UN HIPIL QUE REVERDECE
El pasado mes de enero, el Museo Textil de Oaxaca reconoció el trabajo de la Dra. María Candelaria May Novelo, directora de la Escuela Primaria Estatal No. 305 “Ignacio Allende”, en la comunidad maya Dzitnup, Valladolid, Yucatán. En Dzitnup, la lengua y las expresiones culturales se mantienen vivas, pese a que hoy en día la comunidad se encuentra influenciada, como muchas otras, por la cultura occidental, lo que se refleja en el cambio de la vestimenta entre los jóvenes, quienes sólo utilizan su indumentaria tradicional en las festividades patronales o eventos especiales. La iniciativa que propuso la directora María Candelaria fue el uso del hipil entre las niñas y la ropa blanca entre los niños. Fue así como impulsó desde su llegada a la escuela, en 2012, el uso de la indumentaria a modo de uniforme escolar. En un principio era ropa que podía llevarse los días lunes para iniciar la semana. A raíz de un concurso de escoltas en donde se resaltó el uso del hipil, medios digitales e impresos hicieron eco de la iniciativa, reforzando así la identidad maya entre la comunidad estudiantil.
Los rasgos culturales, como la lengua y el vestido, se han impulsado entre los estudiantes, profesores y padres de familia a través de la visita de abuelos de la comunidad para narrar temas propios de su cultura. De igual forma, han invitado a escritores mayas para fomentar así la lectura y la escritura en su lengua. Los padres de familia tienen una vinculación importante con la escuela y las actividades de sus hijos. En muchas ocasiones las madres asisten también con hipiles a eventos escolares a partir de la iniciativa.
Esta acción forma parte de un plan de mejora a partir del diagnóstico realizado en la escuela. El plan se centra en ocho ejes transversales: cultura maya e identidad, derechos humanos, interculturalidad, desarrollo humano, educación ambiental, trabajo cooperativo, cultura de paz y pedagogía Freinet. Estas acciones se entrecruzan con el proceso de reivindicación que la directora María Candelaria inició tiempo atrás. Ella mencionó que en los últimos años se han experimentado mayores niveles de conciencia en una sociedad en donde la discriminación y el racismo cultural se han normalizado. Para ella la escuela debe ser considerada como la forma de vida de la comunidad, es decir, la escuela debe transmitir aprendizajes y valores, y reforzar la identidad, lo que llevará a los alumnos a utilizar y mejorar sus capacidades en beneficio tanto de su comunidad como propio.
La identidad como narrativa emocional admite reconocerse en un plano individual: ¿quién soy?, y en un plano colectivo: ¿quiénes somos?, lo que motiva a participar de forma activa en las expresiones culturales dentro de la comunidad a la que se pertenece. También motiva a reconocer la lengua, el vestido, el territorio y las costumbres que se comparten, permitiendo así reforzar la identidad individual y colectiva, en este caso, del pueblo maya.