Boletín FAHHO No. 23 (Mar-Abr 2018)

SOY UN HIJO DE LA LECTURA JORDI SIERRA I FABRA

Irais Trujillo

Tan palpitante como su literatura es adentrarse en las anécdotas de vida del escritor catalán Jordi Sierra I Fabra, el autor de más de 500 libros, el de los más de 70 años pero tan vigoroso como el rugir de una Harley Davidson de sus tiempos de rocanrol. Jordi compartió una tarde de diciembre con los lectores voluntarios del programa Seguimos Leyendo, así como con niños de la primaria Beatriz Ávila García y demás escuchas que se dieron cita en el Centro Cultural San Pablo. El claustro retumbó con una avalancha de exclamaciones y risas que no dejaron de seguir los relatos de la infancia de este carismático escritor. Jordi compartió con los presentes parte de su camino como escritor, su filosofía de vida pero, sobre todo, su esencia.

“Si yo fuera un personaje del circo sería… la mujer barbuda”, comentó ante la risa afirmativa de los presentes, ya que no cabe la menor duda que Jordi Sierra es un fuera de serie. Su acercamiento a la literatura fue desde muy pequeño. En las letras encontró el cobijo y refugio que le era necesario. Como le ha sucedido a los grandes artistas y pensadores, ante la adversidad se detonan las posibilidades de la creación. El pequeño Jordi, postrado en una cama y vendado como momia, se descubre incapaz de volver a ese sitio seguro que es la lectura: “Con una sola mano no se pueden pasar los hojas de un libro”, nos dice. Es ahí donde se descubre escritor y se va gestando la fuerza de su palabra: “Descubrí que al escribir no tartamudeaba”. Comienza a escribir sus propias historias y la suya, aún no contenida en ningún libro, es probablemente una que se repite con matices diferentes en cualquier parte del mundo, en México, en España, en África, a la vuelta de la esquina. Porque su vida tiene ese toque que tienen sus textos: es simple y profunda a la vez. Es la historia del niño tartamudo, buleado, maltratado, el que lee a escondidas porque los libros no alimentan, el que escribe aporreando la máquina de escribir que su madre le compró a pagos; es también la historia del adulto que lo dejó todo por querer ver la vida de cerca al recordar su sueño de niño, la del “viejo loco” que aún mantiene ese sueño vivo.

Como consejo a los futuros escritores y para aquellos que ya ejercen el oficio, sentencia: “Para escribir hay que empezar por quererse a uno mismo, hay que enfrentar al monstruo, hay que intuirlo”. El consejo velado es vivir sin miedo y con la certeza del sueño que se plantea seguir. La hoja en blanco para Sierra I Fabra es el infinito, donde sus historias están vivas, dialogan, se mueven, se interrumpen, bailan, se interpelan.

Lo sentimos, la página que buscas no existe.

¡Muchas Gracias!
En breve nos pondremos en contacto contigo.