Libros peculiares: joyas bibliográficas de la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa

Jerónimo Mercurial. De Arte Gymnastica, Venecia, Juntas, 1573.

La biblioteca es a la vez símbolo y realidad de una
memoria colectiva.

Umberto Eco

El proyecto de organización y clasificación de los libros que hoy conforman el acervo de la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa permitió la identificación de ejemplares muy raros y de tal importancia que, en el año 2018, la UNESCO le otorgó el registro en su programa Memoria del Mundo. Para celebrar los treinta años del inicio del proyecto que dio origen a esta biblioteca, seleccionamos ciertos tesoros bibliográficos.

Hace algunos años, durante el proceso de catalogación, se identificó el libro más antiguo que alberga la Biblioteca Burgoa, una obra de derecho canónico que fue impresa en Padua, en 1472. Además de dicha obra, en la exposición es posible apreciar un par de ejemplares de la dinastía Cromberger, que tenía una de las imprentas más activas de la Península Ibérica, en Sevilla. Dicho taller inició con Jacobo Cromberger, dándole continuidad su hijo Juan y su nieto Jacome, y fue de estas prensas que salieron los libros góticos más bellos de España. Juan de Zumárraga introdujo la imprenta al Nuevo Mundo por medio de ese célebre taller; en el año 1539, Juan Cromberger envió a la Ciudad de México a Juan Pablos de Brescia y Gil Barbero para que establecieran la primera imprenta en América.

De aquellos primeros libros impresos en América conservamos nueve en la Burgoa. Uno de ellos es el conocido como Cedulario de Puga, que es considerada la primera recopilación de leyes de América, por tanto, es de gran importancia para la historia de la dominación española en México.

Asimismo, a lo largo del recorrido podemos encontrar una veintena de obras del Renacimiento y el Barroco de temas como música, cultura física, zoología, magia, medicina, cultivo de la grana cochinilla, por mencionar algunos.

Guillaume Budé fue un destacado filólogo francés, contemporáneo de Erasmo de Rotterdam y Tomás Moro. La primera edición de De asse et partibus eius libri quinque data de 1514, aunque en la Biblioteca conservamos únicamente la segunda edición, ampliada y corregida de este importante tratado sobre monedas y medidas antiguas, considerado el primer libro de numismática. La portada, impresa con tintas roja y negra, cuenta con la marca del impresor que representa a tres hombres en la imprenta.

Rondelet (1506-1566), médico y naturalista francés, se ocupó del estudio de los animales acuáticos. Sus obras contienen más de trescientas reseñas de especies de gusanos, moluscos, crustáceos, peces, anfibios, reptiles y mamíferos. Sus descripciones están basadas en las observaciones que realizó personalmente en las costas del Atlántico y del Mediterráneo. En el tratado de Pedacio Dioscórides, médico griego del siglo I, titulado Acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos, se describen cerca de setecientas plantas, animales y minerales con efecto terapéutico. Su obra estuvo vigente durante varios siglos, prueba de ello son las tres ediciones que mostramos en la exposición, una del siglo XVI, otra del XVII y la última impresa en el XVIII. A partir del descubrimiento de la imprenta, la posibilidad de ilustrar libros científicos con grabados permitió complementar los escritos con las imágenes de lo descrito y propició el intercambio de ideas entre los estudiosos. La conjunción del libro impreso con la estampa científica fue uno de los factores decisivos para el avance de la ciencia moderna.

Jacobus de Zochis. Canon, omnis utriusque sexus disputatum ac repetitum, [Padua], Bartholomaeus de Valdezoccho and Martinus de Septem Arboribus, 28 July 1472

Cayo Julio Higino (64 a.C.-17 d.C.) fue bibliotecario del emperador Augusto; llegó a Roma como esclavo alrededor del año 45 a.C. y allí ejerció su labor como director de la Biblioteca Palatina. Higino es autor de obras y tratados hoy perdidos, solamente se conservan las Fábulas y la Astronomía. En su libro de Fábulas recoge un amplio repertorio de mitos griegos, incluyendo referencias a personajes romanos.

Durante el Renacimiento se retoma la importancia de la actividad física, y el tratado de Jerónimo Mercurialis, médico italiano, rescata las enseñanzas de la cultura grecorromana para mantener el cuerpo fuerte y sano. Las proporciones exactas son sinónimo de belleza humana y natural. El equilibrio, la armonía, el orden y la paz se convierten en ideales y valores de cultura y de civilización. La corporalidad humana es vista como parte de la creación divina, del orden y del equilibrio en la naturaleza y el universo. Se descubre una retrospectiva cultural clásica testimoniada por el hombre de Vitruvio, por los cuerpos y las formas musculares atléticas que manifiestan los artistas como Miguel Ángel. El ejercicio físico, los juegos corporales y el deporte se configuraron en estos siglos como dispositivos de distinción social. El tratado De Arte Gymnastica de Mercurialis es considerado como la primera obra humanística que restablece la gimnástica clásica. Destacan la calidad de la obra y de sus numerosos grabados.

Durante la época renacentista proliferaron los tratados con el fin de educar y establecer criterios sobre las teorías musicales, a partir de la filosofía musical de los antiguos. El Melopeo y Maestro fue uno de los tratados más importantes de la época; siguiendo la tradición humanista del siglo XVI, recoge las ideas de autores clásicos, especialmente de Boecio. En su obra, Pietro Cerone utiliza una de las clasificaciones instrumentales más antiguas y universales: instrumentos de golpe (tambor, sistro, atabal, pandero), de viento (flauta, chirimía, duçaina, sacabuche) y de cuerdas (salterio, rabel, vihuela, cítara, guitarra).

Esta obra es un tratado musical fundamental del siglo XVII con el que Cerone se convierte en el iniciador de la nueva teoría musical española del Barroco. El título de la obra alude a que “melopeo” significa músico perfecto: para Cerone el conocimiento de la música se obtiene por medio de la teoría y la práctica.

Ruiz de Ribayaz nació en Santa María de Ribadeo, España, en 1662. Viajó al Nuevo Mundo, acompañando al virrey del Perú, Pedro Antonio Fernández de Castro, quien tocaba la guitarra y era uno de los discípulos del autor de esta obra. Cuando regresó a Madrid publicó Luz y Norte Musical, en 1677, donde indica la manera de ejecutar algunos adornos y también recoge danzas populares y cortesanas de su tiempo. En el prólogo menciona que en Perú los músicos no sabían leer las cifras o tablatura, con excepción de unos pocos que conocían la música polifónica, pero tañían diestramente la guitarra y cantaban de memoria.

Detalle de Melopeo y Maestro.

La obra de Martín Arredondo, considerado el albéitar (veterinario) español más culto del siglo XVII, es fundamental para la historia de la medicina veterinaria. Extrae de los autores clásicos como Hipócrates, Aristóteles, Galeno y Dioscórides, por mencionar algunos, todo el conocimiento relacionado con las enfermedades de los animales y lo recopila en su obra, que sirvió para formar a los albéitares de su época. Este libro es un excelente ejemplo de la cultura veterinaria del siglo XVII; en él se mezclan biología con fantasía, mitología y superstición. La primera edición se imprimió en 1669, el ejemplar de la Burgoa fue impreso en Madrid, en 1705.

Lorenz de Rada, además de militar fue escritor y una figura reconocida en la esgrima española del siglo XVIII. En la Biblioteca Burgoa conservamos uno de los tres libros de su obra Nobleza de la espada. Regresó a México en 1706, donde falleció siete años después.

“Libros peculiares” es el título de la exposición que exhibe obras producidas en las imprentas más importantes de Europa y América, desde incunables hasta libros de ciencia, arte o magia. La muestra podrá visitarse en la Biblioteca Francisco de Burgoa hasta el mes de agosto.


La Biblioteca Fray Francisco de Burgoa y mi llegada a Oaxaca

A mi madre le pareció sumamente chistoso. Tanto ella como mi abuela eran bibliotecarias: la casa en la que crecí estaba llena de libros organizados según el sistema decimal de Dewey. Cuando era niño, y después adolescente, juré repetidamente que nunca jamás sería bibliotecario. Y, sin embargo, había aceptado un puesto en 2005 en la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa. Es cierto que no era un puesto de bibliotecario, pero aun así estaría trabajando en la biblioteca más importante y hermosa de Oaxaca. Fui coordinador de proyectos lingüísticos. A mi madre, comprensiblemente, le parecía una especie de destino kármico.

Durante varios años, antes de julio de 2005, había vivido en Leiden, una pequeña y encantadora ciudad holandesa con una antigua universidad, donde realizaba mis estudios de posgrado en lingüística y filología de ciertas lenguas mesoamericanas de la Mixteca. Con estos antecedentes, sabía algo sobre la imprenta temprana en la Nueva España cuando llegué a la Biblioteca Burgoa. Sin embargo, mis seis años en este espacio me brindaron una educación única y extraordinaria sobre este tema. No sólo estuve rodeado de libros impresos por Juan Pablos, Antonio de Espinosa, Pedro Ocharte y Pedro Balli, sino que aprendí sobre este tema de la mano de la enérgica y joven directora de la Biblioteca, la Dra. María Isabel Grañén Porrúa, una de las mayores especialistas mundiales en este tema.

Grañén Porrúa también me dio mucha libertad para realizar proyectos sobre las lenguas de Oaxaca. Era una señal de confianza o tal vez me estaba poniendo a prueba. Mi proyecto principal, que continúa hasta el día de hoy, fue tender puentes entre la academia, especialmente desde la lingüística y la filología, y la sociedad oaxaqueña mediante eventos académicos, docencia e investigación. Creo firmemente que los académicos podemos contribuir a Oaxaca y que Oaxaca puede ser —debe ser— un productor de conocimiento académico, no solo un sitio para el trabajo “de campo”. Así que busqué colegas con ideas afines para colaborar en esto.

Con la lingüista zapoteca Aurea López, del INAH, creamos el Seminario Lingüístico de Oaxaca (SOL), un foro lingüístico experimental para hablantes de lenguas oaxaqueñas. Con Sebastián van Doesburg, entonces director de la Casa de la Ciudad, y Alejandro de Ávila, director del Jardín Etnobotánico de Oaxaca, trajimos en 2006 el Coloquio de Lenguas Otomangues y Vecinas (COLOV) desde su lugar de nacimiento en la Universidad de California, Berkeley. Luego se convirtió en un evento bianual oaxaqueño, que se celebró en la Biblioteca Burgoa en 2008, 2010 y 2012, tal como en 2006. Para entonces, el COLOV estaba claramente consolidado como el evento académico más importante dedicado a las lenguas de Oaxaca. Como coordinador de proyectos lingüísticos de la Biblioteca, di clases en la Escuela Normal Bilingüe Indígena de Oaxaca (ENBIO) en Tlacochahuaya, así como en la licenciatura de antropología en el Instituto de Investigaciones Sociológicas de la UABJO, asimismo participé en el Comité Interinstitucional para las Culturas y Lenguas de Oaxaca (CICLO).

Con la orientación de la Dra. Grañén Porrúa y Penélope Orozco, colaboré en las exposiciones de la Burgoa. Para mí, una de las más memorables fue “Tutu Ñudzavui: La escritura mixteca desde la colonia al siglo XXI”, inaugurada el 17 de abril de 2010 durante el sexto COLOV. La exposición, con cédulas bilingües en mixteco y español, reunió una muestra extraordinaria de impresos y manuscritos escritos en mixteco desde 1568 hasta 2008 gracias a la participación de la Biblioteca Palafoxiana en Puebla, la Biblioteca Pública del Estado de Oaxaca, el Archivo Histórico del Poder Judicial de Oaxaca, el Archivo Parroquial de San Pedro y San Pablo Teposcolula y la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca.

Fue en la Biblioteca Burgoa donde desarrollé un método para estudiar paralelamente las lenguas mesoamericanas vivas y los textos antiguos. Estudié y documenté el mixteco, ixcateco y náhuatl mientras trabajaba en textos tempranos en estas lenguas.

El mixteco, en particular, se convirtió en un tema importante de este método, ya que trabajé sobre esta lengua viva tanto en los pueblos como en la propia Biblioteca, al mismo tiempo que estudiaba la extraordinaria Doctrina Christiana en lengua mixteca de fray Benito Hernández, de 1568, que marcó el inicio de la escritura alfabética en esta lengua. En la Burgoa pude oír hablar mixteco y consultar el ejemplar de este primer impreso, uno de los más completos del mundo. Al encontrarme tan cerca de las lenguas vivas y de los textos tempranos, mi estancia en la Burgoa me alejó de las reflexiones teóricas hacia una práctica más aplicada y socialmente comprometida de estas disciplinas.

Seis años después de aceptar el cargo en Burgoa, acepté otro: participar en la creación de lo que sería la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, ubicada en el Centro Cultural San Pablo, sede de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca. Aunque los acervos son de naturaleza distinta, la Burgoa fue mi referente para la Juan de Códova. Así fue como dejé la Burgoa en 2012 para dedicar mi tiempo a este nuevo proyecto; no obstante, la gran y hermosa biblioteca de Santo Domingo fue mi primera educación académica en Oaxaca y es mi referencia principal para mi labor en la Córdova. No puedo imaginar qué sería de la investigación en Oaxaca sin la Burgoa. Por eso me alegro cada vez que vuelvo a las aulas, llenas de recuerdos, de la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa.


Remedios poéticos

Participantes del taller “Cucharadas de poesía”.
Fotografía: Acervo de Seguimos Leyendo

“Una mujer debe tener dinero y una habitación propia para poder escribir novelas”, así se expresaba Virginia Wolf en su ensayo publicado en 1929 y es lo que han hecho las mujeres que integran “Cucharadas de poesía”, quienes se han adueñado del espacio para hacer resonar su voz y su palabra. Esta historia inició durante la luna llena de octubre del 2021.

Con este proyecto poético, el programa Seguimos Leyendo reinició sus actividades presenciales —después de la pandemia— dirigidas tanto a hombres como a mujeres, pero fueron ellas las que no dejaron de asistir cada martes a las 11:30 horas a las instalaciones de la BS en el Centro Cultural San Pablo.

Ellas están haciendo una revolución al hacerse dueñas de su tiempo y dedicarlo en parte a leer y conversar sobre poesía: quien llega a “Cucharadas de poesía” sabe que no saldrá inmune. La creatividad florece, hay quien se niega, pero bajo el cobijo de todas, todas creamos.

En 2021 nos dedicamos a escribir durante meses y logramos una recopilación de textos inéditos. Para 2022 fuimos más aventureras y nuestra propuesta se llamó “La experiencia de un poema visual erótico”, donde cada una diseñó una bolsa inspirada en un poema, y el Museo de Filatelia nos cobijó e hicimos la presentación de estas creaciones.

Cada poema, por medio de su rima, verso o musicalidad ha tocado nuestro espíritu y nos ha dado un poco de consuelo, como si de un remedio se tratara. Esta experiencia fue la premisa para que el 22 de marzo del 2024 presentáramos #RemediosPoéticos, donde más de noventa personas acudieron al llamado en busca de algún poema que pudiera resonar en ellas.

Desde noviembre del 2023 al día de hoy hemos recibido la visita de creadores oaxaqueños y extranjeros: Isabel María Paniagua (España), María Angélica Muñoz Jiménez y Patricia Lagos (Chile), Julio León A. Montero, Jessica Santiago, Gayne Rodríguez y la dramaturga oaxaqueña Sonia Gregorio.

“Cucharadas de poesía” es un espacio abierto para quien desee leer poesía con y para otros, un foro para creadores artísticos. En octubre de 2024 cumpliremos tres años de ser un lugar para todos, creado por mujeres, dedicado a la palabra poética.


Los mapas de la Sierra Juárez del ingeniero Enrique de Schleyer1

Nada sabemos de la vida del ingeniero alemán Enrique de Schleyer, cuyo nombre de nacimiento podría haber sido Heinrich von Schleyer, pero su nombre castellanizado aparece anotado en varios mapas elaborados en 1870 y 1871 en comunidades de la Sierra Juárez. Hoy en día conocemos cuatro de sus mapas correspondientes a los pueblos de Ixtlán, Chicomezúchil, Yahuiche o Macuiltepec y San Andrés Yatuni, todos en un mismo estilo muy colorido y —por ende— muy llamativo.2 Por el apellido es de suponer que De Schleyer vino a México en la legión austrohúngara que siguió a Maximiliano y Carlota a su llegada en 1864. Junto con las fuerzas francesas de Napoleón III, este cuerpo militar de unos siete mil soldados, arribó a México el siguiente año. Sin embargo, en los siguientes dos años la situación de la legión se complicó. El ejército republicano de oriente, bajo el mando de Porfirio Díaz, logró derrotar a los franceses, mexicanos imperialistas y austrohúngaros en varias batallas alrededor de Oaxaca durante el año de 1866 y el 31 de octubre tomó la ciudad misma. Entre los soldados austrohúngaros que fueron hechos prisioneros ese día en Oaxaca figura el nombre del subteniente Enrico de Schleyer, probablemente nuestro cartógrafo.3 Igual que muchos otros legionarios, Enrico o Enrique se quedó en Oaxaca después de ser liberado y poco después aparece como autor de los mencionados mapas de la Sierra Norte.

Hoy en día, de los cuatro mapas, solo el de Chicomezúchil se conserva en su lugar de origen. En ellos, el autor se presenta como “Ingeniero de la Confederación N[orte] Alemana”, o sea del primer estado federal alemán (1867-1871), con quien México firmó varios convenios. El mapa de Yatuni —oficialmente parte del Archivo General Agrario— está exhibido en el Museo de las Culturas de Oaxaca, mientras que el mapa de Yahuiche —al parecer robado alrededor de 1982— se encuentra en una colección privada desconocida en Estados Unidos. Todos se caracterizan por la llamativa franja negra con decoración floral en sus orillas y el águila nacional en el centro superior.

En enero de 2020, la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova pudo adquirir, en una subasta en la Ciudad de México, el Mapa de Ixtlán, el mayor de todos, con un impresionante largo de 3.44 metros. Se encontraba en un grave estado de deterioro, por lo que se buscó la colaboración con el Archivo General del Estado de Oaxaca, donde se elaboró un diagnóstico y propuesta de tratamiento. Posteriormente, el documento fue trasladado a sus talleres de restauración para ser intervenido.

El mapa o plano de Ixtlán presentaba diversos tipos de deterioro, incluyendo suciedad, roturas, faltantes, arrugas y dobleces, invasión de microorganismos e incorporación de materiales inadecuados. El equipo del AGEO primero realizó tareas de limpieza, desinfección y aplanado. Después, se removieron soportes y adhesivos, para luego darle un nuevo y más adecuado soporte al documento utilizando papel japonés. Enseguida se insertaron injertos de papel en donde se presenta-ban faltantes y se realizó reintegración cromática donde existían pérdidas de color en la capa pictórica. Tras meses de arduo trabajo, el enorme documento fue digitalizado y se le colocó en un marco especial de madera de cedro. Finalmente, en diciembre del año pasado, el mapa restaurado regresó a las instalaciones de la Biblioteca de Investigación Juan de Cordóva.

En el mes de julio de 2021, las autoridades de Ixtlán fueron invitadas a conocerlo mientras estaba en restauración. Un detalle interesante que se les hizo ver fue que, en una nota escrita en el mapa, Schleyer declara que elaboró el documento a cambio de una suma de solo 100 pesos “por amistad al ciudadano Fidencio Hernández”, sin duda el famoso cacique de la Sierra Juárez que en 1876 se levantó en armas siguiendo la proclamación del plan de Tuxtepec por parte de Porfirio Díaz para oponerse a Sebastián Lerdo de Tejada en la presidencia de la República.

Dentro de poco tiempo, en su recuperada condición, el oficialmente llamado Plano topográfico de los terrenos de Ixtlán de Juárez será exhibido en el Centro Cultural San Pablo, donde sus minuciosos detalles e interesantes características podrán ser apreciados por el público visitante.

Para más detalles sobre el proceso de restauración del Mapa de Ixtlán se sugiere acceder a las siguientes ligas:

https://n9.cl/0rts3

https://n9.cl/76bwv

1 Con datos sobre la restauración de Danahí Monserrat Hernández Pérez y Eduardo Ruffiar Nicolás, del AGEO

2 Viola König (en La batalla de Siete Flor. Conquistadores, caciques y conflictos en mapas antiguos de los zapotecos, chinantecos y mixe, de 2010, pp. 129 y 132) menciona otro mapa de Schleyer en Santiago Comaltepec (1870) cuyas características desconocemos. Conocemos otro mapa de Schleyer de San Miguel Maninaltepec (fragmentos en el pueblo y copia en la Mapoteca Orozco y Berra), pero este último es de un estilo muy diferente a los demás.

3 Manuel Santibáñez. Reseña histórica del cuerpo de ejército de oriente. Tomo II. México: Tipografía de la Oficina Impresora del Timbre, 1893, p. 503.


Los orígenes prehispánicos del rey de los deportes

Trofeo del campeonato de la zona norte de la Liga Mexicana de Beisbol y jersey con nombre mexica.
Préstamo de Los Diablos Rojos de México.

Al hablar del origen del beisbol, casi por automático viene a la mente el nombre de Estados Unidos, pero ¿y si hay relaciones del origen de este deporte con los juegos de culturas precolombinas? Este cuestionamiento lo realiza el Smithsonian National Postal Museum en el núcleo temático ‘Creando beisbol’ de su asombrosa exposición “Beisbol: El jonrón de los EE.UU.”, en la cual el Museo de la Filatelia de Oaxaca colabora con el préstamo de una espléndida obra.

Este original planteamiento, que pone en entredicho la mítica idea del beisbol como el pasatiempo nacional de Estados Unidos, analiza las similitudes que tiene este deporte con los antiguos juegos de pelota de las civilizaciones mesoamericanas, tales como los mexicas, mayas y zapotecas. La propuesta es que esas actividades ancestrales, de dimensiones políticas y rituales bastante complejas, dieron forma al beisbol moderno tanto como sus antecedentes europeos. Ya que para popularizar al beisbol se necesitó de una expansión multicultural en la que participaron millones de migrantes, muchos de ellos provenientes de culturas prehispánicas acostumbradas y adeptas al juego de pelota.

Timbres postales de ancha y jugador de pelota maya, México, 1954

Y la representación de este vínculo entre el juego de pelota y el beisbol se puede observar a lo largo de la historia de México, sobre todo en el arte de sus timbres postales.

Otras formas en que los mexicanos han conectado sus raíces en el juego de pelota con la modernidad del beisbol ha sido, por ejemplo, con la representación de sus equipos beisboleros o con el diseño de sus trofeos, elementos que evocan de forma implícita el nexo cultural entre estos dos deportes.

De igual manera, la expresión artística contemporánea ha contribuido al fortalecimiento de este innegable enlace cultural. Una muestra de ello es “El Quetzalcoatl bat”, una obra del artista Gómez Morín, la cual consiste en un grabado del plumaje de Quetzalcoatl realizado en un bate de beisbol hecho en Estados Unidos, con el fin de representar la naturaleza dual estadounidense y latina del deporte.

Esta interesante exposición renueva la identidad de uno de los deportes más populares del mundo, analiza sus trasfondos y rompe mitos no fundamentados. Encuentra todos estos elementos mencionados en la exhibición “Creando beisbol” del Smithsonian National Postal Museum.


Villa Tejúpam de la Unión

Fotografías: Acervo de Taller de Restauración FAHHO

A pesar de que hay algunos textos que registran información acerca del Templo de Tejúpam (Villa Tejúpam de la Unión, Teposcolula, Oaxaca) y mencionan fechas cercanas a su construcción, se ignora la época de su fundación, pues solo se sabe por tradición que, antaño, estuvo situado en un lugar diferente al actual. La investigación que realizó Robert J. Mullen describe algunos acontecimientos que posiblemente serían los más acertados sobre la época de la fundación del templo:

El primer párroco de Tejúpam fue del clero secular y ya residía allí en 1558; los dominicos se encargaron del lugar por 1570, puesto que el convento de Santiago Tejúpam fue aceptado en 1572, según las actas; en 1579 había allí dos religiosos; hay registros de bautizos y matrimonios entre 1562 y 1780, de los que se deduce que durante los siglos XVII y XVIII la parroquia tuvo dos dependencias; se piensa que entre los años 1745 y 1766 Tejúpam fue secularizada, además, se menciona en los registros y estudios que fue la colecturía de Yanhuitlán en 1801 y 1810, y se le reconoce como parroquia en 1850.1

El conjunto fue construido durante la segunda mitad del siglo XVI bajo la advocación de Santiago apóstol y se divide en templo, Portal de Peregrinos, convento, atrio y barda atrial. La fachada principal del templo está compuesta por dos cuerpos, un remate o frontón, dos torres y un campanario de dos cuerpos. El primer cuerpo presenta el acceso principal con puerta de madera y hornacinas en sus extremos, el segundo exhibe una ventana en ajimez.

El templo se erige sobre una planta de cruz latina que mide 16.14 metros de ancho por 52.76 metros de largo y está compuesto por coro, sotocoro, dos capillas laterales de fábrica posterior, presbiterio y sacristía con bóveda de cañón corrido y un crucero con cúpula coronada por una linterna; además posee un bautisterio con bóveda de cañón de lunetos.

Adosado al extremo sur del templo se halla su exconvento, cuya fachada está integrada por un par de arcos de medio punto, entre los cuales destaca un medallón de remembranzas dominicas; la crujía lateral se conforma por dos ventanas —de peana y cornisa denticulada— y un acceso exterior con enmarcamientos de piedra cantera. A dicho acceso le siguen dos crujías más de características similares.

A partir del 2008 y hasta el 2013 se restauraron cuatro retablos y siete pinturas de caballete en conjunto con el Fondo de Apoyo a Comunidades para Restauración de Monumentos y Bienes Artísticos de Propiedad Federal. Del 2014 al 2023 se han llevado a cabo seis etapas para la restauración del exconvento, y en el mes de marzo se firmó el acuerdo para continuar los trabajos de restauración en una séptima etapa, en la que se realizan trabajos de intervención y adecuación de los pisos, muros, la cubierta de dos crujías y el deambulatorio. Una vez concluida esta fase daremos apertura a una nueva biblioteca que albergará esta población para uso y disfrute de sus niños y jóvenes, así como de la comunidad en general.

1 Robert Mullen, La arquitectura y escultura de Oaxaca 1530-1980, volumen II (México: CODEX,1994), 146


Museo y milpa: espacios para reflexionar

Fotografía: Acervo de Museo Infantil de Oaxaca

Desde mediados del año pasado, “Un pueblo llamado Milpa” ha recibido a cientos de niños, padres y escuelas para jugar y aprender acerca de uno de los alimentos más fascinantes que México dio al mundo: el maíz. Sin embargo, la tarea de acercar estos contenidos a nuestros visitantes ha llevado a quienes conformamos el equipo educativo a instruirnos constantemente y a descubrir temas que, por nuestro perfil profesional, resultan completamente nuevos. A veces, incluso nos ha llevado a pensar el mundo con otros ojos.

A raíz de esta exposición, noté por primera vez que el maíz y los seres humanos compartimos un proceso similar en nuestro ciclo de vida. Nos une un vínculo que trasciende lo biológico. A primera vista, parece difícil que una planta y una persona tengan tanto en común, pero basta con detenernos a comparar cada etapa de nuestro desarrollo para descubrir que las similitudes son más de las que creemos.

Todo empieza con una semilla. El viaje de la vida inicia en ambos casos con el intercambio de material genético por parte de dos individuos. Es esta combinación lo que dará como resultado un ser completamente nuevo. En este punto, una semilla no es muy distinta de un bebé: ambos contienen dentro de sí la promesa de un futuro vibrante y, para ellos, la tierra y el vientre materno son lugares sagrados donde la vida florece y se desarrolla.

El tiempo sigue su curso. En el campo, han pasado doce días y las primeras hojas verdes han brotado a la superficie, listas para unirse a la milpa y su comunidad de plantas, hongos e insectos. Por su parte, el bebé humano ha pasado nueve meses en el vientre de su madre, formándose y creciendo. Ahora está listo para nacer y descubrir el mundo que lo rodea.

Dejando atrás el inicio de la vida, comienza el camino hacia la madurez. Para la planta, esto se refleja en su propio crecimiento. Necesita alcanzar la altura y fuerza necesarias para producir esas mazorcas que, eventualmente, estarán listas para la cosecha. De la misma forma, como educadora, sé que es en la adolescencia cuando el ser humano experimenta los cambios más significativos del camino. Es el momento más crítico para ambos seres vivos, que pronto llegarán al culmen de su madurez.

Sin embargo, para que una planta viva fuerte y segura, necesita de mucho más que solo agua, tierra y luz solar. Aunque estos elementos son esenciales, su verdadero florecimiento lo alcanza gracias al entorno. Cada parte de la planta se relaciona con otros seres y con el ambiente para establecer relaciones que la nutran y le den sustento. En la tierra, por medio de sus raíces, absorbe nutrientes y establece conexión con los organismos del subsuelo.

Insectos y aves actúan como polinizadores y se alimentan de las plagas que podrían perjudicarla. Incluso el viento, la lluvia y los agricultores que protegen sus cultivos forman parte de este complejo sistema que garantiza el crecimiento del joven maíz. La sabiduría transmitida de generación en generación, los métodos de cultivo tradicionales y el conocimiento científico se combinan para garantizar que las plantas alcancen su máximo potencial.

Del mismo modo, los seres humanos prosperamos en comunidad. Al relacionarnos con otros como nosotros obtenemos apoyo emocional, oportunidades de aprendizaje, recursos compartidos y sentido de pertenencia que propician el desarrollo de nuestra identidad. Al igual que el maíz y sus compañeros de la milpa, dependemos de otros para nuestra supervivencia y florecimiento.

La etapa de madurez es el punto en el que, tanto el maíz como el ser humano, alcanzan su pleno potencial. El primero florece con todo su esplendor produciendo mazorcas llenas de granos de diversos colores y tamaños. El adulto humano se convierte en una persona con habilidades, conocimientos y experiencias que lo hacen único. Es un momento de cosecha, donde se recogen los frutos del trabajo y la dedicación.

Finalmente, llegamos al punto en el que ambos individuos están listos para continuar con el ciclo de la vida. Para el maíz, esto significa que las semillas maduras están listas para ser dispersadas y así germinar nuevas plantas. En los seres humanos implica la capacidad de abrir el camino a una siguiente generación.

Mediante estas etapas, las vidas de ambos se entrelazan en un ciclo eterno de crecimiento, transformación y renovación. Ya sea en años o en días, ambas especies están sujetas a los ritmos naturales del mundo que las rodea y cada una encuentra su propio significado y propósito con el paso del tiempo. Personas y plantas, después de todo, estamos llamadas a servir a los otros.

Creamos “Un pueblo llamado Milpa” con la esperanza de transformar la manera en la que las niñas y niños de Oaxaca se relacionan con el campo y sus productos. No obstante, a diez meses y casi cien talleres de distancia, quizá los adultos seamos los más cambiados. Estas reflexiones, por más someras que resulten, son incluso más urgentes en quienes nos hemos acostumbrado a ver distancia entre las personas y su medio. Me gusta pensar que también para eso sirven los museos.


Trevor Bauer, un agente de cambio

Fotografías: Acervo de Diablos Rojos del México

Durante la pretemporada del 2024, el tercer cañonazo de los Diablos Rojos del México fue la contratación del espectacular lanzador Trevor Bauer, quien apenas en 2020 se hizo acreedor del Trofeo Cy Young de la Liga Nacional, reconocimiento que se entrega a los mejores lanzadores de cada circuito de las Grandes Ligas.

Después un año en el poderoso beisbol de Japón, el equipo escarlata logró convencerlo para jugar en la pelota mexicana y con ello buscar un potencial regreso a las Ligas Mayores.

Los Rojos atraparon toda la atención del beisbol nacional cuando notificaron la firma del estelar lanzador californiano, muy pocos días después de confirmar que recibirían a los Yanquis de Nueva York como parte de su preparación para la campaña del 2024, además de firmar el convenio con el legendario bateador dominicano Robinson Canó.

Que Trevor Bauer forme parte de los Diablos Rojos ha significado un cambio importante en usos y costumbres para la organización, que van desde su trato como súper estrella hasta la manera de asimilar lo que expresa en sus redes sociales, que en cuestión de minutos influye en los temas de conversación sobre el deporte rey en México y en diferentes partes del mundo.

El autollamado @BauerOutage, o Corto Circuito, es un personaje extremadamente sencillo, pero siempre lleno de enigmas, al grado que desde su llegada levantó la mano para enfrentar a los Bombarderos del Bronx, al mismo tiempo que anunciaba que el compromiso con el equipo escarlata se encontraba sujeto a cinco apariciones de temporada regular, a reserva de emigrar a un mayor nivel.

Si bien es cierto que sus primeras dos actuaciones no resultaron algo fuera de lo normal, a partir de su tercera salida, segunda en temporada regular, Trevor Bauer comenzó a mostrar su verdadero potencial, que al momento de redactar esta nota lo coloca como una real esperanza de que los Diablos vuelvan a contar con un ganador de la Triple Corona de picheo, con un récord de siete juegos ganados y ninguno perdido, 1.53 en promedio de carreras limpias admitidas por cada nueve innings lanzados y 76 oponentes ponchados o “sentenciados por su espada”, como él mismo diría. Hasta ahora, Panchillo Ramírez es el único lanzador escarlata que ha conquistado la triple gema, y eso sucedió en 1956.

Al margen de sus números, Bauer ha logrado lo impensable para un jugador de la Pandilla Roja; aficionados opuestos y fuera de la Ciudad de México lo han ovacionado al final de su trabajo, asimismo han apresurado su llegada a los estadios con la única intención de observarlo mientras se prepara para cada salida. Imágenes como esa únicamente pueden ser comparadas con los tumultos generados por Fernando Valenzuela cuando volvió a nuestro país después de sus años de gloria en las Grandes Ligas, o cuando la afición veracruzana acudió a recibir a Martín Dihigo al barco que lo transportó desde Cuba al puerto jarocho en la década de 1930.

Antes de llegar a la mitad de la temporada, Trevor Bauer se dio tiempo para garantizar su paso por el beisbol mexicano al ponchar a nueve bateadores de manera consecutiva y empatar la marca de la LMB. Además, se ha quedado a un “chocolate” de igualar la cifra máxima del club rojo, que es de quince, implantada hace cinco décadas por Enrique Romo.

Para nadie fue una sorpresa su participación en el Juego de Estrellas de Veracruz como pícher abridor, convirtiéndose apenas en el segundo pelotero en la historia que es convocado a un encuentro estelar en las Ligas Mayores, en Japón y en la Liga Mexicana, igualando al bateador dominicano Julio Franco.

Transmitir o reseñar un juego de Bauer es lo más parecido a regresar a un salón de clases, con todo tipo de documentos a la mano para registrar algún hecho inédito o fuera de lo común.

Ante los inquietantes rumores de que dejará a los Diablos Rojos, el club ha llegado a anunciar por adelantado hasta cuatro salidas confirmadas de sus presentaciones para que los aficionados puedan apartar fechas y no se pierdan la oportunidad de ver a un auténtico lanzador de liga grande en plenitud de facultades, cuya presencia será recordada durante mucho tiempo en el beisbol mexicano.


Entre plumas y timbres: Descubriendo“El ingenio alado” en el Museo de la Filatelia de Oaxaca

Estampillas de la exposición “El ingenio alado: un viaje filatélico por el mundo de los pájaros”.
Fotografías: Acervo del Museo de la Filatelia de Oaxaca

En el jardín del árbol de orquídeas asiático, entre hojas que imitan la pata de una vaca, emerge la figura de un diminuto visitante, embellecido por un plumaje resplandeciente de matices metálicos. Revolotea con gracia, entre flores rosas y blancas, un ser alado: un colibrí que despierta la atención de todos los visitantes. A sus espaldas, un majestuoso espacio arquitectónico que resguarda con esplendor una colección de pedacitos de papel provenientes de todos los rincones del mundo: el Museo de Filatelia de Oaxaca.

Desde los conocidos residentes de nuestros jardines hasta los vibrantes habitantes de tierras tropicales lejanas, los pájaros nos rodean desde todos los rincones. Se encuentran en todos los continentes y en una diversidad de hábitats, deslumbrándonos con una amplia gama de cantos, colores y formas. En la actualidad, se estima que existen alrededor de nueve mil especies en todo el mundo, cada una con sus propias características y comportamientos únicos.

Los pájaros, a su vez, representan una fuente inagotable de misterio y asombro. Desde la antigüedad, han sido plasmadas en diversos registros: desde las paredes de la cueva Lascaux hasta las tumbas egipcias, pasando por grabados en cerámica china y figuras de barro de los mexicas. Dada su cercanía a nuestra vida cotidiana, han adquirido significados metafóricos que abarcan diversos aspectos de la experiencia humana, como el poder, el amor, el mal, el orden y el caos, la muerte, la superstición y la resurrección. Además, son apreciadas como mensajeras, indicadores del cambio estacional, fuentes de remedios médicos, así como acompañantes domésticos. Su representación artística permea casi todas las formas de arte, y va de los poemas y las pinturas a las indumentarias de diversas culturas.

En el Museo de la Filatelia de Oaxaca estamos emocionados de presentar la exposición “El ingenio alado: un viaje filatélico por el mundo de los pájaros”. Esta exhibición, inspirada, inspirada en El ingenio de los pájaros, el best seller de la divulgadora científica Jennifer Ackerman, se despliega en ocho núcleos temáticos. Por medio de más de cuatrocientas piezas filatélicas, como timbres, sobres y hojillas de más de cien países, exploramos las extraordinarias capacidades técnicas, sociales, musicales, artísticas, espaciales, inventivas y adaptativas de nuestros amigos emplumados.

Durante la meticulosa curaduría de la exposición, se llevó a cabo un exhaustivo proceso de investigación y selección de especies. Cada una fue escogida por sus fascinantes características y su relevancia en el mundo de las aves. Por ejemplo, el arrendajo azul fue seleccionado por su ingeniosa técnica de utilizar su propio cuerpo como herramienta para limpiar hormigas rociadas con ácido fórmico, por lo que esta astuta especie fue inmortalizada en timbres de Canadá y Estados Unidos. Asimismo, el cenzontle, representado en estampillas de México y Cuba, se destacó por su asombrosa habilidad para imitar una amplia gama de sonidos, que pueden ser tanto los cantos de otras aves como los ruidos de máquinas. El hornero común, constructor de nidos de barro en forma de horno, fue incluido por su singular técnica constructiva, plasmada en un timbre de Argentina. Cada especie seleccionada constituye una ventana singular al universo aviar, resaltando tanto su diversidad biológica como su increíble ingenio.

Esta exposición integra arte, ciencia y naturaleza con el fin de despertar la curiosidad y el asombro ante la belleza y la biología de los pájaros. Por medio de obras artísticas, infografías y el evocador canto de algunos ejemplares, te invitamos a sumergirte en un viaje fascinante por el majestuoso mundo aviar. Por ejemplo, te presentamos la obra “Vuelo timbrado”, del colectivo Lapiztola, compuesta por doce cajas intervenidas con la técnica de esténcil, utilizando timbres postales y papel cortado. Al contemplar las cajas en conjunto, podrás apreciar la silueta de un ave en pleno vuelo. Además, en la bitácora aviar filatélica encontrarás una guía de identificación que te permitirá explorar y conocer diversas especies mundiales, comprendiendo su aspecto, hábitat y comportamiento.

Por último, te invitamos a convertirte en un héroe para nuestros amigos emplumados al descargar —por medio del código QR— un manual especialmente diseñado para ti, donde encontrarás diversas estrategias creativas para ayudar a preservar el hábitat de las aves.

Únete a nosotros y descubramos juntos el ingenio y la belleza de estas criaturas emplumadas.

¡A pajarear!


Nisa, ndute, nëë, nandá, nee´e. Agua

Fotografías: Acervo de Andares del Arte Popular

De acuerdo con los estudios sobre el inicio de la vida en nuestro planeta, el agua ha sido fundamental para la creación y existencia de los seres que lo habitamos. No cabe duda de que todas las civilizaciones han sido consientes de la importancia de este vital liquido que corre por todos los confines de la tierra.

Para los pueblos mesoamericanos el agua tenía tanta importancia, que idearon múltiples formas de expresar su significado. En Oaxaca, el dios Pitao Cosijo, de acuerdo con los zapotecos, y Dzahui, según los mixtecos, fueron de gran trascendencia tanto en los aspectos religiosos como en los cotidianos de nuestros antepasados, ya que el agua es la fuente de vida.

Hoy en día, el agua sigue siendo igual de importante, pero tiene un significado especial para las comunidades que se dedican a la elaboración del arte popular. Al conversar con los maestros que trabajan el barro, expresan una gran preocupación por el destino de su trabajo, ya que el barro, que es la materia prima para la elaboración de sus productos, se crea cerca de los ríos o de los lugares húmedos que las fuentes de agua generan. Esta preocupación surge ante la escases de agua que hay en Oaxaca y en todo el país.

Por otra parte, el agua es fundamental para el crecimiento y desarrollo de las plantas que hacen posible la creación de los tintes naturales; un ejemplo es la producción del “oro azul”, el añil que se produce en la comunidad de Niltepec (Cerro del añil), Oaxaca. Esta labor de producción del añil implica un largo proceso: después de la siembra el desarrollo de la planta toma aproximadamente un año, ya que su cosecha sucede entre los meses de julio y agosto. Posteriormente, la elaboración de la pasta de añil se realiza a partir de la cocción de la planta en piletas en donde se ocupan muchos litros de agua para su producción.

La grana cochinilla es un insecto que se reproduce en el nopal, y gracias a la savia que esta planta contiene se pude desarrollar y producir su característico color rojo, que sirve para el teñido de textiles.

La seda se crea a partir de la alimentación del gusano de seda, siendo su comida la hoja de la morera. Tan solo treinta gramos de huevos pueden comer entre 900 y 1 200 kilogramos de hoja durante su desarrollo, el cual dura aproximadamente treinta días.

Para la producción de piezas elaboradas con palma y carrizo el agua es importante, ya que sin humedecer estas materias no pueden ser manejables, pues cuando estas fibras se encuentran completamente secas tienden a romperse. Para la palma es importante la lluvia, ya que con un tipo de clima húmedo adquiere mejor flexibilidad para su uso.

Te invitamos a conservar nuestro patrimonio cultural y, así mismo, nuestro activo patrimonial que es el agua, ya que es la base ecosistémica de la sociedad.


El arte del beisbol: La unión de Guerreros de Oaxaca y los rótulos tradicionales

Fotografía: Acervo de Guerreros de Oaxaca

Año con año, la directiva del club Guerreros de Oaxaca trata de hacer sinergia con algo que caracteriza al estado de Oaxaca, su cultura. Es por eso que Guerreros fusionó su talento en el beisbol con las habilidades de la familia Bautista, quienes, desde hace más de cuarenta años, cuentan con su taller de rótulos en Santo Domingo Barrio Bajo, Villa de Etla, Oaxaca.

El rótulo es un letrero o descripción donde se da a conocer el contenido, objeto o destino de algo por medio de diversas figuras, frases, colores, ilustraciones, etc. Siempre caracterizado por tener un poco de humor en la proyección.

En la temporada 2024 de la Liga Mexicana de Beisbol y en su vigésima novena campaña, los Guerreros de Oaxaca optaron por juntarse con Giovanny y Arturo Bautista para realizar, según la prensa especializada, uno de los jerséis más bonitos y llamativos en todo el circuito veraniego.

Con colores en blanco, naranja, azul y amarillo fue diseñado este modelo que el equipo oaxaqueño estará vistiendo cuando juegue de local en el Estadio Eduardo Vasconcelos de la ciudad de Oaxaca.

En años anteriores, Guerreros ha estrechado lazos con artistas plásticos oaxaqueños que han brillado nacional e internacionalmente, entre los que se encuentran Amador Montes, María y Jacobo Ángeles y Sabino Guisu.

“Tengo mi primer experiencia en el beisbol mexicano como jugador; me habían dicho que Oaxaca es una ciudad con mucha cultura y tradición, y este nuevo jersey me dice todo, es muy lindo, los colores son llamativos como me gustan y, la verdad, estoy seguro de que será uno de los uniformes más destacados del año”, mencionó el jugador venezolano Renato Núñez.

La afición bélica se mostró muy contenta al momento de conocer el nuevo diseño del jersey que portan sus Guerreros para la campaña 2024 de la Liga Mexicana de Beisbol. Al respecto expresaron mucho ánimo y deseos por poder tenerlo en sus manos:

“Hacía muchos años que no deseaba comprar un uniforme como el que tendrá nuestro equipo este año, los demás me han gustado, pero la verdad este me encantó. No dudaré un minuto en comprarlo, ya que es un uniforme con colores e ilustraciones que nos identifica como oaxaqueños. La directiva de Guerreros debe estar muy contenta por el trabajo que han hecho”, comentó Alejandro Soto, fiel aficionado de los Guerreros de Oaxaca.


La vida empieza a la sombra: Apuntes sobre el Día del Árbol

Fotografías: Acervo de Medio Ambiente FAHHO

Llevo ya buen tiempo parado aquí, bajo la sombra del árbol.
Afuera el sol deforma la atmósfera y la visión de las calles
con sucesivas ráfagas de calor amarillo. Es mediodía. No
hay en el mundo, pienso, seres tan piadosos como los
árboles, de ellos es deseable aprender la compasión.

“A la sombra del árbol”, Edmundo Hernández

Cómo empezar a escribir un texto para celebrar el Día del Árbol1 en México (11 de julio de 2024) desde un lugar en donde la siembra de maguey y la construcción de conjuntos habitacionales parecen más importantes que la siembra de árboles; ahora que el calor abrasador, la escasez de agua, la ausencia de lluvias y los incendios forestales nos resultan angustiantes.

Entre el 1 de enero y el 6 de junio de 2024 se han registrado 5,482 incendios forestales en las 32 entidades federativas, con un total de 538,233.80 hectáreas de superficie dañada. Según el Sistema Meteorológico Nacional, del total de esta superficie, el 94 % corresponde a vegetación herbácea y arbustiva, mientras el 6 % es vegetación arbórea. Los estados con mayor presencia de incendios son: Jalisco, Ciudad de México, Michoacán, Puebla, Durango, Chihuahua, Tlaxcala, Veracruz y Oaxaca, que representan el 83 % en el contexto nacional. Las entidades federativas con mayor área afectada son: Jalisco, Oaxaca, Michoacán, Chiapas, Guerrero, Nayarit, Durango, Sinaloa y Chihuahua, que constituyen el 84 % en todo el país. Del total de incendios forestales en México, el 14 % corresponde a ecosistemas sensibles al fuego, es decir, que su recuperación de forma natural puede tardar cientos de años, como sucede con las selvas altas y medianas perennifolias (aquellas que conservan su follaje todo el año) y subperennifolias, selvas bajas caducifolias (las que pierden su follaje durante una parte del año), manglares y bosques de oyamel.

Cuando un árbol muere, ya sea en un incendio o por la tala, no solo desaparece un árbol, sino que se extingue un microclima y un microecosistema adecuados para el acontecimiento de la vida de muchos otros seres vivos: vuela desorientada el ave; se pierde un nido; huye la ardilla; el alimento escasea; los animales caen de las ramas como frutos maduros, abatidos por el sol… Pero, del mismo modo que cuando está vivo, si el árbol fenece por causas naturales la humedad retenida en su corteza posibilita la existencia de pequeños organismos como las plantas hepáticas, los musgos, los hongos y los líquenes, constituyendo así uno de los tantos escenarios para el acontecer de la sorprendente vida en el microcosmos.

En este sentido, el Día del Árbol no es sino un recordatorio sobre la protección, enriquecimiento e impulso de las superficies arboladas tanto en las zonas urbanas y rurales habitadas por seres humanos, como en las naturales que constituyen bosques, selvas, manglares y otros biomas. Su reproducción es importante porque estos seres proveen de servicios ambientales vitales para el planeta: regulan la temperatura gracias a que son capaces de frenar la radiación solar para evitar su impacto directo sobre la superficie terrestre; tienen un papel clave en el equilibrio del ciclo del agua; su existencia influye en la generación de precipitaciones; permiten a los suelos captar y retener el agua; ayudan a evitar la erosión del suelo y, con ello, a disminuir los escurrimientos e inundaciones; además, son una fuente importante de alimento y una materia prima necesaria en el desarrollo de la economía. En pocas palabras, constituyen diferentes entornos naturales propicios para albergar a miles de especies de animales y otras plantas.

Entre las funciones ambientales vitales más importantes que realizan se encuentra la producción de oxígeno junto a la captación y almacenamiento del dióxido de carbono producido por diversas actividades humanas, una de la casusas principales del cambio climático. No hay mejor mecanismo de captura de carbono en el mundo que el de los árboles: para realizar la fotosíntesis extraen dióxido de carbono del aire, en seguida lo fijan en forma de azúcar y finalmente lo liberan como oxígeno. El azúcar es la materia prima para generar madera, ramas y raíces. En consecuencia, el tronco se convierte en un increíble depósito de carbono, porque está hecho completa y precisamente de este elemento, de ahí la longevidad de los árboles y el hecho de que, aún con la muerte y la descomposición encima, se mantengan en pie. Pero incluso los árboles liberan un poco de dióxido de carbono cuando la lenta caída les sobreviene o cuando, durante toda su vida, mueren por sus hojas y, también, porque sus raíces queman azúcar para capturar nutrientes y agua. Sin embargo, en el maravilloso ciclo que las superficies arboladas conforman, los árboles vivos son capaces de hacerse cargo del dióxido de carbono que los difuntos dispersan con su putrefacción, además del de las combustiones producidas por las actividades humanas. Por eso son tan importantes los árboles jóvenes, porque mediante su acelerado crecimiento son capaces de extraer carbono de forma rápida.

Afortunadamente, dentro de un ciclo de vida natural son pocos los árboles que mueren y muchos los que brotan. Si bien la captura y almacenamiento de carbono en los árboles es un proceso natural aunque diverso según su edad promedio, así como las diferentes cantidades y velocidades con que retienen y acumulan el carbono—, hay maneras de ayudarles a retener más carbono mediante una gestión forestal adecuada. Lo primordial es mantener a los ecosistemas forestales como tales (selva, bosque, manglar, etc.), pues el cambio de uso de tierra trae consigo la liberación de carbono, además de la pérdida del potencial que la tierra tiene para almacenar carbono, que es otra forma en la que los árboles acopian este elemento. Por otro lado, la tala es admisible siempre que su objetivo sea restablecer la edad de las zonas arbóreas, así como garantizar su buena salud y correcta conservación a lo largo del tiempo. En cambio, si no hay tala, lo mejor será asegurar el aumento de la cubierta forestal. Esto ha de hacerse bajo la premisa de que reforestar no es igual que restaurar, es decir, sustituir especies nativas por exóticas no es lo mismo que estudiar y conocer las especies nativas para integrarlas a su hábitat. El problema consiste en que la introducción de un árbol extraño al territorio provoca una mayor presión al ambiente para mantenerlo vivo, y con esto se corrompe el equilibrio ecológico.

Es necesario aclarar que la siembra de un árbol jamás será inútil, incluso la de los exóticos. Todos disfrutamos sentarnos a la sombra de un árbol, y no se trata de un simple gusto, sino de un llamado, de algo que nos corresponde no por ser humanos, sino en tanto organismos vivos: el agua, el aire, los rayos de sol y la sombra, una temperatura agradable, un entorno propicio para la existencia. Nos sobran razones para celebrar a los árboles y no hay mejor forma de hacerlo que sembrando y cuidando. Se trata de dar a estos maravillosos seres un poco de lo mucho que hacen por todo el planeta, pues el árbol que nosotros somos capaces de olvidar, siempre, desde la quietud de su sitio y desde sus diversas formas de procurar cuidados, nos ha de recordar.

1 El 1 de julio de 1959 un decreto presidencial permitió instaurar oficialmente en el país la celebración anual del Día del Árbol el segundo jueves del mes de julio, asimismo instituye la Fiesta del Bosque durante todo el mes.


Cantos pluviales

Durante la primavera de 2024, la ciudad de Oaxaca manifestó una escasez hídrica. La población, ante el desabasto del vital líquido, se vio en la necesidad de comprar agua a transportistas privados: el suministro se hizo en camiones cisterna y la demanda fue tal que su precio aumentó en un 100 %. En ese contexto, se lanzó la convocatoria del taller de análisis y creación poética “Cantos pluviales”, propuesta didáctica-literaria desde la que se exploró la escritura de distintos autores que comparten un punto en común: la figura del río como eje temático y fuente de la experiencia estética.

A lo largo de seis sesiones, que se impartieron en la sala José Molina de la Biblioteca Andrés Henestrosa gracias a la buena disposición de su director Freddy Aguilar, los asistentes al taller exploraron voces diversas tanto en su construcción como en su geografía de origen. Los peruanos José Watanabe y Javier Heraud pusieron sobre la mesa la subjetividad del río como ente que se expresa en sus milagros cotidianos, un eco del devenir natural que sorprendió a Heráclito. La mirada contemplativa de Bosho nos recordó que en el ocio se alumbra la mirada desinteresada, contemplar el mundo conlleva dirigir la vista a la naturaleza, que transforma nuestra interioridad. Reconocer la belleza del mundo provoca en nosotros un gozo que nos impide ir más allá de nuestros límites, dando la impresión de que la naturaleza solo tiene su belleza para defenderse.

La literatura mesoamericana reposa en el mito que, como ente vivo que es, por medio de la resignificación muestra el permanente movimiento al que está sometida la voz. La figura del río no les fue ajena a las culturas prehispánicas: la serpiente se vincula con las corrientes de los ríos, con la luminosidad del rayo y con la lluvia. Las distintas versiones del mito de la serpiente y el río nos hicieron sentir una mirada familiar; la de los oaxaqueños que, por medio de la ritualidad, deificamos el mundo.

De esta manera pudimos acercarnos a tres miradas, tres maneras de decir las cosas que, aunque ajenas la una de la otra, nos recuerdan que la experiencia frente a la naturaleza nos permite descubrir algo que ya residía en nuestro interior, pero no se había manifestado. Nos conocemos a través del asombro, del silencio, de permitir que nuestro ser se manifieste y para ello es auxiliado por la belleza de la naturaleza.

Por medio del ecosistema río, nos permitimos reconocer el permanente devenir natural, que muestra que la physis está en un constante despliegue, un respirar ordenado y causal, solo atravesado por lo inesperado. Es el azar el que impide que algo se cumpla, el accidente se interpone torciendo o interrumpiendo el proceso ontológico del mundo.

Las culturas prehispánicas, al ser culturas agrarias, desarrollaron una relación con el elemento agua y el cuerpo río. El Atoyac y el Salado, fueron en un tiempo protectores e irrigadores del valle de Oaxaca. Entre los pueblos y el río existió un vínculo de dependencia, pero también una conexión estética contemplativa. Hoy en día, estos cuerpos de agua los hemos reducido a canales por donde circulan los desechos de la ciudad que, en el más oscuro de los casos, hemos entubado, para enterrar con ellos la culpa y el remordimiento al verlos enfermos. Ser habitantes de una ciudad en la que la figura del río está exiliada de nuestra mirada cotidiana, nos condiciona a conformarnos con el agua de la lluvia, que corre rebotando por las cunetas. En ella navega basura, rastros de la urbanidad sintética y plástica. Desconocemos el canto fluvial del río que trae madera, carrizos, mueve piedras, las pule, las fragmenta hasta convertirlas en arena. Somos, por el contrario, muy conocedores de los “Cantos pluviales” del agua sobre la ciudad.

La lectura conlleva la escritura, la poesía engendra más poesía. Un infante, cuando descubre algo que le sorprende, siente el deseo por mostrarle al mundo su encuentro. No buscamos la belleza para hacerla rehén, como una más de nuestras posesiones, sino para liberarla ante los ojos de los otros. Es natural que al encontrarnos con la mirada de la poesía, queramos permanecer próximos a ella, este impulso es el que nos conduce a la escritura y más tarde a compartir lo escrito. La poesía viene a recordarnos la incertidumbre por el futuro, la experiencia de pasar de lo sublime a lo terrible en una llovizna que se torna tormenta, nos habla el logos cósmico que se manifiesta en la armonía matemática, en el canto de Fibonacci y su visión áurea del mundo.

Es la poesía quien nos hace un llamado a la memoria, a no caer en el naufragio del olvido y siempre tener presente que cuando un río se pierde, la humanidad se empobrece en sus posibilidades de encontrarse a sí misma a través de la belleza del mundo natural.


El textil a un solo clic

El comercio surgió como una actividad preponderante en la historia de la humanidad. El trueque era una de las tantas formas que existían y aún existen en algunos pueblos para el intercambio de productos. Así, se han sucedido distintos periodos de la historia del mundo humano que han propiciado la evolución del comercio. A lo largo de esta historia, la tecnología ha revolucionado el mundo y nos ha otorgado otras costumbres, hábitos, herramientas y, por consiguiente, ha generado las nuevas formas en las que ahora las personas nos relacionamos por medio del comercio; una nueva dinámica para comprar y pagar por los bienes y servicios que necesitamos.

Recién iniciada la pandemia por COVID-19, surgió como iniciativa del Museo Textil de Oaxaca la idea de crear una tienda en línea, un proyecto que sirvió para acercarnos a las personas durante la emergencia sanitaria y así apoyar a las familias creadoras de arte textil que continuaron trabajando desde casa para generar ingresos. Este proyecto tiene como propósito promocionar, conservar y difundir la creatividad, el talento y la destreza de las creadoras y creadores del arte textil de Oaxaca y otras regiones del país. Asimismo, promueve la elaboración de piezas textiles de calidad en beneficio directo de los artistas, los talleres familiares y las cooperativas.

La tienda en línea del MTO cumple la dinámica de venta, pero resalta por ser un espacio didáctico educativo al incluir no solo la información que comúnmente observamos acerca de un textil -como el tipo de pieza, persona que la elabora, lugar de procedencia, por mencionar algunos-, sino también integrar textos que acompañen a algunas de las piezas, como testimonios, relatos y biografías de las personas que las han elaborado, con el objetivo de visibilizar los procesos creativos, el contexto y las historias que cuentan las propias creadoras y creadores. Además de esta valiosa información, se integró un mapa interactivo que ubica la comunidad en donde fue elaborada la pieza; así, podemos pasar de la Sierra norte a la Costa oaxaqueña con un solo clic.

El proceso para realizar la compra es muy sencillo: podemos elegir la pieza directamente del catálogo que se divide en cuatro secciones, las cuales incluyen camisas, blusas, huipiles y gabanes/ruanas, o bien, realizar la búsqueda por medio del mapa interactivo al navegar y seleccionar la comunidad de la cual queremos adquirir la pieza textil. Sobresalen las piezas tejidas en telar de cintura con hilos de algodón coyuchi e hilos teñidos con añil y grana cochinilla, o con seda local de San Pedro Cajonos, Oaxaca; de igual forma se encuentran piezas bordadas sobre lino, y algunas otras son resultado de talleres de creación y experimentación organizados por el Museo.

La compra es segura con envío directo al domicilio del cliente. Por el momento los envíos se realizan al interior de la República mexicana, Estados Unidos y Canadá; si alguna persona radica en la ciudad de Oaxaca, puede acudir directamente a recoger su pieza a la tienda física del MTO.

Hoy en día es una realidad que el comercio se globaliza aceleradamente, gracias al desarrollo de diferentes tecnologías, especialmente la que tiene lugar con la conexión a internet que proporciona nuevas y valiosas oportunidades a las creadoras y creadores textiles, puertas que les abrirán relaciones con nuevos públicos y brindarán mayor facilidad a las personas que gusten adquirir una pieza textil de manera virtual.

En la tienda en línea del MTO estamos a un clic de comprar, pero también de valorar, conocer y educar.

Te invitamos a conocer más del trabajo de los y las artistas textiles en la dirección electrónica www.museotextildeoaxaca.org/tienda o bien, en nuestra cuenta de Instagram: @tiendamto.


EDITORIAL

Estamos a mitad de año, las lluvias, aunque todavía un poco aisladas, comienzan a refrescar las tardes. Algunos buscan refugio del calor o del agua repentina en locales que lo permitan, otros más ingresan al Centro Cultural San Pablo, que les ofrece cobijo y la experiencia de la exposición en turno. Cobijo y apreciación, son dos palabras que pueden definir un poco de lo mucho que cada uno de los sitios de la
Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca da a las personas.

A modo de obertura de este número, tenemos la reseña de la entrega de reconocimientos a los presidentes de la Fundación, don Alfredo Harp Helú y la doctora María Isabel Grañén Porrúa, por su invaluable apoyo en la reconstrucción de casas tradicionales y monumentos históricos afectados por los sismos del 2017 en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.

Como segundo acto, el Museo Textil de Oaxaca da continuidad a su serie Arte plumaria, que describe número a número un ejemplo que integra el proyecto emprendido hace nueve años entre Noé Pinzón Palafox y Alejandro de Ávila.

Los museos muestran, en voz de los colaboradores y algunos espectadores, lo mucho que dejan en cuanto a experiencia y reflexión: el Museo Infantil nos comparte la reseña que una pequeña lectora y asidua asistente hizo sobre el reciente libro Anoche soñamos con Teocintle y la exposición “Un pueblo llamado Milpa”; el Centro Cultural San Pablo, por su parte, nos habla de Aviarium, una muestra de cómo las aves pueden ser inspiración para los elementos más cotidianos. En el mismo tenor de la naturaleza, Casa de la Ciudad hace una reflexión sobre la importancia de los árboles en estos tiempos, algo que debemos traer a la discusión constantemente para poner manos a la obra en la preservación del medio ambiente.

La Biblioteca de Investigación Juan de Córdova nos habla del reencuentro de una delegación de representantes de comunidades chocholtecas con un lienzo pictográfico del siglo XVI resguardado por el Museo Etnológico de Berlín, mientras que el Museo de la Filatelia comparte una entrevista realizada al presidente de la Federación Mexicana de Filatelia.

Por otro lado, Adabi nos entrega dos notas que ejemplifican su labor cotidiana: en una describen el trabajo que mano a mano han realizado con la Biblioteca Francisco de Burgoa durante veinte años, y en la otra exponen uno de los esfuerzos más encomiables de la asociación: el compartir de su experiencia y conocimiento a estudiantes interesados en la salvaguarda del patrimonio documental de México.

La Biblioteca Henestrosa, por su parte, nos habla de dos exposiciones que se inspiran, respectivamente, en la obra de un escritor (Roberto Bolaño) y de un pintor (Vincent van Gogh). De igual manera, Andares del Arte Popular dedica unas bellas líneas a la descripción del trabajo de una alfarera de Tlaxiaco. Por otro lado, Guerreros y Diablos Rojos hacen gala del arte de dos grandes estrellas peloteras: Jerar Encarnación y Robinson Canó.

Como cada mes, las diferentes instituciones que integran la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca nos informan de algunas de las actividades que se encuentran realizando con la esperanza de hacernos partícipes de una energía que día con día busca generar cambios positivos en la sociedad. Por aisladas que parezcan, como la lluvia, nuestras acciones también pueden refrescar nuestras formas de vida.


La gratitud es la memoria del corazón

El pasado miércoles 22 de mayo, la Asociación de Tehuanos radicados en la Ciudad de Oaxaca rindió un homenaje a don Alfredo Harp Helú y a la doctora María Isabel Grañén Porrúa por el apoyo invaluable en el rescate y conservación de casas tradicionales y monumentos históricos afectados por los sismos del 2017. Todo ello al ritmo de la música tradicional, con lo que celebraron que hoy día los habitantes de Santo Domingo Tehuantepec pueden disfrutar el embellecimiento de su ciudad, la cuna y centro espiritual de la cultura zapoteca del Istmo.

“El barrio de la infancia tiene un lugar especial en la memoria”, fueron las palabras de la Sra. Martina Escobar Montero de Aguilar, presidenta de la Asociación de Tehuanos radicados en la Ciudad de Oaxaca, con las que trajo a la memoria de las y los presentes los momentos de su niñez, las calles que recorrieron por años, la casa de los tíos, de los abuelos y el devastador sentimiento al contemplar todos aquellos recuerdos hechos escombro.

Los sismos del 2017 dejaron marcado al Istmo de Tehuantepec. Casas, parques y monumentos se vieron gravemente afectados, y, por consiguiente, sus habitantes. Los apoyos comenzaron a llegar de todas partes: agua potable, alimentos enlatados, material de curación. La población tenía la necesidad de reponerse y aceptaron todo el apoyo posible; sin embargo, fueron los esfuerzos de don Alfredo Harp Helú y la doctora María Isabel Grañén Porrúa, por medio de la Fundación, los que realmente marcaron la diferencia, pues entendieron que no solo se trataba de reconstruir casas, sino de preservar la cultura y patrimonio del Istmo de Tehuantepec, así como de conservar la calidez de su gente al brindarles una vivienda en la cual pudieran sentirse de nuevo como en casa, con paredes de adobe y biliguanas para conservar su frescura. De igual manera pensaron en los parques, los archivos documentales y, sobre todo, en los monumentos, como el Exconvento Dominico Rey Cozijopi, del siglo XVI, que ahora también alberga la Casa de la Cultura y que durante la restauración dejó al descubierto murales increíbles que se habían pasado por alto durante años. Calles, callejones y fachadas fueron restaurados, al mismo tiempo que distintos programas sociales fueron implementados, todos con el objetivo de ver brillar nuevamente a la comunidad.