TESORO DE OAXACA
Han pasado 20 años desde que se inició el proyecto de rescate de uno de los acervos bibliográficos más importantes de México: la Biblioteca Francisco de Burgoa, que pertenece a la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca. Entonces reinaba el caos: los libros estaban dispersos, algunos en el suelo, otros olvidados en cajas, entre insectos y bacterias. Afortunadamente, llegó el momento de descubrir su riqueza. Fue Francisco Toledo quien tuvo la iniciativa de promover el proyecto de su organización y aportar el 50 % de los recursos. Inició un sueño. Gracias a la asesoría de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, con el apoyo de su entonces directora, la Dra. Stella María González Cicero, comenzó la tarea: un equipo de trabajo fumigó el espacio, elaboró un inventario y logró que los libros se estabilizaran.
Localizamos miles de joyas bibliográficas, entre ellas: 14 incunables, impresos mexicanos del siglo XVI, importantes mapas y grabados, libros de geografía, religión, historia y literatura salidos de las imprentas más famosas de Europa y hasta un manuscrito de fray Bartolomé de las Casas.
Debido a la importancia de la colección, la biblioteca fue trasladada al exconvento de Santo Domingo de Oaxaca y Fomento Social Banamex financió la estantería de cedro rojo.
A lo largo de los años, la Biblioteca se ha convertido en un espacio cultural apreciado por la ciudadanía y los investigadores. Hemos recibido varias donaciones, realizamos publicaciones y creamos un taller de restauración que ofrece su servicio a otros archivos. Sin duda, es una de las bibliotecas más visitadas del país, especialmente por los grupos escolares y los turistas que llegan a la ciudad.
Ha sido un privilegio participar en este proyecto, ser parte de un equipo que logró la transformación de una bodega de papeles viejos en un digno espacio para las nuevas generaciones.