Boletín FAHHO Digital No. 29 (Ago 2023)

Un pueblo llamado Milpa

Arturo Saavedra

La misión del Museo Infantil de Oaxaca siempre ha sido celebrar y compartir con la niñez toda la riqueza del patrimonio cultural y natural de nuestro estado. Entre las parcelas, rieles y vagones del MIO, miles de niños se inspiran en grandes artistas para pintar sus propias obras; sueñan con convertirse en artesanos, escuchan cuentos tradicionales y afinan sus miradas para buscar signos en los códices.

Ese fue el afán que nos guio durante el desarrollo de nuestras dos primeras exposiciones: “Rodolfo Morales: maestro del color” (2017-2019) y “Las sonrisas de Tamayo” (2019-2023). Sin embargo, cuando llegó el momento de definir el tema al que habríamos de dedicar la tercer gran etapa del museo, nos pareció justo y necesario volver al origen.

¿Y cuál es la raíz de las culturas oaxaqueñas? ¿Qué hay detrás de sus expresiones? ¿Qué tienen en común las lenguas y los textiles? ¿Qué une aquí a la medicina, la cocina, la pintura, el grabado, la música, las danzas, fiestas, costumbres, alfarería, arquitectura y hasta el duelo? ¿De dónde viene Oaxaca?

Nadie terminará jamás de responder estas preguntas, pues es precisamente en la pluralidad de entendimientos que radica la esencia de esta tierra. No obstante, sí hay una verdad universal en Oaxaca: todo lo que somos y todo cuanto sabemos lo aprendimos viviendo en el campo. La milpa es, después de tantos milenios de historia, la matriz cultural de nuestro mundo.

Las niñas y niños que a partir de este mes visiten el MIO descubrirán que cada milpa es un bosque hecho a mano, una sinfonía de plantas y bichos trabajando al compás del campesino. También verán por qué decimos que es un “patrimonio vivo”, un ecosistema, una forma de cuidar la tierra y la principal estrategia de vida de muchos de nuestros abuelos.

Al adentrarse en las nuevas salas del MIO contemplarán las distintas formas del maíz y pintarán con los colores de sus granos; se asomarán a una tumba zapoteca y gatearán dentro de una troje repleta de historias. En la cocina, que hemos renovado, molerán en metate, palmearán tortillas, batirán tejate y descifrarán con nosotros los secretos del nixtamal. No tendrán que salir del museo para jugar entre la milpa, pues cazarán quelites y calabazas bajo un cielo de papalotes azules. Finalmente, como tanto insistió el maestro Toledo, podrán sembrar en el huerto con sus propias manos, seguros de que cada granito de maíz que dejen en la tierra contiene el pasado y el futuro de la humanidad entera.

Eso, entre muchas cosas más, podrás encontrar en la nueva exposición didáctica “Un pueblo llamado Milpa”. Te invitamos a conocerla a partir del 26 de agosto, en el Museo Infantil de Oaxaca.


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