Tintas cerámicas, lienzos oaxaqueños
Santa María Aztompa, comunidad ubicada en los Valles Centrales de Oaxaca, es conocida por su rica tradición alfarera, especialmente por el trabajo del esmaltado color verde. Esta población ha desarrollado una identidad propia en la elaboración de productos con diferentes técnicas, las cuales se han transmitido de generación en generación convirtiéndose en un símbolo de la herencia cultural de la comunidad.
Rolando Justino Regino Porras, oriundo de esta localidad, tiene su taller Dolores Porras, en donde resguarda las diferentes técnicas que aprendió gracias a sus padres, el señor Alfredo Regino y la señora Dolores Porras, quienes en vida fueron maestros alfareros; además, Rolando forma parte de la quinta generación de esta familia alfarera. Aparte de la preservación del quehacer tradicional, al ser alfarero y artista, el maestro Rolando Justino también ha aprovechado la adquisición de nuevos conocimientos, los cuales han sido muy importantes para su trabajo, ya que gracias a estos su labor ha sido reconocida internacionalmente. Y dada su destreza para trabajar con engobes, esmaltes sin plomo, colores cerámicos y la innovación de nuevos productos, sus obras son exponentes del trabajo alfarero de Oaxaca.
En esta ocasión, Rolando nos muestra una nueva técnica, la cual se realiza sobre pigmentación de barro sobre barro y es un derivado de la técnica de los engobes sin llegar a serlo por completo, ya que la fórmula la lleva trabajando por quince años. Al descubrir esta técnica, comenzó a plasmar textos sobre piezas cóncavas (curvatura de un objeto hacia dentro), en las que uno de los retos es que los pigmentos utilizados no se escurran al momento del proceso de horneado, sobre todo el cobalto y el cobre, ya que son fundentes muy intensos que deben ser estabilizados para mantenerlos firmes.
Para poder estabilizar estos fundentes se utilizan las fórmulas con las que se trabajan los pigmentos, motivo por el que Rolando tuvo la necesidad de adentrarse en el estudio de la talavera y la mayólica falsa que existió en Oaxaca, y que imitaba a la cerámica vidriada que se introdujo a la Nueva España durante el siglo XVI.
Con el uso de las nuevas tecnologías, como las impresoras 3D o las impresoras router, en 2020, Rolando logró estabilizar los colores. Se hicieron textos que primero se mandaron a elaborar en router, lo siguiente era tener una placa de cerámica lijada, posteriormente se realizaba el corte del router y se colocaba cerámica en la placa, como un stencil; al tener listo el router en la pieza, se colocaban las tintas cerámicas a modo de estabilizadores que impidieran la expansión de la tinta.
Al ver el éxito de sus pruebas, el maestro Rolando comenzó a trabajar con el barro de su comunidad. Los bajorrelieves que empezó a realizar en sus piezas plasman los diferentes tipos de técnicas textiles de Oaxaca mediante diversos motivos como flores, hojas, peces y aves, con lo que se rinde homenaje al trabajo de los grandes maestros que elaboran textiles. Para poder hornear estas magníficas piezas es necesaria una temperatura de mil cincuenta grados, momento para el cual la pieza ya debe tener la fusión de pigmentos con colores como el verde, el amarillo, el rojo, el naranja, etc. Posteriormente se coloca un esmalte sobre la pigmentación.
Antes de llegar a este último punto, lo primero que se tiene que hacer es crear una pieza, ya sea un barril, un plato o un vaso; al tener la pieza ya formada, y aún húmeda, se colocan las tintas. Con las piezas terminadas se puede notar el tinte corrido, ya que ese efecto da la sensación de textura de un textil, pues la técnica consiste en un esgrafiado de barro relieve.
Te invitamos a conocer el trabajo del maestro Rolando, en avenida Independencia 902, Centro, Oaxaca.