A CIEN AÑOS DE LA MUERTE DEL GENERAL PORFIRIO DÍAZ

Los días 2, 3 y 4 de julio de 2015 se realizará en la capital oaxaqueña el Coloquio sobre el Porfiriato, al cumplirse el día 2 el centenario de la muerte del general Porfirio Díaz Mori.

Con el apoyo de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, esta reunión de historiadores está convocada por el Centro de Estudios Históricos del Porfiriato A. C. y el Instituto de Investigaciones en Humanidades de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.

Los convocantes consideran que, después del tiempo transcurrido, ahora es posible analizar desde el punto de vista académico, sin prejuicios ni intereses justificativos, a un personaje y a un periodo que, por diversas razones, habían estado relegados en la labor de los especialistas y las instituciones.

La respuesta de muchos estudiosos de la historia ratificó esa consideración: se presentarán alrededor de 90 ponencias que abordan diversos aspectos relativos al Porfiriato: su impulso a la “modernidad”; la arquitectura; el periodismo; la educación; la fotografía y las imágenes; la criminalidad y las prisiones; la literatura y otras artes. No faltan los estudios sobre personajes de la época y por supuesto el propio Porfirio Díaz y su trayectoria personal. Entre los temas que se abordarán tampoco están ausentes aspectos relativos al desarrollo de Oaxaca en esos mismos tiempos, ni faltan enfoques críticos al político y militar que da nombre al periodo que marcó con su presencia.

Los participantes que esperamos para este coloquio provienen de muy diversas regiones e instituciones del país: Yucatán, Sinaloa, Jalisco, Puebla, Tlaxcala, la Ciudad de México y por supuesto de Oaxaca.

Para redondear el éxito que se augura, se tiene ya confirmada la participación, como conferenciantes magistrales, de los historiadores especialistas en tema “oaxaqueño”, Francie R. Chassen y Paul Garner. Además, el día 2 por la tarde se presentará en el Paraninfo universitario el libro conmemorativo: Porfirio Díaz, del soldado de la patria al estadista (1830-1915), patrocinado por la UABJO y el gobierno del estado de Oaxaca.

ESTUDIANTE CROATA INTERESADO EN EL CÓDICE DE YANHUITLÁN

El 8 de diciembre de 2014, Ognjen Raden, de Croacia, me solicitó una copia digital del Códice de Yanhuitlán para su hijo, quien estaba interesado en las culturas mesoamericanas y particularmente en el documento. La búsqueda de un facsímil de una edición de 1940, en las librerías de Croacia, no dio ningún resultado y así fue que localizó la versión en línea del documento, que aparece en la Biblioteca Digital Mexicana (BDMex), la cual no pudo descargar ni imprimir, por ello se dirigió directamente a la Biblioteca José María Lafragua de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Mi respuesta, enviada el 10 de diciembre, sugería descargar el códice de nuestra página electrónica, concretamente de nuestra colección digital de acceso abierto. Además, le informé acerca de la exposición organizada por la Biblioteca Francisco de Burgoa, el Archivo General de la Nación y la Biblioteca José María Lafragua. Agregué la publicidad de ésta, aprovechando para preguntarle acerca de su hijo y del interés por este códice en particular.

En una carta del 12 de diciembre, en la que me agradece el dato de acceso al códice, me aclaró ¡para sorpresa mía! que su hijo, a quien yo imaginaba como estudiante universitario o investigador, era un niño que aún no cumplía 7 años de edad, llamado Ljubomir, y que apenas iniciaba la escuela elemental.

El interés de la criatura nació a partir de un libro sobre la mitología del mundo y fue Tláloc el que le llamó, en primer término, su atención, así como una planta de maíz. Los padres compraron al niño un facsimilar del Códice Borgia, en una edición económica, y de esta manera el niño comenzó a dibujar dioses, sacerdotes y escenas de estos documentos que aparecen en la BDMex.

El padre cree que lo que le interesó específicamente de una de las láminas del Códice Yanhuitlán fue el “diálogo” entre las culturas precristianas y cristianas, como es el caso de su propia familia que es católica y convive con personas de otras creencias religiosas.

Finalmente, en la víspera de Navidad, me llegó un mensaje conteniendo un regalo del niño (su dibujo) y fotografías del niño y de la familia.

RESEÑAS

Códice de Yanhuitlán (1520-1544), edición comentada y facsímil, Oaxaca, 2015, FAHHO, Biblioteca José María Lafragua de la BUAP-UABJO

A raíz del descubrimiento de tres hojas adicionales del famoso Códice de Yanhuitlán en la Ciudad de México, en 2007, varias personas se organizaron para procurar su regreso a la ciudad de Oaxaca, objetivo que se vio cumplido en 2013. A finales de 2014, las tres partes del códice, guardadas respectivamente en Puebla, Ciudad de México y Oaxaca, se reunieron por primera vez en más de tres siglos para su exposición en la Biblioteca Francisco de Burgoa, en la capital oaxaqueña. La importancia y fama de este documento –no hay libro sobre la historia de la Mixteca que no incluya una imagen tomada de este códice– ameritó una nueva edición del códice, la primera con todas las pinturas conocidas. El mes de julio saldrá finalmente el esperado estudio y facsímil en una hermosa edición costeada por la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, la Benemérita Universidad de Puebla (BUAP) y la Universidad Autónoma Benito Juárez Oaxaca (UABJO). A través de sus páginas nos adentramos en la agitada vida de los señores mixtecos de Yanhuitlán durante las dos primeras décadas de la colonización, cuando el mundo Ñuudzavui pasó por grandes y dramáticos cambios. Uno de los protagonistas del documento parece ser el gobernante don Francisco Caltzin (llamado 9 Casa en el códice), quien entre 1544 y 1547 fue perseguido por la Inquisición al resistirse a ser evangelizado por parte de los frailes dominicos. Posiblemente por esta razón su hijo Gonzalo quedó excluido de la herencia del señorío, uno de los más ricos y poderosos de la Mixteca. Es posible que la manufactura del códice corresponda al conflicto sobre quién debió heredar. En una serie de imágenes de gran impacto, que fusionan elementos gráficos de la escritura mixteca con la gráfica renacentista española, sus pintores dejaron constancia de este fascinante y difícil episodio de la historia en que se plantaron las raíces del México actual.

Sebastián van Doesburg

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Taller Martín Pescador (1971- 2014), Anecdotario y bibliografía México-Oaxaca, Museo de Filatelia de Oaxaca, Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, 2014.

Con prosa amena e irónica, Juan Pascoe nos presenta una recopilación de anécdotas personales que narran su inicio y crecimiento en el arte de la impresión con prensa plana y tipografía móvil. De herencia gráfica desde su bisabuelo, Pascoe cuenta quiénes fueron sus maestros, cómo se creó el grupo de jóvenes poetas y artistas plásticos que dio origen a una serie de publicaciones realizadas en una pequeña imprenta ubicada en las calles del barrio de Mixcoac, en el Distrito Federal: la Imprenta Rascuache, que más tarde se convertiría en el Taller Martín Pescador y pronto emigraría a la exhacienda El Rosario, cerca de Tacámbaro en el estado de Michoacán.

Entre sones jarochos, rimas, bromas y poemas, el componedor de tipos nos cuenta el transcurrir de su vida entremezclada con las historias que hay detrás de cada publicación del Taller. Cada libro tiene su particularidad, su misterio y Juan los desentraña. Personajes importantes de la literatura como Octavio Paz, Efraín Huerta, Gabriel García Márquez, artistas plásticos como Francisco Toledo, Carla Ripley, Othón Téllez, Dionisio Pascoe y Artemio Rodríguez han pasado por sus prensas, también autores de las siguientes generaciones, ahora destacados escritores, como David Huerta, Francisco Segovia y Carmen Boullosa. Esa generación, que vivió sus mocedades en el Distrito Federal “antes de los Ejes Viales” –como diría Carmen Boullosa–, compartió además del vino, la jarana, la poesía, el amor por la tipografía, los papeles hechos a mano y los libros en tirajes pequeños.

Cuando alguien descubre las publicaciones del Taller Martín Pescador ya no puede mirar igual el resto de las publicaciones. Son características de su impresor la limpieza tipográfica, el armonioso diálogo de las cajas, los grabados y ornamentos que acompañan a los textos, el juego del color y el manejo del espacio entre letras, líneas y párrafos. Este libro es un recuento cronológico de los impresos salidos del Taller Martín Pescador. No sólo libros o documentos históricos sino tarjetas, invitaciones, ex libris, etiquetas, carteles y otros objetos que, por más pequeño que sea el acontecimiento que conmemoran, vale la pena guardar por su belleza. Se publicó justo cuando Juan Pascoe recibió el reconocimiento al Bibliófilo del año 2014, otorgado por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Mejor momento para celebrar, imposible.

Verónica Loera y Chávez

LOS TESOROS MUSICALES DE SOYALTEPEC: DOS DE LOS LIBROS MÁS HERMOSOS IMPRESOS EN LA NUEVA ESPAÑA

En el siglo XVI, la Nueva España requería de una imprenta para hacer libros. Así, a instancias del arzobispo fray Juan de Zumárraga y del virrey Antonio de Mendoza, llegó Juan Pablos, el primer impresor, en 1539. Cuando su negocio fue prosperando, contrató a un gran conocedor en la hechura de libros: Antonio de Espinosa, quien llegó de Sevilla en 1554. Desde su llegada, los impresos novohispanos se renovaron con un repertorio de letras redondas y cursivas, así como de hermosos grabados. Su llegada también marca el inicio de la impresión de música en la Nueva España: la primera obra con música, de 1556, salió de la imprenta de Juan Pablos, cuando ya Espinosa trabajaba ahí. Su arte elevó la impresión de música a grandes niveles, como consta de los hermosos tomos ahora por primera vez en el Centro Cultural de San Pablo, en una exposición realizada por Adabi de México, la comunidad de San Bartolo Soyaltepec y la Biblioteca fray Juan de Córdova: un Graduale Dominicale y un Graduale Sanctorale, dos libros que contienen compilaciones de cantos para la misa.

En 2013, un equipo de Adabi de México encontró un juego de estos rarísimos impresos mexicanos en la iglesia de San Bartolo Soyaltepec (‘en el cerro de la palma’), en la Mixteca Alta oaxaqueña. Yacían olvidados entre el polvo y la polilla en una vieja caja de una de las extintas cofradías. El Graduale Dominicale corresponde a la primera edición impresa por Antonio de Espinosa en 1565. El Graduale Sanctorale de 1579 —probablemente una segunda edición— es un sorprendente hallazgo bibliográfico, pues ¡es único en el mundo! Hasta ahora no se conocía un solo ejemplar y únicamente se sabía de su existencia por referencias secundarias. El ejemplar de Soyaltepec aún conserva la hoja 288 en la que está impreso el colofón en latín, cuya traducción al español es: ‘Termina el Gradual Santoral, ahora por primera vez de acuerdo a la norma, uso, modo y notas del canto de la Orden de los Predicadores, hecho en México en las casas de Pedro Ocharte 1579’. Para esta fecha, Espinosa ya estaba muerto. Una mirada al Graduale Sanctorale aquí expuesto demuestra que Ocharte compró el taller del finado Espinosa, se hizo de sus letras, grabados y sobre todo de los entrenados trabajadores, y produjo con ellos —bajo su nombre— el hermoso tomo aquí expuesto.

El Sanctorale resultó estar ricamente ilustrado con treinta grabados. Estas imágenes son una de sus características más interesantes. De los treinta que incluye, algunos eran hasta ahora desconocidos: la Resurrección de Lázaro, el que mostramos en la ilustración adjunta. Otro grupo de grabados de iconografía diversa da constancia de la circulación de las imágenes en los talleres de tres de los primeros impresores novohispanos: Antonio de Espinosa, Pedro Ocharte y Antonio Ricardo entre los años de 1576 a 1583. Aquí adjuntamos un ejemplo: La Coronación de la Virgen, que Antonio Ricardo usó en la obra de Alonso López, Summa y recopilacion de Chirvrgia, con vn arte para sangrar mvy vtil y prouechosa de 1578.

Estos libros perduraron por siglos y llegaron a nuestros días precisamente porque cantores mixtecos los cuidaban y apreciaban. Son a ellos y a los responsables de la iglesia de San Bartolo Soyaltepec a quienes agradecemos la preservación de estos tomos. Debido a la importancia de los libros, y gracias a la confianza en Adabi y en el Taller de Restauración FAHHO, el cabildo municipal autorizó su restauración.

Para celebrar tan sorprendente hallazgo y la labor de rescate de Adabi de México, la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, a través de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova organizó una exposición con los libros y el día de la inauguración Ricardo Rodys, musicólogo de la FAHHO, dirigió un coro oaxaqueño especializado en canto gregoriano y escuchamos la música que se tocaba en las misas novohispanas del siglo XVI.

LIENZO DE TLAPILTEPEC: EL LEGADO DE ATONALTZIN

La heroica resistencia de Atonaltzin, el rey de Coixtlahuaca, a los ataques del poderío azteca hacia mediados del siglo XV es parte del imaginario histórico de Oaxaca. Aunque pocas personas conocen hoy en día los detalles de la historia, el personaje de Atonaltzin perdura en el nombre de calles, escuelas, taxis y un balneario en la región de Coixtlahuaca. ¿Quién era Atonaltzin y cómo llegó a tener tanta fama que su nombre aún suena cinco siglos y medio después de su muerte? La respuesta se encuentra en un espectacular documento pictográfico que desde 1919 se conserva en el Museo Real de Ontario, en la ciudad canadiense de Toronto.

La apuesta en la guerra contra Atonaltzin era alta, ya que la gran ciudad era la puerta hacia la ruta comercial por la cual se trataban productos tan codiciados como el oro, el cacao, el hule y las plumas de quetzal. De hecho, los cronistas aztecas posteriores reconocieron que la derrota de Atonaltzin les había abierto la puerta hacia la consolidación del imperio. Como demuestra el Lienzo de Tlapiltepec, Atonaltzin encabezaba un largo linaje de gobernantes que a lo largo de casi cuatro siglos habían forjado un formidable señorío en la cuenca de Coixtlahuaca. El documento registra los principales hechos históricos de este proceso y explica de qué manera la casa real de Coixtlahuaca logró expandir su poderío en el sur de Puebla y en el valle de Nochixtlán. Mediante secuencias temporales de gobernantes y recursos cartográficos, el documento narra las fundaciones, las guerras y los matrimonios políticos que moldearon esta historia desde el siglo XI hasta mediados del siglo XVI. Revela la convivencia de distintas casas gobernantes, representando poblaciones lingüísticas distintas (mixtecos, chocholtecos y nahuatl-hablantes), evidenciando el grado de complejidad sociopolítica en la región. De esta manera, el Lienzo de Tlapiltepec se convierte en nuestra mejor fuente para conocer la larga historia prehispánica de la cuenca de Coixtlahuaca y vislumbrar la formación de uno de los señoríos más poderosos que hubo en la Mixteca.

Sin embargo, desde que el documento salió de la comunidad en 1904, por la actuación dudosa de un abogadillo local, la población no tuvo ningún contacto con las personas e instituciones que conservaron el original y se enteró de manera parcial de los avances y logros en el estudio del singular documento. Se creó un caso de desvinculación cultural, tan típico en relación con las culturas mesoamericanas, donde el objeto y la comunidad quedaron separados. Por cierto, esto no tiene que ver con que el documento esté en el extranjero, ya que la misma situación prevalece con los museos nacionales de México.

El día 22 de mayo de 2015 las autoridades de la comunidad y el curador del lienzo original en el museo canadiense se encontraron por primera vez en una actividad organizada por la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova. Al siguiente día se realizó una visita a la comunidad, precedida por un recorrido por algunos de los sitios antiguos de la cuenca de Coixtlahuaca, como San Miguel Tequixtepec y el complejo conventual de San Juan Bautista Coixtlahuaca, ambos representados en el lienzo. En la noche de este segundo día, se entregó una reproducción calcada al tamaño real (4 x 1.7 m.) del documento y una impresión de la restauración digital del documento llevada a cabo recientemente en el museo. Este último proceso, que involucró software de la NASA, permitió apreciar el documento con su colorido original, el cual se había perdido ya antes de que el documento llegara al museo en Toronto.

Las actividades en Oaxaca y Tlapiltepec lograron atraer un amplio público, pero la presentación en Tlapiltepec generó un rico, interesante e inspirador diálogo entre las personas de la comunidad, el personal del museo y los investigadores que asistieron. Con este acto se inicia un diálogo, cuyo objetivo es acercar a las partes, compartir el conocimiento acumulado durante las últimas décadas en la lectura del documento e intercambiar opiniones sobre el papel del patrimonio histórico-documental de las comunidades indígenas de Oaxaca.

EDITORIAL: LA BIBLIOTECA COMO ESPACIO PÚBLICO Y LA FAHHO

Una de las acciones que la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca fomenta y apoya decididamente es el acceso al conocimiento universal y el hábito de la lectura. El por qué de esta determinación obedece a principios simples: nuestros presidentes fundadores son asiduos lectores y provienen de una larga tradición de libreros. Además, creemos que una sociedad es mejor a medida que enriquece su conocimiento y esto se consigue con espacios para que las personas puedan desarrollar sus capacidades intelectuales. La FAHHO se ha dedicado a ello, inició con la organización de la Biblioteca Francisco de Burgoa, la apertura de la Biblioteca Andrés Henestrosa; la creación de la Biblioteca Infantil BS —donde también está la especializada en invidentes y débiles visuales, Biblioteca Jorge Luis Borges— y la Juan de Córdova. Hace poco abrió otra biblioteca en San Pedro y San Pablo Teposcolula, lo que implicó la recuperación previa de un espacio arquitectónico con gran valor: La Casa de la Cacica. La FAHHO también genera espacios de lectura en lugares donde antes no había nada. Ahora, como parte del Programa Centros de Barrio de la Casa de la Ciudad, se generan diversas bibliotecas en las zonas periféricas de nuestra urbe, donde el acceso a la cultura es urgente. Es así como nuestra institución responde a la necesidad de acercar la lectura a todos de manera gratuita. La misión la tomamos muy en serio y esperamos seguir adelante, llevando las letras a más y más personas cada día.

ALFREDO HARP HELÚ EN EL FORO VIF: EJEMPLO DE INVERSIÓN Y FILANTROPÍA

El Instituto Value Investing in Mexico (Inversión en Valor en México, VIF por sus siglas en inglés) es una organización sin fines de lucro —creada por la alianza de Sabino Capital y la Fundación Legorreta Hernández— cuya misión principal es promover las inversiones en México mediante la identificación y análisis de oportunidades y retos, así como la promoción directa de México como destino atractivo para las inversiones. El fin último del VIF es contribuir al desarrollo sustentable mediante la combinación de inversiones y acciones que promuevan la responsabilidad social en México.

Desde 2008 —año de su fundación— el Instituto VIF organiza un foro en el que reúne cada año a más de 500 empresarios, inversionistas, líderes de opinión, políticos, emprendedores, académicos y estudiantes con el fin de escuchar y compartir ideas que ayuden al desarrollo y el bienestar social de México.

Este año, uno de los invitados a hablar de su experiencia empresarial fue Alfredo Harp Helú, empresario y presidente honorario vitalicio de la fundación que lleva su nombre. Como ejemplo de lo primero fundó, junto con Roberto Hernández, Acciones y Valores de México, una de las primeras casas de Bolsa del país, y colaboró en la emisión de la primera ley de mercado de valores. Sobre lo segundo, el director del Instituto VIF, Alejandro Legorreta, dijo: “Alfredo Harp Helú es uno de los filántropos más exitosos de México”.

En su conferencia, Alfredo Harp Helú hizo un repaso a su vida profesional. Contó cómo hace sesenta años su maestro, Gilberto Martínez, le enseñó cosas importantes. “Primero, que había que tener disciplina, orden, respeto a los demás y trabajar más que los demás”. Fue así que conoció el mundo laboral: “He trabajado desde muy chico con mi maestro de sexto de primaria. Como yo estaba becado en el Cristóbal Colón, me ponía a hacer paletas heladas y luego a venderlas. También me enseñó a cuidar a los niños en el medio internado”. Y así, echando cuentas de cuántas horas ha trabajado en su vida, hizo un cálculo, según el cual, sumando todas las horas trabajadas, debería tener más de cien años. Sin embargo, dijo que lo que busca es: “Tener salud, practicar deporte, estar con la familia y con eso me siento muy bien, pero sí considero que soy, como todos, un ser mortal y que vamos a aprovechar todo lo que se pueda”.

Narró cómo, cuando salió de la UNAM, hizo una sociedad con Roberto Hernández, con quien lleva cuarenta y cinco años como socio, de quien dijo: “Es una mancuerna que yo también les deseo: un socio, como Roberto y yo. Somos muy distintos en muchas cosas, pero ese complemento fue único para efectos tanto de nuestra vida empresarial como de nuestra vida ahora filantrópica”.

Y entonces empezó el resumen de su vida profesional, siempre al lado de Roberto Hernández: la creación en 1971 de la casa de Bolsa Acciones y Valores de México (Accival), con la exitosa colocación de Aurrera y la compra de acciones de Teléfonos de México (Telmex). Habló de las crisis que ha sufrido nuestro país —1976, 1983, 1987—; para llegar a declarar que: “La mejor inversión está en México”, y que el éxito está en la diversificación, “esa palabra nunca se nos va a olvidar”.

Y con los éxitos, llegó la filantropía: la Fundación Alfredo Harp Helú, donde se concentran todos sus esfuerzos, su compromiso por México, siguiendo las enseñanzas de su maestro: “Respeta a los demás, no discutas con necios, porque da mucha flojera. Mejor tú ayuda y hazlo directo, y todo lo que puedas te va a llevar a darte mucha más satisfacción”.

Y esta satisfacción le ha llevado a invertir en proyectos educativos 46% del presupuesto de su fundación: Universidad La Salle, Universidad La Salle Nezahualcóyotl, la UNAM, el Politécnico, becas, educación a distancia, “porque no hay la posibilidad de que todos los alumnos de este país vayan a un campus universitario”. 22% de la inversión está en cultura: Museo Textil de Oaxaca, Museo de la Filatelia, el Centro Cultural San Pablo, restauración y rescate de órganos, creación y organización de bibliotecas infantiles, para adultos y bibliotecas móviles; recuperación de archivos y bibliotecas a través de Adabi, “Yo no hablo del futuro, el futuro lo van a ver otros, pero a mí el presente sí me interesa. Necesito ver el pasado y entonces, si rescatamos archivos y bibliotecas, pues al rato sabemos de dónde venimos y sabremos a dónde queremos ir”.

También la inversión es en medio ambiente, 9%, en viveros de alta tecnología para reforestar en Oaxaca, Tabasco, Morelos, Chiapas, también en Cuba y en Líbano. En The Nature Conservancy, “estoy junto con Roberto Hernández y su mujer, Claudia”.

En salud, con la Fundación Gonzalo Río Arronte, en la que fue presidente y siempre ha sido consejero. Alfredo Harp Helú destacó que en este rubro, “lo más bonito que hemos hecho es tratar de darle a los institutos nacionales de salud, equipo, siempre en especie. Y ¿por qué digo que me gusta tanto? Porque nos vienen a pedir para investigación científica en medicina de otras partes del mundo y ahora ya se logró que en el Instituto de Nutrición se juntaran Cardiología, Genoma Humano, la misma Nutrición, Neurología, y se hace una sola investigación con los mismos equipos, pero con los mejores investigadores, que muchos son de la UNAM. Y eso nos tiene contentos”.

En arte popular se ha trabajado con Fomento Cultural Banamex. Ahora, en palabras de don Alfredo: “Vamos a promover agresivamente la producción de artesanía y ayuda a los artesanos a comercializar, que ha sido siempre su problema. No nos vamos a llenar de inventarios que no sirvan, vamos a promover que se haga bien y vamos a ayudarlos a comercializar. Tenemos un fondo que ya se ha logrado incrementar por más de cincuenta millones de pesos sólo para este año”.

Y para finalizar, dio un consejo a los asistentes al Foro VIF: “Acuérdense de la palabra diversificación. Yo creo que vamos a salir [de la crisis] y nosotros somos más importantes que lo que decidan diez en el gobierno. Nosotros vamos a sacar adelante este país y yo los invito a que trabajemos juntos. No es con un granito, sino con carretadas de arena”.

DAN INICIO LAS OBRAS DE LA CIUDAD DE LOS ARCHIVOS


Con el deseo de preservar la memoria de Oaxaca, conservar y enriquecer áreas verdes de la ciudad, así como fomentar el deporte y la recreación, la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca presentó al Gobierno del estado el proyecto elaborado por el Arquitecto Ignacio Mendaro Corsini –premiado internacionalmente en múltiples ocasiones– para la creación de un espacio que cumpliera con estos objetivos. Después de un largo proceso, las instituciones unieron esfuerzos y finalmente, el mes de marzo del presente año, iniciaron las obras de la primera etapa de construcción.

El arquitecto comenta que: “El proyecto no sólo contempla la ubicación de archivos históricos dentro de un edificio adecuado para salvaguardar el patrimonio heredado, sino que prestará servicios de bibliotecas, auditorios, seminarios, exposiciones, además incluye una cafetería, instalaciones deportivas como canchas de basquetbol, futbol, beisbol, gimnasios al aire libre, zonas recreativas, juegos infantiles y un agradable espacio para pasear”.

La Ciudad de los Archivos estará ubicada en el parque Las Canteras, de donde se extrajo la piedra para construir la ciudad de Oaxaca. La primera intención de la Fundación y del Gobierno del estado fue que “el archivo se abriera a la ciudadanía y que la arquitectura se integrara al contexto natural y la flora local, junto con los espacios deportivos y de convivencia”. La idea es que se construya un espacio amigable para los habitantes de todas las edades.

Asegura Mendaro que el proyecto incluye: “Áreas verdes y lacustres con amplio potencial ecológico y zonas de esparcimiento para la población. El proyecto arquitectónico de los archivos se integrará armónicamente a su entorno, de modo que el rescate del parque se realice empleando energías alternativas, que sirvan de paradigma en esta histórica ciudad. También se contempla el saneamiento de las pozas y la plantación de especies locales que reverdezcan el lugar”.

Uno de los espacios pensados para la ciudadanía es la biblioteca infantil, un espacio agradable que está diseñado para fomentar la lectura en los niños de tal forma que la vivan con di- versión y busquen la visita constante. Estará iluminada a través de vidrios de colores y contará con un área abierta y prolongable a un patio privado y a una zona de sanitarios. Además, comenta el arquitecto, “los niños podrán observar a través de los cristales las actividades que realizan los adultos con los documentos del otro lado del vidrio. De tal suerte que les genere interés y curiosidad”.

Uno de los grandes logros del proyecto, afirma el arquitecto Mendaro, es la metodología empleada en el programa de planeación y construcción, ya que permite tener una claridad de los costos y requerimientos desde un principio. Con la ayuda de la tecnología de punta, se puede saber con certeza el volumen requerido de cada uno de los materiales utilizados en la obra. Permite conocer el detalle de cuántos ladrillos, cuántos kilos de cemento, cuántas varillas, por muro, por piso, por salón, etcétera. Esta exactitud posibilita las finanzas transparentes y evita cualquier tipo de irregularidades ya que el conteo por cada área tiene una base confiable.

LA CIUDAD DE LAS CANTERAS Y EL ANTERIOR PAISAJE ACUÁTICO AL ORIENTE DE LA CIUDAD

El gran banco de cantera verde conocido hoy como la Ciudad de las Canteras constituye un paisaje cultural interesante. Durante varios siglos, se extrajo aquí la cantera para construir las iglesias y casas de la ciudad. Sin embargo, poco se sabe de su historia. Esto se debe, sobre todo, a la poca atención que los historiadores de la ciudad han prestado a sus alrededores, donde no predomina la arquitectura monumental histórica, sino los campos, ríos y otros recursos naturales de los que se aprovechaba la ciudad. Ahora, este paisaje cultural se ha perdido casi por completo con el crecimiento de la mancha urbana durante la segunda mitad del siglo XX, desvinculando el centro histórico de su contorno. Sin embargo, en la Ciudad de las Canteras existe la oportunidad de rescatar la noción de este paisaje cultural.

Parece que en un inicio se extrajo piedra de bancos más cercanos a la ciudad. En un informe de 1580 se escribió: “Esta ciudad abunda de materiales necesarios para edificar, porque hay a un tiro de piedra de ella, una cantera de donde se saca la piedra franca, que es una piedra blanca, blanda y fácil de labrar, en la cual se pueden sacar todas las molduras y figuras que en ella se quisieren hacer. […] Sirve esta piedra de hacer pilares, portadas y de adornar las esquinas de los edificios y casas”, aunque el autor anotó también que apenas “se han hecho algunas portadas y esquinas de piedra”. Lo demás era de adobe. Este banco, que surtió la piedra para Santo Domingo, quedó sepultado bajo la actual ciudad. La explotación de la cantera que conocemos hoy —la de Ixcotel— corresponde al auge económico del siglo XVIII. El floreciente comercio de la grana permitió que la ciudad reconstruyera muchos de sus edificios de adobe en piedra verde y era necesario abrir un nuevo banco.

En 1550, el área de la cantera de Ixcotel era aún parte de un sistema de ciénagas que se extendió a lo largo del río Salado, llamado Sayulatengo (“río de las moscas”) en náhuatl. Sin embargo, a partir del año mencionado, estas ciénagas fueron drenadas para crear tierras de cultivo. El carrizal más grande estaba cerca de la junta del río Salado con el Atoyac. En 1580 aún se acordó que “la ciénaga que por esta parte tiene solía ser antiguamente muy grande, de la cual se proveía la ciudad de hierba para las bestias […] de la cual hay ahora gran falta en tiempo de seca, porque siendo Luis de León Romano alcalde mayor desta ciudad, la agotó por muchas partes y no ha quedado de toda ella sino este pedazo. […] En esta ciénaga se crían aves diversas […] y de aquí se saca la juncia y muchas hierbas y flores con que se adornan los templos e iglesias en los días festivales”. De hecho, el mismo virrey Antonio de Mendoza escribió en las instrucciones a su sucesor que él había ordenado desaguar este carrizal: “Yo encomendé a Luis de León que viese dónde se podrían dar algunas tierras para que se siembren […]. Háse comenzado a hacer una sangradera para ello; allí podrá haber, no solo para los españoles, más para indios, muy buen pedazo de tierra para sembrar trigo”.

Otra ciénaga estaba en donde hoy está la cantera de Ixcotel. Veremos los indicios: en el año de 1686 se hizo un recorrido para reconocer los límites del Marquesado de Cortés, el cual rodeaba literalmente la ciudad. En cierto momento la comitiva llegó “a un cerrito alto de piedras blancas que se nombra las Peñuelas y encima de él está cortada y hecha una cruz en una de dichas peñas y dijeron dichos naturales de Santa Lucía [del Camino], mediante el dicho intérprete, ser división y mojón que divide los términos de su pueblo con la dicha ciudad y uno de los más principales y conocidos que dividen ambos territorios”. Estas “peñuelas” no son otras que las que hoy conocemos como Ciudad de las Canteras, pero nada dice el documento sobre la extracción de piedra, por lo que parece que aún no se trabajaba en este año. Apenas se había establecido “un pueblo pequeño que [tiene] hasta veinte casados que se llama Santa María Yxcotetl (‘encima de la piedra’). Y actualmente están fabricando y alevantando hermita de su advocación. […] y los naturales del dicho pueblo de Santa Lucía dijeron que habrá tiempo de veinte y seis años que se agregaron por terrazgueros del dicho de Santa Lucía y han querido fundar su pueblo y separarse [de la ciudad]; y que pedían a Su Merced que el presente escribano fuese a dar fe de un rótulo que está en la puerta de la dicha hermita que está acabada; que habiéndolo visto y registrado, dice así en números castellanos ‘1660 años’ lo cual certifico en debida forma”. En seguida, la comitiva siguió su camino, anotando: “Y desde este dicho paraje fuimos caminando hacia el sur hasta llegar a la junta de los dos arroyos: el uno que se hace de la derrama de la ciénaga que está junto a dichas peñuelas y el otro que llaman de la puente [esto es, el río Salado]”.

En este punto, el río Salado hace una curva pronunciada al sur. A partir de aquí, toda la tierra al oriente del río era parte de la Hacienda el Rosario de los dominicos –cuyo casco aún está en pie cerca de la URSE–, hasta toparse al sur con el cerrito Mexicatepec, pegado a San Antonio de la Cal. En 1580, se describió este paisaje en las siguientes palabras: “Por la parte del este [de la ciudad] hay otro río, que pasa junto a una ciénaga [se entiende la de Canteras] y caballerías de tierra de los religiosos de Santo Domingo [se entiende la Hacienda el Rosario]. Sirven y aprovechan las aguas deste río de regar trigos y maíces que se siembran a la redonda”.

Nada ha quedado de este rico paisaje acuático, lleno de carrizos, flores y pájaros. Ahora, la ciudad tiene sed. Sin embargo, quedan lugares de memoria, como son las paredes de cantera del viejo banco y los pozos inundados. Sería adecuado hacer aquí memoria del paisaje acuático que algún día acompañó y sirvió a la ciudad.

CAFÉ CON LETRAS

Qué cosa más sorprendente es un libro. Es un objeto plano, hecho de un árbol, con partes flexibles en las que están impresos montones de curiosos garabatos. Pero cuando se empieza a leer, se entra en la mente de otra persona; tal vez de alguien que ha muerto hace miles de años. A través del tiempo, un autor habla clara y silenciosamente dirigiéndose a nosotros y entrando en nuestra mente. La escritura es, tal vez, el más grande de los inventos humanos. Une a personas que no se conocen entre sí. Personajes de libros de épocas lejanas rompen la cadena del tiempo. Un libro es la prueba de que los hombres son capaces de hacer que la magia funcione.
Carl Sagan

Esa magia es la que venimos a compartir cada viernes en el Café con letras. Lo que nos une es nuestra pasión por la lectura y el convencimiento de que leer enriquece nuestras vidas. Entre nosotros hay lectores y lectoras de diversas edades, algunos voluntarios que llevan libros a niños en escuelas y hospitales y otros que simplemente tratamos de contagiar a todos los que se atraviesan en nuestro camino nuestro gusto por la lectura.

Un buen café, buenos libros y los diferentes puntos de vista de todos los que conformamos este taller permanente en la BS han resultado la combinación perfecta para crear un nutrido círculo lector que lleva ya más de un año compartiendo y enriqueciendo su experiencia lectora.

Los temas que se abordan en cada reunión surgen de los propios intereses y gustos del grupo que, como es bastante diverso, ha permitido abordar una variedad de géneros literarios. Los diferentes puntos de vista de todos los participantes nos dejan debatiendo sesión tras sesión, en muchas ocasiones terminamos hablando de todo menos del tema en cuestión, pero bueno, siempre regresamos a apoyarnos en la lectura y, como siempre, ha sido de manera sincera y respetuosa. Esa apertura nos ha permitido involucrarnos más allá de un ámbito literario. Y es que en verdad la literatura puede unir a las personas y puede enriquecer nuestras vidas, no sólo intelectual o académicamente hablando, también a partir de un vínculo emocional y afectivo. Ésa ha sido una de las muchas satisfacciones que el Café con letras nos ha brindado a quienes nos hemos visto involucrados de una u otra manera en este círculo lector.

No es tan sencillo plasmar “el espíritu” de nuestro grupo, esperamos que a partir de las palabras de algunos de sus participantes puedan darse una mejor idea de lo que compartimos en nuestras reuniones semanales. Pero sobre todo, se contagien un poco de esa gran pasión que todos y cada uno de ellos tienen por la lectura.

Para mí, este taller me abrió las puertas hacia la literatura, lo digo por lo poco que conocía sobre este tema. Aparte, lo que más me ha gustado de participar aquí es la convivencia entre todos los que conformamos este grupo de lectura; las sesiones han sido únicas.
José Antonio

Para mí ha significado un espacio muy enriquecedor en todos los aspectos porque, además de compartir lecturas, compartimos puntos de vista en un ambiente de total respeto y colaboración. Me agrada escuchar las inquietudes de los más jóvenes, especialmente porque me dedico a la enseñanza universitaria y estoy consciente que en este mundo todos aprendemos de todos. Hay lecturas que gracias a ellos he conocido, pero, sobre todo, ha sido muy rico emocionalmente pues nos divertimos, sufrimos y compartimos nuestra pasión por los libros y la lectura.
Patricia

Es así como da inicio esta aventura por el mundo de las letras de la mano de mis compañeros y una atinada coordinación. Ha habido de todo durante este proceso, atinadas participaciones y aportaciones, ya sean de datos informativos o recomendaciones de libros, o incluso, personas que en un gesto generoso nos han llevado agua de sabor, ricas galletas y panquecitos para degustar en esas tardes de encuentro con las palabras.

Cada uno de los que integramos este círculo aporta mucho para este ejercicio literario… Y así han ido pasando los días, semanas y meses hasta completar, ya sin sentir, un año de fructífera lectura y gran camaradería, que me ha permitido enriquecer mi gusto lector. ¡Enhorabuena!, ahora vamos por nuestro segundo año con nuevos proyectos lectores.
El Gato Lector

El proyecto sigue su marcha. El grupo sigue creciendo y esto es fundamental pues es así como realmente se enriquece y nutre la experiencia de este círculo. El grupo está ansioso por crecer, tanto en lo individual como en lo colectivo y, al hacerlo, seguir compartiendo y disfrutando el gusto por la lectura, sembrando semillas que en un futuro embellezcan al mundo.

REPRESENTACIONES GRÁFICAS DEL MAÍZ

Dada la singularidad gráfica de los timbres postales mexicanos, la filatelia nacional ha sido centro, en épocas recientes, de un interés único que ha permitido que la gráfica contemporánea reinterprete los viejos diseños nacionales.

En esta ocasión, gracias a la colaboración con el Museo Latino de Omaha, se presenta en este museo norteamericano la exposición Maíz, una muestra que reúne representaciones gráficas sobre esta planta, inspiradas en diseños de timbres postales mexicanos y que fueron elaboradas por 24 artistas de Omaha y Oaxaca, entre los que se encuentran Christina Narwicz, Claudia Álvarez, Terry Rosenberg, Mary Day, Dave Manríquez, Iggy Sumnik, Joe Nicholson, Kristin Pluhacek, Ron Garvais, Justin Beller, Bart Vargas, Pablo Cotama, Ricardo Pinto, Alfonso Barranco, Demián Flores, Alejandro Echeverría, Emilia Sandoval, Luis Hampshire, Jéssica Wozny, Sabino Guisu, Rame Cuén, Moisés García y Jaime Ruíz Martínez. Con distintas técnicas, la imagen del maíz es reinterpretada por los artistas, otorgándole un nuevo concepto gráfico a este cultivo original mesoamericano.

Ya en varias ocasiones la filatelia mexicana ha tenido la oportunidad de abordar la tradición culinaria de nuestro país y, curiosamente, muchos de los platillos mexicanos que se han representado en timbres postales tienen como ingrediente principal el maíz. Retomar aquellas imágenes grabadas en el timbre postal e intervenirlas desde distintas perspectivas gráficas representan un agregado sobre la tradición milenaria de esta planta, que en muchas regiones de nuestro país es fuente de vida y energía.

Esta exposición nos invita a redescubrir la historia del maíz: por qué su importancia en América, por qué la idea de que venimos de él o el por qué en la cultura mixe se cree que si sueñas con serpientes es porque en tus pantalones se quedaron atrapados algunos maicitos cuando fuiste a la milpa. Fue así que Omaha y su Museo Latino resultaron ser el lugar ideal para llevar a cabo esta exhibición y darnos una nueva perspectiva del maíz en América.

CULTURA Y BUEN VIVIR

Este año, en noviembre, La Casona de Tita cumple diez años. Desde su apertura, su directora, Amelia Lara Tamburrino, tuvo muy claro el concepto de hotel que quería: una casa mexicana que recibiera a viajeros —que no turistas, que sólo quieren tomar fotos y ponerle palomitas a todo lo que visitan, sin apenas apreciarlo—: “como los viajeros del XIX, que se tomaban su tiempo, hacían largas travesías, exploraban, leían antes de llegar a un espacio, o, ya que estaba en un espacio, la conocía de una manera cómoda”.

Por su labor, Amelia Lara viajaba continuamente y se alojaba en pequeños hoteles que eran atendidos por sus dueños. “Me fascinaba. De ahí me nació la querencia, algún día quiero tener un hotel, así chiquito”, pensaba quien también coordina el Centro Cultural Santo Domingo. Así, empezó a buscar un espacio que reuniera todas las cualidades que ella quería. Y la encontró, en la calle García Vigil, muy cerca de Santo Domingo. Una casa mexicana del siglo XIX, con patio y seis habitaciones. Tras un año de remodelación, a cargo del arquitecto Daniel López Salgado, La Casona de Tita abrió sus puertas. El concepto de Amelia era que el hotel contara “con habitaciones distintas, con muebles antiguos, contemporáneos y muchos, muchos, acentos de Oaxaca, de artesanía refinada. Con la intención de mostrar el México rico que somos”. Desde entonces, no ha dejado de recibir a los viajeros.

Como todo negocio, tiene sus vicisitudes, pero también sus recompensas. Primero, hace tres años, le otorgaron el distintivo Tesoros de México, que el Gobierno Federal brinda a las propiedades exclusivas con los más altos estándares de calidad y servicio. Después, en TripAdvisor —sistema en el que los viajeros opinan en internet sobre los lugares donde se hospedan—, de estar en el catorceavo lugar de hoteles en Oaxaca, gracias a los comentarios, La Casona de Tita está ahora en el número uno de las recomendaciones y de los 25 establecimientos mexicanos, está en el decimoctavo. “Algo pasa que les gusta mucho a los huéspedes”, comenta Amelia.

Y así, como la tía o la abuela que reciben a la familia, a La Casona de Tita siguen llegando los viajeros que quieren disfrutar de la ciudad tranquilamente, sin prisas. Donde pueden recibir la mañana —si no se es huésped también— con un desayuno acompañado de mermeladas caseras hechas con frutas de temporada, mantequilla que sí es mantequilla, y la seguridad de que hay pocas maneras mejores de empezar el día para conocer esta ciudad. Y seguro, como su directora, “llena el espíritu”.

TIMBRES POSTALES DE LOS ÓRGANOS HISTÓRICOS

En el marco del Décimo Festival Internacional de Órgano y Música Antigua, 2014, Correos de México en colaboración con el IOHIO y el MUFI emitió seis timbres postales de diversas denominaciones con imágenes de algunos de los más bellos órganos tubulares antiguos del estado de Oaxaca. Con esta emisión se inició la serie “Instrumentos Musicales”. Además, por segunda vez se conmemoró el festival con una cancelación postal especial; la primera se hizo en 2001 en el marco del Primer Festival. La oficina del IOHIO se ubica en las instalaciones del MUFI y este proyecto reforzó la colaboración positiva entre nuestras instituciones.

RECONOCIMIENTO AL USO DE TEJIDOS LOCALES EN ESCUELAS BILINGÜES

Una de las razones por las cuales se reconoce a Oaxaca es su riqueza textil. A lo largo y ancho del estado se ha empleado una gran variedad de fibras, tintes y técnicas para elaborar los bordados y los tejidos que han acompañado a distintas culturas durante siglos. El siglo XX trajo consigo un gran cambio en el uso y los procesos de manufactura de los tejidos locales, lo que transformó el panorama cultural de Oaxaca. Entre los cambios menos favorables se encuentra el abandono, parcial o total, de la indumentaria local de muchas comunidades.

Si bien es cierto que la indumentaria está estrechamente vinculada a una noción de identidad, también es claro que la identidad se forja desde la infancia. Es por ello que la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, a través del Museo Textil de Oaxaca ha otorgado una serie de reconocimientos a escuelas que promueven el uso de la indumentaria característica de la región. El Museo valora el esfuerzo realizado por las autoridades de las escuelas que deciden implementar esta iniciativa, así como la colaboración fundamental de madres y padres de familia, quienes se han convencido de que una educación completa debe inculcar el aprecio por la cultura materna, donde tanto el vestido como la lengua son componentes esenciales de la misma.

Estamos conscientes de que esta tarea no es sencilla, pues implica una ardua labor de convencimiento entre maestras y profesores hacia las madres y los padres de familia, así como un compromiso por parte de todos los involucrados de respetar la decisión de usar la vestimenta local, al menos, una vez por semana. Sin embargo, en la FAHHO estamos seguros de que no hay mejor modo de educar que con el ejemplo, por lo que aplaudimos la labor de estas escuelas y de las familias que confían en ellas, pues con el uso de la vestimenta y de la lengua materna se entreteje una fuerte conexión entre las jóvenes generaciones y su legado cultural.

Hasta la fecha, el Museo ha entregado una serie de libros a cuatro jardines de niños y cinco primarias bilingües ubicadas en Santa María Zacatepec, Santa María Huazolotitlán y Santiago Jamiltepec, así como a una escuela de educación preescolar trilingüe en Villa Hidalgo Yalálag. Los libros donados complementan las bibliotecas y salones de lectura de estas escuelas, con lo cual se promueve el hábito de leer entre más de 1000 alumnos. Estimular el uso de la indumentaria y de la lengua materna es una labor titánica, pero estamos seguros de que si una acción como esta es emprendida y llevada a cabo por cientos de personas —como lo está comenzando a ser— los cambios pueden ser reales y duraderos. Enhorabuena.

DONACIÓN DEL ACERVO DE IRMGARD W. JOHNSON A LA BIJC

La Biblioteca de Investigación Juan de Córdova ha recibido en donación el acervo de fotografías, notas de campo y libros de la maestra Irmgard Weitlaner Johnson. El 27 de marzo pasado, La Jornada publicó una nota al respecto, donde resalta que es “una de las más grandes y completas investigaciones sobre la diversidad textil en el país”. Diferimos del corresponsal de ese diario: se trata, sin duda, de la investigación más extensa y más acuciosa que se haya emprendido sobre el tema en México.

La maestra Johnson inició su trabajo en la década de 1930. Hija del pionero de la etnografía mexicana, Roberto Weitlaner, Irmgard comenzó a recorrer las comunidades indígenas del centro del país en compañía de su padre. Poco tiempo después dirigió sus pasos a Oaxaca, que sería siempre la región de mayor interés para ella. Acá visitó numerosos pueblos donde se conservaba aún el arte del telar. Entrevistó con paciencia y sensibilidad a las tejedoras para documentar su trabajo por medio de apuntes, dibujos y fotografías. Lo mismo hizo en las zonas más significativas de otros estados donde sobrevivía el textil tradicional.

A lo largo de seis décadas, la maestra Johnson reunió un acervo extraordinario: más de 550 expedientes de investigación y cerca de 18,000 imágenes (fotografías impresas, negativos, placas y transparencias) que registran todos los aspectos del tejido en México. Nadie como ella se adentró en los pormenores técnicos del proceso. Nadie como ella entendió la necesidad de registrar con fidelidad el conocimiento y el sentir de las artistas textiles, quienes representaban en muchos casos la última generación dedicada al telar y la aguja.

Al recibir estos materiales, la BIJC se consolida como un nodo clave para conservar la memoria de la civilización mesoamericana. La biblioteca ya contaba con materiales excepcionales acerca de las lenguas y la etnohistoria de México y Guatemala. La generosa donación por parte de Kirsten y de Nicholas, hija y nieto, respectivamente, de Irmgard, posicionan a la BIJC como el espacio más relevante en el mundo, nos atrevemos a decir, para profundizar en el estudio del textil indígena. La Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca hace posible abrir estos archivos al público interesado y, al mismo tiempo, propicia la conformación de un grupo de especialistas con una visión nueva, que relaciona los testimonios tejidos con los documentos textuales y la evidencia lingüística. Al recibir el acervo de la maestra Johnson, la BIJC se vincula más estrechamente con el Museo Textil de Oaxaca y con los artistas comunitarios que colaboran con él. De esta integración creciente sólo podemos esperar frutos valiosos.

TEJIDOS PROVOCADORES

Los tejidos de Candelaria Ramírez invitan a realizar un viaje de exploración y deleite. Ante nuestros ojos se revelan un cuerpo, un corazón, un alma que crea, una tela que envuelve y que sugiere calidez y candor. Las yemas de nuestros dedos, a su vez, emprenden un recorrido por las planicies irregulares de la superficie, se encuentran ante las pequeñas elevaciones y hondonadas de los brocados y, así, van elaborando el mapa de un paisaje táctil en miniatura. Los ríos de algodón blanco confluyen con los de corriente colorida, recreando vistas tan exuberantes como la tierra chiapaneca de Candelaria: San Bartolomé de los Llanos. Al percibir el aroma a aire fresco, nos detenemos entre alguno de esos valles, a la sombra, disfrutando de esta caricia sobre la piel.

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