Yucundaa y su transformación de ciudad mixteca a colonial

16 de julio de 2015

Oaxaca, Oax.- Esta investigación culmina con la presentación de los dos volúmenes del libro, Yucundaa. La ciudad mixteca y su transformación prehispánica colonial, recientemente publicado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca (FAHHO).

Nelly M. Robles, codirectora del proyecto y coeditora de la publicación, cuenta que “este libro trata fundamentalmente de los procesos que sufrió la ciudad de Yucundaa, que es el pueblo viejo de Teposcolula, y cómo recibió y sufrió el embate de la primera conquista para ser transformada hacia un pueblo español [i.e. colonial], que es lo que tenemos hoy en día en el pueblo de Teposcolula, donde tenemos el convento que todos conocemos, pero la investigación que nosotros hicimos fue en el área del Teposcolula viejo que está como a un kilómetro del pueblo de hoy”.

La arqueóloga, que dirigió este proyecto junto con el reconocido etnohistoriador y arqueólogo estadounidense Ronald Spores, habla de la investigación que llevaron a cabo, donde la participación multidisciplinaria y todas las tecnologías a su disposición fueron fundamentales.

La investigación —que contó con financiamiento del INAH y la FAHHO— fue un proyecto multidisciplinario que también tuvo apoyo de la Universidad de Harvard, National Geographic, de investigadores de Japón, de los Estados Unidos, Canadá… “De alguna manera tuvimos mucha suerte de que la investigación de Teposcolula empezara recientemente, en el 2004, y es una época muy interesante porque también marca el momento de una transición importante en la manera de hacer la arqueología. Entonces nuestro proyecto toma la ventaja de las nuevas tecnologías y, además, de las viejas tecnologías. Es decir, basado en una arqueología bastante clásica, pero apoyada con laboratorios internacionales, con arqueólogos internacionales, con una serie de avances tecnológicos de los que estamos sacando unos datos adicionales que nos permiten hoy en día tener mucha más información de lo que normalmente tendría un proyecto de sólo excavación”, cuenta la investigadora.

Nelly Robles destaca la importancia de las tecnologías que permitieron ver lo que antes, con excavaciones y trabajo de laboratorio, no era suficiente. “Entre todos hemos configurado una metodología que se basa en lo tradicional, pero mucho en lo moderno, en las nuevas técnicas, en todo lo que nos permiten los laboratorios de punta para poder determinar aspectos que normalmente no se determinarían en sólo la excavación. Por ejemplo, estamos trabajando aspectos de genética, con el ADN de los huesos y los dientes de los entierros humanos y de los entierros de animales también; estamos trabajando el tradicional carbono 14 que está ahora muy afinado para obtener fechas irrefutables; estamos trabajando con los isótopos estables, tratando de determinar las dietas de los seres humanos y de los animales que acompañaron las diferentes épocas”.

Así, el sitio arqueológico de Pueblo Viejo de Teposcolula es un modelo a seguir para futuras investigaciones “porque la arqueología de por sí hace siempre uso de métodos destructivos. La excavación misma es un método destructivo. Sin embargo, teniendo a la mano tanto material, tantas tecnologías, podemos hoy en día aprovechar que esa destrucción que hacemos sea realmente fructífera para comprender los procesos sociales que estamos excavando”.

Además, la investigadora del INAH cuenta que la arqueología como ciencia ha dado un gran paso, proporcionando al proyecto de Teposcolula la oportunidad de aplicar métodos combinados. “El uso del radar de penetración también nos permite trabajar por encima, en la superficie, sin necesidad de excavar. Entonces, áreas de la zona arqueológica también se trabajaron con recorridos de radar para determinar elementos del subsuelo que nos permite dar una lectura de los datos sin necesidad de destruirlos”.

En la presentación del libro la semana pasada, el director de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, Sebastián van Doesburg, dijo que “trata sobre qué sucedió con las grandes ciudades tras la Conquista y qué significó la Mixteca” en ese momento. Como explicó, el periodo Posclásico (950-1521 d. C.), que sigue al abandono de Monte Albán y que antecede la llegada de los españoles, era percibido como un periodo de decadencia, pero “en las últimas décadas se ha incrementado el interés por ese periodo”, a pesar de que “la visión de la Conquista en Oaxaca está basada, sobre todo, en las conclusiones desde la perspectiva del centro de México”.

Así, el proyecto proyecto arqueológico Yucundaa Pueblo Viejo Teposcolula permitió conocer más a fondo la realidad de una ciudad mixteca y “dio por primera vez una clara visión en base a evidencias arqueológicas que
​s​ignificaban la Conquista en la Mixteca”.


Sebastián van Doesburg contó que en 2009 hubo una exposición en el ex convento dominico de San Pedro y San Pablo Teposcolula, donde se pudo comprobar el éxito de la investigación y el impacto en la región. A la exposición llegaron grupos de toda la Mixteca a conocer el material que se había encontrado en la investigación. También, Ronald Spores habló del acuerdo que hubo con el pueblo de Teposcolula, dado que muchos pobladores formaron parte del equipo de investigación.

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