SIMPOSIO FUENTES PARA LA INVESTIGACIÓN MUSICAL
Imagino que alguno de los asistentes al Simposio Fuentes para la Investigación Musical, no tenga noticia alguna de lo que es Adabi. De inmediato, ese imaginario e improbable asistente pensará que es una asociación especializada en la investigación de la música antigua en México. Por la naturaleza, hallazgos y sistemática tarea en el mundo de la historia y la documentación de la música en México, Adabi es ya una referencia imprescindible. Es tan notable la contribución de Adabi en esta materia que parece muy extraño que sea uno de los aportes que en principio, o para evitar malos entendidos, que en sus inicios, parecieran marginales en su tarea. La memoria mexicana, al fin y al cabo, es su gran territorio. La Nación su valor más profundo. Pero cuando hablamos de la música, la noción de territorio y las consideraciones nacionales se abren a horizontes distintos, muy vastos, más antiguos y duraderos, no existen los muros en la música.
Identificar los valiosísimos libros de coro en catedrales de la importancia de la Metropolitana de la Ciudad de México y la de Puebla, archivos de bandas en Oaxaca, el archivo musical de Tulancingo, el archivo de la arquidiócesis de Durango, archivos parroquiales en Santiago Tilantongo, en San Bartolo Soyaltepec y en Santa Catarina Minas, Oaxaca, la colección Vicente T. Mendoza, son ejemplos de una labor que aparte ha incursionado en el apoyo a metodologías muy cuidadosas de inventario y catalogación de estos acervos tan especiales.
Si sumamos la inmensa contribución que la Fundación Alfredo Harp Helú ha realizado en la restauración de órganos históricos, especialmente la monumental reparación de los órganos de la Catedral Metropolitana y, la labor constante de educación de alto nivel con Instrumenta Oaxaca, la labor en el universo musical desde México es de un alcance y un valor muy mayor.
Una de las verdades más importantes de la memoria mexicana es su naturaleza múltiple y abierta. Un mentís a la idea de la centralidad violenta de la ciudad capital es el hallazgo de los graduales en la Mixteca. Libros que parecían extraviados para siempre y que aparecen en el lugar más significativo. Es decir, en todo lugar, en el país antiguo, culto y de gran arraigo musical que es México.
Hay ciertos días luminosos en la vida de las instituciones y las personas que dedican su vida a guardar la memoria. Hallar los graduales impresos por Ocharte en el siglo XVI es uno de esos días memorables. El personal de Adabi y Adabi mismo deben ser honrados por este trabajo majestuoso. Localizar, reconocer, proteger, hacer del conocimiento de las comunidades, restaurar, estudiar y difundir estas joyas.
Hay que considerar, sin embargo, que no sólo Adabi ha logrado acercarse a las fuentes de la historia de la música a través de partituras o archivos musicales. Debe considerarse que en muchos de los acervos que ha apoyado en todo el país, piénsese en la gran transformación del Archivo General del Estado de Oaxaca, existe mucha información de festividades, agrupaciones musicales, programas de conciertos y un sinnúmero de actividades relacionadas con la cultura musical en nuestro país. Por añadidura, Adabi ha vinculado sus tareas a investigadores de primera línea, el Mtro. Aurelio Tello, es un ejemplo inmejorable. No sólo ha dedicado su vida a la investigación, sino que permite que esas partituras y esa cultura cobren vida y actualidad.
En esta tarea, la del rescate de acervos y fuentes para la investigación musical, suenan las voces más afinadas de la labor de Adabi. Una armonía que recorre los siglos y nos permite enorgullecernos de ese patrimonio, tanto como de contar con el apoyo de don Alfredo Harp Helú, de la Dra. María Isabel Grañén Porrúa, de la Dra. Stella González y con ellos numerosos aliados que buscan reconocer los armónicos de esa riqueza histórica que México como nación nos hace tener confianza en los desafíos actuales. Somos una nación antigua, una civilización.
Los últimos días de enero y los primeros de febrero, en cuatro mesas de trabajo, tuvimos ocasión de escuchar aportaciones significativas que dieron cuenta de ello.
Gracias a Adabi.