Vestidos con sus mejores galas

Fotografía: Acervo Iturribarría que resguarda la Biblioteca Francisco de Burgoa.

La Biblioteca Fray Francisco de Burgoa resguarda el patrimonio bibliográfico y documental de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, mismo que se ha ido enriqueciendo a lo largo de los años, hasta contar con treinta mil títulos que abarcan una variedad de temas en materia de religión, política, cultura y lingüística. Además, conserva diferentes fondos que han sido donados por distintos personajes oaxaqueños.

Un ejemplo de ello es el acervo Jorge Fernando Iturribarría (1902-1981) –uno de los más importantes historiadores de Oaxaca–, en cuyo proceso de inventario de documentos y posterior catalogación participé durante mi servicio social. Los documentos del acervo Iturribarría me dieron la oportunidad de ver cómo era el Oaxaca del siglo XIX, con sus cambios geográficos y políticos, mientras que la ciudad se encontraba modernizando sus carreteras y edificios.

Por otro lado, cada uno de los documentos me mostraron la vida de Iturribarría: sus ocupaciones políticas, escolares, así como sus pasatiempos. Este acercamiento al material bio-bibliográfico me dio la posibilidad de conocer también el estilo de su escritura, la forma de corregir y quiénes de sus amigos eran sus lectores frecuentes, así como sus investigaciones y las fuentes de sus biografías. Conforme avanzaba el tiempo me di cuenta de la riqueza del acervo, así como del trayecto del señor Iturribarría.

Durante el proceso de registro, fue interesante conocer la correspondencia entre el historiador y sus amistades, ya que sin duda alguna eran personalidades relevantes, como Manuel Brioso y Candiani, Manuel R. Palacios, Jorge L. Tamayo, Fernando Ramírez de Aguilar, Daniel Cosío Villegas y los hermanos Bustamante Vasconcelos, por mencionar algunas de las más cercanas.

Fotografía: Acervo Iturribarría que resguarda la Biblioteca Francisco de Burgoa.

Además de ser grandes compañeros de aventuras, entre ellos compartían materiales y fuentes de investigación (muchas veces tenían que sacarles copias mecanografiadas para que pudieran ser analizadas, ya que por su importancia se temía que estas fueran extraviadas por la Agencia de Correos). Esto me recuerda una breve anécdota que se cuenta en la carta de Jorge Fernando Iturribarría a Manuel R. Palacios, fechada el 9 de septiembre de 1957, en la cual le confirma la llegada tardía de los totopos istmeños que se habían extraviado en la oficina de Correos.

Conforme avanzaba en el proceso de inventario, me encontré con el manuscrito de su obra, las biografías que utilizó para su libro La generación oaxaqueña 57: síntesis biográfica. En este texto expone la vida de grandes políticos, entre ellos Benito Juárez, Porfirio Díaz, José María del Castillo Velasco, Marcos Pérez y José María Díaz Ordaz, por mencionar algunos de los nombres que aparecen en esta obra.

Finalmente, uno de los últimos trabajos de Iturribarría que me encontré fue una recopilación de cartas publicadas en el periódico El Imparcial entre mayo, junio y julio de 1917. A partir de esta recopilación, tituló su trabajo El archivo de la reacción. Este libro recopila la correspondencia con José Yves Limantour –uno de los principales políticos y financieros en el porfiriato– y su grupo; además de las epístolas, Iturribarría también hizo una introducción histórica de este compendio antes de presentar su propuesta a la editorial Fondo de Cultura Económica para su publicación, tal como lo indica Iturribarría en su carta fechada el 30 de mayo de 1971.

Para finalizar, hago un exhorto a que nuestros lectores se acerquen a leer esta obra y a conocer el acervo que está disponible para consulta en la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa, y vean los tesoros que se pueden encontrar ahí.


Mural Mensajeros

Fotografía: Acervo del Museo de la Filatelia de Oaxaca

El mural comienza en el lado izquierdo con una serie de letras en color gris, que mezclan nuestro alfabeto tradicional con el cúfico, un antiguo estilo de caligrafía árabe. Esta fusión se refleja en las prolongaciones y adornos presentes en las terminaciones de las letras, creando un enlace entre culturas y tiempos. Dentro de estas letras, se encuentran diecisiete traducciones de la palabra Oaxaca en lenguas originarias del estado, como el zapoteco, mixteco, mazateco, entre otras. Estas palabras se entrelazan y forman un marco natural que enmarca varios timbres postales que descienden en forma de lluvia, representando a diversos insectos propios de la región, símbolos de la riqueza natural y cultural de Oaxaca.

Hacia el otro extremo del mural, se despliegan círculos y rombos elaborados en letras góticas de distintos colores. Cada figura geométrica contiene los nombres de personas que han caminado por las calles de Oaxaca.

El mural concluye con la imagen de un colibrí, símbolo de ligereza y rapidez, que atraviesa las figuras geométricas. Con un sobre en el pico, simboliza la comunicación, mientras intenta atrapar uno de los timbres postales que caen, evocando el acto de enviar un mensaje y la esperanza de que llegue a su destino.


El archivo de la agencia municipal de San Pablo Güilá

Fotografía: Acervo de Adabi Oaxaca

La Agencia de San Pablo Güilá pertenece al municipio de Santiago Matatlán en Oaxaca. La población hablante del zapoteco se rige por un sistema de usos y costumbres en donde la Asamblea General Comunitaria es la máxima autoridad de gobierno junto con el cabildo municipal, las autoridades ejidales, eclesiásticas y las mesas directivas de la sección primera y tercera en las que está dividido el pueblo.

La organización del archivo de la agencia municipal formó parte del proyecto planteado por las mesas directivas para el ejercicio de su cargo por acuerdo de la Asamblea. Por eso contactaron al equipo de Adabi Oaxaca, para realizar los procesos archivísticos que requería un conjunto de documentos que encontraron durante sus gestiones agrarias.

Ahora el archivo de la agencia municipal de San Pablo Güilá está organizado en las secciones Gobierno, Hacienda, Justicia y Registro Civil, cada una subdividida en series de acuerdo con sus actividades administrativas. Es así como el archivo se conforma de dieciséis cajas con documentos que van de 1582 a 1980. El expediente más antiguo está integrado por una serie de testimonios legales sobre la propiedad de la tierra que fueron presentados en un conflicto por linderos con San Baltazar Chichicápam. Entre ellos se encuentra una licencia del 4 de diciembre de 1582 otorgada por el virrey Lorenzo Suárez de Mendoza a Domingo García, indio principal del pueblo de San Pablo, para tener en sus terrenos doscientas ovejas con la condición de evitar el daño en las siembras de los naturales. Asimismo, se adjuntan otras mercedes otorgadas a particulares o al común del pueblo para establecer estancias de ganado menor a fines del siglo XVI. Estos documentos demuestran la posesión de sus tierras desde tiempos inmemoriales.

Fotografía: Acervo de Adabi Oaxaca

Otros documentos permiten conocer la historia de la comunidad, e incluso la de los pueblos vecinos con los que Güilá mantuvo relaciones políticas o conflictos territoriales. Algunos tratan sobre la defensa de su territorio, la construcción del templo, los abusos de los alcaldes mayores o frailes por servicios personales, los daños causados por el ganado de las haciendas vecinas, etc. También se identificaron tres documentos escritos en lengua zapoteca.

De igual modo, se decidió organizar el archivo de concentración, integrado por documentos de fechas más recientes resguardados en 128 cajas. Contiene información sobre el funcionamiento de la agencia municipal como la asignación de cargos, actas de asamblea, fiestas religiosas, construcción de edificios públicos, escuelas, etc. Sin embargo, su acceso será restringido porque aún tiene trámites vigentes.

Finalmente, el inventario facilitará la consulta del archivo de San Pablo Güilá, que ahora está disponible para todos los interesados en la historia de la comunidad y de esta región de los Valles Centrales. Debo mencionar que cuando informamos sobre los resultados de este proyecto durante la entrega-recepción a las mesas directivas, el pueblo reunido en asamblea expresó su satisfacción con este trabajo, asimismo, externó su agradecimiento a la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca.


Arte en vidrio

Fotografía: Acervo del Centro Cultural San Pablo

Cada artista sabe que está viviendo por segunda vez.
Carlos Fuentes

El Centro Cultural San Pablo presenta este otoño una exposición dedicada al arte en vidrio. Tres empresas que producen vidrio en Oaxaca fueron fundadas por artistas y, a lo largo de los últimos años, han trabajado con diseñadores o con otros artistas para crear obras en colaboración, además de sus propias piezas.

Para esta exposición Christian Thornton (Xaquixe) presenta una instalación de enigmáticas obras que dialogan con el camino de agua del patio Dómina, como si quiotes de vidrio negros y blancos crecieran del camino sobre pequeñas piedras como enormes botones a punto de abrir, junto a semillas de vidrio descansando con toda su voluntad en tensión concentrada.

Estas plantas que viven sobre tallos de acero, parecen también flamas detenidas en otro tiempo, y son ideales para este patio donde un día puede durar un año, o diez años. Christian Thornton también presenta distintas obras realizadas en colaboración con Gandalf Gaván, Christina Stadlbauer y Mateo Gabayet; y obras que algunos artistas han realizado en Xaquixe: Jan Hendrix, Nicola López, Adán Paredes y el maestro Francisco Toledo.

Salime Harp (Xaquixe) presenta una instalación de 8 metros de altura compuesta por hojas y flores de vidrio de distintos colores que remiten a un vestido del Istmo de Tehuantepec, y nos muestran las posibilidades del material para construir desde pequeñas hojas de un verde hermoso, hasta flores grandes de un rojo o naranja intensos que recuerdan el horno y el fuego que les dio origen.

Esta obra de Salime, pensada y diseñada para ese muro del atrio del Centro Cultural San Pablo, además de un homenaje a la tradición textil de Oaxaca, es un reconocimiento a la habilidad de los artesanos y artistas que usan el vidrio como materia prima.

Y por otra parte, considerando que el vidrio es arena de sílice (SiO2) + carbonato de sodio (Na2CO3) + caliza (CaCO3) + fuego que calienta estos elementos a 1500 grados centígrados; en esta hermosa instalación hay también una metáfora del fuego como forma de presencia concentrada, como modalidad del sol que está en todas partes, y que consume.

Fotografías: Acervo del Centro Cultural San Pablo

Jason Pfohl (Gorila glass) presenta en la exposición una instalación titulada: Cruzando el umbral, que es el registro de un futuro performance que ya sucedió, pero regresa para seguir ocurriendo una y otra vez con las clásicas etapas de la narratología y como un arquetipo de la comprensión de la experiencia humana.

La instalación con esferas de vidrio que se suspenden sobre los vestigios prehispánicos de San Pablo, incluye fotografías del performance inspirado en la sensación de volar, con el recorrido canónico de las narraciones míticas: soñar, buscar, despertar, ascender, capturar, completar una serie de pruebas, recibir asistencia divina, cumplir la búsqueda y regresar.

En esta obra, el vidrio simboliza el santo grial al que se une el artista en un momento de conjunción, cuando aparecen las esferas como formas materiales que antes no estaban, y gracias a una acción emergen de otra manera en el mundo, como el propio artista que encuentra una nueva forma de estar en el mundo.

Diego Vides (DoStudio) presenta obras realizadas por él mismo y otras que ha elaborado en colaboración con diseñadores y otros artistas. Cada una de sus obras puede funcionar individualmente, pero también en conjunto, cada una otorga significado al espacio que ocupa y propone un ambiente particular; y como están diseñadas para tener un uso, le proporcionan nuevo sentido al espacio que ocupan en conjunto; o incluso a la experiencia en la cual se usan; por ejemplo, al acto de fe de encender veladoras.

La empresa de Diego Vides se enfoca en colaborar con diseñadores para producir productos de vidrio soplado combinando técnicas tradicionales y contemporáneas; en algunos casos incluso otorgando un nuevo uso a materiales, como en el caso de la colaboración con FIBRA x Hermano Maguey, que dio origen a las hermosas lámparas hechas con vidrio y con fibra de agave que cae mitigando y cobijando la luz al mismo tiempo para crear un ambiente sereno.

Gracias al extraordinario trabajo que han realizado estos artistas en sus empresas, y a la iniciativa de Salime Harp, el Centro Cultural San Pablo presenta también la segunda edición de la Bienal Iberoamericana de Arte en Vidrio, con obras en concurso y obras de artistas invitados.

Fotografías: Acervo del Centro Cultural San Pablo

El primer lugar para artistas intermedios, se otorgó a la artista colombiana Alejandra Lamprea, quien elaboró, en la técnica conocida como “A la flama”, unas pequeñas semillas ámbar translúcidas; como si fueran tubérculos, de los cuales emergen tallos delgados en distintas etapas, raíces y una hoja, sugiriendo que puede ser una misma semilla en diferentes momentos de la germinación, o varias semillas que hacen emerger plantas que al mismo tiempo las transforman.

Además de abordar el tema de la Bienal, que consistía en explorar la idea de “Origen”, esta obra también trae a colación el misterio de la emergencia que da paso a la comprensión, y alude a la voluntad que es el principio de cada cosa visible.

El primer lugar de la categoría de avanzados lo obtuvo la artista colombiana Martha Isabel Ramírez, por la obra Nacedero. Doce cajas de vidrio similares a cajas de Petri albergan gotas de vidrio alargadas con diferentes formas, aludiendo al agua como origen de todo. Las piezas cuelgan separadas del muro para producir sombras donde los círculos se multiplican y se confunden. Para la artista, las sombras y la luz que atraviesan sus cajas de cultivo son parte de la obra, pues sirven para intuir los distintos ámbitos en que funciona una idea o una emoción.

En este caso el vidrio no sirve solamente para construir una figura o forma reconocible, sino para expresar una idea sencilla y profunda al mismo tiempo.

Ambos premios coinciden en abordar el origen como momento en que algo aparece en el mundo material, algo adquiere forma o cuerpo y empieza a estar. Normalmente el arte tiene esa facultad de otorgar una nueva vida a algo que antes no estaba de cierta forma, incluso a la experiencia.

Además de las rejas de acero, el Centro Cultural San Pablo cuenta con varias obras elaboradas en vidrio por el maestro Toledo; ellas dan cuenta de que mirar el mundo por segunda vez, renovar cotidianamente el significado de cada experiencia, es una manera de descubrir la poesía que habita discreta en cada día, en cada material y cada objeto, para permitirle estar en la vida cotidiana.


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