Año de Beethoven

Su abuelo, también llamado Ludwig, descendiente de campesinos de Flandes, fue maestro de capilla en la orquesta del príncipe elector de Colonia; su padre, Johann, fue tenor y director de la orquesta de Bonn, un puesto privilegiado que acabaría por perder a causa del alcoholismo. Inspirado en la precoz trayectoria del célebre Mozart (cuya vida en ese momento no era tan tormentosa), Johann quiso hacer de su hijo otro niño prodigio. 

Ludwig van Beethoven (Bonn, 1770- 1827), pasó su infancia entre lecciones de piano, órgano y clarinete, dio su primer concierto a los siete años (aunque Johann declaró que tenía seis), y publicó su primera composición a los once. En 1792 se traslada a Viena y dedica vida y alma a la composición musical, a padecer una sordera creciente y a colocar su nombre en la parte más elevada del romanticismo, ese movimiento artístico que valoró las pasiones por encima de todas las cosas. 

Ya que el año 2020 se conmemora el 250 aniversario del natalicio de Beethoven, la Fonoteca Juan León Mariscal lo celebrará agregando a su programación conciertos de cámara con obras del genio de Bonn, entre tríos de violín, violoncello y piano, cuartetos de cuerdas y sonatas para violín y piano. 

Esta celebración se suma a la programación habitual de la Fonoteca, que últimamente ha posicionado al claustro de San Pablo como una de las salas que ofrece música clásica con mayor frecuencia en el país. Ejecutantes locales, nacionales y de otras latitudes se presentan cada semana en el claustro, ofreciendo conciertos de cámara. En ocasiones, lo clásico se complementa con eventos de jazz y rock. 

En el año 2020, la fonoteca y el claustro serán también sede de diversos encuentros musicales: el Festival Internacional de Música de Cámara, el Festival Internacional de Flauta Piccolo de Oaxaca y el Festival de Música de Cámara de la Mixteca. 

Puede decirse que, gracias a ciertos mecenazgos burgueses, Beethoven fue el primer compositor europeo que logró realizar su obra sin formar parte de la servidumbre en las cortes de la nobleza. Es célebre la anécdota en la que, al cruzarse con la emperatriz María Luisa de Austria, se caló el sombrero y siguió su camino sin inclinarse. Ludwig van Beethoven es un caso aparte en la cultura alemana. Vale la pena el homenaje.

El valor de la conservación preventiva en los archivos

2019 estuvo colmado de retos importantes en los procesos de conservación dentro de las comunidades de San Miguel Yotao en la Sierra Norte, San Sebastián Tecomaxtlahuaca y Santiago Yolomécatl en la Mixteca, y San Francisco Telixtlahuaca en los Valles Centrales. Una de las tareas de la Coordinación es realizar un diagnóstico general del archivo, elemento esencial para inspeccionar físicamente el estado en que se encuentra el legado documental y determinar los procesos a seguir para su preservación. 

A pesar de que cada región difiere en cuanto a clima y medio ambiente, los perjuicios producidos en los documentos siguen siendo causados por la poca información acerca de sus cuidados y la falta de planeación para su almacenamiento. Esta situación genera la producción de microrganismos y el ataque de insectos y roedores en los archivos. Aunque es bien sabido que cada documento que se va a intervenir tiene sus peculiaridades, en el ámbito de la conservación se ha enfatizado de manera sistemática la aplicación de un protocolo que, de manera concisa, asista en la detección del deterioro y control de riesgos de la memoria escrita. 

El proceso para conservar el patrimonio inicia con el aspirado general de los expedientes para remover polvo y esporas de hongos. En ocasiones es necesaria una limpieza más minuciosa y mecánica utilizando brocha, algodón y goma. Es preciso sustraer todo elemento metálico que por oxidación pueda dañar el material, como grapas, broches, clips, etc. Se continúa con la colocación de guardas de primer nivel, es decir, de papel cultural desacidificado; finalizando con el almacenado en cajas AG-12 denominadas guardas de segundo nivel. Un valor agregado es la limpieza del edificio donde se resguarda el archivo, lo cual contribuye con el cuidado adecuado de la documentación. 

Dentro del grupo de comunidades a las que se les dedicó esta asistencia durante el año, se otorga una mención especial a la labor realizada en el municipio de San Sebastián Tecomaxtlahuaca, por ser la más extensa para la Coordinación en cuanto a tiempo y dimensión de su archivo. En este lugar se puso de manifiesto el conocimiento adquirido en los talleres y seminarios brindados por ADABI de México y el Archivo General del Estado de Oaxaca. Aunque se tiene claro lo que se debe realizar dentro de la estabilización de los documentos, en el trabajo práctico surgieron dudas al observar el daño de algunos expedientes que presentaban un deterioro generado por el uso de cintas adhesivas. 

Con el apoyo y orientación del Centro de Conservación, Restauración y Encuadernación de ADABI de México, se intervinieron algunos expedientes. Con el apoyo del restaurador Dimas Asiole, se aplicaron algunas técnicas para la remoción de dicho adhesivo y la aplicación de procesos de restauración. En esta práctica quedó evidenciado que llevar a cabo una intervención de esta magnitud requiere de una gran inversión de tiempo. Esto llevó a reflexionar sobre la importancia de la prevención, es decir, acerca de las medidas correctas de almacenamiento, seguridad, limpieza, control de humedad y control de temperatura, para evitar el deterioro causado por descuido, mala manipulación, oxidación de materiales metálicos, ataque de agentes biológicos y desastres naturales. 

A pesar de que al archivo municipal le antecedía un proceso de organización de los años noventa, con el tiempo la información fue acumulándose en demasía, por lo que el apilamiento de cajas fue inevitable, lo que generó que algunos documentos históricos se mezclaran con el archivo de concentración. La importancia de realizar minuciosamente la limpieza del espacio donde se almacena el archivo, nos permitió comprobar que se pueden prevenir problemas de conservación, pero también de organización, logrando con este procedimiento la localización de expedientes que pueden afectar el resguardo e inventario. Un ejemplo durante este proceso fue el hallazgo de un expediente del año 1583, concerniente a una licencia para la mudanza del pueblo de Tecomaxtlahuaca. Otro hecho similar fue el descubrimiento de una caja descrita como parte de la sección Tesorería, correspondiente a la década de 1990 y que contenía documentos importantes del siglo XIX, con interesantes datos sobre la historia del lugar. 

Al analizar los casos de deterioro que percibimos a diario en los archivos de las comunidades, consideramos que es indispensable insistir en las medidas de prevención que se pueden aplicar, incluso en nuestra vida diaria con el cuidado de nuestros archivos personales. Estas medidas son económicas y de largo plazo, y nos ayudan a evitar el deterioro de los documentos. En primer lugar, es necesario mantener los documentos en sitios frescos y secos, alejados de la luz solar; utilizar cortinas o persianas para no permitir la entrada de luz directa; colocar guardas de papel libres de ácidos o a base de algodón; evitar utilizar cintas adhesivas, broches o grapas. Se recomienda no tomar los documentos con las manos sucias o con residuos de grasa. Hay que evitar también ingerir alimentos y bebidas en los espacios donde se resguardan los documentos, así como evitar la basura con residuos orgánicos para evadir la atracción de insectos y roedores. 

Es evidente que muchos archivos civiles y eclesiásticos no se encuentran en óptimas condiciones, esa es la razón de nuestro trabajo. Por lo que, al hacer entrega de cada uno de los archivos organizados, el equipo de ADABI Oaxaca hace siempre una mención especial de las condiciones que se requieren para concientizar a las autoridades municipales y eclesiásticas, con la consigna de que mantener el orden y la limpieza en el entorno del archivo dará como resultado un manejo correcto y una prevención más eficaz ante el deterioro de los tesoros plasmados en sus documentos. 

COLOQUIO LOS LENGUAJES DE LA HISTORIA

En 2018, un grupo de investigadores, quienes teníamos como punto de encuentro la Biblioteca Francisco de Burgoa, decidimos iniciar un seminario que nos permitiera discutir las investigaciones que se nutrían de los fondos y colecciones que integran el acervo de la Biblioteca. Las sesiones de trabajo tuvieron lugar el último lunes de cada mes. Las ideas presentadas se fueron enriqueciendo y fortaleciendo con los comentarios de todos los participantes. El entusiasmo de los compañeros y de los coordinadores de ese momento convergieron en un solo fin: hacer que los trabajos fueran presentados en un ciclo de conferencias dirigido al público en general. Así, del 9 al 11 de diciembre de 2019 se llevó a cabo el coloquio Los lenguajes de la historia. Además de las ponencias de los participantes del seminario, también se incorporaron las comunicaciones de cuatro beneficiarios del programa de apoyos económicos Fomento a la Investigación en Humanidades 2019 (FAHHO-UABJO). Se trató de estudiantes de doctorado de diversas universidades nacionales (UAM, UNAM, Colegio de México, Instituto Mora), quienes durante tres meses realizaron investigaciones de corte histórico en Oaxaca. Para completar el programa, los investigadores Robert Markens, Edgar Mendoza y Salvador Sigüenza presentaron sendas conferencias magistrales. 

De esta manera, el coloquio se situó como la punta de iceberg de una serie de actividades encaminadas a impulsar la investigación y difusión del acervo de la Biblioteca Burgoa y de la historia de Oaxaca. 

Acupuntura urbana: exposición temporal

Ante el trabajo que el Taller de Restauración de la Fundación Alfredo Harp Helú realiza para recuperar el patrimonio edificado de Santo Domingo Tehuantepec, la Casa de la Ciudad buscó sumarse a esta recuperación. Durante 2019 mantuvimos reuniones con directivos de la Universidad La Salle Oaxaca para buscar la manera de generar un proyecto en colaboración que potenciara, desde distintos ámbitos, al municipio de Tehuantepec. 

Después de las reuniones se acordó que alumnos de la licenciatura en Arquitectura trabajarían en conjunto con los arquitectos de la Casa de la Ciudad para realizar un trabajo colaborativo que generara una propuesta urbana para detonar social, ambiental y económicamente la ciudad, preservando y conservando su cultura. El trabajo fue planeado para que, durante un semestre, los alumnos pudieran proponer algo factible. 

Para la realización de las propuestas, desarrollamos un análisis histórico y contemporáneo de Santo Domingo Tehuantepec, con el fin de rescatar la identidad de la comunidad y mantener un enfoque sustentable. Las propuestas comprenden la intervención en un circuito que conecta las zonas más afectadas por los fenómenos sismológicos del 7 y 19 de septiembre de 2017. 

A lo largo de este circuito, los estudiantes propusieron distintos proyectos de acupuntura urbana que sanarían determinadas zonas por medio de inmuebles, parques, jardines o andadores peatonales. Las intervenciones desarrolladas buscan respetar y recuperar la identidad de la región mediante el uso de patrones arquitectónicos que generen una propuesta integrada y no invasiva. 

El trabajo concluyó con un plan maestro y una serie de 18 proyectos de los cuales siete fueron elegidos para generar una exposición que narrara el trabajo realizado, así como las opciones para mejorar la calidad de vida de los tehuanos. Dentro de los proyectos podemos mencionar los siguientes: 

Andador Luciérnaga. Un proyecto que analizó y conservó los patrones urbanos de la calle Juárez, mejorando el mobiliario urbano para brindar confort y seguridad mediante un juego de luces. 

Plaza Cinema. Este proyecto planteó la transformación de un estacionamiento en plaza pública que ofreciera la posibilidad de tener un cine al aire libre. El proyecto no obstruye la circulación vehicular. 

Mercado Nanixhe. Esta propuesta busca remodelar el mercado que se encuentra en la calle Dr. Toledo Morales, frente al atrio del exconvento de Santo Domingo. Busca la reconfiguración espacial del actual mercado a partir de la integración el atrio del exconvento con el mercado a través de la calle Dr. Toledo. 

Mirador Ferrocarril. Este proyecto muestra cómo un remanente urbano que se percibe como inseguro, puede transformarse reutilizando la infraestructura que aparentemente no sirve. En este caso, los alumnos plantearon la recuperación de las columnas que soportan la carretera transísmica para soportar cuatro miradores que permiten apreciar la ciudad. 

Atrio San Jacinto. Esta propuesta se generó para reintegrar el atrio de la iglesia de San Jacinto, que a su vez mejora la cubierta utilizando patrones arquitectónicos como las cubiertas a dos aguas. 

Museo Taller Casa del Balcón. Consta de un proyecto que reutiliza un inmueble icónico como la Casa del Balcón ubicada en la calle Zaragoza, otorgándole un uso cultural. 

Tianguis Sandunga. Es un proyecto ubicado al sur de la calle Juárez colindando con el río, que pretende ocupar un terreno baldío para generar un tianguis tradicional de temporal que ofrezca servicio al sur de la ciudad. 

Finalmente, el pasado jueves 9 de enero del 2020, en Casa Guietiqui, en Santo Domingo Tehuantepec, se montó la exposición Recuperando Tehuantepec, la cual muestra precisamente los resultados de este trabajo. Invitamos a recorrer esta interesante exposición. 

Agradecemos a la Universidad La Salle Oaxaca por el apoyo brindado para llevar a cabo este trabajo colaborativo; al Arq. Fernando Vargas, titular de la materia de Taller de Proyectos VII; a la Arq. Alma Verónica Ignacio, coordinadora de la licenciatura en Arquitectura; al Ing. Adrián Villanueva, director de la Escuela de Ingenierías y Arquitectura; y una felicitación por su excelente labor a todos los alumnos del séptimo semestre de la licenciatura en Arquitectura. 

Metáforas de copal en San Pedro Taviche

San Pedro Taviche es un municipio que pertenece al distrito de Ocotlán de Morelos, ubicado a 72 km de la ciudad de Oaxaca. Sus caminos, después de Ocotlán, son de terracería. A pesar de estar cercano a la Sierra Sur, su paisaje es árido: cactus de diferentes tamaños y una variedad considerable de magueyes, los cuales se pueden mirar a orillas del camino o en los peñascos de la comunidad. A lo lejos, contrasta el azul verdoso de las altas montañas de la Sierra Sur. De vez en cuando se observa un copal, que protagoniza el paisaje. De la misma manera, con poca regularidad, se observan automovilistas o motociclistas en la carretera. El pastoreo a pequeña escala también se vuelve una práctica común en la región. 

Ante la expectativa de imaginar a la comunidad y, sobre todo, a los talleres de maestras y maestros artesanos que tallan la madera, visitamos al maestro Pablo Ríos Méndez, quien nos compartió parte de la historia de la talla de madera en la comunidad de San Pedro Taviche. 

En el lugar de trabajo del maestro Pablo, a través de una ventana se observa una vista muy armónica hacia su comunidad. En la plática nos compartió parte de su trabajo, de su historia como tallador de madera y “creador de piezas fantásticas”, como él dice. La maestría con la que transforma la madera de copal es un trabajo que tuvo sus inicios a la edad de diez años, cuando ayudaba a su papá en la talla, sin la aplicación de pinturas. Seis años tuvieron que pasar para tener contacto con ese otro universo paralelo: el color. El maestro comenta su quehacer en la talla de madera: en un primer momento se ubican las partes del tronco, luego se imagina la propuesta que va a moldear con sus instrumentos de trabajo (cuchillo y machete) y se cuestiona: ¿Lo primero que se va a elaborar es una pieza fantástica o una pieza realista? Una pieza realista es la que se asemeja a los animales, y una fantástica es aquella pieza única, irrepetible, así lo comenta el maestro Pablo. 

Durante la plática, de pronto percibo una pieza colocada en una mesa de su taller: un venado con una armonía cromática muy acentuada en tonos azules, líneas que denotan años de experiencia y praxis artesanal. ¿Qué tipo de piezas le gusta trabajar? El maestro toma un breve momento, mirando a su alrededor, y comparte: “Me gustan ambas formas de trabajar la madera, lo que es un pedido realista y lo que es fantástico, pero, de forma personal, lo fantástico es algo de autoría propia, te pide… echar a volar más la imaginación, ese trabajo me gusta más”. Como si se tratara de un consejo para poder admirar una buena talla de madera, el maestro Pablo nos menciona la importancia de conocer la paleta de colores a utilizar, al momento de transformar los troncos y dotarlos de color. Tiene que existir un equilibrio entre colores vivos y la pintura base. Sin lugar a dudas, la talla de madera es un diálogo con el “corazón de un árbol”, y con las sensaciones que proyectan una gama de colores previamente pensadas por maestras y maestros artesanos. 

La siguiente es una de las preguntas inevitables surgidas en la plática: ¿Qué significa la talla de madera en su vida? “¡Híjole, la talla de madera en mi vida ha significado prácticamente todo! Porque en la talla de madera encuentra uno desde un mínimo detalle, hasta nuevas formas de trabajo, nuevas ideas con las que uno tiene que seguir creciendo, eso ha significado en mi vida la talla de madera”. La dedicación artesanal en las comunidades es una praxis llevada a cabo históricamente desde el núcleo familiar. Las diferentes etapas por las que transita un tallador de madera permiten ver un trabajo final muy detallado. Actualmente, la cifra comentada por el maestro Pablo Ríos asciende, aproximadamente, a cincuenta talleres familiares en la comunidad de San Pedro Taviche dedicados a la talla y decorado de madera. La comercialización ha sido estable, todos los días viernes, desde hace seis años, en el mercado de Ocotlán de Morelos, puedes encontrar el copal, pero esta vez metaforizado por las manos y tallado por la imaginación de las y los maestros artesanos. 

En el futuro esperan dar a conocer más el trabajo y la dedicación de su gente en esta noble actividad. Gracias a su organización interna y praxis comunitaria, si bien anteriormente en San Pedro Taviche solamente se dedicaban a tallar madera y venderla en otros talleres cercanos a la capital para que pudiera ser pintada y comercializada, ahora han encontrado espacios para vender sus piezas a un público diverso. 

Textil en movimiento

Recorrer una exposición de textiles dentro de un museo nos otorga ciertas ventajas a las que no siempre tenemos acceso en otro contexto. Si bien es cierto que la experiencia táctil se anula frente a un objeto de museo, podemos detenernos a observar cada diseño, la irregularidad de un borde, la variación en el color, la dimensión de los lienzos, los pliegues de la tela, los relieves de las figuras… Tanto por observar y, sin embargo, es casi imposible apreciar uno de los valores más importantes dentro de un textil destinado a portarse sobre el cuerpo: el movimiento de la tela al caminar, al levantar un brazo para cubrirse del sol con una mano, al subir un escalón, al girar la cabeza sobre el hombro para responder ante un llamado… 

Intervención: Índigo, exposición de Laura Anderson Barbata presentada hace un año en el MTO, nos mostró a distintos personajes vestidos con una gran variedad de telas cuyo punto en común era el color azul. Además de las prendas, cada conjunto se complementaba con tocados, máscaras, velos, e incluso con zancos, elevando a más de tres metros nuestra mirada. La exposición se acompañó de un video donde se veía a esos personajes en acción por las calles de Brooklyn, en la ciudad de Nueva York. 

Fotografía: Rosario Buendia

Para nuestra suerte, el paso de la exposición de Anderson Barbata por el MUCA-Roma en la Ciudad de México nos permitió vivir lo que sólo habíamos imaginado. En una tarde de sábado, en la Glorieta de Insurgentes, un pequeño jaguar vestido de índigo procedente del occidente de África, comenzó a caminar entre la gente azotando una cuerda de ixtle en el piso. Su andar se anunciaba por los cascabeles que llevaba en los tobillos, y con ello se abrió paso a Chris Walker, coreógrafo revestido por una serie de mantos teñidos con añil que revoloteaban ante cada zancada, revelando los tejidos subyacentes. El público, sorprendido, comenzó a formar un círculo que poco a poco se fue ensanchando para dar cabida a un grupo de diablos de Guerrero, del municipio de Ometepec. El ixtle y los cascabeles del pequeño jaguar nos guiaron a través de las calles de la colonia Roma hasta llegar al Museo Universitario de Ciencias y Artes, donde se alojó la muestra hasta el 7 de febrero pasado. Los paneles de papel hecho a mano se mecían con el andar de un zanquero que personificaba a un poli granadero, mientras que la Reina Índigo, con su tocado de hojas de totomoxtle cubriendo por completo su rostro, se movía con suavidad, como flotando sobre el asfalto urbano mientras sus lentejuelas cobrizas platicaban centelleantes con los rayos del sol. Un sueño personal se cumplió cuando vi andar a Olokun, figura inspirada en una deidad andrógina de la religión yoruba en África occidental. Después de haberlo conocido de manera estática en la exposición que organizó el MTO en 2016 sobre textiles emplumados, los hilos blancos de plumón sobre el cuerpo de Olokun se mecían sutilmente ante la brisa de la ciudad, mientras que la luz emanaba potente de su tocado amarillo fluorescente.

Ya no sólo nos queda la memoria del video de esta acción en Brooklyn, sino el grato recuerdo de haber presenciado en México el baile de estas telas. 

Tramando un rescate, urdiendo historias

Al inicio del año pasado, las autoridades de Santa María Nativitas Coatlán Mixe, una agencia lejana del municipio de Tehuantepec que fue afectada gravemente por los sismos de 2017, se acercaron al Museo Textil de Oaxaca con una emotiva solicitud. Después de muchas décadas de utilizar los textiles del Istmo, la población había decidido que quería rescatar el tejido en telar de cintura de sus ancestros. Para el MTO, inquietudes como estas son las más retadoras y esenciales para la misión del Museo, dado que el rescate de una tradición olvidada, donde ya no se conserva una memoria viva de su existencia, requiere mucha investigación de nuestra parte y, sobre todo, un esfuerzo enorme por parte de la comunidad para aprender, desde lo más básico, todo un arte. 

Para reintegrar conocimientos perdidos, el Museo cuenta con uno de los acervos textiles más importantes de Mesoamérica, donde se compilan e investigan más de 9 000 objetos y acervos fotográficos de decenas de miles de imágenes, bajo la asesoría de especialistas en la materia. Sin embargo, por azares del destino y dado que la comunidad había dejado de tejer hace tantos años, no encontramos ni un objeto o fotografía en nuestros acervos donde pudiéramos observar la tradición textil de Coatlán. Podríamos armar un taller para enseñar el tejido en telar de cintura, pero ¿con qué técnicas?, ¿qué diseños? Sabíamos que Coatlán es una comunidad mixe donde todavía se habla ayuuk, pero desconocíamos si sus textiles eran parecidos a otras comunidades mixes en cuanto a sus técnicas y diseños. 

En una coincidencia prodigiosa, unos meses antes de la visita de las autoridades de Coatlán, el MTO había recibido una donación de fotografías y notas de Claude Stresser-Péan. Este acervo documenta la visita realizada en 1987 por Claude, su esposo Guy e Irmgard Weitlaner Johnson a las salas y acervos del Field Museum en Chicago, donde realizaron un registro completo de los textiles que adquirió el antropólogo estadounidense Frederick Starr durante sus visitas a México entre los años 1897 y 1901. Resulta que Starr no solo visitó y tomó fotografías en Coatlán en el año 1899, sino que también adquirió un huipil que ellos pudieron fotografiar e investigar. Hasta en esos años, Starr notó la apropiación de los huipiles zapotecos del Istmo por las mujeres en la comunidad. Gracias a la generosidad de Claude Stresser-Péan, ahora contábamos no sólo con la evidencia fotográfica para orientar un taller de tejido en la comunidad, también teníamos una minuciosa descripción técnica realizada por Irmgard, lo que brindaba la posibilidad de reintegrar un patrimonio de forma tangible e intangible a su comunidad de origen. 

El interés de la autoridad de Coatlán nos motivó a realizar un largo viaje por las montañas de la sierra norte del estado de Oaxaca. ¿Cómo iniciar el rescate del tejido en una comunidad donde este conocimiento estaba en vías de desaparición a inicios del siglo pasado? ¿Cómo motivar a la comunidad para rescatar su tradición textil, luego de haber adoptado la indumentaria de la región vecina? 

Con estas y muchas interrogantes más comenzamos una labor de enseñanza en el uso y manejo del telar de cintura, sin lugar a dudas, un gran reto para todos. Mostramos piezas de técnicas similares a las que en alguna ocasión se realizaron en la comunidad y, ante los ojos de asombro de las personas interesadas, fuimos explicando y mostrando cada uno de los pasos para lograr los tejidos: ¿Qué es la urdimbre? ¿Qué es la trama? ¿Por qué la cantidad de hilos en la urdimbre? Al principio no se comprendían algunos conceptos, no se imaginaban que los hilos cruzados formarían un tejido, sino hasta el momento de ¡poner manos en acción! 

Después de que las participantes prepararan cada elemento del telar, la magia se hizo presente. Al paso de los días y con emociones encontradas, fuimos descubriendo los tejidos. Alumnas como Irma Juárez y Ediselma Sánchez se animaron a crear diseños más complejos. Por las tardes, la clase se amenizaba con el ensayo de la banda de música infantil de la comunidad, en efecto: música para el alma y los tejidos. Al término de la semana concluimos con el taller, cumpliendo con las expectativas, al sembrar la semilla que motivará a este pequeño grupo de tejedoras y a un tejedor para revivir las labores del tejido en telar de cintura en la comunidad, un gran comienzo para nuevas historias. 

Creemos que la herencia del tejido seguirá viva mientras existan corazones y personas que deseen compartir estas enseñanzas, para así narrar una nueva historia en los lienzos; tejidos que quedarán como recuerdo del deseo por reescribir una vida en el textil. 

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