ENTREGA FUNDACIÓN ALFREDO HARP HELÚ OAXACA 7 MILLONES DE PESOS EN DONATIVOS EN EL ESTADO DE OAXACA A TRAVÉS DEL PROGRAMA HOME RUNS CITIBANAMEX 2019

  • Los donativos se destinaron a 85 organizaciones seleccionadas por su trayectoria institucional, la viabilidad de los proyectos presentados, la transparencia en el manejo de los recursos y el impacto en la calidad de vida de la población menos favorecida
  • Se beneficiarán de forma directa a más de 91 mil personas en el estado

Oaxaca, Oax.- La Fundación Alfredo Harp Helú y Compromiso Social Citibanamex celebraron el XXIII aniversario del programa Home Runs Citibanamex con la entrega de 7 millones de pesos en donativos a instituciones no lucrativas que destacan en su labor de impulsar el bienestar social de grupos sociales en el estado de Oaxaca.

El monto total de los donativos se destinaron a 85 organizaciones seleccionadas por su trayectoria institucional, la viabilidad de los proyectos presentados, la transparencia en el manejo de los recursos y el impacto en la calidad de vida de la población menos favorecida, con estos apoyos se beneficiarán de forma directa a más de 91 mil personas en el estado.

Durante la ceremonia de entregas llevada a cabo en el Estadio Eduardo Vasconcelos, casa de los Guerreros de Oaxaca, estuvieron presentes Alfredo Harp Helú y la Doctora María Isabel Grañén Porrúa, presidentes de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca (FAHHO); Santiago Harp Grañén, vicepresidente del Consejo de Administración de los Guerreros de Oaxaca; Alberto Gómez, director coorporativo de desarrollo institucional estudios económicos y comunicación de Citibanamex; Alfonso Verdugo, director regional Oaxaca de Citibanamex; Aracely Vergara Tapia, directora general de la FAHHO; Guillermo Spíndola, presidente ejecutivo de los Guerreros de Oaxaca; Sergio Omar Gastelum, manager de los Guereros; y Eric Rodriguez, capitán del equipo oaxaqueño.

En equipo somos imparables

Durante sus palabras de bienvenida, Alberto Gómez señaló que con este programa se reconoce y agradece el trabajo que las organizaciones beneficiarias realizan en favor del desarrollo y el bienestar de quienes más los necesitan, por eso el lema de este año fue “En equipo somos imparables”.

Por su parte, la Doctora Grañén Porrúa se dijo emocionada por la existencia  de “tantas instituciones que están trabajando a favor de México. Me parece que ése es el camino para cambiar el país que todos queremos, que todos deseamos y que todos soñamos”, dijo.

También reconoció el desempeño de cada uno de los jugadores de los Guerreros de Oaxaca, ya que de sus jugadas “dependende un proyecto más para un niño que lo necesita, o para sembrar más árboles”.

Para finalizar la ceremonia, Alfredo Harp Helú resaltó que lo más importante de este programa son cada una de las instituciones que pueden llevar sus proyectos a todos los ámbitos culturales, sociales y deportivos de México.

“Todos los mexicanos tenemos que seguir poniendo de nuestra parte para tener el país que queremos. Todos somos protagonistas y todas nuestras voces cuentan, y si alguien quiere colabrorar y mejorar el futuro de nuestro México, hay que trabajar todos los días, eso es lo que hacemos en la Fundación, tanto en lo social como en lo cultural, y con proyectos que multiplican recursos económicos y humanos para beneficiar a más personas en Oaxaca y en México”.

Home Runs Banamex fue el primer programa de donativos en vincular el deporte y el compromiso social en México. Desde 1996 toma en cuenta el desempeño deportivo de los equipos participantes, Diablos Rojos del México y Guerreros de Oaxaca, durante la temporada regular de la liga de béisbol, para determinar el monto que se dona a las instituciones.

Los hits, las carreras, home runs y partidos ganados por estos equipos se contabilizan en pesos, que Banco Nacional de México y la Fundación Alfredo Harp Helú aportan conjuntamente en beneficio de organizaciones no lucrativas en la Ciudad de México, la zona metropolitana del Valle de México, y en el estado de Oaxaca.

Desde su creación y hasta el día de hoy, el programa de Home Runs se traduce en la entrega de 3 mil 362 donativos, con un total de 338 millones de pesos destinados a instituciones de la zona metropolitana de la Ciudad de México y del Estado de Oaxaca.

135 años del Banco Nacional de México

En esta edición, y con motivo de la conmemoración del 135 aniversario de la fundación de Citibanamex, “el Banco Nacional de México”, se logró la reforestación del bosque de San Juan de Aragón, con la participación de 150 voluntarios, colaboradores del Citibanamex y jugadores de los Diablos Rojos del México.

En Oaxaca se reforestó la Reserva del Jaguar con la ayuda de más de 100 voluntarios, colaboradores y jugadores de los Guerreros de Oaxaca, quienes plantaron más de 2 mil 750 árboles de diferentes especies.

Exhibe el Museo Textil de Oaxaca colección de fajas y ceñidores tradicionales del mundo

  • Las piezas pueden apreciarse en las salas Grana, Añil, Coyuchi, Caracol hasta el próximo 18 de agosto, la entrada es libre.

Oaxaca, Oax.- Ceñir el paraíso – La colección de Tony y Roger Johnston, piezas textiles enfocadas principalmente en las fajas y ceñidores usados tradicionalmente en numerosas comunidades indígenas, se exhiben desde abril pasado en el Museo Textil de Oaxaca (MTO).

La exposción ilustra los paralelos que existen entre piezas textiles proveniente de México, Guatemala, la región andina y otras regiones del mundo, las cuales se pueden apreciar en las salas Grana, Añil, Coyuchi, Caracol, de dicho museo ubicado en el Centro Histórico de la ciudad.

Tony y Roger llegaron a la Ciudad de México en 1968. La vocación de Tony como escritora de libros para niños y la profesión de Roger como banquero les permitieron conocer a varios devotos del arte y las tradiciones populares, señala Alejandro de Ávila, curador de la muestra.

La joven familia viajó a muchos lugares remotos y atestiguó los cambios dramáticos en la vida de los pueblos indígenas durante ese periodo. En uno de sus primeros viajes, adquirieron una faja que visten las mujeres de Cuetzalan en la Sierra Norte de Puebla, adornada en un extremo con lana de colores encendidos.

De regreso en la ciudad, un amigo de Roger opinó que semejante tejido luciría bien sobre la tapa del WC. Indignados por ese comentario, y alentados por conocedores del arte textil como Irmgard Johnson, Ruth Lechuga y Donald Cordry, Tony y Roger comenzaron a reunir una muestra de las fajas y los ceñidores de todo México. Así nació la colección que Tony donó al MTO en 2017, y que ahora se exhibe como un homenaje a la visión y la generosidad de ella y de su finado esposo.

Entusiasmados por la belleza de los textiles que iban encontrando desde la Sierra Tarahumara en Chihuahua hasta los Altos de Chiapas, la colección fue creciendo año con año. Roger era particularmente perseverante y logró convencer a muchas personas para que le vendieran ejemplos sobresalientes, algunos de ellos en uso, otros guardados como recuerdos familiares.

Habiendo cubierto la mayor parte del país, los Johnston ampliaron la mira y empezaron a adquirir fajas, ceñidores y cintas para el cabello en Guatemala. De manera paralela, incorporaron a su colección prendas análogas de la gente hopi y navajo del suroeste de Estados Unidos, y también bandas ceremoniales tejidas por los pueblos originarios de la región de los Grandes Lagos en el sureste de Canadá, completando de esa manera un acervo excepcional, representativo de toda América del Norte.

La institución financiera donde laboraba Roger lo envió a La Paz, en Bolivia, así inició una nueva fase en la vida de la familia y así surgió un segundo núcleo de la colección, tan rico y tan variado como lo que habían reunido en México.

En la región andina, Toni y Roger explayaron su talento como amantes consumados de los textiles. A principios de los años 1980, recién llegados ellos a Bolivia, se daban a conocer los tejidos excelsos que varias comunidades aymaras del altiplano habían conservado durante cien o doscientos años.

En esas fechas algunas familias decidieron vender parte de su legado y los Johnston pudieron comprar ponchos, awayos (capas de mujer) y otras prendas ceremoniales, además de las fajas maravillosas que los seguían fascinando.

Viviendo en La Paz, emprendieron viajes a Perú, Ecuador y Chile, donde encontraron ejemplos adicionales, buscando siempre tejidos de excelencia. Años después, cuando la familia regresó a California, llevaba consigo una colección extensa y magnífica de fajas y ceñidores de toda América.

Hasta donde sabemos, no hay otra que se compare a ella en manos privadas o museo alguno.

Siempre inquieto, Roger se lanzó posteriormente a Bután, donde reunió un último conjunto de fajas, complementando las que Tony y él habían conseguido del sur de China, Indonesia, el centro de Asia, Turquía y Marruecos.

En 2016, segada la vida de Roger en un accidente de esquí, deporte que lo apasionaba, Tony tomó la decisión de donar el acervo entero a este museo, sumando casi mil piezas.

Ceñir el paraíso – La colección de Tony y Roger Johnston puede visitarse de lunes a sábado, de 10 a 20 horas, y domingo de 10 a 18 horas, la entrada es libre.

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