ÉRANSE UNA VEZ TRES NIÑOS Y UN SAPO

Este 3 de marzo la BS Biblioteca Infantil de Oaxaca cumple ocho años de vida y, además de las historias que nos aguardan en sus libros, también somos testigos de muchas otras que pueblan sus rincones y permanecen en la memoria de quienes trabajamos aquí. Lo que te vamos a compartir sucedió realmente y gira alrededor de la fuente de los sapos, que preside desde lo alto los hermosos jardines de la biblioteca.

Los sapos que puedes encontrar en la biblioteca no son sólo los que habitan en las historias que narran sus libros, también hay sapos vivos que aparecen en sus jardines con las primeras lluvias y… sapos de barro.

Cuando María Isabel Grañén, fundadora de la Biblioteca, le comentó a Francisco Toledo la idea de crear este espacio con libros dedicados a los niños, Toledo se entusiasmó y preguntó si algunos de sus sapitos –él dibuja, pinta y esculpe muchos– podrían habitar el jardín de la biblioteca.

Ya te imaginarás la respuesta, pero, como Toledo es un artista y promotor cultural que anda siempre muy ocupado, el sapo (o los sapos) no estarían listos para la inauguración de la biblioteca pues requerían de mucho trabajo, dedicación, y cocerse en un horno de cerámica a la alta temperatura pues se trataba de una pieza con alto grado de dificultad por su tamaño. Así que la solución temporal fue un sapo de lodo sin cocerse que fue realizado por Toledo en medio de la fuente que ya estaba preparada para recibirlo, mientras estaban listos los sapos definitivos.

Abierta ya la biblioteca al público, los niños se divertían y admiraban el sapo de barro, con el cuerpo cubierto de hermosas avispas, que se fue rajando y cayendo a pedazos a pesar de todos nuestros esfuerzos por mantenerlo entero. Un día bajé al auditorio tomando el camino del jardín, que siempre representa un paréntesis de paz en el diario quehacer. Pasando frente a la fuente había un niño de 5 o 6 años con ambas manos sobre el sapo de barro, lo que me pareció un poco raro, pero no me detuve para no importunarlo. Cuando regresé por el mismo camino, unos diez minutos después, el niño continuaba en la misma posición y con cara de angustia, así que me acerqué a preguntarle qué pasaba. “Es que lo toqué un poquito y se le cayó un pedazo”, me contestó con una vocecita. Traté de tranquilizarlo explicándole que el sapo era de barro y que terminaría por caerse todo. Él no se iba a quedar sosteniendo permanentemente el pedazo para que no se cayera ¿verdad? “Es que ahí viene mi mamá”, me contestó otra vez en un susurro. Así que tomé el pedazo en mis manos y le prometí explicarle a su mamá si era necesario.

MÉXICO CAMPEÓN

El Centro Cultural San Pablo celebra, día a día, la trayectoria y los logros de personas que con sus talentos, contribuyen a robustecer el universo cultural, lingüístico, artístico, y deportivo, por mencionar algunos, de nuestro país. Un orgullo más para el equipo de la Fundación Alfredo Harp Helú es el resultado de la tenacidad y pasión de la ciclista mexicana Lorenza Morfín, quien durante 18 años de carrera deportiva ha contribuido significativamente a poner el nombre de México entre los mejores del mundo en ciclismo femenil, en las categorías de montaña y de ruta.

En 2014, Lorenza se propuso calificar y conquistar una presea en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014, allí su triunfo se coronó con una medalla de plata para ciclismo de montaña, y también, con el íntimo logro de haber ganado en casa.

Además, gracias al trabajo en conjunto con la ciclista Daniela Campuzano en carreras internacionales, frente a diez países, ambas sumaron los puntos necesarios para llevarse a México a la clasificación a los Juegos Olímpicos, cuando sólo 18 países califican para dichos juegos. México está en esa lista gracias a ellas.

En abril de 2015 Lorenza participará en el Campeonato Panamericano, que se celebrará en Colombia, con miras a obtener una plaza directa a los Juegos Olímpicos y seguir sumando puntos para mantener a México dentro de los 18 países del mundo.

Detrás de todas esas rutas, de esas largas carreras e incontables horas de pedalear, hay un enorme compromiso de Lorenza que la convierte en una atleta de estatura internacional. Hoy la Fundación Alfredo Harp Helú aplaude y reconoce el esfuerzo y la pasión que mantienen en movimiento esos pedales y que, como ella misma ha dicho, hacen que los imposibles se conviertan en posibles. Tener en San Pablo, la sede de la Fundación Alfredo Harp Helú, la medalla de Lorenza Morfín, representa una celebración y comprueba que la suma del talento de una persona y el respaldo de una institución sí hacen posible aquello que tiene cara de imposible.

ARCHIVO HISTÓRICO DEL BEISBOL

Hace diez años, en una pequeña oficina ubicada en la colonia Narvarte en el Distrito Federal, justo enfrente del desaparecido Parque del Seguro Social, comenzó una tarea de esas en donde el primer gran problema era saber por dónde iniciar. Cientos de cajas con fotos en mal estado por el paso de las décadas, latas llenas de negativos con alto riesgo de dañarse irreversiblemente y diez estantes descuadrados, pero con la historia del Rey de los Deportes en México, tendrían que convertirse en el único acervo de su tipo en el país.

Con la gran dirección de la doctora Stella González, un batallón de Adabi de México pronto comenzó a darle forma a lo que parecía imposible. Expertos en rescate, organización y adecuación de un material tan valioso, construyeron el camino de lo que hoy se conoce como el Archivo Histórico del Beisbol.

Después de esa década intensa de esfuerzo para catalogar, acondicionar y resguardar lo que para otros hubiera sido desperdicio, el Archivo Histórico del Beisbol comenzó, desde enero pasado, su segunda fase: dar a conocer y poner al alcance del público en general, cada uno de los tesoros que ahí viven. El compromiso es generar información diferente todos los días para dar a conocer la grandeza del beisbol mexicano, así como los logros de sus jugadores y personajes más destacados. Por medio de alianzas con diferentes medios de comunicación impresos y electrónicos, una de las metas es abastecerlos de material que ilustre sus distintos trabajos noticiosos y de investigación.

Los interesados en vestir sus historias encontrarán en el Archivo Histórico del Beisbol un aliado para cristalizar sus proyectos; sin olvidar que otro de los propósitos es tener presencia en todos los foros que tengan como tema principal el deporte de las inteligencias.

Sigue al Archivo Histórico del Beisbol en Twitter, Facebook e Instagram. Esperamos sus visitas y comentarios porque estamos convencidos de que #LaHistoriaEsDeTodos.

ALFREDO HARP: EJECUTIVO DEL AÑO DE LA LIGA MEXICANA DE BEISBOL

El pasado 8 de diciembre, en el marco de las reuniones invernales del Beisbol Organizado en San Diego, California, la Liga Mexicana distinguió a Alfredo Harp Helú como el Ejecutivo del Año, después de que los Diablos Rojos del México conquistaran su título 16.

Emocionado, Harp declaró: “Es mi temporada 21 con los Diablos en un año donde ganamos el título, acabamos de anunciar que tendremos una nueva casa y cerramos con este reconocimiento. Esto nos impulsa a seguir trabajando para hacer que el beisbol siga creciendo y siga siendo un deporte familiar”.

Desde 1965, la LMB distingue al directivo más destacado, y únicamente ocho personajes lo han recibido en más de una ocasión. Don Alfredo lo recibió también en 1999, aunque desde 1994 ha encabezado 7 equipos campeones.

ENTRECRUZAMIENTOS Soñar caminos, caminar sueños

Los mapas sirven para saber en dónde se está, dónde se estuvo y quizá por dónde se estará; mapas y viajes son hermanos, los viajes se realizan por tierra, por mar, por aire, quizá de un continente a otro, como lo hicieron los antepasados de Fabiola Tanus. Ella continúa con obsesión construyendo rutas con sus dedos, va y viene, se mira y mira su historia, recorre los caminos por los que ella y sus seres amados aparecen y se esfuman, para después, en un ángulo o curva, reaparecer. Imagino a Fabiola niña en la escuela, cuando iluminaba mapas, recorría límites, fronteras, trayectos desconocidos que se transformaron en la sucesión de puntos que hoy la llevan a crear una bitácora de territorios internos en los que las distancias, linderos, contornos, accidentes, alturas y descensos nos hablan de su propia existencia.

Fabiola arranca su trayecto en un punto que, al desplazarse, genera una línea, línea que en su danza, en su movimiento erige intrincados diseños, construye órbitas que sobre el papel son nuevos horizontes de fantasía, deseo, y sueño. Su mano es arrastrada por la búsqueda, casi compulsiva, de esa expedición íntima. Sus inextricables periplos diluyen los límites entre dibujo y escritura, reviviendo así la vieja paradoja.

Aventurera de sí misma, lleva su creación a nuevas manos con las que colabora para la interpretación y recreación de su hacer. Así trabaja con los talleres de Jerónimo Hernández y Josefina Lazo, Virginia Altamirano, Taller Los Alacranes, Taller Canela, Jesús Martínez en el Taller de afelpado del CaSa, y logra así que esas líneas se traduzcan en algodón, lino, barro papel, barro zacatecas y lana de Chichicapan, reinventándose como tapete, cerámica, fieltro y bordado.

Montaigne, a fines del siglo XVI en su ensayo sobre el viaje, afirmaba que viajar es ensayarse, que durante el recorrido el ser humano se construye y aprende. Mucho tiempo después, la poeta española Josefina de la Torre se pregunta: “¿Ser hombre es estar de viaje?”, al finalizar el recorrido de la muestra en tres momentos de Fabiola quizá toquemos el punto con el que ella inició el trayecto de un mapa interminable y entonces estará en cada uno de nosotros el decidir. Un punto es la partida. Un punto es el final.

INICIA SUS ACTIVIDADES LA RED DE APOYO A LA INVESTIGACIÓN

La Red de Apoyo a la Investigación (RAI) es un espacio de servicios de alta tecnología e investigación multidisciplinaria. Sus objetivos son proveer a científicos de procesamiento de muestras y asesoría tecnológica, bioinformática, bioestadística y biología computacional. La RAI desarrolla indagación multidisciplinaria, biomédica y clínica en un ambiente de diversas especialidades, entre ellas, la química, la biología y las matemáticas.

Durante el mes de enero, el nuevo sitio para la ciencia fue inaugurado por el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Narro Robles, el doctor David Kershenobich, director general del Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán (INNSZ), y Alfredo Harp Helú, presidente de la fundación que lleva su nombre, entre otras personalidades. La RAI promoverá y facilitará la interacción y colaboración entre los investigadores de la red; además, formará recursos humanos en el manejo de equipo de alta tecnología, bioestadística y bioinformática. La RAI se ubica en el segundo piso del edificio de radioncología del INNSZ, cuenta con siete laboratorios o unidades, además de un laboratorio abierto de investigación, área de trabajo y oficinas.

En el acto David Kershenobich señaló que desde el inicio se pensó en infraestructura, equipamiento, personal altamente capacitado y disciplinas distintas a la medicina. Con el auspicio de la UNAM, se autorizaron 15 plazas de investigación; para equipar los laboratorios acudieron a la Fundación Río Arronte, que presidía en ese entonces Alfredo Harp, cuya fundación también brindó apoyo para infraestructura, añadió. La red “es un ejemplo de alianzas, de optimización de recursos humanos y técnicos, y de creación de un ambiente donde puedan florecer las ideas con los recursos necesarios; en resumen, es una posibilidad de crear ciencia”, consideró.

Narro Robles, rector de la UNAM, destacó que con la RAI se forja una alianza entre lo público –mediante los institutos nacionales, Secretaría de Salud, CONACYT– y lo privado –fundaciones–. Se configura no sólo de recursos, sino además de ideas, decisión y determinación. “Esta alianza va más allá, a la ciencia y la tecnología, lo médico y la informática, y su puesta en marcha tendrá una enorme implicación para el desarrollo de la sociedad”, comentó.

Por su parte, Alfredo Harp Helú refirió que: “Ahora atestiguamos la concreción de un sueño que inició cuando el doctor David Kershenobich me planteó la importancia de que en México se lleve a cabo investigación científica de punta y no seamos altamente dependientes del exterior. La idea del doctor Kershenobich, que hoy cristaliza, traerá grandes beneficios y contará con la participación de los institutos nacionales de salud que se verán favorecidos para realizar sus investigaciones. Gracias a acciones como éstas, México da pasos firmes para acceder a un estadio superior de desarrollo en materia de salud para beneficiar a nuestra población”, concluyó.

Según Kershenobich, “las investigaciones que se emprenderán en la RAI tienen la finalidad de propiciar la creación de nuevo conocimiento que permita mejorar la calidad de la atención a los pacientes y la calidad de vida de la población en general. También se pretende avanzar en el diagnóstico y tratamiento de los padecimientos que más afectan a la población mexicana, buscando soluciones innovadoras que contribuyan a la salud pública y a una mejor comprensión de la fisiopatología de las enfermedades, enfocándose en particular a conocer sus características genéticas”.

DICCIONARIO PARLANTE EN ZAPOTECO, PROYECTO COLABORATIVO. ZAPOTECO DE TEOTITLÁN DEL VALLE

Te gukuadiagung dixza xte’ Xigie

Dixza naaing te dich ni dbenguul rinidaneng a guyak. Par dbini’ing, dxap kon dbi’ing naaing te dich ni rakling liisdan kon xtadtan, xkuldang, lo nez kon dsa’a ni rizhagdan. Dbi’ing ni yuu urre ridedtang xtiempdang lo komputador par guindang xtzïing xkuildang u la par rininedang dsa’a ni rizhagdan, dxii ree internet naaing te erramient ni raa dbi’ing rumbe’dang axt dunung rikaa’zung chu’ dprogram dixza lo internet te gapdang te kali niabdixdang te xi dich dixza rikaa’zdang giakbe’dang.

Lo 2013 Biblioteca de Investigación Juan de Córdova guslau runing dsïing kon Universidad de Haverford, te xkuilih Estads Unid. Dsïing ni kayeniung urre kon Universidad ki, xtiuz Maxkuilih Brook Danielle Lillehaugen, naa te Diccionario Parlante kon dixza xte’ Xigie. Ni rayeniung naa runiung grabar ddich dixza ax ralepiuneng lo internet ax raa benih ni yuu lo komputador ax a zak rukuadiagdang xa riniidang xi nekih dixza. Parbes rak mandad ree gadubizté’ maxkuilih Lillehaugen ree’dang Lua kon dbi’ing ni kased lingüística chiru kon dbenih ni nanaa xa rak dsïing kon dprogram lo komputador te ruindang dsïing kon dunung chiru kon dbenih ni riinidang dixza.

Bel rikaa’zu gukuadiagu ddich lo Diccionario Hablado zak chiu lo http:// talkingdictionary.swarthmore.edu/teotitlan/

ADABI PUNTO DE ENCUENTRO EN SU QUINTA EDICIÓN

La revista ADABI Punto de encuentro nace después de cumplir nuestra asociación sus siete primeros años. Para celebrar nuestro primer quinquenio publicamos una Memoria que recogía prácticamente todos nuestros logros y definía nuestra identidad de asociación altruista al servicio de los archivos y bibliotecas del país.

Por otra parte, la Fundación Alfredo Harp Helú nos solicitaba anualmente la elaboración de un informe estadístico, cuyos contenidos resultaban poco atractivos para el público lector, ya que sólo cumplían la función de recuento estadístico, con números duros, y no plasmaban la reflexión sobre nuestro quehacer cotidiano.

Fue entonces, cuando pensamos en algo que mediara entre el informe financiero, lo académico y la relatoría del trabajo cotidiano: una publicación periódica con una línea más humanística en donde no sólo informáramos, sino también comunicáramos el gozo de realizar estas tareas de rescate, organización y difusión del patrimonio documental y bibliográfico, unido a las acciones propias de la conservación y restauración como un medio de recuperar y alargar la vida de la memoria escrita.

Teníamos como objetivo crear una revista atractiva, que llegara a un público más amplio y que generara conciencia del valor patrimonial de libros y documentos. Con esta revista abrimos un espacio en donde quienes realizan tareas en los espacios adoptados por Adabi como su quehacer esencial, se identificarán y se encontrarán en las labores propias de estos oficios tan absorbentes, tan enriquecedores y apasionantes, pero tan poco apreciados por desconocimiento; de allí su nobleza y su enorme atractivo, que nos va atrapando entre papeles y tintas de forma callada y paulatina.

Para llevar a cabo estas tareas, se requiere de una vocación especial, de una formación humanística y sobre todo de compromiso. En la memoria plasmada en libros y documentos como testimonio del devenir histórico, nos encontramos, nos definimos y nos redimimos. El nombre de la revista deriva del acto de coincidir en un punto, entre el pasado y el presente, entre la memoria y la identidad, pero más que nada, entre quienes dedican su vida a las labores multidisciplinarias que convergen en un mismo fin: la preservación del patrimonio de los mexicanos. El tiempo en retrospectiva, el impacto social de nuestras acciones, la naturaleza de las coordinaciones que integran Adabi con su adaptación a los cambios sin perder su esencia, y los logros de importantes proyectos, han sido ejes de los cinco números que han sido publicados.

Dos secciones siempre presentes en la revista han sido “Nuestra Labor” y el “Catálogo de Publicaciones” de Adabi. El buen gusto en su presentación, diseño y formación, así como soltura en la pluma y contenidos de los artículos, es manifiesta, y lo debemos en gran parte a los coordinadores, colaboradores y responsables de proyectos, no escasos en sus aportaciones.

Agradecemos al Consejo Editorial de la revista y a los colaboradores internos y externos que han enriquecido la visión que se tiene de los papeles olvidados, de los libros viejos, de las fotografías antiguas, con su sus aportaciones nos han adentrado en la maravilla que encierran las bibliotecas novohispanas, nos han hecho partícipes del hallazgo de materiales olvidados, de documentos de incalulable valor histórico, de incunables, de manuscritos únicos; hemos sido testigos del rescate de colecciones fotográficas, hemos visto cómo el paso del tiempo y las precarias condiciones de resguardo deterioran materiales que ahora pueden consultarse tras una acertada intervención, han salido a la luz nuevamente textos que pese a los años siguen siendo vigentes. En fin, en estos números de la revista se ha tratado de dar un nuevo enfoque a la memoria escrita, con la esperanza de que nos conduzca a valorar nuestro patrimonio.

Nos llena de gusto y satisfacción llegar al quinto número de ADABI Punto de Encuentro, que corresponde a las acciones y trabajos del año 2013. No queda sino invitarlos a su lectura, deseando que ésta los motive a conocer y por consiguiente a apreciar el amplio patrimonio documental y bibliográfico que albergan los acervos de nuestro México.

DECHADOS Y PSICODELIA

Pocos años después de la conquista española, Andrés de Olmos recopilaba dichos y proverbios como ejemplos de buen lenguaje, para que otros evangelizadores aprendieran a hablar el náhuatl con elocuencia. Encontró que ciertas partes del telar servían para representar orden y virtud en las relaciones humanas. El lizo, que controla a los hilos de la urdimbre, y el templero, que mantiene pareja la anchura del tejido, eran mentados una y otra vez en las antiguas coplas indígenas. Junto con ellos se hacía alusión al dechado, el muestrario de figuras que guía a la persona que teje para crear diseños. Telar y dechado se convertían así en imágenes de la convivencia ideal de una sociedad.

El Museo Textil de Oaxaca inaugura en marzo una muestra de dechados mexicanos, coordinada con sendas exposiciones en el Museo de Historia Mexicana en Monterrey, en el Museo Franz Mayer y en el Museo del Colegio de San Ignacio de Loyola, Vizcaínas, en la Ciudad de México. Gracias a la generosidad de la FAHHO, el MTO ha reunido una de las colecciones más importantes de este género. Incluye, entre otras piezas extraordinarias, un muestrario temprano de bordados y deshilados con una inscripción en náhuatl. Se exhibe también un retazo del siglo XIX donde la bordadora plasmó acertijos visuales para completar sus versos de amor y desprendimiento terrenal. Las frases en punto de cruz de ese dechado hacen eco a las palabras de sabiduría que recogiera Olmos trescientos años atrás.

Además de los dechados, la exposición incorpora una serie de quesquémeles, blusas, servilletas y talegas donde se hace patente la inspiración en los muestrarios. Con frecuencia, figuras registradas con rigidez en bordados escolares fechados de 1840 a 1890 aparecen trastocadas o reinterpretadas en las piezas de uso, como si las proporciones de una escultura clásica fueran adaptadas a un gusto distinto en manos de un tallador criollo. Los dechados mismos propiciaron el surgimiento de un estilo peculiarmente mexicano, en el que la lógica del muestrario como colección variopinta de diseños se extendió a prendas completas, marcadas por su diversidad y eclecticismo.

Ejemplifican ese estilo algunos huipiles del norte de Oaxaca, donde las artistas chinantecas sustituyeron figuras tejidas de sus abuelas por animales, flores y árboles bordados en conjuntos aleatorios sorprendentes. En la década de 1960, la policromía de esos diseños, antes restringida a hilos rojos y azules de algodón, se disparó al difundirse una paleta muy extensa de madejas mercerizadas. En esos años, el colorido llegó a hacer eco al ecumenismo iconográfico, y la sinfonía visual se desbocó. La nueva actitud estética no se restringió a la Chinantla, sino que cundió por todo el estado y marcó a una generación entera de tejedoras y bordadoras.

El MTO abre también en marzo una exposición dedicada a esa época. Se ha seleccionado a un grupo de prendas hechas para uso comunitario, no destinadas al turismo, que atestiguan el ánimo de experimentación de los pueblos indígenas. Al lado de diseños milenarios aparecen en esas fechas figuras emblemáticas de la cultura visual urbana, dominada ya por los medios masivos de comunicación, y los colores vibrantes de los huipiles y blusas parecen sintonizar las experiencias de los jóvenes sesenteros con los enteógenos, las plantas y hongos sagrados de Oaxaca. Sin aseverar de manera ingenua que las tradiciones chamánicas de los pueblos originarios se reflejan en el estilo textil que tomó forma en esa década, la exposición quiere sugerir que las comunidades indígenas no fueron ajenas al movimiento contracultural que floreció de Avándaro a Woodstock, y facilitó la apertura social que hoy vivimos.

LAS ESTELAS DE SEGUIMOS LEYENDO

Cuando me pregunto qué es servir de manera voluntaria, lo primero que viene a mi mente son los rostros, sonrisas, voces y letras de más de doscientas almas que andan arando espacios, en su mayoría de asistencia social, para sembrar historias y regalar “algo precioso”, como ellos mismos lo expresan.

Como toda acción que emprende la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, llega el momento de mirar hacia atrás, tomar una breve distancia para valorar lo vivido y reconocer el esfuerzo y compromiso de quienes lo hacen posible. Este febrero nos reunimos con veintisiete ciudadanos para reconocerles de manera pública su invaluable labor, de manera ininterrumpida llevan de tres a seis años siguiéndole la estela al programa de lectura. Se sumaron, se subieron al barco, y hoy no se imaginan haciendo otra cosa. Desde amas de casa, obreros, profesionistas, jubilados, estudiantes, abuel@s, todos aportan, y reciben, en muchos casos más de lo que esperaban.

Los homenajeados expresan sus testimonios: “Es como un vicio, algo que ya no puedo dejar, la lectura llega más allá de las palabras, transforma a mis escuchas”. “Cuando no puedes brindar algo material, regalas una lectura, es algo único, las personas se impregnan de la historia y te regalan un abrazo, qué más puedes pedir, nada.” “El programa llegó a mí como si lo estuviera buscando”. “Somos compañeros, amigos, que hablamos el mismo idioma”. “Soy ama de casa, cumplo con todas mis tareas en el hogar y como mujer enseño a otras que podemos hacer muchas cosas más y trascender, hoy imparto talleres, me invitan a festivales y leo”. “Para mí ya es una forma de vida, de ser”.

Verlos a los ojos, y descubrir un brillo especial en ellos me hace reconocer que tienen un alto talante humano, que están buscando la luz a través de la palabra, y a veces también del silencio, cuando dialogan con sus escuchas. Ellos tocan a las personas, tienen una lectura de aliento para niños en situación de calle, para abuelitos del asilo, para jóvenes del Consejo de tutela, para pequeñitos hospitalizados en el momento que reciben su quimioterapia, entre otros. Los lectores voluntarios están en constantes procesos de formación y de creación, esto se los brinda el propio programa, es un derecho que ellos disfrutan y agradecen.

Cada semana se realizan treinta y dos sesiones de lectura en diversos espacios, esta cruzada es posible gracias a más de doscientos lectores voluntarios, hoy nos toca reconocer a veintisiete, los titanes y ejemplos.

Para mayores informes visita su página web y entérate de sus novedades.

¡PROHIBIDO NO REÍRSE EN LA SONRISA FILATÉLICA!

Si en vez de buscar los dientes flojos al timbre o la marca de agua, nos fijamos en su contenido estaremos volviendo a la filatelia en un divertido pasatiempo cultural
Rius

Superhéroes, caricaturas, personajes de cuentos, ilustraciones extrañas y coloridas nos roban una sonrisa al mostrarnos el lado más alegre de la filatelia en esta exposición.

¿Cuántos timbres se necesitan para robar una sonrisa? Probablemente no muchos, y es que la diversión es innata en el mundo del sello postal, así que no faltaba mucho para realizar una exposición dedicada al arte de reír, y qué mejor que contar con la ayuda de un especialista en este arte, y mejor aún, filatelista e incondicional amigo del Mufi: Eduardo del Río, Rius.

Con su ayuda y su colección filatélica iniciamos este trabajo museográfico que logra reunir aproximadamente 600 piezas postales, entre planillas, sobres, timbres cancelados y timbres nuevos de al menos 50 países. Los criterios de selección cambiaron en esta ocasión y el resultado fue una muestra en la que no se valúan las piezas por su rareza, ni se miden los dentados, ni se descartan timbres cancelados. En esta ocasión lo único que se valúan son las experiencias y recuerdos que el visitante obtenga.

El dentado de los timbres pasa a segundo plano y los dientes de nuestros visitantes son los protagonistas al despertar una sonrisa con tan ocurrente colección.

Con esta muestra podemos afirmar que toda colección es reflejo de la personalidad de quien la elabora. La que hoy se muestra, sin duda, es el reflejo de un caricaturista que desde su infancia ha tenido el placer de coleccionar estampillas. Y es que esta exposición, a diferencia de las que se conciben para ser analizadas, nació para recordar la infancia, borrar días malos y reírnos de nosotros mismos. Aquí el timbre postal nos estira las mejillas y el término “colección” toma otros tintes.

Niños y adultos pueden disfrutar ahora de esta exposición en la que revivimos la época dorada de las tiras cómicas como Peanuts, La Familia Burrón, Memín Pinguín o Las aventuras de Tintín, entre muchos otros.

Así que, si lo que necesitas es contagiarte de alegría, te invitamos a visitar La sonrisa filatélica, una exposición del Museo de la Filatelia de Oaxaca en colaboración con uno de los grandes moneros de México: Rius.

LA MAGIA DE LA ÓPERA

El 17 de enero, en el casino del Teatro Macedonio Alcalá, tuvo lugar la inauguración de la exposición La magia de la ópera, que presenta la obra gráfica del destacado artista polaco Rafał Olbinski. La muestra consta de 48 carteles de títulos de ópera y fue organizada por la Fonoteca Juan León Mariscal y el Centro Cultural San Pablo, en colaboración con la Embajada de la República de Polonia y el Teatro Macedonio Alcalá.

Los carteles de este artista, gracias a la luminosidad de los colores empleados, combinada con una imaginería sorprendente, generan un ambiente enigmático. Un elemento constante en su obra es la elevada conciencia necesaria para entablar contacto con la belleza, la tragedia, la farsa y la ironía del destino. El mérito de Olbinski consiste en comunicarnos con un mundo de imágenes que nos permiten comprender mejor las trampas que nos tiende la vida. Olbinski tiene la capacidad de conectar una cantidad ingente de información en forma de iconos, que quedan profundamente grabados en la memoria. Sus obras, inspiradas en las artes escénicas, poseen múltiples niveles de significación. La magia de sus obras surge a partir de la sorpresa e incoherencia, de narración dentro de la narración. Sus imágenes son de carácter conceptual: nacen siempre a partir de una idea. El carácter excepcional de Olbinski se percibe en su capacidad de articular un mundo misterioso, alegórico, dentro del cual las imágenes mutuamente incongruentes y paradójicas armonizan del modo más inesperado. De acuerdo con Richard Wilde, Olbinski ha conseguido convertir lo clásico en contemporáneo.

Rafał Olbinski nació en Polonia, en donde se graduó como el arquitecto en el Instituto Politécnico de Varsovia. En 1981 emigró a los Estados Unidos para pronto establecerse como un pintor, ilustrador y diseñador prominente. Por sus logros artísticos ha recibido más de 150 premios y reconocimientos internacionales.

CANDELARIA RAMÍREZ TEJEDORA DE VIENTO Y LUZ

Entre las tierras bajas de Chiapas se encuentra un poblado cuyo nombre actual, Venustiano Carranza, ha perdido por completo la lírica de su apelativo de antaño: San Bartolomé de los Llanos. En medio de un paraje tropical, entre calles laberínticas que suben y bajan, se ha desarrollado una rica tradición de tejidos de algodón elaborados en telar de cintura.

Históricamente, estos textiles se han caracterizado por una finura extraordinaria, de tal suerte que las telas que nacen de las manos de las mujeres de este pueblo tzotzil son como un suave soplo sobre la piel. Ana Luisa Mendoza Ramírez, una joven de hablar pausado y risueño, nos da la bienvenida y nos muestra el camino para llegar a su casa, donde habríamos de conocer a su madre: Candelaria Eloísa Ramírez. Candelaria es una tejedora excepcional, cálida en su trato y generosa con el tiempo que nos dedica. Flanqueada por sus hijas, Ana Luisa y Guadalupe, nos platica de cuando aprendió a tejer, cuando apenas contaba con ocho años de edad. Su madre fue su instructora y, entre juegos, aprendió a tejer rebozos, camisas y blusas de matrimonio, así como calzones y fajas para hombre. Además del manejo del telar, Candelaria nos cuenta cómo observaba a su mamá preparar el hilo de petet: algodón hilado a mano en el malacate. El malacate, herramienta de origen prehispánico, recibe el nombre de petet y así, comparte su nombre con el hilo que nace de él. Actualmente, Candelaria y sus hijas son las únicas que saben hilar con malacate, por lo que su trabajo es sumamente apreciado por las demás tejedoras del lugar, así como por mujeres y hombres de otras partes de México y el extranjero que llegan a conocerla y a maravillarse de su trabajo.

Candelaria ha mostrado a sus hijas el valor del trabajo y la independencia que pueden lograr a partir de su actividad en el telar. Al escucharla, confirmamos que la inspiración se enamora de las almas trabajadoras, dedicadas y talentosas. La jornada de Candelaria comienza desde antes de que salga el sol, momentos que dedica al hogar y a los alimentos para luego, bajo la luz del día, sentarse frente al telar y dejar que sus dedos dancen entre los hilos. Al caer la noche, prefiere quedarse en su casa en vez de salir al parque o con las vecinas. En compañía de sus hijas, escuchando música o viendo un poco de televisión, Candelaria sigue trabajando el hilo de petet. Aunque ya no se trata de algodón hilado a mano, madre e hijas emplean los malacates para separar una hilaza de algodón en dos hilos extremadamente finos. Para esta tarea, cada una de ellas pone a trabajar no solamente los dedos de sus manos, también los de sus pies. En palabras de Candelaria: “Yo me entretengo al hacer este trabajo”.

HÉROES ANÓNIMOS: ENTREVISTA A RAFAEL DONÍZ

Verónica Loera: Hay personas que nos marcan en la vida, ¿quiénes serían en tu caso?

Rafael Doníz: Por supuesto que don Manuel Álvarez Bravo, Mariana Yampolsky, Nacho López y Antonio Reynoso, un fotógrafo poco conocido, inmerecidamente, porque su obra ha sido poco difundida, pero era muy cuidadoso con su trabajo. Cuando un joven se acercaba, inmediatamente le ofrecía todo su conocimiento y experiencia. Pero quisiera mencionar también a mi hermano Roberto, pintor, quien me introdujo al mundo de la plástica. Con él aprendí muchísimo y conocí a infinidad de pintores de primer nivel en México, entre ellos a Francisco Toledo con quien realizamos proyectos hasta el momento. Ese ambiente me abrió las puertas del mundo y propició que más tarde me dedicara a la fotografía.

Verónica Loera: Perteneces a una generación de fotógrafos que estudiaron con Manuel Álvarez Bravo, háblame del grupo.

Rafael Doníz: El grupo no era muy grande, estaban Jesús Sánchez Uribe, José Ángel Rodríguez, Antonio Turok y un joven que ya no supe qué pasó con él: Carlos Azpeitia. Caminamos juntos cuando no había propiamente un foro para la fotografía en México; comentábamos nuestro trabajo, hablábamos de otros fotógrafos, disfrutábamos el intercambio de opiniones. Estar junto a un hombre tan talentoso como don Manuel motivaba a hacer locuras como, en mi caso, dejar la universidad y apostarle a la fotografía como forma de vida. Don Manuel preguntaba ¿de qué va a vivir, está usted seguro de dejar la universidad?

Verónica Loera: Hay una constante a lo largo de tus proyectos, en alguna ocasión la denominaste “héroes anónimos”, ¿cómo fue que te interesaste en fotografiar a los trabajadores?

Rafael Doníz: Esa identidad empezó con los viajes con Mariana Yampolsky, quien me dio la oportunidad de ir a lugares alejados a registrar lo que allá sucedía. Algunas personas en la universidad, antes de que la abandonara, me preguntaban por qué me gustaba ir a los lugares donde estaba la gente pobre. Lo que descubrí es que era un concepto erróneo, porque en esos lugares se llega a la esencia de algo muy sencillo, muy llano, pero en esa austeridad la gente tiene valores monumentales. Ir a zonas tan aisladas –tardábamos a veces dos días en llegar, caminando por en medio de los cerros– representó la posibilidad de aprender, siempre me sentí muy bien. El trabajo dignifica al hombre y le da identidad. Donde voy, no hay trabajo enajenado, hay una pasión por lo que hacen, por los oficios, las actividades agrícolas, la artesanía. Los mezcaleros, salineros, artesanos o tintoreros son personas que aman su trabajo. Me han regalado su grandeza humana al dejarme fotografiarlos.

Recuerdo que cuando era niño veía cómo soldaban las cubetas viejas con plomo o veía los distintos oficios caminando por la ciudad: el peluquero, el carnicero, el lechero y me gustaba observar lo que hacían. Ya como fotógrafo volví a ellos con una intención, con una conciencia mayor y fue para mí como rendirles un homenaje. Todo oficio tiene un aprendizaje, es toda una carrera. Esa temática me ha atraído mucho, ayudó a que creciera mi nacionalismo, un nacionalismo sensato, porque amo a mi país y a quienes con su trabajo lo construyen. Por todos los lugares que he andado, al norte, sur, este u oeste me he encontrado gente muy valiosa, muy trabajadora y orgullosa de su quehacer.

Verónica Loera: ¿Cómo fue el proceso para montar la exposición La lente que derrama color?

Rafael Doníz: Hace algunos años, Fomento Cultural Banamex me pidió realizar el registro de cien maestros del arte popular en Oaxaca. Eso me permitió recorrer el estado y conocer a sus mejores artesanos. Para la rama de los textiles, el apoyo de Remigio Mestas fue muy importante, porque me llevó a conocer a los tintoreros que trabajan con el caracol púrpura y yo quedé fascinado con el proceso. Había leído un librito de la hermana de Antonio Turok, Martha Turok, y me interesé desde entonces, pero no había podido ir a la zona. Me conmovió profundamente el ritual previo a la extracción del tinte, así como la extracción misma. Estaba muy emocionado, tuve el privilegio de observar de cerca cómo le sacan el tinte al caracol respetando al animal, porque no lo dañan. Una vez que extraen el tinte, los regresan al mar.

Por recomendación de Remigio, me acerqué a Alejandro de Ávila, director del Jardín Etnobotánico y curador en el Museo Textil de Oaxaca. Fue él quien me dijo que, si quería hacer una exposición, ésta debería contener los tres colores mágicos: caracol púrpura, grana cochinilla y añil. Su idea me pareció excelente y fue otra oportunidad para conocer el trabajo de los teñidores, es impresionante. Horas y horas de trabajo, no se diga el añil, porque hay que empezar desde limpiar el campo para sembrar la semilla, sembrarla, esperar a que crezca, cultivarla para iniciar recién el proceso para obtener el tinte. Son verdaderos héroes.

El proyecto creció y se complementó con la exhibición de piezas del museo que contienen esos tintes. Fue una buena experiencia, estoy satisfecho con lo que logramos.

CENTRO DE BARRIO BUGAMBILIAS: EL CONTACTO CON LA COMUNIDAD

Desde hace ya poco más de tres años la Casa de la Ciudad se ha dedicado al desarrollo de proyectos de equipamiento que buscan conectar a la población de las colonias periféricas mediante la creación de espacios comunes.

Se trata de un proceso de diseño participativo de forma directa con la población en cada una de las fases de planeación y diseño del objeto arquitectónico. Lo que implica la participación –también en las de construcción futura– e interacción de los vecinos con el equipo de la Casa de la Ciudad en reuniones, asambleas y talleres dirigidos a crear un ambiente de creación conjunta cuyo objetivo es dar lugar a un espacio verdaderamente común para todos.

El proceso del Centro de Barrio de la colonia Bugambilias inició hace poco más de un año mediante un acercamiento con los vecinos de la colonia para entender sus necesidades y saber si estaban dispuestos a involucrarse en un viaje común. Se trata de una de las zonas desgastadas por la inseguridad en la ciudad y con alto índice de marginación y segregación social, ubicada en las colinas de Santa Rosa.

La respuesta de los pobladores de la colonia a esta iniciativa fue positiva, de inmediato se involucraron en cada uno de los pasos que el desarrollo de un proyecto de este tipo demandaba, incluyendo una serie de actividades donde la FAHHO tuvo un papel central.

Talleres con vecinos niños y jóvenes para entender su concepto de lugar común y permitir que sus ideas se reflejarán en el proyecto. Conciertos, proyecciones y fiestas fueron actividades que se vieron a lo largo de estos meses, integrando a más y más vecinos e, incluso, colonias vecinas antes distanciadas que el proyecto ha logrado reunir en un objetivo común.

Hubo también momentos duros como la pérdida de don Froilán, uno de esos héroes anónimos de la colonia que dedicaba su tiempo a mejorar su entorno físico y social. Pese a ese golpe, la colonia se sobrepuso, el equipo de trabajo también y el proyecto siguió adelante.

El fin de año pasado, en una asamblea popular con la presencia de cientos de vecinos, se votó y se aprobó la iniciativa que arranca estos días: canchas deportivas, biblioteca pública, salón para talleres, área infantil, jardines y espacios comunes se habilitarán para el beneficio de los habitantes del lugar. Este proyecto es un bien colectivo del que hay muchos autores y esperamos muchos felices usuarios.

NAVIDAD SAN PABLO

La Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, por medio del Centro Cultural San Pablo, ha adoptado la tradición de celebrar la Navidad, recibiendo en casa la visita de personas chiquitas y otras que no lo son tanto, para agasajarlas con la Navidad San Pablo, una festiva constelación de actividades y juegos para las familias.

En 2014, la magia dio vida a Navidad San Pablo, y los festejos comenzaron con un fabuloso taller de magia y trucos encabezado por el Mago Martín, quien compartió su fantástico arsenal de trucos con niñas y niños, y presentó un espectáculo que disfrutaron más de 200 personas de todas las edades.

Como por arte de magia, una fría mañana en el atrio de San Pablo apareció el Carrusel de don Natalio Salazar, con su historia y tradición de más de 70 años, y allí permaneció por más de un mes para girar y girar divirtiendo a cientos personas que iban y venían, subían y bajaban, y siempre reían.

La Navidad San Pablo busca también preservar una tradición popular navideña muy querida: el Nacimiento, por ello, cada año, San Pablo instala una bella obra de arte, con más de 50 años de historia: el Nacimiento Las Palomas, conformado por 79 figuras de cera que representan diversos pasajes bíblicos, y que fueron amorosamente moldeadas por la señora Luz María Bravo de Irabién.

Desde luego que los Reyes Magos también llegaron a San Pablo y trajeron consigo sorpresas y muchos juguetes que entregaron a niñas y niños de albergues y comunidades apartadas del centro de la ciudad de Oaxaca, como muñecas de manta, animalitos tejidos, carritos de madera, balones y muchos juguetes tradicionales más. Así fue como personas de todas las edades y de diversos orígenes convivieron en familia, entre abracadabras, becerritos de cera, caballitos galopantes, comida, y muchos juegos, e hicieron posible una divertida y muy feliz Navidad en San Pablo.

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