Boletín FAHHO No. 14 (Sep-Oct 2016)

TODOS SOMOS PUEBLO, AMO A MÉXICO

Alfredo Harp Helú

Cada mañana, los mexicanos salimos a trabajar con el anhelo de mejorar la calidad de vida y la preparación de nuestros hijos. La educación nos incumbe y la situación por la que pasa el país nos preocupa a todos. Es triste ver escenas de Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Guerrero, Nuevo León, la Ciudad de México y otras entidades que podrían compararse en ocasiones con las que vive la más desolada de las guerras: policías y civiles enfrentados, hombres armados, comercios cerrados… El corazón queda abatido ¿Qué le está pasando a nuestro país? Se vive temor en una tensa calma nublada por tan triste atardecer. ¿Cómo llegamos a esto?

Es urgente resolver el problema educativo en México y, para ello, es preciso el diálogo, un diálogo permanente que propicie el entendimiento y el mejoramiento de las condiciones en que se presenta la educación, donde los maestros, los investigadores, académicos y científicos destacados sean convocados para tratar de resolver el problema de fondo. No los intereses personales o de cualquier otra índole que nada tienen que ver con la educación.

El proyecto educativo que necesita el país es uno que propicie la cohesión social, el orgullo por la diversidad, el respeto por las diferencias, empezando por las lingüísticas y culturales; que fomente el aprecio por la colectividad y que reconozca al magisterio como una profesión digna que forma las mentes del futuro. Hay ejemplos en el país de maestros que han logrado por sí solos que sus alumnos destaquen en el ámbito internacional, de ello debemos sentirnos orgullosos y tomarlos como modelo a seguir.

La tardanza en resolver el conflicto provoca que la crisis económica se agrave más y que la moral de los mexicanos cada día esté más desesperanzada. El pueblo es el perjudicado, el más afectado, el más dolido. Tenemos que reflexionar, hacer un alto en el camino, pensar en este pueblo que somos todos, creer en México, en su gente. A cada quien le toca hacer su parte y luchar desde su terreno para que no se agrave el conflicto.

Propongo levantar las cortinas, ofrecer servicio, abrir fuentes de empleo, procurar que la derrama económica llegue a los rincones más olvidados, cuya realidad duele y duele mucho. Hagamos lo posible para que, a pesar de los pesares, el pueblo no sea el afectado. La mejor manera de resolver los problemas que enfrentamos es la productividad, el empleo y por supuesto, el reto es mejorar la educación. Es momento de salir a trabajar con más bríos y darle consuelo a un pueblo que resiste circunstancias hostiles.

No más violencia. Instamos al gobierno, al magisterio y a todos los organismos e instituciones involucrados a que lleguen a acuerdos lo antes posible para no seguir afectando al tejido social.

Comprometámonos ahora que tanto se necesita. Por mi parte, reitero dar continuidad e impulsar proyectos educativos, culturales, deportivos, sociales, de salud, preservación de la naturaleza y cuidado del patrimonio. Continuaré abriendo fuentes de empleo para reactivar la economía.

México necesita ciudadanos comprometidos. Hago un llamado a la sociedad para que actúe positivamente ante la adversidad, no nos dejemos abatir. Todos somos pueblo.

Amo a México
Alfredo Harp Helú
Ciudad de México, 5 de agosto de 2016.

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