El pasado 21 de marzo Adabi de México hizo entrega oficial al Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Puebla, del catálogo bibliográfico de la Biblioteca Fernando Tola de Habich, fruto final del proyecto que inició en mayo de 2012, en el cual los 41,350 libros, folletos y revistas fueron ordenados y catalogados con el propósito de permitir su consulta y garantizar su preservación.
La Biblioteca Tola de Habich es considerada el acervo más valioso en literatura mexicana y latinoamericana de los siglos XIX y XX. La acuciosa labor en la selección de obras únicas o raras le dan sus tintes de originalidad al acervo. Aunado a ello, el contacto entre Don Fernando con los más connotados autores permitió atesorar tirajes especiales y un cúmulo de dedicatorias y agradecimientos por parte de los escritores a Tola, quien por su labor como editor, permitió el rescate, estudio y análisis de la literatura mexicana del siglo XIX y vislumbrar su influencia en América Latina, mensaje que el visitante puede percibir con el simple recorrido del catálogo.
“¿Qué diferencia hay entre sapos y ranas?”, preguntamos durante la inauguración de la exposición Anfibios: Centinelas ambientales, en la Biblioteca Infantil y Juvenil Casa de la Cacica, de Teposcolula. Exposición que presenta fotografías de ranas, sapos y salamandras como un conjunto de aportaciones solidarias, realizadas en Oaxaca por fotógrafos de naturaleza y herpetólogos (especialistas e investigadores de anfibios y reptiles), que reconocen a los anfibios como elementos importantes dentro de los ecosistemas, debido a su determinante papel en los flujos de energía, ciclos de nutrientes y cadenas alimenticias, además de reguladores y controladores de plagas, así como encontrarse representados de manera importante en algunas culturas mesoamericanas donde han sido utilizados para la alimentación y medicina.
“Los sapos son machos y las ranas hembras”, contestó un pequeño. Existe la confusión generalizada de que los sapos son machos y las ranas hembras, probablemente debida a su tamaño. Por lo regular en los anfibios anuros (ranas y sapos) el macho es más pequeño que las hembras debido a que mientras más grandes son tienen más probabilidades de generar mayor progenie. Al poner mayor número de huevecillos tienen mayores posibilidades de que su especie sobreviva. Pero tanto hay sapos machos y hembras como ranas machos y hembras también. Sus diferencias se deben a las características en su tamaño y modos de vida.
Dos años antes, mientras caminaba por el pasillo de acceso a mi departamento, un grupo de vecinas, con escobas en mano, perseguían una pequeña iguana que, inexplicablemente, había aparecido por el vecindario. Me interpuse entre señoras e iguana (oportunidad que esta última aprovechó para escapar) al tiempo que les preguntaba por qué querían acabar con ella: “Porque está muy fea” fue la respuesta.
La desinformación del pequeño puede ser explicada por su corta edad, los prejuicios y temores de los habitantes de zonas urbanas, tal vez no. Pero ambos son ejemplos del nivel de desconocimiento y desinterés que permean los saberes de la población acerca de la naturaleza. De tal modo que son necesarios esfuerzos tanto de investigación científica como de divulgación para contribuir a la conservación tanto de anfibios como de otras especies basados en el conocimiento de su papel que ejercen en los ecosistemas, incluyendo los ambientes urbanos.
Sapos y ranas pertenecen al orden de los anuros y lo que los diferencia es que al sapo no se le nota su cintura y a la rana sí; además los sapos son de piel rugosa y áspera a diferencia de las ranas que tienen la piel mucho más suave y humectada con una sustancia que parece baba o moco que utilizan para protegerse de enfermedades, hongos e incluso de la deshidratación por exceso de temperatura. Las salamandras pertenecen al orden de los caudados porque tienen una cola; las ranas y los sapos no presentan una cola, excepto durante su desarrollo que es cuando los renacuajos presentan su cola caudal para poderse mover en el medio acuático y para conseguir su comida. Sapos, ranas y salamandras pertenecen al grupo de los anfibios y dentro de los anfibios hay diferentes géneros tanto de ranas como de salamandras pero se podría decir que unos son caudados y otros son anuros. Los anfibios son el único grupo de vertebrados que posee una fase de vida acuática y otra terrestre, dadas sus características biológicas han sido utilizados como indicadores para conocer el estado de salud, conservación y funcionamiento de los ecosistemas que habitan, siendo organismos altamente susceptibles a pequeñas variaciones en sus hábitats por uso de insecticidas, cambios en el clima o condiciones de contaminación en el sitio. Pero también existen otros factores de importancia que mejoran profundamente nuestras vidas y nuestro mundo en incontables formas al proveernos biomedicinas incluyendo analgésicos y antibióticos, o simplemente por ser parte de las cadenas alimenticias, ya sea como depredador de innumerables insectos o como presa de serpientes, aves y mamíferos.
Los anfibios juegan papeles importantes en la cultura humana; la materia que estudia esta área es la Etnobiología y, más específicamente, la Etnoherpetología, una rama especializada en el conocimiento de usos, tradiciones y aprovechamiento de los anfibios y reptiles realizado por las comunidades de manera tradicional, donde los mitos y leyendas son parte fundamental en la percepción de la cultura mexicana. Por ejemplo, en muchos lugares hay determinadas ranas que anuncian la temporada de lluvias, en el momento que cantan se dice que lo hacen para anunciar la llegada de las lluvias o que va a ser una temporada muy fértil. Hay algunas ranas o sapos que son considerados venenosos, llamados “sapos lechosos”, y aquí vamos a señalar otra diferencia entre sapos y ranas: los primeros tienen una glándula que parece un riñoncito detrás del ojo (glándulas parótidas), a diferencia de las ranas que no lo tienen. Esa glándula contiene una sustancia tóxica irritante que los protege de sus depredadores naturales. En muchos casos, por ejemplo en la costa de Oaxaca, hay perros que muerden a estos sapos y terminan en el veterinario intoxicados, no lo emplean para matarlos y después comerlos, simplemente es un mecanismo de defensa ante depredadores naturales, los perros y gatos son especies invasoras que no son sus depredadores naturales y por ello muchos de ellos pueden sufrir por dicho incidente e incluso morir por la gravedad de la intoxicación, aunque es muy raro que suceda; no es una toxina que sea de gravedad para el hombre porque, en primer lugar, nunca tocamos a los sapos.
Existen ranas venenosas en Sudamérica, conocidas cono “ranas dardo venenoso” pertenecen a la familia Dendrobratidae, de las que se han descrito poco más de 200 especies; son ranas pequeñas que habitan en el suelo de bosques y selvas tropicales donde la temperatura y humedad se mantienen estables, se caracterizan por exhibir una piel muy colorida, indicaciones y advertencias de la naturaleza que se trata de una especie venenosa; su veneno suele ser una toxina (batatroxina) que segrega de su piel, y que consiguen al comer algunos insectos que la poseen, especialmente escarabajos. El nombre que reciben estas ranitas se debe a que numerosas tribus amazónicas las utilizan para impregnar las puntas de sus flechas con el veneno de su piel que utilizan para la cacería. Es el uso que se le da a la biodiversidad por el ser humano. También hay un enorme desconocimiento alrededor de ellos, por ejemplo las salamandras, en el centro de México, en particular la familia de los ajolotes –los Ambystomas– son empleados con fines medicinales y de alimento, en algunos sitios de su distribución se mantienen curiosas creencias donde se dice que si una mujer se baña desnuda en el sitio donde vive este anfibio, la penetra en su cuerpo, se alimenta de sus entrañas, generándose una interdependencia entre el ajolote y la mujer, al grado de que esta última puede morir si se le extrae el animal, el síntoma más evidente, según se dice, es el crecimiento del vientre de la mujer infectada como si estuviera embarazada, además de que el ajolote le produce mucho cansancio. El remedio, dicen, es esperar que la mujer duerma en el día, estado que aprovecha el ajolote para salir a asolearse (el sueño, también es inducido por este animalito) momento que se aprovecha para tapar a la mujer e impedir que el ajolote se vuelva a introducir en ella. Y como ya no puede entrar, entonces, cuentan, se azota de coraje hasta morir. Esta historia no tiene un final feliz, pues una vez que la mujer está libre del “parásito”, generalmente, muere. Por la forma en que se narra esta historia, el mito tiene todo el matiz de describir un embarazo no deseado y un aborto clandestino con fatal resultado (Vázquez-Díaz y Quintero-Díaz, 2005, Anfibios y reptiles de Aguascalientes). Esta historia se encuentra en diferentes regiones, y no sólo habla de ajolotes, por ejemplo: en la Mixteca oaxaqueña observamos una salamandra llamada koó naá –la salamandra gigante de Putla (Pseudoeurycea maxima)– que medía 25 o 30 centímetros. Por el sitio pasaba un señor que hablaba en lengua mixteca, algunos de nuestros acompañantes nos traducían lo que decía: “Es un animal maldito, animal del demonio, y yo sería también un demonio por tocarla o atraparla”, cuando en realidad se trata de un animal muy sensible y frágil, ya que todos los anfibios, como lo mencionamos anteriormente, son especies indicadoras del estado de salud del ambiente, más no un animal demoniaco ni con poderes fantásticos.
Este 2014, grupos de conservacionistas ligados al grupo internacional Socios para la Conservación de los Anfibios (Partnes in Amphibian and Reptile Conservation) ha sido declarado como el Año de la Salamandra, y es por ello que nos unimos a esta campaña de divulgación de las salamandras de México y Oaxaca, conjuntándola con la celebración del 28 de abril, Día Internacional de los Anfibios, como parte del seguimiento a las actividades realizadas el año pasado en el Primer Foro para el Conocimiento y Valoración de los Anfibios de Oaxaca. Replicamos los esfuerzos con los temas de conservación y valoración de los maravillosos anfibios mexicanos, organizando el Primer Festival de los Anfibios Oaxaqueños en el cual participaron instituciones como la Escuela de Medicina Veterinaria de la UABJO donde se desarrolló el foro académico, cubierto por 8 investigadores que abordaron temas sobre conservación, medicina de la conservación, taxonomía, biogeografía, políticas públicas para la conservación de especies en estrategias nacionales e internacionales, ciencia ciudadana para el conocimiento de nuestra biodiversidad enfocada a los anfibios, así como temas relacionados a la descripción de nuevas especies en el país y la presentación de carteles con distintas temáticas.
Nuestros ponentes magistrales fueron la Dra. Gabriela Parra Lea, especialista a nivel mundial en salamandras, una autoridad reconocida que ha descrito alrededor de 14 especies, y tiene cerca de unas 30 aun en espera en su laboratorio. La Dra. Parra nos habló sobre la diversidad y conservación de las salamandras de Oaxaca, así como de la enorme importancia que tienen en el ecosistema. El candidato a Dr. Luis Canseco Márquez, reconocido herpetólogo y taxónomo mexicano, quien también ha descrito infinidad de anfibios y reptiles, habló sobre la diversidad de anfibios en México y los estados más biodiversos, entre ellos Oaxaca; él es, sin lugar a duda, un investigador muy destacado de nuestro país y fiel aliado en la divulgación para la conservación. La Mtra. En Ciencias Georgina Santos Barrera, de la UNAM, es asesora de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la organización medioambiental más antigua y más grande del mundo, nos habló sobre los instrumentos de conservación y su eficiencia para preservar la diversidad de la anfibiofauna mexicana, sobre temas de conservación y políticas públicas. La Mtra. Santos Barrera, quien no nada más trabaja en la conservación de anfibios, también genera los instrumentos para garantizar la sobrevivencia y preservación de especies en sitios prioritarios. Lisa Powers, fundadora de la Sociedad Herpetológica de Tennessee, coeditora de Frogwatch, consultora del proyecto Noah y directora de la granja Froghaven, nos habló sobre las salamandras de los Apalaches del Sur y los retos que enfrenta esta área poseedora de una diversidad impresionante de estos anfibios. La maestra en Ciencias Larisa Adriana Chavez Soriano de la UNAM, que trabaja principalmente con patología en fauna silvestre, tomó y envió muestras de enfermedades que pudieran tener muchos organismos, hoy en día causantes del declive de anfibios como lo es el hongo quitridio (Batrachochytrium dendrobatidis) o el problema llamado “pata roja”, generado por una bacteria (Aeromonas hydrophyla) que provoca la mortalidad en masa de adultos y larvas de anfibios, enfermedades que han puesto en riesgo de extinción a muchas poblaciones de anfibios en México y en el mundo.
Participó también el médico veterinario zootecnista –especialista en Medicina de la Conservación– Agustín Álvarez Trillo, director del Herpetario Reptilium ubicado en el Zoológico de Zacango, Estado de México, espacio dedicado también a la conservación de reptiles mexicanos, entre ellos las serpientes de cascabeles. La participación del profesor Fernando Arana, del CIVAC de la UAM-X, sobre la primera reintroducción del ajolote mexicano (Ambystoma mexicanum) en la zona lacustre chinampera de Xochimilco, reporta el éxito de un proceso que llevó más de 20 años en los ejidos de San Gregorio.
El grado de peligro que enfrenta esta especie es la reducción de su hábitat y la introducción de especies exóticas que son liberadas en el lago de Xochimilco como las mojarras, tilapias, entre otros más; también la desecación de este lugar es agravada con el establecimiento de las poblaciones. La peculiaridad de los anfibios es la regeneración de diferentes partes de su cuerpo por lo cual son utilizados para investigaciones que tienen que ver con la regeneración de extremidades en humanos mediante el uso de la biotecnología. El Dr. Carlos Galindo Leal, director de Comunicación Científica de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), nos habló de Ciencia ciudadana, NaturaLista, una plataforma digital de acceso a todo mundo para que puedan subir observaciones del lugar donde se encuentran, plataforma en la que trabajan especialistas como curadores y gente relacionada con colecciones científicas a nivel mundial, que pueden ayudar a la identificación de especies y así arrojar datos interesantes para el conocimiento de la biodiversidad.
En la Biblioteca Andrés Henestrosa se llevó a cabo una parte del Foro Académico, pero también de divulgación por medio del arte, en el que participaron jóvenes artistas, entre ellos, Marcela González Guerrero y su guitarra, quien nos deleitó con su conmovedora música contemporánea, Juan Manuel Pérez Castellanos “El Panda”, músico, cantautor y productor musical, el grupo Ara Macao de sones jarochos encabezado por Gabriel Cruz y Rodolfo García de Coatzacoalcos, Veracruz, quienes hablan en sus refranes de la biodiversidad de México, también estuvo con nosotros el cantautor Néstor Isidro Rincón, originario de Chiapas, autor de la canción Corazón anfibio, y quien fuera ganador del Concurso México, país de las maravillas, cantos y cuentos por la naturaleza, convocado por CONABIO, Asociación Cultural Xquenda A. C. y la Fonoteca Nacional con la canción El llamado y donde además nos acompañó la reconocida cantante oaxaqueña Susana Harp impulsora del concurso antes mencionado, quien además nos ayudó a entregar el reconocimiento como embajadores de la conservación de los anfibios mexicanos a los artistas participantes.
Y en este apartado de divulgación también se organizó, en la BS Biblioteca Infantil, una exposición fotográfica colectiva Centinelas Ambientales: Salamandras donde se conjunta una colección de 50 fotos de cerca de 38 especies de salamandras mexicanas, propiedad de 18 fotógrafos provenientes de 14 estados de la república mexicana. Esta muestra representa cerca del 30% de las 139 especies de salamandras que existen en el país. También se organizó un concurso de dibujo infantil donde se contó con la participación de cerca de 305 dibujos que fueron evaluados en la BS Biblioteca Infantil por un grupo de jueces invitados conformados por artistas de diferentes disciplinas, tanto culturales como biológicas y artísticas que sufrieron a la hora de evaluar las maravillosas obras realizadas por los entusiastas niños participantes; además, se desarrolló un concurso de fotografía nacional de anfibios que fue evaluado por un grupo de fotógrafos de la naturaleza.
Además, se desarrollaron dos talleres de educación ambiental y de decoración de anfibios alebrijes, con la ayuda del maestro artesano Florencio Fuentes Melchor y familia, artesanos originarios de San Martín Tilcajete, Oaxaca, quienes atendieron a 25 pequeños artistas y les mostraron la importancia del arte mexicano. Una parte importante del Primer Festival Oaxaqueño de los Anfibios fue el Ciclo de Cine Anfibios, en el cual se incluyeron 4 documentales, que fueron proyectados todos los sábados del mes de abril, que hablan sobre temas de conservación de anfibios, estos fueron: Vida a sangre fría narrada por David Attenborough de la BBC de Londres; Ranas: La delgada línea verde; la rana desaparecida narrada por Jeff Corwin de Animal Planet y El libro rojo de especies amenazadas: Ajolote, el monstruo del lago, una extraordinaria serie documental de naturaleza producida por Fabricio Feduchy para el Canal Once, una historia en la que fuimos testigos de la verdadera conservación que se realiza para proteger algunas de las especies animales más emblemáticas de México.
Una actividad abierta a todo público fue una rodada en bicicleta por las calles de Oaxaca, organizada con Mundo Ceiba: la Rodada por la conservación de los anfibios. Pero todos se han de preguntar ¿por qué hacemos todas estas actividades por unos simples y quizás insignificantes organismos? Creo que debemos ver más a fondo la enorme importancia que tienen ellos en nuestro entorno.
Las salamandras, en conjunto con las cecilias, ranas y sapos, son vertebrados que pertenecen al grupo de los anfibios. Biólogos expertos en conservación se refieren a ellos como “los canarios en la mina de carbón”, se trata de una de las especias que más rápidamente es afectada por contaminantes del medio ambiente y, como resultado, cuando se notan declives en la naturaleza es un aviso para otras especies, incluyendo a los humanos. Los anfibios también son parte crítica de un mundo saludable y natural. Aparte de su valor intrínseco como una parte hermosa de la naturaleza, son componentes muy valiosos en los ecosistemas naturales, pues juegan un papel importante al aportar una variedad de bienes y servicios ecosistémicos, tales como:
Su valor ecológico. Juegan un papel muy importante en los ecosistemas naturales ya que están ubicados en el centro de las redes tróficas como suministro de energía y nutrientes para los consumidores terrestres y acuáticos, tales como peces, reptiles, aves y mamíferos. Muchas especies de salamandras que se introducen bajo tierra facilitan la dinámica del suelo, pero también sirven como especies indicadoras de la salud general y el funcionamiento del ecosistema. Son esenciales para mantener el equilibrio de las poblaciones de insectos, ya que actúan de forma natural como un “control de plagas”.
En la educación e investigación. Las salamandras son especies carismáticas y proporcionan una excelente herramienta de enseñanza para involucrar y educar a la gente sobre la importancia de proteger áreas naturales y de los que dependen muchas especies asociadas. Así también, se sabe poco acerca de muchas salamandras que los investigadores están identificando como nuevas especies. Además, sirven como modelo para el funcionamiento de organismos vertebrados más simples y son de gran valor en la investigación sobre la fisiología humana.
Tienen un valor cultural importante. A través de los siglos, innumerables leyendas y mitos se han desarrollado en torno a ellas, mismos que están muy arraigadas en comunidades donde se cree que son muy peligrosas, o que resguardan celosamente cavernas, cuevas, o cuerpos de agua, sin lugar a dudas sitios asociados al agua, elemento vital para la vida de todos los organismos.
Importancia médica, muchas salamandras consumen insectos como los mosquitos y las garrapatas que trasmiten enfermedades como el virus del Nilo Occidental, la fiebre amarilla, enfermedad de Lyme y malaria, y ayudan a mantener los niveles de la población de estos portadores bajo control. En la investigación biomédica la regeneración de extremidades se está estudiando para entender los mecanismos implicados en la regeneración de tejidos para ser empleados en el humano. Sus sistemas hormonales son modelos para los seres humanos. Sus toxinas y microbiota de la piel se están explotando para usos farmacéutico.
Actualmente, estas especies se enfrentan a diversos peligros en los ambientes donde viven, las actividades humanas son de las principales que afectan y reducen sus poblaciones, trayendo consecuencias severas como la contaminación de cuerpos de agua, fragmentación del hábitat, contaminación del aire, desertificación, trasmisión de enfermedades y otros efectos causados por el cambio climático, todo esto aunado a la percepción negativa y equivocada que se tiene de estas valiosas especies.
Oaxaca evoca miles de sueños, cautiva porque sus piedras, declaradas patrimonio mundial por la Unesco, están vivas. En ellas permanece el cincel y la huella de los pueblos zapotecos, mixtecos y sus vecinos; la raíz indígena fundida con la europea, la negra, la asiática y la árabe en una fructífera convivencia que ha impregnado la cultura que se desborda en cada rincón. Oaxaca es color musical, es también una caricia gastronómica que seduce al visitante. Heredera de siglos enraizados en sus tradiciones, sorprende por sus atractivos culturales que enaltecen a México.
Tierra de artistas, Oaxaca está viva porque sus habitantes han sabido valorarla y disfrutarla. Salen a la calle, la recorren en bicicleta, organizan conciertos bajo los laureles del zócalo, visitan las exposiciones dentro de las casas convertidas en museos. La vida cotidiana de los oaxaqueños es el paseo familiar cobijado bajo la sombra de los árboles y rodeado de las sonrisas de los niños que corren con un globo en la mano. Los atardeceres hacen brillar la cantera de las fachadas de sus iglesias, donde los fieles rezan y al salir conviven entre ellos. Los centros culturales organizan programas muy concurridos y la lectura en los patios de las múltiples bibliotecas es un momento placentero y común. Galerías de arte, restaurantes, tiendas, hoteles y cafés dan morada a los turistas que quedan embelesados con la hermosura de la ciudad y su arte popular. Tamales, mole, quesillo, chapulines, tasajo, cecina, pan de yema, tejate, chocolate, nicoatole y otras delicias conquistan los paladares. Tradición e historia se entretejen en cada esquina: los mercados deslumbran por su aroma, sabor y color que armoniza con el canto coplero de las marchantas: “blandas, tlayudas”. Los cuentacuentos, bailarines y músicos sorprenden a los paseantes cuando se presentan en las plazas; afortunados son los encuentros con las bandas y los cuetes que anuncian el paso de una alegre calenda. Riqueza y variedad se respira en la herencia cultural de Oaxaca, un patrimonio que vibra y palpita con una vitalidad sorprendente.
La Fundación Alfredo Harp Helú, Oaxaca, A.C., es cómplice del dinamismo cultural de la ciudad y celebra que aquí se llevara a cabo el XII Congreso Mundial de la Organización de las Ciudades del Patrimonio Mundial. De ahí que nuestro querido Museo de Filatelia de Oaxaca, el único en su género en Latinoamérica, haya gestionado con el Comité de Lucha contra la Tuberculosis una planilla de estampillas para enaltecer a Oaxaca como ciudad patrimonio.
Hacer frente a las lenguas en peligro de extinción, es una de las más altas prioridades a las que se enfrenta la humanidad actualmente Lyle Campbell (en su conferencia magistral en Centro Cultural San Pablo)
El doctor Lyle Campbell, profesor de lingüística de la Universidad de Hawái, es uno de los más destacados especialistas de las lenguas indígenas de las Américas y de la lingüística histórica. Es uno de los directores del Catálogo de Lenguas Amenazadas (ElCat), proyecto colaborativo con Google. Durante su visita a Oaxaca como conferencista magistral del “Coloquio Mario Molina Cruz” (sexta emisión del Coloquio de Lenguas Otomangues y Vecinas), celebrado en el Centro Cultural San Pablo del 24 al 27 de abril (2014), dio una entrevista sobre las lenguas amenazadas a Michael Swanton y al departamento de comunicación de la FAHHO.
Swanton: ¿Nos podrías explicar qué es una lengua amenazada?
Campbell: Una buena pregunta. Como sabes, hay ideas y opiniones variadas acerca de ese tema, pero según la mayoría de los estudiosos y según el Catálogo de Lenguas Amenazadas que estamos elaborando, son varios los criterios para designar que una lengua sea amenazada. Uno es que el número de hablantes sea muy bajo. El segundo es si los niños no la están aprendiendo. Otro criterio es que el número de hablantes esté disminuyendo con facilidad en tiempos recientes. También si los contextos o dominios en que se utiliza la lengua decrecen mucho. Otro criterio, un poco más difícil de percibir, es si la proporción de la población étnica frente a la cantidad de hablantes cambia o no: si la cantidad de hablantes va siendo menor, pero si la población permanece del mismo tamaño, es una indicación también. Así que una lengua amenazada más que nada es una lengua que está en vías de desaparecer si no tenemos éxito en las medidas que podamos tomar para revitalizarla.
Swanton: Nos podrías hablar del proyecto del Catálogo de Lenguas Amenazadas que estás realizando con Google, ¿cuáles son sus propósitos y cuál ha sido el proceso?
Campbell: Anteriormente muchos investigadores habían percibido que no existe una fuente actualizada, accesible y confiable sobre las lenguas amenazadas del mundo, así que nosotros nos lanzamos a crear un catálogo de esta clase. Google entró como un participante. Ellos se ofrecieron a construir el sitio web y como eso iba a ser muy costoso nosotros aceptamos, porque vimos que era una ventaja para el catálogo.
En un principio, en el año 2009, la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos nos dio fondos para diseñar el catálogo. Ahí participaron más de 50 estudiosos de todo el mundo que son especialistas en lenguas amenazadas. En 2011, Google entró en el proyecto también, y a partir de agosto de ese año comenzamos a juntar los datos y crear el catálogo.
Por insistencia de Google tuvimos que lanzar el catálogo en junio de 2012, que fue mucho antes de lo que queríamos, porque queríamos terminar el proyecto en tres años. Pero ellos insistieron en que se lanzara un catálogo preliminar antes de medio año, así que lo hicimos. Pero desde entonces hemos trabajado durísimo para completar el proyecto. Estamos en el proceso de recopilación de datos sobre las lenguas amenazadas del mundo, tratando de corregir lo que apareció en fuentes anteriores y recolectando la información más actualizada.
Los fondos que tenemos se acaban en mayo del año 2015. De ahí en adelante, un consejo internacional tendrá que mantener el sitio al día y recibir sugerencias del público para correcciones.
Hay mucho que podemos decir al respecto, como el hallazgo de lenguas que no aparecían en otras fuentes. La clasificación en familias de lenguas se ha mejorado en muchos casos. Ya entendemos mejor las relaciones entre dialectos (o variantes) y lenguas independientes. Los nombres siempre han sido batallas en algunos lugares. Ahora tenemos más conocimiento y más datos sobre los nombres convencionales y los nombres preferidos de los pueblos. También hay mucho, mucho más que se conoce sobre la vitalidad de las lenguas. Lo que hemos notado es que las fuentes que citábamos ahora no representan a la realidad. El número de hablantes es casi siempre mucho menor de lo que señalaban esas fuentes. Eso nos espanta un poco y nos dice que la situación es mucho más peligrosa y grave de lo que se había esperado.
El proyecto está produciendo conocimientos nuevos y descubrimientos importantes. Uno es que, según los criterios que te mencioné, hay 3 230 lenguas amenazadas en el mundo. Eso representa 45% de todas las lenguas que hay en el mundo. Lo que encontramos es que una lengua muere o desaparece cada tres meses, así que son cuatro lenguas extintas por año. 414 lenguas en el planeta tienen menos de diez hablantes. Eso quiere decir que esas lenguas van a desaparecer durante nuestras vidas.
Otro descubrimiento es que no se trata solamente de lenguas sueltas, sino también de familias enteras de lenguas. En el mundo, por lo que sabemos como lingüistas, han habido 420 familias lingüísticas distintas de las cuales se derivan todas las lenguas. De esas 420 familias, más de cien ya desaparecieron. Es decir, todas las lenguas que pertenecieron a una de esas familias ya no tienen ningún hablante y eso significa que una cuarta parte de la diversidad lingüística del mundo ya desapareció. El 25% de las familias lingüísticas del mundo ya no tiene hablantes. Si contamos la diversidad lingüística en términos de familias lingüísticas, eso es muy grave.
Cada lengua nos brinda muchísima información sobre la historia de la humanidad, sobre los contactos entre pueblos, sobre lugares de origen, movimientos y, también, sobre la belleza del mundo. Toda lengua tiene su literatura, no importa si es escrita o no. Y cada vez que se pierde una lengua, con su muerte se va su literatura oral. Todos perdemos. Todos esos pueblos han tenido que luchar para conocer y nombrar su lugar en el mundo y todos tienen sabiduría que se refleja en esa literatura. Cuando se muere una lengua y no se ha documentado su literatura oral, todos perdemos, es un castigo para todos.
Swanton: ¿Nos podrías hablar de la situación en Oaxaca?
Campbell: Hay varias cosas muy bonitas. Una es la diversidad enorme de lenguas en Oaxaca. Lo que a mí me gusta mucho es que ahora hay mucha gente trabajando con esas lenguas, mientras que hace algunos años había muy poca. Sobre todo, hay gente indígena trabajando sobre sus propias lenguas. En esta campaña para revitalizar las lenguas, hay mucha esperanza para que no desaparezcan tantas lenguas. Eso es muy bonito.
Pero también había lenguas muy importantes que ya desaparecieron y tenemos poca documentación, como el pochuteco , que podría haber sido la lengua más interesante e importante para entender la historia de toda la familia náhuatl, pero ahora hay muy poca información. Es indispensable tratar de fomentar aún más el movimiento entre el público y los que puedan apoyar los esfuerzos para documentar y revitalizar las lenguas, pero sobre todo, apoyar a los jóvenes y a gente indígena que están ya involucrados en esa obra tan importante.
Swanton: Una última pregunta. Tú estás trabajando ahora en la Universidad de Hawái. El hawaiano ha sido una lengua en peligro de extinción, pero también ha tenido un cierto renacimiento. ¿Podrías platicar brevemente al público oaxaqueño sobre esta experiencia?
Campbell: El hawaiano es un modelo para todo el mundo, porque se toma como un caso exitoso de una lengua que ya tenía muy pocos hablantes, pero con muchos esfuerzos pudieron cambiar su destino. Ya no está desapareciendo, al contrario, está regresando. Hace como veinte años ya casi no había hablantes en ninguna parte de las islas hawaianas, menos en una que se llama Ni’ihau, una isla privada. Seguían hablando el hawaiano allá, así que había hablantes nativos, aunque pocos.
Es un programa muy interesante para todo el mundo porque tienen libros hawaianos en todos lados de Hawái. También hay escuelas “de inmersión” donde todo se enseña en hawaiano, hasta en la prepa y en la universidad. Ahora es posible hacer una tesis de nivel doctorado en lengua hawaiana. Hay lugares en donde todos los niños hablan el hawaiano ahora. Los que vienen de otros lugares y hablan lenguas que están en riesgo tienen envidia de la situación en Hawái porque los hawaianos pudieron cambiar la tendencia de desaparición para resucitar la lengua. Ésa es una situación muy bonita. Hay jóvenes hawaianos que están estudiando lingüística y poniendo todo en práctica para ayudar a su pueblo. Es un ejemplo a seguir.
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