Boletín FAHHO Digital No. 7 (Sep 2021)

Víctimas de la lluvia

María Oropeza Orea
Estas bibliotecas albergan ejemplares significativos sobre arte y literatura que se adquirieron gracias a los maestros Francisco Toledo, Manuel Matus y otros donadores que hicieron posible conjuntar un acervo importante.

El sismo de septiembre del 2017 causó tan graves afectaciones en la zona del Istmo de Tehuantepec que, hasta la fecha, muchos de los inmuebles que se vieron seriamente afectados permanecen en procesos de restauración; entre ellos, los que albergaban las bibliotecas municipales. Cuando acudimos al llamado para el rescate de los libros, no podíamos imaginar las condiciones en que encontraríamos el material, sobre todo, tomando en cuenta las lluvias torrenciales de los días posteriores al sismo; pensábamos que el calor originaría mayores daños que el terremoto.

Las bibliotecas municipales Gabriel López Chiñas y Profesora Rosa Escudero, de la Casa de la Cultura, en Juchitán, fueron las más afectadas. El agua que permeó entre las grietas de las paredes y de los techos quedó impregnada en la madera que formaba la estantería. Justo como imaginamos, el clima cálido de la zona y la humedad causaron, en muy poco tiempo, la proliferación de microorganismos, al grado de crear colonias de hongos en varios libros que estaban apilados. Estos microorganismos fueron un enemigo en esas circunstancias en las que la ventilación se veía limitada. Faltaba espacio y era necesario separar rápidamente los ejemplares que aún no habían sido afectados, pues los hongos en ese momento eran un enemigo inevitable. Entre los escombros y las réplicas constantes se rescató un gran porcentaje del patrimonio bibliográfico ahí resguardado. Estas bibliotecas albergan ejemplares significativos sobre arte y literatura que se adquirieron gracias a los maestros Francisco Toledo, Manuel Matus y otros donadores que hicieron posible conjuntar un acervo importante. Además, se encuentran ejemplares únicos en zapoteco, pues la región del Istmo ha sido muy activa en la conservación de su idioma. Hoy, una de esas bibliotecas ha reabierto sus puertas de manera parcial y en un espacio provisional con el material rescatado. En cuanto se concluyan las restauraciones de los espacios afectados, se hará el traslado de los libros recuperados para ponerlos a disposición de todos.

Las bibliotecas municipales Gabriel López Chiñas y Profesora Rosa Escudero, de la Casa de la Cultura, en Juchitán, fueron las más afectadas.

Por otro lado, en el exconvento dominico de Santo Domingo Tehuantepec, donde se albergaba la Casa de la Cultura, se resguardaban tres bibliotecas: la Biblioteca Pública Municipal, la Biblioteca de la Casa de la Cultura y la Biblioteca de Culturas Populares. También había una sala de fotografías y pinturas, además del Fondo Reservado Carlos Iribarren Sierra, impulsor de la Casa de la Cultura y promotor de la lengua zapoteca. Cabe destacar que el archivo de este personaje tiene gran valor para la historia, la identidad y la cultura local. Descendiente de notables liberales tehuanos de la Reforma y de la Intervención Francesa, Carlos Iribarren Sierra fue investigador, poeta, periodista, músico, compositor y narrador.

El material rescatado de las salas de este histórico inmueble, que ronda los 15000 libros —además de las fotografías, documentos y pinturas— merece estar a la disposición de niños y adultos en el lugar que durante años lo ha albergado.

Hoy, una de esas bibliotecas ha reabierto sus puertas de manera parcial y en un espacio provisional con el material rescatado.

Los desastres naturales no pueden predecirse, sin embargo, sí pueden tomarse medidas de prevención útiles cuando el agua representa un riesgo para el patrimonio documental, por lo que estar capacitados y contar con planes de contingencia en las bibliotecas y archivos debe volverse obligatorio.


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