatizó la Dra. González Cicero, “Saldremos fortalecidos de esta crisis si actuamos con responsabilidad y juntos para superarla. No hay que perder el ánimo, vamos a salir adelante”.

Es un privilegio formar parte de la Fundación Alfredo Harp Helú. Con oportunidad y anticipadamente, su prioridad fue establecer criterios para proteger a la gente, al iniciar la modalidad de trabajo en casa. Creo que resulta indispensable respaldar las decisiones de don Alfredo, pues a lo largo del tiempo nos ha demostrado generosidad y apoyo, somos su equipo en los días felices, cuando celebramos los muchos logros, y también en estos días, en los que lo acompañamos y nos acompaña a distancia desde el Puente. Resulta indispensable mantener día con día el espíritu de trabajo y, desde casa, avanzar en todo lo que esté en nuestras manos en los proyectos que están en curso como nos ha alentado la Dra. María Isabel Grañén Porrúa. Resulta indispensable defender desde ADABI el compromiso con México, que es la escuela de trabajo de la Dra. Stella María González Cicero y del Mtro. Jorge Garibay, ya que es la única manera de demostrar, en momentos de inquietud, desasosiego e incertidumbre, que el barco mágico llamado ADABI podrá salir con bien de la formidable tormenta que se avecina.

Diablos y espiritistas

Jasiel García Cisneros labora diariamente en el Centro de las Artes de San Agustín, en Etla. Sin embargo, como la luna, Jasiel tiene una cara que brilla en todo su esplendor al fin del mes de octubre. Desde hace 16 años se dedica a la elaboración de trajes para la muerteada del Barrio de San José: “la cuna de la muerteada” Como en toda tradición, el involucramiento de la familia siempre está presente, así como él aprendió el oficio de su padre, ahora comienza a enseñarlo a su hijo Karim, de 10 años de edad, quien le ayuda en el proceso. Su esposa, Karina Torres Ramírez, también forma parte de la creación de estos trajes, pues complementa la presencia de los cascabeles y espejos con bordado en lentejuela.

Así, en el traje que han prestado al MTO para incluirlo en la exposición Ropa de luces: espejillos y lentejuela bordada, Karina bordó el rostro de Gokū (¡ver y/o leer “Dragon Ball” para mayores referencias!) a petición de Karim. Jasiel explica que hay plena libertad en los motivos que se pueden bordar en el traje y este es justamente el inicio de toda negociación. Cuando llega alguna persona para hacerle un encargo, él les pregunta cómo lo quieren, qué tan recargado, si con bordado en lentejuela o más sencillo. Después, con suma paciencia y cuidado, sujeta a la tela cada cascabel, cada espejo, con un delgado alambre de cobre. Dependiendo del tamaño, el traje puede pesar varios kilos. El peso que ejercen todos los elementos, la rigidez del alambre y el movimiento del baile durante la muerteada hacen que el trabajo de un año pueda desgarrar la tela en un par de noches. Por esa razón, es poco común que un mismo traje se utilice varias veces. Si acaso resiste, será posible vestir el traje durante dos muerteadas, pero seguramente habrá que renovarlo antes de la siguiente ocasión.

Mientras que el pequeño traje de Karim combina el tintinar de los cascabeles con los brillos de los espejos, Jasiel explica que suelen ser dos trajes distintos. Los diablos son quienes anuncian su paso con los cascabeles, mientras que los espiritistas reflejan destellos de luz a partir de los numerosos espejos que cuelgan sobre sus capas y pantalones. Ambos personajes son parte de una representación al inicio de la muerteada, frente a la iglesia, donde el diablo se quiere llevar al difunto, y el espiritista lo revive. Entre espejos y el ruido de los cascabeles se ahuyenta a los malos espíritus.

Si bien suelen ser hombres quienes visten estos trajes, ahora también los usan las mujeres durante la Muerteada Femenil, realizada ocho días después de la primera. Jasiel ha hecho trajes para ambas fiestas y en algún futuro próximo, su hijo más pequeño también se unirá a la actividad familiar. Agradecemos a la familia García Torres por compartirnos este traje para que más personas conozcan este

El acervo de Lengua de Señas Mexicana (LSM) de Thomas C. Smith Stark en la BIJC

Thomas C. Smith Stark es un investigador admirado y reconocido dentro y fuera de México, principalmente por su labor como lingüista mesoamericano, pero pocos conocen la faceta del Dr. Smith Stark como un pionero en el estudio de las lenguas de señas. Su interés por la diversidad de lenguas lo condujo, en la década de los ochenta del siglo pasado, a adentrarse al estudio de las lenguas de modalidad viso-gestual, como podemos atestiguar al acercarnos a algunos de los documentos de este lingüista que hoy forman parte del acervo de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova (BIJC).

Gracias a la generosidad de la familia de Thomas C. Smith Stark, quien hace esta donación a la BIJC, el fondo documental de este investigador tiene un nuevo cobijo, y se nutre de la vitalidad de las manos que lo escudriñan, de los ojos ávidos que descubren y redescubren los libros, mapas, dibujos, apuntes, las ideas sueltas en notas de cuaderno, de papel reciclado, escritas a mano o en computadora, y que sin pudor alguno, leen la corresponden- cia personal y profesional que él entabló con colegas de distintas partes del mundo.

La historia de este acervo comienza para mí el 17 de mayo de 2019,en la capilla del Rosario del Centro Cultural San Pablo. Colegas, amigos y familia del Dr. Smith Stark fuimos testigos de la labor del equipo de la BIJC para dar cuenta de las dimensiones de su legado. Se trata de un recorrido de 45 metros lineales, entre libros, notas de traba- jo y diarios de campo desde 1982, así como cartas de recomendación y fotografías. Un patrimonio compuesto de 2 500 libros, así como centenares de cajas con documentos de distinta índole. Tomo nota del comentario de Michael Swanton, quien menciona que esta colección no es solo la suma de documentos, más bien es parecida a la caja de herramientas de un mecánico; instrumentos que se van adquiriendo a lo largo de los años con un fin específico. He podido constatar que dentro del cúmulo de “herramientas” de Thomas C. Smith Stark se encuentran dos cajas de documentos sobre el estudio de las lenguas de señas.

La revisión de estos documentos nos habla de una historia sobre el estudio de la lengua de señas (LS) en el ámbito mundial. El Dr. Thomas es un pionero en la lingüística de este tipo de lenguas, como podemos observar, por ejemplo, en su análisis sobre la propuesta de transcripción de lenguas de modalidad visogestual.

Así, a través de las cartas que sostiene con William C. Stokoe –considerado el pionero en el estudio de las LS con herramientas de la lingüística y creador del modelo simultáneo para la transcripción de la LS– podemos reconocer lo avanzado de su propuesta de representación de los parámetros formacionales de las señas. Para quienes nos dedicamos al estudio de las lenguas de señas es sumamente enriquecedor conocer su propuesta de transcripción así como el estudio fonético y fonológico de las lenguas en las que se enfoca: American Sign Language (ASL), Língua de Sinais Brasileira (LIBRAS) y Lengua de Señas Mexicana (LSM), todas ellas con un pasado histórico común: la Lengua de Señas Francesa, como el propio Smith Stark logró identificar

De esta manera, su aproximación al estudio de la LSM queda patente en su trabajo titulado Lengua Manual Mexicana, documento que bien puede considerarse el primer análisis de la estructura de la LSM y de las condiciones sociolingüísticas de sus usuarios. De igual valía encontramos el corpus de señas/palabras que recogió Smith Stark y que está transcrito con el sistema simultáneo de Stokoe. Contar con este material, sin duda, abre un camino de investigación para estudios sin- crónicos y diacrónicos de esta lengua.

No menos importante resulta su participación con la Dirección de Educación Especial en el Distrito Federal, pues estaba convencido de la importancia de la LS para el alumnado sordo, de ahí su interés por documentar y fortalecer la LSM, para en un futuro propiciar el desarrollo de un modelo bilingüe para su enseñanza. He aquí una aportación del Dr. Smith Stark para la historia de la educación del sordo en nuestro país.

Mención aparte merecen los varios documentos del Dr. Thomas sobre la ASL empleada en Nueva Orleans. Me parece importante reconocer su aproximación al estudio de esta lengua, pues en la actualidad esta investigación ocuparía un lugar importante en la historiografía lingüística de las LS, en general, y de la ASL en particular.

Si bien el estudio de las LS tendrá poco más de medio siglo, el avasallante ritmo de su investigación no permite que nos detengamos a observar las ideas que fundamentaron sus análisis, y quizá por eso, hoy en día, “no veamos el bosque”, lo cual limita nuestra capacidad de comprender la naturaleza de estas lenguas. Por tan- to, el acervo de LS en la BIJC, lo hace único en nuestro país, es un recurso invaluable no solo por su valor académico, sino, además, porque nos acerca al maestro, amigo y colega, Thomas C. Smith Stark, quien no deja de sorprendernos aún con su partida.

Doce años del Museo Textil de Oaxaca

Estos son días algo extraños para celebrar. Hay muchos sentimientos en el aire, y nos causa extrañeza esta realidad. Algunas de las emociones que ahora siento me hacen recordar a las tejedoras cuando, ante el telar, se topan con un hilo que no se comporta como debería. Pienso también en los tintoreros, cuando el color se corta y no pinta. O las bordadoras, cuando el hilo no está parejo y batallan con cada puntada.

Pienso en estos términos a partir de la relación tan estrecha que hemos establecido entre el Museo Textil de Oaxaca y las personas que elaboran maravillas con los hilos. A lo largo de estos 12 años de vida, el MTO nos ha permitido adentrarnos en el quehacer textil del siglo XXI. Por supuesto que estudiamos la historia, y nos fascinamos ante la maestría y la belleza que reflejan los textiles de numerosos pueblos del mundo, pero más nos cautivan el ingenio, la creatividad, la resistencia, los anhelos y las memorias vertidas en las telas. Y, como en todo arte y en toda ciencia, las personas son la única vía para acceder al conocimiento: todo se enriquece a través del diálogo, de la confianza y de la empatía. Cada día hay una lección por aprender, no solamente sobre la materia de los hilos, sino sobre la resiliencia humana.

Hoy que nos enfrentamos a un panorama desconocido, recurro nuevamente a las enseñanzas de grandes artistas. Esa mujer que, con el telar a la cintura, observa detenidamente todo el sistema de hilos para detectar dónde está la falla. Ese maestro del color que repasa mentalmente los pasos que dio para entender qué cambió en la receta. La talentosa con la aguja disminuye la velocidad de sus puntadas para adaptarse al medio con el que trabaja. Muy probablemente, al final, la labor de cada una de ellas resulte distinta a lo esperado, pero es importante recordar –y quizá enfatizar– que “distinto” no es sinónimo de “malo”. Es más, ese momento de inflexión que nos orilla a cambiar de rumbo, nos brinda la posibilidad de llegar a un nuevo método, nos permite crear una nueva realidad que se adapte y responda mejor a nuestras necesidades.

¿Y qué pasa si todo falla? Y si por más que ajustemos el telar, ¿el tejido es insalvable? Si aunque tratemos de revivir el tinte, ¿el baño ya no da para más? Si por más paciencia que mostremos con el hilo, ¿cada puntada deforma más la tela base? La respuesta a estas interrogantes es muy concreta y tanto la tejedora, como el tintorero y la bordadora, nos contestarían con la sabiduría que otorga la experiencia (y no sin soltar una risa sutil): “Pues volvemos a empezar”. La tela estará mejor tejida, el color será más vibrante, el bordado se apreciará con mayor definición. Y claro, aunque así lo parezca, no empezaremos desde cero, pues llevamos lecciones importantes bajo la manga. Eso sí: habremos de aplicar las lecciones aprendidas con determinación. Habiendo escrutado el sistema que mueve el telar, tras repasar los pasos que nos han traído a este punto y después de aprovechar la pausa para reflexionar, adaptarnos y recrearnos, podremos imaginar un nuevo proceder, una nueva manera de conducirnos en la vida.

Hoy vemos claramente la repercusión que tienen nuestras acciones en nuestro entorno. La conocida expresión sobre el aleteo de una mariposa convirtiéndose en huracán al otro lado del mundo adquiere mayor peso entre quienes habitamos este mundo. Nuestra responsabilidad por crear una sociedad respetuosa, solidaria y empática es eso: nuestra. Significativa lección impartida por nuestros fundadores, quienes nos han enseñado con el ejemplo y nos empujan a pensar y a actuar constantemente en pos del beneficio colectivo. Estamos en este barco juntas, juntos, y sólo con plena consciencia del nosotros es que lograremos avanzar, tirando por la borda el ego, la codicia y los prejuicios. Sirva este paréntesis en el que nos encontramos justo al conmemorar nuestro 12.o aniversario para reforzar las redes que hemos tendido y tejido, pues cada lazada habrá de resistir el nuevo mundo que crearemos.

19 de abril de 2020.

Presencias

Imaginemos: Visitamos una exposición textil, frente a los muros, un huipil atrapa nuestra mirada. Nos acercamos y, en contra de nuestra voluntad, reprimimos las ganas de tocar. Nuestros ojos recorren la textura del hilo, el brillo de la seda, la armonía de la composición. Leemos de dónde viene, cómo y cuándo se hizo, qué significa. Pero ¿quién lo hizo? Tremenda frustración al no hallar un nombre. El sentimiento es aún peor cuando, en lugar de la autoría, se lee “Anónimo”. ¿Por qué una “o”? Son más altas las probabilidades de que ese huipil tan hermoso que nos cautivó haya sido creado por una mujer. Pregunto de nuevo: ¿quién fue ella?

La exposición Escribir con una aguja: la palabra en el textil nos permite conocer, como pocas veces en el campo de los tejidos, quiénes estuvieron detrás de la creación de algunas de las obras. A veces, la información se presenta de manera explícita, como la autora que incluye su nombre en la labor, segura- mente orgullosa del resultado. Solo así nos hemos enterado que la niña María Silva bordó un pequeño lienzo de algodón en el año de 1896, cuando apenas tenía cuatro años de edad. ¡Qué lejos están mis dibujos con crayolas de cuando yo tenía esa edad! María combinó corazones, un par de niñas con faldas y un abecedario con formas mucho más complejas, diseños que encontramos repetidamente en otras culturas. ¿Qué más habrá hecho una niña talentosa? Me gustaría pensar que se le presentaron más oportunidades donde brilló, donde sorprendió con sus habilidades e inteligencia, donde su nombre se convirtió en un bello recuerdo para más personas.

En ocasiones, menciones tan explícitas como el nombre de la autora incluyen un segundo nombre. En 1875, Mercedes Echeverría bordó un par de abecedarios y números (tanto arábigos como romanos) aderezados con muchas otras figuras, como gallos, flores y coronas. Además de bordar su nombre, Mercedes bordó el nombre de su guía: “Bajo la dirección de Juliana Contreras”. ¿Cómo habrá sido la relación entre maestra y discípula? ¿Qué otras lecciones habrán aprendido una de otra? ¿La inclusión del nombre de Juliana habrá sido un acto genuino de agradecimiento y reconocimiento, una muestra de aprecio a quien compartiera su experiencia y tiempo con Mercedes?

Algunas presencias están más veladas y hay que ir con más tiento para desenredar la madeja hasta llegar al inicio del hilo. Quizás ese esfuerzo extra haya sido el efecto deseado por Pauline Thompson, al bordar dos mapas del continente americano en 1944. En el mapa que corresponde a Sudamérica, la autora nos deja leer entre líneas un importante reconocimiento a una mujer admirable. Al observar uno de los barcos cercanos a la costa de Chile, nos encontramos con la leyenda Clipper Ship Race New York to San Francisco 1853. Los clipper ships (conocidos en español como “clípers”) fueron barcos creados a mediados del siglo XIX y cuyo objetivo fundamental era alcanzar altas velocidades para participar en carreras. La peculiaridad de la fecha (1853) nos remite a la carrera de ese año entre ambas ciudades, donde un barco que estuvo a punto de vencer al ganador fue cocapitaneado por una mujer: Eleanor Creesy. Originaria de Massachusetts en la costa este de Estados Unidos, Eleanor aprendió distintos aspectos de la navegación gracias a su padre, quien la instruyó en el tema. Después, tras hallar a un compañero que respetara, comprendiera y compartiera su pasión por la navegación, emprendió diversos viajes al lado de su esposo, Josiah Creesy. Las reseñas de algunos periódicos de la época alaban las habilidades y el talento de Eleanor y señalan la trascendencia de su persona para el buen término de los viajes emprendidos en su barco, llamado “Nube Voladora” (Flying Cloud).

Los velos que cubren la identidad de las mujeres representadas por medio del telar pueden ser aún más sutiles. Tal es el caso de un huipil de San Mateo del Mar, suave tejido que nos da una cálida recepción, pues con hilo teñido con caracol nos dice: “Buenos días ustedes / Yo soy huipil de caracol de antigua / Estoy alegría por bienvenida”. No hace falta cambio alguno en la sintaxis para comprender la generosidad del mensaje de la autora. Repito mi pregunta inicial: ¿quién fue ella? Para fortuna nuestra, al tiempo de preparar esta exposición nos visitó una tejedora de San Mateo: Victoria Villaseñor Oviedo. No fue necesario que el huipil incluyera un nombre para que Victoria pudiera identificarlo, le bastó ver los diseños ahí tejidos para que exclamara: “lo hizo mi madre”. Su madre, Justina Oviedo Rangel, fue una tejedora extraordinariamente inventiva; tanto, que a ella dedicamos el 2° Encuentro de Textiles Mesoamericanos en 2016. Al preguntarle sobre cuál de los diseños le hacía ver que el huipil era obra de su mamá, Victoria señaló las aves que aparecen en el último renglón de la decoración: “Es un colibrí… lo sacó de un cartoncito de este tamaño [nos decía mientras indicaba con las manos el minúsculo tamaño del cartón en cuestión] donde venía el dibujo de una mariposa y un colibrí”. ¡Qué enriquecedor conocer las fuentes de inspiración de una artista como Justina!

Al ver (y reconocer) a las mujeres que dieron vida a estos tejidos, tan solo nos queda imaginar qué tan extenso puede ser su legado. Quizá, de haberse tomado la actividad textil de manera tan seria como se ha abordado a la pintura o la literatura durante siglos, la historia sería distinta. Quizá, de brindar oportunidades y reconocimiento al ingenio de las mujeres, tanto individual como colectivamente, a la par del crédito otorgado a grandes maestros de las “bellas artes”, la existencia de mujeres artistas en museos y otras instituciones culturales estaría mucho mejor representada. Si en unos cuantos lienzos podemos encontrar voces con nombres y apellidos, que representan a generaciones de mujeres talentosas y creativas, ¿qué tan numerosa y diversa ha sido la comunidad artística de mujeres en la historia de la humanidad?

La fascinación del alfabeto

Aprender a leer es una experiencia tan maravillosa, que quienes después se dedican a la literatura lo conciben como su verdadero nacimiento: “Lo más importante que me ha ocurrido” (Vargas Llosa), “Leer ha sido el mayor placer de la vida” (Savater). Y la mayor autoridad, Cervantes: “…y como yo soy aficionado a leer aunque sean los papeles rotos de las calles…”. Emilio Renzi recuerda en sus diarios: “Desde chico repito lo que no entiendo”, y continúa:

A los tres años le intrigaba la figura de su abuelo Emilio sentado en el sillón de cuero, ausente en un círculo de luz, los ojos fijos en un misterioso objeto rectangular. Inmóvil, parecía indiferente, callado. Emilio el chico no comprendía muy bien lo que estaba pasando. Era prelógico, presintáctico, era prenarrativo, registraba los gestos, uno por uno, pero no los encadenaba; directamente, imitaba lo que veía hacer. Entonces, esa mañana trepó a una silla y bajó de una de las estanterías de la biblioteca un libro azul. Después salió a la puerta de la calle y se sentó en el umbral con el volumen abierto sobre las rodillas… Vivíamos en una zona tranquila, cerca de la estación de ferrocarril, y cada media hora pasaban ante nosotros los pasajeros que habían llegado en el tren de la capital. Y yo estaba ahí, en el umbral haciéndome ver, cuando de pronto una larga sombra se inclinó y me dijo que tenía el libro al revés…

Es la fascinación del alfabeto a la que alude Alejandro de Ávila en la exposición Escribir con una aguja: la palabra en el textil del MTO, en referencia a las tejedoras de Tlazoyaltepec, Oaxaca:

A mediados del siglo XX las mujeres comenzaron a tejer cobijas y jorongos de tapicería. Desarrollaron para ello un esquema innovador de diseño, donde figuraban de modo prominente las letras. Con frecuencia las As y las Ts aparecían de cabeza en los jorongos,y las Cs, las Es, las Ps y las Rs se leían invertidas de derecha a izquierda. Era evidente que a las tejedoras les fascinaba el alfabeto, aunque no dominaran la escritura sobre papel. Otras prendas de Tlazoyaltepec lucían eses repetidas a lo largo de todo el lienzo, lo cual parecería una obsesión fonética si no se explicara como una seña de identidad: Santiago es el santo patrón de la comunidad. Las tejedoras jóvenes, más duchas en el conocimiento escolar, inscribían sus trabajos con topónimos memorizados de los libros de texto gratuito para educación primaria, como lo atestiguan los jorongos rotulados OAXACA MEXICO, TUXTEPEC y TEPIC, NAYARIT.

Aunque llegué a la primaria sabiendo leer, guardo con inmenso cariño un ejemplar del libro de primer año. Unas cuantas palabras inaugurales dan cuenta de la magia de las letras: Oso, Dado, La Sala, Tito, La Pelota. Las ilustraciones y los dibujos en el libro, logrados y didácticos –es imposible olvidar al Oso, que se asea así, o que el Dado es de Aída–, se deben a diversos artistas: Alberto Beltrán, Jorge Best, Angel Bracho, Antonio Cardoso, Enrique Carreón, Andrea Gómez, Rafael Jarama, Manuel Salinas, Rosendo Soto, Raúl Velázquez, Mariana Yampolsky y Juan Madrid (quien también cuidó la edición).

Abre y cierra el libro un abecedario haciendo giros por toda la página, como llevado por un viento propicio. Las ilustraciones citan alegremente a una muñeca de trapo vestida de azul, un león amarillo de madera cuyas patas delanteras giran, un gallo muy colorido de barro, un pescado colorado, una mulita de Corpus Christi y un toro embistiendo como embisten las galletas, en una danza de juguetería.

Acaso por eso me emocionó tanto una de las piezas de la bellísima exposición del Museo Textil de Oaxaca, en la que Mercedes Echeverría, bajo la dirección de Juliana Contreras –en junio 10 de 1875–, nos regala un abecedario, números arábigos y romanos, con una cenefa de flores y, en equilibrada composición, símbolos religiosos y motivos antiguos que no acuden en forma casual o improvisada: gallos, motivos florales, mariposa y ave, una corona, un noble perro, un panal con abejas zumbando y un cristrograma (Jesús Hombre Salvador). La riqueza simbólica de la pieza nos invita a felicitar a doña Juliana y a su muy adelantada aprendiz. Todo en el conjunto invita a leer.

Otra pieza hermosa da testimonio de que “lo hizo la Señorita Dolores Yáñez y Flores. Año de 1865. Dedicado a la Señora Doña Antonia Corveto de Ponce. Mi querida Protectora”, y sigue una numeración del 1 al 20. ¿Tenía 20 años la joven Dolores? ¿Y se enfatiza que cada año es importante en esa amorosa protección?

Juanita Bancells sólo acota mensajes simbólicos a su carta alfabética, en un belleza de pieza textil. Una suerte de catálogo tipográfico de hermosa factura.

En otra, el mensaje es todo poesía y cancionero antiguo, el verso es lo más valioso: “Mi (corazón) yo te mando, ábrelo con esa (llave) / Mi última palabra al morir será tu nombre. Amor eterno no me olvides”.

No nos extrañe, entonces, señala no sin razón De Ávila, que el cañamazo sea un formato favorito para trazar abecedarios, acertijos y sentidos poemas des- de siglos atrás: Muchos poemas, tanto de tradición oral como del repertorio de los poetas de élite, desarrollan el tópico del retrato de la amada dibujado en el corazón del amante, según se puede apreciar cuando se abre el pecho del enamorado tras su muerte por amor. Petrarca, Cervantes, Lope de Vega, Moreto, John Donne y muchos más autores explotaron el motivo, en paralelo a una tradición oral que ha preservado versiones en toda España, en Hispanoamérica, en Portugal y en Brasil, resume José Manuel Pedrosa (“Acta poética” 26 [1-2], 2005).

El viejo encanto que liga al texto con el textil sigue vigente, constata felizmente Alejandro de Ávila, y al pasear por el Museo Textil de Oaxaca y admirar la exposición Escribir con una aguja: la palabra en el textil, lo único que uno desea es: aprender a leer otra vez.

15 años preservando el patrimonio de Oaxaca

El Taller de Restauración FAHHO celebra, este 4 de abril, quince años de preservar el patrimonio de Oaxaca.

La Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca –con el deseo de continuar apoyando obras arquitectónicas invaluables, como la restauración realizada en el año 1994 del exconvento de Santo Domingo de Guzmán, actual Centro Cultural Santo Domingo o la capilla abierta de San Pedro y San Pablo Teposcolula–, decidió crear el Taller de Restauración FAHHO en el año 2005, cimentado en un equipo de especialistas en diferentes disciplinas, con el propósito de contribuir con la preservación del patrimonio histórico del estado de Oaxaca. Esta nueva filial tiene su sede en la Casa de la Ciudad.

El Taller de Restauración FAHHO comenzó con el desarrollo de estudios y proyectos de conservación y restauración de inmuebles y bienes muebles destacados por su valor histórico, artístico y arquitectónico. El valor patrimonial está directamente relacionado con las características constructivas, de gran arraigo y relevancia cultural, dentro de los contextos en que se encuentran insertos los inmuebles.

En la capital de la antigua Antequera y diferentes comunidades podemos separar catorce monumentos históricos intervenidos con el financiamiento total de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, a través del Taller, entre ellos el rescate del Centro Cultural San Pablo, sede de la Fundación, la colaboración en la restauración del Museo Textil de Oaxaca y la intervención de la casa ubicada en Independencia 903, sede de diversas dependencias de la FAHHO. Además, en la siguiente manzana de esta avenida se realizó la restauración de la casa con el número 1003 caracterizada por sus pisos de pasta, donde se encuentra Andares del Arte Popular, una iniciativa de la Fundación para apoyar a los artesanos de Oaxaca y por último, la reciente restauración de la casa ubicada en Constitución 201, como parte de la ampliación del Museo de Filatelia de Oaxaca. A su vez, inmuebles como la Real Alhóndiga, el Hospital de Indios y dos casas en San Pedro y San Pablo Teposcolula se encuentran en proyecto, en espera de poder llevar a cabo la restauración próximamente.

El trabajo que se desarrolla al interior del Taller es inmenso, desde levantamientos arquitectónicos detallando medidas y gráficos de piezas, daños, deterioros y procesos técnicos; trámites, gestiones y seguimiento que son indispensables ante organismos federales, estatales o municipales; investigaciones, documentaciones y registros; supervisión, control administrativo y comprobatorio de las obras, las tareas son innumerables y aunque los proyectos pueden contarse uno en uno, la contribución y el impacto que sumamos cada año en las comunidades y familias son los más gratificantes.

La unión de esfuerzos de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca con otras instituciones como la Secretaría de Cultura –mediante el Fondo de Apoyo a Comunidades para la Restauración de Monumentos y Bienes Artísticos de Propiedad Federal– ha permitido al Taller brindar apoyo en 64 localidades del estado, logrando la intervención de 64 inmuebles históricos y 62 bienes muebles, todos de características inigualables, entre los cuales encontramos la restauración del templo, atrio y casa de visitas de San Juan Teposcolula, la intervención del puente de Tequixtepec, la capilla del Calvario y Curato de Santiago Yosondúa o los medallones del templo de San Felipe Neri, por mencionar algunos. Mediante el Programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados, y el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, destacamos la recuperación de la Antigua Estación del Ferrocarril de Oaxaca, entre otros proyectos

Actualmente se han creado nuevos programas para brindar apoyo en más comunidades. La Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca creó el Programa de Apoyo a las Zonas Afectadas por los Sismos de 2017, mediante el cual apoya con la recuperación de casas de arquitectura tradicional, restauración de espacios culturales y públicos tales como zonas de esparcimiento, a la vez que apoya con el mejoramiento de la imagen urbana. Estos apoyos han beneficiado a los municipios de Santo Domingo Tehuantepec. Durante la primera y segunda etapa se restauraron 39 casas tradicionales, se rehabilitaron trece fachadas para integrarse y mejorar el contexto urbano y siete casas recibieron apoyos menores para complementar las intervenciones iniciadas por sus propietarios. En Asunción Ixtaltepec se restauraron ocho casas y se diseñó y construyó un modelo prototipo de vivienda sismorresistente acorde con la tipología arquitectónica tradicional. Este diseño se encuentra disponible para la población que lo solicite.

Once monumentos ubicados en dichas poblaciones y en Juchitán de Zaragoza también son intervenidos, destacando el ex convento de Santo Domingo en Tehuantepec, la Casa del Pueblo “El Centenario”, en Asunción Ixtaltepec, y el templo de San Vicente Ferrer, en Juchitán. Adicionalmente se intervinieron dos parques mediante la integración de juegos de habilidades que en los morillos utilizados evocan las casas demolidas tras los sismos.

Otro de los programas, también creado este año, es el de Restauración de Monumentos, que en su primera etapa apoya a catorce comunidades del estado en la restauración de monumentos históricos, mediante un modelo bipartita de financiamiento. Entre dichos inmuebles se encuentran cinco majestuosas armaduras de madera, un molino, dos ex conventos y el resto son magníficas obras de cal y canto.

Desde su creación, el Taller de Restauración FAHHO se ha consolidado como un equipo de trabajo de arquitectos egresados de diferentes universidades que comparten el interés por la restauración y conservación del patrimonio edificado.

Programa Semáforo Deportivo

El Semáforo Deportivo es un programa de la Fundación Alfredo Harp Helú para el Deporte que enfatiza en acciones de prevención contra las adicciones, sobre el cuidado y auto-cuidado de la salud y en generar conciencia por una cultura cívica de la paz, a través de estimular la inquietud por realizar actividad física y transformarla en un hábito cotidiano, acercando herramientas de recreación y competencia a niñas, niños y jóvenes en escuelas, plazas públicas, unidades habitacionales, albergues o en cualquier escenario propicio. Se espera que, a su vez, estos hábitos se transmitan en su círculo familiar y comunitario, para favorecer el desarrollo de una sociedad sana.

Cada color representa diferentes conceptos

  • Rojo: El combate de las adicciones.
  • Amarillo: La prevención de afecciones epidemiológicas como sobre peso, obesidad y muchas otras que afectan a la población.
  • Verde: El fomento a la paz en la sociedad.

Su aplicación es invariablemente un mecanismo que intenta transformar vidas, brindar perspectivas alternas para el desarrollo integral, individual y colectivo, promover estilos de vida saludables y dotar de habilidades esenciales para enfrentar situaciones de riesgo. Además de los aspectos lúdicos propios del programa, sus líneas de acción concurren hacia el fomento de la práctica deportiva y la cultura física, conceptos que de manera tangible han evidenciado múltiples beneficios durante cualquier etapa de la vida de las personas.

En colaboración con la FAHHO y el personal que labora en las Bibliotecas Móviles del Programa Seguimos Leyendo, son 66 comunidades a inscribirse en el Programa Semáforo Deportivo, con paquetes deportivos para distribuir en cuatro Bibliotecas Móviles, con lo que, además del fomento a la lectura, se ha considerado llevar activación física y materiales deportivos a diferentes espacios del estado de Oaxaca.

El Programa Semáforo Deportivo, en colaboración con el personal que labora en las Bibliotecas Móviles del Programa “Seguimos Leyendo”, otorga paquetes deportivos a 66 comunidades. Los paquetes serán distribuidos durante los trayectos de cuatro Bibliotecas Móviles. Con esta unión de esfuerzos, además del fomento a la lectura, se ha considerado también llevar activación física y materiales deportivos a diferentes espacios del estado de Oaxaca con el fin de evitar el sobrepeso y la obesidad.

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