Tal como el faro del puerto
Tal como el faro del puerto ayuda a los navegantes a tocar tierra, desde hace dos décadas Adabi ha sido una institución que no solo rescata, preserva y difunde el patrimonio documental y bibliográfico de nuestro país, también mediante sus amplios y detallados instrumentos de consulta ofrece al público en general y al investigador especializado un conjunto de instrumentos de gran calidad y precisión que nos permiten orientar nuestras pesquisas en el inconmensurable mar de datos que poseen los acervos documentales públicos y privados de nuestro país. En consecuencia, y aunque no resulte necesario, doy fe de la gran trascendencia y beneficios que el trabajo constante de todos aquellos que integran Adabi ha reportado, no solo para la preservación del patrimonio documental, sino para el enriquecimiento de la memoria de los mexicanos en buena parte del territorio.
Es por demás conocido por el gremio de historiadores que Adabi ha rescatado, literalmente, de sótanos, bodegas y hasta depósitos destinados a desaparecer por efecto del tiempo y la dolorosa indiferencia, repositorios de enorme valor histórico. Bajo la siempre atinada dirección de nuestras queridas doctoras Isabel Grañén Porrúa y Stella González Cicero, el equipo de trabajo que integra esta asociación ha conseguido en gran medida que las generaciones futuras cuenten con los registros documentales que les ayudarán a comprender su propio devenir histórico y así, y solo así, continuar con la construcción de una sociedad cada vez mejor.
De manera muy especial quiero expresar mi más profundo agradecimiento a la asociación por el gran apoyo que desde su fundación ha conferido a la investigación sobre la presencia en México de la primera sociedad económica emanada de la Ilustración hispánica durante la segunda mitad del siglo XVIII: La Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. Gracias al íntimo vínculo entre Adabi y el centenario colegio de San Ignacio de Loyola, Vizcaínas, no solo se realizó la catalogación del fondo documental que da cuenta pormenorizada de los socios que la Bascongada tenía en la Nueva España, pues gracias a un proyecto de coedición entre ambas instituciones fue posible publicar el libro La Real Sociedad Bascongada y el proyecto vasco-novohispano de la Cofradía de Nuestra Señora de Aránzazu, 1791-1850, obra fundamentada en esta inédita y hasta hace poco desconocida fuente documental.
Aun cuando es de gran interés dar voz y rostro a los 115 socios de la Bascongada que entre 1791 y 1793 reportaban sus cuotas mediante la Cofradía de Nuestra Señora de Aránzazu de la Ciudad de México, gracias a los catálogos y publicaciones conformados, editados y distribuidos por Adabi, las investigaciones sobre este y otros temas relativos a la intensa relación que mantuvieron la Nueva España y la Península Ibérica durante casi tres siglos aún representan tierra fértil para nuevas investigaciones.
¡Enhorabuena por los veinte años de gran labor en pro de la memoria de México!