Boletín FAHHO Digital No. 14 (Abr 2022)

“Tercera persona”

Jorge Contreras

Se ha visto pasar en sueños, buen cazador
de sí mismo, siempre en acecho.

Antonio Machado

En Oaxaca, el maestro Francisco Toledo pintó, dibujó, esculpió y grabó autorretratos durante muchos años. En cada uno es posible observar que él era la imagen y la pintura, la tinta, el papel, la arcilla y todo lo que tocaba, incluso el espacio en blanco en el que no estaba, y al mismo tiempo no era nada de eso. En la antigua tradición hinduista se dice que los mundos son tres y que los humanos están en el de en medio, pero que ciertas personas pueden estar en dos al mismo tiempo.

Para continuar esa reflexión del maestro Toledo sobre la necesidad de configurarse como un individuo, el Centro Cultural San Pablo presenta una exposición titulada “Tercera Persona” y una instalación de la habitación de Vincent van Gogh.

La instalación es una réplica de la habitación en la que Vincent van Gogh vivió en Arlés, Francia. Como se sabe, en las primeras obras conocidas de este artista dominaban los colores oscuros, pero cuando se mudó a Arlés aparecieron sus pinturas con colores vivos, mucha luz, y con los temas más intensos y cotidianos de su vida.

En la instalación del CCSP —que es una reinterpretación de la habitación que pintó en 1888— se pueden ver los agradables colores que le rodeaban, al mismo tiempo es una muestra de que el trabajo diario de Van Gogh estaba relacionado con apreciar cada objeto, cada imagen, cada minuto y cada experiencia en su vida.

Pensar en cómo vivió el artista y construir un retrato sin su retrato nos permite observar que el arte no consiste en producir lujosos objetos de consumo o un discurso ideológico, sino en una experiencia completa, íntima y compartida que puede iluminar nuestra manera de estar en el mundo y de relacionarnos.

La presentación de esta instalación forma parte de las actividades con las que celebramos el X aniversario del Centro Cultural San Pablo. No tenía caso mostrarla mientras la situación sanitaria nos impedía abrir las rejas; ahora, cada día que los visitantes disfrutan la instalación y las exposiciones, el CCSP recupera su agradable ambiente de espacio para la convivencia mediante el arte en muchas de sus formas.

La exposición “Tercera Persona” presenta varios recursos para construir un retrato: pintura, video, fotografía, dibujo; no para observar la eficiencia de la representación icónica, sino para abordar la necesidad, íntima y antigua, de comprender a los seres humanos como individuos.

En el proyecto “Teatro del Progreso”, el fotógrafo Oswaldo Ruiz reunió una serie de fotografías de gente de Nuevo León que asistió voluntariamente para ser retratada; tituló a esa serie: “Todos somos fantasmas”. Decenas de personas acudieron frente a la cámara de Oswaldo para conservar una imagen de sí mismos en cierta edad, con cierta actitud y con la comprensión del mundo que ello implica. Con esto, el artista no pretende hacer un registro visual de una comunidad, sino acceder a lo no visible en cada persona pero que está implícito en su contundente materialidad, y, al mismo tiempo, explorar el funcionamiento de la imagen como recurso de la memoria.

Otro artista incluido en la exposición, Luis Hampshire, lleva ya varios años indagando, mediante los recursos de la pintura, sobre la condición corporal del pensamiento. Toda experiencia tiene como punto de partida el funcionamiento de sistemas orgánicos, con clausura estructural y en dominios conductuales, gracias a los cuales aparecen las relaciones con otros cuerpos y con todo el mundo, o con todos los mundos posibles. La serie de pinturas que Luis Hampshire tituló “Pinturas votivas” busca dilucidar la relación entre el entorno y la materia que es carne, huesos y formas, y que parece concentrarse en la emergencia del cuerpo como un proceso cotidiano para mostrar el momento en que se diferencia del mundo. La figura delimitada en un retrato convoca a una persona individual, pero extendida hacia todo y múltiple.1

Cuando los seres humanos se distinguieron de los otros seres —visibles e invisibles— que habitan el planeta, apareció la figura; primero la de un hombre que todavía era lobo, oso, venado, ave, etc., y luego, en un día que duró miles de años, para diferenciarse aún más, se elaboraron máscaras todavía con el aspecto de animales, después aparecieron las personas ya separadas del mundo mediante un sí mismo.

Pintar, dibujar o fotografiar una figura humana es pensar otra vez la emergencia de algo que es un otro, y es uno mismo simultáneamente. La relación entre la imagen en el retrato y el fondo de la tela o el papel es, al mismo tiempo, espacial y metafísica.

Por ello, la exposición incluye también videos que presentan las ideas desde las cuales varios artistas comprenden su trabajo y su vida, pues en esas ideas hay ejemplos de voluntades intensas por abandonar la ilusión y el simulacro de lo que se observa, para tener acceso al tejido del que están hechos el mundo y los seres en él.

Con la instalación de la habitación de Van Gogh, y con la exposición “Tercera Persona”, el Centro Cultural San Pablo pone en marcha un ciclo de reflexión sobre la construcción de identidades individuales y colectivas para descubrir cuánto de la tercera persona está ya incluido cuando se configura la primera persona del singular.

1 Los caldeos decían que los seres divinos no tenían cuerpo, pero, a veces, adoptan uno por causa de los humanos, pues no podemos ver incorpóreos debido a la situación corporal en la que estamos los seres humanos.


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