Documentos de José F. Gómez

Carta de Enrique León a Matías Romero del 4 de diciembre de 1911

Cuando se piensa en una biblioteca, viene a la mente un lugar con una gran cantidad de libros con temáticas muy diversas; sin embargo, estos espacios de conocimiento no solo resguardan libros, también pueden contener documentos, música impresa o grabada e incluso objetos. Este es el caso de la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa que, entre sus múltiples acervos, resguarda fondos y colecciones documentales.

En esta ocasión, se hace un acercamiento a la colección documental de José F. Gómez, personaje polémico y emblemático del municipio de Juchitán de Zaragoza, perteneciente a la región del Istmo de Tehuantepec. Pero ¿quién fue José F. Gómez? y ¿por qué sus documentos son importantes? Para dar respuesta a estas interrogantes, se presenta a continuación un resumen biográfico del personaje y posteriormente se describe la colección documental.

El personaje
José F. Gómez nació el 21 de enero de 1858 en Juchitán de Zaragoza, se recibió de abogado en el Instituto de Ciencias y Artes del Estado de Oaxaca y se desempeñó en diversos cargos en distintas partes del país: presidente municipal, diputado, jefe político, administrador del timbre, agente de una sociedad de ahorros y también juez de distrito.

El 2 de noviembre de 1911, José F. Gómez, siendo presidente municipal y jefe político interino del distrito de Juchitán, encabezó una revuelta popular como respuesta a la determinación del gobernador del estado, Benito Juárez Maza, de nombrar como jefe político de Juchitán a Enrique León. Las hostilidades entre los inconformes y el gobierno del estado duraron poco más de un mes, hasta que el día 4 de diciembre de 1911 aprehendieron a Gómez y su comitiva, cuando se dirigían a la Ciudad de México para entrevistarse con Francisco I. Madero. El fin era llegar a un acuerdo para calmar las hostilidades en la región del Istmo.

Para el día 5 de diciembre de 1911 —por medio de un telegrama que Ventura J. Cano, presidente municipal de Rincón Antonio, envió al jefe político de Juchitán— se dio a conocer que la comisión que conducía al Lic. Gómez y socios fueron atacados a tiros por sujetos desconocidos, y que durante el ataque había sido asesinado José F. Gómez. La rebelión, ahora denominado Chegomista, duró más tiempo, sin embargo, fue en diciembre que el principal líder de la rebelión fue eliminado.

Carta de José F. Gómez del 2 de noviembre de 1911

Los documentos
Recientemente concluyó la organización y descripción de la documentación que conforma la colección de José F. Gómez. Como resultado se obtuvo un catálogo que cuenta con 186 expedientes que datan de 1841 a 1966. El grueso de la documentación se compone de telegramas y correspondencias de la jefatura política del distrito de Juchitán, que describen buena parte del movimiento insurgente con José F. Gómez al frente. En menor medida encontramos documentos sobre la vida personal y familiar de este personaje, así como de su desempeño laboral. Finalmente, se localizó un pequeño grupo de documentos, el cual se encontraba anexo a la documentación principal sin poder establecer relación alguna con José F. Gómez.

Cabe señalar que esta colección resultó del esfuerzo del maestro Francisco Toledo por recopilar información sobre José F. Gómez, y que al donar los documentos a la Burgoa enriqueció los datos acerca del tema.


Llegan a la BIJC dos importantes obras del historiador Manuel Martínez Gracida

Federico Jiménez Caballero donando su colección a la BIJC. Fotografía: Eduardo González

Gracias a la donación del diseñador y coleccionista de origen oaxaqueño Federico Jiménez Caballero, a los acervos de la Biblioteca de Investigación Juán de Córdova de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca han arribado dos obras sobresalientes de Manuel Martínez Gracida, probablemente el “historiador más importante de Oaxaca”, en palabras del doctor Sebastián van Doesburg, director de la Biblioteca.

La primera se trata de la publicación Colección de Cuadros sinópticos de los pueblos, haciendas y ranchos del Estado Libre y Soberano de Oaxaca, fechada en septiembre de 1883; y la segunda es un ejemplar de Ita Andehui, leyenda mixteca, datada a inicios del siglo XX, específicamente en 1906.

Cuenta Van Doesburg que siendo Martínez Gracida oficial mayor del Gobierno del Estado, durante el Porfiriato, el intelectual ejuteco tenía la intención de escribir la “gran obra de la historia de Oaxaca”, en un tiempo en que el gobierno de México presentaba al mundo —mediante exposiciones y congresos internacionales— “la identidad mexicana”, creada con elementos de las distintas culturas regionales, para demostrar la estabilidad del país después de las guerras posteriores al movimiento independentista.

Como reacción local a este proceso, “más que en cualquier otro estado, en Oaxaca creció durante el Porfiriato una gran narrativa de la historia oaxaqueña, conectada con una diversidad cultural que todavía se encuentra muy marcada. Hoy en día, de todos los estados, quizá Oaxaca tiene la identidad más fuerte, más arraigada, y esa idea de que hubiera una identidad oaxaqueña, que obviamente antes no existía como tal, fue la gran obra de don Manuel Martínez Gracida”, señala Van Doesburg. Debido al inicio de la Revolución Mexicana, la gran obra de Martínez Gracida —Los indios oaxaqueños y sus monumentos arqueológicos— no fue publicada.

Sin embargo, otros libros sí vieron la luz de forma impresa. Por ejemplo, en los Cuadros sinópticos se recopiló por primera vez toda la historia que hasta ese momento se conocía de las comunidades del estado, “desde los pueblos más grandes a los más pequeños”, el clima de cada uno, sus edificios y documentos importantes, las lenguas que hablaban, entre otros temas. “Es un libro muy consultado desde 1883 y hasta hoy no hay otra compilación tan completa como esta”. En las bibliotecas Andrés Henestrosa y Fray Francisco de Burgoa existen ejemplares de los Cuadros sinópticos, pero sigue siendo una publicación sumamente rara, por lo que la integración de este libro a los estantes de la BIJC ofrece a los oaxaqueños la oportunidad de tener en sus manos una fuente invaluable sobre la historia de las diferentes comunidades de Oaxaca.

Otra de las publicaciones sobresalientes de Martínez Gracida fue la “leyenda de Ita Andehui”, uno de sus libros más exitosos. El nombre de Itandehui sigue siendo común para mujeres oaxaqueñas con raíces mixtecas, al igual que el de Donají para las de origen zapoteco. Ambos, menciona Van Doesburg, son “marcadores de la etnicidad oaxaqueña” porque mediante una historia romántica, tal vez ficticia y fantasiosa, inspirada en leyendas, Martínez Gracida crea una nueva mitología oaxaqueña. Sin embargo, son muy pocos ejemplares los que sobreviven de la edición oaxaqueña de 1906.

La Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, por medio de la BIJC, agradece al coleccionista Federico Jiménez Caballero la donación que llega a enriquecer los acervos de la Biblioteca, gracias a la gestión del doctor Alejandro de Ávila, director del Jardín Etnobiológico de Oaxaca y curador del Museo Textil de Oaxaca.

Ambas obras y las más de 70 publicaciones entregadas en donación por Jiménez Caballero, serán intervenidas y restauradas próximamente para consulta de todos los interesados en la historia identitaria de Oaxaca.

La Biblioteca de Investigación Juan de Córdova se ubica en el interior del Centro Cultural San Pablo, y puede visitarse de lunes a domingo, de 10 a 20 horas. La entrada es libre.


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