XHUNCOS MIO: EL SERVICIO HECHO JUEGO
El servicio social es cosa seria para muchas escuelas y universidades, pero para muchos estudiantes representa un obstáculo más que enfrentar durante su vida académica. A pesar de que la experiencia de servicio y prácticas profesionales debería representar una oportunidad de crecimiento laboral y de desarrollo humano para los jóvenes, en muchas ocasiones se convierten en una actividad tediosa o aburrida debido a que no existe para ellos una oportunidad de desarrollar sus talentos, contribuir de forma significativa a la comunidad o al menos divertirse durante su experiencia como prestadores de servicio.
Ante esta problemática se presenta, como parte del Programa Educativo del Museo Infantil de Oaxaca, el programa Xhunco: una iniciativa que pretende hacer que la juventud del estado participe en el rescate y la preservación de su patrimonio. En el MIO conocemos como xhuncos a todos los jóvenes que, por medio de los distintos programas de voluntariado, conviven directamente con los visitantes dentro del museo. En el contacto que diariamente se mantiene con niños y padres buscamos una identidad que refleje la diversión y el cariño por Oaxaca y así lo transmitimos por medio de las parcelas y experiencias del museo.
Xhunco es una palabra de la lengua zapoteca del Istmo usada en muchas partes de Oaxaca para referirse al hijo menor de la familia, es decir, el benjamín. En el MIO, un xhunco es mucho más que un guía educativo, se trata de un amigo que acompaña muy de cerca al visitante en su descubrimiento por el patrimonio cultural y natural de Oaxaca. A partir de juegos y actividades lúdicas, los jóvenes participan activamente en la noble labor de contagiar ese amor por Oaxaca a las nuevas generaciones de niños y niñas.
Para los xhuncos, el servicio es un juego. Ellos imparten dentro de cada parcela del MIO, las muchas experiencias diseñadas para el disfrute de los visitantes. Ya sea como restauradores, artistas, gastrónomos, artistas populares o granjeros. Los xhuncos invitan a los niños a explotar su imaginación y transformarse así en actores activos del patrimonio de Oaxaca. Por ello, su más grande labor es tomar los distintos temas explorados en MIO y traducirlos a juegos que represente en los niños una oportunidad para descubrir, experimentar y disfrutar del aprendizaje.
Desde que abriera sus puertas el 3 de marzo de este año, las parcelas del MIO han recibido a más de 150 jóvenes estudiantes de diversas instituciones educativas de la ciudad de Oaxaca, de zonas conurbadas, de otros estados del país y del extranjero. Muchos de ellos han descubierto en el programa Xhunco una experiencia de voluntariado que les invita a continuar compartiendo el gusto por la educación y el patrimonio, incluso ya terminado su servicio.
Los jóvenes son el motor del MIO, con su creatividad, alegría y espíritu de servicio es posible sembrar en los niños la semilla del amor y la conservación del patrimonio de Oaxaca. Por más que un niño esté rodeado por arte, historia y cultura, no será capaz de apreciarla como parte de su propia identidad sin el acompañamiento necesario. Es por ello que el MIO se convierte, gracias al juego de los xhuncos, en el espacio ideal para la inspiración y el aprendizaje.