XV años navegando entre libros
Una biblioteca no es un conjunto de libros leídos,
sino una compañía, un refugio y un proyecto de vida.
Arturo Pérez-Reverte
Por mucho tiempo, las bibliotecas fueron espacios de culto y silencio, lugares ocupados por estudiantes en búsqueda de información para las tareas escolares e investigación; una función importante, pero no la única. Estos espacios de orden y absoluta solemnidad daban poca cabida a la curiosidad de sus moradores; era impensable el barullo entre sus pasillos y, aún más, ver merodeando a personas que no estuvieran en edad escolar. Nadie imaginaba la transformación que estos espacios tendrían en el transcurso de los años, pues, como muchas otras instituciones, tuvieron que adaptarse a las necesidades sociales que iban surgiendo y mutaron para ser más versátiles, pero, sobre todo, para convertirse en lugares de encuentro, lectura y creatividad.
Fue así como dos almas dedicadas al mundo de los libros soñaron con un espacio distinto, un lugar luminoso para los ojos y el alma, un semillero de un tipo de lectura que no tuviera restricciones y estuviera al alcance de todos. Gracias al apoyo de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca y al incesante entusiasmo de la Dra. María Isabel Grañén Porrúa y del Lic. Freddy Aguilar Reyes, ese deseo se hizo realidad.
El 3 de marzo de 2007 se abrió la BS Biblioteca Infantil de Oaxaca, un espacio dedicado a las niñas, niños y familias de la ciudad. Con gran algarabía, coloridos zancudos y frías paletas que apaciguaban el calor de la época, la BS recibió a sus primeros visitantes, quienes se acercaron llenos de curiosidad para descubrir qué había en ese magnífico edificio que serpenteaba entre ciruelos, y cuyo jardín era resguardado por una fuente de sapos, regalo del maestro Francisco Toledo.
Así inició esta odisea que, como el viaje de Ulises, está llena de anécdotas y aventuras que todos sus visitantes han creado entre los pasillos y salas de lectura. La travesía inició con un aproximado de cinco mil libros —de narrativa, poesía, obras de teatro y libros informativos— que atraparon la mirada de los primeros curiosos. Este proyecto proponía una nueva perspectiva: crear un espacio para estimular la imaginación a través de la literatura y compartir la experiencia familiar del placer por la lectura. Así, la BS fue una de las primeras bibliotecas del país en poner a disposición del público una bebeteca, es decir, una sala de lectura para la primera infancia (0-6 años), porque está comprobado que el acercamiento a los libros desde edades tempranas es una forma de construir vínculos más sólidos entre padres e hijos, además de estimular la adquisición del lenguaje en los bebés.
Los servicios y las nuevas formas de trabajo fueron clave para atraer al público, pues la biblioteca no solo resguardaba libros e información, también propuso actividades artísticas, culturales y ambientales dirigidas exclusivamente al público infantil y juvenil. Tardes de libros en el jardín, talleres, círculos de lectura, charlas y exposiciones fueron algunas de las actividades planteadas al inicio del proyecto y que se han ido consolidando a lo largo de los años. Tiempo después, el jardín de las letras creció y el semillero de la lectura se extendió a otros lugares de la ciudad para crear una Red de Bibliotecas Infantiles que, gracias a su constante labor, se ha afianzado como un espacio donde, además de obtener e intercambiar información, se crea un ambiente de sociabilidad, acceso libre y acogedor que invita a permanecer en el lugar. Fue así como a esta travesía se unieron más naves.
En 2008 se equiparon dos camionetas con libros, anaqueles, mesas y sillas para echar a andar las Bibliotecas Móviles, un proyecto que recorre las agencias y municipios para acercar actividades relacionadas con la lectura, servicio de préstamo a domicilio y cine. En 2011 se abrió un espacio mucho más pequeño en el Centro Cultural San Pablo; después, en 2013, la Casa de la Cacica en Teposcolula acogió una nueva sede de la BS. En 2017 abrieron sus puertas la BS Ferrocarril y BS Canteras; finalmente, en 2019 la BS cruzó las fronteras, estableciendo una sede en el Salón de la Fama, ubicada en Monterrey. Asimismo, el proyecto ha extendido su apoyo a iniciativas que comparten el mismo interés por la lectura, con la compra de libros y equipo para la creación de “bibliotecas amigas”, como El Diablo de los libros, de la Central de Abastos, El Gran Cocodrilo, en Montoya, la Biblioteca de El Rosario y la de Santa Catarina Minas.
El próximo 3 de marzo la BS cumple 15 años de transitar por estos mares de la lectura, un viaje con muchos días soleados en los que hemos visto crecer no solo el interés por los libros, sino también los proyectos y deseos de muchos niños cuyos cimientos se encuentran en este espacio que los abrigó, y donde su infancia quedó marcada.
Sin duda alguna, la BS seguirá al alcance de todas las familias que decidan asomarse a este mundo de imaginación y fantasía.
¡Felicidades a la BS!