TALLER DE ZAPOTECO COLONIAL EN MACUILXÓCHITL

El pasado domingo 8 de mayo se llevó a cabo en la comunidad de San Mateo Macuilxochitl una sesión más del Taller de zapoteco colonial, evento que se realiza por iniciativa del Colectivo por el rescate de la memoria histórica de Macuilxochitl y del doctor Michel Oudijk, profesor-investigador adscrito al Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.

La idea del Taller de zapoteco colonial surgió en septiembre del año pasado, a raíz de una invitación que el Colectivo hizo al doctor Oudijk para que diera una charla en el Museo Comunitario del pueblo sobre la Genealogía de Macuilxóchitl. Este documento, que fue elaborado en el siglo XVI, muestra a los miembros de la dinastía que gobernó el señorío de Macuilxóchitl durante doce generaciones prehispánicas, así como a la que vivió durante la llegada de los españoles. Otras parejas fueron añadidas en varios momentos posteriores a su realización, y también se añadieron notas con información histórica.

Durante la conferencia de Michel Oudijk sobre la Genealogía en Macuilxóchitl, los asistentes que eran hablantes de zapoteco notaron la similitud entre los textos que les eran leídos y la variante actual del zapoteco que ellos hablan. Estos textos dan cuenta de las alianzas matrimoniales de los pichana o gobernantes del señorío con mujeres nobles de otras poblaciones. Los asistentes a la charla corroboraron que las traducciones que el doctor Oudijk había hecho al español de estos textos eran bastante cercanas a lo que ellos entendían de esos textos. A partir de esa experiencia de lectura y traducción conjunta se propuso tener reuniones de trabajo para que la gente de Macuilxóchitl y pueblos vecinos aprendieran a leer documentos zapotecos del periodo virreinal.

En el Taller de zapoteco colonial suelen participar hombres y mujeres de entre 25 y 40 años, aunque también asiste Tamara, de 4 años, y algunas veces han acudido las personas más longevas de la población. El taller ha sesionado en tres ocasiones, en las que se ha trabajado con documentos de Teotitlán, Teitipac, Tlacochahuaya y el mismo Macuilxóchitl. La mayoría de quienes participan en el taller son hablantes de zapoteco, por lo que se les facilita la comprensión de los textos que se trabajan. Sin embargo, ya que la lengua zapoteca, como todas las lenguas del mundo, ha ido modificándose con el tiempo, también hay palabras que ya no se usan o que han sufrido pérdida de vocales y que no son tan fáciles de identificar. Para poder hacer la relación entre la lengua zapoteca colonial y la lengua actual, el doctor Oudijk explica cada sesión algunos aspectos gramaticales. También guía la lectura de los textos, plantea sus complejidades y resuelve dudas referentes a la paleografía.

Al taller también han acudido especialistas de otras universidades a compartir su trabajo con documentación colonial, como la lingüista Brook Lillehaugen, del Haverford College de Filadelfia, Estados Unidos. Además, la labor del doctor Oudijk forma parte del proyecto de Filología de las lenguas otomangues que los investigadores Sebastián van Doesburg y Michael Swanton llevan a cabo en la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova.

WILLIAM SHAKESPEARE: A LA LUZ DE CUATRO SIGLOS

Aunque sean pocos quienes lo crean, en la actualidad el teatro es capaz de revolucionar el mundo. Sin embargo, cuando el joven William Shakespeare dejó su pueblo natal de Stratford-upon-Avon para probar fortuna en Londres por el año 1580, dejando atrás a una esposa y tres niños, es probable que ni siquiera él se diera cuenta de los alcances de esa afirmación.

Inglaterra en ese momento estaba en el apogeo de la época isabelina, llamada así por la longeva reina Isabel, quien reinó por 45 años, más que la expectativa de vida promedio de uno de sus súbditos. Ese Renacimiento a la inglesa vio el florecimiento de las artes nacionales y la expansión de su imperio en ultramar, incluyendo la derrota de la Armada Invencible de España en 1588. En ese ambiente de peripecia y tumulto –el colega de Shakespeare, el dramaturgo Christopher Marlowe, fue apuñalado a muerte a la tierna edad de 29 años– se mezcló el joven bardo, convirtiéndose en actor, escritor y, con el tiempo, coproprietario de la compañía teatral Lord Chamberlain’s Men.

Afirmar que la flamante compañía gozaba de un repertorio envidiable sería un understatement típicamente sajón. Shakespeare escribió unas 38 obras de teatro, entre las cuales figura un elenco de nombres canónicos en la literatura universal. Hamlet, el príncipe que agoniza ante la necesidad de vengar el asesinato de su padre y quien afirma, siglos antes de Camus, que la verdadera cuestión para los humanos es ser o no ser. Otelo, el moro enceguecido por los celos, quien, engañado por el vil Iago, termina estrangulando a su amante Desdémona. Ricardo III, el jorobado rey maléfico que pierde su reino por un caballo. Romeo y Julieta, los amantes nacidos bajo estrella rival. Macbeth, paralizado por la culpa de haber matado para apoderarse del trono de Escocia (hasta la fecha, una vieja superstición impide a los actores pronunciar su nombre dentro de un teatro, refiriéndose en lugar de eso a “la obra escocesa”). El Rey Lear, personificación de la locura, la senectud y la autodestrucción. La isla encantada de Próspero en La tempestad. Y todo eso sin mencionar a las comedias: Sueño de una noche de verano, Mucho ruido y pocas nueces, Bien está lo que bien acaba, Como te guste, Las alegres comadres de Windsor. Al día de hoy, sus obras continúan siendo las más representadas a nivel mundial, sin rival.

Cuando los teatros ingleses cerraron temporalmente debido a un brote de peste bubónica en 1593, Shakespeare se puso a escribir sonetos. En total, escribió 154 de ellos, cubriendo la gama de temas eternales: la belleza (“¿A un día de verano compararte?/ Más hermosura y suavidad posees”); el amor (“La unión de dos almas sinceras/no admite impedimentos. No es amor el amor/que se transforma con el cambio/o se aleja con la distancia./¡Oh, no! Es un faro siempre firme…”); el paso del tiempo (“El tiempo transfigura las galas juveniles,/excava con sus surcos la faz de la belleza/y tiene su alimento en las raras naturas,/sin que nada subsista a su aguda guadaña”) y la muerte (“No llores por mí cuando haya muerto/y oigas las lúgubres campanas/anunciar al mundo que he partido/del vil mundo a morar con vil gusano”).

A la vez, adoptó el soneto petrarquesco al inglés, cambiando los endecasílabos por pentámetro yámbico y modificando la estructura de la rima para que encajara con un idioma dotado de una menor cantidad de palbras rimadas.

En cuanto al inglés, salió el más beneficiado de todos. Shakespeare acuñó centenares de nuevas palabras, junto con una serie de expresiones que se han vuelto parte del dominio común: tener un “corazón de oro” viene de la obra Enrique V, por ejemplo, mientras que “romper el hielo” proviene de La fierecilla domada y el privilegio de tener una reputación “sin mancha” de Ricardo II.

Gracias a la herencia del bardo de Stratford, la lengua de una pequeña nación insular del Atlántico Norte, y el verso en el que se expresaba, estaban listos ya para asumir su papel en el escenario mundial. Para aprender más sobre Shakespeare en el cuatricentenario de su muerte, así como de la riqueza de la tradición literatura anglófona, les invito a inscribirse en mi curso de literatura británica que impartiré en la Biblioteca Henestrosa a partir de la segunda mitad de agosto. Estén pendientes de la convocatoria.

FOMENTO A LA COMERCIALIZACIÓN DE ARTESANÍAS

El sector artesanal cuenta con un nuevo decreto anunciado por el Sistema de Administración Tributaria (SAT) que autoriza a instituciones dedicadas a la promoción de artesanías así como a las comercializadoras, generar la facturación y la retención de los impuestos correspondientes para el artesano con el sistema de cumplimiento a través de quien adquiere las piezas. Esto permite que los artesanos con ingresos menores a 250 000 pesos anuales no inscritos en el SAT y que no cuentan con RFC, cumplan con sus obligaciones fiscales a través de los adquirientes. Con este decreto no se generan mayores obligaciones para los artesanos que opten por utilizar este método, ya que el adquiriente es quien retiene, reporta y paga los impuestos correspondientes ante el fisco.

Para llevar a cabo este proceso, el artesano debe proporcionar al adquiriente su nombre, CURP, actividad que realiza, domicilio donde elabora las artesanías y firmar un escrito que autoriza al adquiriente la inscripción en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC). Todo el proceso se realiza por internet en la página web del SAT, que ahora cuenta con un nuevo apartado especial para artesanos.

Los artesanos que ya cuenten con un RFC, activo o suspendido, deberán acudir a la oficina del SAT correspondiente a su domicilio, a consultar su estado fiscal antes de iniciar este proceso con el adquiriente, ya que no se debe duplicar el RFC.

Aunque todavía implica un proceso con muchos pasos para poder generar las facturas, esta opción es viable para quienes comercializan y necesitan deducir el IVA de sus compras de artesanías. Por otro lado, esta opción beneficia a los artesanos que viven en localidades alejadas a las cabeceras distritales, donde no se cuenta con internet para generar facturas electrónicas. El SAT espera ver un incremento en el número de contribuyentes a corto plazo, así como, contar un panorama y registro más certero del número de artesanos que se encuentran en el estado. Para mayor información consulta la página del SAT.

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