EDITORIAL

El tono celebrativo de los siguientes textos es una realidad para la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca. En esta emisión festejamos la apertura de la ENES UNAM Unidad Oaxaca, así como el arranque de la cuarta exposición interactiva del MIO que acompañará a las infancias por los próximos dos años; además, celebramos los récords de asistencia al Museo de Diablos y al Estadio Alfredo Harp Helú y la develación del nuevo telón principal del Teatro Macedonio Alcalá. De igual manera, nos entusiasma la consolidación del equipo Diablos Basquetbol para esta temporada.

Por otro lado la BIJC resalta cuatro principios dirigidos a los investigadores centrados en las leguas heredadas de los pueblos mesoamericanos y narra la historia que guarda la presencia de un libro en lengua mixteca en una biblioteca de Cracovia. Y desde la mixteca, en la BS Casa de la Cacica, la exposición “Cantos de lluvia” reflexiona sobre las lenguas maternas. En esta misma línea, Adabi de México habla sobre el Centro de Documentación y Asesoría Hñähñu, en el estado de Hidalgo.

Desde el Taller de Conservación y Restauración Documental se advierte acerca de los daños que causa el uso de cintas adhesivas sobre documentos y libros. En este mismo ámbito, Adabi Oaxaca habla de la limpieza y organización del archivo musical de la Facultad de Bellas Artes de la UABJO. La Biblioteca Francisco de Burgoa habla de la visita de la Escuela de Libros Raros de California (CalRBS), mientras la Biblioteca Henestrosa nos sorprende con una bella reseña sobre El misterio laico.

Por otro lado, el CCSP teje puentes entre México y Japón a partir del arte gráfico de 1970 y plantea la necesidad de tomar conciencia del universo a partir de las charlas sobre astronomía. Entre tanto, el Mufi narra la historia detrás del último billete emitido bajo la soberanía de Oaxaca, el MTO presenta una exposición basada en prendas elaboradas a base de látex natural y Andares del Arte Popular comparte el trabajo de los artesanos con los que colaborarás este mes de septiembre.

No podemos dejar de mencionar la labor internacional de Seguimos Leyendo a partir de la promoción lectora; los talleres de escritura la de la Librería Grañén Porrúa; la preservación de la música como agente cultural del sonido por parte de la Fonoteca Juan León Mariscal, y la formación de públicos en las artes escénicas emprendida por la FAHHO Itinerante.

No dejen de visitar estos espacios para disfrutar y ser parte de cada uno de ellos. ¡Gracias por leernos!


La ENES UNAM es una realidad en Oaxaca

La Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca celebra la creación de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Unidad Oaxaca de la UNAM; asimismo, aplaude que se amplíen las oportunidades para que más jóvenes accedan a la educación superior de calidad.

No es un secreto que el corazón de Alfredo Harp Helú sea Puma y que haya promovido el desarrollo de su alma mater. Por eso ha sido un privilegio estar en primera fila para ser testigo de este trascendente acto, pues la FAHHO ha elogiado el proyecto desde su concepción.

En esta primera etapa, la ENES Oaxaca ofrece las siguientes licenciaturas: Administración, Contaduría, Negocios Internacionales, Informática e Historia, todas estas en modalidad escolarizada, así como Psicología a distancia. La propuesta académica busca aportar soluciones a las necesidades productivas, sociales, culturales y medioambientales del sur-sureste, a partir de la edificación de cimientos firmes para la ampliación futura de la educación continua de grado y posgrado.

Seguiremos trabajando juntos y deseamos larga vida a la presencia de la UNAM en Oaxaca.


¡Bienvenidos al reino de las nubes!

Tras dos años inolvidables explorando los secretos del maíz, el Museo Infantil de Oaxaca se transforma de nuevo. En su octavo aniversario, el MIO se sumerge por primera vez en la historia y la arqueología de nuestro estado con “El reino de las nubes”, su cuarta exposición interactiva.

Oaxaca atesora un patrimonio cultural excepcional. Hace miles de años estas tierras estuvieron habitadas por civilizaciones que dejaron huellas imborrables en las tradiciones, conocimientos e imaginarios de los pueblos indígenas. Pero también nos legaron un paisaje repleto de impresionantes sitios arqueológicos, de testigos materiales de su grandeza.

Aunque se dice a menudo que este patrimonio nos pertenece a todos, lo cierto es que las instituciones rara vez toman en cuenta a las niñas y niños. Incluso el material diseñado para ellos se siente como un complemento de la divulgación destinada a los adultos. Todavía más distante suele ser la interpretación de los vestigios, pues casi siempre asumimos que tratar de entender a las culturas del pasado es tarea exclusiva de los expertos.

Esa es la tradición que nos propusimos romper con “El reino de las nubes”. Sin embargo, primero tuvimos que resolver ciertas cuestiones. ¿Cómo hablar a las niñas y niños acerca de Monte Albán?, ¿cómo incluirlos en su interpretación?, ¿cómo conectar sus experiencias cotidianas con las de quienes habitaron la antigua capital zapoteca?

El resultado derivado de este proceso es una muestra basada en ambientes de aprendizaje. En las bodegas de la antigua estación del ferrocarril construimos una ensoñación en miniatura de Monte Albán, un gran espacio interactivo que permitirá a nuestros visitantes ponerse en los huaraches de los oaxaqueños de antes. Por medio de esta exposición buscamos devolver la imaginación a la arqueología, mientras proponemos las herramientas clave de la exploración y el juego para su enseñanza.

Más que hablar de datos, hipótesis y hallazgos, nuestro principal interés radica en tratar de entender cómo se vivía en Monte Albán. Es por ello que esta exposición aborda su historia por medio de seis salas interactivas enfocadas en temas tan cruciales, pero tan diversos, como la medicina, la astronomía, la cosmovisión, el urbanismo y la alfarería.

A partir de este mes, y durante los próximos dos años, podrás seguir el camino de los astros desde el Observatorio, pedir un consejo a tus ancestros en la Tumba, ofrecer tributos a Pitao Cociyo en el Templo y luchar por la renovación del mundo en el Juego de Pelota. Además, como es la tradición del MIO, exploraremos todos los aspectos de la vida en Monte Albán mediante una amplia oferta de experiencias, talleres, excursiones y eventos especiales.

Por otro lado, el Boletín FAHHO será la plataforma para comenzar a compartir textos originales sobre dicha ciudad, en los que las voces de los especialistas dialogarán con las infancias que descubren por primera vez la herencia de la cultura zapoteca, tanto la de ayer como la de nuestros días. Visita “El reino de las nubes”. Te esperamos de martes a domingo, durante los siguientes dos años, de 11 a 18 horas.


La “Carta Oaxaca”: Una declaración de principios sobre la investigación lingüística y las comunidades mesoamericanas

Oaxaca destaca como una de las regiones con mayor diversidad lingüística de México e incluso de América. Esta riqueza es sobre todo una herencia mesoamericana, ya que se remonta a los tiempos anteriores a la llegada de los europeos a este territorio. En Oaxaca se hablan quince lenguas mesoamericanas diferentes con numerosas variedades locales, estas se agrupan en cinco familias lingüísticas: mixezoque, yutonahua, huave, chontal y otomangue, siendo esta última la familia más extensa y diversificada de Oaxaca y Mesoamérica.

El estudio de estas lenguas puede ayudarnos a comprender la unidad y, a la vez, la diversidad del lenguaje humano. También puede arrojar luz sobre la profunda y extraordinaria historia de sus hablantes y de la región. Empero estas lenguas existen gracias a la vida comunitaria de sus hablantes, quienes, a lo largo de siglos y todavía al día de hoy, han enfrentado violencia, despojo y discriminación. Esto se refleja en la dramática y acelerada disminución del número de hablantes de lenguas mesoamericanas en las últimas décadas. Por lo tanto, resulta incongruente que los lingüistas se interesen por estas lenguas y sean indiferentes a las comunidades que las sustentan.

Esta situación convierte a investigadores y estudiantes —entre ellos cada vez más hablantes nativos de estas lenguas— en intermediarios entre las comunidades mesoamericanas, cuyas lenguas estudian, y las instituciones académicas que estructuran, financian y evalúan sus investigaciones. Sin embargo, existe poca orientación sobre cómo abordar esta situación. Es común que los investigadores no consideren adecuadamente las formas de reconocer a los participantes de la comunidad en sus investigaciones, o que no pongan los resultados a disposición de la comunidad.

Debido a esta situación, en 2023 se formó un comité —integrado por Ana Alonso Ortiz, Emiliana Cruz Cruz, Tajëëw Díaz Robles, Gabriela Pérez Báez y Michael Swanton— para elaborar una declaración de principios sobre la investigación lingüística y las comunidades mesoamericanas. El comité elaboró una propuesta preliminar con el objetivo de identificar los principios éticos claves que deberían considerarse en la investigación lingüística con comunidades mesoamericanas. Se identificaron cuatro: el principio de diligencia previa, el principio de consentimiento informado, el principio de reciprocidad y el principio de reconocimiento.

El borrador de la declaración, denominado Carta Oaxaca, se presentó en el Congreso de Lenguas Otomangues y Vecinas 9 (COLOV-9), el cual estuvo dedicado a la memoria de la labor de Francisco Toledo en favor de las lenguas originarias y tuvo lugar en el Centro Cultural San Pablo de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca y la Unidad de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México en Oaxaca, en abril de 2023. El comité presentó la declaración en una mesa especial celebrada el sábado 22 de abril y recibió diversos comentarios. La propuesta de los participantes del congreso fue socializar el documento y retomarlo en un congreso posterior.

Así se hizo. El borrador de la Carta Oaxaca se publicó en línea para recibir comentarios y se compartió con colegas. Posteriormente, en el COLOV-10 —dedicado a la memoria de J. Kathryn Josserand y celebrado en las mismas sedes en Oaxaca en abril de 2025—, los participantes del Congreso que así lo quisieron, como ocurrió con la mayoría, tuvieron la oportunidad de firmar su apoyo al documento. Con esta aprobación de los participantes del congreso más importante dedicado a las lenguas de Oaxaca, ahora la Carta Oaxaca puede servir de referencia para el diseño, la implementación y la evaluación de proyectos de investigación sobre lenguas indígenas; asimismo, constituye una base para una mayor reflexión sobre este tema buscando su mejora. A continuación, compartimos la Carta:

Carta Oaxaca
Una declaración de principios sobre la investigación lingüística y las comunidades mesoamericanas

Las lenguas mesoamericanas existen y resisten gracias a la vida comunitaria de sus hablantes. El estudio lingüístico de estas lenguas implica, pues, una relación entre los investigadores, sus instituciones y las comunidades mesoamericanas. En tanto investigadores de las lenguas mesoamericanas adoptamos los siguientes principios para guiar nuestras investigaciones, actividades y proyectos:

  1. Principio de diligencia previa. Se deben entender el contexto local y los procesos comunitarios antes de iniciar cualquier investigación, actividad o proyecto con una comunidad. Esto incluye conocer el sistema de autogestión de la comunidad en cuestión y cuáles son sus dinámicas y estructura interna de consulta, así como establecer una comunicación con las autoridades comunitarias relevantes.
  2. Principio de consentimiento informado. Cualquier comunidad (según se expresa por medio de sus autoridades), organización o persona que participa en investigaciones, actividades y proyectos debe recibir información completa y entendible acerca de los participantes, el propósito, la naturaleza, los resultados esperados (incluyendo el almacenamiento de los datos) y las posibles implicaciones de los mismos. Se entiende que el consentimiento informado es un proceso educativo, lo cual abarca todas las fases de la investigación, actividad o proyecto, y que una comunidad o un participante puede retirarse del proyecto en cualquier momento.
  3. Principio de reciprocidad. Las comunidades, organizaciones y personas que participan en alguna actividad, investigación o proyecto tienen derecho a acceder, compartir y beneficiarse de los resultados. Los resultados deben ser accesibles a la comunidad.
  4. Principio de reconocimiento. Las comunidades, organizaciones y personas que participan conjuntamente en investigaciones, actividades y proyectos deben ser debidamente reconocidas si así lo desean. Asimismo, los académicos que tengan acceso a materiales en las comunidades deberán reconocer la autoría y procedencia de dichos materiales.

Cincuenta mil visitantes, cincuenta mil historias

Los museos adquieren vida en el momento en que los visitantes se adentran en sus salas, mientras que las exposiciones cobran sentido hasta que la gente se apropia de ellas. Qué fortuna es decir que el Museo Diablos ha sido partícipe de este fenómeno de alquimia entre historia, arte, beisbol y la nación escarlata.

Con tres exposiciones temporales en nuestro haber y cambios en nuestra gran exposición permanente, desde abril de 2022 muchos han sido los momentos que se quedan grabados en las paredes del museo, pues así como nuestra afición es diversa, también lo son las emociones vividas a través de lo que cuentan sus visitantes frente a nuestras vitrinas y pantallas. Como aquellos que desde la entrada preguntan por Cananea Reyes y que, al encontrarlo, aplauden como si aún estuvieran en el Parque del Seguro Social reviviendo aquellas épocas. Están las familias en donde los diablos de antaño les platican a los más jóvenes de su grupo cómo sintieron la transición hacia el Foro Sol, o cómo fue ver a Daniel Fernández o a Nelson Barrera jugar en este parque. También se escuchan historias del Fray Nano y las veladas en la LIM, o el impacto que ha tenido el Estadio Alfredo Harp Helú desde que aquel compañero de trabajo los invitó a su primer juego de beisbol.

Pero el museo no solo funciona como una ventana al pasado, también es espejo de las maravillosas temporadas y récords que el equipo escarlata rompe día con día, tanto en el beisbol como en las nuevas disciplinas que ha abarcado, softbol y basquetbol. Trevor Bauer y Robinson Canó son de los más buscados estos últimos meses, y el hecho de tener expuestos los spikes que usaron en la misión 17 es un regalo para nuestros visitantes. En cuanto a nuestra área dedicada al softbol, ha sido realmente significativo el que jóvenes y niñas, que difícilmente pueden encontrar mujeres deportistas en algún espacio expositivo, ahora también puedan verse reflejadas en nuestras campeonas. Verlas ocupar un espacio que supera los 4 metros de altura es una metáfora museográfica femenina tan fuerte como conseguir la copa de la LMS este año.

Y es precisamente ese el propósito de este museo: ser un recordatorio constante de lo que significa pertenecer al equipo y de ser un diablo. Nuestra historia de más de 85 años, narrada en 16 salas, da cuenta de todo el esfuerzo y trabajo de la organización deportiva más ganadora del país. Gente fuera y dentro del terreno, en gradas o siguiendo las transmisiones, todos formamos parte de esta nación escarlata que crece cada temporada, al igual que nuestra historia incomparable.


El Pabellón de Osaka de 1970

La exposición “Imágenes y materia fotográfica. Impresiones japonesas de la década de 1970”, que se exhibe en el Centro Cultural San Pablo, da cuenta de los artistas que participaron en la exposición de Osaka de 1970.

El modelo de las grandes exposiciones universales encuentra su origen en 1851, cuando el príncipe Alberto de Sajonia y la reina Victoria de Reino Unido construyeron el célebre Palacio de Cristal —hoy Victoria and Albert Museum, en la capital londinense—, con el objetivo de presentar los grandes adelantos tecnológicos, científicos, artísticos y culturales de la Europa colonial.

Sería París, la Ciudad de la luz, quien abanderaría los grandes principios de la Modernidad en las exposiciones de 1855, 1889 y 1900. La Torre Eiffel, máximo bastión de la nueva era de hierro, vino acompañada de la reconfiguración urbana parisina en la que bulevares, jardines, salones de baile, arquitectura señorial y vida nocturna “iluminaron” a todo Occidente.

Esta tradición había llegado para quedarse. En el siglo XX, cada continente participante hizo lo propio para mostrar sus tradiciones, logros y propuestas en un escenario cada vez más global.

Osaka, gran ciudad portuaria y centro comercial de la isla japonesa de Honshu, fue la sede del Pabellón de 1970, que presentaba al Japón como un ave fénix emergiendo de entre las cenizas de la Segunda Guerra Mundial y sus devastadoras consecuencias. Entre el 15 de marzo y el 13 de septiembre de aquel año, “el progreso y la armonía de la humanidad” sesgaron la misión y objetivos de la muestra. Setenta y siete países fueron convocados a la tierra nipona que —poco más de 20 años después del epílogo fatal que dejaron los bombardeos atómicos en Hiroshima y Nagasaki— había logrado convertirse en una primera potencia mundial en las ramas de la electrónica, la tecnología y las comunicaciones.

El investigador Marco Polo Juárez Cruz señala que esto fue gracias al diseño integral de Kenzo Tange, referente de los postulados arquitectónicos modernos y neofuturistas:

[…] La Exposición General de primera categoría de Osaka, celebrada de marzo a septiembre de 1970, significó la oportunidad de Japón para reposicionarse como una nación de vanguardia. Superar la derrota en la Segunda Guerra Mundial implicó un cambio en su economía con un fuerte empuje industrial, que le permitió alcanzar un alto nivel de bienestar. Como parte importante del resurgimiento, las empresas japonesas desarrollaron pabellones en los que se mostraron todos los avances en tecnología y la innovación en el uso de materiales.

México también fue invitado y su pabellón quedó a cargo del maestro Agustín Hernández —quien tomó como modelo los antiguos teocallis mesoamericanos—, acompañado de la propuesta museológica de Fernando Gamboa.

Importantes maestros del arte nacional —más adelante conocidos como integrantes de la generación de Ruptura— participaron con lienzos monumentales que apostarían, desde la trinchera del abstraccionismo, por una visión de paz y armonía entre las naciones. La postura crítica y sugerente de los artistas, entre quienes destacaron Manuel Felguérez, Lilia Carrillo, Fernando García Ponce y Gilberto Aceves Navarro, se tradujo en obras de color, geometría, yuxtaposiciones de formas y texturas en cálido encuentro con la producción gráfica japonesa de la época.

La exposición que se presenta en el Centro Cultural San Pablo muestra 50 piezas de serigrafía, litografía y huecograbado de distintos artífices de la estampa japonesa, como Tetsuya Noda, Kosuke Kimura, Akira Matsumoto, Satoshi Saito, Hideki Kimura o Jiro Takamatsu, quienes abrevaron en el binomio de la fotografía y la gráfica como nueva propuesta de distribución masiva. Asimismo, el papel del collage, en la superposición de elementos tradicionales y contemporáneos, es una constante en la muestra. La materia gráfica, como el papel, la piedra o la madera fueron objeto de nuevos significados para los maestros Koji Enokura o Shoichi Ida (por mencionar algunos), quienes presentan muy afortunadas series texturizadas en papel hecho a mano. El surcoreano Lee Ufan, por su parte, está presente en la exposición con planos resolutivos en blanco y negro que evocan las pautas del Informalismo matérico catalán, abanderado por Antoni Tàpies.

El visitante que recorra los espacios de la galería del Centro Cultural San Pablo, hasta el próximo 12 de octubre, encontrará en estas obras un sugerente diálogo entre espejos y reflejos de Oriente y Occidente por medio de la gráfica moderna.


Conociendo la cultura hñähñu

El pasado mes de julio Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México tuvo la fortuna de ser invitado a visitar Hmunts’a Hēm’i, Centro de Documentación y Asesoría Hñähñu, localizado en Ixmiquilpan, Hidalgo. Esta organización fue creada como un centro de intercambio, organización, archivo, investigación y asesoría con la meta de fomentar el desarrollo y la difusión de la cultura hñähñu, antes conocida como otomí; con el pasar de los años se ha integrado un espacio documental compuesto por diversos fondos y colecciones, tanto bibliográficos como documentales, centrados en el estudio de la lengua y las expresiones culturales hñähñus. Su actual directora, Verónica Kugel, se ha dado a la tarea de fortalecer la presencia de Hmunts’a Hēm’i a partir de diferentes estrategias de difusión y divulgación, como los congresos y coloquios, las publicaciones de carácter académico y aquellas enfocadas en la cultura popular regional, así como el acercamiento a través de las redes sociales, medio por el cual se ha alcanzado un gran impacto local, regional y hasta internacional. Hmunts’a Hēm’i resguarda, además de materiales en soporte de papel, material fotográfico, grabaciones de audio y video, así como microfilmes que abarcan los temas de antropología, arqueología, historia y lingüística de México, con un énfasis particular en el estado de Hidalgo, el Valle del Mezquital y los ñähñus. Su labor también se extiende a la enseñanza de la lengua hñähñu mediante cursos de lectoescritura, especialmente para todos aquellos interesados en conocer la lengua de sus antepasados.

Una de las expresiones culturales que también tuvo la oportunidad de apreciar la directora de Adabi, Verónica Loera y Chávez, es la de la colección personal de textiles de la directora de Hmunts’a Hēm’i, la cual se encuentra en proceso de organización dentro de una base de datos digital, cuyo registro incluye una imagen de cada pieza. La idea es dar a conocer estos trabajos realizados por manos hñähñus, que datan de hace dos o tres décadas, pues se trata de piezas que son una herencia familiar. La sistematización de la información, que es llevada a cabo por una experta bordadora local, permitirá conocer la travesía histórica de los bordados así como sus permanencias y transformaciones y, por supuesto, la maestría con la que fueron creadas.

El viaje también tuvo la intención de conocer el archivo parroquial de la Purísima Concepción de Cardonal, cuyo párroco está muy consciente de la importancia de este acervo histórico que inicia en el siglo XVIII, por lo que se encuentra determinado a dejar el archivo en las mejores condiciones posibles de conservación y custodia antes de que termine su administración en dicha parroquia. Para ello ya se ha iniciado el proceso de inventario y registro de los libros sacramentales, que también serán digitalizados con el fin de resguardar los documentos originales, así como de difundir el material digital resultante. El presbítero también tiene el interés de adecuar y reservar un lugar dentro de la parroquia en donde se pueda resguardar el archivo histórico; asimismo, busca la conservación del archivo actual que, debido a su uso intensivo, necesita ser reforzado para volver a manipularlo con confianza.


Cantos de lluvia

Cuando muere una lengua
todo lo que hay en el mundo,
mares y ríos, animales y plantas,
ni se piensan, ni se pronuncian
con atisbos y sonidos
que no existen ya.

Miguel León Portilla

Cada una de las lenguas existentes constituye la herencia sagrada que un pueblo entrega a sus descendientes para que puedan nombrar el mundo, designar todo aquello que les rodea, pero también para poder dar nombre a los sentimientos, la espiritualidad, y todo aquello que le permite a un pueblo caminar unido y organizarse para hacer comunidad.

Asimismo, sabemos que, como todo en este mundo, nuestras lenguas también están en movimiento y se enriquecen constantemente con el conocimiento de otros pueblos, a quienes igualmente compartimos el conocimiento propio. De esta forma nuestras lenguas nos permiten establecer una rica comunicación dirigida hacia la complementación, comprendiendo que ninguna está por encima o es más importante que otra. Al contrario, debemos trabajar siempre por preservar la extraordinaria riqueza que nos brinda la diversidad, lo cual genera una inagotable variedad fonética y una prolífica pluralidad de pensamiento.

Por esta razón en nuestro colectivo Ndiikanu Tu‘un Tza‘a (‘palabras que florecenʼ), estamos conscientes de que formamos parte de un pueblo que ha recibido de sus ancestros una herencia sagrada, nuestra lengua materna, el Tu‘un Savi. Es por eso que trabajamos para su preservación, buscando diversas formas para lograrlo.

En esta ocasión tuvimos una feliz coincidencia con el taller de gráfica TEQUEVI, encabezado por el maestro Fernando Ramírez, quien invitó a una veintena de maestros del pincel — originarios de la Mixteca— a expresar su reflexión por medio del arte; lo que para cada uno significan nuestras lenguas maternas. El resultado es una importante exposición nombrada “Cantos de lluvia” que dio inicio en Casa Huaxuapa, un centro de exposiciones ubicado en el municipio de Huajuapan de León y que ahora itinera en la BS Biblioteca Infantil Casa de la Cacica, de San Pedro y San Pablo Teposcolula.


El infinito o lo que nos falta por conocer

El nivel de conocimiento que alcanzamos como seres humanos puede ser muy falaz. Sería largo reflexionar acerca de la calidad y profundidad del conocimiento que hemos adquirido por la profesión u oficio que ejercemos, mismo que varía notablemente de una persona a otra, aun con circunstancias o trayectorias personales similares.

Por otro lado, hablando de nuestra realidad inmediata, la mayoría pensamos conocerla “al dedillo”: los lugares que frecuentamos (digitales o reales), el hogar que habitamos, las personas que nos rodean. Esto, claro, sería muy discutible si consideramos el gran número de sorpresas que todo ello nos genera, muchas veces hasta de manera reiterada.

Un número menor de personas pensamos que conocemos bien los fenómenos naturales que ocurren en nuestro mundo, sus causas y consecuencias. Y con todo, de cuando en cuando surgen fenómenos no muy conocidos, como ocurrió recientemente con la Dana que golpeó violentamente a España. Ahí fue cuando muchos supimos que “el fenómeno por el que suceden fuertes tormentas a razón de que una masa de aire frío se separa de la corriente en chorro y se desplaza sobre una zona, interactuando con masas de aire más cálido y húmedo”, se llama, precisamente, Dana.

Y creo que un número muchísimo menor estamos interesados (y, por consecuencia lógica, conocemos bastante menos) sobre lo que ocurre fuera de nuestro planeta; justamente en ese infinito espacio tiempo que tantos científicos, célebres y no tan célebres, han estudiado a lo largo de la historia. Gracias a ese número de personas es que la mayoría sabemos por qué ocurren el día y la noche, o por qué hay ciclos lunares. Sin embargo, es un gran número el de quienes nos limitamos solo a experimentar las diversas emociones que nos provocan los misterios que miramos en el cielo.

Todos esos fenómenos que ocurren fuera de nuestro planeta existen aún si no los conocemos; y de hecho varios de ellos nos han afectado o afectan de un modo u otro, aún si no somos conscientes de su existencia y menos de su procedencia o evolución. Decía el escritor Ermilo Abreu, en su célebre Canek: “Aunque no se conoce, existe el número de las estrellas y el número de los granos de arena”. Aunque no lo conozcamos, ese número existe. Pese a que no seamos conscientes de la importancia de ciertos fenómenos que ocurren en el universo, ellos existen y de algún modo tienen relación con nuestro planeta…, y, por ende, con todos los seres que lo habitamos.

¿Cuánto nos faltará por descifrar del universo? ¿Cuánto conocimiento tenemos pendiente por adquirir respecto al espacio-tiempo donde transcurre nuestra vida? El universo con sus galaxias, estrellas, planetas, supernovas, agujeros negros, asteroides, nebulosas, constelaciones; con todos los fenómenos que le son propios; con esa energía que está constantemente en movimiento, y que, en esencia —como enunciara el gran químico Lavoisier—, “ni se crea ni se pierde, solo se transforma”; toda esta inconmensurabilidad es una fuente in-a-go-table de conocimiento desafiante para la inteligencia humana.

La razón esencial de que el Centro Cultural San Pablo abra espacios al Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México es precisamente el hecho de que compartimos la convicción de la necesidad de conocer nuestro universo, ese que parece lejano, ¡pero existe! Y no solo existe, sino que formamos parte de él, con todo y sus reglas del juego.

Alcanzar una mayor conciencia de nuestra finitud y del valor real de nuestra vida y paso por este planeta, puede ser también, sin duda alguna, parte de la importancia que tiene estudiar astronomía. Y desde luego, lograr esa conciencia de cuán limitado puede ser el conocimiento humano de todo cuanto nos rodea, es muy posible que redunde en un mayor interés por desentrañar, aunque sea un poco, el movimiento infinito que se gesta en el universo.

Movimiento, energía, elementos en constante interacción y cambio: cuánto hay por conocer. Ni qué reclamar a Carl Sagan cuando afirma que “un universo del que conociéramos todo, sería estático y deprimente, tan aburrido como el cielo que nos prometen ciertos teólogos pobres de espíritu”.1 Nada hay de aburrido en el universo. Y sí hay, literalmente, un infinito por descubrir y conocer.

1. Carl Sagan, El cerebro de Broca (Barcelona: Crítica, 2017)


El misterio laico

Hay más misterio en la sombra de
un hombre caminando en un día soleado,
que en todas las religiones del mundo.

Giorgio de Chirico

Jean Cocteau y Giorgio de Chirico se conocieron en París, en 1917, durante la Primera Guerra Mundial. La amistad entre ambos fue significativa en sus respectivas carreras. Cocteau, quien era una figura clave en el mundo del arte parisino, introdujo a De Chirico en un círculo más amplio de artistas e intelectuales, ayudándolo a difundir la influencia de su arte metafísico. Cocteau admiraba la capacidad de De Chirico para crear esas imágenes oníricas y misteriosas que influyeron en su propia obra.

De Chirico fue un artista y escritor italiano nacido en Volos, Grecia. En los años previos a la Primera Guerra Mundial fundó el movimiento artístico de la escuela metafísica, formulando sus principios junto con su hermano, el poeta Alberto Savinio y el artista futurista Carlo Carrà. De Chirico comparó la obra de arte metafísica con “la superficie plana de un océano en perfecta calma”, que “nos perturba… por todo lo desconocido que se esconde en sus profundidades”. El término llegaría a abarcar la parte más conocida de su obra, producida aproximadamente entre 1911 y 1917; fue este periodo “metafísico” el que ejercería una influencia enorme sobre los surrealistas en la década siguiente.

En la obra de De Chirico el pasado se encuentra con el presente en un espacio onírico. Los seres humanos se convierten en maniquís sin rostro, deshumanizados por el conflicto bélico. Su obra evoca las soledades y angustias de la sociedad de masas de la era industrial. Su adopción de perspectivas dispares y bloques fuertes monocromáticos de pintura dan una poderosa sensación de contraste, evocan el claroscuro del mediodía mediterráneo. Sus imágenes metafísicas, a caballo entre el subconsciente y lo enigmático, entre el sueño y la memoria, donde tiempo y espacio se detienen congelados, se hallan entre las referencias visuales de nuestro tiempo.

Cocteau, aparte de poeta, novelista, ensayista, dramaturgo, pintor, crítico y cineasta, fue contemporáneo de Giorgio de Chirico. Vivió y protagonizó la época de las vanguardias en París, participando activamente en todas ellas, pero sin adherirse a ninguna en concreto. Cocteau, poeta antes que nada, enfatizó desde el comienzo de su carrera que, fuera cual fuera el género en el que trabajara, todas sus creaciones eran esencialmente poesía.

En la Biblioteca Henestrosa encontramos la primera edición de Le Mystère laïc, un libro escrito por Cocteau y publicado en 1928 por Éditions des Quatre Chemins en París. Es un ensayo poético sobre la obra de De Chirico, considerado un ejemplo de libro ilustrado. Los primeros números de la tirada incluyeron un dibujo de Cocteau y diez aguafuertes de De Chirico. En la Biblioteca Henestrosa se encuentra el ejemplar número 654, de un total de 2875, impreso en papel rives à la forme, que incluye cinco reproducciones fotomecánicas. Los grabados originales fueron creados al estilo de la pintura metafísica durante el segundo periodo parisino de De Chirico, cuando se relacionaba con los surrealistas de la mano de Guillaume Apollinaire.

La obra es un ejemplo de la colaboración entre Cocteau y De Chirico, y es considerada un objeto de arte en sí misma por su presentación. Como es común en sus obras más representativas, este librito presenta las plazas italianas desiertas con sus pórticos y sombras misteriosas que se alargan, maniquís y estatuas a veces sin cabeza, con un trasfondo de locomotoras trenes, veleros y chimeneas de fábrica en una perspectiva ilógica. La visión de unos caballos era, para el pintor, una experiencia similar a la aparición de una deidad antigua. Esta imaginería refleja la influencia de autores simbolistas y su afinidad con la filosofía de Schopenhauer y Nietzsche, así como con la mitología de su ciudad natal.

Sus creaciones tuvieron influencia en pintores como Max Ernst, René Magritte, Paul Delvaux, Salvador Dalí y George Grosz. En México es posible reconocer su influencia en las obras de José Clemente Orozco, Rufino Tamayo, María Izquierdo, Frida Kahlo, Alfonso Michel, Agustín Lazo, Carlos Orozco Romero y Rodolfo Morales.


Desde el Perú, palabras que siembran mundos lectores

Durante varios meses formamos parte del 11° Diplomado de Literatura Infantil y Juvenil, organizado por la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca y la Universidad La Salle en México. Esta experiencia amplió nuestros conocimientos sobre el universo literario dirigido a niños y jóvenes, además, transformó nuestra manera de entender la literatura y la mediación lectora como una herramienta fundamental para el desarrollo cultural.

La aplicación de estrategias, así como la creación de ambientes seguros, colaborativos, lúdicos y contextualizados de acuerdo con los intereses y necesidades de los niños, generaron un impacto significativo en las poblaciones infantiles con las que trabajamos.

A continuación, presentamos dos de los proyectos ejecutados en Perú.

El proyecto “Camino lector: Pequeños constructores”, de la autoría de Judy Rivas O’Connor, fue llevado a cabo con la comunidad de niños y niñas de 5 años del Aula “Constructores” de la I.E.I. 005 Jesusito Milagroso, Lima, Perú. Este proyecto sembró la semilla del gusto por la literatura infantil, brindando a los niños experiencias lectoras significativas que han potenciado su comprensión y disfrute, así como el desarrollo de un pensamiento creativo al mismo tiempo que crítico. Paralelamente, se ha impulsado un interés auténtico por la lectura, especialmente al sumar en este proceso a las familias como piezas claves y colaboradoras activas en este enriquecedor viaje lector.

Para la autora, este proyecto ha significado mucho más que una simple propuesta pedagógica; ha sido, en esencia, un camino de profunda transformación y autodescubrimiento. “Camino lector: Pequeños constructores” le ha permitido dimensionar el inmenso poder de la literatura: su capacidad para tejer lazos, nutrir la sensibilidad y edificar una comunidad unida por las historias.

Por otra parte, el proyecto “Semillitas lectoras Oxa”, de Adriana Russac Camacho, estuvo dirigido a niñas y niños de 7 y 10 años pertenecientes a los grupos de Aspirantes Brigadas Ecológicas del Parque Nacional Yanachaga Chemillén, administrado por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP). El proyecto se propuso un hermoso objetivo: acercar la literatura infantil a niños y niñas mediante las estrategias de lectura silenciosa y en voz alta en una visita al Parque Yanachaga Chemillén, donde pudieron hacer una “lectura natural” del entorno y crear cuentos originales que reflejaran su creciente conciencia sobre el cuidado de la naturaleza.

Los logros de este proyecto fueron significativos gracias a que niños y niñas pudieron acceder a una selección diversa de cuentos de calidad, los cuales nutrieron su imaginación y gusto por la estética de la literatura infantil; a su vez, expresaron su pensar y sentir por medio de la producción de cuentos, dejando claro su profundo respeto por el entorno natural. Como partícipes de este proceso, los padres de familia se comprometieron en la promoción de la lectura infantil. En definitiva, esta experiencia no solo transformó positivamente a la población participante, sino que también potenció las prácticas y aprendizajes en la mediación literaria y ambiental.

Agradecemos la oportunidad de este Diplomado, a los maestros y compañeros de estudio que con su profesionalismo y pasión nos han guiado en un viaje maravilloso por la Literatura Infantil y Juvenil.


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